Partida Rol por web

Renunciar a lo terrenal

1. Un jardín de arena

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16/11/2021, 21:09
Nepthis

Quizá sea lo más sabio —suspiró Nepthis, al ver a Reseph tan abatido—. Lamento que tengas que tomar esta decisión en aras de la seguridad de tu gente.

Inclinó la cabeza.

—Hablando de eso, ¿qué piensas hacer con el ladrón? Con Ahmoud Ta-Wi-Al-Mudhai en el bolsillo podrá librarse de la cárcel.

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16/11/2021, 21:10
Jotnar

—Lo más sabio—resopló Jotnar—. ¡Y lo más injusto! ¿Por qué siempre tienen que ceder o fastidiarse las buenas personas en lugar de los completos cretinos?

Se cruzó de brazos con visible fastidio. Reseph quería convertir aquel oasis en un remanso amable en medio del árido y hostil desierto. En un lugar hermoso donde la gente pudiera descansar y admirar, compartiendo así las virtudes de aquella reliquia con quien le visitara. El tal Ahmoud la quería para él, como un capricho que regalar a su señorita porque seguramente era incapaz de complacerla de otros modos más mundanos. Y si tenía que amargar la vida de quien hiciera falta por el camino y manchar el nombre de la Iglesia de Hathor, le daba igual.

El tamaño de su lista de candidatos a una patada en las pelotas parecía multiplicarse como las cabezas de una hidra.

—A mí me encantaría hacerle tragar un sandwich de nudillos enano a su jefe—refunfuñó cuando Nepthis le hizo la pregunta al profeta. Observó el suelo y dio en él un puntapié flojo que levantó una pequeña nube de arena—. Pero en Mulhorand está mal visto hacer esas cosas con los miembros del clero, ¿verdad? Lástima.

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16/11/2021, 21:10
Reseph Ka-Mat-Ef

Reseph sonrió hacia su amigo el enano, al comprobar cuán enfadado estaba.

-La gente honrada cede por el bien común, los cretinos solo miran por sí mismos. La Rosa ha sido objetivo de maleantes en dos ocasiones, han muerto personas inocentes; por muy nobles que sean mis intenciones, estoy provocando más mal que bien -suspiró, resignado.

Después miró a Nepthis, a la que dedicó una mirada profunda.

-¿Qué hacer? -reflexionó un momento-. Lo más idóneo es que el ladrón se quede aquí, en el oasis, hasta que venga la Iglesia de Isis. ¿Ahmoud Ta-Wi-Al-Mudhai es el prometido de tu hermana? No sabemos sus intenciones, ¿sabes qué puede querer de la Rosa? En cuanto a librarse de la cárcel, se me ocurre que, simplemente, Ta-Wi-Al-Mudhai no se entere de que su misión ha fracasado. No todavía, al menos. Tendré que hacer algunas averiguarciones. Pero ahora, lo mejor que podemos hacer, es ayudar a la gente y salvar lo que queda del oasis. Aquí están los heridos, pero fuera, es un desastre y ni siquiera me atrevo a salir a ver el resultado.

Se pasó la mano por la frente, abatido. Tras un hondo suspiro, miró de nuevo a enano y sacerdotisa.

-Gracias, una vez más, de corazón. Podéis quedaros en el oasis el tiempo que necesitéis, aunque no podré ofreceros todas las delicias que me gustaría.

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16/11/2021, 21:10
Nepthis

Nepthis asintió pensativamente. No era mala manera de proceder.

—Bueno, ¿dónde puedo ayudar? —le preguntó a Reseph arremangándose las mangas de la túnica—. Trabajo en una Casa de Curación cuando Jotnar no me lleva a alguna de sus aventuras.

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16/11/2021, 21:11
Jotnar

Yo le parto la cabeza a los cretinos con esta de aquí por el bien común—comentó Jotnar señalando el hacha que llevaba  ala espalda con el pulgar—. Y te aseguro que también funciona a las mil maravillas.

No obstante y aunque le fastidiase, si Reseph creía que lo mejor para su gente y para la reliquia era que la Iglesia de Isis la guardase, él no tenía ni voz ni voto allí así que no sería quien le pusiera trabas. Quería pensar que así al menos el tal Ta-Wi-Al-Mudhai debería tenerlo bastante más difícil para mandar a manazas de tres al cuarto a echarle el guante.

Bueno, creo que mientras tú ayudas a la gente yo intentaré echarle una mano a Iyenkhosef con lo que estaba haciendo ahí fuera—le dijo a Nepthis—. Luego ya veremos qué hacer.

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16/11/2021, 21:12
Reseph Ka-Mat-Ef

-Es una bendición contar con amigos con vosotros -aseguró Reseph, sonriendo por primera vez desde que se habían reunido con él-. Puedes ayudar aquí, querida Nepthis, a tratar con algunos de los efectos secundarios provocados por la resaca de esa planta exótica. Si puedes encargarte de eso, yo saldré a buscar algo del polen que los ha trastornado y buscaré a mi buen amigo Qibu Al-Mee para que prepare algunos antídotos. Que Isis os bendiga.

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16/11/2021, 21:12
Iyenkhosef Fawiya al-Am

Jotnar dejó a Nepthis en el palacio de Reseph y salió con el sacerdote de Isis para hablar con Iyenkhosef. Mientras su amigo se dirigía a la planta, de la que sus esclavos amontonaban raíces y ramas para quemarlas, el enano se acercó al mago, que había separado los ejemplares que todavía estaban en buen estado de los que se habían perdido definitivamente.

Había mandado a sus esclavos fabricar un cajón que llenaron con tierra fértil, negra y llena de nutrientes. Interesado en esa tierra, Jotnar le preguntó.

-De este saco -le explicó el mago-. Puedo extraer un puñado de tierra que me servirá para mezclarla con otra. Toda la tierra ha vuelto a ser árida ahora mismo y nada va a crecer en ella. Debemos dejar las ramas arrancadas en recipientes con agua para que extraigan sus raíces de nuevo, pero con otras tenemos que evitar que se mueran. ¿Nos ayudas?

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16/11/2021, 21:12
Tulver Moltenriver

-Vamos a ver, amiga... -dijo el tipo mirando de reojo el filo-. Creo que podemos llegar a un acuerdo. Tu amiga es una servidora de Hathor y yo trabajo para la Iglesia. ¿Qué tal si llegamos a un acuerdo? Por cierto, no me cortes las manos porque entonces no podrás atármelas al poste. ¿Cuánto te pagan? Seguro que no lo suficiente. Además, te han dejado aquí sola, conmigo, y están cuchicheando ahí fuera. No deben confiar mucho en ti si no te cuentan las cosas importantes...

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16/11/2021, 21:13
Lurzca

- Se cuál es mi lugar. - Respondió de forma enigmática la mestiza. - Fui esclava durante mucho tiempo y allí aprendí a no cuestionar a mis amos. Ahora que soy libre y tengo lo más parecido a una familia que tendré nunca, no empezaré a cuestionar a quien me trata mejor que mis antiguos amos. Eso se llama confianza y si están cuchicheando, sus razonamientos tendrán. 

Acto seguido cogió un trozo de tela, lo enrolló a lo largo y se acercó al jardinero prófugo para amordazarle. 

No quiero escuchar más tus palabras de serpiente. - Le dijo una vez amordazado.

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16/11/2021, 21:13
Narrador

El día transcurrió no como ninguno esperaba. Mientras Jotnar y Cocotilio arrimaban el hombro con el mago de nombre Iyenkhosef, Nepthis trataba a los pobres que habían sucumbido a las alucinaciones de la planta y que todavía deliraban a causa de ésta. Amessis se dedicó a animar a los presentes con algunas anécdotas divertidas que se inventaba sobre la marcha y Lurzca salió a ayudar en todo lo que pudo. Al caer la tarde, habían logrado recomponer el oasis para dejarlo más o menos como etaba antes del ataque.

Aunque la vegetación había sido diezmada tras haber apartado el esqueje de la Rosa del Profeta del exterior, Iyenkhosef había hecho uso de su magia para mantener una parte ajardinada en buen estado, bajo la dirección de Jotnar, para que la gente pudiera animarse contemplándolo. Nada de rosas bailarinas ni pétalos brillantes, solo verde exhuberante con una buena sombra. Del mercado quedaban pocos tenderetes, muchos comerciantes habían recogido sus camellos y se habían marcado, pero los pocos que quedaron todavía ofrecían sus mercancías para quién quisiera animarse a comprar algo. Entre ellos, el vendedor de hierbas exóticas que había servido café y chocolate a los compañeros de la Compañía.

Al anochecer, Reseph dispuso a sus esclavos para que preparasen una cena. Los heridos estaban recuperados, los animos se habían calmado y aunque el prisionero seguía en la tienda de los soldados, amordazado y medio desnudo, las buenas gentes del oasis de Muldoon se habían olvidado un poco del desastre acontecido por la mañana. Encendieron unas hogueras y la gente se reunió alrededor de ella, para comer, beber, y contar historias.

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16/11/2021, 21:13
Nepthis

Nepthis se había pasado el resto del día trabajando, como si estuviera en la Casa de la Curación. Trató el envenenamiento como hacía todo: con eficacia extrema y delicadeza ninguna. Cuando se reunió con sus compañeros estaba exhausta, y le dolía tanto la espalda que el dolor le bajaba hasta la pierna izquierda. Cojeó por el palacio de Reseph como si fuera una anciana y terminó aceptando con resignación la ayuda de Amessis cuando se la ofreció para acercarse a la mesa de Reseph. Prácticamente se dejó caer en la silla con un gemido. La sacerdotisa hizo un gesto de dolor y cerró los ojos un momento mientras se recuperaba de aquel suplicio tan paralizante. Sus párpados tupidos se le llenaron de lágrimas y se obligó a respirar hondamente mientras la lumbar le palpitaba.

Respiró unos momentos entrecortadamente y trató de disimular su debilidad. Agitó un dedo en el aire en dirección a Amessis. El dolor le había dejado sin aliento.

—La... —jadeó y tragó saliva—. ... La indigestión por el empacho de dátiles... debe estar a punto de... descomponerte el estómago. Yo creo que deberías buscar el aseo antes de que empiecen los retortijones en vez de... mirarme con esa cara. Estoy... cansada... eso es todo.

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16/11/2021, 21:14
Jotnar

Jotnar sabía que a Nepthis nunca le dolía nada, especialmente no le dolía nada cuando le dolía algo. Así que no resaltó lo evidente o sería fustigado por el implacable ceño de la sierva de Hathor. Además, probablemente se sentiría mejor más tarde con un té y un descanso de por medio.

¡Por amor de todos los dioses!—exclamó repentinamente tapándose las orejas cuando la escuchó decir aquello a Amessis—. Haced el favor de ahorraros según qué información, que están a punto de servir la cena...

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16/11/2021, 21:14
Lurzca

¡Eso, comida! - Exclamó la mestiza. 

Todo el trajín del día le había despertado el apetito. Había picoteado eso si. Datiles, dulces de mil y pistacho, infusiones de hierbabuena y otras cosas típicas de la región muy populares entre la nobleza. Si embargo Lurzca lo que quería era comida de verdad. Un buen pollo, cordero, cerdo... necesitaba carne y patatas. Si venía acompañada de verduras, comería alguna, pero lo que de verdad quería era saciar su apetito y desde luego no iba a lograrlo con aperitivos y dulces.

¿Ya habrá cenado el jardinero preso? - Preguntó. - ¿Se sabe cual será su castigo? 

No le habían dicho que habían decidido hacer con él. Lo cierto era que había pasado toda la tarde ayudando a recomponer el oasis y se había olvidado en parte de aquel mequetrefe entrometido. Unos guardias de Reseph le custodiaban, aunque tampoco prestaban mucha atención. Al fin y al cabo, atado y amordazado no iba a llegar muy lejos aún queriendo.

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16/11/2021, 21:14
Amessis

Amessis miró a Nepthis con la indiferencia de un gato. A la sacertodisa le extrañó que la nigromante no se levantara a hacer sus necesidades. Ella le dio una palmadita en el muslo y se inclinó para hablar bajito.

-Gracias por preocuparte por mi salud intestinal, pero ese asunto quedó resuelto hace horas -comentó riéndose. Luego se sirvió una copa de vino para ella y otra para Nepthis-. Hora de disfrutar de un poco de fiesta.

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16/11/2021, 21:15
Reseph Ka-Mat-Ef

-Todavía no hay castigo decidido -respondió Reseph, acercándose al grupo para sentarse junto a ellos. Comprobó de un vistazo el estado de Nepthis se arrimó a ella para posarle la mano en el hombro. A una breve plegaria le siguió una cálida ráfaga de calor que mitigó parte de las dolencias de Nepthis. Como si nada, el profeta de Isis continuó hablando mientras un esclavo le servía una copa de vino para que bebiera-. Pero lo que sí he decidido como recompensa por vuestros esfuerzos es esto.

Uno de los esclavos trajo un saco que contenía algunos de los objetos que había llevado encima el jardinero prófugo.

-Me he encargado de identificarlos, qué menos por todo lo que habéis hecho por nosotros. Habéis vuelto a salvar el oasis y no tengo forma de agradecer todos vuestros esfuerzos.

Encontraron en el saco un par de botas que parecían estar fabricadas con cuero, ramas y raíces. Un cinturón marrón de aspecto mundano y un anillo que parecía estar hecho de cristal, en cuyo interior brillaban unas partículas de colores. Pero lo más llamativo era el cetro. De cuero marrón, en su extremo parecía tener sujetos unos huesos formando una mano, en cuya palma había inscrita una runa.

Todos los objetos podéis verlos en el apartado de Tesoros

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16/11/2021, 21:16
Lurzca

Ninguno de aquellos objetos le resultarían a Lurzca de gran utilidad. Quizás el anillo si, sobre todo en un momento en el que se hallase rodeada de enemigos. En ese caso si podía  llegar a ser juna herramienta realmente efectiva. No obstante, ella y la magia no se llevaban demasiado bien y además, no le correspondía a ella repartir el botín, sino a Jotnar.

Gracias. - Respondió la mestiza. - Se ha convertido en una costumbre eso de solventar problemas cada vez que venimos por aquí. Puede que no tengamos que volver, parece que atraemos las desgracias. - Y aunque pareció que dijo eso en tono de broma, no fue así. Lo dijo muy en serio, pues bromear no era una de la virtudes con las que Lurzca contaba.

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16/11/2021, 21:16
Jotnar

Gracias, amigo—agradeció Jotnar echando un vistazo por encima para ver qué había en el saco. En cuanto lo supo le dio unas palmaditas amistosas en el brazo a su amigo—. Esperemos que tu oasis y tu gente se pueda reponer sin más plantas exóticas con ínfulas homicidas y animadas mágicamente por un tiempo. Me gustaría ver lo bonito que te ha quedado este sitio la próxima vez que tenga un hueco para pasarme a saludar.

Lo cierto era que se podía mantener la exuberancia de aquel lugar sin la Rosa del Profeta, era un oasis después de todo, un punto en medio del desierto que contaba con la bendición del suelo fértil y el agua dulce. Pero ahora requeriría esfuerzo y dedicación, el mismo esfuerzo y dedicación que el propio enano empleaba para sacar adelante su jardín en Gheldaneth. Reseph ya no tenía la opción de sentarse a ver crecer las plantas... aunque habida la cuenta de en lo que siempre había querido convertir aquel lugar, probablemente ni lo considerase una molestia.

Y hablando de plantas.

¿Dónde está Iyenkhosef?—preguntó mirando a ambos lados, cosa que hizo que Cocotilio girase como una peonza sobre si mismo ya que estaba sentado encima su cabeza. Aunque al coquito pareció darle igual pues no existía fuerza motriz mundana capaz de perturbar su perfecto equilibrio cuando formaba aquel tótem—. Me gustaría preguntarle algo y hasta ahora no he podido.

Durante el concurso le había resultado imposible por motivos obvios y luego les había atacado la planta mazticana mutante de la muerte. Si bien habían estado después toda la tarde juntos, había sido tan ocupados tratando de salvar ejemplares que se le había olvidado por completo.

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16/11/2021, 21:17
Nepthis

—¿Me puedes echar un poco de agua en el vino? —le pidió a Amessis

Algo mejor del dolor gracias al conjuro, Nepthis tomó la copa que le había servido la nigromante y la alzó en dirección a Reseph con una sonrisa tensa. Cogió un pellizco de hierbas analgésicas de su cinturón y las espolvoreó en el vino. Bebió un trago largo y suspiró.

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16/11/2021, 21:17
Amessis

Amessis obedeció a la petición de Nepthis y sirvió un poco de agua.

-Estaba por aquí hace un momento, con esa criatura que porta en la maceta -le dijo la nigromante a Jotnar.

Se puso en pie para buscarle entre la gente y cuando lo encontró, llamó al enano para que se aproximara. Ella se sentó al lado del mago y empezó a darle conversación.

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16/11/2021, 21:17
Narrador

Reseph aprovechó el hueco dejado por Amessis para acercarse un poco más a Nepthis, mientras Jotnar se levantaba para ir en busca de Iyenkoshef y la nigromante. Lurzca buscó entonces con la mirada a Aswand y los suyos, con el lío que se había organizado en el oasis, el mercenario debía estar por allí con sus compañeros. Sin embargo, no le encontró. Seguramente, se habría marchado del oasis antes de que ella se diera cuenta.