Partida Rol por web

Asyr corría, blaster en mano, saliendo de la cantina y provocando en algunos de los presentes cierto recelo por correr con un arma en el lugar. Salió de la tasca (sin que su compañero Darrell le hubiera oído por el intercomunicador), atravesó un pasillo metálico y avanzó hasta una sala mayor, donde se había despedido de sus compañeros minutos antes. El Bothan sabía que había habido disparos cerca, y había ido a indagar. En ese momento se topó justo en la entrada del almacén de repuestos (una gran nave donde trabajan droides y personal con todo tipo de herramientas y piezas) con el droide ND, el propio Darrell y Jason Lightman. El jedi era llevado por los otros dos en volandas con algo de sangre en su brazo y su pierna (y la presencia de algunas vendas entre sus ropajes). Parece que le habían herido. Al fondo, el bothan escuchó disparos (en el interior de la nave), y al echar un vistazo rápido, por encima del hombro de Darrell, vió a una pequeña guarnición imperial disparar contra un pequeño grupo. Allí quedaron intercambiando balazos láser. Además, Asyr veía ahora una alarma advirtiendo con sonidos estridentes y luces rojas peligro en el complejo. Todo era un caos y desorden.

El caso es que no teníais repuestos algunos para vuestro transporte,  Redk y Kaltor habían quedado tendidos fruto de la lucha, seguramente muertos (ND lo comunicó de manera rápida a Asyr, añadiendo que acababan de salir de un fuego cruzado), y vuestra nave estaba a decenas de leguas estancada en un humedal, medio hundida. Pensar aquello era desmoralizante.

¡¡Allí hay más!! -gritó uno de los cuatro soldados imperiales que llegaron hasta el corredor donde os escontrábais-. ¡¡Más insurrectosss!! ¡Disparad! -entonces comenzaron a correr hacia vosotros, con sus bláster en la mano, para poder dispararos mejor.

¡Ri-ápido, por a-cuí! -una compuerta se había abierto a vuestra espalda, mientras había gente corriendo de acá para allá intentando huir de los disparos. Allí apareció una criatura alta a la que le faltaba uno de sus ojos. Era un Gungan, de los albores acuáticos del planeta Naboo. Sus prendas pardas y oscuras y su bláster en la mano contrastaba con su manera de hablar, con un acento propio de los de su raza, pero en un Básico Galáctico nada desdeñable.  ¡¡Sie-guidme, ri-ápido, o se nos echi-arán enci-íma!! Vísteis huir al gungan más allá de la puerta por la que había aparecido.

Pero que diablos ha pasado? os dejo 10 minutos y montáis un cirio que será renombrado en los confines dela galaxia!!! Que idea tenéis de pasar desapercibidos? -digo mientras sigo al Gungan-

Habeis comprobado que Redk y Kaltor han muerto? Maldita sea!!! mierda!!!!

Si puedo bloquear la puerta cuando pasen todos, lo hago, hay que ganar tiempo.

-¡Joder, ni idea!!, estábamos ahí, y han entrado unos con pintas parecidas a las nuestras, preguntando por Kopa, después de haber empezado a disparar y alcanzar a Redk , y Kaltor. No nos hemos podido ni acercar; eran 4 contra 3, y al poco llegó una patrulla imperial

Miro a Jason y a ND: parece que nuestra única salida está en la puerta abierta por el Gungan; al menos, conseguiremos tiempo, y con suerte, dar esquinazo a las tropas...

Miro alrededor...

-Si consiguiéramos subir a algún tejado, podríamos ver si los imperiales se llevan a los nuestros, y según lo hagan, sabremos si están vivos... ¿Por cierto, y Kopa?

(En cuyo caso, es posible que los llevasen a donde tienen nuestro objetivo...)

Kopa al parecer a conseguido salir con un piloto, supongo que hacia el espacio puerto, salí con la idea de seguirlos y me encontré con vosotros, asi que no se donde se han metido. Deberiais haberos cruzado con ella, no entiendo nada...

Ehh tu!!! Gunganiano, cual es tu nombre?, no has visto a un tipo con una chica pasar por aqui no hace ni 3 minutos?

Mientras huíamos nos encontramos con Asyr. Le expliqué brevemente lo que había pasado. Él nos contó que Kopa había conseguido un piloto. Tal vez se había marchado, o tal vez se estaba escondiendo.

-Pues, si Kopa se marchó, hizo bien. No la estiman mucho por aquí.

Luego los soldados comenzaron a perseguirnos y un extraño nos ofreció ayuda.

-No sé quien sea, señor, pero supongo que por ahora tendremos que confiar en usted.

- Muchas gracias, chicos, en serio, me sabe mal ser una carga - dijo Jason mientras lo iban llevando en volandas lo más lejos posible del tiroteo. - También me alegro de verte, Asyr, y en nuestra defensa diré que empezaron ellos el tiroteo. ¡Y ya ves, yo me he llevado la peor parte!

Como sus compañeros, miró con curiosidad al gungan.

- No es que tengamos muchas opciones, ¿verdad? Si no logramos despistar a esos soldados caeremos todos, tal vez ese gungan nos ofrece la única salvación posible.

No me parece que te hayas llevado la peor parte Jason. dos del equipo estan abatidos!!!

Asyr sabía que la situacion de disparo había tenido que ver con sus compañeros, y que había pasado rápido. Dos de sus compañeros ya no estaban, y el jedi Lightman estaba herido. Algo gordo estaba ocurriendo. El gungan no dijo nada, tan sólo se limitó a correr detrás de vosotros, mientras cruzábais el pasillo en la dirección que indicó. Acto seguido, llegásteis al final del mismo, delante de una puerta hermética, una especie de ascensor. Entonces sacó una electrotarjeta de identificación, la puso en el lector junto al acceso y las compuertas se abrieron.

¡Por aqu-cuí! -añadió-. Entonces todos os adentrásteis en el estrecho hueco. Era un ascensor y enseguida os percatásteis de que estábais moviéndoos (concretamente bajando). El ascensor tardó unos segundos en abrirse. Al hacerlo vísteis otro pasillo oscuro, lleno de tuberías y algún que otro escape, goteo de humedad y levemente iluminado.

Os di-oy las griá-cias -añadió el Gungan mientras caminábais despacio en la penumbra-. La Alian-zia sie sié-ntirá reconf-iortada de vier-me... Yi-o si-oy Agor Kriin, y pior lo qui-he visto vio-sotrosss... mi resqui-ate. Tri-as compli-etar una misión, li-os imperiales atacaron mi-sa, qui-uando di-espegué de estie tiugurio de plani-eta. Caí y logri-é escapi-ar, y la ri-esistencia de este Xier-hon me ha echi-ado un cable -extendió su alargada mano, mostrando lo que íbais a ver a continuación-. Es hora de volvi-er a qui-asa.

Entonces, tras la presentación del Gungan, llegásteis a una sala de paredes circulares, cuya techumbre no era sino una gran compuerta. Estábais en un hangar de despegue. Delante de vosotros, sobre el suelo, un carguero corelliano Rigguer G9 (muy parecidos a los Ala-B de la Alianza). Sabíais que ese carguero era torpe y lento comparado con cualquier caza estelar, pues no había sido diseñado con propósitos militares. Al acercaros un poco, podíais apreciar sus dos cañes dobles laser ligeros, y dos simples ligeros.

Ahi-ora esti-áis de siuerte -añadió el gungan-. Misa consie-guido este carguiero y esca-piar. Si-erá mejor irnos cuanti-o antes.

¡¡¡¡Pfffff!!!! Un gran estruendo de explosión se escuchó detrás de vosotros, más allá del hangar, por el corredor que habíais cruzado segundos antes. Una deflagración y estallido dió paso al vocerío enlatado de alguien que llegaba, varias personas. Algún grupo se acercaba corriendo hacia vosotros, los oíais de llegar.

Rápido subid. Espero que sus armas no puedan dañar la nave, aunque con ese cacharro es posible que vuelvan a abatirnos si hay una simple fragata aduanera... Vaya pote... Bien menos es nada.

Mmm, veo que los cañones ligeros miran en dirección contraria y no parecen torretas giratorias... Tenemos a un piloto?

Saco el Blaster pesado. La granada la reservo, pues esos malditos imperiales llevan los respiradores en la maldita armadura y dudo que les afecte.

-¡Demonios!

Echó mano a la mochila, y sacó del bolsillo un objeto; una especie de caja: explosivos.

-¡Agor! ¡ve preparando la nave! ¡Jason, quizá tengas que ir a ayudarle a la cabina! Voy a intentar lanzar el paquete explosivo a la sala contigüa, para hacerla explotar a distancia cuando sea necesario!! ¡Tenemos que contenerles mientras se enciente ese cacharro, o nos freirán sin llegar a despegar!!

No había mucho tiempo para más: los imperiales irrumpirían a la sala de al lado, desde el pasillo del ascensor, en cualquier momento. Es una mala posición para ellos: un cuello de botella, pero no sabemos cuantos son, así que podrían ignorar sus bajas y avanzar pese a todo; el paquete explosivo que llevo, sería para ese momento, para cuando alcanzasen el centro de la sala, y causar el mayor efecto posible.... si funciona, claro, porque depende de que pueda accionarlo a distancia con mi Sistema de Comunicaciones de Combate... que a veces no funciona, en especial, cuando más falta hace...

Dicho lo cual, lanzo el paquete a la sala de al lado..., activándolo antes en modo "control remoto", para controlar el momento justo de la explosión.

Corto, quedo corto!!!!

-¡Ups...! ¡Jason, cambio de planes!!! ¡Necesitaría que usases la fuerza para empujar el petardo unos metros más lejos! ¿puede ser?

Al parecer nuestro salvador había resultado ser precisamente el sujeto al que vinimos a rescatar. Pero había un problema. La nave que teníamos, probablemente no soportaría un combate. Darrell propone distraerlos hasta que la nave se encienda. Me preocupaba que sólo la distracción no fuera suficiente. Si nos perseguían, puede que no pudiéramos espcapar.

-Creo que debemos acabar con ellos si queremos salir de este planeta en una pieza.

Diablos, todo esto es una mierda. Ese explosivo poco puede hacerle a la nave, si entrais y lo accionas creo que estaremos protegidos de el.

Por otro lado Jason esta herido, no se si podrá concentrarse para hacer lo que le pides...

ND ves tu a ayudar a encender esta cafetera, seguro que  te manejas mejor con los circuitos.

Jason se sentía un poco inútil, estando herido no se veía capaz de poder hacer mucho y precisaba de la ayuda de los demás para sus desplazamientos. Suspiró aliviado cuando vio la nave para escapar.

- Bueno, tal vez esté un poco abollada y maltrecha, pero seguro que es robusta y dura. Nos valdrá para salir de aquí. - dijo esperanzado.

Cita:

Parecía que la huida no se la pondrían fácil. El aprendiz de Jedi miró el explosivo. Sabía que matar era malo, pero debían poder ganar tiempo para huir de allí, y necesitaba poder recuperarse de sus heridas. Buscando fuerzas dónde pudo, se concentró para esta vez no fallar al usar sus habilidades.

El lanzamiento del explosivo por parte de Darrell no fue lo esperado. Mientras que ND-RW subía para acompañar al gungan Agor en lo referente a la huida, Asyr tomó su blaster pesado para freir al primero de los nuevos invitados que llegara allí. Sin embargo, ello pareció, de momento, no hacer falta; el jedi Jason se concentró en lo que los de su religión llamaban "La Fuerza", como antaño se decía, y todos vísteis cómo el explosivo, que emitía un pequeñísimo led rojo que indicaba que estaba listo para ser usado, se movía en el aire. Los cartuchos viajaron hasta la sala que estaba entre el ascensor y el hangar, y allí poder hacerlo explotar. En cuestión de segundos, el dispositivo quedó allí colocado, y todos vísteis cómo un grupo de imperiales era quien se estaba aproximando. Sus armaduras blancas comenzaron acercarse a la carrera hacia vosotros (y por ende, al explosivo).

¡Vi-amos, Vi-amos! -gritaba el Gungan desde el inteior de la nave-., ND estaba con él en la cabina de pilotaje-. ¡Ies-to se vi-a ponier muy feo para nosa!! -Los motores del carguero comenzaron a rugir-. Efectivamente, la apreciación del espía bothan había sido totalmente acertada: la nave no podría disparar contra los soldados de la guarnición: los cañones están mirando en sentido contrario.

Parcialmente asombrado por la capacidad telequinética del Jedi, aun en su estado, Darrel no perdió tiempo; usó el botón correspondiente de su equipo de comunicaciones, que permitía lanzar la orden crifrada al explosivo para que detonase.

Si el paquete hubiese ido más lejos, la carnicería de tropas imperiales habría sido completa, pero no había llegado tan lejos; aun así, cuanto menos, les haría caer por la onda expansiva y les daría unos segundos preciosos, mientras se recomponían e intentaban contraatacar. También podían contar con que merced a la explosión y al efecto en ellos, tardarían más en dar aviso de que una nave no autorizada estaba despegando, y todo tiempo ganado, era precioso.

No se quedó mirando para comprobar el efecto de la explosión; el gungan ya les había convocado y no había uqe perder tiempo: se lanzó a toda prisa hacia el interior de la nave.

-¡vámonos de aquí antes de que nos frían!!