Partida Rol por web

Reinos del Laberinto (Meikyuu Kingdom)

01 Reino de Nebel - Asuntos Familiares - Tania y Minertha

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17/05/2021, 23:06
Narrador

Nebel, el reino sobre la niebla, antaño una gloriosa muestra de como la humanidad era capaz de sobreponerse a las calamidades, ahora solo era un irreconocible borrón de lo que alguna vez fue. 
Han pasado 166 años desde que la gran ola arrasó los reinos y solo los cuentos de las abuelas, que escucharon de sus padres, es lo que se sabe de lo que era Nebel, además de los mitos del mundo de hace 2000 años.
Ahora Nebel, es un lugar donde la corrupción es tan oscura como los bosques sumergidos en niebla que pueblan la región. Aquí, las desapariciones y el comercio de esclavos es algo común y bien visto. No hay distinción entre la moral de la gente, mientras tengan dinero. 

Pero no todo era oscuridad en Nebel, al menos no hasta el nacimiento de la hija del Rey. A quien todos parecían querer, menos su propio padre, quien pasaba más ocupado en beber y apostar, que cuidar de su hija.

Probablemente el no sea la razón del deterioro del reino, aunque probablemente si lo haya empeorado, pero no era la razón principal. Hace muchos años, el reino dejó de pertenecerle al rey, para pasar a ser propiedad de un gremio de delincuentes sin nombre, asesinos y esclavistas. La gigantesca deuda que tenía el rey, era para este gremio, quien estuvo a punto de dar a su hija como pago, si no fuera por el convenientemente oportuno ofrecimiento de Arturo, un Vizier de un reino lejano, que tenía un pasado como aliados con Nebel. Este Reino aliado, parecía necesitar ayuda y estar al borde de un colapso, debido a una fallida incursión al laberinto. Pero lo importante, es que tenían con qué pagar, y era lo único que le importaba al Rey.

Tania ha sido llamada a encontrarse con quién será su escolta, quién le espera detrás del palacio, para conducirla por un pasaje secreto hacia el exterior, pues, los exteriores y entrada de Nebel, es un sitio muy peligroso. 

En principio esperaba que fuera un caballero, pero aquí le esperaba Minertha, con su casco bajo un brazo. Acababa de ser encomendada a una importante misión, protegerla hasta que se reuna con la nueva corte y entonces regresar a su propio reino para tomar el puesto que le habían negado, debido a burocracias de otro comandante que ansiaba el mismo.

Notas de juego

Tienen un largo camino por recorrer, por lo que pasaran un tiempo viajando, asegurense que tienen todo listo y presentense una a la otra. Pueden partir cuando quieran, o mejor dicho ¿Qué hacen?

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18/05/2021, 00:40
Tania

Crecer en Nebel para Tania no era como aquellos relatos dónde las princesas cuentan sobre sus instantes en armonía, lleno de felicidad, flores y amores. Dar los primeros pasos dentro de una corte que tenía demasiadas sombras para ella era demasiado fuerte, pero nadie jamás pudo apagar su luz. La princesa era como una estrella que en su fulgor brillaba con intensidad aún cuando el cielo estaba en penumbras, esto es lo que sin dudas siempre ocasionó una gran contradicción en un padre que vivía de las apuestas y el alcohol. Era un tesoro preciado, su niña, pero también podía ser algo a utilizar debido a su personalidad tan ingenua e inocente. 

No obstante ella era una pequeña que siempre reflejó ese atisbo de inquietud y una felicidad que perenne se mantenía viva pese a los golpes que la vida misma—o las malas decisiones del rey—por defecto la involucraron. Tenía sus propia mirada de este mundo, de su reino y de sus padres. En la mayoría de las ocasiones creció en medio de un ambiente hostil donde ella supo adaptarse con facilidad, sin entender el motivo de todo aquello ya que no recibía ese cariño directo de sus padres mientras ella se comportaba como alguien muy cercana. 

Ahora mismo cuando un futuro poco esclarecedor tenía entre sus manos, no fue capaz de rechistar por las decisiones tomadas ni siquiera un mínimo desacuerdo porque desde su ignorancia, aceptaba todo lo que su padre le pedía. ¿Que mal podría hacerle? Por ello es que una vez estuvo preparando todo para su pequeño viaje, a sabiendas de que debería ir a otro Reino para establecer acuerdos—eso le habían dicho y se lo creyó—asi que quería estar a la altura de una gran responsabilidad. ¡La primera en su vida! 

Por ello se despidió con alegría, se sentía importante porque le habían confiado una tarea a ella y como siempre se mantuvo aferrada al firmamento, había leído la noche anterior que se venía un cambio muy bueno en su vida y un reencuentro. Aunque esa parte si que no sabía relacionarla, le hacía muchísima ilusión encontrarse con Adalberto, pero aquello era imposible. Pero más allá de todo lo requerido, emprendió su pequeña caminata hacia el punto de encuentro y al ver que allí una mujer la esperaba se sorprendió para bien. A Tania, rara vez el mundo podía atemorizarla, solo que ahora había salido a conocerlo. 

—Señora, soy la princesa Tania de Nebel. Encantada—dijo con una inmensa sonrisa—. ¿Usted es quien estará a cargo de escoltar mi presencia hacia el otro reino? 

Y tras la pregunta, se quedó de pie con su atuendo de Princesa blanco y un cerro bastante llamativo. Su cabello resplandecía como la luz del sol y esos ojitos azules, llenos de vida, de inocencia, hablaban de una ingenuidad que no tiene misterios. Ella era transparente. 

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18/05/2021, 04:27
Minertha Vermillion

Arrebujada en el calor que su gabardina azulada lograba retener, Minertha aguarda la llegada de la princesa con calma, pero a la vez una cautela inusitada. A fin de cuentas se le hace difícil el tener que encontrarse tan lejos de su hogar, en un reino desconocido del que no ha oído más que rumores muy poco halagadores, todo para cumplir una misión con la que no está nada de acuerdo. Su cabeza es incapaz de procesar los motivos que la corte ha tenido para aceptar algo tan frívolo y poco cauteloso, a fin de cuentas… Aceptar a la princesa de aquel reino ruin bien podría ser la perdición de la República.

En su imaginación, la princesa Tania se trata de una mujer rastrera, cargada de malicia y con intenciones de aprovecharse de la hospitalidad de su rey; una de las peores ideas que se le pudo haber ocurrido a la corte. Y en parte esta misma desconfianza y recelo la motivaron a aceptar la misión, utilizando una de las célebres frases que su padre siempre solía repetirle: "Si necesitas vigilar algo o alguien, asegúrate de tenerle a distancia de tiro". Y aunque durante su infancia más idealizada e incluso adolescencia no era capaz de concebir una frase tan cruenta, es a causa de este "trabajo" que comienza a encontrar la sabiduría detrás de las mismas.

La idea la mantiene inquieta, imaginándose una realidad en la que debería acabar con la vida de susodicha princesa… Y la sola idea la incomoda aún más. Matar monstruos era fácil después de todo, criaturas sin pensamiento, sin alma… ¿Pero personas? Un mundo de diferencia. Por fortuna el recordar a su padre la ayuda a alivianar esa tensión e inquietud, provocando un suspiro suave por parte de la chica, en parte alivianando su tensión pero también cargado de nostalgia. El pensar en su padre la ayuda a mantener alejados los pensamientos de que algún asesino o bandido podrían saltarle desde la niebla y la motivó a dejar de lado su arma, un rifle de color rojizo, mientras se prepara para encenderse un cigarillo.

Por desgracia es justo en ese momento que escucha unos pasos aproximarse y, aún con el cigarrillo en la boca, decide dejar el mechero de lado y volver a coger su arma para apuntar en dirección a la difusa figura que se aproxima. -¡Quién v-...- Exclama, pero se interrumpe a sí misma una vez que logra distinguir mejor a la angelical princesa de Nebel. Aturdida, habiendo recibido una suerte de ángel cuando todo este tiempo se estuvo preparando para una súcubo chupa almas, Minertha guarda silencio por varios segundos...

Hasta que finalmente baja el rifle y realiza una reverencia exagerada, con un sonrojo más que evidente en el rostro. -¡L-Lo siento!- Se apresura a soltar, avergonzada por como acaba de cagar su primera impresión frente a la muchacha. Se toma varios segundos para recomponerse, respirar y... Adoptar un semblante lo más serio posible, aunque aún con ese sonrojillo en las mejillas a causa de la vergüenza. -Ehem... Mi nombre es Minertha Vermillion, enviada de la República... Seré su escolta durante este viaje, me encargaré de que no sufra daño alguno.- Y dicho eso, se voltea y le hace un pequeño gesto con la mano para que la acompañe. Eso sí... Se le ocurre agregar luego de dar unos pocos pasos. -Y soy señorita, no estoy tan vieja aún...- Resopla suavemente. Eso de señora y ser tan formal no acaba de pegarle.

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18/05/2021, 15:05
Tania

Al ver que le apuntó con un arma aquella mujer, Tania no se alarmó ya que ella carecía del sentido de autoconservación y no percibió un temor que le paralice el corazón. Por esto es que jamás perdió la sonrisa, incluso le resultó divertida la disculpa de la joven guardiana ya que se había dado cuenta sola de lo que sucedió. Pero ante aquella actitud, la princesa avanzó unos pasos y le cogió las manos para que de esta forma pueda mirarla a los ojos. 

—Nada que disculpar, solo fue un pequeño susto—aclaró en un tono melodioso, dulce—. Encantada Minertha Vermillion y estoy muy agradecida de que sea usted quien me escolte, percibo que es muy buena y los astros no se equivocan cuando me envían a alguien para que compartan camino conmigo. Gracias. 

Desde su educación que exquisita fue algo doctrinaria, Tania se comportaba como alguien cercano, respetuoso, pero con ese toque afectuoso que por defecto no tenía nadie de la realeza. Ella era diferente, curiosamente diferente. Luego cuando le aclaró lo de Señorita río por lo bajo, de forma melodiosa y animada. Incluso se atrevió a hacer una reverencia a modo de disculpas, haciendo que todo su cabello caiga hacia delante y casi su sombrero también. Aunque este último lo pudo sujetar. 

Mis disculpas, Señorita Minertha—y al incorporarse, preguntó—. ¿Cómo quiere que la llame? ¿Guardiana, Minertha? 

Y en medio de aquello, recordó algo. 

—No se preocupe, ambas nos cuidaremos. ¡Sigo sus pasos!

Entusiasmada se la veía, solo que no tenía idea alguna de lo que podría encontrar al salir de su zona de confort. Los peligros que estaban cerca, ella los desconocía y le tocaría vivir un poco de realidad. Pero se sentía confiada, su Guardiana Minertha Vermillion la protegería. 

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18/05/2021, 17:54
Minertha Vermillion

El alivio que siente Minertha al ver cómo la princesa no se muestra asustada ni molesta por haber amenazado con volarle los sesos es simplemente indescriptible, aunque ello no quita que siga sintiendo cierta clase de confusión y a la vez de... Desconfianza, no hacia Tania esta vez, sino a que la chica efectivamente fuese parte de la realeza de Nebel. La imagen que tenía en su cabeza hace tan solo unos instantes distaba enormemente de la que se encontraba a sus espaldas, adelantándose deliberadamente para evitar mirarla a los ojos.

-Uhm... Gracias, supongo.- Respondería con un tono ligeramente serio, sin saber bien cómo responder a la supuesta bendición de los astros. Nunca ha sido una persona muy espiritual después de todo, sino más bien todo lo contrario. Se acuerda de astros y dioses cuando se encuentra con los problemas hasta el cuello... Pero de normal, no les presta mucha atención. -¿Es la primera vez que sales de Nebel?- Pregunta con curiosidad, aunque aún negándose a dedicarle la mirada por más de un brevísimo instante. En cierta forma es un tanto notorio el cómo trata de esquivarla.

Entretanto... El camino continúa a través de aquel pasadizo largo y oscuro que eventualmente les llevaría hacia la salida de Nebel, manteniéndose callada la mayor parte del trayecto, perdida un poco en sus propios pensamientos y preocupada más que nada de que la vuelta fuese segura. De tanto en tanto mira hacia atrás, aunque son vistazos breves y más que nada para asegurarse de que nadie les estuviese siguiendo, tratando de ser lo más profesional posible en unas circunstancias tan extrañas para ella.

Se tomarían su tiempo, pero una vez que llegasen a la salida podría verse un hermoso corcel blanquecino atado a una piedra, esperándoles. Minertha se encarga de desatarlo para después subir con relativa facilidad. Una vez arriba del mismo... Le ofrecere su mano a Tania para ayudarla a subir, además de una sonrisa cálida que trataba de transmitir confianza. -Bienvenida al mundo exterior. Eres un tanto distinta a lo que imaginaba... Pero es un placer conocerte. Puedes llamarme Minertha.- 

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18/05/2021, 21:23
Tania

De alguna manera notó Tania que la joven guardiana le esquivaba la mirada, aunque desde su ingenuidad no entendió el motivo ya que era la primera vez que la veía y sólo había estado con gente de su corte que de por sí, los conocía desde su nacimiento casi. Pero como todo, la pequeña Sacerdotisa lo dejó pasar y continúo con la conversación para alimentar este vínculo que recién comenzaba a forjarse. 

—Hm, si. Es la primera vez y estoy muy ilusionada, podré conocer otro reino y ayudar a mi padre—dijo desde el desconocimiento de su realidad—. Siento que es algo muy importante para Nebel, espero no fallarles. 

Tal como le han dicho, ella lo creía sin tener en cuenta lo perturbador que había sido la toma de esa decisión por parte de su padre. Pero desde su ingenuidad, se veía a simple vista que la rubia era muy inocente pese a ser una chica ya de 18 años. No obstante cuando ambas emprendieron el camino, el lugar estaba muy oscuro al ser una especie de túnel de acceso. Lo cual aferró con sus manos el cetro y se mantuvo pegadita a Minertha. 

Una vez abandonaron aquel tramo, suspiró aliviada y miró con alegría a su compañera. Incluso un caballo les estaba esperando y por un breve instante, Tania hizo un gesto de preocupación ya que jamás había montado a uno. 

—Gracias, Minertha—dijo y agregó—. Es la primera vez que estoy tan cerca de un caballo, pero confío en ti así que disfrutaré de esto. 

Y sin dudarlo aceptó la ayuda, era una pluma aunque con el vestido que llevaba sus bonitas piernas se rebelaron un poco de más. ¡Menos mal que no había hombres allí! Así que por ello no se preocupó y tras acomodarse, miró hacia el horizonte llena de esperanza. 

—Cuando quieras. Estoy lista. 

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19/05/2021, 23:37
Narrador

A medida que se adentraban en aquel pasillo, localizado detrás de una antigua estatua de un ser alado sin cabeza en el jardín trasero del palacio en ruinas. Minartha, como le habían indicado colocó los dedos en los relieves adecuados de esta manera activando un antiguo mecanismo que provocó que el suelo se abriera, abriendo paso hacia la oscuridad que ahora les envolvía y a medida que lo hacían sentian distintas cosas cada una, pero similares, como las comodidades que dejaban atrás, como podía ser el caso para Tania y los deberes y responsabilidades que comenzaban, en el caso de ambas pero especialmente en Minartha ¿Aunque, por qué era tan importante un monarca? Ella parecía bastante inocente como para serlo. ¿Qué estaban pensando los altos mandos? Eran los pensamientos que a veces, cuando no estaba tan concentrada en la propia princesa asomaban por su mente como pequeñas sombras, pues, su sentido del deber era más grande que su curiosidad, o al menos en principio.

De entre los pliegues del sombrero y sus ropas ante la obscuridad, las estrellas que acompañaban a Tania salían a dar un vistazo de forma inocente, curiosas de lo que ocurría como seres infantiles que eran, las cuales necesitaban guía y protección al igual que Tania.

La iluminación deja ver en los muros del pasillo grabados antiguos que incluso podría decirse que se tratan de jeroglífcos, que mostraban grandes figuras de ejércitos y figuras aladas combatiendo contra figuras abisales. Hombres peces contra hombres ave. 

También llama la atención distintos patrones de relieves que forman lo que parecen laberintos como si se tratara de mapas, aunque, tan solo parecía ser un mismo parón repetirse a lo largo de todo el muro como una ornamentación que evidentemente simbolizaba el laberinto, un largo patrón que podría resumirse fácilmente en una sola forma. 

 

Al salir lo hacen justo en la falda de las montañas que rodean al reino entre un par rocas afiladas, donde un rectángulo angosto y perfecto se formaría, del tamaño exacto del propio pasillo para darles paso hacia el exterior.

 

El bosque se extiende lleno de neblina y zarzas, sin embargo minartha conoce el camino, y sabe de un sendero natural en algún punto de este frondoso bosque empieza para guiarles. Ahí los pinos se elevan altos y prominentes pero perfectamente alineados a ambos lados del camino despejado donde en principio no tendrían problemas como antes con las zarzas, pero los sonidos del bosque sin duda eran inquietantes.

Nebel, alguna vez fue un lugar lleno de grandezas, luz y riquezas, sin embargo ahora eso solo parecía simplemente una leyenda. 

En algún punto el camino que Minertha recordaba, ahora no existía, tenía en su mente el destino, y la geografía de la región como le habían indicado pero simplemente el camino ahora no estaba, aunque en el laberinto aquello no era de extrañarse, siempre estaba cambiando, simplemente que algunos tenían más suerte, o mala suerte, como para darse cuenta de estos cambios

Quedaban dos posibles caminos, el largo y el corto, según lo que sabes Minertha, y por supuesto, el largo sería más seguro, y el corto más peligroso. Pero, había un contacto que les estaba esperando y debían decidir 

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20/05/2021, 02:29
Minertha Vermillion

Aquel pasadizo secreto que utilizaron para escapar era ciertamente singular e incluso cautivador, especialmente para aquellos con un corazón más curioso y explorador, o para aquellos que han decidido dedicar su vida a la historia.... Y Minertha no parece ser la excepción, habiendo aprovechado bien la iluminación que las estrellas de la princesa proveyeron durante unos instantes, más sin detenerse pese a las ganas que la embargaban: posee una misión a fin de cuentas, y se huele que algo podría salir mal pese que se trata de una simple labor de escolta. Después de todo, ¿Qué clase de reino obligaba a su princesa a salir por la puerta trasera, sin que nadie se enterase? Viniendo de un lugar al que la historia ha tratado de manera mucho más afortunada, no puede dejar de llamarle la atención.

Una vez fuera y con la oferta de montar aceptada Minertha ayuda a Tanya a subir, aunque sin que pasase desapercibido el cómo sus piernas se muestran más de la cuenta, lo cual provoca que se le quede mirando unos cuantos segundos sin saber qué decirle, o pensando si es que siquiera debía decirle algo. "¿Debería? No, ¿Qué tiene de malo? Es que es una princesa..." Todo para al final descartar sus pensamientos con un brusco movimiento de su cabeza y pasar a rodearla con los brazos de forma protectora, sujetándola firmemente mientras toma las riendas. -Es un animal muy noble.- Comenta la mujer-caballero, tomándose un instante para acariciar las crines de su corcel. -Si gusta puedo enseñarle a montar una vez lleguemos.- ¿Y ahora qué rayos está diciendo? No pasa ni un segundo después de que pone la oferta sobre la mesa para que se arrepienta de haberla hecho. Definitivamente tiene que pensarse mejor las cosas... Pero ya es muy tarde para echarse atrás.

Minertha acaba realizando un movimiento leve con las riendas para comenzar la marcha a trote suave. Estaban en un lugar peligroso a fin de cuentas y no quería hacer más ruido de la cuenta si no era necesario. Mientras tanto... Baja un poco la vista hacia la princesa y arruga la nariz. -No es el lugar más bonito del mundo, pero... No te preocupes, en la República las cosas son diferentes.- Trata de tranquilizarla, o algo así, aunque al ver cómo ni siquiera se inmutó al ser apuntada con un rifle duda por un momento de que sea necesario el transmitirle esa tranquilidad. Al cabo de un rato, eso sí... Minertha poco a poco retoma ese silencio que presentó durante todo el trayecto por el pasadizo secreto, complementándolo únicamente con muecas y gruñidos de molestia a medida que avanzan. -Esto es problemático...- Murmura, aunque más para sí misma, al tiempo en que acaba deteniendo la marcha.

Verse enfrentada a tener que elegir dos caminos no es algo que le agrade. El corto era más peligroso, sí, pero si llegaban a tener algún problema con el camino largo, dado el aspecto cambiante del laberinto... Estarían más lejos de la ayuda, sin embargo esa misma lógica podría aplicarse para el trayecto más corto. Al final, luego de varios segundos silenciosos en los que delibera, acaba optando por el camino más largo. No tiene caso plantearse posibilidades que desconoce y lo que importa ahora es la seguridad de Tanya. ¿Les están esperando? Sí, estaría bien llegar antes... Pero otra parte de ella, la parte más protectora, le vale un cuerno que se molesten si eso implica no exponer a la princesa a peligros innecesarios. -Tal vez tardemos un poco más de la cuenta.- Avisa. -Espero que eso no sea mucho problema, pero es lo más seguro.-

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20/05/2021, 19:40
Tania

Las pequeñas estrellitas salieron con su luz para cumplir aquella función, ingenuas, curiosas mientras andando se mantuvieron muy cerquita de su dueña. Lo que esto ayudó de buena manera para que Minertha pueda seguir el camino, siendo guiada por la luz que estas ofrecieron. Así que en cuanto estuve encima de la montura, rápidamente se pudo notar desde la cercanía lo bien que olía la jovencita y lo pequeña que era a la hora de agarrarla.

De todos modos, cómoda como estaba ella sonrió y al girar su rostro para buscar con la mirada a su guardiana, asintió con ganas. 

¡Me encantaría! Quiero que me enseñes todo, desde montar un caballo y todo lo que quieras—dijo en ese tono inocente, predispuesta—. Prometo ser una buena chica, me interesa aprender. 

Tras aquel comentario, Tania volvió a centrarse en el paisaje que tenía delante. Totalmente lúgubre en comparación a lo que había imaginado, pero ni siquiera aquello borraba su bonita sonrisa. Es más con sus estrellitas sobre el regazo, iluminando tenuemente el sendero, se sintió completa, dichosa. Incluso cuando era totalmente inconsciente de lo que podría suceder allí. Pero una vez llegan a un punto, hay dos caminos que tomar e incluso le sorprendió que veía esas indicaciones, aunque claro no sabía a donde iban. 

No obstante ante los gruñidos de Minertha, le tocó la mano para darle una caricia. 

¿Qué sucede? No esté tensa, Señorita—dijo preocupada y al escuchar que sería más largo el viaje, no se molestó—. No hay problema podré conocer más lugares, además compartiré más tiempo contigo. Por cierto... Luego de llevarme al reino... ¿Te quedarás conmigo?

Le hacía ilusión continuar con ella, que no quede en un simple viaje. 

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27/05/2021, 15:58
Señor Gato

La niebla se filtraba como agua liquida en el camino y entre las ramas de los arboles. El nuevo camino, incomodo y estrecho, por las zarzas que hacían complicado el paso a través daba sitio hacia lo que en principio parecía un pantano por las extensas áreas sin arboles cubiertas por niebla. Pero pronto las lápidas sobresaldrían en distintas formas y tamaños, como entidades congeladas en el tiempo dando forma a lo que en realidad era ese lugar, un cementerio. 

Tania recuerda cuentos sobre ese lugar, el valle de los fallecidos, donde van a parar tarde o temprano todos los ciudadanos de Nebel, a descansar por toda la eternidad en la Niebla. Pero entre sus recuerdos también se le viene a la cabeza unas palabras. "En la Oscuridad, el Mago Calamidad nunca duerme", tal vez no signifique nada para ti, o tal vez si. Lo cierto es que tus estrellas estan temerosas y se ocultan entre tus ropajes, brindándoles a penas su luz, y dependiendo de la luz difusa que llega de la estrella matinal, aun más difuminada por las capas y capas de niebla que los separan a ustedes de su luz, dejándolos casi a oscuras.
 

Notas de juego

Minertha, tira Valor, para ver que tan difícil se les hace el camino por las zarzas en general. 
Tira: 2d6 + Valor (Dificultad 9)

Tania, Tira Sabiduría, para comprobar si te suena de algo más su significado 2d6 + Sabiduria (Dificultad 11)
Y, Carisma, para consolar a las Estrellas. 2d6 + Carisma (Dificultad 9)

 

 

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28/05/2021, 01:39
Minertha Vermillion

Persona curiosa ella, la princesa de Nebel, y es que cada palabra que salía de su boca cautivaba de una u otra manera la atención de Minertha, llenándola por partes iguales de alivio e inquietud... Alivio porque el saber que esta no se toma a mal la demora le permite concentrarse más en el camino y menos en cumplir con los tiempos, pero inquieta por tener a un ser tan inocente entremanos, sin haber sido ella jamás una chica inocente en absoluto. Casi se siente como si fuese a llegar a romperla si la empujaba demasiado, y eso le hace tener cuidado pese a las palabras conciliadoras de la princesa que le invitaban a serenarse. -Todo dependerá de lo que ocurra cuando lleguemos, princesa.- Comenta con un tono aún formal, pero quizá un tanto despreocupado. Al principio no le da mucha importancia... Pero luego cae en que tal vez podría ser importante para la chica y acaba por aclararse la garganta para rectificar. -E-Ehem... Quiero decir... Trataré de hacer lo posible para resguardarla.- Le sonríe, aunque ni ella sabe qué tan bien podrá mantener esa promesa, ni si quiere.

Y entretanto el camino avanza, dando lugar a un lugar mucho más inhospito incluso que el desgraciado reino de Nebel. -Sujétese con firmeza...- Se ve obligada a sugerir Minertha mientras su mirada precavida se mantiene en el camino, consternada por el lúgubre paraje en el que se han adentrado. La basta experiencia que su padre le ha transmitido desde niña y el estudio que hizo de los caminos antes de venir le ayudan enormemente a orientarse en lo que para muchos otros podría llegar a ser un sitio completamente desorientador, especialmente gracias a la niebla, pero aún así precisa de mantener una vista aguda y sus sentidos completamente alertas para no acabar dando vueltas en círculos o peor, siendo emboscadas por alguna criatura o bandido. 

Mientras recorrían aquel nebuloso cementerio, si bien es cierto que Minertha mantiene gran parte de su concentración en los alrededores, de vez en cuando no puede evitar mirar a la princesa y a sus estrellitas. No tiene un muy buen ángulo de la chica, y en el fondo se pregunta si es que ella se encuentra igual de asustada que sus estrellitas, aunque... Algo le dice que posiblemente no. Es una chica valiente después de todo... O tal vez absurdamente inocente, ambas pueden caer en categorías similares de vez en cuando. -No es el sitio más bonito del mundo, pero... Podría llegar a tener su encanto si se le mira con cariño.- Ríe un poco, suave, haciendo una pequeña broma para alivianar el ambiente sin saber si era realmente necesario. Llegados a cierto punto, sin embargo... Se detiene y comienza a bajar del caballo, dejando sobre el lomo de este a Tania. -Sujétese con cuidado, me va a tocar despejar un poco el camino.- Y, desenvainando su espada, comenzaría a cortar las zarzas que se les cruzasen para abrirse paso entre la niebla, guiando su caballo desde las riendas con la mano libre.

- Tiradas (1)
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28/05/2021, 17:37
Tania

Está bien, Señorita.

Es lo que pudo responder apenas ya que sus estrellas comenzaron a sentirse un poco mal, es que ahora Tania sin querer recordó el nombre de estos parajes incluso quien estaba allí. Eran cuentas que a veces le generaban un poquito de miedo, es que no se lo esperaba tan lúgubre como lo que ahora era capaz de ver. Así que obedeció a las órdenes de su Guardiana e incluso se acomodó más cerca de ella para mantenerse unidas. 

Ya cabalgando a un ritmo tranquilo, su mirada se desvío hacia cada rincón y sintió el calor de sus estrellitas, así que prefirió hablarles con dulzura así podía tranquilizarlas en un principio entre caricias y desde un amor que enternecía a simple vista. Así en verdad era la princesa de Nebel, pura dulzura, inocencia y cariño. 

Oh no, mis pequeñas. No teman, siempre estaremos juntas y nos cuidaremos—dijo entre dulces caricias—. Tenemos a la Señorita Minertha que nos cuida y el Mago Calamidad no aparecerá, se los aseguro. Eso es... Es una leyenda, no creo que sea real. 

No pudo evitar el mencionarlo, se mordió el labio por esos nervios al recordar sus historias y continúo:

No brillen en demasía y pegaditas a mi—agregó y ante las palabras de su Guardiana, siguió—. De pequeña me contaron de este sitio, aquí descansan las almas de todos los que vivieron en Nebel. Es un lugar que muchos no quieren recordar y está lleno de leyendas. Sé que no es bonito, pero... Estoy segura contigo. 

Y le acarició la mano, con tal de brindar seguridad a su compañera. Aunque la sorpresa llegó a su rostro cuando le dijo que debía bajar para despejar el camino. No quería quedarse solita arriba del caballo. 

Hm... ¿Te ayudo?—preguntó bajito. 

- Tiradas (2)
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31/05/2021, 18:29
Señor Gato

Minertha

El avance es lento, pero sabes que es un camino nuevo que no tendrá por lo tanto amenazas hostiles, aunque nunca se podía bajar la guardia del todo en el laberinto, en ningún lado, así que te mantienes de esa manera para despejar el camino cada vez que las zarzas las interrumpieran. 

Mientras ves las lápidas te llama la atención la misma simbología de antes en el pasillo, aquellas lineas entrecruzadas que simbolizaban al laberinto en general, estas estaban talladas sobre algunas estatuas/lapidas cercas al camino por donde atravezaban en mitad de esa niebla, pues, el adentrarse demasiado al resto de lapidas podría ser peligroso. 

Pues sabes que en el laberinto las trampas son el pan de cada día y aunque hay mitos y leyendas sobre quién las coloca, lo cierto es que es un hecho y algo cotidiano. 

Tania

Mientras logras hacer con éxito que se calmen las estrellas, como otras personas no serían capaz de hacer pues te has ganado sus confianzas con el tiempo de una manera que otra gente ni si quiera se toma la molestia de hacer pues, para muchos, las estrellas solo son objetos, algo mas de lo que sacar partido para calentar el agua o iluminar el camino. El brillo de estas se normaliza, aunque haciendo caso a tu pedido, intentan disminuirlo, sin demasiado éxito, pues, estas no controlan demasiado esta facultad más que por puro instinto.  

Aquella frase te hace recordar la leyenda del mago calamidad, la cual es muy famosa. Segun esta leyenda, el mago buscando gobernarlo todo, quizo unificar los tres reinos, el cielo, la tierra y el mar, para proclamarse gobernador de todo usando su magia. Y la santa trinidad, el dios de este mundo lo castigó, fundiéndolo también en su creación, atrapado por siempre en el laberinto infinito que el mismo creó. 

Pero probablemente solo era un cuento de niños. 

O no.

De pronto la estrella se oculta de forma lenta, obscureciendo aún más el cementerio. Y cuando la oscuridad les envuelve, la propia niebla brilla, de aquel tono azulado que siempre había tenido, pero ahora de una forma fosforecente e intensa. Y así ,notan que algo se mueve entre la niebla, siluetas humanoides que parecen dar brazadas como si nadaran sobre la niebla, e incluso también ven...colas con aletas? 

Notas de juego

¿Qué hacen? Algo similar a sirenas nadan ocultas entre la bruma a sus alrededores que brilla 

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31/05/2021, 18:46
Señor Gato

 

Adalbert

Sigues esperando donde te habían informado. Aunque el padre practicamente se haya deshecho de su hija. Gente allegada a ella, la cuidan y que te hayan hecho esta petición, es una clara señal de ello. Quieren que estes ahí para ella, para servirle, aconsejarle y guiarle. 

Vienes de otro reino, al reino que tuviste que partir por ordenes de tus superiores, cuando esta era más joven. ¿Cuánto tiempo habría pasado? ¿Y qué tipo de reino era del que provienes?

Pero se estan demorando. 

La gente que fue asignada a tu mando esta contigo, en el campamento improvisado que han levantado. Algunos estan recolectando lo que pueden del sitio, de aquel bosqeu de hongos gigantes conectado con el reino de Nebel por una ruta através de un muro de estos. 

Aquí la niebla también llega, pero de forma mucho mas tenue que en nebel, incluso formando un cielo ilusorio a pesar de que ahí no hay ninguna estrella. Por qué esta niebla brilla de esa manera brindando luz, es un misterio que tal vez alguien este investigando, o tal vez no. 

 

Notas de juego

Tania parece estar demorando ¿Que haces?

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01/06/2021, 13:17
Adalbert

Adalbert esperaba. En pie, con la espalda recta como si fuera una estaca, se ajustó los guantes una vez más, tirando de ellos hasta sentir que se pegaban a sus dedos antes de soltar el cuero. Con un porte regio alzó la barbilla y centró su mirada en el cielo, mientras que sus cabellos, rojos como el fuego, se mecían a merced de la brisa que corría.

Había partido el mismo día de su octavo cumpleaños, y hacía apenas un par de meses que había alcanzado la segunda decada de su vida. Algo más de doce largos años que habían dejado detrás de sí muy poco de aquel chico de ojos brillantes y sonrisa encantadora. El niño se había convertido en un hombre, y la energía desbordante se había aplicado a una diligencia meticulosa y fría. Eso era, después de todo, lo que se haba exigido de él en aquel reino lúgubre, recóndito y lejano.

Se han retrasado demasiado —pronunció al fin.

Dejó escapar un suspiro y se giró. De entre toda la gente que había a su lado, había tardado poco en estimar en quién se podía confiar y en quién no, y cúales eran las tareas que mejor se le daban a cada uno. Por eso mismo, tardó muy poco en escoger a tres personas cuyas habilidades se ajustaban más a lo que tenía en mente.

Tomaremos los mejores caballos y saldremos en su búsqueda. Sabemos la dirección aproximada por la que deberían aparecer, por lo que cabalgaremos juntos al principio, y después nos iremos separando para cubrir un área mayor. 

Era una formación estándar, que dependía únicamente de que los jinetes dieran el aviso cada vez que detectaban algo.

En marcha —añadió finalmente con toda la intención de partir. Quería confiar en que no habría ocurrido nada, pero uno nunca tiene que dejar nada a la suerte: Esa era una lección que había aprendido muy rápido.

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02/06/2021, 01:30
Tania

Las estrellitas había logrado calmarse y sintió un alivio inmenso Tania al saber que había hecho lo correcto. Ellas eran una parte de si misma y su bienestar dependía de los cuidados propios que la princesa les brindaba. Gracias a esto es que las acarició con dulzura en las puntas y se mantuvo quieta allí mientras Minertha la cuidaba. Este instante de puro silencio, la impulsó a pensar sobre el Mago Calamidad y esas frases tan conocidas, que data sobre sus aventuras y como se había formado este inmenso laberinto. 

Nunca la joven pensó que aquello podía ser cierto, aunque disfrutaba de pequeña el escuchar las historias en torno a él. Sin conocer el motivo, esto la llevó a recordar aquellas noches de leyendas y cuentos oscuros. Así que por ello se aferró a sus amigas las estrellitas mientras hizo un gesto que reflejaba preocupación, dado el entorno y esa niebla que le resultaba inquietante. 

—Tú...¿Tú crees que será cierto lo que se cuenta de él?

De alguna manera sentía un poquito de miedo y cuando pudo ver qué unas siluetas andaban entre la niebla, se abrazó desde la espalda de si Guardiana mientras intentaba espiar desde los costados de Minertha. Eran aletas, cuerpos, todo muy raro. ¿Que era aquello? 

Y suspiró, esperanzada de que su Guardiana pueda manejar la situación. 

—Veo, veo gente... Cosas. ¿Las ves?

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03/06/2021, 02:35
Minertha Vermillion

-No hace falta, princesa. Aaademás... Dudo que pueda hacer mucho sin una espada, ¿O sí?- Comenta a la par que ríe un poco, levantando un poco su arma y dando un corte un tanto teatral a la maleza. No era la forma más eficiente de cortar, pero es que ahí simplemente buscaba lucirse un poquito. Hasta a ella le da por hacerlo de tanto en tanto.

Sin embargo, teatralidad y sonrisas aparte, pronto pudo darse cuenta de que el avance no era precisamente todo lo rápido que hubiese deseado. No le olía bien aquello, malgastar tanto tiempo en el laberinto podía resultar fatal. Cada segundo que pasaba significaba mayor posibilidad de riesgo o de que el laberinto volviese a cambiar. Por supuesto que sería mala suerte que cambiase dos veces de corrido, pero la posibilidad estaba. Además, la siempre presente preocupación de la noche era otro tema. Si no salían de ese cementerio para cuando la hora llegase, podría formarse una situación peor que cualquier cosa para la que se hubiese preparado, así que tratando de prevenir lo peor simplemente trata de apresurarse. Entre las prisas eso sí, de pronto logra captar de refilón aquellas extrañas marcas y figuras en las lápidas, tan extrañas y a la vez familiares gracias a esa breve visita al reino de Nebel. Decide entonces... Seguirlas, pues pese a que el laberinto fuese un lugar engañoso y lleno de trampas y misterios, el hecho de encontrar algo familiar le hace tomarlo como un buen augurio, una buena idea.

Mientras tanto escucha hablar Tania y referirse a aquella historia del Mago Calamidad, algo... Poco familiar para ella, quien de leyendas conoce únicamente las historias contadas por el egocéntrico de su padre, por lo que al escuchar sobre algo nuevo se ve casi forzada a tomarse unos segundos para pensarlo bien. -El laberinto está lleno de historias, princesa... La mayoría son ciertas.- Sentencia, por un instante seria, pero acaba por soltar una pequeña carcajada. -Y todas y cada una de ellas totalmente infladas y distorsionadas, si conociese a mi padre...- Vuelve a reír otro poco y niega, más esos gestos se detuvieron de golpe ante las extrañas figuras que comenzaban a aparecer entre la niebla. Minertha se mordió el labio y llevó una de sus manos al enorme rifle que colgaba en su espalda, como si fuese a dispararles, más tan solo mantuvo la mano allí a modo de precaución. Mantuvo la calma, avanzando con un ritmo sostenido. 

-Las veo...- Responde al cabo de unos segundos, con un susurro. -Ahora me toca a mi. Veo, veo una cosita que empieza por la letra... L.- ... ¿Qué? Trata de traer calma a la situación con un... Juego, un juego de niños. No sabe si es la mejor idea ponerse a jugar en esa situación, pero... Servía para calmar los ánimos, ¿No? Mientras esas figuras nebulosas se mantuviesen pacíficas tal vez lo mejor sería ignorarlas. Eran demasiadas de todos modos como para atacarlas sin provocación.