Partida Rol por web

Renunciar a lo terrenal

6. El templo de la Ascensión

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17/11/2021, 16:57
Yuan-ti Abominable

La criatura aún estaba viva, sí, alzó sobre Lurzca su khopesh en un último intento de llevarse por delante a la semiorco. La espada atravesó las defensas de Lurzca y le causó un terrible tajo en el brazo, justo después la enorme criatura perdió impulso y cayó sobre ella con todo su peso. En cuanto Lurzca sintió la quemazón de su veneno, se apartó de ella lo más rápido que pudo.

El Yuan-ti ha quedado a 0 pg. Con su último aliento golpea a Lurzca, 11 de daño. Cae a -1.

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17/11/2021, 16:57
Nebakay

El sacerdote de Isis golpeó a la serpiente con el filo de la khopesh furiosamente hasta que la enorme víbora se apartó de él. Los colmillos le habían inculado un gravísimo veneno y comenzaba a perder fuerzas.

-Salihah, jura que no vas a casarte con ese hombre -murmuró el clérigo antes de sujetar la khopesh con las dos manos para atacar a la sucia serpiente.

El filo golpeó en el cuello del ofidio, abriéndole un tajo por el que comenzó a manar sangre a borbotones. La víbora gigante se agitó de un lado a otro, siseando con fuerza y salpicando de sangre a todos los que tenía debajo.

Nebakay vuelve a hacer un crítico, esta vez con unos buenos 19 puntacos de daño. La serpiente queda exhausta por el poder de las arenas del khopesh.

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17/11/2021, 16:58
Salihah

A Salihah le costó reaccionar y aquello casi le cuesta la vida a Nebakay. Solo cuando el clérigo de Isis le dijo aquello y continuó peleando a pesar de las heridas, la sacerdotisa de Hathor reaccionó imponiendo sus manos sobre las anchas espaldas de Nebakay.

-Te lo juro -exclamó-. ¡Por Hathor! 

El brillo de su símbolo sagrado canalizó el poder divino, restañando las heridas del combatiente.

Entretanto, el bisonte movió la testa para buscar más enemigos y fijó su atención en los yuan-ti. Como si estuviese pastando por el monte, el animal cargó contra las serpientes con un duro testarazo.

Curar heridas graves sobre Nebakay. Recupera 23 pg.

Bisontito golpea a uno de los yuan-ti, 10 pg.

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17/11/2021, 16:58
Amessis

-Ay, ay, creo que passsa algo muy feo -comentó Amessis cuando la sangre de Ahmoud se extendió por el dibujo, cada vez más y más lejos de su punto de origen-. ¡Mirad!

Los yuan-ti que se habían secado, los que había matado Bac'cai, comenzaron a levantarse como muertos vivientes. Amessis se adelantó y alzó su guadaña.

-Yo me encargo de essto.

Un puñado de yuan-ti se movieron hacia el grupo, algunos estaban descabezados, a otros les faltaban brazos y piernas, pero seguían moviéndose. Amessis comenzó su ritual y el color vedegris que la rodeaba comenzó a pulsar con un brillo aún más fantasmagórico. Dos de los yuan-ti se sacudieron, el brillo verdoso de Amessis los cubrió y se giraron hacia los otros para atacarles. Uno utilizó su propio brazo cercenado para golpear la cabeza de otro, segundo comenzó a morderle la cabeza a un tercero, y así se formó una trifulca entre los recién levantados de la tumba. Uno de ellos se detuvo, en trance, sin hacer aboslutamente nada, como si no supiera qué hacer.

Por su lado, el gigantesco troll putrefacto alzó el puño y golpeó el suelo. El yuan-ti miró con ojos desorbitados el lugar en el que él mismo había estado antes.

La sangre de Ahmoud activa un dibujo en el suelo y los caídos empiezan a alzarse. Amessis utiliza su poder de reprender y consigue, hace una tirada y puede controlar hasta 10 DG. El daño supera los DG de los yuan-ti, de modo que consigue controlar a 2 y reprende a uno.

El troll zombi ataca, pero pifia.

(27) Lurzca - 56/67 0/12 tmp (convicción +3, círculo de protección contra el mal +2, bendecir +1, Fuerza de toro) TU TURNO
(20) Primo de Sebek - 18 pg (herido, fuerza de toro, exhausto)
(19) Bac'cai, campeón de Anubis - ileso (bendecir +1, escudo de la fe +3)
(17) Yuan-ti 15J- 10 pg
(17) Yuan-ti 14J- ileso
(16) Serpiente Horrible - 19 pg (exhausta)
(16) Ahmoud El Oscuro, futuro Ascendido de Set - -10 (fail)
(16) Yuanti Abominable - 96 pg (inconsciente -1)
(15) Nebakay - 27/53 (bendecir +1, fuerza de toro, envenenado (-1 a CON))
(9) Salihah - 42/42 (bendecir +1)
(3) Amessis - 35/35 (convicción +3, bendecir +1)
(2) Jotnar - 54/64 Daño aplazado 0/10 (convicción +3, bendecir +1, Fuerza de toro, círculo de protección contra el mal, destello de la guardia de hierro, fatigado) TU TURNO
(1) Nepthis - 40/40 (convicción +3, bendecir +1, devoción por la protección +3, dominio familia +4 CA)  TU TURNO

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17/11/2021, 16:59
Nepthis

Lo tengo —contestó a Jotnar—, pero me llevaría más tiempo del que tenemos. ¡Ay!

Nepthis alzó una mano, y por la gracia de Hathor Nebakay pudo seguir viviendo para seguir peleando. La sacerdotisa ahogó un gemido.

¡Acabad con las serpientes, voy a ayudar a Amessis!

El corazón le latía desaforadamente en el pecho y la adrenalina le corría en trombas por el sistema nervioso. Como sanadora experta, sabía que el esfuerzo que le estaba pidiendo a su cuerpo le pasaría factura, pero unos cuantos días en la cama le parecían un precio justo si todos sobrevivían a aquella ordalía.

Hathor, Madre Piadosa —dijo entre jadeos, sosteniendo el símbolo sagrado firmemente frente a si—. ¡Protege a los vivos de los horrores no muertos!

Nepthis mueve a P17 y expulsa muertos vivientes. Tirada de expulsión: 22, Nepthis puede expulsar a muertos vivientes de hasta 8 DG. Daño de expulsión: 14, Nepthis expulsa 14 DG empezando por aquellos que no ha controlado Amessis.

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17/11/2021, 16:59
Jotnar

¡Chúpate esa de parte de Anubis, besareptiles!—exclamó Jotnar cuando Bac'cai hizo puré de Ahmoud. Aunque cuando todos aquellos yuan-ti mutilados se volvieron a levantar suspiró mirando al cielo como quien pide una explicación al cosmos—. Oh, por amor de... ¿Es que todos los clérigos y nigromantes malvados tienen que pasarse el día haciendo cosas asquerosas?

Vale, los osos lechuza de Amessis no eran los parangones de la belleza. Ni el troll. Pero al menos conservaban todas sus extremidades en su sitio. Lo de aquellos yuan-ti era repugnante.

¡Aguanta, chaval!—resolló aproximándose donde estaba Nebakay para echarle una mano. Luego reunió todas las fuerzas que le permitía la pugna entre la maldición de Ahmoud y la bendición de Nepthis—. ¡Me tienes hasta los mismísimos, fideo con dientes!

Enarboló el hacha para descargar un golpe sobre la serpiente gigante que provocó un sonoro crujir de huesos.

Postura: Destello de la Guardia de Hierro
Daño aplazado: 0/10

Jotnar se mueve a N14 y golpea al culebrón con Aplastahuesos (TS Fort CD 18 o su estructura ósea queda debilitada y las tiradas contra ella para confirmar crítico tienen un +10)

Ataque: 25* Daño: 29 (14+15)

*Olvidé sumar el Bendecir en la tirada de ataque.

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17/11/2021, 17:00
Lurzca

Lurzca cargó para seguir aplastando a aquellas criaturas serpentinas. No dejaría solo a Jotnar junto a aquella enorme vívora. Blandiendo su hacha por encima de la cabeza, la mestiza enarboló un terrible golpe que fue a parar a la fea cara de la serpiente. 

¡Seguid así, hasta la victoria! - Gritó entusiasmada por la sangre que su arma derramaba sobre el campo de batalla.

Cargo a N13

Ataque 1: 20 natural, 16 para confirmar (no creo que confirme, pero si lo hace multiplica el daño X3) daño 37

Ataques: +16/+11 1D12+13 (Crítico: x3)

CA: 20 (22 malignos) PG: 56/67 0/12 temporales

TS Fortaleza: +11 
TS Reflejos: +9 
TS Voluntad: +11

Asaltos restantes de furia: 3

Cargas tobillera: 0/2

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17/11/2021, 17:00
Narrador

Lurzca atravesó la refriega con el hacha levantada, dio un salto descomunal y aterrizó sobre la cabeza de la enorme serpiente. Con el cráneo quebrado por el hachazo de Jotnar, la semiorco no lo tuvo difícil para asestar un golpe mortal, uno tras otro, mientras trituraba al gigastesco oficio como si estuviese hecho de suave mantequilla. Los que estaban debajo se vieron salpicados de escamas, sangre y vísceras. Hasta el siervo de Sebek se quedó de una pieza al contemplar la brutalidad de Lurzca, dio media vuelta y se encomendó a Sebek mientras huía de la estancia más rápido de lo que sus gruesas piernas se lo permitían.

Por su parte, los dos yuan-ti que quedaban tiraron las armas y siguieron al cocodrilo en su huída.

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17/11/2021, 17:00
Narrador

Mientras que algunos yuan-ti no-muertos huían reprendidos por Nepthis, otros peleaban contra los que Amessis controlaba en una cruda batalla a base de mordiscos, espadas y golpes con los miembros de otros caídos. La nigromante volvió a reprenderlos, trayendo bajo su control a cada vez más adeptos, por lo que Bac'cai consideró que no era necesario intervenir. Especialmente, cuando el combate parecía más que ganado, si uno exceptuaba que el templo en el que se encontraban seguía sacudiéndose como si el suelo fuese a partirse en dos y llovían cascotes y arena de la parte superior. Entonces se fijó en la estatua profanada de Anubis y cómo esta se resquebrajaba, y de sus grietas surgían azulados rayos que llenano la habitación de crepitante estática.

Por si eso no fuese poco, las estatuas de serpientes que se alzaban junto a las columnas comenzaron a moverse y serpentearon hacia el centro, listos para rodear y aplastar a la Compañía.

-El ritual de Acensión no se ha detenido -exclamó sorprendido, aferrándose a su símbolo solar para buscar una explicación-. Contenedlos.

Aquello era más fácil decirlo que hacerlo, Amessis estaba muy centrada evitando a los no-muertos del sur, Nebakay y Salihah enfrentaron a las estatuas serpiente que venían de la izquierda, de modo que Jotnar y Lurzca podían enfrentarse a los de la derecha. Pan comido.

El campeón de Anubis recitó las palabras del ritual y colocó el símbolo solar en el lugar correspondiente. Un estallido azulado lo empujó y lo expulsó de la zona, enviándolo al otro lado de la sala en un largo recorrido, un vuelo imposible que a otro habría matado en el acto. Bac'cai aterrizó al otro lado de la masa de enemigos envuelto en rayos y levantó el hacha para indicar que estaba bien.

-No lo puedo parar -se hizo oír por encima de la algarabía-. Alguien... uno de vosotros... debe Acender... antes de que este lugar colpase.

Una mirada hacia el altar, envuelto en chisporroteantes rayos y estallidos de arena, no invitaba precisamente a acercarse allí.

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17/11/2021, 17:01
Nepthis

¿Y ahora qué? —jadeó Nepthis, al ver salir a Bac'cai salir disparado de un lado a otro de la habitación e ir a estamparse unos metros más allá.

La explicación que dio el Ascendido y la súbita realización que tuvo después hizo que le temblaran las piernas. ¿Hathor le había enviado recurrentes visiones de ese sitio no solo para que detuvieran el ritual corrupto de Set sino porque la había elegido a ella para Ascender, para ser su Encarnación? ¿O estaba delirando, cometiendo un pecado de soberbia sin límites?

Miró a su alrededor, todo sucedía con lentitud como en un sueño. Lurzca y Jotnar combatían contra las serpientes que se abrían a su camino a su derecha. Nebakay y Salihah peleaban a su izquierda. Amessis se hacía con los muertos vivientes detrás de ella. El camino al altar estaba expedito.

«Bailarina de la Fortuna. Si esta es tu voluntad envíame una señal.»

Y entonces cayó en la cuenta de que el bisonte celestial estaba junto al altar, manso y calmado en el ojo del huracán. Los rayos que chisporroteaban en el altar lo alcanzaban sin dañarlo cuando habían rechazado al campeón de Anubis. Invocamos las huestes de Hathor, había dicho su hermana al invocarlo. Había que reconocer que era lo más parecido a una vaca, el animal sagrado de Hathor, que podía haber traído al combate.

Este es, pues, mi destino. Me entrego a tu voluntad, Hathor —dijo Nepthis en un murmullo no audible en el fragor de la batalla.

Echó a correr en dirección al altar con las últimas fuerzas que le quedaban en el cuerpo.

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17/11/2021, 17:01
Jotnar

¡Y una mierda!—gritó Jotnar medio espantado medio entre jadeos por encima de todo aquel escándalo—. ¡No quiero a ninguna de las tres a menos de un kilómetro de esa cosa! ¡Antes asciendo al bisonte!

El enano tenía muy poco en Mulhorand, de hecho, sólo tenía su compañía. Y los miembros de su compañía. Su pequeña familia. ¿Por qué tenía que antojársele a los dioses tocarle justo aquello? ¿Si Nepthis se acercaba al disco se iba a convertir en una de esos "ascendidos" como Bac'cai? ¿Y luego qué? No, no, y no. Le daba igual que el templo explotara, le daba igual saber que pensarlo no era razonable, le daba igual lo que quisieran los dioses y le daba igual todo.

Aunque en el fondo ni si quiera creía en serio lo que acababa de decir porque sabía que Nepthis no iba a hacerle caso. Por supuesto que no iba a hacerle caso; siempre estaban o su fe u otros por delante, y si bien aquella era una faceta que solía encomiar, en aquel momento la odió. Odió a los dioses, a sus designios, a sus visiones y a sus estúpidos rituales. Pero estaba demasiado lejos, demasiado ocupado y demasiado cansado como para poder objetar nada.

Y todo por culpa del imbécil de Ahmoud, del imbécil del dios de Ahmoud, del amigo-dios imbécil del imbécil del dios de Ahmoud. Y de las imbecilidades de los tres.

¡MALDITA SEA, JODER!—rezongó finalmente. Estaba tan frustrado que quería partir aquel altar por la mitad a golpes—. ¡ASÍ REVIENTE SEBEK, SET Y TODO SU CONDENADO CULTO! 

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17/11/2021, 17:02
Lurzca

No acababa de entender lo que estaba sucediendo, pero si había entendido bien, parecía que uno de ellos tenía que "ascender". La mestiza pensaba que "ascender" quería decir algo así como convertirse en un dios, lo cual le sonaba del todo descabellado, pero después de haber visto todo lo que había visto desde que entrara a formar parte de la compañía de La Barba Insondable, todo parecía posible.

No obstante, las implicaciones que aquello conllevaba no acababan de gustarle. Si uno de ellos ascendía y se convertía en un dios, por descabellado que pudiera parecer, ¿querría decir que dejaría ser quien era para convertirse en otra cosa mucho más elevada? Todo hacía indicar que sí y eso, posiblemente, les iba a separar, algo que desde luego Lurzca no quería, aunque por otra parte, si Nepthis así lo deseaba, tampoco se lo impediría, pues al fin y al cabo su opinión sobre temas divinos y celestiales, a nadie le importaba.

¡Haz lo que debas! - Le gritó la mestiza a la sacerdotisa de Hathor. - ¡Sólo tú puedes salvarnos! - Añadió.

Sin más, dejó caer su gran hacha y agarró su martillo. Algo le decía que las estatuas iban a ser bastante menos resistentes ante el martillo que contra el hacha. Sin más blandiendo en alto su contundente arma, cargó contra los monstruos de piedra con rostro de serpiente.

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17/11/2021, 17:03
Narrador

Nepthis se arrojó a las llamas púrpuras y azuladas, abrazando su destino. Podría haber encontrado la muerte en esos rayos, pero Hathor había demandado la atención de la sacerdotisa durante mucho tiempo y por fin, ésta había respondido a sus llamadas. La oráculo escuchó los gritos de sus amigos, la algarabía del combate, los truenos y el rugido del ritual de Ascensión. Sintió la estática entrar en contacto con su piel, los rayos la envolvieron y tiraron de ella hacia el interior del núcleo que restallaba con violencia y todos los dolores del mundo atravesaron su cuerpo. Sintió que la piel se le arrancaba de los músculos, que los huesos se retorcían y que era arrancada del mundo con un violento empujón.

Las serpientes se alzaron cuán largas eran, sus colmillos afilados como guadañas gotearon el veneno antes de abalanzarse sobre sus presas. Lurzca machacó cuantos huesos le fue posible con el martillo, mientras Jotnar maldecía a todo el panteón de Mulhorand cuando sintió que le habían arrebatado a su amiga de forma injusta. Amessis se vio desbordada por los cadáveres de los yuan-ti, tenía bajo su mando un ejército, pero sus fuerzas mermaban y cuando una serpiente caía, otras volvían a levantarse. Bac'cai segaba las vidas como si cortase trigo en un campo de arado, pero éstas se alzaban más rápido de lo que podía matar. El suelo se abrió bajo los pies de la Compañía, una grieta que se fue haciendo más y más grande y separó a los grupos cuando unas piedras se elevaron y otras se hundieron. Salihah perdió el equilibrio y se preciptó al vacio, Nebakay se lanzó tras ella y la agarró de la mano antes de que cayera en el abismo que rugía debajo.

Todo parecía perdido.

Los rayos se expandieron desde el lugar en el que había desaparecido Nepthis y después, retrocedieron; durante un segundo solo hubo silencio, precedido entonces por un fuerte estallido de luz que barrió el color verdegris que cubría los muros del templo sagrado como una mugre virulenta. El color se transformó en un vibrante verde como el color de la hierba en primavera, las rocas grises se volvieron del color de la arena y una serpiente que tenía a Lurzca entre sus fauces se deshizo en una nube de polvo y rocas. Llovieron trozos de pequeñas piedras y mucha arena, los yuan-ti se deshicieron como estatuas de arena y todos los siervos de Set fueron convertidos en polvo. Nebakay junto con Amessis sacaron a Salihah del agujero y cuando Jotnar observó el lugar en el que antes había estado Nepthis, triste por el devenir de los acontecimientos, contempló a la nueva Ascendida de Hathor. 

A los pies de la estatua profanada de Anubis, ahora con sus colores reales y reconstruída, brillaba la figura de Nepthis. No había cambiado, no se había convertido en una mujer gigante y tampoco su cabeza había sido sustituida por una cabeza de vaca. Ahora brillaba como si fuese un sol, dos enormes alas habían surgido a su espalda y una docena de escarabajos dorados orbitaban a su alrededor dejando una estela de color anaranjado.

Y Hathor hablaba a través de ella. Salihah y Nebakay cayeron de rodillas frente a la diosa. O frente a Nepthis, extasiados ante la visión de la nueva celestial. Por su parte, Nepthis se sentía exactamente igual que antes. Flotaba en una especie de letargo donde ya no había dolor, su consciencia estaba ahora más abierta y sentía las cosas con mucha más precisión. Observó a sus amigos a través de los radiantes ojos de Hathor, a Jotnar, a Lurzca y a Amessis, con aquel estúpido tocado de serpiente, que la miraba con absoluto respeto.

Nepthis ha sido Ascendida y obtiene la plantilla semi-celestial.

A partir de ahora, 1 vez por dekhana, Nepthis puede Ascender de forma voluntaria realizando un ritual de ascensión con el símbolo solar, que tendrá una duración de preparación de 1 hora de meditación.

Sus nuevos stats tienen una duración igual a 1h/nivel.

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17/11/2021, 17:03
Lurzca

Lurzca luchó con todas sus fuerzas tratando de aplastar a aquellas enormes estatuas ofídicas con su martillo. Golpe tras golpe notaba como sus fuerzas iban mermando y por muchos guijarros que desprendiera de las moles rocosas que les estaban atacando, sentía que no era suficiente. En un momento dado, cuando sus fuerzas menguaron y la capacidad aumentada que le había proporcionado aquella furia desmesurada se atenuó, fue atrapada por una de aquella enormes criaturas. Notó como los colmillos de piedra de la estatua atravesaban su carne y se supe muerta.

Pero entonces algo sucedió. Luces de colores, de todos los colores imaginables, lo envolvieron todo a su alrededor. Algo estaba sucediendo en aquel templo y ella, atrapada entre las fauces de una serpiente de roca, no estaba siendo del todo consciente de ello. Sin embargo, para cuando aquella estatua que la tenía a su merced se convirtió en polvo y ella cayó pesadamente sobre el firme del templo, pudo contemplar la luz que parecía emanar de un ser celestial. Para cuando pudo fijar la vista vio lo imposible.

¿Neph... tis? - Alcanzó a decir todavía malherida en el suelo. - ¿Eres tú, Nepthis? - Le preguntó, pues no podía creer lo que veían sus ojos. 

¿Había muerto? Podía ser perfectamente eso, pues aquel ser con un parecido increíble a la que fuera su amiga en vida, tenía alas. Era como ella siempre hubiera imaginado a un ángel y nunca antes había visto uno. Podía ser que aquella criatura celestial viniera a buscarla a ella para llevarla a la otra vida. Sin embargo, era tan... real... Por suerte sentía en ese momento una gran paz, aunque también dolor, mucho dolor. ¿Sentían dolor los muertos? Tenía entendido que no. ¿Entonces, estaba viva?

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17/11/2021, 17:03
Nepthis

Nepthis había asistido a unos cuantos partos en su vida. Había visto a nuevas criaturas abandonar el vientre materno, aquel refugio tibio y oscuro, lleno de líquido y salir al mundo, emerger a la luz doloridos y extenuados hasta la última fibra de sus pequeños cuerpos. Con habilidad había cortado el cordón umbilical que los separaría por siempre de aquel lugar del que habían venido y les había obligado con una cachetada a llorar para que abrieran los pulmones y respiraran por primera vez el aire por sí mismos.

No era muy diferente a como se sentía ella ahora mismo. Una presencia más antigua que las entrañas de Faerûn ardía en su centro, sobrenatural, inconcebiblemente poderosa. Era una luz silenciosa que absorbía la maldad y la violencia con compasión, sin devolverla con la misma fuerza. Le dotó de la vitalidad olvidada de la juventud, le quitó los dolores, calmó su mente, abrió su corazón, le despertó los sentidos, pero sobre todo por un momento preciso y precioso le dio paz y le puso en equilibrio con el universo. La ambición parecía inmaterial. La codicia, la soberbia, la vanidad, la ira, se volvieron tan insípidas que podía descartarlas a un lado como si fueran un manto. Aquella comunión con lo divino era lo que siempre había deseado, sin saberlo.

La llama abrasadora retrocedió dejando de envolver cada centímetro de su ser y se convirtió en un círculo de luz cerca de su corazón más pequeño que el que proporcionaba una vela. Hathor seguía allí, con ella, prometiéndole que nunca más volvería a estar sola. Pero volvía a ser, simplemente, Nepthis.

Tomó una bocanada de aire de forma entrecortada, como lo haría un recién nacido y se llevó una mano al pecho para calmar los latidos de su desaforado corazón. Cuando pudo volver a respirar normalmente descendió los escalones del estrado por su propio pie. Una no se habituaba así como así a tener alas angelicales una vez por dekhana.

Soy yo, Lurzca querida —dijo, extrayendo la varita de su cinturón—. ¿Estás bien? ¿Alguien más necesita curación?

Avanzó hacia sus amigos, y un par de lágrimas traidoras se resbalaron por su rostro, mostrando una emoción que no era habitual en ella. Abrió los brazos, extendiendo sin advertirlo también las alas de plumas blancas, ofreciendo a todos un abrazo.

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17/11/2021, 17:04
Jotnar

El sonido de un hachazo partir en dos los restos del cráneo de una de las serpientes fue toda la respuesta de Jotnar. Aun jadeaba ruidosamente por el esfuerzo, acentuado por el hechizo de Ahmoud. De hecho, durante varios segundos fue lo único que pudo hacer: jadear con los ojos fijos en el filo del hacha.

Abrió la boca para decir algo pero las palabras no encontraron camino a través de su garganta así que simplemente la volvió a cerrar. Había demasiadas cosas que quería expresar pero se vio totalmente incapaz de decir o hacer ninguna de ellas. La guerra que se desataba en su interior en aquel momento se lo impedía, y sólo supo que era mejor mantenerla dentro o se iba a arrepentir.

Él también tenía ganas de llorar pero por motivos diametralmente distintos a los de Nepthis. Además, existe esa ley no-escrita que dicta que los hombres nunca lloran, así que no lo hizo. Apretó la mandíbula, guardó el hacha y se dio la vuelta para marcharse de aquel maldito lugar. Había tenido suficiente de él y de dioses para toda una vida.

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17/11/2021, 17:04
Amessis

Amessis se sacudió el polvo y la arena del pelo, observando sobrecogida la transformación de Nepthis, sintiendo un nudo en el pecho y en el estómago. ¿Su amiga había logrado hallar la respuesta que buscaba en esa Ascensión? ¿Era lo que Nepthis deseaba? La conversación que habían mantenido hacía apenas dos semanas le pareció que había sucedido hacía toda una vida, Nepthis buscaba comprender lo que Hathor quería de ella. ¿Era eso? ¿La diosa la había elegido para eso o tan solo se habían dado las circunstancias? Amessis se preguntó si la Ascensión había sido una elección propia o impuesta y se encontró preguntándose a sí misma si desearía ser una elegida de Osiris igual que lo había sido de Set.

Ella se había rebelado contra su destino porque no compartía la visión sobre la muerte que su maestro quería inculcarle. Nepthis, la afortunada Nepthis, que había vivido rodeada de lujos, había abrazado con orgullo a su diosa bondadosa para recibir todas las bendiciones. Amessis, la sacrificada Amessis, había luchado contra un dios, abrazado a Osiris como su única verdad, se había entregado a él con el alma dispuesta, y aún así, solo había recibido visitas insidiosas del Padre de los Chacales en una amarga recompensa por sus esfuerzos.

Eso no quería decir que se sintiera mal por Nepthis, estaba contenta de que hubiese hallado su lugar en el mundo junto a Hathor. Pero Amessis no podía evitar los celos o la envidia, no por Nepthis, sino porque ella misma no lograba sentirse acogida por nadie; al menos, no como ella deseba o con la intensidad que sus propias expectativas.

Corrió a abrazar a Nepthis con fuerza, sabía que la sacerdotisa odiaba esos abrazos, pero Amessis lo hacía por esa misma razón. Le daba igual lo que ella pensara o lo que ella quisiera, Amessis quería darle ese abrazo y se lo iba a dar en condiciones.

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17/11/2021, 17:05
Salihah

Salihah estaba sobrecogida también y le costó ponerse en pie. Contemplaba a su hermana con las palabras atascadas en la garganta y las emociones rebullendo en su interior. Se acercó a ella, pero no la abrazó, porque llevaban años sin abrazarse, y porque en ese momento sentía demasiado respeto por lo que estaba contemplando.

-¿Qué es lo que sientes? ¿Está la Madre contigo? -quiso saber, temerosa.

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17/11/2021, 17:05
Nebakay

Nebakay se puso en pie a duras penas y tosió de una forma poco sana. Tenía un color verdoso bastante preocupante.

-La verdad, no quisiera entorpecer este momento tan transcendental, pero es que... el veneno me está matando -dijo con la voz enronquecida.

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17/11/2021, 17:05
Bac'cai

Jotnar enfiló el camino de salida mientras Bac'cai se ponía en pie para recuperar su hacha. Vio al enano y cuando pasaba por su lado y le habló.

-No te marches todavía, tu amiga reclama tu atención.

Justo cuado pretendía salir, el pequeño hipopótamo que tenía en la mochila había saltado de ella y frenó al líder de la Compañía de la Barba Insondable poniéndose delante de él y mirándolo con ojillos brillantes.

El campeón de Anubis se acercó hasta Nepthis, pero no dijo nada y recogió el símbolo solar del altar, no del todo restaurado, pero la maldición de Set ya desterrada. Le entregó el amuleto a la sacerdotisa.

-Quedan cosas pendientes antes de que os marchéis. ¿Qué queréis hacer con este lugar? Con el Templo de la Ascensión.