Partida Rol por web

FECHA: 4 DE ABADAR DE 4715 RA, DÍA DEL SOL.

HORA: AVANZADA LA TARDE.

LUGAR: TABERNA LA FUNDICIÓN.

CLIMA (EN EL EXTERIOR): INVERNAL. CIELO LIGERAMENTE NUBLADO.

Emil se acercó hasta la joven Val y le sonrió con cierto cansancio.

- Aun no hemos podido localizarlo. Pero sabemos que estaba vivo cuando atravesó las puertas, y sabemos, también, por qué corredor entró a los subterráneos. Hemos logrado conseguir una cabeza de playa y, además, unos aliados mediante los que probablemente mantengamos seguro el lugar de entrada, de forma que no tengamos que combatir tanto cuando volvamos a entrar. También tenemos claro quien puede estar detrás de los problemas de Antorcha. Mañana, cuando nos repongamos un poco de las heridas de estos primeros combates y de las secuelas que varios hemos sufrido, volveremos a primera hora a las cuevas. Seguiremos buscando hasta que lo podamos encontrar, Val. Pero, como bien ha indicado Equilibrium, no estábamos en condiciones de seguir hoy, y de haberlo hecho, no habríamos podido volver con tu padre.

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- Urrg, este maldito dolor de cabeza me está machacando. Y aun así la muchacha parece que esté peor que yo. Me encantaría ver como "Miss Empatía" se trabaja ahora una buena excusa. Pero no, que va. Pringarás tú Callaghan. - pensé para mis adentros al ver el aspecto de Val.

Suspiré profundamente y me acerqué a la muchacha.

- Hola Val, ven conmigo por favor. Perdóname muchacha, pero necesito sentarme. - dije haciéndole un gesto a Equilibrium como dándole a entender que me iba a encargar de capear el temporal que azotaba a la muchacha.

Cogí una silla escuché a Emil y me senté enfrente de la muchacha ofreciéndole otra si la quería.

- Te voy a ser muy sincero Val. Porque es como me gustaría que fuesen conmigo en una situación así. - le dije mirándola fijamente a los ojos. - No hemos encontrado a tu padre. - le dije a la vez que usaba un gesto tranquilizante sin llegar a tocarla. - Tranquila, por favor. Mis compañeros te dicen toda la verdad. Hemos tenido que pelear duro cada paso que hemos dado allí abajo. No hemos desfallecido. Pero ese sitio es muy grande y oscuro. Y allí abajo había algunos bichos muy duros. No ha sido nada fácil de avanzar Val. Yo mismo he tenido mis más y mis menos. - le digo enseñándole el sufrimiento padecido en mis propias carnes levantando la mano.

- Pero lo bueno, es que por donde hemos pasado, no hemos encontrado ninguna señal de que tu padre haya fallecido. Eso es bueno. Quiere decir que tu padre sabe lo que se hace y conoce dónde pisa. - le dije de forma lo más pragmática posible sin querer darle esperanzas vanas. - Creemos tener una idea bastante aproximada de dónde puede estar tu padre. - le dije. - Con esto no quiero darte falsas esperanzas. No sabemos en qué estado estará. Es posible que en ese lugar haya podido refugiarse o esconderse de cualquier peligro, que los hay. - le dije con total sinceridad.

- Pero quiero que comprendas una cosa Val. Mis compañeros, nuestro grupo, nunca se rinde. Si nos comprometemos a algo lo hacemos hasta las últimas consecuencias. Te lo juro. No sabemos vivir de otra forma. Así que, puedes estar segura de que volveremos allí abajo en cuanto nos recuperemos lo mínimo y encontraremos a tu padre. - le aseguré. - Solo espero que podamos traértelo sano y salvo, pero por ahora no te lo puedo asegurar Val. ¿Entiendes lo que quiero decirte? - le dije suavemente.

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Muxu escuchaba los partes de sus compañeros mientras miraba la reacción de la joven. Sería conveniente indagar sobre la mujer de pelo púrpura y tatuajes, pero tampoco quiero atosigarla. Aguardó una mejor oportunidad para intervenir.

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La chica suspira y hace aspavientos con las manos, muy nerviosa, antes de finalmente tranquilizarse un tanto.

- "Está bien. Dejad eso, ya lo haré yo." - Aparta a los que estaban tratando torpemente de encender la chimenea principal teniendo las ropas empapadas.

- "A juzgar por el olor, esas aguas están contaminadas, espero que no sean venenosas. Podéis sacar agua del pozo y calentarla en las ollas grandes en la cocina. He traído hogazas de pan fresco, en la alacena detrás de la barra hay mantequilla y queso. También hay cerveza. Cuando quede libre algún fuego calentaré caldo de pollo. Y en la cocina hay cestas de manzanas." -

La chica se pone a trabajar, seguramente para intentar no pensar en lo que le pueda estar pasando en estos momentos a su padre adoptivo.

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Halberd estaba intentando torpemente encender el fuego, pero le temblaban las manos. Tenía frío, pero lo peor era el frío interior de los falsos recuerdos. Lo bueno del recorrido bajo las aguas contaminadas era que había podido llorar sin que se le notase. Ahora ya no lloraría, pero sentía una desagradable sensación de vacío. Quiso pensar que en el fondo eso sería bueno. Era recordar lo que había vivido y quien era. Tal vez esta noche, tras un buen sueño reparador, se sintiera algo mejor...

No era capaz de que las chispas llegaran a encender la yesca cuando notó que alguien lo apartaba. Era la chica de la taberna. Estaba tan abstraído en sus pensamientos y en encender el fuego que no la escuchó siquiera llegar.

— Gracias... muchas gracias — dijo simplemente, mientras se apartaba para no molestar.

Dejó algunas de sus cosas junto a la esterilla y se sentó en una silla cerca del fuego. Se puso el maletín de herramientas en el regazo y empezó a secarlas una a una con dedicación. No las podía dejar así, o de lo contrario se le podrían estropear, y además le vendría bien ese trabajo monótono para mantener ocupada la cabeza. Se acordó de la ballesta de Thomas. Pensó en que luego se la pediría para arreglarla, si es que no estaba demasiado cansado.

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- Pan, mantequilla, queso, ¿¡Cerveza!? ¿¿Ha dicho cerveza!? Cásate conmigo muchacha. ¿Estará en edad? - pensé mientras todo mi cuerpo renqueaba al levantarme de la silla y arrastrarla hacia la chimenea, sin molestarme en si ponía los pelos de punta al resto.

Me permití un último vistazo en dirección a Muxu. - ¿Ves? Si es que te podría tener en un pedestal preciosa. Pero siempre tienes que estar tan tensa mujer. - le dije con la mirada. Claro está que la maga solo pudo ver una sonrisilla de medio lado en su dirección y un pequeño guiño.

A saber cómo lo interpretaba. Igual me convertía en rana. 

- Gracias Val. Dios te bendiga muchacha. - le dije a nuestra anfitriona. - No quisiera molestar, pero, ¿alguien tiene antiséptico y vendas? Esta herida y esa agua no van a llevarse bien todo el día. - dije meneando la mano en el aire. 

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El regreso a ciegas había sido una mezcla de incertidumbre y dolor. Estaba bien, no estaba herida más allá de esa oscuridad que decían que pasaría. Pero los recuerdos estaban haciendo que su cabeza estuviera a punto de estallar, y el hecho de ser un fardo que llevar de la mano no ayudaba a sentirse mínimamente bien.

Cuando en la posada Val se hizo oír, y notar, Alexa dejó escapar un suspiro aliviado, largo, profundo. Se dejó caer en la silla donde la habían dejado, callada. Palpó frente a ella, había una mesa, así que puso sus brazos sobre ella, se recostó, y apoyó su dolorida cabeza, escuchando. 

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- Gracias Val- Emil asintió a las palabras de la joven sin detenerse más en la misma, ni en sus sentimientos. Realmente poco podía decir. Al final era una cuestión de sencilla necesidad: ella debía lidiar con su dolor y con su incertidumbre. Como todos. Había dicho (al igual que Xavier y Equilibrium) lo que podía decir para calmar sus miedos y darle esperanza. Ni podía, ni le correspondía, hacer más. Tras descansar unos momentos se acercó a Alexa y a Shidi.

- ¿Cómo van mis cegatos preferidos? ¿mejora ya eso?- con amabilidad y cariño puso una mano en el hombro de ambos.- Nuestros nuevos aliados aseguraron que era temporal, seguro que debéis estar ya apunto de recuperar la visión. Intentad no agobiaros demasiado, ¿de acuerdo?

Por unos segundos pensó en decir algo más a Alexa, algún requiebro divertido y pretendidamente sensual. Pero tampoco era cosa de... Oh, qué demonios.

- Y Alexa, no te preocupes. Shidi bueno... pero a ti no te abandonaré bajo ningún concepto. Lo importante no es ver, sino que te vean- el tono jocoso era evidente aunque escondía una obvia doble intención que tras unos segundos, mientras los pasos de Emil se alejaban, fue más obvio mientras canturreaba una canción- Pero qué hermosas eran, las tres, y sobre todo, la tercera, ustedes me han mirado, pedidles además, que me quisieran, no les parece que era, pedidles demasiado, parapapa, pa pa parapapa, parapapa, pa pa pa...

Después de todo- meditó el psíquico mientras se acercaba a tomar algo de comida- uno era prisionero de su reputación.

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Alexa levantó la cabeza alojada entre sus brazos, y sonrió a las sombras. Dioses, Emil se las pintaba solo para levantar el ánimo a alguien como ella. Podía ser un seductor impenitente, para muchos. Pero ella sabía de su realidad traviesa y en el fondo, (bastante en el fondo, todo hay que decirlo), inofensiva. Como mujeriego. Como Rift Warrior era todo menos inofensivo.

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No me hago de rogar cuando dice lo de que podemos darnos un baño. Mis heridas cada vez escuecen más y a buen seguro que si no las lavo se acabarán infectando.

Muchas gracias, Val agradezco mientras me dirijo al pozo para llenar las ollas y ponerlas a calentar. En definitiva termino siendo yo quien acaba llenando los barriles para darnos un baño por turnos.

Invito a Xavier a que sea el primero junto a mí en usar los dos barriles que hemos preparado, pues los dos tenemos heridas que necesitan desinfectarse. Al salir vuelvo a dirigirme aVal. ¿No tendrás por casualidad unas vendas? Nos vendrían bien, aunque no lo parezca estoy bastante herido.

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-Si no me equivoco, hay de esas en el kit médico que compramos para Alexa.- Dijo uniéndose a la conversación entre Equilibrium y Val. -Aunque si tienes algo que pueda servir sería de mucha ayuda.-

Luego de unos instantes, comentó a la joven. -Oye Val, ¿Sabes? Soy optimista en qué encontraremos a tu padre mañana, él se interiorizó en las cuevas en dos expediciones, por lo que tiene sentido que tardemos lo mismo en alcanzarle.- Intentó darle ánimos a la chica.

-Descubrimos gracias a la alianza que consiguió Emil, que cuatro días antes de que los fuegos se apagaran un grupo armado liderado por una mujer con pelo púrpura y tatuajes se adentró en las compuertas. ¿Te suena de algo esa descripción?-

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Luego de que Val les facilitara unas vendas y se retirara a su vivienda, Muxu se acercó a Emil.

Tras una rica comida y el descanso que un merecido baño daba, ¿menguaría la presión de los "falsos recuerdos" y la jaqueca que provocaban?

-No me digas que la entrada a esas cuevas no son el sueño de un contrabandista.- Comentó sonriente. -Quería comentarte algo considerando el botín conseguido en esta expedición. En la tienda general venden trauma packs a un coste de mil quinientas piezas de oro, tengo entendido que tienen varios usos, unos cinco quizás, por lo que no es tan caro como parece a simple vista, aunque igual están lejos de la relación costo-beneficio que daban las pociones.- ¿Cuánto tiempo tardará Jeline en conseguir más stock de pócimas curativas? Los packs requieren de una mano diestra en la sanación para tener efecto y curar de forma similar a una poción, aunque en manos extremadamente hábiles podía ser el doble.

-En el edificio del Gremio de Antorcha también hay artículos a la venta, y en el pequeño almacén que forma parte del Templo de Bright también. Habría que echar un vistazo si decides reabastecernos antes de partir a las cuevas de nuevo.-

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Halberd seguía en su mundo. Había estado limpiando y secando con esmero cada llave de trinquete, destornillador y alicate que llevaba en su maletín. Y la tarea le había sentado bien. Estaba muy cansado, pero estar en la taberna caliente y a salvo con el resto de Rifts Warriors le tranquilizaba.

Se levantó de la silla. Con el calor de la chimenea y ese pequeño truco que de algún modo sabía había eliminado gran parte de la humedad de su ropa. Los demás estaban empezando a lavarse. Él podía esperar, no había sido herido. Se acercó a la mesa y cogió algo de pan y queso de la alacena para comer. Había escuchado a Val que también había cerveza. Desde luego no le vendría nada mal echarse un trago.

Cuando hubo comido un poco y organizó sus cosas se acercó a Thomas.

— Eh, compañero. ¿Quieres que le eche un vistazo a la ballesta? — en ese momento se acordó de otra cosa — Ah, Briaeros. Tendremos que quitarte eso también a ti para que puedas dormir. — de repente se le había acumulado el trabajo. Se rascó la cabeza — Tu armadura necesita un poco más de trabajo con el yunque y el martillo. Voy a estar en la forja haciéndole unos ajustes a la ballesta de Thomas. Pásate luego por allí y le echamos un ojo, ¿de acuerdo?

Halberd esperó a que Thomas le diera la ballesta, y luego se dispuso a marcharse a la forja para trabajar un rato antes de que le entrara más sueño.

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Val habló un poco con los Rifts Warriors, ayudó a preparar unas cuantas cosas, dejó vendas sencillas a disposición del grupo, así como comida para la cena, incluyendo pan del día, mantequilla, queso, cerveza, y sopa de pollo. Después se marchó a su vivienda, apenada.

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Estaba francamente cansado, nadar, mojarse, lanzar conjuros, ser herido y combatir a muerte cansaban a cualquiera. Por eso se alegró de forma fugaz al ver la conocida taberna a lo lejos. Deseaba poder sentarse un rato, comer algo caliente y darse un buen baño que le quitara el olor a podredumbre que le habían dejado las aguas en las que se había tenido que sumergir. Sus deseos egoístas se vieron algo opacados cuando tuvo que enfrentarse a la triste mirada de Val, que seguía sin tener a su padre allí. Sus esperanzas estaban depositas en un grupo de desconocidos y raros extranjeros, que habían fracasado en su primer intento y volvían a su negocio en busca de comida y comodidades. Si les hubiera odiado no la culparía.

—Tranquila chica, encontraremos a tu padre. Somos los Rifts Warriors, hacemos ese tipo de cosas ¿sabes? Rescatamos padres perdidos y salvamos poblaciones abandonadas, es lo nuestro. —O lo era, cuando todavía eran capaces y se movían en un mundo que conocían, antes de ser apalizados por comerciantes que intentaban ser bandidos y de salir escocidos de enfrentarse a unos bichos diminutos salidos de una mala película de serie B.

A diferencia de algunos de sus compañeros Thomas no era demasiado optimista respecto al éxito de la misión, en otros tiempos lo hubiera sido, pero en la actualidad se encontraban bastante mermados en cuanto a capacidad, equipo y soltura. Las palabras de Halberd le despertaron de sus pensamientos depresivos y reclamaron su atención.

—Claro, échale un vistazo a ver qué puedes hacer. La verdad es que volver a bajar ahí abajo casi desarmado no es algo que me ilusione mucho, si pudieras ponerla operativa me facilitarías mucho la vida —dijo el mago con una escueta sonrisa—. También es mala suerte que me haya tocado una ballesta defectuosa eh.

Tras tenderle el arma al enano buscó con la mirada a Daeron, en el pasado él y el otro mago habían intercambiado conocimientos y charlas acerca de sus habilidades, con el fin de ser más efectivos y útiles al grupo. Teniendo en cuenta la situación y habiendo superado el primer desafío, era necesario actualizar los conocimientos.

—Daeron, estaría bien volver a tener una charla de mago a mago. No sé exactamente qué puedes hacer, aunque tampoco sé yo muy bien qué puedo hacer yo. He aprendido que concentrarse para usar la magia cerca de un enemigo es algo peligroso... por cierto —dijo mientras levantaba la vista en busca de más compañeros—. Necesitaré vendas para la herida de mi brazo, si me podéis guardar unas os lo agradezco.

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Emil se dejó caer y miró a Muxu con enorme cansancio por unos segundos. Pronto, sin embargo, su sempiterna sonrisa maliciosa apareció en sus labios.

- Ah, perversa. ¿Y yo que esperaba que te acercabas para proponerme una cena romántica, unas velas, un despertar agradable envueltos en sábanas dejando que la noche se demore todo lo que se pueda? Y me vienes a hablar de trabajo... Ah, mísero de mi, ah infelice- dio un largo suspiro y luego continuó con un tono más serio.- No vendría mal, la verdad, reponernos un poco. Pero magra ha sido por ahora nuestra recompensa para gastarla tan pronto. Espero que con nuestro descanso y las pócimas curativas tengamos suficiente. Porque, por ahora, no tenemos más. Qué bien nos vendría algún sanador puro, la verdad. Pero es lo que hay. ¿Esperamos a tener algo de tesoro como tal para gastarlo, Muxu?

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- ¿¡Esta mujer nunca descansa o qué!? Dale una tregua a la pobre muchacha. Si ni siquiera tenemos la cabeza para pensar. - me dije mientras escuchaba el interrogatorio de Muxu. - Debería aprender de la chica. Menuda elegancia ignorándola. - 

- Venga Equilibrium. Déjame que te eche una mano. Al final resultará que esos toneles nos van a salvar la vida. - dije llevando uno de los dos toneles para llenarlos de agua. - ¡¡¡Ah!!! Gloria bendita chico. Esto es vida. Deja que te acerque una cerveza. ¡¡Qué bien baja Señor!! - solté mientras me bajaba la cerveza por la garganta flotando dentro del tonel.

Desde aquella esquina podía oír perfectamente como el cerebro de hormiguita de Muxu seguía trabajando mientras hablaba con Emil. Aquellos dos no entendían el significado de descanso. Tarde o temprano o uno desconecta o termina acumulando fatiga hasta que al final no rinde. - Novatos. -

- ¡Oye Muxu! Si no consigues relajarte, tengo aquí un barril lleno de agua caliente cortesía del "compadre" Equil. Es un barril grande, hay bastante sitio... - le dije medio sonriendo.

- Y si luego necesitas alguna cura, conozco uno o dos trucos. Se aprende mucho en mi oficio, ¿sabes? Incluso le podemos dar buen uso a esas vendas. - dije esta vez mientras mi media sonrisa se convertía en una verdadera sonrisa lobuna. 

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Vicky aceptó la decisión final del grupo sin rechistar. Ella había dado su opinión y el resto parecía estar en mayor o menor medida e el mismo barco. Vicky no tenía ganas, fuerzas o deseos de imponer su opinión sobre el resto. Se seguía lamentando en sus adentros a que sus compañeros se lo hubiesen pensado tanto con el líder de los Jinkins, pues estaba segura que si hubiesen atacado como ella había propuesto no habrían habido heridas extra. Pero también le había dejado claro que si quería imponer sus ideas sobre las del resto necesitaba algo más de autoridad en su actitud, y tal vez algo más de peso en sus acciones. Se sentía bastante inútil con todo lo ocurrido. Su torpeza había sido digna de una comedia con malos guionistas. 

Pero lo pasado pasado estaba. Intentando ignorar las asquerosas aguas nauseabundas cuando dieron la vuelta, Vicky se concentró durante todo el viaje en no vomitar de nuevo. Ya tenía bastante con las obvias infecciones que aquello podía provocar en sus heridas abiertas como para añadirle bilis al asunto.

Cansada, herida y sintiéndose asquerosa, dejó a sus compañeros poner al corriente a Val. En otras circunstancias habría intentado proteger a la mujer de los "casanovas", pero no en aquél momento. Por un lado se sentía demasiado cansada, y por el otro tal vez así los hombres se sentían mejor: conversando de cerca con una chica de buen ver con cara preocupada. 

Vicky se acercó a los compañeros que habían sido atacados por aquella mascota guardián salida del infierno y habían perdido el sentido de la vista temporalmente. 

- Alexa, Shidi, ¿cómo va esa ceguera? Si necesitáis algo, sólo tenéis que pedirlo. Val ha traído algo de pan. - aunque Vikcy no estaba segura de como tendrían em estómago - Y Alexa, a ti te puedo ayudar con el baño si lo necesitas.  A Shidi me temo que otro tendrá que echarle una mano. - comentó en un tono que pretendía tal vez sonar despreocupado, aunque el cansancio de la ranger no dejaba mucho espacio para otras emociones. 

Vicky se dio cuenta de que algunos ya habían empezado con los baños, con lo que decidió esperar su turno limpiándose las heridas para no dejarlas expuestas a aquella suciedad más tiempo. La puñalada era bastante seria, y necesitaría mas cuidados, pero la justice ranger no estaba segura de si era buena idea hacerlo ella sola dada la torpeza y mala suerte que le perseguía. 

- Oye Alexa, perdona por molestar con todo lo que ya tienes encima, pero necesitaría tu ayuda con mis heridas en cuánto estés mejor...

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Me acerco a Alexa y me quedo a su lado, preocupado por saber si va recuperando la vista. Le ayudo a comer un poco, a ella y a Shidi. Pero si la cosa no mejora quizá tengan que quedarse hasta que podamos pagar una recuperación en el templo, si es que tienen algo así. Pero si pueden resucitar...

Escucho lo que dice Vicky y afirmo antes de darme cuenta de que Alexa no podrá verlo. Sí, si recuperas la visión necesitaremos ayuda. Y no te olvides de tu buen amigo Equilibrium, ¿vale?