Partida Rol por web

reinos-olvidados(2)

.: Partida de Rol (II) :.

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19/02/2011, 00:24
Kantorias Balcor

[Castillo]

Kantorias mantiene el hacha en alto frente a el, pero sin avanzar, confiando mas en Fistandantilus que en sus instintos, se mire como se mire la vieja parece inofensiva y algo loca

-¿es acaso una bruja?- pregunta finalmente impacientándose por momentos

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19/02/2011, 04:06
Falathar Eöwyl

 | Castillo |

La anciana me provocaba y en parte le funcionaba. Dí un paso hacia delante, ya que realmente quería saber quien había asesinado a mi padre.
Lancé una mirada a mi tío y en sus ojos vi terror y desaprobación en lo que quería hacer, así que comprendí al instante que acercarme a ella no sería otra cosa que darle la oportunidad de atacarme estando desprevenido. ¿Quién me aseguraba que realmente lo sabía y que no era una trampa mortal?.

Seguí los consejos del viejo Fistandantilus, aguardando tranquilamente, ya que posiblemente el poder de la anciana era enorme.

-¿Nos dejará pasar sin problemas?.-le pregunté, cambiando mi tono amenazante por uno más amigable, intentando olvidar el tema del asesino de mi padre. Esperaba que no lo sacase de nuevo, que no jugase con eso, ya que realmente esperaba una buena excusa para acercarme y saberlo, aunque mi razón se negaba por completo, el corazón lo esperaba con ansia.

" Déjanos pasar y todo será más fácil... " pensaba, mirando a los ojos de la anciana, directamente.

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19/02/2011, 04:12
Jairon

| Castillo | 

La propuesta de la anciana me aterró por completo. Falathar era un gran guerrero a su corta edad y sabía que si descubría la verdad no me lo perdonaría tan rápido como Farilynn. Tal vez jamás...

La mirada que compartí con el fue de terror, sin duda, aunque intenté mostrarle una negativa la cual cogió rápidamente, dejándome respirar más tranquilamente.

Escuché las palabras de mi sobrino y sonreí, orgulloso del camino que escogía. 

Esperé la respuesta impacientemente, esperando que hiciese caso y nos dejase liberar a los rehenes de una vez por todas.

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20/02/2011, 14:54
Director

| JUGADA MASTER |

 

La anciana soltó una carcajada, llevándose una nueva cucharada de su caldo a la boca. Lo saboreó, lentamente. No parecía tener prisa por contestar a todas aquellas personas que la observaban, que la miraban, esperando una reacción o un movimiento por su parte. Abrió los ojos de nuevo, después de tragar aquella cucharada, y miró a Kantorias.

- ¿Es un naranjo un árbol?- le contestó, con una nueva pregunta-. Soy una sabia... Una vez viví en Deeteth, hace muchísimos años, por eso estoy aquí retenida... Pensaron que podrían sacarme información sobre la situación de esa isla invisible, pero ni yo misma lo recuerdo. Por tu bien, Falathar, no te convendría lanzar ese tipo de amenazas mentalmente. Acabas de ganar una guerra, pero aún te faltan muchas cosas por aprender, como no provocar a un enemigo del que desconoces su poder- comentó la anciana, poniéndose en pie con cierta dificultad y lentitud.

Dio un paso al frente, pero sin mostrar amenaza alguna hacia los que tenía delante. Simplemente se quedó quieta, apoyándose de un bastón de madera que cogió del suelo. Lo necesitaba para mantenerse en pie.

- Entiendo que no te fíes de mi, Falathar... Pero sé que realmente quieres saber la verdad, porque te has mostrado dudoso- añadió, mirando a Jairon por un microsegundo-. Si quieres saberlo, pregúntale a tu madre... Ella sabe toda la verdad sobre el asesinato de tu padre y si no te lo ha dicho aún es porque tengo razón. Alguien de tu entorno te está ocultando algo, pero debo decir algo en su favor... Tu madre solo pretende protegerte, evitarte más dolor, porque si buscas el nombre del asesino será eso lo que encuentres. En tu mano está valorar cómo estarías mentalmente mejor, sabiéndolo o sin saberlo...- finalizó por fin, dando por zanjado el tema de Walgior.

Se dio media vuelta para apagar el fuego, pues el caldo ya estaba listo. Volvió a girarse para mirar de nuevo a los presentes.

- Muchas son las personas que están encerradas aquí... Aunque no lo creáis, yo soy una de ellas, pero me tenían aquí cocinando porque no me consideraban una amenaza... Veros llegar ha sido la confirmación de que por fin el mal ha sido vencido. Os estaba esperando- dijo la anciana, al mismo tiempo que empezaba a notarse cierta emoción contenida en la mirada-. Os dejaré rescatar a los rehenes si me prometéis llevarme con vosotros. Os juro que no tengo intención de hacer daño a nadie-.

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20/02/2011, 18:57
Kantorias Balcor

[castillo]

El enano sonríe, a veces las personas mayores son demasiado precavidas, la anciana de aspecto inofensivo es de hecho inofensiva, lo que dice del asesinato del padre de Falathar parece serio, pero no es una amenaza

-¿entonces no hay mas guardias? Victoria se fue y solo dejo a esos dos dragones guardando el lugar. Si hemos venido a rescatar a los prisioneros también rescataremos a esta anciana, ¿no?-

aunque convencido de que el peligro ha pasado espera a que Fistandantilus lo confirme

"estoy cansado de todo esto, a ver si acaba de una vez la guerra"

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21/02/2011, 02:09
Director

| JUGADA MASTER |

 

La anciana sonrió al enano, dirigiendo su mirada a Kantorias.

- Victoria siempre ha sido y fue una insensata- comentó la anciana-. Ha estado toda su vida obsesionada con vengar la muerte de Markwolf, de parecerse a él lo máximo posible... Pero ni por asomo ha tenido su misma astucia. Ella llegó lejos porque Markwolf ya tenía el camino hecho, pero él tuvo más empeño. Por suerte, Victoria jamás imaginó que fuera a perder la guerra y fue con todas sus tropas a la batalla, dejando protegido éste castillo por dos únicos dragones. Ni se molestó en dejar a los dos mejores... Se los llevó a todos, creyendo que así se aseguraba la victoria... Eso fue una señal más de su insensatez, por suerte para nosotros- dijo la anciana, con una sonrisa amplia, esperando una respuesta por parte del resto.

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21/02/2011, 06:00
Fistandantilus

[Habitación de la anciana]

Todo aquello me cogió por sorpresa.  Seguía sin confiar en ella, pero sabía demasiado.

Me acerque poco a poco, dubitativo.  Decía que la insensatez de Victoria había sido una suerte para nosotros.  ¿Sería un engaño?

"Dinos... ¿quien eres?"

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21/02/2011, 09:22
Drum Sirius Valpurgis

[ Castillo ]

Drum no esperó ni un segundo y rápidamente, desmontó sobre la torre y bajó hasta la habitación de la anciana.

Era interesante como todo se volvía cada vez más claro.

Sentía que sus padres estaban tan cerca y a la vez tan lejos...

Tenía que saber si estaban bien...

- ¿Están mis padres aquí? - Preguntó aunque no esperaba una respuesta satisfactoria.

Por un momento, pensó en que tendría que seguir buscando... hasta que ya no tenga más fuerzas para hacerlo...

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21/02/2011, 12:40
Director

| JUGADA MASTER |

La anciana volvió a sonreír cuando Fistandantilus se pronunció, y lo hizo también con la pregunta de Drum.

- Ya lo he dicho... Soy una sabia. Fui la criadora de Grey, la que le vio crecer y la que le cuidaba cuando su familia estaba demasiado ocupada para hacerlo. Se puede decir que yo le eduqué antes de que fuera el líder de los sabios. Lamentablemente ya no está entre nosotros, aunque sé perfectamente que Dana sabrá honrar su memoria ocupando el liderazgo de la mejor manera posible- comentó la anciana, hablándole directamente a Fistandantilus-. Sé también que tú le aportarás el equilibrio que le hace falta... Ha tenido altibajos durante todos éstos años y tú has estado ahí para apoyarla. Las cosas a partir de ahora irán mucho mejor, pero aún así te necesitará. Juntos váis a ser unos buenos líderes de los sabios y será para mi un placer cuidar de vuestros futuros hijos hasta que mi corazón deje de latir- añadió la anciana, con una sonrisa angelical.

Después, su mirada cambió de Fistandantilus a Drum, que le observaba con atención deseando que le diera una respuesta que contestara por fin a todas sus preguntas, aquellas que llevaba tantos años haciéndose.

- Tus padres nunca os han olvidado, ni a ti ni a tu hermana Lëilyn... Continuamente me preguntaban por vuestro estado y durante la última batalla estuvimos muy preocupados porque a Lëilyn la sentía sufrir. Además, sentía la ira de Victoria hacia ella por lograr acertar su disparo con la flecha. Tú, sin embargo, has salido impune. Tus padres estarán orgullosos de ti cuando vean en lo que te has convertido- comentó la anciana, echándose a un lado para dejar de obstaculizar las escaleras-. Adelante, rescatarles... Liberarlos a todos, pues todos son inocentes-.

En cuanto subieran las escaleras, se encontrarían al final de éstas en una sala completamente redonda. En las paredes, rejas oxidadas por el paso del tiempo. A través de éstas podían verse rostros demacrados, algunos mostrando interés por los recién llegados. Otros, simplemente, rendidos ya a lo que creían evidente. En una de las celdas se encontraba Hëndel, con el rostro lleno de arrugas y extremadamente delgada. Sirius estaba en otra celda diferente, en la contigua. Él también había sufrido el paso del tiempo encerrado en aquel lugar. Los ojos de ambos, enrojecidos de haber estado llorando, se llenaron de lágrimas cuando vieron aparecer a los recién llegados. Comprendieron al instante que Victoria había perdido y que habían ido a liberarles. La noticia corrió como el viento y todos se enteraron, en cuestión de microsegundos, que habían ganado.

- ¡Han venido! ¡Hemos ganado!- gritaban todos al unísono. Las miradas de Hëndel y Sirius buscaban desesperadamente el rostro de alguien conocido, rezando para que pudieran ser sus hijos.

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21/02/2011, 23:51
Elvie Christalle

Elvie no podía creerlo. La anciana, al fin y al cabo, era una buena mujer... No era una señora mala como había pensado inicialmente. No puede evitar sonreírle a aquella mujer que ahora se aparta y los deja pasar. Emocionada, dirige su mirada a Drum y Lëylin y su sonrisa se ensancha de emoción. Ellos por fin podrían ver a sus padres.

Sigue a los demás al interior de la torre, subiendo las escaleras corriendo, pero... al llegar a la oscuridad de la habitación llena de rejas, la pequeña hada se queda atrás. Todo está demasiado oscuro... y la imagen de los prisioneros, con sus cuerpos consumidos por el hambre y las penúrias, consiguen impactarla tanto que no puede abanzar más.

Su sonrisa ha desaparecido en cuestión de segundos. Su mirada alegre se ha vuelto vidriosa, imaginando las torturas que habrían sufrido todos los allí presentes. Y sus manos, acuden a sus labios para ahogar el llanto que amenazaba con huir de su garganta. No iba a llorar. Se había prometido que no iba a volver a llorar si no era necesario. Así que hace todos sus esfuerzos para no hacerlo.

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21/02/2011, 23:55
Drum Sirius Valpurgis

[ Celdas ]

- ¡Padre! ¡Madre! - Gritó el muchacho mientras corría a abrazar a sus padres, a los cuales seguía por su voz. - ¡Hermanita! ¡Están aquí! -

Cuando llegó hasta ellos, se fundió entre ambos con un gran abrazo.

- ¡Sabía que os encontraría! ¡Sabía que estabáis vivos! -

Drum no pudo contener las lágrimas y al final, comenzó a llorar junto con ellos, pero ya no de tristeza, sino de alegría por haberlos encontrado.

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22/02/2011, 00:26
Farilynn

| PATIO |

 

Escuché atentamente lo que podía suceder en la torre y un gesto de Dana bastó para hacerme entender que todo estaba bien, que la anciana no había supuesto un problema y noté la preocupación en el rostro de Lëilyn. Había decidido protegernos, por miedo a que todo fuera una trampa y que yo misma saliera perjudicada. Había sido muy leal y, a pesar de que sabía que sus padres estaban allí, decidió acompañarnos. Pero era hora de que se marchara, no había peligro alguno...

- Lëilyn, te agradezco tu lealtad y que quieras protegerme... Lo tendré siempre en cuenta. Ahora, ve con tus padres. Te están esperando- dije con una sonrisa, evitando por todos los medios hacer una mueca de dolor. No quería preocupar a la muchacha.

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22/02/2011, 00:30
Lëilyn Hëndel Valpurgis

| PATIO - TORRE - CELDAS |

Había decidido proteger a la reina de los elfos, arriesgando mi propia vida si era necesario. No llegaba a confiar del todo en ese hombre, Jairon, aunque la mismísima Farilynn lo hiciera. Podía ser una trampa y mi hermano Drum ya había ido en busca de nuestros padres. Cada uno nos habíamos adjudicado una misión a nosotros mismos. Consideraba demasiado arriesgado acudir todos a la torre dejando solas a Dana y Farilyn.

Mientras esperábamos noticias, mi mirada acechaba los alrededores del patio. Mi arco estaba cargado, listo para acertar en cualquier objetivo que significara una amenaza para nosotras. Fueron pasando los minutos y el nerviosismo empezaba a hacer su aparición en mí. Sentí miedo, por mi hermano y por el resto de mis compañeros. Aquella anciana que había mencionado Drum... ¿Habría acabado con ellos?.

Pero, de repente, como si alguien hubiera escuchado mis pensamientos, oí las palabras de Farilynn. La miré, sorprendida, y después hice lo mismo con Dana. Ambas me sonreían y me hicieron un gesto con la cabeza para que me marchara. Todo estaba bien y con solo saberlo empezaron a brotar las lágrimas de mis ojos. Solté el arco y con una rapidez casi sobrehumana, me encaminé hacia la torre. Subí las escaleras a toda prisa, tropezándome en algunas ocasiones. Pasé de largo cuando me encontré con la anciana y subí los últimos escalones que me separaban de mi familia. Podía escuchar los gritos contenidos de Drum y los de las personas que estaban allí retenidas, emocionadas por la salvación, por el rescate.

Con unas cuantas zancadas, me planté ante las dos celdas en las que estaban encerrados mis padres. Los habían separado, seguramente como medida preventiva o incluso para debilitarles más mentalmente si cabía. Drum lloraba y mis padres estaban tan demacrados que estaban casi irreconocibles. Empecé a sollozar, fuertemente, notando que me faltaba la respiración... Corrí y clavé las rodillas en el suelo de piedra, haciéndome daño, aunque ignorándolo. Me aferré a las rejas y acaricié con mis manos la piel deteriorada de mis padres. No me salían las palabras, un nudo en la garganta lo impedía... Pero mis manos hablaban por mí. Limpiaba sus lágrimas, acariciaba sus cabellos, su piel... Sus manos. Todo era poco para terminar de creerme lo que estaba viendo con mis ojos. Después de tantos años creyendo que no volveríamos a vernos, estaban allí, vivos... Volveríamos a ser una familia normal. Todo volvería a ser normal. Por fin...

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22/02/2011, 00:47
Director

| JUGADA MASTER |

 

Hëndel y Sirius no podían creer lo que veían. Sus hijos habían aparecido como por arte de magia. Era como si de repente se hubieran materializado cuando hasta hace unos minutos aquella torre estaba completamente desierta. La noticia de la victoria había sido una sorpresa muy agradable para todos, pero la felicidad de aquellos padres sobrepasaba los límites. A través de las rejas, abrazaron a sus hijos, casi sin fuerzas. Estaban realmente débiles y probablemente hubieran muerto de haber tardado más en ir a rescatarles.
Lëilyn llegó un poco más tarde y se unió al abrazo familiar.
- ¡Drum! ¡Lëilyn! ¡No puedo creerlo!- decía Hëndel, pasando un brazo a la celda contigua para estrecharle la mano a Sirius, su marido.

En cuestión de segundos, aparecieron Dana y Farilynn. La reina de los elfos parecía estar más recuperada, aunque seguía con el brazo inmóvil, sujetándoselo con la mano que le quedaba sana. Sonrió al ver aquella estampa tan familiar y no pudo contener las lágrimas. Dana no era un caso diferente. No dudó en abrir las celdas con un hechizo muy sencillo. Las puertas se abrieron de par en par y todos salieron a la sala circular, para empezar a disfrutar de su libertad.

Farilynn se acercó a Jairon. Deseó poder tener el brazo sano para darle un fuerte abrazo, pero no podía. Simplemente le sonrió.
- Gracias por traernos hasta aquí... Con ésta acción vas a hacer muy feliz a muchas familias que estaban rotas. Drum y Lëilyn son un buen ejemplo de ello. Mil gracias por ayudar a traer la paz- le dijo la reina de los elfos, aún con lágrimas de felicidad deslizándose por sus mejillas.
Sintió deseos también de acercarse a Falathar, pero tenía miedo al rechazo.

Dana se apresuró para abrazar a Fistandantilus y Alynna, contenta de que hubieran pasado la última prueba sin casi ninguna dificultad. Estaban juntos, aunque eran conscientes de que muchos no eran tan afortunados. Después del abrazo, Dana se dirigió al grupo de muchachos que vivían en el orfanato.
- Las puertas de mi orfanato siguen abiertas para vosotros... Os ruego que vengáis con nosotros y disfrutemos juntos de nuestra nueva libertad. Seremos una familia- dijo la líder de los sabios, con una sonrisa. Kantorias, Elvie, Shera e Hiro, ellos podían ser la nueva familia de Dana. Ella los consideraría como sus hijos adoptivos.

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22/02/2011, 10:55
Kantorias Balcor

 [celdas]

Kantorias observo el reencuentro de Leÿlin y Drum con sus padres sonriendo, aunque viendo la escena no pudo evitar la nostalgia por el recuerdo de los suyos, muertos en la guerra contra Victoria

Con un gruñido dejo de lado esos molestos sentimientos para hacer algo util, buscar las llaves de las celdas, pero pronto Dana hizo eso también innecesario, los presos iban saliendo, la mayoría muy débiles, y aunque hacer de enfermera no era propio de un guerrero se acerco a ayudar a alguno al que le costaba caminar

Cuando Dana hizo su oferta asintió simplemente -necesitáis un herrero allí, y yo quiero recuperar el oficio de mis padres ahora que acabo la guerra. Volveré a la isla-

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22/02/2011, 19:17
Shera Magus

Shera observó toda la escena, enmudecida por la emoción y con las lágrimas brotándo por sus ojos y escurriendose por sus mejillas. Había sido un encuentro emotivo el de Drum y Leilyn con sus padres, así como la liberación de los presos que Victoria tenía en las celdas.

Todo parecía haber llegado a su fin, a un buen fin, y Dana volvía a ofrecer su orfanato a los niños huerfanos. Gustosa acepto volver a casa contigo, Dana. Respondió Shera, con una sonrisa de oreja a oreja. Puede que ella no tuviera padres, pero Dana le daría a Shera y los demás huérfanos todo el amor que una madre puede darle a sus hijos.

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25/02/2011, 01:10
Director

| JUGADA MASTER |

 

Pasaron las semanas y todo en la Tierra Media volvió a la normalidad.

Dana volvió a Deeteth con Fistandantilus, Alynna y los huérfanos. Durante todos aquellos días habían conseguido construir allí una herrería en la que Kantorias trabajaría el resto de su vida. Se había convertido en el dueño y titular del negocio. Además, tenía a su cargo a dos enanos más que Dana había solicitado para que le ayudaran.
Sirius, Hëndel, Drum y Lëilyn se habían instalado también en Deeteth, por no querer separarse de la líder de los sabios. Ella les había ofrecido una preciosa y amplia casa de madera blanca con vistas al mar donde empezar a vivir una nueva vida sin que nada les interrumpiese, aprovechando el tiempo perdido.
Farilynn había decidido volver a su reino con todos los elfos, utilizando el barco-castillo. Muchas eran las personas que ella quería llevarse consigo, pero quizá no todas accederían. Quería que Jairon estuviera junto a ella y Falathar no volviera a separarse jamás de su lado, pero eran decisiones que tenían que tomar por ellos mismos.

Una mañana, justo cuando el sol asomaba por el horizonte, iluminando el mar, todos se reunineron en el muelle donde estaba atracado el barco, a la espera de recibir a sus nuevos tripulantes que viajarían al reino de los elfos. Dana encabezaba el grupo. Se despidió de Farilynn con un largo abrazo.
- Muchas gracias por tu ayuda, Dana... Sin tí no lo habría logrado. Gracias por cuidar de él- comentó Farilynn, separándose lentamente de ella. Se miraron, se sonrieron y dieron un paso atrás-. Gracias a todos por colaborar en la libertad de la Tierra Media. Ella os estará eternamente agradecida. Ahora es momento de separarnos pero no es un adiós, es un hasta luego...-.
Sonrió de nuevo y se acercó a Falathar, que también estaba allí reunido con el resto de sus compañeros de orfanato. Milly y Cindy también estaban allí, esperando los nombres de los que seguirían habitando la casa con ellas.
- Falathar... Puedes elegir quedarte o venir conmigo, aunque considero que lo más adecuado es venirte... En un futuro serás rey de los elfos, pero quiero que lo elijas tú. Y lo mismo te digo a ti, Jairon...- comentó, quedándose entre ellos y el barco.
Mientras tanto, Dana decidió imitar a su amiga y miró a los jóvenes que aún no habían tomado la decisión que pondría rumbo a sus nuevas vidas.
- Elvie, Hiro... Aunque penséis que no tenéis a nadie, me tenéis a mi. Si así lo queréis, yo seré vuestra madre hasta que un día la muerte me lleve. En vuestro poder os dejo la elección- comentó Dana, dibujando una sonrisa en sus labios.

Notas de juego

NOTA MASTER: Estáis todos en el muelle de Deeteth. Habéis viajado hasta allí en el barco-castillo y habéis pasado allí unas semanas, intentando recuperaros de la batalla. Ahora mismo el barco-castillo se encuentra atracado en el muelle esperando a que embarquen los elfos para irse a casa.

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25/02/2011, 23:46
Elvie Christalle

Tras volver al orfanato, Elvie no había vuelto a ser la misma. Durante aquellas semanas que llevaban allí, los habitantes de la isla podían encontrarse a la joven hada revoloteando entre los árboles, tarareando alguna canción o recogiendo flores y hojas de las copas más altas, siempre con su fiel unicornio detrás de ella... pero con las pezuñas en el suelo.

No sólo había sido la alegría de la victoria y la superación que había logrado de sí misma. Todo lo que habían vivido, la había hecho superar la muerte de sus padres al fin. Incluso el reencuentro de Drum y Lëylin con los suyos también había sido partícipe de aquel cambio.

Elvie seguía siendo tímida y lucía siempre aquella mirada inocente que la hacía parecer angelical. Sin embargo, ahora se permitía sonreír más y, para deleite de todos los habitantes de la isla, también cantaba y reía con bastante asiduidad.

Tras el reencuentro del que había sido testigo, se había dado cuenta de que sus padres no habrían querido que ella abandonara la música. Lo que habrían deseado es que continuara con lo que ellos la enseñaron. Con lo que ella aprendió por su cuenta. Con lo que ella había sido tan feliz durante sus primeros años de vida, y había hecho tan felices a quienes la escuchaban.

Además, aquel cambio de actitud parecía haberle dado la vitalidad que le faltaba. Sus pequeñas alas dejaron de ser tan pequeñas para tener el tamaño que siempre debían haber tenido, aunque nunca han dejado de soltar purpurina a su paso. Así pues, no es extraño encontrarla encaramada a algún árbol, enseñando a cantar a algún polluelo o buscando cualquier cosa que pudiera ayudar en el orfanato o a la família Valpurgis. Incluso se atrevía a dejar alguna florecilla en la herrería de Kantorias cuando este no podía verla, o decoraba el cabello de Shera con campanillas blancas y violetas.

Seguía sin hablar demasiado, pero visto el cambio repentino... No sería sorpresa que un día se despertara parlanchina.

Llegó el día en que los elfos debían partir. Pocos seres tan asiduos a la naturaleza como las hadas había encontrado Elvie a lo largo de su corta vida, pero los elfos eran unos de esos seres sin duda. Así que en parte, se siente bastante apenada por su partida. En el momento de la despedida, se encuentra junto a los demás, procurando no llamar demasiado la atención, sin conseguirlo. Sobretodo en el momento en que Dana se dirije a ella.

La joven hada se acerca a la sabia con pasos inquietos, casi dado saltitos, pero igualmente bellos y, con sorprendente agilidad y estabilidad, consigue volar hasta que sus ojos quedan exactamente a su altura. Es entonces cuando esboza una sonrisa y se inclina sobre ella, dándole un suave beso en la mejilla.

- No puede haber un lugar mejor en el que pueda estar. Y no... -Dirige su inocente y brillante mirada hacia los demás antes de continuar- ... Sé que no estoy sola.

Aunque ya era más habitual escuchar aquella dulce voz, no dejaba de ser adorable y sorprendente que un ser tan pequeño pudiera poseer una voz tan melodiosa, dulce y alegre.

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27/02/2011, 11:26
Drum Sirius Valpurgis

[ Deeteth ]

Drum siguió sin ver.

Pero eso le daba igual.

Ahora tenía por fin a toda su familia reunida, amigos con los que compartir cosas y además, un mundo nuevo por descubrir y miles de cosas por aprender.

Su padre, Sirius, le entregó su Dragón para que él lo cuidara, sin embargo, su perro no se separaba de él en ningún momento. Cuando volaba sobre Rakkir, también lo hacía junto a su perro, su amigo inseparable y compañero de aventuras. También, se pasaba mucho tiempo charlando con Elvie, por no decir que la hada lo perseguía cuando salía a volar para colocarle una flor en el pelo o simplemente, para pintar las escamas oscuras de su dragón con un arcoiris de purpurina.

Purpurina que, según mi hermana, cuesta un montón de quitarse.

Pero la vida de Drum era feliz.

En familia, y con sus amigos y amigas.

No podía pedir nada más.

Sí.

Había una sóla cosa que le gustaría...

Pero esa es otra historia.

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28/02/2011, 04:11
Jairon

| CONJUNTA JAIRON & FALATHAR |

| Muelle |

Jairon: Todo habia terminado y por mi mente pasaban mil teorias de que debía hacer. Sonreí a Farilynn y miré a mi sobrino sin quitarla.
-Debo irme, pero no con vosotros.-decidí, convencido.-Marcharé a las montañas del norte, donde siempre podreis precisar mi ayuda si la necesitais.

Falathar: Interrumpí a mi tio, bastante decepcionado por su decisión.
-¿Por qué no vienes?.-pregunté, dando a ver mi decisión.-Eres mi tio, vivirias con nosotros en la realeza.

De mi cabeza no pude sacarme lo que la anciana me dijo. Quería saber quien habia sido, pero a la misma vez tenía mucho miedo.de saberlo.

Jairon: Acaricié el cabello de Falathar, despeinandolo.
-Necesito algo de soledad y estar con la naturaleza.-le contesté, aún con la mano en su cabeza.-He estado demasiado tiempo en el inframundo y con apariencia de espectro. Necesito volver a recordar lo que es estar conectado con la madre tierra.-entonces me agaché, poniendome a su altura y cambiando a un rostro mucho más serio.-Siempre que estes preparado podrás saber quién asesinó a tu padre, pero aún no lo estas.-le paré antes de que contestara.-Sé que es decisión tuya, pero solo te lo digo para ahorrarte dolor, un dolor que será más pasajero cuando seas más mayor.-miré fugazmente a Farilynn y proseguí.-Ven a verme dentro de cuatro años, entonces hablaremos.

No tenía ni idea de si sería capaz de aceptar mi oferta, ya que era algo duro estar ese tiempo sin saber nada. Solo esperaba que lo hiciese.

Falathar: No esperaba que Jairon me dijese aquello, me pilló de sopetón.
-Cla...Claro tio.-le contesté, no muy convencido.-Cuando cumpla 18 años subiré a las montañas en busca de respuestas.

Jairon: Sonreí satisfecho, levantandome.
-Cuando ese día llegue, tu serás el que decidirá.-miré a Farilynn, para que entendiese que con ello me refería a que si Falathar quería venganza, yo no me opondría en absoluto. Mi destino y el de la memoria de su padre estaba en sus manos. Siempre lo a estado y ahora me daba cuenta.