Partida Rol por web

me acerco a una litera cualquiera que este libre y me siento en ella, saco mi pistola y mirandola con cariño comienzo a quitarle el polvo, especialmente al que se ha acumulado en las runas que recorren su cañon. Sin mirar a Dougal, Ni idea hombre, yo todavia no se por que estoy en este lugar alejado de cualquier sitio civilizado.

Se diirige a Olson. Con un sonrisa de oreja a oreja intentando tranquilizarlo.

-Tranquilo amigo, era una broma cariñosa. Yo nunca chulearia a nuestra querida Dana... ¿o si?...-

Se levanta un poco más y gira la cabeza intentando mirar al resto de gente y a la puerta de los barracones, como si pudiera sentir que viene el sargento.

Mirando de reojo a Alnor, el hombretón emite sus palabras como atacando con ellas.

-No se de qué hablas. Puedes decir lo que quieras.

Acto seguido, saca su espada y comienza a afilarla, sin mirar a nadie en particular.

Bien... ya que estamos en confianza... alguien sabe donde nos trasladaran...o cuales seran las nuevas ordenes..??

En confianza? , pensó Olson. No entendía a que se refería ese joven. Uno no está en confianza hasta haber vadeado en miembros de los enemigos, y protegido a otro con su cuerpo mientras cargan, para darle tiempo a recargar un fusil. Confianza tenía en Alnor y en Dana, en nadie mas. Lo miró, ceñudo.

Menuda gente han traído aqui.

Su boca emitió un gruñido.

- Mira quien fue ha hablar...., digo entre dientes con una media sonrisa, mientras sigo limpiando la pistola.

Levantando la mirada, Olson observa a quien ha hablado.

-Veremos si tengo razón o no en la batalla.

Y sigue afilando su espada.

Mirandole a los ojos con una sonrisa en los labios. Esperemos no tener que verlo, amigo...

Alnor intenta suavizar las maneras de su amigo interponiendose él diplomaticamente.

-Tranquilidad y calma compañeros. Perdonad a mi amigo Olson, es un tipo que se toma muy en serio su trabajo, pero que lo hace endiabladamente bien... ¡no podeis esperar mejor compañero de armas!- Señala a la chica guapa de negro que anda cerca -Esa es Dana. Parece muy metida en sus cosas, toda una señorita... pero tiene un gran Don. No se si me entendeis. Puede hacer proezas con la pistola imposibles de realizar por gente corriente.-

Acerca la mano en gesto de buscar cruzar apretones.

-Yo soy Alnor. Soy batidor y fusilero.-

Hawke seguía ensimismado, pensando en como haría a su primer siervo de guerra, tenía que ser algo fantástico y útil, su armadura tenía que brillar por encima de todas las demás, y su diseño y complejidad debían de ser endiabladas. Espero poder conseguir ese dinero pronto, necesito un buen beneficio para tener fondos suficientes.

- Alnor, dejad ya las bromas. Y el resto, evitad discutir entre vosotros. Aunque no os guste, vamos a vernos las caras de aquí hasta que nos licencien ó nos maten. Asi que, colaborad y hacer esto algo más agradable. - Dana se sentó sobre un enorme roca observando a sus nuevos compañeros según el orden en el que se iban presentando.

Mirando a Olson tras su comentario..bueno.. espero que ese mal humor lo gastes mas con los malditos no muertos de Cryx...., mirando a todos...Mi nombre es Rashnor.. Clerigo de Morrow y encargado de la Parroquia de la Fortaleza, las puertas de la diocesis siempre estan abiertas para todos... Creyentes o no... Malhumorados o De buen humor.... lanzando una mirada hacia Olson

- Me levanto enfundando la pistola en la pistolera del pecho y le doy un entusiasta apreton de manos a Alnor. Un placer querido amigo, pero no deberias disculpar a tu amigo, ya que solo ha expresado lo que pensaba y no ha ofendido a nadie o eso creo...añado con una inocente sonrisa.

Olson observa a todos por turno, y dejando de lado la espada, habla nuevamente, cosa poco común en él.

-Batalla tendremos si o si. Y-agrega, observando al sacerdote de Morrow - si esos no muertos cargan contra mi o contra quienes esten conmigo, los enviare de regreso a sus tumbas.

Su talante parece suavizarse un poco cuando vuelve a hablar.

-Si estaremos juntos, no os preocupeis. Protegeré a la compañia con mi vida.

El sargento entra en los barracones sin preocuparse en escupir en el suelo.
A ver los nuevos,¿estais todos? mañana al amanecer se os entregaran raciones y balsamos de primeros auxilios.
El capitan Willians me ha ordenado expresamente que vayais solo vosotros sin guias para ver como os desenvolveis, asi que aqui teneis un mapa de como llegar hasta Altoacantilado.
Os entrega un pergamino un poco roñoso.
Si alguien no esta armado que pase por la herreria alli hay de todo.
Escupe al suelo, mirandoos de uno en uno en silencio.
No es peligroso pero......tened cuidado.
Se da media vuelta.
La cena esta servida pasad a recoger vuestro rancho.
Desde fuera vienen sonidos metalicos de cazos y chapoteos de caldo.Por la ventana veis que en medio del patio hay un gran caldero humeante y dos cocineros reparten con un cucharon a los no mas de treinta soldados que forman la cola para cenar.
Realmente la fortaleza parece estar en sus ultimos dias.

-Hey Olson, echemos un vistazo a la herreria que quizás hay algo, luego ya degustaremos la especialidad del chef-

Y sin pedir permiso a nadie se marcha de los barracones en dirección a la armeria.

En la herreria no hay nadie, los fuegos estan enfriandose, pero aun hace mucho calor y el sudor perla la frente. Ademas la cercania de los olores de los establos no ayuda en mejorar el ambiente. Las herramientas de los herreros estan recogidas en los estantes y las armas y armaduras estan sobre mesas de madera juntas a la pared del fondo.

- Me acerco con Alnor a la armeria, por si hubiera algo de artilleria para complementar la mia...pero oh!, decepcion, nada aprovechable para un buen pistolero....No hay demasiado material aprovechable, para ser una armeria de un puesto fronterizo,le comento a Alnor, mientras vuelvo a tomar la cena.

Alnor se acerca a la mesa y coge una espada larga y un hacha de mano.

-Un acero más grande y una buena herramienta por si hay que talar algún arbol.- Dice para sí.

En la herrería, Dougal se hace con un puñal afilado, ideal para atacar a su estilo... por la espalda. Lo oculta en su bota. También blande una espada corta, satisfecho al notar que se adapta perfectamente a él, y la guarda en la vaina que ajusta a su cinto.

De reojo observa como Alnor se hace con una espada larga y un hacha. ¿Me lo parece a mi, o esta gente tiene demasiadas ganas de pelea?

Canturreando, sale al patio siguiendo a sus nuevos compañeros para ponerse en la cola de la cena. En estos momentos llenar la tripa es para él la prioridad número uno.
Porque... ¿quién sabe lo que ocurrirá mañana?