Partida Rol por web

El enano no comprendió bien el sistema de juego pero Robin no solo se lo explicó sino que dio como válido este turno aunque ganara Dromri, hecho que elogiaba al muchacho. - ¡Oh vaya!, lo siento mucho. Rio en carcajadas, nunca se lo había pasado tan bien como hasta ahora. - Bueno ahí va... dijo esta vez soplando los dados y tirándolos con esas manazas que intentaban arrojar los dados con suavidad sobre la rígida mesa de la taberna. 

Robin dio un sorbo a su jarra mientras miraba al enano. Sabía que si se adelantaba a esta ronda sería muy difícil ganar el juego, pero esperó paciente. Aún así, el resultado no fue tan bajo como esperaba.

- ¡Qué suerte! - decía mientras daba un golpe en la mesa - Ahora verás... - y agitó los dados.

Su cara cambió al ver el resultado.

- ¡Eso es! - dijo riendo - Creo que no debería molestarse en tirar, señor rohirrim - comentó entornando los ojos.

- Bueno... ¡Nunca se sabe, "señor" Robin! - el jinete agitaba los dados en la mano con energía.

Los lanzó y por poco supera la tirada de Robin, que tenía una cara de alivio tras ver los dados que habían dejado de girar.

- ¡Vaya, por poco! Tendría que haberse visto la cara.

- ¡Vaya casí!, comentó a Gleomund que estuvo a punto de empatar con el pequeño pícaro. Otra vez lanzó los dados soplándolos antes para que tuviera suerte... Pero la suerte no estaba con él, la tirada fue muy baja a pesar de guardar la última carta de más envergadura para el final. - ¡Maldición!, comentó sabiendo que había perdido.

Robin soltó una gran carcajada al ver el resultado de la tirada del enano.

- ¡Esto es buena señal! - decía mientras agitaba los dados con las dos manos cerradas - ¡Allá vamos!

El chico lanzó con fuerza los dados, que tardaron un buen rato en pararse. Todos en la mesa quedaron expectante... hasta que finalmente, se pararon. Robin había ganado la partida.

- ¡Eso es! - dijo levantándose de la mesa y alzando los puños al aire en señal de victoria - Te va a tocar pagar la ronda, viejo amigo... - dijo con una sonrisa amplia de oreja a oreja.

En ese momento, entraron los demás aventureros a la posada: Brecca, Vánima, Ódvarr, Elanor y Elessäl.