Partida Rol por web

Retorno

Capítulo 9. EXTASIS

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14/12/2014, 17:24
Narrador

Habían pasado poco más de dos meses desde el día en el que os obligaron a verbalizar vuestros planes de futuro. Dos meses en los que habíais concentrado todos vuestros esfuerzos en pulir aquellas competencias que iban a seros requeridas en los peculiares EXTASIS que tendrían lugar ese año. Dos meses que se os habían pasado tan lentos como rápidos, haciendo que el incesante cambio de perspectiva os llegara a provocar náuseas. Dos meses en los que habíais estado encerrados en el colegio sin tener permiso a salir de él por culpa del estricto toque de queda impuesto por el Ministerio de Magia.

Sucedió a mediados de abril. Un centenar de lechuzas llegaron al colegio cuando todavía estábais en mitad del entrenamiento. Ese hecho no fue ni una centésima de extraño que la noticia que llegaría después. La familia Oswald había sido asesinada, y el Ministro de Magia pedía la cabeza de los culpables. No tardaron en llevar ante el Wizengamot a un grupo de 'jovenes' búlgaros (rondarían los 25-30 años todos) que acabaron reconociendo sus actos.

Esa condena pareció calmar los ánimos, aunque no fue capaz de controlar lo que estaba por llegar. Las dimisiones. Varios de los trabajadores del Ministerio (muchos menos de los que quizá hubiéseis esperado) decidieron dejar sus puestos, bien por no estar de acuerdo con la política de sus superiores o por el miedo a lo que estuviese por venir. Entre ellos destacaba la marcha de la familia Weather o la completa desvinculación de los Jackson con el Ministerio.

Cuando parecía que todo volvía a su cauce, llegaron más malas noticias. La primera fue el suicidio de Emmerick Jackson, un jarro de agua fría para toda la Comunidad Mágica. El entierro se llevó a cabo en la máxima privacidad, y a él solo acudieron los familiares y los más allegados. Fue ese mismo día cuando llegó la segunda 'bomba'. Algo había ocurrido en el mundo muggle. Algo que desde hacía tiempo se temía que iba a pasar, pero cuya materialización era imposible de predecir. Un exalumno de Hogwarts, que permanecía en paradero desconocido, había asesinado a sus padres a sangre fría. Su nombre: Jason Starks.

Matthew también estuvo a punto de asistir a un entierro. Su hermana pequeña Vivian había estado al borde de la muerte por culpa de un extraño accidente que no supieron llegar a explicar. Por suerte, su primo Ian Muller había llegado a tiempo. Ahora descansaba en la unidad de cuidados intensivos del Hospital San Mungo, luchando por su supervivencia.

No había corrido tanta suerte Clarissa Spence, quien en una visita a sus padres había sufrido un accidente en el metro muggle de Londres. No hubo supervivientes.

Parecía que Merlín se había ensañado con vosotros. ¿Cómo podía ser que estuvieseis recibiendo tantos palos? Pero dentro de todo este caos también había noticias positivas. Rouvin se había asegurado de llevar al colegio a los mejores medigados del mundo mágico y, de forma inesperada, Arianna había recuperado la visión completa de su ojo dañado. Además, otra gran noticia había llegado al colegio. ¡Sarah y Lucas habían vuelto! Hacía apenas unas horas de aquello. Lo habían hecho en plena noche y se encontraban descansando en algún lugar del castillo. Por desgracia, vuestra fuente no había conseguido daros la información exacta de su ubicación. Tocaría esperar.

Pero, la verdad sea dicha... en esos momentos no os importaba demasiado. ¿Qué eran un par de horas más? Además, ¡había llegado el gran día! A poco más de 24 horas de que empezaran los famosos EXTASIS por fin había llegado la fecha en la que jugaríais el tan esperado partido de Quidditch. Eran muchas las apuestas que había entre vosotros. Los equipos habían sido medio apalabrados medio a suertes. Teniendo en cuenta la cantidad de exjugadores de élite que había en la cantera, había sido la mejor opción. En el fondo a ninguno os importaba mucho la distribución. Lo que queríais era poder pasar una jornada tranquila. Y si era posible, con una buena dosis de diversión.

(*) Capitanes Equipo 1 Equipo 2
Guardián Isaac Ryan
Golpeador 1 Reuben Alex
Golpeador 2 Rachel Daniel (*)
Cazador 1 Isabella Vinny
Cazador 2 Oliver (*) Nicky
Cazador 3 Scott Arianna
Buscador Matthew Liam
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14/12/2014, 23:35
Narrador

Habías llegado al Gran Comedor de la misma forma que en los últimos meses. De manera sistemática, sin prestar gran atención a lo que ocurría a tu alrededor. Era el pan de cada día cuando te despertabas. Hasta que no llegabas a la mesa y bebías la primera taza de café no conseguías dejar atrás las pesadillas y el recuerdo de los soñozos de Mia. Habías perdido a tus padres, a tu hermano y a tu mejor amiga de un solo plumazo. No sería algo que se superase con facilidad. Por suerte ya habías llegado al que se había convertido en una de tus más grandes adicciones.

- Tan preciosa como siempre.

La voz de Daniel llegó a tus oídos desde la lejanía. Como todas las mañana había pasado por detrás tuyo en busca de uno de los asientos situados en la otra punta de la mesa, no sin olvidarse darte un apretón amistoso en tu hombro derecho. Había sido un increíble apoyo para ti desde la muerte de tus padres. En realidad no habíais pasado mucho tiempo juntos ni habíais hablado de nada trascendental. Pero siempre sabía qué decirte para sacarte una sonrisa. Algo que antes siempre conseguía Lucas.

Lucas... fue como si una bombilla se te hubiese iluminado en la cabeza, haciendo que tu mano fuera directa al trozo de pergamino arrugado que descansaba en los pliegues de tu túnica. Hacía apenas unas horas que habías recibido una nota citándote en la zona del Lago. En ese sitio donde solías ir con el Gryffindor cuando estábais saliendo. Cuando la vida tenía mucho más sentido que en esos momentos...

Acudirías. Lo cual daba pie al siguiente dilema. Era el día que tendría lugar el partido de Quidditch y en el que se pondría en marcha vuestro plan. Lo habíais organizado todo. Al parecer Ryan había conseguido una dosis de Veritaserum. Se las habían arreglado tanto él como Vinny, Arianna y Liam para estar en el equipo contrario de Matt y Scott. Se encargarían de llevarlos a la enfermería y sería allí donde Weasley les suministraría la poción de la verdad. A partir de allí todo sería pan comido. También formaba parte del plan.

Con estos pensamientos recorriste los terrenos de Hogwarts. Una vez más tranquila tu mente comenzó a divagar por otros asuntos de igual importancia. No podías olvidar la conversación con Vinny en la que te había contado todo lo demás. Como el hecho de que lo sucedido en Bulgaria fuera una prueba piloto de la ley de acercamiento muggle. Una prueba que, a pesar de ser un desastre, habían decidido volver a intentar. El hecho de que Lucas, William y Sarah parecían haber formado un 'tercer' bando ajeno al de los profesores de Hogwarts y el Ministerio. Que hacía algo más de una década tuvieran lugar una serie de campamentos de los que ni Sarah, ni Ryan ni Isabella eran capaces de recordar los detalles; pero sobre los cuales las dos chicas tenían constantes sueños en los que aparecían todos los jóvenes asesinados en el orden de su muerte. Por eso Ryan había decidido someterse a sesiones de Legerenmancia con Erika Rouvin, y Sarah había decidido desaparecer de la faz de la tierra. Para recordar.

Cada vez estabas más cerca del lago.... y tus pensamientos cada vez iban más rápido. No paraban de decirte que debíais ir a Bulgaria. Que era el origen de todo. El lugar donde había estado Rebecca, y el sitio donde habían sido asesinados los McLaggen, verdaderos artífices del primer intento del acercamiento muggle. Impulsores que, tras la negativa en Inglaterra, habían decidido llevar la 'prueba piloto' a Bulgaria, lugar en el que se sucederían desapariciones de niños, squibs y magos...

- No estaba seguro de que fueras a venir...

Fue esa voz la que te consiguió finalmente sacarte de tus pensamientos. Era mucho más débil y temblorosa de lo que la recordabas, pero era él. Sentiste una necesidad de volverte hacia Lucas y rodearle con tus brazos, pero algo te contuvo. Fue la visión con la que te encontraste. Un chico pálido y extremadamente delgado, en cuyo rostro quedaba el recuerdo de quien había sido extremadamente guapo.

 

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14/12/2014, 23:36
Narrador

Entraste en el Gran Comedor junto a Isabella, andando hombro con hombro, rozándoos las manos en cada movimiento. Había sido una mala noche. Habías vuelto a tener la misma pesadilla. Esa en la que veías cómo tu padre caía por el balcón de tu casa, y en la que no eras capaz de hacer nada para salvarlo. Habías terminado yendo a la habitación de Isabella en busca de compañía y cierto consuelo.

No estabas en tu mejor momento. Habían pasado dos meses desde que habías empezado las sesiones de Legerenmancia con Rouvin. Eran agotadoras. Luchabas por bloquear todos tus recuerdos mientras hacías todo lo posible por recordar aquello que se ocultaba en lo más profundo de tu mente. Con el tiempo habías conseguido saber que, fuese lo que fuese lo que le habías prometido a Rebecca, había sucedido en uno de esos campamentos. Por desgracia, algo demasiado fuerte incluso para Erika Rouvin hacía que os quedaseis a las puertas de saber la verdad.

Desayunaste sin prisa pero sin pausa. Ya era momento de dejar atrás a los fantasmas de tu vida. Había comenzado la cuenta atrás para el partido que tanto tiempo llevabas esperando. Además, parecía que el día venía con más sorpresas. Reedmon y Clarks habían llegado al colegio, y eso solo podía significar un cambio. Que fuera bueno o malo ya lo veríais después.

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14/12/2014, 23:49
Narrador

Vivías en tensión. Desde que tu hermana había tenido aquel accidente no podías evitar sentir que en cualquier momento iba a llegar una lechuza dándote la fatídica noticia. Y eso que Ian ya se aseguraba de decirte cada día que Vivian no hacía más que mejorar. El problema era que no conseguías estar tranquilo. Habías visto demasiado sufrimiento a tu alrededor. Demasiados amigos tuyos habían perdido familiares como para no pensar que ahora te tocaba a ti.

Estabas tan concentrado en tus pensamientos que por poco tuviste algún que otro altercado durante el desayuno. Cerraste los ojos obligándote a mantener la compostura. No podías estar así. Quedaban apenas unos segundos para comenzar el partido. Eras un profesional, y era momento de demostrarselo a todos. Te pasase lo que te pasase, cumplirías cuando estuvieras en el campo.

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16/12/2014, 16:27
Narrador

La calma en la que vivías desde hacía unas semanas casi te hacía sentir culpable. Bien era cierto que habían pasado numerosas desgracias a tu alrededor, pero ninguna de ellas te tocaba de manera directa. Y dada la trayectoria que llevabas, era suficiente como para hacer que tu estado anímico no se viera influenciado ni un solo ápice. Lo único que desestructuraba tu tranquilidad era la actitud de Isaac.

De la noche a la mañana se había vuelto más esquivo y hermético. Seguía estando contigo a solas, pero esos momentos se habían reducido a charlas sin sentido o momentos de pasión. El resto del tiempo desaparecía poniéndo tontas excusas como que iba a entrenar al Quidditch o quería consultar cosas en la biblioteca. No habíais vuelto a hablar de la carta de Sarah, y habías empezado a dudar que la conversación volviera a tener lugar.

Por suerte habías conseguido tener algo con lo que mantenerte ocupada en el poco tiempo que os dejaban fuera de los entrenamientos y momentos de estudio. Todavía no sabías la verdadera razón, pero Erika había accedido a darte las primeras clases de Legerenmancia. Para ser exactos, Oclumancia. Como bien te había explicado, no podías entrar en la cabeza de alguien sin asegurarte de que eras capaz de guardar tus propios secretos. Entre ellos, por supuesto, tus futuras dotes de legerenmancia.

Avanzabas demasiado lenta para tu gusto, aunque la mujer te había asegurado de que mejorabas más rápido de lo que se esperaba de normal. Aunque eso no era suficiente para ti. Sentías que perdías el tiempo que no ibas a llegar a ningún lado. Bueno, 'casi' ningún lado. Tus encuentros secretos con Rouvin te habían permitido descubrir que los avances con Ryan eran mucho más efímeros de lo que podíais llegar a pensar. No habían conseguido recuperar ese recuerdo que estaba tan escondido en su mente.

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16/12/2014, 16:43
Narrador

Clarissa había muerto. Esa realidad protagonizaba tus pensamientos cada vez que entrabas en el Gran Comedor, paseabas por los terrenos o veías a alguno de los Hufflepuffs. Había demasiados recuerdos de tu prima en ese colegio como para poder superar su pérdida de forma tan rápida.

La noticia había sido tan dolorosa que ni siquiera pudo paliarla la operación que tendria lugar al día siguiente. Por suerte el estrés al que os sometían con los entrenamientos y la preparación de los EXTASIS conseguías llegar tan cansada a tu dormitorio que caías rendida sin poder pensar en nada.

Llegaste al Gran Comedor en completo silencio, intentando que nadie te viera y quisiera entablar una conversación contigo. No tenías ánimos para ello. En esos momentos solo querías pensar en el partido de Quidditch y en cómo ibas a contribuir a vuestro plan. Había demasiado en juego y no podíais fallar.

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17/12/2014, 23:29
Narrador

Quedaban apenas unos minutos para que comenzara el partido, y no podías dejar de repasar en tu mente toda la información y todos los sucesos que se habían encadenado en los últimos meses. A apenas unos metros de ti estaba Ryan. Lo mirabas con la misma preocupación que habías sentido durante su primera sesión de Legerenmancia, en la que Erika Rouvin te había cerrado la puerta en las narices. Habían pasado dos meses de aquello y, por la razón que fuera, no había avances en la terapía del exslytherin.

Cerraste los ojos obligándote a concentrarte. Desde tu posición también veías de pleno a Scott y Matt. Ellos eran tu prioridad en esos momentos. Hicierais lo que hicierais, debía salir bien.

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18/12/2014, 00:03
Narrador

Os encontráis en el campo de Quidditch. En las gradas están todos vuestros compañeros, visiblemente emocionados por lo que están a punto de presenciar. Los dos equipos ya estáis frente a frente, a la espera de que el árbitro toque el silbato y os dé vía libre para volar.
 

Notas de juego

En principio el partido comenzará mañana - si por algún casual me fuera imposible el viernes -. Aprovechad para organizaros/poneros al día. No marquéis a Kate.

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18/12/2014, 09:51
Berenice Blair

Aquellos meses habían sido tranquilos para Vinny en lo que se refería a su campo personal. No más muertes de seres queridos, no más descubrimientos impactantes que trastocaran su mundo. No había dudas en su horizonte y a pesar de no tener claro el cuadro que tenía ante sí, éste iba cobrando nitidez a medida que pasaban los meses. Les faltaba mucho por saber pero se sentía imbuida de tal férrea determinación, probablemente otorgada por tener metas y objetivos, que no parecía desalentarse por la falta de progresos.

Por desgracia la fortuna o la rutina no había acompañado a sus compañeros, la mayoría de los cuales estaban en un punto indeterminado entre colegas y amigos. Fueran lo que fueran, Vinny estaba lo suficiente familiarizada con las pérdidas como para haber sentido profundamente que sus allegados tuvieran que sufrir aquello.

El asesinato de la familia Oswald suponía una nueva fotografía en el collage de "por qués" que se estaba formando en su mente, sabiendo que se escondía algún motivo tras aquel asesinato. Si había sido oficiado por aquellos Búlgaros era algo que desconocía y que, sinceramente, dudaba.

Respecto a las dimisiones del Ministerio le sorprendía que hubieran esperado tanto pero imaginaba que la gente empezaba a preocuparse por su seguridad. No había vuelto a hablar con su familia, no habían mantenido ninguna clase de contacto, de modo que no podía saber su opinión al respecto o lo que pasaba en el Ministerio y la verdad es que prefería encontrar otro modo de enterarse de las cosas que a través de ellos. No quería saber nada de los Blair. Eso no impedía que mirara las noticias diarias con cierta ansiedad, buscando su nombre en El Profeta y deseando que no les hubiera sucedido nada. Se preocupaba por ellos pero se había cansado de esperar que aquella familia se convirtiera algún día en lo que tendría que ser.

Lo primero que trastocó su ámbito cercano fue el suicidio del padre de Ryan, el primo de su padre. Sabía que el chico se había vuelto aún más entrovertido con la muerte de Josh, algo que en realidad le había afectado profundamente pero, ¿cómo lo haría aquello? Recordaba perfectamente el momento en el que se habían enterado de la noticia, las miradas sobre Ryan. Le conocía lo suficiente como para saber que no quería compasión ni muestras de debilidad, menos en público, pero aquello no había impedido que le diera un silencioso abrazo la primera vez que se vieron sin tanto observador. No le dijo nada, no había "lo siento" por su parte, palabras que a ella se le antojaban vacías de significado. Fue al funeral, pues al fin y al cabo era el primo de su padre.

El siguiente funeral fue el de los padres de Kate. Aquella muerte había sido tan siniestra que había dejado conmocionado al mundo mágico. Ese tipo de asesinatos evitables la hacían sentirse impotente pero nada en comparación con la desolación que debía sentir la chica. Ella había sentido que no podía perdonar a Moses por matar a su hermana, aunque fuera bajo la maldición imperius, ¿podría Kate perdonar a Jason algún día? Por si fuera poco, Kate había perdido también a Clarissa, una de sus mejores amigas y Mathew tenía sus propias preocupaciones con aquel ataque que casi le había costado la vida a su hermana.

A pesar de sus recelos hacia el carácter reprochable de Kate, Vinny no había dudado en mantenerse cerca de ella a modo de apoyo silencioso, lo mismo que con Ryan, aunque con éste se hacía más difícil al tener que tolerar la presencia de Isabella. De algún modo le parecía que los menos afectados habían tenido que sacar fuerzas de la nada para mostrar presencia de ánimo.

A aquellas alturas no estaba segura de si habían formado un grupo de amigos, de colaborados, de colegas, o de compañeros o algo sin nombre pues sus relaciones eran incomprensibles pero, de algún modo, sabía que estaban juntos en eso.

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18/12/2014, 10:17
Berenice Blair

A pesar de su relativa tranquilidad, había momentos en los que la ansiedad la devoraba silenciosamente. Ya no eran sólo las muertes que salpicaban su entorno directo y que anunciaban que la Tercera Guerra mágica era una realidad encubierta, sino que la conducta rara de Isaac la estaba matando.

Ya hacía meses que había adivinado un problema futuro al reconstruir su vida a base de Isaac pero no esperaba que aquello se desmoronara tan pronto. Su actual determinación de seguir adelante se fundamentaba en que Isaac había estado ahí en sus peores momentos, en que el chico la había apoyado para seguir adelante, la había acompañado en sus investigaciones. Había depositado su vida y sus sentimientos en él y la cosa más preciada que tenía en aquel momento: su confianza.

Pero ésta se había roto y no obstante no había dolor, sólo una preocupación exacerbada por él que le producía un terror cerval. Si hubiera dejado de acostarse con ella hubiera pensado que el problema estaba en que tenía otra y aquello le habría dolido. Pero no, sus encuentros esporádicos, aunque si bien no tan frecuentes, seguían sucediéndose. Continuaban hablando, sus conversaciones no habían desaparecido pero la evitaba y se inventaba excusas para desaparecer.

¿Por qué? ¿Había recordado algo? ¿Temía recordar? ¿Estaría bajo una imperius? Le ocultaba cosas y le mentía aunque ella sólo quería ayudar. Llevaba semanas esperando silenciosamente a que compartiera lo que le pasaba con ella por temor a que si le insistía sólo lograría que se distanciara más de ella. Deseaba tantísimo recuperar su relación de hacía dos meses antes de aquella fatídica conversación que incluso sus sueños estaban plagados de imágenes inquietas al respecto.

Por supuesto aquello se había quedado en la intimidad de sus pensamientos y de sus noches inquietas. Demasiadas cosas habían pasado como para que Vinny buscara la compasión de los demás o sus ánimos. No, ella había procurado convertirse en un pilar fuerte como una roca, decidida e incluso animada para sus compañeros.

Los únicos momentos en que sus preocupaciones habían salido a la luz había sido, inevitablemente, en las clases con Rouvin aunque más que porque lo compartiera con ella de forma expresa porque en sus prácticas de Oclumancia, en los momentos en los que ella conseguía pasar sus barreras, su mente era bombardeada por aquella aprensión desmedida que mantenía bajo estricto control, amén de la imagen, miles de veces revividas, de Faye muerta.

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18/12/2014, 10:32
Berenice Blair

Día del partido. Lo hubiera considerado totalmente inadecuado dadas las circunstancias si no fuera porque tenía un objetivo concreto, uno compartido a decir verdad. Habían repasado su plan miles de veces* y como siempre había mil cosas que podían fallar pero tenían que empezar a arriesgarse. 

Estaba claro que los acontecimientos a su alrededor empezaban a acelerarse y que tenían que ser más drásticos. Aquello no la hacía sentirse emocionada de jugar aquel partido sino impaciente. Era raro. Hacía muchísimos años que no participaba en un partido de quidditch y no sentía el alma de la competición ni veía rivales en el otro equipo, sobre todo porque el único con el que había jugado en otras ocasiones, Isaac, estaba en el contrario mientras que algunos de sus rivales de su época de jugar estaban en su equipo, como Liam y Ryan.

Chocó la mano con sus compañeros antes de reunirse en el centro del campo y, haciendo alarde de algo que no sentía ni perseguía, incluso dejó caer un "vamos a ganar" al situarse frente a los jugadores del equipo contrario, escoba en mano. Su mirada pasó por encima de todos, deteniéndose especialmente en Isaac, a quien guiñó un ojo, y en su contrincante directa, Black.

En otro momento hubiera deseado aquel enfrentamiento pero en la actualidad le preocupaba un tanto que la chica la obligara a dejar escapar el objetivo que perseguía.

Notas de juego

*Post privado

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18/12/2014, 10:47
Berenice Blair

El plan. La verdad es que resultaba optimista llamarlo así pero Vinny agradecía cualquier ocupación, no sólo para ella sino para los que sabía que en aquel momento lo estaban pasando peor. Sabía que mantenerse activo dejaba menos tiempo para pensar y aquello era de agradecer.

Había sido un problema que, al salir las posiciones que ocuparían cada uno, ninguno fuera golpeador. Se había acabado lo de jugar con las bludgers así que habían tenido que modificarlo un poco. Ryan era el que lo tenía más complicado con lo de ser guardián, lo mismo que Isaac, que además estaba en el mismo equipo que los implicados directamente. Además, ahora que Arianna se había incorporado al equipo y que Kate no estaba por la labor, ¿quién les suministraría el Veritaserum? Habían perdido su capacidad de desvincularse del asunto.

Por su parte, siendo una de las personas que ocupaban la posición homóloga a Scott junto con Arianna, iba a poner impedimentos al chico cada vez que pudiera. Llevaba la varita oculta en los pliegues de la manga de su túnica y iba a intentar hechizar su escoba si podía hacerlo con disimulo pero no sólo eso, estaba dispuesta a placarle físicamente cada vez que fuera necesario.

La segunda parte del plan estaba más borrosa para ella pero la desgraciada lógica le decía que tenían excusas para irles a visitar a la enfermería, eso dejando de lado que las posibilidades de que ellos mismos acabaran ingresados eran bastante elevadas.

Notas de juego

Sugiero que cada uno diga lo que va a hacer

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18/12/2014, 15:10
Kate Starks

https://www.youtube.com/watch?v=R_jmXjcdQZw&index=1&list=RDR_jmXjcdQZw

Sentada en la cama, alumbrando el pergamino con una vela casi agotada, sumergió la pluma en el tintero. Con pulso estable y tranquilo, sacudió ligeramente para deshacerse del exceso de tinta y dirigió su mano hacia el permgamino en blanco que había extendido momentos antes sobre la cama:

Todo es oscuridad. El sol ya no reluce con la misma intensidad y prácticamente todo ha dejado de tener sentido. Antes solía pensar que el mundo se mueve a base de felicidad. Que las personas tenemos un objetivo común, que, aunque nos destrocemos en ocasiones, siempre la brújula de la luz nos retornará a la dirección adecuada. Pero nada de esto tiene sentido ninguno.

Mi nombre es Katherine Starks. Nací en Manchester, me crié en una familia de personas normales con costumbres normales. En esa misma casa que ahora no puedo pisar, mis padres me enseñaron a gatear, caminar , hablar, escribir... jugaron conmigo y me trataron con un cariño nacido puramene del amor. Allí vi nacer a mi hermano pequeño, Jason, y posteriormente a mi otra hermana, Mía. Como hermana mayor, me centré todo lo posible en su bienestar, en cuidarles lo mejor posible y en colaborar con mis padres. Defendí a mi hermano porque su carácter impulsivo lo metía en muchas peleas, y jugué con mi hermana hasta la saciedad. Éramos una familia feliz. Con sus disputas, sus peleas... pero lo que predominaba era la felicidad. Hasta el día en que llegó aquella lechuza.

Creí que Hogwarts me hacía especial. Me convertía en alguien superior a mis demás compañeros del colegio. Me sentía... como que mis padres debían de estar orgullosos de mí. Pero ahora es todo lo contrario. Lo que fue una bendición en un principio, finalmente se ha tornado en todo lo contrario. Aquella carta fue el comienzo de mi infortunio.

No paro de pensar en que si no hubiera sabido de la magia, ahora mismo estaría en el instituto, con mis amigos normales, rodeada de mis seres queridos, posiblemente con otros amigos, pero con mis padres. Con mis padres y mi hermano a mi lado. No en un colegio entrenándome para una inminente guerra que ya no me interesa lo más mínimo. Ahora todo es gris porque este desgraciado mundo ha hecho que mi hermano pequeño, ese niño rubio con una sonrisa eterna, al que he visto crecer y evolucionar, haya asesinado todo lo que yo amaba. ¿Cómo perdonar a alguien que ha causado tanto dolor? Ni siquiera sé si estaba bajo imperius aún o no, pero... ¡Me es tan difícil no sentir esa rabia que cada día me desgarra con más intensidad...!

Los días pasan, y en vez de hacerse todo más ameno, la rabia y el dolor me consumen. Quiero gritar, llorar, huír... volver al pasado y lograr arreglar a tiempo todo lo que ha ido mal. Todo lo que hago, todo lo que pienso... me lleva a ellos. No me hacen falta fotos ni cartas, les llevo en el recuerdo en todo momento. Porque no fui lo suficientemente buena para mantenerles a salvo. Porque, siempre obsesionada con la protección, fallé en la misión más importante.

Por primera vez en mi vida, me siento completamente sola. Estoy rodeada de gente que me apoya, pero dentro de mí... no les siento cerca. Me siento sola, desorientada y fría. Soy una persona que actúa de forma automática. Me levanto por obligación, como por obligación e intento vivir por obligación, porque es lo mínimo que puedo hacer por Mía. Ahora yo soy su única guía, y me necesita. ¿Pero cómo volver a sonreír cuando en el alma sientes tantísimo dolor?

Escribo por no gritar. Escribo para descargar la rabia y sed de venganza que aprisiona mi pecho y que no se desvanece. Soy Katherine Starks, y por más que me duela, desde hace meses mi único deseo es encontrar a quien me ha causado mi mayor dolor, y matarlo.

Paró unos segundos, mientras una lágrima descendía por su mejilla. Apretaba con muchísima fuerza la mandíbula y tenía marcas de uñas en la palma de la mano que no sujetaba la pluma. Tenía la mirada clavada en el papel, pero la imagen que veía era completamente diferente. Sus padres, su mejor amiga... lo de Clarissa tampoco había sido un accidente.

Sin releer si quiera el papel, arrugó el pergamino y empezó a partirlo en mil pedazos, cada vez con más intensidad, mientras las lágrimas no paraban de recorrer su enrojecido rostro. Cuando ya no podía romperlo más, bajó los brazos, sin fuerza y lloró. Lloró como nunca lo había hecho.

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18/12/2014, 22:04
Kate Starks

Había acudido más a regañadientes que a otra cosa. No le apetecía estar con nadie y menos aún con él. Últimamente el único al que soportaba era a Daniel, a pesar de que Vinny pasaba mucho tiempo con ella, al igual que Nicky, ofreciéndole más apoyo que otra cosa. Guardó la nota en su bolsillo, arrugándola en vez de doblándola como en otras ocasiones lo habría hecho.

Se había vestido normal y corriente aquel día . Vaqueros, botas y un jersey adecuado para aquel tiempo. El pelo recogido, como siempre. Y, también, la varita en la mano, preparada para usarla en cualquier momento.

Cuando llegó hasta la zona donde habían quedado, seria e impasible, se lo encontró cara a cara. Había cambiado por completo. Parecía enfermo y desnutrido. Delgado, demacrado, pálido... y sin embargo, Kate no sintió absolutamente nada. Le miraba con dureza y lejos de querer abrazarle, le apetecía golpearle una y otra vez.

Él era uno de los culpables. Uno de los culpables de lo sucedido, porque le negó su compañía, su ayuda y su apoyo. Sabía que ella estaba siendo investigada y no hizo nada para mantenerla a salvo. A ella y a su familia. Los sentimientos que había albergado por Lucas parecían haberse esfumado por completo. El amor había pasado a molestia y posteriormente al odio. Kate le tenía como casi tan culpable como Jason. Porque todos sabían y nadie contó con ella. Porque si él hubiera estado el día de San Valentín ahora mismo sus padres seguirían vivos. Pero todos eran más importantes que la chica o una familia de muggles. Porque Sarah siempre importaba más.

Ni se inmutó ante su comentario, quedando a bastantes metros de él. La amabilidad de siempre ya solo era destinada a unos cuantos privilegiados.

- Ve al grano.

Tenía cosas que hacer. Como ir a la enfermería a esperar que Scott y Matt aparecieran para darles el Veritaserum. Había mil cosas más que Katherine debía hacer antes de partir hacia Bulgaria, su próximo destino.

Y solo estoy aquí para mirarte a la cara y que compruebes que te odio.

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19/12/2014, 12:26
Ryan Jackson

Y ya que la suerte, abate al fuerte...

Ahora se me antojaba extraño tomar un cigarro entre mis dedos. No fue otro, si no el Señor Oswald, padre de Regina, quien me ofreció mi primer cigarrillo. Un gesto simple que desencadenaría en un extraño hábito dentro del mundo mágico. Se me antojaba extraño, mantener una costumbre heredada de alguien que había muerto. Mentiría si dijera que no fue un duro golpe, pues, además de haber sido el padre de mi novia, también era alguien cercano, alguien a quien había considerado un buen amigo. Comenzaba a hacerse demasiado habitual mi presencia en los funerales del mundo mágico, y lo que era peor, normalmente en los asientos frontales de las distintas celebraciones.

Aquel día no fumé un solo cigarro. Cada vez que sacaba un solo cigarrillo de la caja, podía sentir como temblaba mi pulso, y mi mente me transportaba a momentos más felices, más tranquilos, sentado en un despacho frente Oswald. Fumando, hablando. No eran pocas las similitudes. Estaba delante de él, yo estaba sentado, solo uno hablaba. Pero él estaba muerto, y yo miraba ataúd sin mostrar emoción alguna. Nadie fumó aquel día. 

Ir a un entierro estaba convirtiéndose en una actividad obligada todos los meses.

La vuelta a Hogwarts dejó un sabor amargo. Fue la primera vez que viajé en rotundo silencio todas las horas que duró el trayecto. No dejé de mirar por la ventana, buscando en el horizonte alguna explicación, por pequeña que fuera. Aquello solo se vio interrumpido cuando el tren se paró en Hogsmeade. Antes de bajarme, saqué un cuaderno. Sencillo, negro, con páginas y páginas manuscritas de mi puño y letra. Pasé varias de ellas, buscando una lista, y tachando un nombre. Dos páginas más, y taché una línea, repasando con el dedo la siguiente. 

Tras la muerte de la Familia Oswald, no volvió a salir su nombre de mis labios.

Aquel solo fue un corto, pero intenso capitulo de mi vida que había llegado a su final. No tardó en llegar el siguiente. Fue por la mañana. Sentado delante de la msea de Rouvin, esperando una vez más aquella dolorosa pero necesaria rutina que se vio interrumpida por una carta. Una carta que me contaba algo que yo ya sabía, algo que había soñado. Aquella misma noche. Me faltó el aire, mientras las esquinas de la hoja temblaban suavemente ante el vaivén de mi mano, carente de todo pulso o estabilidad.

No hubo gritos, ni lágrimas. Ni golpes, ni odio, ni ira. No hubo nada. Demasiado tranquilo como para recibir la noticia que había recibido. Y existían tres posibles respuestas. La primera era que simplemente me había acostumbrado. Simple y llanamente, esperaba la muerte de mis seres queridos como algo que debía suceder. La segunda explicación, era que había colapsado mental y anímicamente. Ya no era capaz de sentir más dolor por aquellos que habían quedado atrás, por reciente que fueran. La tercera era la más sencilla. Lo había visto morir. Tal y como lo describía aquella carta. Debe decirse que mi expresión jamás cambió. Que siempre permanecí tranquilo, relajado y carente de emoción o sentimiento.

Toda una mentira. Algo dentro de mi había muerto. Algo se había roto, y necesitaba encontrar la luz para volver al camino antes de convertirme en un espíritu en pena, vagando por los páramos en busca de un sentido por el cual seguir adelante. Por suerte, siempre tuve un hombro en el cual apoyarme. Su hombro.

Y una vez más, allí estaba, delante de otro ataúd. Esta vez era mi propio padre el que estaba dentro. El que dormía el plácido sueño de la muerte. No sufras por los muertos, Ryan. Sufre por los vivos. No fue mi madre quien se encargó de los invitados, fui yo, como su primogénito y único hijo quien se encargaría de ello. Todo un ejemplo de entereza y solidez. No hubo un gesto de lamento, de tristeza. Ni público, ni privado.

Fueron pocas los asistentes que consiguieron sorprenderme con su mera presencia. Vinny fue una de ellas, no la esperaba allí. Agradecí que se ahorrara los pésames, que no dijera nada. Un solo abrazo decía mucho más de lo que podría haberme dicho jamás. Tampoco hubo agradecimiento alguno. Solo una mirada, una intensa mirada que se alargó durante segundos antes de afirmar una sola vez con la cabeza, como todo indicativo de que no debía preocuparse por mí.

Un funeral sencillo, como a él le gustaba. Mi madre nunca más volvió a ser la misma. Yo tampoco. Fui yo quien metió el ataúd en el nicho. No me esperé a ver como lo cerraban. Nunca vi su lápida.

No fue el último entierro. Los padres de Kate. Ocupé uno de los lugares más alejados y discretos del entierro, como testigo de una advertencia que no había sido escuchada. Un aviso, por ella, que bien no evitó o no pudo evitar. No, en aquel momento no deseaba que nadie pasara por lo mismo que yo había pasado.

Llegar al punto de tener una lista. No con la gente que había muerto, si no con los que aun seguían vivos. Era una lista mucho más corta.

Y por fin, llegó el último entierro, por ahora. Clarissa. Una realidad objetiva: Odiaba a Clarissa. Pero en aquel momento, el dolor había eclipsado el odio, y ahora mismo, solo sentía la necesidad de rodearme del dolor ajeno para que el mío propio no destacara sobre el resto.

La segunda vuelta a Hogwarts se pareció demasiado a la primera. Esta vez, en cambio, se tacharon cuatro nombres de aquella lista. Nada más. Ahora solo me quedaba mirar hacia adelante, seguir hacia adelante.

...llorad todos conmigo.

 

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19/12/2014, 13:45
Ryan Jackson

Día del Partido. Una distracción necesaria solo tolerable por su futura utilidad directa y temprana. Necesitaba más tiempo para pensar, para trazar aquellos planes que después siempre les ayudaban a marchar un paso y medio por delante, y de los cuales, estaba seguro, que habían ayudado a que más de uno de los presentes siguiera vivo.

Yo había sido capitán de Slytherin durante cuatro años, y que otro ocupara tal puesto no me hizo ninguna gracia. Pero como bien sabía, era un mal menor. Sobre todo por que utilizaría mi segunda arma en la reserva para conseguir nuestros objetivos. Vinny solo había visto problemas en esto, yo había situado mis piezas con las soluciones.

Durante la planificación del partido hice varias veces mención de la calidad del buscador rival, Matthew, y la necesidad del juego duro contra él. Lo mismo ocurrió en el caso de Scott, de quien expliqué más bien poca técnica para enfatizar la necesidad de darle un par de veces para restar su efectividad. Además, hice varios comentarios que no venían al cuento mencionando la necesidad del juego duro contra el equipo enemigo.

No me preocupaba Isabella. Sabía defenderse. Y si Isaac acababa con sus huesos en el suelo, tampoco me pondría a llorar por él. Así que me acerqué al centro del campo, chocando la mano con Vinny y los demás en una clara declaración de intenciones hacia el equipo rival, mientras pasaba la mirada por los jugadores del equipo contrario. Al llegar a Isabella, me la quedé mirando durante unos segundos, más que a cualquier otro jugador, dándole la confirmación.

Como última referencia, de vuelta a nuestro campo dejé escapar un "A por ellos" más alto de lo normal para ser un plan de equipo. Más bien una amenaza velada.

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19/12/2014, 14:48
Ryan Jackson

Cuando Vinny había expuesto los problemas sobre las posiciones y los equipos, no tardé en exponer ciertas soluciones. Trazar un plan formaba parte de mis obligaciones. Un escenario así había previsto, aunque tenía la esperanza de no llegar hasta aquel punto.

Con una extraña calma y paciencia, mezclada de aquella seriedad e inexpresividad, comencé a relatar las modificaciones en pequeño comité. El primero y más importante, la verdadera carga de enviar a Scott y Mathew a la enfermería la llevarían los mayores. Nosotros solo daríamos pie a que vieran que lo normal era el juego duro, y dejaríamos que ellos, más grandes y fuertes cargaran con la responsabilidad de machacarlos. Eso nos permitiría, después, preocuparnos por su estado de forma "desinteresada" ante los violentos "ataques" de los "nuevos y mayores".

Si esto no funcionaba, tendríamos el plan b. Comenzar con una mecánica más agresiva de juego, y esperando que algún aliado también se viera obligado a ir a la enfermería. Como as en la manga, aunque no lo dijera, tenía a Isabella quien tenía la orden de derribarme de la escoba si nadie resultaba herido en nuestro bando.

El plan c era el que más me apetecía, aunque sabía que sería el menos aceptado. Calentar los ánimos y acabar en una pelea pública donde el centro de los ataques serían Matt y Scott, obligándonos después a disculparnos con ellos.

Esperaba que alguna de aquellas alternativas funcionara, si no, tendríamos que hacer planificación sobre la marcha.

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19/12/2014, 15:27
Ryan Jackson

Isabella.

Muchos se preguntaban como dos personas que se parecían tanto no habían comenzado a salir antes. La razones solían escapar del entendimiento común y era necesaria una explicación. Después de todo había descubierto que debía construir mi relación de pareja sobre otra de amistad. Sobre la amistad de mi mejor amiga. Pero aquel paso, aquel cambio no llegó hasta el día de San Valentín, cuando la recogí en su casa. Aquel día cambió algo entre los dos. Un pequeño paso que lo cambiaría todo, y nunca, jamás, volvería atrás.

Ahora mismo, cambiar aquello me resultaba impensable.

Había estado conmigo, todos y cada uno de los días. No se separó de mi, siempre como una fiel y silenciosa acompañante. Alguien que sabía respetar el silencio, alguien que podía entender mis movimientos, mis miradas, mis gestos por pequeños que fueran. Alguien como yo. Alguien que, a su vez, podía entender cada uno de sus gestos, por leves que fueran.

Tras el día de la Torre de Astronomía, le conté todo lo que había puesto en común con los demás. Ella sabía de mi colaboración con ellos, de aquel grupo. Para mi, ella también estaba dentro, a pesar de las desconfianzas de los demás. Yo si confiaba en ella. Y daba la cara por ella siempre.

Y después de lo sucedido con Oswald -el inicio de aquella serie de desgracias que pasarían por la muerte de mi padre, o los múltiples asesinatos- había quedado más unido a ella, llegando al punto de plantearme si deberíamos ocupar o no la misma habitación. Idea que aún conservaba para mi, meditando si debía o no debía soltar y hacer de su conocimiento.

Aquel día solo fue un día más. Juntos, pero sin muestras de cariño pública. Quizás un roce, una mirada -mirada que para terceros podía ser difícil diferenciar entre una mirada de desafío, o una de cariño- un gesto. Poco más. Ambos éramos de pocas muestras de cariño, aun menos público. Y lo peor es que a aquellas alturas, había quien podía dudar de nuestra relación sentimental.

Le puse al día de todo el plan. Quien era el objetivo, como íbamos a proceder. Aquel día daríamos un paso hacia adelante en nuestra investigación.

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19/12/2014, 15:58
Liam Nathiel

Dos meses.

Ya habian pasado dos meses desde aquel último día en el que nuestra vida habia vuelto a encauzarse, en los que, una vez más, las cosas habian vuelto a cambiar por completo.

Dos meses, y muchos nuevos nombres engordando una lista que, por desgracia, no habia parado de crecer. Dos meses en los que, inevitablemente, había vuelto a ver, una vez más, cómo la gente moría a mi alrededor, sabiendo que iba a suceder, sin poder hacer nada por evitarlo.

Los primeros habian sido los Oswald. Habia conocido a Regina, y todos sabiamos quien era su padre, y quien era su madre. Ella habia sido la primera, la que habia anunciado el principio del fin para todos ellos. Ya habia sucedido en otro lugar, en otro tiempo. Y ahora, sucedia delante de nuestras narices, sin que pudieramos hacer nada. Sin que llegaramos a tiempo.

Habia acudido a aquel funeral, a pesar de no tener relacion con ellos. No lo habia hecho por mi. Lo habia hecho por él, por Ryan. Sabia que no diría nada, sabia que aparentaria que todo seguia como siempre, que aquello no le afectaba. Sin embargo, aquel perpetuo cigarro sin encender en su mano, aquella ausencia de humo por parte de todos aquel dia, dejaba claro que a todos aquello nos habia afectado mas de lo que querriamos reconocer.

No hubo lamentos aquel dia. No hubo lagrimas. Solo hubo silencio. Igual que el día en el que, nada más levantarme, amaneci con la noticia de que el padre de Ryan se habia suicidado.

Aquello fue un duro golpe para todos. Emmerick siempre habia sido paradigma de la fortaleza. Una persona muy similar a su hijo, un hombre a quien nunca le habia temblado el pulso. Quizas por eso, saber que nadie habia acabado con el, que se habia suicidado, así, sin más, fue mucho más impactante.

Tambien en aquella ocasion estuve alli, ocupando aquel mismo lugar, junto a mi amigo. Un lugar que, en los ultimos meses, no habia dejado de repetirse y al que, por desgracia, me estaba comenzando a acostumbrar. Una vez mas, el silencio, aquel pesado silencio que me asfixiaba, que tanto me angustiaba, se habia apoderado de nosotros, de aquel ambiente. No hubo palabras de consuelo. Tan solo un profundo dolor y un simple abrazo en el que bastaron las palabras.

Vinny tambien habia estado alli, junto a nosotros, compartiendo aquel dolor, aquella irremediable culpabilidad por lo sucedido que, al menos yo, no dejaba de sentir.

Nos habiamos separado de nuevo, con la esperanza de vernos pronto, de seguir adelante.Y, entonces, por desgracia, volvimos a reunirnos frente a un ataud. Dos más bien, en aquella ocasion: los de los padres de Kate.

Cambiaron los protagonistas aquella vez, pero no mi lugar, esta vez junto a ella, a su lado. Sabes que habia sido Jason quien los habia matado fue un duro golpe para todos, en especial para Kate. Un nuevo abrazo, envuelto por aquel silencio, puso punto y final a aquel funeral, en el que procure no dejarla sola ni un instante. Hacia meses que ya no habia nada entre nosotros, pero sentia que no podia abandonarla en un momento asi. Era su amigo despues de todo y aquel era mi lugar, aquel era el lugar que estaba destinado a ocupar.

Y entonces una vez más sucedio. Una ultima vez, en la que el numero de ataudes crecio. En aquella ocasion fue Clarissa, no solo un duro golpe para Kate, sino tambien para Ari, por desgracia. Parecia que aquel lugar estaba reservado para mi, y aquella tarde, mientras pasaba la mano por el hombro de Ari, en un gesto reconfortante, me pregunté cuando me tocaría a mi. Cuando sería yo quien estuviera en el lugar de ellos, o dentro de aquella caja.

Y, mientras dejaba un fugaz beso en aquella melena pelirroja, miré a mi alrededor, y me di cuenta de que, después de todo, algo sí habia cambiado. Alli estabamos todos: Ryan, Vinny, Ari, Kate, Lucas, Sarah... incluso Isabella. Y eso, solo significaba una cosa: que, al menos, habiamos conseguido seguir adelante. Que, despues de todo, habiamos conseguido ser solo uno. Y eso me dio lo unico que habia estado a punto de perder: esperanza.

La esperanza de saber que, algun dia, acabariamos con todo aquello.

 

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19/12/2014, 16:34
Liam Nathiel

No hacia mucho que habiamos vuelto a Hogwarts, despues de aquel ultimo funeral. Y, por fin, el dia del partido habia llegado.

Llevaba mucho tiempo dandole vueltas a aquel momento en mi cabeza. Un partido, algo nimio, sin importancia, pero capaz, al fin y al cabo, de alejar nuestras mentes de tanto dolor y de tanta muerte.

Hacia mucho que no me ponia aquel equipo de Quidditch y, en cierto modo, lo echaba de menos. Me habia jodido que me hubieran quitado el puesto de capitan que durante tanto tiempo habia ocupado, aunque la posibilidad de poder evadirme y concentrarme solo en aquella pequeña bolita dorada era todo lo que necesitaba para quitarle importancia a aquel hecho.

Escuche aquella planificacion, puntualizando un par de cosas y confirmando alguna que otra posicion y, cuando todo estuvo preparado, cogi mi escoba, respondiendo a aquel "A por ellos", con uno mas o menos del mismo tipo. Un grito de guerra que parecia significar mucho mas que una mera frase cargada de motivacion.

Y sali al terreno de juego, con un objetivo fijo. Uno que ya habia tomado forma en mi mente.