Partida Rol por web

como si hubiera sido un susurro lejano que rebota sobre las paredes del ascensor y habla sobre aquel "Devorador de estrellas". Logra encontrar la entrada, como si fuera una visión, un lugar oscuro, muy oscuro, cubierto por altos arboles moribundos. Hay bestias custodiando la entrada , la tierra tiembla e incluso logras verlas, a las estrellas, apagandose en estallidos , trituradas por gigantescos dientes.

El rey Hoshi ponderó lo descubierto por el templo.   La voz del pueblo, canalizada ahí, había funcionado muy bien.  También las averiguaciones de Christa, la brillante joven astróloga.  

Pero necesitamos saber más.  El número de monstruos y trampas.  El tipo de monstruos.    -No quería arriesgar a su Corte y seguidores en una exploración sin posibilidades de éxito. 

Analicémoslo con cuidado.  -mascullaba sobre la mesa redonda, ubicando en el mapa donde estaba aquel lugar. 

Sabemos que es un lugar oscuro, dijo a quienes ahí reunidos estában, así que habrá que llevar fragmentos de estrella (que son realmente estrellas en gemación) para que nos ilumine el lugar.    Yo tengo tres, así que podría equipar a 2 de ustedes.   Christa, ¿usted cuantas tiene?   Mm, creo que nos van a faltar dos o tres.  Ojalá tuviéramos el Observatorio ya listo. 

¿Alguno no está ya exhausto que pudiera reconocer la zona para saber a que nos enfrentaríamos?  -Temía que todxs lo estuvieran. 

Por otro lado, quizá debamos abocarnos a encontrar a Nimia primero, puede ser más urgente, además de que una curandera adicional nos ayudaría a sobrevivir el asalto a la Cueva del Devorador.   -Ponderaba el actuar ahora, o esperar un ciclo más.    Quería escuchar lo que pensaba la Corte, cada persona de la sabia Corte.

Tras la asistencia de las servidoras de Chiyoko, que al final termino siendo solo un simple masaje, salgo un poco mas relajado, gracias chicas, lamento no haber podido mantenerme  a la altura, pero realmente estaba muy concentrado en demasiadas cosas, pero realmente me han ayudado a despejar mi cabeza, en ese momento el rey Hoshi nos pide su opinion respecto a donde proceder con la expedicion, estimado rey Hoshi, las investigaciones realizadas en las cercanias de la entra no son muy esperanzadoras, muchos monstruos y muchas trampas, pero mi preocupacion siempre a sido y sera para el pueblo, mi voto va para proceder con la busqueda de Nimia, ademas parece que tambien estan secuestrando a posibles visitantes, lo que podria dar mala reputacion a nuestra amada Guacamayeutica Republica, quisiera que hubieramos logrado mayor informacion, una cosa mas majestad, quisiera pedirle a usted y al resto de los cortesanos que reunamos todos los materiales que podamos para poder comerciar con los demas reinos, hay muchos planes de crecimiento para el reino que no podemos costear por el momento.

Malherida intenté recuperar la consciencia, los intentos del bufón surgieron efecto y conseguí abrir ligeramente los ojos analizando el entorno en el que me encontraba.

No fue hasta ver su figura cuando recuperé mi completa movilidad y, tan sorprendida como confusa, desenfundé mi espada en posición defensiva y desafiante:

                —¡¿Quién eres y que quieres de nosotros?! —grité al aire dispuesta a entrar en duelo si no recibía ninguna respuesta.

Rápidamente revisé el lugar en el que me encontraba pero no pude siquiera reconocerlo y menos detenerme a intentarlo ya que no apartaba la mirada de quién podría ser una amenaza para mi misión.

_{Una extraña voz te susurra al oído:} "Curioso personaje tenemos aquí... Seguro que usted se llevaría muy bien con Irina. Es una lástima que sea tan cerrada, pero seguro que un buen bufón será capaz de darle algo de luz y alegría a su vida... Jijiji"

Enzo se echó un paso para atrás en cuanto la mujer felina se despertó dando aquellos gritos.

 -¡Vaya con la gatita, que me descuido y me araña! ¡Jajajajajajajaja!

Dicho aquello, Enzo hizo una elegante reverencia delante de Irina, para presentarse en un tono más calmado.

 -Vincenzo Biancarella, más conocido como Enzo el Multicolor, Rey de Bufones y Bufón de Reyes a vuestro servicio, gentil damisela.

Sería un bufón, pero hasta él sabía diplomacia básica. Y si quería que aquella mujer felina se pusiera de buen humor y contestara a sus preguntas, más le valía aplicar todos sus conocimientos. Que hablando de preguntas, Enzo se disponía a realizar unas cuantas a Irina cuando de repente escuchó una voz. Miró a su alrededor, buscando el origen de aquel murmullo, sin éxito. ¿Qué diantres? Mira que muy bien de la cabeza no estaba, pero, ¿tanto como para oír voces como aquella? Algo olía a cuerno quemado... Y esa muchacha parecía ser la clave. Así que, poniendo su mejor sonrisa, Enzo tendió la mano a Irina para ayudarla a bajar de la carroza.

 -Por favor, sed bienvenida a la Guacamayéutica Reypública P'adelantaria Poliamorosa, reino pacífico y progresista en el que todo el mundo que traiga buenas intenciones es más que bienvenido. ¿Tendríais a bien decirme qué os trae por aquí, señorita?

Miro a la invitada no invitada algo molesto-Guarda tu espada... no me hagas repertirlo- tres hombres cabra de aspecto bastante imponente armados con lanzas rodean a la extranjera y apuntan sus lanzas hacia ella.

Escucho atenta a las palabras de su majestad. Era bastante preocupante la situación, sobre todo porque la guarida del Devorador parecía peligrosa de verdad.

Me pregunta por el número de fragmentos de estrella que tengo. Hago memoria y empiezo a recordar.

- Lo siento su Majestad, pero me temo que solo dispongo de dos. Podría darle mis dos fragmentos si así lo desea usted - me arrodillo frente al rey y le sonrío, algo triste. Estaba dispuesta a sacrificar mis dos fragmentos de estrella por mi rey si era necesario. Aunque no pudiese realizar las tareas de astrólogo... ¿Pero qué era mejor? ¿Sacrificar las estrellas por los amigos?

_{(En algún momento durante esta fase)}

En las laberínticas calles del reino conducía una carroza que era arrastrada por un conejo cornudo. Encima de la carroza se asomaba Chiyoko a través de una trampilla, con la altura suficiente para ver a los ciudadanos tan devotos que se acercaban a saludarla, y para que ellos la vieran.

—Queridísimos hermanos, hermanas, kitsunes... ustedes también señoras estrellas. —Saludaba como una reina, una secundaria al Rey Hoshi, pero con la capacidad de conectar con las deidades.— Ha llegado a mis oídos blasfemias sobre nuestras creencias, sobre nuestro dios todo poderoso Manon. —Los pueblerinos se disgustaban, incrédulos.— Según dicen, ninguno de nuestros dioses existen, sino que estamos confundiéndolos con ángeles y unos tales oscuros. Ridículo, ¿verdad? —El pueblo se reía junto a ella.— Como bien sabéis, nuestro reino nunca ha conocido la desgracia, no tenemos motivos para creer en dioses tan malignos como dicen. Sin embargo, sí existen gentes poderosas y malvadas que se hacen pasar por aquellos "oscuros". ¡No os dejéis engañar! Nuestros dioses siempre nos han agraciado.

El pueblo se mantenía callado, tanto que se escuchaban los cuervos en el cielo.

—Os anuncio, mi querido reino, que me ofrezco voluntaria para llegar a la verdad de este asunto. ¡Yo misma cruzaré las puertas principales y superaré las maldades del laberinto, en busca de la verdad! —La gente aplaudía y alababa, algunos lloraban de alegría.

Todos se reunieron en torno a la carroza, intentando obsequiar a Chiyoko de la mejor manera posible. Se tapó la cara, al ver que un espontáneo quiso regalarle un vistazo desnudo en primer plano.

—Os agradecería que, si tenéis información o alguna pista que me fuese útil, os acercarais y me lo dijéreis. Rezaré por vosotros más allá de las puertas.

- Lo siento su Majestad, pero me temo que solo dispongo de dos. Podría darle mis dos fragmentos si así lo desea usted -

No será necesario, Christa.  Con sólo una que prestes temporalmente a Lord Gortorda u otro cortesano, una vez que entremos al laberinto, será suficiente.  De esa manera él o ella podrá ver a los enemigos en la oscuridad cercana, y eso hará una gran diferencia en nuestros ataques y defensas. 

La llamó un poco aparte y le confió una de sus ideas:

Ya tendremos nuestro Observatorio, en cuanto consigamos suficientes MegaOros para ello y haya votación favorable para ello en la Mesa Redonda.   Con esa tan científica instalación podremos dotar de un fragmento de estrella (que realmente es una pupa o gemación) a cada uno en la Corte, y podrán ser fragmentos cada vez más poderosos.  Aventurarnos en el laberinto sin luz es una desventaja y riesgo innecesario.   

Te agradezco tu generosidad.

Me acerco a Chiyoko y al rey, disculpen que los interrumpa, pero creo que para fortalecer los fragmentos, igual que el resto de equipo, una forja seria lo mas apropiado, pero el problema central sigue, para todos los proyectos se necesita megaoro, o espacio y megaoro.

Sir Rednose, ya encontraremos megaoro en el laberinto, no os preocupeis.  Hablemos de dineros a nuestro regreso mejor, para hacer cuentas constantes y sonantes. 

Mientras le adelanto que estoy pensando en una regla pa'delantaria y republicana para la toma de decisión sobre qué edificio(s) construir cada ciclo.  Algo que nos refleje, digamos, que tenga votaciones igualitarias y aleatoriedad; algo que haría sonreir a nuestros dioses. 

¿Ha oído de cómo votan las abejas?  -Puses pooor ahí va mi pensamiento, zumbando, jeje. -dijo, dejando al lado un catálogo de monturas donde buscaba algo que tuviera alguna himenóptera.    Pero bueno, lo refino y se lo paso para que me lo comente.  Así elegimos un sistema que quede bien para lo variopinto de nuestra gente.

Al ver la reacción de Gortorda, Enzo no pudo evitar echarse a reír a mandíbula batiente.

 -¡Jajajajajajaja! Ay, mi querido Lord Gortorda, siempre tan precavido. Dad una oportunidad a que la muchacha se explique al menos. Después de todo, en este reino prima la justicia y la equidad, ¡o al menos así era cuando me fui a la cama ayer! ¿Ha habido un golpe de estado del que no me haya enterado? ¿Tengo que cambiar el color de mi vestuario para adaptarme a una nueva bandera? ¡Oh, qué angustiosa es la vida del bufón cromáticamente coordinado con su patria!

Por supuesto aquello no era más que un estúpido paripé destinado a aliviar algo de la tensión surgida entre el buen ode Gortorda y la desconocida. Una pelea no les vendría bien ahora, especialmente porque seguro que Gortorda ganaba y entonces la mujer felina se cerraría en banda a contestar amistosamente a cualquier pregunta que le quisieran hacer.

Pero no iba a quedarse ahí la labor de Enzo, no. Aquella llegada era sin duda muy extraña. Tenía que inspeccionar los alrededores, reunir toda la información que pudiera. Un grupo de súbditos pequeño sería muy util para esta labor. Quizás tres o cuatro, exploradores o cazadores, que eran los mejores para este tipo de labores de recorrido de caminos.

Y luego estaba esa carroza vegetal misteriosa, con símbolos aún más misteriosos encima. Eso también tenía que ser investigado a fondo. En la biblioteca del reino seguro que tenía que haber algo. Y si no, la señora Chiyoko seguro que le podría indicar dónde encontrar ese tipo de información. La cuestión era investigarlo, porque parecía importante de narices.

 -Bueno, bueno, bueno, ¿qué tal si nos lo tomamos todos con calma y vamos a desayunar algo sustancioso? ¡No me he metido nada en el buche desde anoche y estoy que me desmayo del hambre! Y mientras comemos, podemos parlamentar y afianzar las relaciones amistosas entre nuestros reinos, ¿qué os parece?

-Dañaste mi animo niña -hago una seña que cualquiera diría que es una orden de ataque, pero lo que en verdad pasa es que mis hombres bajan sus armas- estén atentos y lleven ese carro a un sitio seguro, yo iré a caminar un poco- me voy a revisar las condiciones defensivas en el reino junto con mis demás subordinados.

De acuerdo con el Visir y la Síbila estoy.  A los monstruos neutrales que nos encontremos en el laberinto hemos de convencerlos de que se unan con nosotros en la guacamayéutica república.  Sus regiones las protegeremos, y tendrán un lugar en las decisiones colectivas del conjunto. 

El rey, que era particularmente carismático por aquella poblada barba y bigote, buscaría convencerles. 

Llevo un banquete, por si nos encontramos con la mítica tribu de ogrekin, parientes recientes de nuestra propia gente.

Se quedó pensativo viendo su astrolabio portátil.

¿Los almacenes pueden conservar reactivos?  Pues he visto en las astromancias que hay una gelatina gigante de colores arcoiris con brillos compuesta de esos reactivos en las cercanías.   ¿O será una colina de hierro, como prometían las profecías?    En todo caso, vamos, en búsqueda.

El vizir se acerca de forma prudente al rey, mi señor, conosco esa mirada, ellos estan esperando que les bridemos un hogar mas que comodo dentro de nuestra amada Guacamayeutica Republica Pa'delantaria Poliamorosa, eso aumentaria el costo de mantenimiento, pero creo que aun podria ser conveniente contar con ellos, y claro, es su decision, pero aun a riesgo de ser impopular insisto en sugerir que recolectemos todos los materiales posibles para negociar con los reinos vecinos.

Si, visir, recojamos el hierro* que hay en ese gusano metálico que nos encontramos por allá, todavía moviéndose un poco antes de morir.   Y apurémonos porque ahí veo ogrekines, gente de barro y un treant muy enojado.

El rey Hoshi viajaba con un entourage de 7 ciudadanos.  ¿Eran guerreros?  No.  ¿Exploradoras?  No.  ¿Adivinas, enfermeros?  No. 

 Eran campesinos, trabajadores, pastoras, meseros, molineras, gente normal, común y corriente, si, pero que lo que traían consigo en común para este viaje de exploración era... ¡música!   

Al encontrarse con los ogrekin, con la gente de arcilla y el bárbol treant, y hacer campamento, decidieron arrancar las negociaciones del Rey Hoshi y su corte con aquella música oficial de la república, con esos hermosos sones cantados desde el inicio de sus tiempos, para el ave que habían encontrado y los Biancarella no se habían desayunado. 

Ese grupo se llamaba a si mismos Los Cojolites, y la canción iba...

Estaba la Guacayama parada en un platanar

sacudiéndose las alas, preparada pa'volar...

....

Vuela vuela vuela voladora, si me has de querer mañana, 

vamonos queriendo ahora... 

Muy diplomático y sutil ese mensaje final.    Claro, lo cantaban esa versión, y lo zapateaban en esta otra, para variar.

Y muy claro y veraz, al treant le prometió que iban a quitar al Devorador de Estrellas para que estas pudieran moverse libremente visitando el bosque y la república.  Que si quería unirse a esa lucha era más que bienvenido.  También a los ogrekines y gente de arcilla.

—Rey Hoshi, su avistamiento de Hierro ha sido bastante oportuno, ya que parece que con ello podemos germinar más fragmentos de estrella. He tenido tiempo de analizar la mía, que tengo desde que me llega la memoria, ¿sabe? Además, el señor Gortorda conoce un montón este material, se llevan muy bien. Seguro que podrá liderar la fabricación de armas de combate.

Dar la bienvenida a aquellas criaturas fue una grandísima idea por parte de Hoshi, Chiyoko pensó que podría cooperar para facilitar su unión al Reino.