Partida Rol por web

El camino era un pequeño camino en zig-zag, difícil de encontrar si no sabías ir. Estaba claro que si no conocías el lugar, era imposible encontrarlo y más aún de noche. Desde luego que la lechuza os guiase hasta allí fue todo un milagro. Lechuza que por cierto se había esfumado por completo y que nadie echó de menos en aquel extraño amanecer.

La ventaja de salir tan pronto, es que aún se moverían con el frescor de la noche interfiriendo en el calor del sol y los caballos no llegarían demasiado cansados a su destino. El problema para ellos vendría después, moverse desde el poblado hacia donde le llevasen las huellas de donde fuese llevada aquella mujer, si es que llegaban a superar a aquel primer obstáculo.

Jesse y Kane seguín dormidos, cuando por fin divisásteis el poblado a lo lejos. O al menos sus tipis y las dos altas rocas que había indicado Kane, además de un montón de buitres sobrevolando el lugar en círculos. Desde luego estaban llegando al lugar correcto.

*Glup*

El sonido de Marvin al tragar fue perfectamente audible. No le gustaban los buitres dando vueltas en círculos por allí. Sabía qué significaban. El ambiente estaba fresco aún, pero Marvin sudaba.

— Bueno, esto... Yo... yo esperaré allí abajo, al pie de las rocas, supongo... Y cuando estéis preparados, entonces salgo yo... ¿no? — estaba nervioso, maldita sea. Acababa de decir una obviedad, pero necesitaba charlar para relajarse un poco.

Miró a sus compañeros despiertos en la diligencia. Estaba asustado y arrepentido, pero había dado su palabra y tenía que hacerlo.

- Sí, avanzaremos hasta allí y despertaremos a Kane a ver que dice. - Respondió Noah. Él tampoco tenía muy claro el plan, pero los buitres solo decían una cosa: muerte.

Así que siguió avanzando sin perder detalle. Ya sabía que estaban en zona conflictiva y prefería estar alerta y verlos llegar antes que les pillasen por sorpresa. Conducir una diligencia, ver que los caballos no pisasen por mal terreno y estar pendiente del enemigo no era tarea fácil, pero el hombre lo intentó.

No tardó mucho en llegar a las rocas que había dicho Kane y tal y como dijo eran lisas y altas. Tan altas que necesitarían la diligencia para subir o unas escaleras. Se aseguró que todo estuviese bien, puso el freno a la diligencia y cogió su rifle, bajándose para avisar de que habían llegado.

Abrío la puerta sin llamar y subió a la diligencia. - Curtis, Jesse... - Llamó a ambos para despertarlos y miró a Emma. - Ya hemos llegado. - Dicho esto, se volcó en despertar a Jesse, dejándole a Emma a Kane. - Jess, vamos, arriba... si estás bien vamos a necesitar tus habilidades... y yo ese cinturón que me prometiste. - Susurró mientras la despertaba.

Jesse despertó algo ojerosa y cansada y sonrió a Noah nada más verle. - ¿Sabes? Creí que lo de que te habías afeitado y lo del río había sido un sueño, pero ya veo que no. - Dijo ruborizándose al recordar la anatomía del hombre desnudo.

Visiblemente cansada se sentó y se estiró un poco. - ¿Ya hemos llegado? ¿Está todo tranquilo? - Preguntó entendiendo que sí al tener a Noah allí con ellos en calma y no escucharse disparos.

Cuando el hombre mencionó el cinturón y el arma extra, Jesse le sonrió. En el hueco que había detrás de su asiento estaba guardado todo. Lo sacó y le dio el arma, con el cinturón con 6 balas extra.

- Toma. Por muchas pistolas que lleve, lo mío son los rifles. Y mejor que eso mi carabina. - Miró a Kane, a fin de cuentas fue un regalo suyo.

Entonces puso los pies en el suelo. - Ayúdame a bajar, ¿quieres? Pero podré hacerlo yo... necesito estirar las piernas y recuperar mi carabina. - Al salir de la diligencia se puso el sombrero y se estiró de nuevo. Miró a Marvin y le saludó con la cabeza.

- ¿Estas son las rocas? Si me ayudas, Noah, me quedaré ya subida en una de ellas con mi carabina. Así tendréis un problema menos en el que pensar. - Le dijo al hombre y comenzó a trepar para subir a lo alto de la diligencia.

Me costó despertar y me estiré antes de retirarme el sombrero de la cara. A penas había dormido y debía tener un aspecto espantoso, con unas ojeras enormes y los ojos hinchados por el sueño. Pero al abrirlos vi el rostro más hermoso que podía tener aquel momento ante mí. Sonreí a Emma y la besé con dulzura. - ¿Eres un sueño o real? - Le pregunté en un susurro y con una sonrisa antes de incorporarme un poco.

- ¿Ya hemos llegado? - Pregunté mientras trataba de terminar de despertarme. En ese momento vi que Jesse iba ya lanzada al exterior y entendí que sí. Luego miré a Emma. - Dime que guardastéis en una cantimplora un poco de ese café de esta mañana... lo voy a necesitar para este rato... - Mi voz era suplicante y, aunque ella no la escuchase, lo detectaría en mi mirada o el gesto de mi cara.

Tras su respuesta, la abracé y besé su frente. - Vamos, quiero ver como está la situación. - Dije a Emma y salí de la diligencia, para luego tender mi mano y ayudarla a descender a ella. No lo necesitaba, pero yo si quería sentir el contacto de su mano con la mía. Al salir fuera vi como Jesse trepaba con ayuda de Noah a lo alto de la diligencia y me uní a la escalada. - Jesse, con calma, aún tienes que recuperar fuerzas. - Le dije a la chica mientras subía con ellos.

Solo que yo me detuve en mi baúl y saqué de él un viejo catalejo. Luego ayudé a Noah a que Jesse alcanzase la roca y se subiese en ella. El ancho daba incluso para estar tumbada casi en su totalidad si quería y en su caso era lo mejor. Se cansaría menos. De una zancada pasé a la roca y saqué el catalejo para mirar como estaba todo nuestro entorno.

La lente estaba sucia y veía todo bastante borroso, así que tuve que limpiarlo antes de poder usarlo de nuevo, puesto que veía más sin él que usándolo. Aunque los buitres marcaban con claridad la presencia de cadáveres, los que yo buscaba eran andantes y aquellas aves no parecían moverse del sitio.

A pesar de los baches del camino, debí dormirme en algún momento, porque cuando volví a abrir los ojos y mirar, nos habíamos detenido y pude ver un poblado a lo lejos... además de la prueba de la muerte sobrevolando sobre él.

Noah se acercó a despertarnos. Jesse y Kane habían aprovechado también el tiempo y poco a poco, fueron volviendo en sí y uniéndose a nosotros. Me hubiera gustado oír la voz de Kane, pero en lugar de eso, disfruté de su mirada y su beso, y le entregué la cantimplora... para volcarla completamente vacía y haciendo un gesto de lástima, que compensé con otro beso, más húmedo y posesivo que nunca.

Después, agarré el rifle, salí de la diligencia y miré a lo lejos, intentando divisar algo más, mientras a mi lado, Kane hacía lo mismo con un catalejo.

Sin duda, ambos buscábamos lo mismo, la presencia de seres moviéndose, a quienes tuviésemos que rematar y que pudieran ser un peligro para todos. Mientras lo hacíamos, Jesse bajó de la diligencia, bastante recuperada y con su carabina a cuestas, demostrando que podíamos contar con ella. Entre ella y yo disparando desde lejos, podríamos cubrir a los demás cuando bajasen al poblado.

Miré a Jesse y señalé a mi rifle y a las rocas. Nuestros hombres estarían seguros con nosotras. Incluso protegería a Marvin, aunque solo fuera porque lo veía como una pequeña mascota a quien no deseaba que le hiciesen daño.

Noah y Kane no es que viesen demasiado. Ni uno desde el suelo ni otro con el catalejo, aunque Kane si pudo ver que el poblado estaba tranquilo. Quizás ahora que tenía el catalejo limpio pudiese ver algo más. Jesse se había acomodado sobre la roca y a un lado tenía a Kane y a otro a Noah. No podría sentirse más segura. Aunque aún tenían que coger los rifles, pero lo primero era localizar donde estaba el enemigo.

Mientras, Marvin esperaba sobre su montura a que le diesen la señal y la dirección hacia donde ir, algo que no parecía estar claro. Puede que si los demás se unían a la búsqueda, los encontrasen antes...

Marvin miraba a Kane usar el catalejo, y juraría que lo estaba cogiendo al revés. ¿Sabría mirar a través de uno de esos? Era posible incluso que el cacharro ese estuviera cegado con tierra o el culo gordo de un bicho que hubiera decidido hacer ahí su casa. Como fuere, a Marvin le daba la sensación de que no veía un pimiento.

— ¿Y bien? ¿Cómo está ahí abajo la cosa, señor Kane? Mire bien... No me gustaría encontrarme alguna sorpresa con eso lleno de esos muertos hijoputas. — miró al poblado. Se veía tranquilo, pero... — Supongo que puedo bajar un poco a echar un vistazo, por si se mueve algo... —dijo con desgana. Cada vez le gustaba menos aquello.

Miré a Emma, que observaba desde abajo. Le hice señas para que me mirase en lo alto de la roca. - Sube aquí, cariño. Verás mejor y no nos darán alcance. - Le dije con una sonrisa. Quizás durante la explicación de la noche no se dio cuenta de cual era el plan. Culpa mía sin duda, por no mirarla a ella cuando hablaba en varias de las ocasiones. Vi el gesto que le hizo a Jesse y creí que me respondía a mí. - Eso es. Dispararemos desde aquí arriba. Marvin los atraerá con su caballo.

Luego miré a Noah. Él se había ofrecido, pero se perdió el cambio de planes cuando se fue con Jesse a mirar las estrellas.

- Déjeme limpiar esto... y ahora le digo. - Respondí a Marvin, jodido por no tener café y estar cargado de sueño. Esperaba que aquellos capullos no hubiesen jodido una de las lentes del catalejo. Lo había ganado en una partida de póker y se decía que había sido de un importante pirata llamado Barbanegra... pero a saber quien había sido ese tipo. Lo importante era que había sido de un pirata y punto. - ¿Que clase de nombre es Barbanegra para alguien que debe sembrar el terror de los mares? Si hasta Noah podría ser apodado así con esa barba... - Le miré. - Que tenía, claro.

- Veamos que tal ahora. - Susurré para mí y volví a mirar. - Esto ya es otra cosa... - Dije al ver con tanta claridad con aquel cacharro. - No, Marvin, espere... veamos que están vigilando los buitres primero y que más veo. - Le indiqué al hombre. No quería que se lanzase a la aventura. Además, solo estábamos con los revólveres. Esos no tenían un buen alcance, necesitábamos los rifles.

Seguí oteando el horizonte, buscando a los caminantes muertos y al menos poder indicarle a Marvin hacia donde ir y además hacia que lado debíamos estar pendientes los demás.

Noah se dio por vencido al ver a Curtis con el catalejo y centró toda su atención en Jesse. - ¿Estás cómoda así? ¿Quieres que te traiga una manta y la colocamos entre la roca y tu? Creo que estarás más cómoda de esa manera. - Y es que las paredes estaban más o menos lisas, pero la superficie no tanto. - De paso traeré tu carabina y mi rifle. - Miró a Kane. - Creo que debimos coger el rifle de Dan... ahora nos hubiese venido bien. - Dijo al darse cuenta de que no habían rifles para todos y que las pistolas... bueno, quizás Kane fuese mejor con el revólver que con un rifle.

Ya había dejado clara su habilidad con Emma, la indomable.

De una zancada regresó a la diligencia y le tendió la mano a la chica de Curtis para ayudarla a subir a las rocas. Luego, sin esperar a que Jesse respondiese, bajó en busca de la manta, la carabina y el rifle, para regresar tan rápido como pudo a lo alto de las rocas. - ¿Ves? - Dijo algo jadeante. - No he tardado nada. - Sonrió a Jesse y colocó la manta en el suelo, para que la joven estuviese más cómoda allí arriba.

Noah se quedó entonces embobado mirándola, con la carabina y el rifle en sus manos, ajeno a las conversaciones que habían en aquel momento a su alrededor e incluso ajeno a los demás. En ese momento, solo estaba Jesse para él.

Ves que los buitres andan pendientes de los caballos muertos, pero que cuatro o cinco zombis se mueven por la zona, por eso no bajan. Uno de ellos parece estar enganchado en la valla. Al seguir mirando ves que el resto andan desperdigados, como si hubiesen perseguido a alguien hacia el camino. Con los tipis de por medio no llegas a contarlos todos, pueden ser o bien 15 o más... incluso menos. Pero allí está todo el grueso.

A Jesse no le dio tiempo a responder a Noah. Si bien era cierto que estaba incómoda clavándose la roca en las costillas, podía sentarse hasta que empezase la acción y luego tumbarse. Pero vio la preocupación y las ganas de Noah que no dijo nada.

Le observó mientras bajaba de allí y miró a Kane. - ¿Qué te parece Noah? - Le preguntó cuando consideró que estaba lo suficientemente lejos. - ¿Te cae bien? ¿Crees que es de fiar? ¿Qué es bueno para mí? - Preguntó con nerviosismo.

- Es... especial para mí... pero mi corazón... - Se lamentó. Estaba claro que si pudiese borrar a Will de él lo haría al instante para meter a Noah. - ¿Cuánto se tarda en olvidar a alguien? Tú tienes que saberlo... ahora estás con Emma.

- Te veo como la miras, como la tocas... ¿Has olvidado ha Nasha? ¿Has dejado de quererla? - Preguntó Jesse con curiosidad a quien para ella era su hermano mayor. - Se que no es el mejor momento para esto pero...

Miró al horizonte y suspiró.- No voy a preguntártelo con él delante y menos aún en medio de los disparos. - Rió casi divertida con aquello. - Vamos Curt. Alguna opinión tienes que tener sobre él... buena o mala. Quiero saberla.

Cuando Noah regresó, se hizo la despistada y vio como el hombre colocaba la manta a su lado. Jesse le sonrió y se colocó en ella. - Gracias, eres un sol. - Le dijo con sinceridad y vio como el hombre se le quedaba mirando mientras espera que este le entregase su carabina.

- Noah... ¿Noah? ¿Me oyes? - Tiró levemente de la pernera del pantalón. - Mi carabina... - Le dijo cuando este pareció reaccionar y le sonrió con dulzura. - Me gusta cuando me miras así... - Y es que la atracción era mutua al igual que el entendimiento.

Ahora solo quedaba expulsar al mal de su corazón y meter a Noah en él.

Marvin carraspeó desde su montura, impaciente.

— Ejem. Perdón. No quisiera interrumpir este momento tan bonito, pero la verdad es que me quedaría más tranquilo si nos centráramos en lo que estamos. Voy a bajar ahí abajo confiando en que vais a estar atentos disparando a esos mierdas. Y ahora mismo estoy bastante acojonado... Me entendéis, ¿verdad?

Miró a Kane mirando con su catalejo. Se preguntó si ahora sí que estaba viendo algo. No lo sabía, porque ponía la misma cara.

— ¿Ve algo, señor Kane?

Miraba con el trasto aquel, viendo lo que los indios habían hecho a sus propias monturas. Todas estaban muertas y por eso los buitres sobrevolaban la zona, sin atreverse a bajar porque habían algunos muertos caminando por allí. En ese momento Jesse comenzó a preguntarme cosas que en aquel momento no venían a cuento. Dejé de mirar por el catalejo y miré a mi pequeña a los ojos. Tenía dudas, miedos y necesitaba respuestas ya.

Fui a responder cuando Marvin se metió en aquello. - Creo que esta charla no va con usted y cuanto antes la acabemos, antes estaremos a lo que debemos. - Miré buscando a Noah antes de responder a Jesse. Si ella había esperado aquel momento a estar los dos "a solas" pues había quedado claro que no lo estábamos y su mirada me suplicaba así una respuesta, debía dársela para dejarla tranquila.

- Claro que me gusta Noah. Me parece un buen hombre. Aunque casi cambio de opinión cuando me contaste lo que hizo cuando te bañaste en el río. Pero os vi anoche y esta mañana... estuve pendiente de vosotros todo lo que pude. Te quiere y te respeta y eso es lo más importante. Ha demostrado que confía en ti y quiere ganarse tu confianza y tu corazón. Y lo que más me gusta de él, es que no viene a buscar mi amistad para que interfiera por él cuando llegue el momento, sino que es él mismo... No se oculta tras una barba ni una sonrisa. Pero eres tú quien debe tener cuidado con él, estás jugando demasiado... y acabarás haciéndole daño sin querer.

En ese momento vi que Noah volvía y me giré hacia Marvin después de guiñarle un ojo a mi pequeña volviendo a usar el catalejo para disimular un poco. - La mayoría están al otro lado del campamento, yendo hacia el río... Por como dejaron a sus caballos y los pocos que quedaron atrapados en ese recinto, creo que alguien llegó y los atrajo... huyó hacia el camino y la mayoría logró seguirle unos metros. Pero no sabría decir cuantos son... andan dispersos y los tipis no me dejan ver con claridad. Es hacia allí hacia donde debes dirigirte.

» Cuando veas que estás lo suficientemente cerca como para que te oígan y no te alcancen, haz ruído, dispara a alguno o al aire y regresa... no hace falta que corras demasiado, solo vigila que no te alcancen y nosotros haremos el resto... En cuanto estén a tiro comenzaremos a disparar. Recuerda no venir directo hacia las rocas o te pondrás en la línea de fuego, sino que tendrás que separarte un poco, como si fueses a esquivarlas.

No me pasó desapercibido como colocó Noah la manta para Jesse y como la miraba. Sonreí divertido. - En cuanto despierte Noah y Emma esté aquí arriba, podrá partir. Pero antes, mejor que Jesse tenga su carabina en sus manos. Es increíble la puntería y el alcance que tiene con aquella arma...

Noah sacudió la cabeza después de sentir el tirón en la pierna y se puso colorado al darse cuenta de que se había quedado embobado mirando a Jesse. - Toma, tu carabina.- Logró a decir tendiéndo a Jess el rifle, para luego corregir y pasar a la chica la carabina. - ¿Estás cómoda? - Preguntó sentándose a su lado para luego escuchar las indicaciones de Kane.

Le había pillado de improvisto el cambio de cebo, pero no iba a decir absolutamente nada al respecto. Si quería ir Marvin, él se aseguraría de que ningún cabrón le diese caza alguna. Oteó el horizonte en busca de lo que decía Curtis que había visto. Pero a simple vista no veía nada, salvo que esta ves si distinguió los bultos que debían ser los caballos muertos.

Pero aquello ya daba igual. Sabía por donde vendrían y en cuanto estuviesen a tiro, empezaría la fiesta. Comprobó su rifle y se sentó junto a Jesse, a la espera de que Marvin cabalgase y los atrajese hacia ellos. En ese momento se sintió como si estuviese en una especie de competición o algo así y quería impresionar a Jesse con el uso del rifle. El problema era que la carabina llegaba mucho más lejos, aunque claro... también tenía menos munición.

- ¡Vamos Marvin! ¡Que no se diga! - Animó el hombre al apestoso Rata, que por mucho baño que se dio seguía oliendo mal a causa de su ropa. - ¡Después de esto, quizás puedas darte un nuevo baño en el río y lavar tu ropa, que te lo has ganado!

Bueno, aquello estaba mejor. Al fin Kane había conseguido ver algo y tenía detalles precisos. No iba a ir hasta que estuviera seguro de saber qué se iba a encontrar. Se ajustó el sombrero y miró hacia los tipis lejanos, asintiendo.

— De acuerdo, acercarme a los tipis, pegarle un tiro a alguno y volver para que me sigan... Pero hacia estas piedras no, si no más allá. Entendido. Sí, no me apetece demasiado que me agujereéis el culo... — lanzó una breve mirada a Emma. Esperó que no se le fuera la olla y le pegara un tiro a él.. Que vete tu a saber lo que podía pasar por la cabeza de una mujer como aquella con un rifle de ese calibre en las manos.

Marvin suspiró sonoramente. Miró al resto de compañeros. Se miró las manos. Le temblaban ligeramente. Apretó los puños esperando que no se le notara. Se caló bien el sombrero y agarró las riendas.

Joder... estoy como una cabra.

— ¡Maldita sea, Noah! ¡Hacía mucho que no me bañaba, pero si salgo de esta, te juro que me volveré a meter en el agua y lavaré mi ropa! ¡Hasta te dejaré que frotes mis calzones, si quieres! ¡Ja ja ja!

Estaba realmente acojonado. Pensó que tal vez la broma le haría sentirse mejor, pero no funcionó en absoluto. Aún así, siguió riéndose un poco más mientras espoleaba a Ojomuerto y emprendía el camino hacia esos tipis donde pululaban a saber cuantos muertos vivientes hijos de mil putas. Conforme iba acercando, soltó una de las manos de las riendas y desenfundó el revólver derecho. Estaría bien preparado por si se encontraba pronto uno de esos mierdas. Y por si acaso veía uno de lejos, llevaba el Winchester atado a las alforjas de un lado, que con un pequeño giro de cintura podría agarrarlo y liberarlo de las correas. Y en las alforjas del otro lado, la pala, por si habían problemas realmente serios. Cualquier precaución era poca en una situación como esa. Situación en la que él solito se había metido, le recordó una vocecilla.

Kane me hizo señas para que subiese a la roca y así lo hice. Sabía que desde allí tendríamos que proteger a los demás y que dependería de Jesse y de mí conseguir que tanto él como Marvin y Noah, volvieran sanos y salvos. Quizás no hubiese peligro, pero lo dudaba. Aquella tierra era un constante desafío para la vida, fuera quien fuese.

Las miradas y conversaciones que se tejían a mi alrededor, no me dejaban demasiadas dudas sobre Jesse y Kane, que analizaban el nuevo rumbo que habían tomado sus vidas. Me volví, proporcionándoles privacidad para que hablasen de ello con libertad. No necesitaba leer los labios para reconocer los signos que veía en Jesse, sus dudas y también sus sueños... y temores.

Por el contrario, Noah se había convertido en un auténtico paladín y estaba segura de que defendería y haría cuanto fuera por Jesse, pero la traición que veía a su alrededor, si Will hacía su aparición, me hacía temer por él. Quizás tuviera que luchar por ella, o quizás pensara que no debía luchar si Jesse era honesta con lo que sentía. No sabía lo que sucedería, pero estaba intranquila respecto a su futuro.

El mío, en cambio, para mí estaba claro como un cielo despejado. O bien sobrevivía y lograba encontrar un pequeño lugar apartado de la vida para Kane y para mí, o de lo contrario, todo volvería a ser como antes, para cualquiera de los dos. Estaba segura de que la desesperanza había colmado su corazón, pero también el mío, así que si uno sobrevivía y el otro no, apenas podía pensar en algo que no fuese la muerte, aunque fuese en vida.

Pero no era el momento de nada de todo aquello. Me aseguré de que mi rifle estuviese cargado, y me preparé para hacer mi parte del trabajo.

Con los cuatro subidos en lo alto de las rocas y sus armas listas, bajo la atenta mirada de Kane con su catalejo, Marvin, el valeroso y oloroso vaquero salió al encuentro de su destino. Curtis no le dijo cuantos de aquellos caminantes había divisado, pero sabía que habían unos cuantos.

Ojotuerto por su parte no sabía hacia donde iba y estaba tan acostumbrado a los malos olores que no iba a afectarle demasiado el olor de aquellos cuerpos ni su aspecto. Aquel animal estaba tan acostumbrado a su amo, que para él Marvin era el ojo que le faltaba y obedecía a cada gesto que su jinete realizaba sobre la montura. Algo que aquel hombre iba a necesitar.

Mientras tanto, los demás comenzaron a perder de vista a Marvin, salvo Kane, que le seguía con el catalejo para avisar a los demás de su retorno y de que estuviesen listos.

No tardaste mucho en divisar lo que acechaban los buitres desde el cielo. A tu lado derecho, habia una montonera de cuerpos de caballo a medio comer y putrefactos, encerrados todos en su corral de madera, donde cuatro caminantes seguían alimentándose de ellos y un quinto se había quedado enganchado en aquellas maderas, como si en algún momento quisiera haber intentado salir a por algo. Te oyó pasar y lanzó una especie de gruñido que te puso los pelos de punta.

Pero seguiste las indicaciones de Kane y pasados los tipis los viste... caminaban sin sentido. Se movían seguidos por a saber que. Eran como un grupo de vacas descarriadas y tu el vaquero que debía reunirlos y guiarlos al matadero.

En ese momento te acordaste de Santana. Presumía de ser muy bueno guiando al ganado y te hubiese venido muy bien su ayuda en aquel momento. Pero la situación no era tan compleja: acercarte, disparar y ver que te siguiesen todos... y todos eran unos diez. Así que debías ganarte su amistad y hacer que te siguiesen como perritos.

— Bendito sea Dios... — musitó Marvin cuando vio la pila de caballos muertos y los indios alimentándose de ellos.

Luego vio al resto y se le heló la sangre. El estúpido mejicano, qué bien le vendría que estuviera allí con él en ese momento para echarle una mano con esos muertos. Marvin hacía muchos años que no guiaba ganado, pero esperaba recordar algo aún. Miró durante un momento a los muertos pululantes. No se diferenciaban tanto de las vacas, a decir verdad. Salvo por el hecho de que estaban muertos. Vagaban dando tumbos de aquí para allá, pastando en los caballos muertos...

El pistolero pensó qué hacer. Estaban algo lejos. Podría arriesgarse un poco y acercarse mucho más para intentar disparar y darle a alguno de ellos y asegurarse de que le daba... Pero, ¿para qué arriesgar el pellejo más aún de lo que ya estaba haciendo? Sobre las rocas estaba esperando la artillería. 

Se acercó lo justo al trote y se puso a vociferar en dirección a los muertos.

— ¡Ih...! — le salió un gallo del puro miedo que tenía. Carraspeó y volvió a intentarlo —¡EH, VOSOTROS! — vociferó, esta vez algo más envalentonado por el potente sonido de su voz — ¡SACOS DE MIERDA CON PATAS! ¡ME CAGO EN VUESTRAS JODIDAS MUELAS! ¿¡QUERÉIS COMIDA!? ¡VENID A HINCARME EL DIENTE, YO OS DARÉ COMIDA, CABRONES HIJOS DE PERRA!

Cuando terminó de gritar, levantó el revólver sin detener el caballo, apuntó hacia el más cercano (el cual estaba jodidamente lejos para atinarle bien con su Colt) y apretó el gatillo. Era Marvin 'Rata', y maldito fuera si iba a desperdiciar una bala así como así. Para disparar al cielo, intentaría darle a uno de esos cabronazos.

Sin mirar si le había dado o no, hizo girar a Ojomuerto tirando de las riendas y trazando un semicírculo dando media vuelta. Empezó a alejarse al trote sin perder de vista a los muertos mirando por encima de su hombro, esperando que todos le siguieran. De lo contrario se tendría que acercar más aún... y no le hacía ni maldita gracia hacer eso.