Partida Rol por web

Acepto gustoso la jarra y observo el ambiente alrededor nuestro. Tal vez haya algun marinero con un tatuaje similar al que ya vimos y esclarecer algo

La posadera, de nombre Tara os sirve las cinco cervezas, mirando con cierta suspicacia al constructo. Sin embargo, no dice nada en su contra. Mientras pagéis y no arméis bronca, no habrá problemas.

¿Algo mas?

Si, ¿cuanto son las jarras? - pregunto rebuscando en mi bolsa - Estamos buscando a un hombre que responde al nombre de Payvin, nos gustaría hablar con él y nos han dicho que este es el lugar idoneo para encontrarlo. Por supuesto no tiene porque preocuparse - digo alzando las manos levemente - nuestras intenciones no son en ningún momento hostiles

Tara señala hacia una pequeña mesa junto a la pared, donde veis a un hombre muy concentrado en su bebida. 

Ese es Payvin. Desde luego, le he visto con mejor cara. Pero desde que su tripulación le abandonó, no ha hecho nada más que estar sentado en esa mesa y cavilar. Puedo imaginar cómo se siente un hombre al que le deserta la tripulación, pero si no consigue pronto otra, perderá su barco.

Cojo mi jarra y me dirijo directamente hacia él. Buenas noches - digo mientras le tiendo mi jarra, no pensaba bebermela - Estoy buscando a Payvin, y si no estoy confundida, sois vos, ¿Teneis unos momentos para dedicarmelos?

Confiando plenamente en la diplomacia y saber estar de la paladina sumado a la indudable lujuria que despertara en el capitan, aguardo paciente junto al resto de mis compañeros, viendome de momento enrolado como marinero como una opcion para descubrir algo mas pero deseando equivocarme y hacer algo mas acorde con nuestras capacidades

El hombre da un respingo cuando te acercas y le hablas. Te observa con suspicacia, pero desaparece cuando le ofreces la jarra de cerveza.

Gracias- te dice- soy Payvin. ¿Que quieres?- coge la jarra y le da un ligero trago.

Mi nombre es Jezabell, ante todo la educación - comienzo con voz tranquila para despues inclinarme sobre la mesa acercandome al hombre * - Hemos oido que la noche antes de su última partida, en el momento en que volvió a su embarcación, toda su tripulación habia desertado. ¿Estais seguro de ello? tenemos razones para pensar que su tripulación fueron asesinados y convertidos en muertos vivientes ya que ayer acabaron con la vida de un habitante de esta villa. No estoy acusandole de nada, ni muchisimo menos, pero nos sería de gran ayuda que nos relatara lo que ocurrió aquella noche.

Payvin abre los ojos ante tus palabras, sorprendido de ellas. Bebe un buen jarro de trago de la cerveza que le has traído...

Eso podría explicarlo todo- murmura para si mismo, aunque sus palabras se entienden perfectamente. Vuelve a mirar al paladín y comienza a hablar:

Mi tripulación se marchó, y todo el mundo decía que fue porque les dieron una paga mejor. Bien, yo digo que se equivocan. Mis hombres me eran leales, especialmente Henry, mi segundo al mando. Nunca se marcharían asi porque si. Lo que tu me dices- sus ojos están clavados en Jezabell, ignorando al resto- tiene mas sentido. Oh, si, mucho mas sentido- vuelve a dar un trago a su cerveza- les aprehendieron. Una bestia maligna, o un demonio. Si, fueron demonios los que les atraparon o no soy un capitán de barco. Os diré lo que vi y así podéis juzgar por vosotros mismos, confirmando así tus palabras.

Cuando estaba seguro que todos estaban a bordo de la Perla, ordené a Henry que subiera por la tabla. Le dije que no dejara bajar ni subir ni bajar a nadie hasta que yo volviera. Se veía una niebla flotando sobre el río, cubriendo el agua. Entonces no me fijé en ella. Cuando finalmente acabé de cerrar los tratos con el representante del gremio de los mercaderes ya era noche cerrada. Paré aquí para echar un trago rápido y me dirigí a mi barco.

Cuando llegué al borde del muelle, la niebla era tan densa que no podía verme ni la punta de la nariz. Llamé a Henry para que pusiera la tabla. Silencio. Le llamé de nuevo. Silencio de nuevo. Me imaginé que los chicos estaban diviertiéndose a mi costa, y no me hacía mucha gracia. Podía ver parte de la proa gracias a un fanal que colgaba en el mastil, así que tomé carrerilla y salté. Si, señor; lo conseguí, aunque quizás hubiera preferido caer al agua.

Empecé a mirar alrededor mientras llamaba. "Henry, ¿donde te metes? me gustan las bromas, pero tenemos los papeles listos para zarpar". Silencio. Me extrañó mucho no encontrar a nadie arriba, pero no encontrarles a bajo fue demasiado. Casi me vuelvo loco. Estaba solo, mi tripulación me había abandonado. Volví a cubierta y empecé a gritar a pleno pulmón.

Calla durante unos instantes, y veis como el hombre comienza a temblar ligeramente.

Y entonces fue cuando lo vi. Era como un movimiento arriba. En medio de la niebla que me envolvía flotaban dos ojos. Ojos como pozos de las profundidades del abismo, como dos lápidas parlantes, dijeron, "¿También buscas tu final carne mortal? Tu sangre es dulce, pero el Devorador consumirá lo mismo tu alma". Sentí un miedo atroz y me lancé por la borda del barco al agua. Os lo digo, nunca he estado tan asustado en toda mi vida. Oí risas cuando volví a la superficie para respirar en medio del agua helada, perdido en esa maldita niebla. Entonces juré que si salía de allí con vida nunca volvería a poner los pies en un barco, así que aquí estoy.

Bebe lo que queda de su jarra y se calla. Ya había terminado de contar su historia.

Marcus se quedó sentado pensando sobre las palabras del marinero... Sonaba todo a cuento de terror para asustar a los niños. Pero era mejor seguir escuchando, todos los cuentos de terror se basaban en hechos reales.

Un tal Devorador que consumía almas, una niebla con ojos rojos... tripulación de barco convertida en muertos vivientes... todo eso olía a tesoros... si alguien hubiera podido ver los ojos de Marcus en ese momento no hubiera visto su característico color marrón, sino dos lingotes de oro resplandecientes...

Os creo - digo al terminar su historia - Creo que todo eso encaja en lo que vimos la noche anterior, ¿podriais acompañarnos? mis compañeros acabaron con los muertos vivientes y quizá vos podais descubrir algo en ellos, un tatuaje, un pendiente... que los identifique como vuestra antigua tripulación. Con ello aclararemos el suceso y con las burlas, aunque creo que eso para vos es lo menos importante.

No, lo siento, pero yo...- calla durante unos segundos- no quiero saber nada mas de este asunto.

La descripción que os ha dado el hombre os suena lo suficiente para pensar que quizás la criatura fuera un vampiro... claro que no podéis asegurarlo del todo.

Del Devorador no tenéis ni idea a lo que puede referirse. 

Disculpe, lamento interrumpirles pero ¿que es el Devorador?

Con ambos porrones y de espaldas a la barra escuchaba a Payvin y su historia. 
-Le podría sacar la información de otro manera- pensaba, mientras esperaba a que mis compañeros lo hicieran de forma diplomática.