Partida Rol por web

Planeta Roche. Un mes después....

La agradable temperatura nocturna dio paso a la sobrecargada atmósfera de los antros. Humo de especias, sudor alienígena y el fuerte olor de varios cócteles que de ser bebidos por un humano le provocarían un agujero en el estómago flotaban en el ambiente.

Pittien avanzó por la cantina hasta localizar en una mesa al individuo. Como no, era otro alien. El ex oficial se sentó en la mesa sin miramientos.

 -Sabes quién soy y de parte de quién vengo.- El alien, con sus múltiples colas en la cabeza miró a los compañeros del humano, que se habían quedado detrás. Pttien volvió a reclamar la atención del alien dejando sobre la mesa cien créditos estándar.

   -Ord Mantrell.- Dijo el alien sin más explicaciones, sin hacer amago de coger el dinero.

 -Ord Mantrell es muy grande.- Volviendo a dejar otros cien créditos al lado de los que puso antes.

 -En el frente.- Pittien Dompa se quedó estupefacto.

 -No tengo tiempo para estos juegos.- La mano del ex oficial colocó dos cientos créditos junto al resto. Cuatrocientos créditos en total hicieron que el alien sacara la mano para recogerlos.

   -Cuando el imperio cayó las fuerzas emplazadas en la academia de Coruscant mandaron refuerzos a Ord Mantell. Al parecer un nuevo general lidera las fuerzas del resto en ese sector haciéndose cada vez más fuerte, pero necesitaba mano de obra "barata" para seguir con su guerra contra la república. -Los ojos inexpresivos del alien miraron al humano durante un momento.- El prisionero que buscas es el 23891-D.

Pittien apretó el puño conteniéndose. Ahora era un número, maldecía aquél imperio a cuál había dado su lealtad durante tanto tiempo. Pero aquella persona tenía un nombre y jamás lo olvidaría.

El ex-oficial se levantó lentamente y se encaró a sus compañeros hablando con absoluta resolución en su voz.
 -Yo voy a Ord Mantell.

Las compuertas se abrieron dejando que entrarais a la cantina del puerto espacial. Las vistas del cinturón de asteroides eran magníficas y para variar era agradable dejar de lado los bares clandestinos, oscuros y sucios en favor de algo más normal.

Según el alien del planeta el tipo al que tenéis que ver se llama Lanis, él os proporcionará toda la información necesaria para llegar a Ord Mantell y encontrar a ese prisionero que estáis buscando.

Las mesas metálicas redondas estaban ocupadas por una gran variedad de alienigenas, humanos y droides. La descripción que os proporcionó el alien os llevó directamente hasta una mesa donde estaba sentada una mujer de pelo negro y un elaborado tatuaje que le cubría todo el brazo. 

 -¿Qué queréis?.- Dijo con actitud altiva.

Hum. Haber sacado aquella información había costado un poco más de presión sobre aquel... no humano. Pittien empezaba a no ser tan reacio a los de especies diferentes. Sobre todo teniendo en cuenta a Kemlo y Petch, y la camaradería que había conseguido con ellos. Sin embargo al resto todavía tenía sus reticencias. La información era suficiente. Hacía tiempo que las pistas sobre su hijo no estaban tan frescas, o tan claras. 

Malditos generales nuevos del Imperio, esos no tienen el honor de los de antes. No. -Pensó mientras entraba en la cantina, con una mirada tensa, y preparada la mano en los bolsillos, aparentemente despreocupado, pero sin embargo, atento por si tuviera que sacar el arma. Sus últimas experiencias en cantinas lo preparaban para eso. Miró a Kemlo y Petch, y les dijo- Vamos a acercarnos directamente. Parece que es aquella mesa. - Casi suspiró, recordando que ese contacto era humano. Buff. 

- Lo que muchos otros. Pedir una copa a la barra, y algo de información a quien puede darla. - Dijo Pittien con despreocupación ante la expresión altiva de la interlocutora, pero mirándola expresando que quería información de ella. 

El Bith se quedo en un segundo plano, mirando con sus ojos enormes la sala y luego a la interlocutora. Aunque la “misión” tenia su importancia, o eso había deducido, él seguía enfrascado en sus propios hobbies.

Cuántas cargas para derribar una edificio como este. Los muros de carga aquí y allí, y luego detrás del mostrador una zona débil que pudiera combar hacia adentro. Sí, podría tirar todo aquel edificio abajo, en cuestión de, 7 minutos si le dejaran trabajar tranquilo. 10  o 12 si empezaba un tiroteo.

Finalmente la mujer hablo y dirigió su mirada hacia ella. Como trabajadora del sector de la información y vete tú a saber que mas, tenia unas formas muy poco educadas. La gente poco educada era una lacra galáctica.

No sabía exactamente que hacía Pittien con el ..., ni siquiera sabía de que raza era, una posible presa, no necesitaba saber nada mas de el, salvo que tenga información, por lo demás, me daba igual, solo sabía que había que rescatar a alguien de las manos de lo que quedaba del imperio, pero tenía que seguir al humano, tenía trabajo y era de confianza, 2 cosas que me gustaban, así que iba a esperar a ver si la misión merecía el riesgo, aunque si conseguía matar a un par de presas, valía la pena.

-Las copas las pone el camarero...- dijo con un tono desinteresado -...la información la doy yo. Por un precio.- La mujer se incorporó en su asiento y te hizo un gesto con la mano invitándote a sentarte enfrente de ella.

-Sé que venís de Roche, por lo que, sea lo que sea que andáis buscando, no está allí o por lo menos una parte. Mi especialidad son las naves y todo lo relacionado con ellas.- La mujer afiló la mirada mirando al ex oficial. Una sensación de que algo malo iba a pasar cruzó por vuestra mente. -¿Qué tal el gorrión Rojo? Os habéis gastado una suma importante de dinero para ponerle muchas mejoras. 

El Gorrión Rojo despegó del hangar verticalmente hasta la altura de la cristalera del bar donde estabais. El carguero Corelliano Yt-1300 estaba limpio y unas franjas de color rojo brillante surcaban su superficie dándole el aspecto de una nave de competición. 
Amber estaba en la cabina, sola, mirándoos desde ella a través de la cristalera del bar. En vuestros comunicadores apareció una voz conocida. Era Amber, vuestra piloto y cómplice.

 -Lo siento.-

 Tan solo se oyó una frase antes de que se cortara la comunicación y el Gorrión Rojo diera media vuelta y saliera del hangar con sus potentes motores nuevos.

¿Os había dejado tirados?¿Y porqué dijo Lanis que se habían gastado una importante suma de dinero en la nave?

Acaso....??

Excepto un poco de dinero que habíais cogido para vuestros gastos incluído el pasaje de ida y vuelta al planeta Roche mientras arreglaban y mejoraban el Gorrión, todo el dinero del golpe estaba en esa nave...

Ya llevabas dos días allí y nadie parecía percatarse de tu ingeniosa solución de atraer clientela. ¿Estarías haciendo algo mal?. Tu programador humano y amigo no te introdujo parámetros concretos para esta situación, por lo que poner ese cartel en la nave era todo un acierto lógico y un logro para ti. ¿Por qué no se acercaban las bolsas de materia líquida para que pudieras ofrecer tus servicios?

Ante esta situación ilógica decidiste salir de la nave. Puede que el cartel estuviera colocado en la parte equivocada de la nave.

Pittien se sentó. Tranquilo, sabiendo que con tener cerca a sus dos... bueno, si, sus dos amigos, no tenía que temer nada. La miró, con parsimonia, sin dejar de tener la mirada penetrante a su interlocutora, levantó la mano hacia el camarero, indicando que las copas, podía servirlas. - Pero sírvemela en un vaso alto, con un poco de aquel licor reserva de hace 30 años. Si. Un cóctel Canciller. Si. - Se volvió a la interlocutora. Sonrió, sabia que era un cóctel raro, especial, caro. Habló-  La información, corre de tu cuenta, entonces. Pero soy muy especial en mis gustos, tanto en bebida como en información. Espero que tengas la que me gusta. Y la pagaré. 

Entonces pasó lo del Gorrión Rojo. No. - AMBER, ¡AMBER! ¡ESPERA! -  No podía ser. Se levantó, con impotencia, llevándose la mano a su pistola, pero vio lo que decía Lanis. - No, ¿tú has reparado y tuneado el Gorrión? ¿Cuánto, cuánto se ha gastado? - Aunque mirándolo, era obvio que bastante, por lo que se podía ver. Miró a Petch y a Kemlo. - Bueno, nos ha dejado, ¿alguno sabía algo? - Maldición. Ahora, ahora no estaba seguro de poder pagar la información. Apretó los dientes. Se las pagaría. Maldita sea, los camaradas, en la Marina, no se abandonaban, no se aprovechaban del otro. Joder, cuando había orden y prosperidad en la maldita galaxia. No podía uno confiar ni en los más cercanos. Ni aunque fueran humanos. Hum. 

- Bueno, en cualquier caso, quiero información. Sobre Ord Mantell. Ya sabes lo que buscamos. - La vuelvo a mirar, pero ya no con esa altivez del principio. El golpe de Amber había sido duro. 

Kemlo miro con sus oscuros glóbulos negros a través de la cristalera, supo lo que pasaba uno segundos antes de escuchar la disculpa.  Lo curioso de los Bith es que no parpadeaban. Muchos pensaban que la segregación para mantener los ojos húmedos eran lagrimas, pero no lo eran, eran justo como un parpadeo. Y ahora el Bith tenia los ojo humedecidos.

- Quien roba a un ladrón….-

Se giro a Pittien, miro a la extraña, y luego al local.

- Necesitamos Transporte, voy a ver si encuentro alguna nave disponible a buen precio.-

La vida pasaba, y los amigos de hoy eran los enemigos del mañana. Normalmente el mercenario hubiera enarbolado pensamientos de muerte por explosión, pero Amber no le caía mal. Era educada, y eso siempre era un factor importante.

Ahora había que ser pragmáticos, tenían los recursos para pasar días, o semanas, según se administraran, y necesitaban un transporte para salir de allí, y en menos de 48 horas, seguramente un nuevo trabajo.

Empezó a andar por la sala revisando caras y aspectos buscando a los clásicos pilotos espaciales, lo cual no era difícil de encontrar, lo que buscaba era uno que estuviera en igual de falto de dinero que ellos….

Bueno era que al ser droide no tenía necesidad de salir a reabastecerse de comida o bebida, pero ciertamente que aun no se hubiese presentado alguien preguntando por el ofrecimiento del aviso... empezaba a ser digno de consideración, después de todo tenía que seguirse depositando el dinero para terminar de pagar aquella nave.

Luego de meditarlo por unos instantes llegó a la conclusión de que quizás se había estacionado en un mal lugar. Así que procedió a encender la nave solamente para cambiarla a otro sitio. Esta vez solo dejaría pasar dos o tres días, y si nadie se presentaba tomaría la decisión de marcharse a un planeta o estación más concurrido.

Aquello no me lo esperaba, habíamos conesguido la información y ahora resulta que Amber nos robaba la nave, en la cual  se había gastado una fortuna, la verdad es que apenas lo conocía y había confiado en ellos por conveniencia, pero el Bith y el humano iban a ser mis únicos compañeros  "Hay que buscarla y matarla, es una cacería que hare con gusto para vengar esta traición, espero que nadie se nos adelante" aunque me gustaba la soledad, sabía que no iba a tener que separame de mis compañeros por un tiempo y menos si teníamos algo en común como una cacería de un traidor, las que mas me gustaban.

La mujer os miro entre divertida y pensativa.

-Espero que no se haya fugado con todo el dinero, o no conseguireis nada de mi.-

Pittien asiente ante el rodiano y el bith. Si se encontrase otra vez a Amber tendría que darle una muy buena explicación, porque ahora mismo ella estaba entorpeciendo su Plan. Justo cuando las cosas pintaban bien tras tanto tiempo. La pista estaba fresca y la seguiría, pero pensaba como Petch: Si pudiera, se vengaría, como de todos los que lo habían separado de su familia. 

Luego el ex-imperial mira a la mujer que les interpela acerca del dinero, y le dice: - Aún no nos has dicho nada, no se si tu información será de calidad, ni si tus contactos y posición nos ayudará. Buscamos a un prisionero que tiene el... el Resto Imperial en Ord Mantell. - Tener que hablar así del Imperio... Le dolía. Pero Esos malditos generales habían convertido aquella sociedad en un resto de su gloria. - ¿Tienes la información que quiero? Si lo tienes, di precio. 

-Ya te dije que sé todo acerca de aquello que implique naves estelares. Sé de un puerto seguro para aterrizar en el planeta y el nombre de quién puede ayudaros a entrar al complejo de prisioneros. - La mujer se recostó en el respaldo de la silla. - También sé que no teneis piloto, y yo puedo conseguiros al mejor.-

La mujer humana miró a Pittien altivamente. 

-Dosmil el puerto seguro y el nombre de quien os puede ayudar. Y otros dosmil por el piloto y su nave.-

El Bith levanto la mano, luego un dedo para luego negar con el largo apéndice en el aire mientras volvía la mirada a la traficante de información de medio pelo.

- No, la información sí. Pero no necesitamos el mejor piloto. Esa acaba de dejarnos aquí tirados. Necesitamos un piloto. Cualquier piloto. Y si es el piloto el que nos lleva y nos trae, tu mediación en el precio no cuesta 2.000 créditos.-

La mujer aquella estaba jugando al tira y afloja, y pensaba que debíamos de caer en sus redes a la primera de cambio, pero acabando de escapar de las garras de un Hut, no iba a darle rédito a una mujer cualquiera por mucho que pensara que era buena en su trabajo.

De echo el Bith siguió mirando la sala, había al menos cuatro o cinco pilotos allí. Malo seria que entre unos y otros y con copas de por medio no se llegara a algún acuerdo.

La mujer sonrió ante la agresiva respuesta del bith.

-También conozco al piloto mas barato... y puede que el mas adecuado a vuestro propósito. Es un tipo raro. Un encapuchado que no ha salido de su nave en dos días y no se anuncia en la holonet del puerto, por lo que deduzco que hace trabajos de esos en los que sobran las preguntas... Por doscientos creditos galacticos. - La mujer volvió a miraros altivamente. -Aunque siempre podéis preguntar por ahi, gratis, y arriesgaros a que se extienda el rumor de vuestra presencia, a donde quereis ir y lo que pretendeis hacer.-

Lanis volvió a recostarse en el respaldo de sus silla, tomando distancia, como una especie de ultimatum. -Dosmil doscientos.- La mujer tamborileó con los dedos sobre la superficie metálica de la mesa esperando vuestra decisión 

parecía que había un piloto que se adaptaba mejor a nuestras necesidades, "Creo que el encapuchado puede ser una buena opción, si no hace muchas preguntas, creo que es lo nuestro" digo mientras miro al humano y a bith, no estaba hablando en nombre de todos, pero los encapuchados eran buenos en las cosas ilicitas, demasiado cuidadosos, y aparte de que al ser uno solo, podía matarlo si se le iba la olla o intentaba hacer algo que no estaba en el contrato.

Pittien asiente a lo que dice Petch, aunque mira a Kemlo. Ha conseguido una buena rebaja, ha negociado duramente. En cualquier caso, Lanis está forzando su posición de conocer los detalles ,y además explotando lo que debe haber visto que es el deseo de Pittien de saber la información. 

- Coincido. Cuanto más discreto sea el piloto, mejor. - Al "desertar" Amber, y no podía evitar utilizar ese término justo en ese momento, contar a un piloto cual era el plan completo no era la mejor idea. Al menos, hasta que estuvieran allí. Al menos, era algo parecido a lo que el wookie les había hecho anteriormente. Ahora sólo quedaba que Kemlo diera su aprobación por el resto del precio, y ya estaría todo cerrado. 

Kemlo se mantuvo en silencio durante mas tiempo del necesario, y ni siquiera estaba mirando a la mujer, tras esto miro a Pittien, con aquellos ojos bulbosos y negros carentes de pupilas.

- Tu dinero, tu operación. Pero pagar 200 créditos por algo que se puede averiguar entrando a la holonet, es una estafa, y lo sabes.-

No estaba incómodo. La mujer le parecía una usurera, y estaba convencido de que si indagaban un poco, tendrían algún trapo sucio para reducir el coste de la información a unos pocos cientos de créditos. Pero como era habitual, el tiempo y las ganas interferían con todo aquello.

De todos modos la mujer jugaba sus cartas lo mejor que podía y eso lo respetaba.

Del mismo modo que tenia asumido que el ex imperial estaba tan desesperado que pagaría incluso con la vida de los Petch y Kemlo con tal de terminar el trabajo satisfactoriamente. Había tenido compañeros peores. No iba a quitarle el sueño.

Con el trato zanjado y el dinero sobre la mesa, Lanis comenzó a daros la información.

-Determina si el precio de la información es merecido.- Dijo la mujer desafiando las palabras del Bith. Desde luego estaba acostumbrada a los negocios y no era su primer tira y afloja. -Existe un bloqueo de la república sobre Ord Mantell. No dejan entrar ni salir del planeta sin que te comprueben hasta el conducto de hiper-expulsión* que no eres simpatizante del Resto.- Una sonrisa se dibujó en los labios de la mujer, aunque no sabríais decir si era por la comparativa de la jerga técnica naval con el recto de las personas, o porque ahora venía lo interesante. -Sin embargo, estáis de suerte, y aquí es cuando se pone el precio de la información que vendo.- Le dijo directamente al Bith. -Vosotros queréis pasar el bloqueo y llegar a Ord Mantell sin ser registrados y seguramente salir también, existe un puerto seguro en el planeta, una pequeña ciudad gobernada ahora por un tal Guban Suur. Podéis entrar y salir por ese pasillo sin complicaciones. Estas son las coordenadas.- Lanis teclea algo en su computadora de bolsillo y os tiende una pequeña tarjeta de datos. -El piloto no sé como se llama, pero está en la dársena veinticinco, hangar catorce. Dos pisos más abajo de donde estamos. Y no,- le dijo al Bith. -no se registró en la holonet del puerto, por eso la gente acude a mí, para conocer a ese tipo de gente.- 

Sin esperar más, la mujer se levantó y con un saludo militar se despidió de vosotros.