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TURNO 6

Los pasos de la maga y la elfa, sobre las piedras y la gravilla desprendidas de los muros antiguos, se escuchaban levemente en la estructura derruida. Vánima, más partidaria de no dejar ningún lado sin explorar, propuso a Elanor examinar la sala de la izquierda. La maga por el contrario, sentía que lo primero sería divisar a los orcos para tener controlado a los enemigos, pero al ver que la sala no contenía ningún peligro a la vista, aceptó.Entraron lentamente en usando como cobertura los muros. Vánima empuñaba con fuerza su cimitarra mientras Elanor avanzaba con una mano en la espalda, cerca de las flechas, cubriendo a su compañera.

La sala era amplia y oscura. El viento silbaba entre las cavidades destruidas mientras que en los charcos formaban ondas. Se apilaban rocas de todos los tamaños, hierbajos que llegaban a la altura de las rodillas, algunas armas oxidadas apiladas y varios barriles corrompidos por el paso del tiempo. Aunque no parecía un almacén como tal, quizás había servido en algún tiempo para ello.

Tras unos segundos de búsqueda, las elfas no encontraron nada que pudiera servirles de valor o de pista. Volviendo sobre sus pasos, se dirigieron lentamente hacia la sala opuesta. Tras atravesar el marco que daba acceso a la sala, pudieron ver un espacio similar al anterior. La única diferencia es que había una puerta cerrada.

TURNO 6

- Gracias, Elanor. - La sala de la izquierda resultó ser una decepción, pero el agradecimiento a su compañera fue mayor que cualquier resultado positivo. Y además, le dio un buen argumento. Aquella elfa tenía una intuición fina, y quizás habría que escucharla con atención y hacer menos de sus propios arranques. - Tenías razón, no había nada, pero me he quedado más tranquila, aunque te escucharé más. 

Se dirigieron a la sala con la puerta, que estaba cerrada. Aquella sala, en cualquier caso, era una sala de paso, de modo que podría haber ciertas pistas. - Entremos con cuidado, y busquemos pistas. - Armada y dispuesta, entró con cuidado, vigilando que no hubiera nada peligroso. De pronto, tenía deseo de que no le pasase nada a Elanor. Antes de ir a la puerta, comenzó a mirar por ver si se localizaban pisadas, cuantas, de qué tipo, si habían trozos de piedra removidos... Sus sentidos se erizaron. Ahora si se acercaban al peligro. 

TURNO 6

Asiento a las palabras de la Noldor y agradezco profundamente que lo ha admitido, es que si bien no soy de meterme en lugares de este tipo, la deducción en este caso fue demasiado simple. De igual manera si mi hermana se sentía más segura así, eso basta. Aunque agradecí en mis adentros que los orcos no aparezcan de repente, descuidando en sí nuestra defensa por el ingresar a una sala que no tenía nada que nos sirva. 

De momento Ilúvatar nos guía...

Lo pienso y estoy segura de ello. Mi mano sigue sobre la espalda, pendiente de sacar una flecha en cualquier momento mientras camino detrás de Vánima. Observo el entorno con mayor cuidado, al igual que ella, busco huellas, aromas, y también si hay una rendija en esa puerta, el mirar hacia lo que se esconde detrás. Prefiero asegurarme antes de dar un paso en falso. Es lo que tiene prevenir. 

TURNO 7

A pesar de las diferencias entre las dos recién conocidas elfas, avanzaron en equipo y conjuntamente en el peligro, consensuando el siguiente paso. Ambas se miraron y comenzaron a caminar lentamente entre la amplia sala, buscando cualquier posible pista.

Elanor (Percepción): 44 (tirada) + 35 (Percepción) - 20 (Muy difícil) = 55, fracaso (no puede volver a intentarlo)

La maga, más pendiente de cualquier posible emboscada, no encontró nada útil en su búsqueda. Caminó de una esquina a otra, evitando una pisada traicionera que pudiera delatarlas, pero sus ojos mágicos limitados por la noche cerrada, no le permitieron ver nada más de que escombros y piedra.

Vánima (Percepción): 57 (tirada) + 35 (Percepción) + 20 (bonificación por Éxito Absoluto de la tirada del bosque) - 20 (Muy difícil) = 93, casi éxito (puede volver a intentarlo)

La guerrera, más partidaria de explorar cada rincón de la torre en ruinas, hizo hincapié en todos los detalles. Se agachó, pegó la oreja en la pared para escuchar y aunque todavía sus sentidos no captaban nada concreto, sabía que algo se le escapaba...

Vánima (Percepción): 89 (tirada 2) + 35 (Percepción) - 10 (Difícil) = 114, éxito.

La elfa miró la puerta. Se quedó unos segundos delante de ella, observándola. Era maciza, con la madera hinchada por la lluvia pero bien encajada en los goznes, lo que hacía una tarea muy difícil forzarla por algún lado y menos sin llamar la atención. Elanor se acercó a la guerrera y se miraron. Vánima, cerró los ojos y puso la palma de la mano en la pared. Comenzó a andar lentamente. La maga la observaba. Siguió con pasos lentos tocando los ladrillos sueltos con su palma hasta que a un par de metros notó una pequeña cavidad. Solo le cabían dos dedos, pero los introdujo y pudo tocar una pequeña palanca: un pequeño crujido se escuchó en la noche. Vánima abrió los ojos.

Elanor, vio como la puerta se abrió no más de un palmo. De repente, del marco superior de la misma, cayó un pequeño dardo, sin fuerza. Vánima la miró y se sonrieron. Tras abrir la puerta lentamente, pudieron ver unas escaleras de piedra que subían a un piso superior. Estaban en la torre.

TURNO 7 - Vànima

El orgullo que sintió Vànima de descubrir el mecanismo la hizo sonreír. Había evitado una trampa a su hermana Elanor y a si misma. Eso era una señal más de que los Valar, o muy equivocadas estaban, les guiaban en aquella pequeña aventura. Tenían que ser consecuentes con aquello que veían, de modo que les tocaría subir. 

-Elanor, es posible que por esta trampa se sintieran seguros, y no hubiera vigilancia aquí. Y si hay una tramapa, esconden algo. Y por los Valar que no dejaremos que hagan el mal a la Tierra Media - Susurró la Noldo, con la mirada fija en aquellas escaleras de piedra, que giraban para subir a la torre, y no dejaban ver el final de las mismas. Mantuvo su mano en el arma, pero antes de empezar a subir, le dijo en voz nuevamente susurrante: - Si te parece, abriré la marcha, aunque tú seas más sigilosa, tendrías tiempo para preparar el arco si fuese necesario. 

Esperó su confirmación, para entonces comenzar a subir las escaleras con el mayor de los cuidados. Arriba, en la torre, podría haber cualquier cosa. Además de los dos orcos que habían visto, por supuesto. 

TURNO 7 - ELANOR

Aquella sala tiene una puerta y descubrir lo que hay detrás, está siendo muy difícil para mi. Así que confiando en las habilidades de la Noldor, aguardo paciente hasta que pueda revelar algo interesante. Y lo logra, comprendiendo allí mismo que ambas somos el complemento, que no hay diferencias entre nosotros tal como nos han creado. Por esa razón con una sonrisa que se dibuja en mi rostro, mi atención se centra en Vánima. 

- Perfecto, que así sea. - respondo y sigo. - Yo preparo el arco y tal como has dicho, abre la puerta. Nos hemos salvado de una trampa, pero no quita que tengan más. 

Tras decir aquello me coloco en posición delante de la abertura para sacar una flecha y ponerla en el arco, buscando de esa manera tensar la cuerda todo lo necesario. Dudo que estén allí y es evidente que algo esconden, pero también sé que corremos el riesgo de que aparezcan en cualquier momento. De igual manera debemos terminar con la oscuridad, sin importar el precio ya que estamos destinadas a ello. 

TURNO 8

Aquella escalera era silenciosa, pues las grandes paredes de piedra de la torre eran gruesas y macizas. Un lejano viento se podía sentir en las afueras de la estancia, muy lejos. Vánima avanzaba lentamente. El cuero de sus armaduras rechinaba a cada paso, a cada peldaño. La guerra hacía una mueca apretando los labios, intentando moverse con sutileza. En cambio, Elanor, era un pequeño susurro. Sus delicados pasos eran imperceptibles hasta para Vánima, que de vez en cuando miraba hacia atrás, pensando que no la seguía.

La torre subía unos quince escalones hasta un recodo donde comenzaba un giro hacia la izquierda y no permitía ver más allá. Siguieron subiendo, no sin antes mirarse para confirmar que avanzarían. Un sentimiento se apoderó de sus corazones, pues notaron una presencia, la misma presencia que Vánima perseguía en el bosque y la misma presencia que Elanor sintió antes de encontrarse con Vánima: la presencia del Mal. La Lengua Negra. Para las dos elfas, su sonido era desagradable, doloroso...  un conjunto de sílabas escupidas, guturales. Una lengua corrompida por la mano del Señor Oscuro de Mordor.

Vánima y Elanor no pudieron entender nada de lo que decían, pues desconocían esa lengua maldita. La sala de la torre no era tan amplia como las que habían explorado anteriormente. Era circular y por los pequeños ventanales rectangulares de sus  muros entraba la claridad de la luna. Un ambiente cargado se hacía con la estancia. Sus ojos pudieron ver como los orcos les daban la espalda. 

De repente, uno de los dos orcos se giró lentamente y notó una presencia, pero no supo que eran las elfas. Echó la mano a su espada corta y dio un par de pasos lentamente dirección la entrada a la torre.  Su compañero seguía hablando pensando que el otro orco le escuchaba, mientras estaba arrodillado ocupado en algo que las elfas no podían ver.

TURNO 8- ELANOR

En la vida se aprende que siempre se puede dar un paso atrás en el momento indicado porque después puede ser demasiado tarde. Y así es como me siento cuando avanzando por aquella escalera, descubriendo una vez más todo el mal que aquel Señor Oscuro le hizo a mi raza, el dolor es agudo y siempre es al corazón. He visto orcos durante mucho mucho tiempo, pero la sensación es la misma. Nuestra lengua corrompida, el pesar que les debió llevar este proceso y la impotencia que genera, no tiene precio. Son almas que deben alcanzar su libertad, así de simple. 

Pero en medio de aquel momento que ya comienza a ser tenso, donde prácticamente soy una sombra para ellos, noto que uno se da cuenta que algo hay. No es la hora de la batalla, claro que no, estamos en desventaja física y prefiero obrar desde la astucia, igual que se hace en los bosques: Desde el sigilo y la estrategia. Así que rápidamente le indico a mi hermana Noldor que retroceda lentamente. 

Yo desarmo la postura y con la flecha devuelta al carcaj, retrocedo. 

- Es mejor planear una emboscada... Mucho mejor. 

TURNO 8 - Vànima

Vànima asiente al gesto de su compañera, e intenta esconderse de igual modo, y así, hacer caer a aquellos siervos del enemigo a una trampa, o sencillamente, ver qué estaban haciendo. Eso era lo que a ella le preocupaba sobremanera, teniendo en cuenta que no parecía haber más enemigos cerca. Calmó sus ansias de combate en aras de la paciencia del cazador, del que espera el premio, tal como parecía indicar el comentario de su compañera. 

Vànima se fue a colocar calmadamente tras la puerta, evitando en lo posible que su arma brillase con las luces y el orco descubriese su presencia. La empuñó con fuerza y rabia, por lo que significaban aquellos seres: desgraciadas degeneraciones provocadas por Morgoth, quien había sido el culpable del destierro de su linaje. Se centró en calmar su ansia de combatir. ¿Qué haría el Orco?

TURNO 9

Cuando Vánima ya estaba saboreando el fragor del combate, cimitarra en mano, notó una delicada mano en su hombro. La guerrera se giró rápidamente y pudo ver como Elanor negaba lentamente con la cabeza. Después, con otro gesto señalando el final de las escaleras, la maga se perdió en las escaleras y en la noche. En cuestión de segundos, no había rastro de la maga.

Elanor (Acechar/Esconderse): 3 (tirada) +30 (habilidad) - "Fácil" = 60% (segunda tirada debe ser menos de 60 para tener éxito, 44, éxito)

La guerrera siguió el ejemplo de su par y retrocedió segundos antes de que el orco pudiera ver sus movimientos. Vánima se convirtió en una sombra.

Orco 1 (Percepción): 21 (tirada) + 0 (habilidad) - 20 "Muy difícil" = 1, fracaso

Vánima (Acechar/Esconderse): 78 (tirada) + 40 (habilidad) - "Fácil" = 110, éxito (+10 siguiente acción)

Las dos elfas volvieron a la amplia sala donde habían descubierto el mecanismo de la trampa. Se colocaron a ambos lados de la puerta, espalda contra pared. Pudieron escuchar las pisadas del orco bajando las duras y frías escaleras. Pero de repente, el orco gritó algo en su lengua que las elfas no pudieron entender, solo pudiendo deducir una palabra que podría ser el nombre del otro orco, a quien llamaba con insistencia.

El orco apareció corriendo en la sala para frenarse súbitamente, espada corta en mano y mirando hacia los lados, buscando a los intrusos. El hecho de que la puerta estuviera abierta, les había alertado. Las elfas, todavía contra la pared, escucharon pasos que provenían del piso superior donde habían estado segundos antes. El orco les daba la espalda, pero no tardaría mucho en girarse.

TURNO 9 - ELANOR

ASALTO 1

La situación se complica y mientras me pierdo entre las sombras con tal de llegar a la sala, una vez allí a los costados de la puerta, un poco avergonzada cierro mis ojos para concentrar una energía entre mis manos, que claramente en cuestión de minutos o segundos, posiblemente se convierta en un escudo. Lo bueno es que hay un orco ahora que está descuidando su espalda, y es probable que sea oportuno atacarlo a traición antes de que vengan los demás. 

Así que le indico a la Noldor que haga de las suyas, tiene todo para hacerlo y el factor sorpresa está a su favor. Tal como mi plan había resultado, es mejor que ella ahora se encargue de él y yo cuide la retaguardia por si vienen más. Con mi arco debería ir bajándolos a medida que avanzan, en sí en mi mente parece fácil y espero que en la práctica también. Espero...

TURNO 9 - VÀNIMA

ASALTO 1

Vànima hizo caso de Elanor, como se había propuesto, y descendió por las escaleras con el mayor de los sigilos posible. Mirándose con la sindar, comprobó que la idea era emboscar al orco, haciendo el menor ruido posible. Descendieron pues a la siguiente de las salas y allí esperaron, con, en principio todo a favor. 

Sin embargo, al bajar el orco, este chilló. La verdad, se dio cuenta del error. La puerta. No era demasiado cuidadosa con esas cosas, y el deseo del combate le había hecho olvidar esa prudencia... y el orco, chillaba, dando la alerta, o al menos, llamando a su compañero. Cuando lo tuvieron a la vista, se puso a mirar, y cuando la Noldo ve la ventaja de atacar Elanor se lo confirma, mientras realiza magia  y prepara su arco.

Así que la la orgullosa elfa hizo lo que mejor se le daba, combatir. Intentó ser silenciosa y no alertar al enemigo y dar un buen golpe. 

TURNO 9

ASALTO 1

Una pequeña luz brotó de manos de Elanor. Vánima, todavía con la espalda en el frío muro de piedra, vio como por segundo la maga se elevaba sobre el suelo un palmo para caer lentamente. Un halo de luz transparente azul intenso se hizo con el cuerpo de Elanor, que realizando unos movimientos entrelazando dedos y manos, susurró:

“Nai Eru Varyuva me – Que Eru me guarde”

Un escudo mágico casi imperceptible flotaba alrededor de la maga. Vánima la miró fascinada.

Resultado: 84 (tirada) + 2 (BO para Hechizos Básicos) = Éxito

Seguidamente, cargó con toda su fuerza contra el orco. El tajo de la cimitarra atravesó el cuero de la armadura y un aullido de dolor retumbó en las cuatro paredes de la sala. La herida, sangrante, dejó al orco limitado. Se giró, dolorido, mientras maldecía.

Resultado: 14pv, C – Crítico: 3pv, 1 pv/asalto, -5 actividad. (Orco 1, 17/? pv)

Elanor, tenía una flecha cargada en su arco. El otro orco, había terminado de entrar en la sala y estaba a tres metros de Vánima. La guerrera estaba rodeada y solo un ataque de Elanor sobre el segundo orco la salvaría un ataque por la espalda.

TURNO 9- ELANOR

ASALTO 2

La magia fluye en mí igual que en aquellos primeros días donde el inicio de un todo nos convierte en seres vivientes, en color y misticismo. Soy una excepción a mi condición, pese a que ellos lo consideren una maldición y el hecho de manifestar aquello, es un gran paso dado hacia la confianza, hacia la entrega como compañera de armas con Vánima. El enfrentamiento está garantizado y sé que nuestra emboscada puede funcionar si trabajamos en equipo. 

Así que con la flecha ya puesta en el arco, cierro los ojos una milésima de segundos para sentir que soy una con él, como una extensión de mi y cuando los abro el disparo surge. Esa flecha corta el aire, surca desde la lejanía hacia su destino y espero que un falso movimiento no desvíe el objetivo de acertarle. Estoy dispuesta a darlo todo, por nosotras y para erradicar la oscuridad que nos acecha. 

- Resiste hermana, estoy contigo. Siempre. - la motivo. 

Y vuelvo a cargar otra flecha...