Partida Rol por web

Había sido un largo viaje para Vincenzo y Arturo, pero necesario. Lo que habían visto en aquel sitio, justo antes de que todo se saliera de control les había puesto alertas. No solo tenían al Rey y sus compañeros en paradero desconocido, también tenían aquella cosa gigante que habían visto, el devorador de estrellas. 

No sabrían decir si era una máquina o un ser vivo, lo cierto es que debían detenerla y qué mejor que para tratar con máquinas que Tafi, la ingeniera de Dungeon. 

Arturo y Tafi, puede que solo se hayan visto un par de veces, durante alguna diligencia comercial en el pasado. Incluso puede que Tafi, haya visitado una que otra vez al reino padelantario, pero lo cierto es que ambos tenían un leve recuerdo del otro. Tafi, de su comida, y Arturo, de su habilidad.

Ambos llegaban por uno de los caminos que bordeaban aquellos rascacielos, que parecían cuidadosamente elaborados a mano, pero tan solo eran una creación más del laberinto. Tal vez en el pasado haya sido una grandiosa ciudad, pero ahora toda su geografía estaba conformada por edificios y rascacielos, en su gran mayoría sin entradas algunas, siendo el equivalente a lo que serían montañas, pero de concreto. 

Por uno de estos angostos caminos llegan hasta que en contraluz de las multiples estrellas que alumbraban aquella gigantesca area, se observaban puentes, caminos, maquinarias voladoras incluso, La Ciudad Acantilada era uno de los puntos más importantes de comercio de las que se tenía conocimiento y aquí buscaban a una persona.

¿Tal vez Arturo recordaba el sitio donde ella trabajaba?, o decidirían acercarse hasta el palacio o en este caso, municipio, para hablar con los gobernantes, en lugar de la corte. 

Sin duda era algo muy diferente al reino padelantario, pero estaban allí finalmente, tal vez por primera vez observando las maravillas tecnológicas que ahí existían. Si lograban hacerlo bien, tal vez se llevaran consigo a una excelente aliada que les ayuuaría a implementar las mismas en su medieval reino, en comparación.

Arturo estaba un poco meditativo, mi apreciado Biancarella, aunque preferiría agilizar esto evitando involucrar a terceros, mis recuerdos del lugar no son tan confiables como desearía, así que, si estas de acuerdo iremos al palacio a buscar información, ademas a la larga podría resultar beneficioso al reino, eso siempre y cuando que G'Urik no este en malos terminos con el reino.

        Las noticias de lo que había estado ocurriendo en los reino vecinos y que acontecía en aquel enorme laberinto cambiante iban de boca en boca, pero lo cierto.... es que no estaba del todo interesada, tenia otros asuntos que tratar con mucha mas urgencia aquí en mi provisional sede del culto  ... es lo que pasa cuando eres la cabeza de un culto... , en especial cuando uno de esos tantos rumores era aquella cosa que intentaba drenar las energías de las mas importantes fuentes de energías ... y aunque es solo una teoría... quizás nuestro gran engrane pudiera estar entre sus objetivos...

         Theo, Uldy, Boris ! - exclamaba al aire sin dejar de trastear con toda mi atención con un dron recuperado de la ultima incursión - Necesito mas detalles de eso que se supone que vieron - usando mi preciada llave con la cual intentaba extraer la cámara sin dañarla en el proceso - Ya saben como se ponen los patas frágiles de ropa fina de este lugar, si no les tenemos un informe detallado en donde sus ropas no se vean manchadas, ya nos tendremos que ir despidiendo de este sitio - comentaba con cierto cabreo, no por que le tuviera un real aprecio a esta montaña hueca, si no por que habia muy pocos lados en donde mi gente no fuera apuntada en las calles y la idea del volver con nuestros parientes mas sosos era aun menos viable, por lo que solo nos tocaba seguir con es-

* Grgggggg~rrrrrrrr~R * 

    Mientras me tocaba avergonzada el vientre con mi mano desocupada, " Me~ka~shis" esbozaba pues aquella reacción tan natural de mi cuerpo solo significaba algo... necesitaba comer... y pronto...

    Tsk.... alguien traigan'me un bocata... o algo... que al final en este sitio tampoco hay algo de variedad - con una notable molestia comentaba esto ultimo, pues de lo que llevaba asentada en este lugar no habia un solo platillo que me llegara a emocionar tanto como el de.... - que tal le estará yendo a patas silvanas... - musitaba antes de volver a enfrascar en mi tarea.

Arturo

Tus recuerdos son difusos, pero reconoces ciertos aspectos que te ayudan a guiarte, ya sean por comentarios de ministros de otros reinos, comerciantes o propios aventureros que han pasado por la GRPP, reconoces ciertos detalles que estos te contaron que te ayudan a guiarte, por muy poco, para que no te pierdas. 

Ante ti, en las alturas, tras subir por unas intrincadas escaleras vertiginosas pegadas al rascacielos-montaña con clavos y tuercas, que por la altura les da un mejor vistazo a la majestuocidad de esa ciudad. Incluso logran ver algunas maquinas voladoras, que como globos flotan ingravidas a un costado de los rascacielos, esperando ser desembarcadas o viceversa.

Claramente era una ciudad comercial bastante importante. 

La luz de una estrella dorada otorga una iluminación crepuscular que brilla golpeando sobre los rascacielos y los globos. No era la GRPP pero era ciertamente un reino que tenia su propio encanto. 

La gente en este edificio vestia ropas finas y pieles de distintos tipos, en su mayoría con plumajes. Estaban hablando entre ellos fuera cuando les dieron un pequeño vistazo, antes de volver a hablar entre ellos. 

La edificacion era un municipio, lo reconocias como un sitio donde entraban y salia gente, tal como las oficinas administrativas de tu propio reino, por lo que este debería ser el lugar correcto donde poder hablar con los encargados, pero haría falta esperar tu turno. 

Thafis

Ciertamente es dificil ser una goblina en cualquier parte, si no fueran por tus capacidades mecánicas. Conoces a los encargados de la ciudad para los cuales trabajas, pero quienes de una u otra manera te explotan. Aunque al principio valia la pena por estar en una ciudad como esa tan llena de mecanismos, tecnología y cosas que hacer. 

Los Goblins de Thafis le cuentan como pidió, lo que se rumoreaba en las tabernas, tiendas y fronteras. 
- Una maquina tan grande como una montaña- dice Theo.
- Escupe fuego como un dragón- dice Uldy
- Y atravieza el laberinto destruyendo todo a su paso y es- dice Boris mirando a los demás que le devuelven la mirada para decir todos todos al mismo tiempo

- Capitalista!!!- 

Entonces entró una persona, o eso parecía, con sombrero alto, monoculo, vigote y un bastón en su mano. Que caminó mirando a todos los goblins con asco sin disimular y luego miró a tafis para levantarse un poco el sombrero , mirandole, revelando su calaverico rostro, antes de suspirar y decir.

- El informe...-

Arturo se acercó a una persona que parecía un administrativo(a) del lugar, buenas tardes, disculpe nuestra intromisión, pero vengo buscando una goblin con quien me topé en antaño, tenemos un negocio que requiere de sus habilidades y esperaba que ustedes pudiesen ayudarnos a localizarla, su nombre es Von G'Urik, talvez el nombre de Thafiris les sea más familiar, el visir intentaba ser cauto y diplomático, sabía que la forma en la que viesen a la goblin afectaría a como los vieran a ellos, según su nivel de cercanía.

      Esbozaba una pequeña sonrisa ante los comentarios de mis compañeros los cuales aunque escuetos iban dándome una figura de lo que podría ser el problema, pero con las prisas y demás asuntos que los noblecillos de este lugar le gusta oír no podía simplemente dormirme en laureles, así que haciendo tripillas corazón a la leve fatiga comienzo a dibujar y anotar los datos además de agregar una que otra burradas para que no se viera tan precaria todo esto.

   Oh~oh~oh.... mi señor... - dibujando una falsa sonrisa acompañada de una reverencia ... por que tenia que ser este... -como vera... estos últimos tiempos en el laberinto han sido un tanto salvaje... si los pies lanudos ni los espalda de piedra han sido capaces de aplacar los foribundos nuevos asaltos que tiene para quienes se adentran.. - mientras miraba levemente, pero no mas para que se inquietara - Pero... usted viene por cosas mas... palpables y aqui... bueno... aqui es donde nosotros entramos... - Mostrando los rápidos bocetos que había dibujado en base a los datos de mis compañeros.

    Se que no tengo ni voz ni voto en vuestros asuntos señor pero tengo un buen consejo para usted.... aléjese de esa cosa.... jijijiji - dejando escapar una leve, pero bastante chillona risa - es como si el laberinto hubiera sacado a uno de sus chicos malos por que con un tamaño colosal.... capaz de abatir a las tropas con andanadas de calor... y que no pareciera estar muy interesado mas que en arrasar todo a su paso..... el irle a tocar los cojones sin un plan solo va a ser que estos dias sean recordados mas con una nota baja a que canten de usted en las tabernas - comentaba mientras repetía una segunda reverencia quizas mas de cachondeo que por real respeto - pero enserio... mi unica recomendación es destinar recursos a trajes ignífugos.... al menos eso les puede dar algunos segundos para huir del lugar...

El viaje había sido largo, agotador y aburridísimo... ¿Para qué habían ido allí en primer lugar? Oh, sí, por la amenaza aquella que les había separado de sus compañeros, el devorador de estrellas. Necesitaban fortalecer su reino a toda costa para evitar que aquella... Cosa acabara con ellos. Y por ello estaban en aquel lugar, buscando a una vieja amiga de Arturo que podría ayudarles.

 -Ay, amigo mío, ¡que la tristeza y la preocupación no empañen tu rostro! Muchas veces los recuerdos no vienen solos, ¡sino que tienen que ser estimulados! Ya sea con olores, sabores, sonidos... O con golpes en la cabeza, es lo que hago yo cuando me olvido de dónde he dejado mi cofre de maquillaje de emergencia. Y si en este caso acudir al palacio ayudará a que se te estimule la memoria, o a que encontremos a quien hemos venido a buscar, ¡bienvenido sea!

Si lo peor que tenían que hacer era dar unas vueltas por aquella ciudad tan interesante, ni tan mal. Era tan diferente de su amada Reypública pero tan similar en ciertos aspectos... Como que tenía casas con gente dentro, por ejemplo. Vaaaale, era un reino completamente diferente, ¡pero eso era lo bonito! Seguro que podría aprender algo interesante que aplicar en su propio reino cuando regresaran.

Cuando llegaron al sitio que su amigo había propuesto, Vincenzo le dejó hablar primero. Sólo intervendría de ser estrictamente necesario. Porque si aquella ciudad le resultaba exótica a él, ¡cómo de exóticos les estarían resultando ellos a los habitantes de aquel lugar! Así que mejor callarse a tiempo que meter la pata hasta el fondo. Al menos de momento...