Partida Rol por web

Renunciar a lo terrenal

1. Un jardín de arena

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16/11/2021, 21:00
Nepthis

Nepthis pidió silencio con la mano a sus compañeros, pues ese asunto le atañía directamente.

Por mucho que en la Iglesia de Hathor seamos dados a la filantropía... —empezó Nepthis, revelando al ladronzuelo con quién estaba tratando—. Dudo mucho que te hayan ordenado, específicamente, robar la reliquia de manos de un profeta y menos en el día de una celebración sagrada. Una cosa es discrepar filosófica e intelectualmente sobre cuál debería ser su uso, y abrir un debate al respecto con el Señor Ka-Mat-Ef y los máximos representantes de la Iglesia de Isis, y otra muy distinta cometer un crimen por el que a ti te podrían cortar un brazo y pudieran rodar unas cuantas cabezas en la Iglesia de Hathor cuando este asunto llegara a oídos del faraón. ¿Quién, exactamente, te ha dado esta misión, Tulven? ¿Cuáles fueron, exactamente, sus órdenes? ¿Y cómo se llama, exactamente, la  organización a la que perteneces?

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16/11/2021, 21:01
Tulver Moltenriver

Tulvar se rascó la oreja en el hombro antes de contestarle a Nepthis.

-Yo tampoco he dicho que fuese, específicamente, a robarla -contestó con voz aguda-. Precisamente ha tenido que ser hoy, dado el peligro al que se estaba exponiendo. Como he dicho, los efectos han sido inesperados, ni siquiera sabía lo que podía pasar con ese esqueje suelto y sin control.- Suspiró por enésima vez y trató de acomodarse en la posición en la que estaba mientras Nepthis lo acribillaba a preguntas-. No puedo decir quién me ha dado esta misión, porque el trabajo no viene de la Iglesia, es una petición a mis superiores, ellos me lo encargan a mí, me dicen que vaya a hablar con los miembros de la Iglesia para que me cuenten los detalles sobre la excavación y que recopile información. Luego me envían una carta sellada para decirme que sería interesante que recuperase el artefacto y aquí estamos. Reseph Ka-Mat-Ef puede ser todo lo honorable  y profeta que queráis, pero exponer la reliquia al dominio público lo ha puesto en el peligro. Ah, somos los Buscadores de las Criptas Radiantes, con sede en Suzail, Cormyr, por si quieres buscarlo en algún libro.

Apoyó la espalda en el poste y se cruzó los tobillos, parecía haber encontrado una postra adecuada.

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16/11/2021, 21:01
Jotnar

Suficiente. Estoy harto de este payaso—rezongó Jotnar haciendo un aspaviento con los brazos—. Mira, chaval: me importa un pepino lo que tú o tus Buscadores de Nombre Rimbombante "crean" que es mejor para la Rosa del Profeta. Y me importa un pepino que no fueras "específicamente" a robarla, ¡porque es justo lo que intentaste! Deja de poner excusas pueriles. La cuestión es que la reliquia la tiene Reseph así que es de Reseph. Si tenéis problemas existenciales, éticos, filosóficos, o lo que sea que tengáis con eso, cogeis y se lo explicais a él y a la Iglesia de Isis, no entráis aquí tratando de hacer las cosas por la tremenda y echándole la culpa al resto cuando la cagáis.

Resopló sonoramente por la nariz. Era el colmo de la ironía que fuera precisamente un tipo con un hacha el doble de grande que él a la espalda quien recomendara "no hacer las cosas por la tremenda", pero realmente todo aquel asunto se le antojaba una estupidez colosal. Porque claro, ¿qué podría salir mal de robarle a un profeta de Isis su reliquia de Isis en un día de celebración sagrada de Isis?

Se había perdido a la mitad del rollo que había soltado sobre que Fulano le encargaba a Mengano que le enviase una carta a Zutano, que a su vez devolvía al remitente en la mano... y le había salido mentalmente un pareado. Pero daba igual. El caso era que por más palabras que el tal Tulven soltase, a su parecer no le daba un solo motivo lógico que sostuviera el esperpento que había intentado hacer.

Que Reseph haga con él lo que quiera, como si le corta las pelotas y las usa de abono, me da igual—gruñó girándose en redondo—. Voy a...

Cogió una profunda bocanada de aire y la volvió a soltar como si se desinflara al caer en lo que había empezado a decir.

 ...ver si queda algo que se pueda salvar de alguno de los jardines—refunfuñó fastidiado antes de salir de allí.

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16/11/2021, 21:02
Nepthis

Nepthis detuvo a Jotnar, sujetándolo por el hombro, antes de que se fuera.

—Un momento, Jotnar, si eres tan amable. Creo ya sé de qué va todo esto, y me parece que querrás escucharlo.

Cuando se volvió hacia Tulvar tenía un semblante adusto y sombrío. Más de lo habitual.

—Muchacho, no me tomes por una novicia de tres al cuarto. No necesito buscar en los libros; a decir verdad sé más de tu organización de lo que tú nos estás contando. Os creéis que solo vosotros podéis resolver los problemas del mundo. Si veis un problema, es que existe. Si alguien insiste en que no lo hay, es que está ciego. Robáis lo que os parece y destruís la magia que no os gusta. Cuando devolvéis algo, lo devolvéis tullido. Si no podéis destruirlo o mutilarlo entonces lo escondéis y decís que "se ha perdido por el camino". No ibas a devolver la Rosa del Profeta a la Iglesia de Hathor, para que de ella brotara grano y mies con los que alimentar a los necesitados y hacer de Mulhorand un auténtico paraíso. Ibas a destrozar la planta, mutilarla y atribuirlo a algún percance en el que tú no tuvieras nada que ver, antes de devolverla a tu contacto en la Iglesia de Hathor.

»Y tienes la desfachatez de darnos lecciones morales, de hacer como si nada te importara porque tienes contactos entre las manzanas podridas del clero de este gran país. Sabes que tu organización se ocupará de sacarte de los problemas en los que puedas meterte con la ley. Pero ¿sabes? Ellos no están aquí, en esta sala. Solo yo te puedo proteger de mis dos amigos aquí presentes, los que tienen esas hachas tan grandes. Así que más te vale que te guardes esa retórica vacía y confieses quién a quién le ibas a entregar la Rosa, dónde ibas a hacer la entrega y qué contactos tienes en nuestro país.

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16/11/2021, 21:03
Lurzca

Lurzca bostezó. Toda aquella palabrería empezaba a hacerse pesada. La mestiza no era una persona que acostumbrara a centrar su atención más de minutos en alguna cosa que no fueran trabajos mecánicos, como cortar leña, despellejar alguna animal o matar a sus enemigos. Toda aquella palabrería le aburría de forma soberana. 

Si algo estaba claro, era que aquel tipo. Tuveal... ¡O como se llamara! ... Era un ladrón.  Encontrándose en Mullhorand, el robo o el intento de robo y más aún de una pieza tan importante y además en la casa de un señor como Reseph Ka-Mat-Ef, causando destrozas y poniendo en peligro a sus invitados, solo tenía una sentencia. 

¿Le corto ya las manos? - Preguntó agarrando de una de las muñecas al jardinero prófugo y blandiendo si hacha con la otra.

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16/11/2021, 21:03
Jotnar

No, Lurzca—gruñó Jotnar con cierto ribete de exasperación—. Ya has oido a la señorita, si responde a sus  preguntas puede incluso que conserve las manos. Guarda eso por ahora.

«Lo cual no quita la bofetada que le voy a dar como no responda de una buena vez»

Se había parado sólo porque Nepthis se lo había pedido, porque no podía importarle menos si el profeta de Isis decidía emplear a Tulven como escoba para las cuadras de los camellos. El enano consideraba que su tiempo estaba mejor empleado en intentar rescatar alguna de las bonitas creaciones de afuera que en escuchar los desatinos de semejante mamarracho.

Más aún cuando la sacerdotisa acababa de confirmar que muy desencaminado no había estado a la hora de leerlo. Es más, había incluso añadido detalles a la ecuación que lo único que hacían era que le cayese todavía peor. Ahora que al parecer "se sabía" dónde estaba la Rosa del Profeta, su amigo Reseph podía tener más incidentes por culpa de aquella panda de imbéciles. Y aquello no le hacía ni pizca de gracia.

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16/11/2021, 21:03
Amessis

Los ánimos estaban caldeados, cualquiera podía darse cuenta de que la tensión llenaba la tienda de campaña y hacía dificil el respirar con tranquilidad. Por eso, Amessis se levantó de dónde estaba siempre con sus andares y sus maneras lánguidas y calmadas, deteniendo el tiempo y el desarrollo de la conversación. Ante el silencio que siguió a las amenazas de Lurzca y las palabras del enano, la nigromante se cambió la lanza de una mano a otra y se acercó a los guardias que había dentro de la tienda.

Un susurro, una sonrisa y una caída de ojos, sumado a un movimiento casual de brazos y hombros, fue más que suficiente para convencer a todos los soldados de Reseph de salir fuera de la tienda para acompañar a Amessis a saber dónde.

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16/11/2021, 21:04
Tulver Moltenriver

-Falacias -gruñó Tulvar, ya no tan cómodo de repente.

¿Quién podía estar cómodo con la mirada de Nepthis clavada en el cerebro mismo? Por que así miraba la sacerdotisa, taladrando hasta el espinazo, atravesando la cabeza de parte a parte y leyendo cada pensamiento. Y ni siquiera estaba usando un conjuro. Pero el hechicero, jardinero, asaltador de tumbas, buscador de tesoros, lo que fuese aquel personaje, se sentía intimidado por el conocimiento de aquella sierva de Hathor entrada en años.

-Lo que dices es incorrecto -argumentó, pero en verdad no le quedaba mucho más que argumentar, Le caía una gota de sudor por la frente de tanto pensar, había sido descubierto y nada de lo dijera tenía validez-. No conoces el alcance de una reliquia porque nunca has tenido una delante y no sabes lo que puede hacer.

Lurzca ya tenía el hacha preparada. Amessis había engatusado a los soldados y en la tienda solo quedaban Nepthis, Jotnar y la mestiza, a solas con Tulvar.

-Solo quería una prueba de que era auténtica -confesó, aunque sonaba ligeramente desesperado-. Reliquias las hay en todas partes, ¿cómo íbamos a saber que era de verdad sin pruebas? En la Iglesia la quieren, ¿quieres que se la dé? Pues toda para vosotros. Si a mí no me interesa para nada.

Tulvar miró de nuevo a Lurzca, luego a Amessis y por último a Jotnar.

-Ahmoud Ta-Wi-Al-Mudhai -murmuró a toda prisa, aunque bien podía estar jurando en abisal y no dando un nombre-. Fue él quién me la pidió, en nombre de la Iglesia y en nombre de su prometida, Salihah, un alto cargo de Hathor.

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16/11/2021, 21:04
Nepthis

Nepthis miró a Jotnar y le indicó con la cabeza que la acompañara afuera, dejando al hechicero, jardinero, asaltador de tumbas, buscador de tesoros y, ahora, cantante de Dragonatta, en las afectuosas manos de Lurzca.

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16/11/2021, 21:04
Nepthis

Nepthis se alejó de la tienda una distancia prudencial antes de decirle a Jotnar:

—Esa Salilah de la que habla... es mi hermana.

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16/11/2021, 21:05
Lurzca

Tenían un nombre. Eso ya era algo. Toda aquella historieta acerca de que la reliquia no podía utilizarse a la ligera, no era más que un truño. El verdadero motivo para que aquel ladronzuelo estuviera allí y apunto hubiera estado de robar la Rosa del Profeta, no era otro que un codicioso capricho. Aquel hombre de nombre casi impronunciable, quería la reliquia para hacerle un regalo a su amada.

Entonces no eres más que un vulgar ladrón... -  Le dijo Lurzca a aquel tipo antes de que Nepthis y Jotnar salieran de la jaima dejándoles solos.

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16/11/2021, 21:05
Lurzca

Lurzca volvió a ponerle la mordaza a ese tipo.

Ya he escuchado demasiadas idioteces por hoy. - Le dijo sonriente. - ¿Sabes que les pasa a los vulgares ladrones en estas tierras, verdad? - Le mostró el reluciente filo de su hacha. - Creo que vas a tener que aprender a jugar con tu cosita con los pies, amigo... - Y soltó una sonora carcajada que se  escuchó fuera de la jaima.

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16/11/2021, 21:05
Jotnar

Jotnar arrugó ligeramente el ceño. Al fin una respuesta. Los nombres muhoraldinos no le resultaban difíciles de pronunciar, se había acostumbrado a ellos, pero no quitaba que siempre le hubieran parecido malditos trabalenguas.

Siguió a Nepthis afuera cuando ésta pareció requerirlo y las cejas se le arquearon hasta el máximo en cuanto la sacerdotisa soltó aquello.

Tres segundos después volvió a bajarlas empleando un dedo, no quería que se le cayeran por detrás de la cabeza.

Mulhorand es un maldito pañuelo—dijo soltando un suspiro—. A simple vista suena a que el tal Ta-Wi-Al-Mudhai está usando "el nombre" de la Iglesia para conseguirle un regalo bien caro y bien valioso a su prometida independientemente del método. Incluso sin que ella sepa nada. Pero tú sabrás más de su vida, ¿alguna idea que te ronde por la cabeza?

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16/11/2021, 21:05
Nepthis

—Mi hermana y yo no hablamos demasiado —confesó Nepthis.

La sacerdotisa calló unos instantes. Su relación era un desastre. Demasiadas cosas nunca dichas. Demasiadas cosas mal dichas. Y las dos eran demasiado orgullosas para acercarse a la otra y hablar de todas esas cosas que habían enterrado debajo de la alfombra durante años.

Ignorar a un dragón no hace que el dragón desaparezca, sino que lo alimenta.

—Para empezar, no sabía que tenía un prometido. Siempre ha perseguido el poder, y pensaba que su poder se vería menguado si se unía a un hombre. Y tampoco ha tenido tiempo en su agenda para tales menesteres. Para ella, la política era su único amante.

¿Había cambiado aquello? ¿O era ese Ahmoud Ta-Wi-Al-Mudhai un trofeo? ¿Había reevaluado su lista de prioridades para incluir en ella la formación de una familia o era tener un hijo un ítem más que apuntar a su lista de logros vitales?

—No estoy segura de que podamos usar esto como arma en el Cónclave. Sin un contrato que implique en este asunto al señor Ta-Wi-Al-Mudhai solo tenemos las palabras de este mentecato. La palabra de un extranjero contra la de un potencial miembro del clero no vale nada en Mulhorand —dijo, frotándose el mentón—. No estoy segura de que debamos usar esto en el Cónclave, a decir verdad. Por más que me gustase quitar las manzanas podridas de la cesta, no quiero que la Iglesia a la que pertenezco y a la que respeto profundamente, se vea envuelta en un escándalo como este.

Nepthis suspiró largamente, y se pellizcó el puente de la nariz.

—Si solo Hathor me indicara cuál es su voluntad... —volvió a suspirar. Las visiones que había recibido nada tenían que ver con la Rosa del Profeta—. La maldición del conocimiento es, a menudo, la indecisión. ¿Qué te dice el corazón, amigo?

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16/11/2021, 21:06
Jotnar

Que debes ser la única clériga normal que conozco—suspiró Jotnar.

Los demás parecía que andarán siempre o creando follones entre ellos o metiendo a todo el mundo en follones por algo que parecía puro amor al arte. Quien los entendiera que los comprase.

Bueno, no estaba pensando asociar esto al Cónclave, sino de tratarlo como algo aparte—añadió—. El caso es que me gustaría ponerle solución de algún modo; mientras ese tipo siga detrás de la Rosa del Profeta Reseph va a seguir teniendo problemas. En el peor de los casos podría destruirse la reliquia o hasta armarse una gorda con los seguidores de Isis.

Se rascó la barba.

No es cuestión de meter a la Iglesia de Hathor en un escándalo pero tampoco de simplemente dejarlo estar, ¿no?—carraspeó. Si lo hacían, aquella "manzana", como la había llamado Nepthis, continuara pudriendo la cesta y podría terminar siendo incluso peor—. ¿Quieres que se lo contemos a Reseph? Igual se le ocurre algo y a fin de cuentas es el afectado.

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16/11/2021, 21:06
Nepthis

Nepthis soltó una carcajada seca.

—¿Yo? ¿Normal? No, Jotnar, te puedo asegurar que no soy nada normal. Mi hermana me dijo una vez que era como una roca que ni siquiera reparaba en las olas de la política que me batían con todo su fragor. Y yo empleaba el ostracismo en ayudar a la gente hasta que Hathor me ha puesto en medio de todo —dijo Nepthis, y suspiró. La sacerdotisa esbozó una sonrisa muy leve —. Pero sé a qué te refieres y agradezco el pensamiento.

»¡Sí, Reseph! —dijo chasqueando sus dedos—. Él es un hombre sabio. Sabrá qué hacer. Vamos a buscarlo.

¿Por qué tenía la imperiosa necesidad de disculparse con Reseph? ¿Era porque su hermana podría estar directa o indirectamente relacionada o, los dioses la ayudaran, realmente se empezaba a imaginar como máximo representante de la iglesia?

Hathor, por favor, ayúdame.

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16/11/2021, 21:07
Reseph Ka-Mat-Ef

Dejaron a Lurzca al "cuidado" del prisionero y fueron a buscar a Reseph. Amessis estaba entreteniendo a los esclavos con alguna tontería de las suyas, porque en vez de estar ayudando con los destrozos ocasionados, estaban mirándola a ella como si no hubiesen visto nunca a una mujer. Tal vez así era, tal vez no habían visto nada tan exótico como Amessis, ya que mostraba más piel de la que ocultaba.

La zona era un auténtico desierto. Huelga decir que estaban en un oasis, el problema era que todas las plantaciones y la vegetación que había brotado gracias a la magia de la Rosa del Profeta, se encontraba ahora pocha, como si no hubiese sido regada en mucho tiempo. El sol y el calor acabaría por deshidratar a las desdichadas flores. Iyenkhosef había depositado la maceta de cebollito a buen recaudo sobre una piedra, mientras con sus esclavos trataba de conservar la mayor parte del trabajo realizado por los demás participantes. La mayoría estaba recogiendo carretas de raíces podridas y arena mojada. El resto intentaba enderezar y recomponer los tenderetes del mercado que se habían venido abajo cuando la estampida generalizada.

No vieron a Reseph por allí, de modo que se dirigieron a su palacio. El sacerdote había habilitado una de las salas para atender a los heridos. Casi todos leves, unas pocas contusiones, arañazos, cortes y, en especial, mareos, vértigos y malestar. Algún que otro ciudadano bebía té para calmar la ansiedad. El profeta de Isis comandaba a sus siervos y esclavos mientras comprobaba de primera mano que todo estaba bien. Al ver llegar a Nepthis y a Jotnar, no disimuló el gesto adusto. Su eterna sonrisa ya no estaba, ahora había seriedad en sus ojos.

-Saludos, amigos -les dijo-. Gracias, de nuevo, en nombre de todo el oasis. Nos habéis salvado, una vez más. Decidme, ¿quién ha intentado robar nuestra Rosa?

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16/11/2021, 21:08
Jotnar

Jotnar tenía ganas de hacer justo lo que Iyenkhosef estaba haciendo, pero por desgracia él tenía asuntos más problemáticos que atender. Aunque se conformó pensando que al menos había alguien sabiendo lo que hacía metiendo mano en los maltrechos jardines.

Cocotilio había salido de la tienda en la que mantenían preso al ladrón en algún momento y le seguía dando saltitos. A decir verdad, al enano no le extrañó el semblante de Reseph, ¿cómo iba a sonreír cuando la mitad de su oasis se había ido al traste junto a la celebración y la integridad física de la mitad de los presentes?

Un mamarracho perteneciente a un grupo de idiotas con nombre pomposo y que se creen en posesión de la verdad absoluta—respondió sin más. Tres segundos de silenció después y sin dejar de mirarle, levantó ambas manos señalando a Nepthis con los índices—. Ella te explica la versión detallada con tecnicismos.

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16/11/2021, 21:09
Nepthis

Nepthis suspiró.

—Un Buscador de las Criptas Radiantes, una organización especializada en anular reliquias poderosas como la Rosa del Profeta —reveló Nepthis—. Vino a Mulhorand por petición de la Iglesia de Hathor. Del prometido de mi hermana, para ser más exactos.

La sacerdotisa se frotó los ojos.

—Lo siento, Reseph, por la parte que me toca. Puede que la Rosa nunca esté a salvo de esos ladrones entrometidos. ¿Qué... qué piensas hacer?

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16/11/2021, 21:09
Reseph Ka-Mat-Ef

-Por Isis -exclamó Reseph, sorprendido, mientras asimilaba las palabras de Nepthis.

La implicación de una Iglesia en asuntos de otra Iglesia era un tema complejo de digerir, más aún con los nervios por lo sucedido, por lo que Reseph tardó un tiempo en contestar y paseó por la estancia buscando algo qué decir a sus amigos.

-¿Anular la Rosa del Profeta? ¿Puede hacerse? -preguntó, aunque parecía hablar para sí mismo que para Jotnar o la sacerdotisa-. Sí, supongo que puede hacerse, pero, ¿qué razón habría en querer destruir algo tan hermoso con el poder de dotar de vida? Ah, resulta tan increíble y tan triste al mismo tiempo. No tienes que pedir disculpas, Nepthis, habéis salvado al oasis una vez más y llegado a tiempo para evitar una catástrofe. Supongo que en parte he sido yo el culpable de alentar el peligro hacia mi labor como profeta exponiendo algo tan valioso al público. En mi afán por ayudar, casi destruyo este lugar... dos veces. No son pocos los que intentan atentar contra mi trabajo, ¿recordáis la flor de Maztica? ¿Y si el asunto está relacionado? Alguien quiso hacerme daño y envenenó mi jardín, mis soldados y esclavos murieron asesinados. Y ahora, mis súbditos y amigos también han estado en peligro. Esta reliquia es demasiado importante, así que me parece que es hora de... entregarla... a la Iglesia de Isis.

Mientras lo decía, tanto el enano como Nepthis podía notar que le costaba pronunciar aquellas palabras. En lo más hondo, arrancar la Rosa del Profeta del oasis, causaba dolor al clérigo de Isis.