Partida Rol por web

Rippers: Cazadores de monstruos

Episodio 2 - El Ripper Desaparecido

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07/11/2018, 22:39
Seamus McBride

Vaaale... —rumió, escupiendo a un lado mientras observaba el castillo. Estaba claro que así no iban a conseguir nada. El irlandés bajó el tono y se dirigió a sus compañeros— Por lo general forzaría la puerta, pero se supone que estamos aquí de visita. Y si el señor del castillo no le sale de los huevos bajar a abrir, tampoco le podemos obligar. Recordad lo que nos dijo el gordo de la posada: salía de noche acompañado de un bicho, supuestamente. Así que, o nos quedamos como pasmarotes mirando la puerta a ver si se abre por casualidad, o aprovechamos para dar una vuelta y venimos cuando caiga el sol. Y de paso, nos acercamos a las ruinas, que tampoco tienen que quedar muy apartadas porque este pueblo es más chico que Coonagh, que ya es decir.

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08/11/2018, 10:00
Francis Douglas

Estaba claro que o no había nadie en casa o no querían abrirles. Francis observaba con cierta frustración la impotencia del castillo, el camino hasta allí había sido de lo mas infructuoso.

¿Podría ser un vampiro?—. Pensó el joven investigador mientras escuchaba las palabras de Seamus, tras lo cual dijo en voz alta—: Visitar las ruinas me parece una buena idea. Cuando empiece a ocultarse el sol podremos comprobar si el rumor de las luces es real y sobre nuestro inquietante noble.

»No se si habla mi paranoia o mi intuición, pero ¿habéis pensado que nuestro “anfitrión” podría ser un vampiro o algo por el estilo?—. Pronuncio con cierto temor, revelando al fin sus pensamientos. Mientras tanto metió las manos en su mochila y saco dos frascos de aceite, para instantes después tendérselo al boxeador—. Sea lo que sea tarde o temprano nos encontraremos algo y seguro que el fuego les daña.

Al ver que Alex no acaba de comprender porque el señor Douglas le ofrecía aquellos frascos añadió:

Si no me equivoco usted es un experto lanzador, ¿verdad? Con estos frascos de aceite podremos improvisar unas armas deflagradoras—. Explico el joven investigador con tono amigable.

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08/11/2018, 17:03
Alexander Smith "Alex"

 - Pues parece que no hay nadie en casa - tomo un respiro y continuó - Si, lo mejor sera volver al anochecer, y echar un vistazo - dijo en respuesta a sus compañeras, cambiandole la cara cuando Francis le ofreció aquellos frascos

¿Eh? - pregunto extrañado, volviendo su cara a la normalidad cuando el detective le explico que rondaba por su mente - ¡Ah! Si si, no se preocupe, yo me encargare de lanzarlos adecuadamente, pero imagino que tendrá algo para prenderle fuego, ¡que digo! si tengo yo unas cerillas por algun lado, y si no Mcbride puede prestarnos una ¿verdad?

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09/11/2018, 11:58
Sir Anthony Sutton III

Bueno, bueno, muchachos, no comencemos a prender fuego ya a media Escocia. - dijo Sutton tratando de tranquilizar a sus dos compañeros, quienes parecían haber ya encontrado un posible enemigo y parecían ansiosos de pertrecharse para acabar con él.

Y sí, seguir más tiempo aquí o forzar nuestra entrada solo serviría para llamar la atención, por lo que un agradable paseo hasta las ruinas es lo más recomendable. - acordó con las palabras del irlandés.

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10/11/2018, 18:28
Dra. Eilish McBride

El tiempo había pasado sin que nadie hiciera acto de presencia. 

La joven irlandesa había calmado ya su hambre cuando Seamus compartió una magnífica idea con el resto - A veces me impresionas, hermano - dijo con voz socarrona mientras acariciaba a su caballo. Se acercó al pelirrojo únicamente para sacarle la lengua a su paso sin que nadie más se percatase.

- Con respecto al señor del castillo... creo que es mejor guardar esas cosas y no adelantarnos demasiado en las conclusiones - dijo haciendo alusión a los dos botecitos que Francis tenía entre manos - No queremos hacer arder a cualquiera... ¿Verdad? Y... Menudo desperdicio de medios si al final no fuese lo que usted piensa - miró al polizonte y se puso en marcha en el mismo instante en el que su hermano se subió al caballo. 

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11/11/2018, 22:43
Narrador

Pasaron los minutos y nadie daba señales de vida. O bien aquel castillo estaba abandonado, o bien quien quiera que viviera en él no estaba por la labor de recibir visitas. Si bien podían buscar alguna forma de introducirse en la fortificación, ni siquiera Seamus pensó que aquello fuera una buena idea. Por lo que habían oído, el habitante del Blackness Castle acostumbraba a pasear de noche, cobijándose bajo la oscuridad nocturna y llevando a cabo lo que quiera que se trajera entre manos. Si los rumores eran ciertos, lo mejor sería esperar unas horas y regresar cuando los últimos rayos de luz dejaran por fin de iluminar las tierras escocesas.

Todos estaban de acuerdo con esa parte del plan y todos decidieron en consenso aprovechar las horas que les quedaban visitando las ruinas de la Culross Abbey y seguir la pista a aquellas extrañas luces que al parecer habían divisado algunos lugareños.

Durante el camino de vuelta aprovecharon para comer las escasas provisiones que habían tomado por la mañana al salir de la posada. No eran gran cosa, pero sirvieron para acallar algo los gritos de sus hambrientos estómagos. Transcurrieron unas buenas dos horas hasta que distinguieron las ruinas de la abadía. Situada en una de las colinas más elevadas del estuario de Fife, la Culross Abbey dominaba la zona y ofrecía unas vistas únicas sobre la ciudad y los alrededores. Realizaron el ascenso a lomos de los caballos y en seguida agradecieron disponer de aquellas bestias y ahorrarse así tener que subir a pie por aquellos escarpados cerros.

Desde la distancia la abadía no aparentaba encontrarse en ruinas. Todo lo contrario, sus muros y la fachada de la nave principal parecían encontrarse en un perfecto estado y ofrecían una imagen imponente del edificio. No era hasta que uno se encontraba casi a los pies de la construcción y la bordeaba que se abrían ante él los desperfectos de la abadía. Una de las paredes del muro estaba se había venido abajo y otras tenían claros desperfectos. Rocas y ladrillos se encontraban diseminados por el suelo y los Rippers tuvieron que desmontar para evitar que sus monturas tuvieran un accidente y se rompieran una pata. Después de atar las cinchas a unas ramas bajas de un árbol cercano, se adentraron en el patio de la abadía, un área de mas de cien metros de longitud y otros tanto de ancho, desde el que se accedía a distintos edificios, la mayoría de ellos derruidos. Se podía ver lo que debían de haber sido unos almacenes, un refectorio, una gran torre al lado de la entrada principal con su puerta enrejada y, llamando poderosamente la atención, la iglesia. Desde donde se encontraban podían reconocer algunas tumbas asomando desde la parte trasera del templo.

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13/11/2018, 03:52
Seamus McBride

Cuando llegaron a los alrededores de Culross Abbey y comenzaron a internarse entre las ruinas en que se había convertido tan magnífica construcción, Seamus se santiguó como buen cristiano irlandés. Con la barriga medio llena — aunque con la garganta algo seca — poco más podía hacer el pistolero que dejar que su montura siguiera hacia delante, y cuando ésta no pudo más, a tirar de ella suavemente. Al menos la criatura era obediente —Es un buen animal, lástima que tengas la casa en la ciudad, Lissie. Cuando regresemos a Irlanda, tenemos que volver a montar. No montamos desde... bueno, desde hace mucho.

El pelirrojo se quedó algo meditabundo tras hablar con su hermana, y decidió acompañar su silencio con un cigarrillo con el que manchar sus pulmones. Ató con firmeza al caballo, palmeó la quijada suavemente a modo de caricia y se dirigió hacia la iglesia que aún se mantenía en pie— Vamos a saludar al Gran Jefe, a ver si tiene algo que decir.

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13/11/2018, 10:55
Francis Douglas

El fuego no sera ninguna problema, no se preocupe—. Respondió el joven investigador a Axel, tras lo cual al escuchar las palabras de Eilish y Anthonu añadió—: Aun no sabemos si es o no es, pero si no lo es esta claro que lo sobrenatural anida en este lugar. Por ello, en cualquier caso nos vendrá bien estar preparados.

Sin nada mas que hacer o decir el grupo inicio la marcha a su siguiente destino mientras devoraban sus escasas provisiones. Después de un largo viaje su siguiente destino despunto en el horizonte, algo que siempre era bien recibido por los viajeros, sin importar su etnia, edad, genero o clase social.

Como era costumbre, Francis bajo, ato su montura y observo todo a su alrededor en total silencio. La calma siempre abría y centraba su mente, y aquel momento no iba a ser una excepción. Camino detrás de Seamus observando con detenimiento el suelo que pisaba, para posteriormente, cuando estaba próximo a las ruinas mirar por las paredes que aun quedaban en pie, sus ventanales y su puerta. ¿Que buscaba? Cualquier rastro de sangre, pisadas de barro o alguna señal de intento de allanamiento al lugar.

- Tiradas (1)

Notas de juego

Que mala suerte leñe...empezamos bien xD. No se si gastar un Bennie para repetir la tirada, que pensáis? 

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13/11/2018, 12:35
Sir Anthony Sutton III

Pese a que el ligero almuerzo que degustaron era más propio de unos mozos de cuadras que del primogénito de una familia noble, Sutton parecía estar disfrutando del paseo a caballo por la campiña escocesa.

Me estoy acordando ahora de un cotilleo que contaba la Duquesa de Stratford sobre lo que había sucedido en su residencia costera. - comentó cuando la Abadía quedó a la vista. - Un pastor decía haber visto alguna luz nocturna en el mar y clamaba que era los bárbaros volviendo a atacar nuestras costas de nuevo.

Se río ligeramente mientras rememoraba a la buena de la Duquesa.

Al final resultó que solamente eran unos contrabandistas que no querían pagar los impuestos de desembarco. Quizá las luces de aquí sean algo parecido y alguien guarde algún alijo en las ruinas.

Cuando entraron en los restos de la edificación, comenzó a andar sin esperar al resto, esperando ser el que encontrara lo que alguno de los locales escondía lejos del resto de parroquianos.

- Tiradas (1)
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13/11/2018, 17:09
Dra. Eilish McBride

De vuelta al camino la doctora se sintió como en su isla, en su hogar. Por eso entendió perfectamente las palabras de su hermano - Estaría bien volver al hogar una temporada -  y ambos cesaron la conversación y disfrutaron de los paisajes y el aire limpio.

Conforme se acercaban a la Abadía el camino se hacía un poco más difícil, y los restos de rocas y sillares de piedra les obligaron a bajar de los caballos y acercarse a pie.

Tras atar firmemente a los animales se acercaron a comprobar el estado de la construcción y de dónde podían provenir las historias que se contaban el el pueblo. Antes de entrar en la zona de la iglesia se acercó a Seamus para entrar a su lado - Espero que no nos diga nada...

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13/11/2018, 17:45
Alexander Smith "Alex"

El pequeño refrigerio calmo en parte los estomagos de los Rippers, pero el del boxeadore reclamaba algo más, cosa que no podia calmar ahora mismo.

Llegaron a la abadía sin ningun problema mas que el terreno, pero por suerte los caballos pudieron con todo, y solo tuvieron que entrar a la abadia a pie, cosa que Alexander agradeció en lo mas profundo de su ser.

- Te acompaño - contestó al irlandés - yo también quiero decirle un par de cosillas - y mirando a Eilish continuó - y espero que conteste -

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13/11/2018, 22:33
Narrador

Nada más entrar en el patio de la abadía, los Rippers decidieron separarse en dos grupos y repartir así sus esfuerzos, investigando cada uno por su lado.

La pareja de irlandeses y el boxeador se dirigieron directamente al edificio de la basílica. La luz del exterior entraba por los grandes ventanales repartidos a ambos lados de los pasillos que corrían paralelos a la nave central. Los vidrios de colores que aún habían sobrevivido al paso del tiempo y al vandalismo les ofrecían un espectáculo de luces que les permitía imaginar vagamente las impresiones que debían haber provocado entre los feligreses en sus mejores tiempos. Las columnas que sujetaban el techo y las cúpulas sobre sus cabezas estaban decoradas con imágenes de apóstoles, santos, pero también de caballeros armados. Algunas de ellas estaban en perfecto estado de conservación y su riqueza en detalles y su expresividad eran capaces de provocar intensas sensaciones en aquellos que las observaban con detenimiento, pareciendo incluso, bajo determinados ángulos, estar vivas.

En los pasillos laterales y en la nave central se encontraban hileras de bancos de piedra y de madera, dando una idea de las distintas fases de renovación y de expansión por los que había pasado la iglesia. Al fondo, en el ábside semicircular, un altar de piedra esperaba mudo volver a revivir sus mejores momentos pasados.

A la entrada del edificio, a ambos lados, se encontraban dos puertas que se habían venido abajo, dejando entrever unas escaleras del mismo material que reinaba en la abadía y escombros. Subir por allí aparentaba ser una tarea cuando menos peligrosa, si no incluso imposible sin más ayuda. Algunas capillas de madera, situadas a derecha e izquierda del edificio y a la altura del ábside, estaban en un horrible estado de conservación y ninguna de ellas se mantenía hoy en pie, habiendo trozos de madera y astillas en el suelo a su alrededor.

Pero, salvo aquella extraña belleza caduca y decrépita, allí no encontraron presencia viva alguna.

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13/11/2018, 23:09
Narrador

Mientras Alexander, Eilish y Seamus se adentraban en la iglesia, el detective y el noble decidieron investigar por los alrededores. Se separaron para examinar el máximo espacio posible. Francis se dirigió a la izquierda, al lugar donde se encontraba la reja de metal, única entrada en el patio de la abadía antes de que sus muros se vinieran abajo.

La hierba crecía salvaje y había alcanzado una gran altura, llegándole hasta las rodillas y dificultando la búsqueda de huellas. Pero, tras mucho esfuerzo, el joven detective encontró una pista de pasos apenas visibles. Se agachó y palpó el terreno. Un espectador externo podría incluso pensar que olisqueaba el suelo, como si de un perro de presa se tratara. Después de un tiempo meditando sobre lo que había encontrado, pareció seguro de sus conclusiones. Se levantó y se acercó al noble.

Anthony por su parte había dedicado su atención al lado derecho del patio de la abadía. Aquí la hierba también crecido incontrolada y parecía igualmente imposible poder descubrir ningún rastro. Pero se equivocaba. A la altura de la iglesia, camino del cementerio que se encontraba al fondo de la propiedad, había una parte de tierra donde no crecía vegetación alguna.

Cuando el detective llegó a la altura de Sir Sutton, una sonrisa de placer se dibujaba en la cara del noble. Dejo hablar a su compañero Ripper, quien parecía impaciente por compartir con el su hallazgo.

Francis le habló de marcas de pisadas que indicaban que un grupo numeroso de personas debían de haberse encontrado en el patio de la abadía. El detective parecía convencido de que alguno de ellos debía de haber tenido la altura de un auténtico gigante.

Anthony le escuchó paciente e interesado, esperando que Francis terminara su explicación antes de mostrarle lo que había encontrado él. Entonces se giró a un lado, permitiendo a su compañero ver lo que hasta ahora había ocultado con el cuerpo.

Allí, frente a ellos, había claras señales de una fogata. Restos de ramas chamuscadas y no quemadas del todo, estaban dispuestas en círculo, dejando claro que aquel fuego no había sido un accidente natural, sino que debía de haber sido encendido de manera voluntaria. Aunque no fuera posible determinar cuándo, estaba claro que alguien había estado allí no hace mucho. Y el noble había revelado con su descubrimiento que la naturaleza de las luces, que los lugareños habían visto las noches pasadas, no tenía una fuente sobrenatural.

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14/11/2018, 01:18
Seamus McBride

El santo lugar no tenía nada que envidiarle a Catedral de la Santísima Trinidad de Dublín, si bien no mantenía la integridad de ésta, permitía a quien fuera adecuadamente devoto sentirse más cerca de Dios entre aquellas paredes. Seamus echó en falta agua bendita con la que mojarse la frente, pero le habría parecido demasiado extraño que en un lugar abandonado la hubiera. Al menos, tan raro como extrañas luces que surgían de noche.

Esto está muerto —dijo, con los brazos en jarras. Sus dedos dejaron un grueso surco en el polvo de uno de los asientos y percibía el aroma a lugar cerrado habitual de sitios que llevaban años sin ser visitados. Seguramente había rincones que valía la pena visitar en aquella iglesia, pero no estaba tan loco como para intentar subir esas destartaladas escaleras —Seguramente sea como dice el viejo y no sean más que bandoleros que aprovechan la noche para pasar contrabando de estraperlo.

Deambuló un poco entre las columnas y asientos, esperando encontrar un acceso a unas catacumbas o algún rastro de que las ruinas de la edificación se estuvieran utilizando para otra cosa que no fuera acumular años de abandono.

- Tiradas (1)
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14/11/2018, 10:21
Sir Anthony Sutton III

Está claro que las luces de la Abadía tienen un origen más mundano del que los lugareños se piensan. - dijo Sutton mientras removía la hoguera con una rama que había recogido.

Lanzó la ramita lejos cuando se aburrió de jugar con la ceniza como un infante.

Aunque no podemos decir lo mismo de las huellas gargantuescas que me indica... - miró con expresión preocupada en dirección a la zona que Douglas había revisado. - Si me indica dónde están, quizá podamos hacernos una idea del tipo de criatura que podría ser.

Mentalmente comenzó a pensar en los distintos tipo de criaturas de tamaño superior al humano que habitaban los distintos folklores populares. Sabía que solían localizarse en zonas de montañas, generalmente alrededor de cuevas, y que llevaban hablando de ellos desde tiempos inmemoriales.

A su memoria vino Polifemo, el famoso cíclope de la Odisea, que solía ser representado de gran tamaño, pero también sabía que en el norte de España contaban historias de gigantes de distintas índoles.

- Tiradas (2)

Notas de juego

Tiro por saber algo de gigantes en el mundo ocultista y tiro notar para las huellas de Francis, que aunque pifió estrepitosamente, Sutton no lo sabe ;)

Y falla, así que no se da cuenta de ello xDDD

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15/11/2018, 11:36
Francis Douglas

El descubrimiento de su compañero sin dudas había sido maravilloso. Todo aquello les quitaba una parte de trabajo; sin embargo podía estar relacionado con lo que él había visto.

Puede que el grupo de personas del que hablo haya creado esta fogata—. Medito unos instantes—. Si es así, quizás se escondan por estos lugares para esconder a sus compañeros mas atípicos, pero ¿que harán por aquí?

»Por supuesto—. Respondió al instante con una pequeña muestra de orgullo e ilusión. Al fin podría mostrar porque estaba en los Rippers si apenas sabia blandir una espada. Sin mas palabras, Francis, guio a su compañero hasta el otro lado de la iglesia.

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15/11/2018, 15:09
Alexander Smith "Alex"

La iglesia daba claras señales de haber vivido tiempos mejores y así lo comentó el irlandés

 - Esto está muerto -

- Pero totalmente, compañero - Fue la respuesta del boxeador, y mientras Mcbride buscaba algún recoveco donde unos supuestos contrabandistas guardasen la mercancía, Alexander se acercó a lo que antaño fueran unas escaleras, intentando sopesar las opciones de intentar subir por ahí

 

- Tiradas (1)
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15/11/2018, 19:13
Dra. Eilish McBride

Por su parte, la doctora McBride se dirigió hacia el altar, imaginando los años de ceremonias que habría contemplado. Y una vez allí, con infantil curiosidad, subió los peldaños que lo separaban de la zona de asientos, situándose en la posición que hubiera ocupado el sacerdote antaño. Aquel era un punto de vista vetado a las mujeres y tenía curiosidad por saber qué se veía desde allí. No dejaba de ser una posición de liderazgo, un cargo ocupado por una comunidad de poder patriarcal que delegaba a las féminas a ser simples acompañantes. Sin embargo, ella estaba convencida de que eso terminaría cambiando, como había cambiado en el mundo de la medicina. Ella era un vivo ejemplo de ello.

También aprovechó para echar un vistazo al sagrario donde se depositaban las formas y el cáliz usado durante la ceremonia de la comunión. Era un buen sitio donde esconder algo de valor.

- Tiradas (1)
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16/11/2018, 23:06
Narrador

Cuando Francis sugirió que las huellas que él había descubierto y los restos de fuego que tenían en frente podían provenir del mismo grupo de personas, Sir Sutton volvió a agacharse a revisar los restos de la fogata en busca de alguna pista que pudiera indicarles cuantos sujetos se habían arrimado a aquel fuego. Incluso quizás el tamaño de alguno de ellos. Pero, tras unos minutos buscando en vano, decidieron que no tenía sentido continuar allí.

Anthony pidió entonces al detective que le enseñara el lugar donde había encontrado aquellas huellas y juntos regresaron al punto en el cual Francis estaba convencido de haber descubierto el rastro de pisadas. Mas, por mucho que el noble se esforzó en reconocer algo de lo que su compañero Ripper le señalaba, algo que le pudiera ayudar a identificar al tipo de gigantes que al parecer habían acampado en el patio de la abadía, el terreno, con la maleza agreste que allí crecía, hizo de la tarea un cometido imposible.

Al final se dio por vencido. De haberlas, las huellas eran demasiado sutiles para darle datos fiables. Anthony se quedo callado por unos minutos, concentrado en recordar alguna información acerca de colosos que habitaran el folklore escoces. Unos segundos más tarde, cuando Francis a punto estaba ya de sacudirle por los hombros para sacarlo del trance en el que había caído, Sir Sutton volvió en si y le dijo lo que había rescatado de sus recuerdos.

Le habló de los Formorians, gigantes que habitaban las tierras altas escocesas. Tenían fama de ser fieros y malhumorados. Incluso había rumores acerca de su predilección por la carne humana.

Anthony explicó todo esto aparentando no darle mayor importancia. Igual que si estuviera comentando de pasada el orden de llegada en la última carrera de caballos de Royal Ascot y no estuviera hablando de unos posibles y fieros adversarios, contra los que quizás tuvieran que enfrentarse.

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16/11/2018, 23:07
Narrador

Después de mirar a su alrededor e imbuirse del intenso ambiente religioso que se podía respirar en aquel edificio a pesar de su estado de desolación, los tres Rippers se repartieron por la planta baja de la iglesia.

Alexander decidió examinar de cerca las escaleras que en su día llevaban a la galería del segundo piso. La puerta colgaba de uno de sus goznes y tras ella podían verse rocas de distintos tamaños desprendidas posiblemente de los peldaños superiores. Comprobó el estado y no tardó en llegar a dos conclusiones. La primera, que tratar de subir por ellas sería una tarea peligrosa y podía acabar con alguno de ellos heridos. La segunda, que por el espacio que dejaba la puerta medio caída podría quizás pasar un niño, pero no un adulto.

El pelirrojo, por su lado, comprobó el suelo de la nave y las paredes laterales en busca de alguna hendidura o resquicio que indicara la existencia de una entrada secreta, olvidada a través de los años por la memoria de los hombres, aunque quizás no por la de otros seres más antiguos. Sin embargo, no sin cierta decepción, su búsqueda no dio los frutos que había esperado.

Fue Eilish la que llamó la atención de los otros dos, cuando, tras acercarse al altar y mirar a su alrededor, se agachó a examinar con más atención un rastro que la había llamado la atención. Una vez Seamus y Alexander llegaron a su lado, les mostró unas ligeras huellas en las escaleras frente al altar.

No estaban del todo seguros, pero dirían que el polvo del suelo era menor allí, dejando dos marcas más o menos circulares. Teniendo en cuenta que se encontraban en la casa del señor, podía pensarse que alguien se hubiera arrodillado en aquel lugar para rezar.