Partida Rol por web

Sudoroso, con el corazón bombeando a un ritmo endiablado y la respiración entrecortada. Así fue la manera en la que desperté de aquel extraño sueño que tan vívido me había resultado.

Incorporado en la cama, con la cabeza mirando a un punto indeterminado de las sábanas, intentaba aferrarme a la idea de que todo lo que había sentido en ese sueño, todas las emociones que había experimentado y todas las sensaciones casi palpables que había sufrido habían sido producto de las pastillas. Imágenes que mi cansada mente habían proyectado para hacerme ver el camino sin retorno que mi vida estaba tomando. Un camino en declive que iba más rápido de lo que a mí me hubiera gustado.

Pero la sensación de velocidad, la adrenalina que había experimentado, los sonidos que había escuchado e incluso la lluvia que azotaba el coche habían sido tan reales que las dudas comenzaban a clavarse en mi alma inundando mi cabeza de terribles dudas.

Con todo mi cuerpo temblando como una hoja e intentando apartar unos pensamientos que en nada iban a ayudarme, me levanté de la cama dispuesto a darme una ducha. Pero el agua fría lejos de calmarme me recordó la intensa lluvia de mi sueño, porque... era un sueño ¿verdad?

No podía apartar las imágenes de la velocidad, del coche, del camión a punto de arrollarme, pero sobre todas esas cosas no podía olvidar los golpes que aún parecía escuchar procedentes del maletero. Tenía que salir de dudas, tenía que saber que todo aquello solo era producto de la tensión que estaba viviendo, de la desesperación por no tener noticias de Daphne y no que fueran recuerdos de algo que mi mente se empeñaba en olvidar.

No sabía muy bien porqué tenía intención de volver tan seguido a aquel lugar. Quizás el sueño de la noche anterior, a pesar de saber que solo se había tratado de una pesadilla demasiado vívida, me había dejado una marcada huella que profundizaba en mi estado de ansiedad.

Fuera lo que fuera lo que me impulsó a hacerlo, en esos momentos me encontraba tras el volante de mi coche rumbo al lago... una vez más. Sabía que no iba a encontrar nada allí, nada nuevo iba a mostrarse ante mí que fuera distinto a lo visto el día anterior, pero seguía notando todas las emociones que habían despertado en mí ese sueño y, como si de verdad hubiera sido real, aún podía saborear la rabia, escuchar la lluvia golpeando el coche y la bocina del camión, podía ver el desvío al lago, el mismo que estaba tomando yo en esos momentos.

Solo era un sueño. Eso me lo iba repitiendo como un mantra mientras las ruedas devoraban los kilómetros. Solo un sueño. Pero tal vez motivado por la frustración, la angustia o a saber qué mierda, algo me impulsaba a volver al lago para comprobar... ¿Qué? ¿Qué creía que iba a descubrir?

De todas formas no tenía pensado dar media vuelta.

Guiado por tu instinto, decidiste conducir de nuevo hasta el lago. Esta vez notaste que tenías la mente en otras cosas, como si estuvieses perdido en tus pensamientos, centrado en analizar todo lo que había pasado en los anteriores dos días y sobre todo en tratar de recordar detalles que pudieran arrojar más luz sobre el drama que estabas viviendo.

Una vez que llegaste de nuevo al espacio verde, descubriste que en el fondo entendías porqué estabas allí. Ese lugar era tu talismán, tu refugio, tu "casa" fuera de casa. Por unos instantes te sentiste en paz. Cerraste los ojos para inspirar y expirar lentamente, para entender que estabas ahí de pie, aún con fuerzas para luchar, para tomar decisiones, para atacar cabos.

Quizás el lago tenía ahora ese papel, el de hacer que te concentraras. Sabías que el pueblo era más pequeño de lo que parecía y que cada rincón podía esconder un secreto, una pista. Hasta el lugar menos llamativo podría tener oculto algún detalle que te diese pistas sobre qué ocurrió la fatífica noche de la desaparición de tu esposa.

Llegaste a plantearte si lo que habías alcanzado hasta ahora era lo óptimo. ¿Había visitado a las personas adecuadas? ¿he reaccionado como debería cuando he estado con ellas? ¿Estoy dejándome llevar por los sueños más de lo necesario? ¿o es que son realmente la clave?

No dudaste en sentarte en el suelo, adoptar una postura más relajada y dedicar ese tiempo para tí. Para tu paz. Porque sabías, que a partir de ese momento, comenzaba una cuenta atrás donde conocer la verdad evitaría que te sumieses en la locura. El lago era un talismán, sí... pero no era tu chaleco antibalas. Debías actuar... ¿pero dónde ir ahora?

Nada había distinto a mi alrededor con respecto al día anterior. Y a la vez veía el lugar con ojos nuevos o más bien, lo veía como siempre debería haberlo mirado. Aquel lugar era mi fuente de energía, de paz, de tranquilidad. Y por ese motivo decidí quedarme unos minutos más a pesar de que sabía que allí no encontraría nada que me ayudara.

Me senté en el suelo, en contacto con la tierra y la hierba, y me quedé mirando al vacío mientras respiraba profundamente. Necesitaba alejar los pensamientos recurrentes de mi cabeza, aquellos que solo servían para entorpecer mi búsqueda, aquellos que no permitían ver el conjunto de la situación. Que los árboles no te impidan ver el bosque.

Fui repasando poco a poco los pasos que había dado esos últimos días, la gente a la que había visto y con la que había hablado; incluso recordé el sueño de esa noche, pero desde una perspectiva más serena, intentando ver alguna lógica a las imágenes que me habían asaltado mientras dormía.

Había estado en el parque, donde solía pasear con Daphne. Había ido a saludar a mis únicos amigos a la oficina. Me había tomado una copa en el bar con la agradable compañía de Lilly cuya conversación, ahora que lo pensaba, podía haber sido la causante de los sueños. Era una locura, pero no podía descartarlo. Había visto a Robert y ahí, durante un instante, mi tranquilidad se quebró.

Respiré hondo intentando centrarme de nuevo en el ejercicio que estaba haciendo, recorriendo lugares, personas y situaciones que me habían llevado hasta ahí. Pero había un sitio al que no había vuelto en los dos últimos días y ahí sería a donde me dirigiría.

Me levanté sintiéndome algo más animado. Sabía que estaba muy lejos de encontrar una respuesta pero por lo menos me veía con fuerzas de seguir adelante. Cogí el coche para volver al pueblo, yendo directo hasta la comisaría para saber si por fin tenían alguna noticia nueva de mi mujer.

Después de pensarlo, decidiste que si había un lugar donde encontrar respuestas tempranas era en la comisaría del pueblo. No habías ido allí desde que tuviste que declarar todo lo que sabías sobre la desaparición de Daphne. Si había algo que caracterizaba a aquel lugar es que no te inspiraba confianza. ¿Era a caso que no creías en la capacidad del cuerpo policial? ¿O era el inspector quién no se había ganado tu respeto?

Cuando te encontraste a escasos metros de la entrada observarse que el inspector Cunningham estaba saliendo. Era tu oportunidad de oro para abordarle y averiguar algo más sobre la evolución del caso ya que si entrabas en esas oficinas lo único que ibas a lograr era respuestas protocolarias de "se le informará a su debido momento". Solo ese hombre, solo el inspector era capaz de ofrecer detalles.

Intentando ser disimulado, te topaste con él como si fuese un error. Cunningham te reconoció al instante e hizo además de no querer entretenerse mucho, algo que no ibas a permitir.

Le preguntaste por el estado del caso, algo que pareció no gustarle.

 - Como comprenderá, no voy a revelarle ningún detalle de la investigación - aclaró de forma tajante mientras intentaba continuar su paso, un paso que le habías cortado intencionadamente.

- Sé lo que está tratando y así no va a facilitar que todo vaya a mejor. Está justo a las puertas de la comisaría, si sigue importunándome no solo retrasará la investigación, sino que se pondrán las cosas aún más difíciles para usted - ¿qué quiso decir con aún más difíciles? ¿estaba intentando amenazarte? ¿ocultaba algo?

Aprovechando esos instantes de confusión, logró zafarse de ti para continuar directo a su coche. ¿Hacia dónde se dirigía con tanta determinación? ¿porqué no se mostraba más compasivo y empático contigo? ¿te estará tratando como un sospechoso o es el miedo quién te hace pensar así?

Ahora tenías que tomar una decisión importante: ¿dejarías pasar este encuentro y harías caso al inspector? ¿o rechazarás la idea de quedarte de brazos cruzados e intentarás seguir a Cunningham allá donde vaya? Quizás haya encontrado alguna pista y sientes que tienes que estar al tanto... aunque eso pueda meterte en problemas si te descubren.