Partida Rol por web

Rippers: Cazadores de monstruos

Episodio 2 - El Ripper Desaparecido

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16/07/2019, 19:40
Francis Douglas

Francis en un intento de controlar el temor, que comenzaba a embriagar su corazón, trago saliva con dificultad. Aquellas cosas no eran humanas. Sabia que el plomo quizás no seria suficiente, así que saco las balas de plomo del tambor y las sustituyo por hierro frío.

Mientras sus manos temblorosas cogían un puñado de balas de la mochila, observo con ojo analítico la situación. Tenían la superioridad numérica; sin embargo no sabían de lo que eran capaces. Sus reservas arcanas estaban al borde del colapso y por lo que al joven investigadores le parecía, iba a necesitar mas cantidad.

Cuando su arma estuvo cargada camino con velocidad tratando de alcanzar a sus dos compañeros. No cruzaría al otro lado, pero apoyaría al grupo desde la distancia.

Notas de juego

Imagino que cambiando las balas del arma y acercándome (que por cierto no logro moverme en el mapa) mi paso (que es 8) tendré mas que suficiente en este turno.

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16/07/2019, 21:21
Director
- Tiradas (1)

Notas de juego

A petición de Fr3d1, tirada adelantada de Espíritu para ver si el jefe de los matones sale del aturdimiento o no.

Resultado: No. No sale del aturdimiento.

¡Atención! ¡Importante! Hay un aspecto importante en esta tirada, que vosotros dos, al ir tras él en el turno, podéis ver. El jefe de los matones sale en este turno del estado Mr. Hyde y vuelve a su cuerpo humano. Esto, repito, también tiene relación con la "forma" en la que he hecho la tirada.
 

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16/07/2019, 23:40
Alexander Smith "Alex"

Nada mas caer los cuerpos de los matones, Alexander recogió* los cuchillos de su padre, sin llegar a guardarlos, pues no sabía si los iba a necesitar, y corrió tras Sutton y Francis, tal como decía el noble, no sabían que podía estar sucediendo dentro de la gruta.

Lo que el boxeador vio al llegar le sorprendió, aunque ya habían visto cosas extrañas, esa se llevaba la palma.

 -Pues parece que el polizonte llevaba razón y todo -

Pero no podía quedarse allí parado, debía actuar, cogió los cuchillos que había usado con los anteriores matones y apuntando al grandote, lanzó, comprobando como ambos cuchillos alcanzaban a su objetivo. 

Tras eso comenzó a acercarse a sus compañeros, pues el boxeador sabía que era mejor con los puños que con los cuchillos.

- Tiradas (6)

Notas de juego

Mano Derecha: Lanzar 17 Daño 9

Mano Izquierda: Lanzar 4 Daño 5

*Alexander no abandona uno de esos cuchillos así le maten

Primero ataco y luego me muevo ;)

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17/07/2019, 01:29
Seamus McBride

Aquella monstruosidad en que se había convertido el Capitán Follaovejas de Culross estaba aguantando como un auténtico mulo de carga, pero la pareja de irlandeses eran mucho más duros de lo que el tipo se esperaba. Cuando propinó aquel puñetazo contra Seamus, lanzándolo contra la pared, lo único que pudo arrancar del pelirrojo fue una socarrona sonrisa y un lapo que se estrelló contra el suelo —¿Esto es todo lo que tienes? Pero qué maricón estás hecho.

Su último disparo había sido más efectivo de lo que había pensado en un principio, y la llegada del trío maravilla habría nuevas posibilidades a salir con vida de todo aquello. Más vale tarde que nunca.

¡Os habéis tomado vuestro puto maldito tiempo! ¿Qué habéis estado haciendo, follando? —espetó a sus compañeros Rippers mientras esquivaba una nueva acometida. Por el rabillo del ojo vio cómo Alexander corría hacia ellos lanzando sus afilados cuchillos. Él no se iba a quedar atrás.

- Tiradas (4)

Notas de juego

- Si Jefe Matones no cae ni ante Alexander ni ante Eilish, ataco a Jefe Matones con Ataque1 y a Matón Escocés con Ataque2
- Si Jefe Matones cae, muevo a (11,11) y ataco a Matón Escocés con Ataque1 y Ataque2
- Si Matón Escocés cae, muevo a (11,11) y ataco a Milton Harris con Ataque2

Ataque1 es 6 / Daño1 es 5 - Ataque2 es 4 / Daño2 es 12

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17/07/2019, 04:11
Francis Douglas
- Tiradas (2)
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17/07/2019, 10:50
Sir Anthony Sutton III

Al parecer no eran los únicos que se habían encontrado con los elementos más indeseables de la región y los hermanos irlandeses parecían haberse topado con algo propio de los Reapers y seguramente involucrado en la desaparición del miembro de la logia escocesa.

Sutton descendió los peldaños que ahora quedaban a la vista en la gruta, una vez descendió la marea, y se ayudó con la funda de su estoque para mantener el equilibrio a duras penas mientras sus compañeros disparaban sus armas.

—¡Os habéis tomado vuestro puto maldito tiempo! ¿Qué habéis estado haciendo, follando? 

Ojala... - dejó escapar el noble mientras se quedaba a un par de pasos del borde, sin atreverse a correr o saltar por miedo a dar con sus viejos huesos contra las rocas.

- Tiradas (1)

Notas de juego

Solo me muevo xDD

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17/07/2019, 22:19
Narrador

No podían haber elegido un mejor momento para aparecer. Seamus no pudo evitar hacer un comentario de queja, que no dejaba de ser en realidad de alivio. El pistolero sabía que los enemigos a los que se enfrentaban eran de otra categoría. No eran esos paletos de pueblo que no sabían siquiera sujetar el arma por el lado adecuado. Uno solo de aquellos dos gigantones hipermusculados suponía un peligro suficiente como para poder temer por su vida. Y había dos de ellos.

Si. La llegada de los otros tres Rippers en ese momento fue un hecho de lo más afortunado.

Alexander no perdió el tiempo. Era un hombre de acción y en seguida reconoció la situación en la que se encontraban sus compañeros. Un vistazo rápido a la caverna fue suficiente. Por fortuna estaba preparado. Llevaba en cada mano uno de los cuchillos de su padre y estos salieron disparados con presteza y seguridad. La distancia que separaba al boxeador de los combatientes era demasiada para lanzar un cuchillo arrojadizo con la precisión necesaria para alcanzar su blanco. Sin embargo, Alexander sabía manejarse con esas armas.

Las dagas cortaron el aire de la gruta.

Una de ellas pasó rozando el brazo del matón escoces armado con una pistola. Había fallado por milímetros.

La otra encontró su objetivo. Se abrió paso en la espalda de la monstruosa bestia con cuerpo humano que amenazaba a Seamus, hasta que solo el mango asomaba fuera de la chaqueta rota del jefe de los matones. Éste se llevó las manos atrás, tratando vanamente de liberarse del cuchillo. Abrió mucho los ojos, sin terminar de creer lo que le estaba sucediendo. Entonces cayó al suelo, con la cara hacia delante, rompiéndose la nariz al golpear contra la fría roca.

Estaba muerto.

Y en ese instante su cuerpo comenzó a agitarse y a palpitar, transformándose en apenas unos pocos segundos en el hombre que había sido. Salvo por los restos de ropa, que no eran ahora más que harapos, no quedaba rastro de la bestia gargantuesca que había amenazado con acabar con los hermanos irlandeses.

Viendo caer a su jefe, el otro matón que quedaba de pie se giró en la dirección de donde habían venido los cuchillos. Por su tamaño y su energía, identificó a Alexander como el peligro mayor y disparó su pistola contra él. La bala se perdió en el fondo de la caverna.

– Que pesadez. Como siempre, me tengo que encargar yo de todo…–dijo el hombre que quedaba de pie. Y dio un tremendo salto en dirección a los McBride.

De haber intentado detener una locomotora a plena potencia a pecho descubierto, el impacto habría sido con seguridad menos doloroso. El puñetazo de aquella bestia sobrehumana volvió a empujar con fuerza a los hermanos irlandeses hacia atrás, golpeándose contra las rocas. En medio de la pelea y con la adrenalina fluyendo por sus venas el dolor se vio en parte amortiguado y, sin embargo, los pelirrojos se sentían magullados. Tenían la seguridad de tener varios huesos rotos y posiblemente dañados más de un órgano interno. Era un sufrimiento indecible.

- Tiradas (6)

Notas de juego

- Al ataque de los cuchillos de Alexander le he quitado -2 por encontrarse sus enemigos a distancia media. Resultado: Solo el primero de los dos logra un éxito. Sirve para acabar con uno de los dos monstruos.

- El matón escoces dispara entonces contra el boxeador, pero falla.

- Los hermanos irlandeses tienen menos suerte. El profesor Harris, convertido en un tremendo Mr. Hyde, hace un ataque con Barrido Mejorado y... saca un Éxito con Aumento --> Resultados: Seamus 2 Herida y Eilish 4 Heridas.

Espero vuestras tiradas de Absorción (y espero que sean exitosas). Dependiendo de los resultados, tendré en cuenta los resultados de vuestras tiradas.

= Iniciativas =

Alexander Smith (Joker) - Matón Escoces - Seamus - Eilish - Francis - Anthony - Profesor Harris (Mr. Hyde)

Con el Joker de Alexander pasa lo siguiente:

- Tienes un +2 a tus tiradas de Rasgo

- Tienes un +2 a tus tiradas de Daño

- Ganáis un Bennie cada uno.

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18/07/2019, 00:35
Alexander Smith "Alex"

Uno de los grandullones había caido, pero quedaba el otro, por lo que el boxeador, ya sin cuchillos ni nada, usando unicamente las armas que Dios le había dado, se lanzó a por el otro. 

Corriendo se puso a su lado y lanzó dos puños certeros que hicieron que, al igual que el otro grandote, el profesor volviera a su forma humana, cosa que no evitó que Alexander siguiera lanzando puños y patadas, desquitandose por lo que acaba de hacer con los McBride

-¡¡Y... ESTO... POR... TOCAR... A... LA... SEÑORITA...!!-

Una vez descargada toda la rabia el boxeador se acercño para comprobar el estado de sus compañeros

 - ¡McBride no me jodas, no te mueras ahora!

- Tiradas (7)

Notas de juego

Resumen de Tiradas:

Hago ataque salvaje, por tanto

Mano Derecha: Pelear 5 + Joker 2 + Salvaje 2 + Grupo 2 = 11 Aumento // Daño 9 + Joker 2 + Salvaje 2 + Aumento 6 = 19 2 Heridas

Mano Izquierda: Pelear 5 + Joker 2 + Salvaje 2 + Grupo 2 = 11 Aumento // Daño 7 + Joker 2 + Salvaje 2 + Aumento 4 = 15 1 Herida

Creo que mato a los dos que quedan, o si no, al menos al profe

Y por si acaso dejo hecha la tirada de agilidad

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18/07/2019, 01:13
Dra. Eilish McBride

Parecía que la cruenta batalla que estaban librando empezaba a ir a su favors. Gracias a la aparición de sus compañeros el aberrante monstruo que tenían frente a ellos cayó mientras el efecto del "elixir" daba a su fin. 

La doctora cogió aire como si sintiera alivio cuando, de repente, el profesor diabólico se abalanzó contra ellos haciendo que el aire desocupase de golpe sus pulmones y notando cómo se rompían costillas antes incluso de que diera con la roca. La suerte tuvo la consideración de que diese con la cabeza contra la dura piedra quedando inconsciente y no notando el terrible dolor de cómo esos huesos rotos se le clavaban desgarrándole por dentro y produciendole una hemorragia interna.

- Tiradas (5)

Notas de juego

Absorción: 4-1=3.

Incapacitación= 2 Herida crítica en torso con rotura y desangramiento interno.

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18/07/2019, 01:18
Seamus McBride

Antes de que quisiera darse cuenta, Alexander había acabado con el paleto-gigante-número-dos, pero Seamus no tenía tiempo para respirar. Cuando se dispuso a salir de aquella ratonera para coser a balazos a cuanto escocés viera, el maldito profesor apareció dispuesto a partirles la cabeza, propinándoles un monstruoso golpe que envió a ambos hermanos contra la pared de roca. Él aguantó como un jabato, por supuesto — mucho más tenía que hacer ese malnacido para conseguir hacerle verdadero daño — pero por el rabillo del ojo vio caer inconsciente a Eilish con un hilo de sangre manando de sus labios.

¡LISSIE! —bramó, enfurecido, y se abalanzó contra el bicho, apuñalándole con la daga de hierro frío como si fuera una bolsa de sangre. No consiguió mucho más que atraer su atención, pero fue más que suficiente para que no viera venir a Alexander por su espalda y entre los dos le tumbaran.

Pero el irlandés no se quedó ahí: aún quedaba un escocés en pie y él tenía rabia que liberar. Pasó por encima del cadáver del profesor, procurando pisar su cara, y descerrajó un tiro en el pecho al último de aquellos malnacidos. No terminó de ver su cuerpo caer cuando ya estaba arrodillado junto a su hermana— Lissie... por la Virgen, despierta. No me dejes...

- Tiradas (1)
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18/07/2019, 12:06
Sir Anthony Sutton III

Sutton seguía tratando de no acabar en el suelo cuando el infierno pareció desatarse a su alrededor, con sus compañeros disparando y corriendo y aquella enorme criatura lanzándose contra los McBride.

Pero... pero... - fue lo único que acertó a decir mientras salía de la zona húmeda para ver al portento de Alexander acabar con su enemigo de dos puñetazos pero dejando a la doctora en el suelo.

Viendo la rabia del irlandés ante lo sucedido, se acercó con paso precavido para tratar de ver el estado de la fémina del grupo.

Notas de juego

Quedamos a la espera de la absorción de Eilish.

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19/07/2019, 20:40
Francis Douglas

Sabían que la vida que habían elegido era peligrosa; sin embargo aquello no evito que la sorpresa y el miedo cruzaran el rostro de Francis al observar como su compañera caía. Deseaba que no estuviese muerta y siguiera con ellos en aquella confusa y extraña cruzada.

Su parte racional detuvo sus emociones en seco. Primero debían acabar con la amenaza para poder auxiliar a su compañera. Sin floritura ninguna, alineo el punto de mira con el enemigo y disparo. Esperaba que fuera cierta la supuesta debilidad de lo sobrenatural ante el hierro frío.

Cuando todo había acabado se acerco para ver a la joven doctora. La herida sangraba de manera abundante. ¿Que podían hacer?

Su mente entonces recordó un hecho que ocurrió en su niñez. En una ocasión bebió el liquido con el que se supone limpiaban las heridas. Se sintió confundido al saber que lo hacían con agua salada.

Sin esperar un solo instante tomo el odre de agua y lo vació. Se acerco a la orilla y lo lleno de agua hasta arriba. Posteriormente canalizo aquella fuente de extraño poder para purificar su contenido.

Buscad en su bolsa vendajes. Hay que comprimir la herida—. Dijo con mas seguridad de la que sentía. Miro unos instantes a Seamus, esperando obtener permiso para poder acercarse.

Cuando se lo permitió, virtió aquel suero salino improvisado sobre la herida. Después de aquello debería suturarse la herida, pero ninguno parecía tener conocimientos en aquel campo.

No se si funcionara, pero hay que intentarlo—. Pronuncio mientras se inclinaba sobre Eilish. Instantes después comenzó a pronunciar con claridad unas palabras desconocidas cargadas de una resonancia extraña. Posteriormente toco con su mano la herida mientras hacia una ligera presión.

Solo quedaba esperar.

- Tiradas (5)
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19/07/2019, 22:55
Narrador

Seamus estaba hecho de otra madera. El pistolero se había visto envuelto en tantas peleas en su vida que le era imposible recordarlas todas. Pero de cada una de ellas había sabido ganar experiencia y pericia, sobre todo de las que habían terminado mal.

No así su hermana.

El golpe del profesor Harris podría haber tirado abajo el muro de piedra de un castillo. No les cabía duda. Pero Seamus supo anticiparse y colocar el cuerpo de tal manera que se libró de la mayor parte del impacto, quedando todo solo en magulladuras superficiales. Nada grave para el irlandés.

No así su hermana.

Eilish había empezado a ganar ciertos conocimientos y seguridad en el combate, pero estaba lejos de ser una luchadora. Ella no vio venir el puñetazo del monstruoso ser y lo recibió en pleno pecho, derribándola al instante y mandándola al mundo de los sueños. Cosa que agradeció inconscientemente, pues allí donde estaba no percibía el dolor. Dolor que si no hubiera sido inaguantable.

Su hermano estaba aún con la mente en la pelea y, pensando en defender a su hermana, aún no se dio cuenta de que esta se estaba muriendo frente a él. El irlandés descargó su furia contra el temible ser en el que se había convertido el profesor Harris, lanzando una puñalada tras otra sobre el ser. Pero, salvo un pequeño momento de vacilación, poco más logro conseguir con sus embestidas.

Mas ese momento de titubeo fue todo lo que necesitó el boxeador, ducho en el arte del combate, para descargar dos potentes y mortales puñetazos contra el distraído profesor. Alex tenía una pegada conocida en el mundo del boxeo. Aquellos que alguna vez habían sido víctimas de uno de sus golpes, aprendían con rapidez que era mejor mantener una sana distancia frente a su derechazo, para poco después reconocer que su puño izquierdo era igual de temible. Siempre y cuando su memoria aún funcionara después de despertarse.

El profesor Harris no conocía a Alex y no supo estar preparado. El primer golpe fue directo al cuello, rompiendo la tráquea y evitando que el aire pudiera llegar a sus pulmones. Solo ese puñetazo fue ya mortal. Pero el boxeador no estaba dispuesto a arriesgarse y lanzó inmediatamente después un segundo ataque contra la espina dorsal del gigantón, cuando este encorvó su cuerpo, destrozando un par de vertebras.

El profesor cayó inmediatamente al suelo. No tuvo siquiera tiempo de comprender que acababa de sucederle. Había sido todo demasiado rápido e inesperado para él. Estaba muerto.

Mientras tanto Seamus avanzó seguro hacia el escoces que aún se mantenía en pie. Sin importarle que estuviera armado con un revolver. Sin importarle que este pudiera reventarle la cabeza de un disparo. Quería vengarse. Quería acabar con todo aquello cuanto antes. El matón, tras ver lo que acababa de suceder, se quedo quieto como un pasmarote. Solo veía una furia roja que se le echaba encima y no sabía cómo evitarlo.

En apenas tres pasos, el irlandés cruzó la distancia que le separaba de su último enemigo. Le planto el cañón de su revolver en la boca y, sin dudar un segundo, sin perder un instante en estúpidos pensamientos de compasión, disparó. Una pulpa grisácea y pegajosa salió disparada por el agujero que la bala abrió en la parte trasera de su cráneo, salpicando el suelo tras él.

Pero, para entonces, Seamus ya estaba de vuelta donde su hermana había caído. Arrodillado a su lado. Temiendo lo peor.

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19/07/2019, 22:56
Narrador

Dicen que, en el último momento de tu vida, cuando la muerte abre sus puertas y viene a recogerte, memorias de momentos vividos, que uno ya no creía recordar, pasan por tu cabeza como escenas de una obra de teatro.

Esto mismo le paso a los dos McBride. Mientras Seamus sujetaba delicadamente el cuerpo de su hermana, con una ternura que parecía imposible en el rudo pistolero, ambos hermanos tuvieron una extraña experiencia de unión espiritual. Ambos compartieron memorias de tiempos pasados juntos.

Jugando en el prado detrás de la casa de sus padres, persiguiendo mariposas que volaban remolonas escapándose del alcance de los pelirrojos.

Pasando una noche en una cueva cercana, huyendo de la ira de su padre por que le habían roto una botella de whisky, dándose calor y coraje el uno al otro hasta caer dormidos.

Riéndose juntos, después de que Eilish regañara a su hermano, porque este le había dado un puñetazo a un joven que se había atrevido a darla el primer beso, y este simplemente se encogió de hombros y la respondió que el chico ahora podría dar besos de rosca sin que le molestaran los dientes.

Todos esos recuerdos del pasado volvieron a compartir los hermanos irlandeses en apenas una fracción de segundo, en una especie de eucaristía espiritual, una última despedida perpetua, un enlace que pocas personas en este mundo eran capaces de experimentar.

La vida de Eilish se le iba de las manos.

Sus compañeros se fueron acercando al lugar donde estaban los McBride. Temerosos de interrumpir un momento místico. Deseosos de poder ayudar sin saber muy bien cómo.

Fue Francis, el detective, el primero en reaccionar. Salió corriendo a buscar agua marina. No tenía muy claro hasta que punto podía ser de alguna ayuda en el estado en el que se encontraba la doctora, pero ¡qué demonios! Había oído que se usaba para limpiar heridas y ¿acaso tenían algo que perder? Tenía que intentar algo. Tenía que encontrar la forma de hacer que su compañera sobreviviera de sus heridas. Que saliera de esta.

Pidiendo con la mirada permiso a Seamus para acercarse a ella, el joven arcanista, se puso a la altura de Eilish. El pistolero asintió con la cabeza. No sabía que es lo que podía hacer aquel petimetre, pero cualquier ayuda que pudiera traer a su Lissie de vuelta era más que bienvenida.

Francis no tardó en darse cuenta de que, por la naturaleza de las heridas de la doctora, poco iba a lograr hacer con el agua que había traído de la orilla. Sin embargo, la aplicó suavemente sobre el cuerpo de la mujer, tratando de limpiar la sangre y suciedad que se había posado sobre su cuerpo.

Seamus le miraba con todas las esperanzas puestas en él. Aferrándose a un clavo ardiente, deseando con todas sus fuerzas, que el detective supiera lo que estaba haciendo.

Pero no era este el caso.

Francis no sabía realmente lo que hacía. Solo quería ayudar, creyendo que Dios debía de haberle concedido los poderes que tenía por algún motivo mayor. Tenía que haber un motivo mayor.

Sin saber muy bien los motivos que le llevaron a utilizar sus poderes de aquella manera, siguiendo un impulso, el detective posó las manos sobre el pecho de la irlandesa y dejo que su energía fluyera por su cuerpo, reduciendo rápidamente la temperatura corporal apenas un par de grados.

El repentino shock que sufrió el delicado cuerpo de Eilish hizo que esta, repentinamente, abriera los ojos de par en par.

Su mirada se fijó en los ojos de su hermano. De repente no había nada más allí. Solo ella y Seamus. Su expresión mostraba un intenso dolor. Pero había algo más. Sus ojos le pedían ayuda.

Volvió a cerrarlos. Era hora de partir.

Notas de juego

Vamos a ver, jovenzuela y jovenzuelos:

- Eilish usa un Bennie para absorber Herida y no lo logra. Tiene más de tres Heridas por lo que esta moribunda.

- El segundo Bennie no lo puedes usar para repetir la tirada de absorción en ese turno, Luzil, pues lo ganas en el turno siguiente, cuando Alex saca un Joker.

- No tengo muy claro lo que quieres hacer con eso de Bendecir el agua, Oraltor. Por eso he decidido ignorarlo. Solo tengo en cuenta la primera tirada de hechicería y por lo tanto ignoro el uso de ese Bennie (que repito que no tengo muy claro para que han sido todas esas tiradas).

Importante:

Eilish no esta muerta, pero se esta desangrando. Tirad TODOS por sanar y gastad esos Bennies que tenéis, que no puede haber mejor uso ahora mismo.

Ahora tenéis que tratar de evitar que se desangre.

Si no lo lográis,... Bueno, si no lo lográis comentaré lo que tiene que hacer Eilish en su próxima acción. Pero logradlo y ya esta.  ;)

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20/07/2019, 00:49
Seamus McBride

Seamus McBride, con el rostro cubierto de pequeñas salpicaduras de sangre ajena, se había convertido en apenas una sombra, una estatua. Su único afán en ese momento, rodeado de las personas con las que había luchado y combatido, era mantener abrazado y protegido el cuerpo de su única familia. Recordaba haber leído — no, escuchado — una vez que había que impedir que los heridos se quedaran fríos, por alguna mierda de daños internos o cerebrales. No le importaba el por qué, lo importante era darle calor a su hermana en aquella mierda de cueva húmeda dejada de la mano de Dios.

Vamos, Lissie. Sigue conmigo le susurraba, retirándole con cuidado uno de los mechones rebeldes que caían sobre su rostro cada vez más pálido —Háblame de esas idioteces tuyas. Háblame de la Universidad, y de pruebas y estudios. Te prometo que esta vez no me quejaré. Sólo por hoy, ¿vale?

Francis se acercó para limpiar la herida, y la rabia e impotencia que sintieron no fueron suficientes para contrarrestar la sensación de agradecimiento al ver al polizonte hacer todo lo posible. Incluso no le importó dejarse de subterfugios y mostrar libremente esos trucos que él había descubierto hacía semanas. No sabía cómo lo hacía, pero eran para ayudarles, así que le dejó hacer.

Esa mesa —señaló, con un cabeceo a nadie en particular. Se refería a una mesa junto a la pared llena de frascos y recipientes —Hay mierdas químicas que Eilish conoce. A lo mejor hay algo de utilidad.

- Tiradas (2)

Notas de juego

Que yo recuerde, sólo me quedaba un Bennie.

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21/07/2019, 01:57
Alexander Smith "Alex"

Tras el gran golpe Seamus había resistido facilmente, sin embargo, Eilish no estaba hecha para el combate, ella no se pudo levantar, tanto Francis como Seamus habían hecho todo lo posible por ella y, sin embargo, no era suficiente.

El boxeador acercándose lentamente, se apoyo en el hombro del pelirrojo, solicitando una especie de permiso para acercarse a Eilish, aunque realmente, en esos momentos, no parecía ser necesario.

Comprobó las heridas, y por suerte para el, en algun combate donde el juego limpio brillaba por su ausencia, el mismo había sufrido unas heridas parecidas, por lo que, con sumo cuidado, empezó a comprimir, coser y todo aquello que Eilish había realizado sobre el boxeador en el tren y sin saber como, la sangre dejo de brotar, y la cara de la doctora empezó a coger un color mas natural, abriendo la puerta a una pronta recuperación. 

- Tiradas (1)
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21/07/2019, 12:13
Francis Douglas

Cuando la doctora abrió los ojos Francis no pudo evitar dejar que la esperanza creciera en su corazón; sin embargo instantes después la joven Ripper cerro los ojos.

No..no...no—. Empezó a susurrar mientras trataba de ayudar a Smith, tratando de retener mas a su compañera con aquella absurda suplica.

Con las manos manchadas de sangre, se detuvo unos instantes y observo la fluidez en los movimientos del boxeador, mientras tanto por el rabillo del ojo vigilaba que el pecho de Eilish siguiera ascendiendo.

No parecía que su situación mejorase. Un agujero de bala era mas sencillo de controlar, pero ¿una herida interna? Aquello era como echar una moneda al aire y esperar a que todo saliera como se esperaba.

- Tiradas (1)
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21/07/2019, 19:21
Dra. Eilish McBride

Todo era oscuridad y gritos a su alrededor. Pero las voces que la llamaban estaban lejos, como si sonaran dentro de una cueva, y no las reconocía. ¿Padre? ¿Madre? Todo acompañado de un dolor insoportable que la hacía querer gritar, pero no podía.

Entonces, un relámpago blanco inundó todo y abrió los ojos. Lo primero que vio fueron los verdes ojos de su hermano, su rostro duro y salpicado de sangre. Le hablaba de algo mientras acariciaba su mejilla, pero no llegaba a entenderle. Le rodeaban sus compañeros, que parecían esforzarse en algo que se encontraba en su abdomen. Bajaban las manos y las levantaban cubiertas de sangre. ¿De quién era esa sangre?

No obtuvo respuesta pues volvió a sumirse en el sopor de la inconsciencia.

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21/07/2019, 23:10
Sir Anthony Sutton III

Sutton por fin se acercó a la doctora, al comprobar que el forzudo Alexander lo había hecho y Seamus no había reaccionado enloquecido.

Se acercó a la mesa indicada por el pelirrojo, tratando de no tirar nada mientra abría y olisqueaba alguno de los frascos hasta que encontró alcohol y aguja y algo que se asemejaba a sales aromáticas.

Quite, que usted no sabe. - dijo apartándo al bueno de Doulgas que parecía mirar las heridas sin sabes muy bien qué hacer mientras él se arrodillaba a comprobar la herida.

Sujetena, querido, no vaya a tener algún espamo. - indicó a Alex mientras taponaba y zurcía una herida del costado. La peor parte parecían las costillas pero no se atrevía a vendarle esa parte. - La marca no será bonita pero al menos parece que vivirá para contarlo...

Cuando terminó la labor, al menos hasta donde le llegaba los conocimientos más bien teóricos autoaprendidos en su biblioteca, acercó las sales a la nariz de la profesora al considerar que sería mejor que saliera por su propio pie que cargada malamente por alguno de ellos.

Eso es, querida, poco a poco... - le susurraba como quien habla a un infante. - Ha estado cerca pero podremos brindar por este encuentro.

Dicho lo cual, sacó su petaca de medicina Sutton y se la tendió a la mujer con una sonrisa.

- Tiradas (4)

Notas de juego

Gasto los tres bennies que me quedaban y curo una herida a Eilish, dejándola consciente (con dos heridas).

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21/07/2019, 23:27
Narrador

Se encontraba en una pradera cuyo verde lo cubría todo y llegando hasta el horizonte. Flores blancas, amarillas y rojas ponían acentos de color y las delicadas briznas de hierba acariciaban sus pies desnudos. El cielo estaba limpio de toda nube y brillaba con un intenso azul que otorgaba a la imagen una luz especial, un marco único.

Eilish estaba sola. Alla donde los ojos podían ver no se encontraba ningún ser vivo. Ni aves en el cielo, ni animales en el suelo, ni insectos en las flores. Nada. Y tampoco nadie. Era un mar de verde salpicado con pequeñas motas de color.

Entonces lo vio. Un único árbol en medio de aquella infinita pradera. Sus raíces horadaban el suelo uniéndolo a este como si fueran uno solo. Sus ramas crecían hacia el cielo, abrazándolo y fundiéndose con él. La mujer sintió entonces una poderosa fuerza que la atraía hacia el árbol y se puso en marcha, como si eso fuera lo único que importara ahora. Era su sino, la puerta que se abría a su destino.

A medida que se acercaba sintió que la fuerza magnética que la atraía iba creciendo, cada vez más fuerte. Las sensaciones de liberación y realización propia eran cada vez mayores, alcanzando cada poro de su piel, eliminando los sentimientos negativos.

Estaba llegando al árbol, que la invitaba a fundirse con él, cuando una luz intensa lo cubrió todo, hasta el punto de que sus ojos no fueron capaces de distinguir nada más a su alrededor. Entonces la sombra de una figura humana apareció ante ella, interponiéndose en su camino hacia aquel árbol.

Sus ojos se fueron acostumbrando algo al resplandor que lo cubría todo y Eilish fue capaz de apreciar los rasgos de la figura que se aproximaba a ella. La conocía, era una imagen familiar, intima y que despertaba sentimientos cálidos en la irlandesa.

– Eilish, cariño. Como me alegró de poder verte de nuevo. Estas hecha toda un mujer, inteligente y preciosa. Me haces estar orgullosa de ti.

Ya no la quedaba ninguna duda, esa figura que se aproximaba a ella con los brazos abiertos era su madre.

– Este árbol es nuestro destino final, nuestra última puerta. Aquí os estaré esperando cuando tengáis que partir a otras costas, para acompañaros.

Kiera1 giró algo el cuerpo, dejando que Eilish pudiera volver a ver el imponente árbol. Entonces la doctora comprendió por primera vez, que era aquel al que habían encontrado encadenada a su madre, pero ahora se encontraba intacto y despedía un calor agradable que inundaba cada poro de su piel, llenándola de una intensa sensación de felicidad.

– Pero es demasiado pronto para que nuestros caminos se vuelvan a juntar. Te queda mucho por vivir. Aún no ha llegado tu hora, amor mío. –continuó Kiera con voz calma–. Tú y tu hermano tenéis aún tanto que hacer.  No ha llegado tu hora. Todavía no. Regresa con Seamus.

Y su madre la dio un cálido beso en la frente.

Fue entonces que Eilish abrió los ojos y se encontró con el rostro de su hermana a pocos centímetros de ellas, observándola con sus propios ojos enrojecidos.

Notas de juego

1 El nombre de la madre de los McBride (ver la historia de ambos).