Partida Rol por web

     La vuelta hacia el pazo estaba cargada de silencio entre vosotros, Rufus iba delante con prisa para llegar cuanto antes y dejar la situación en otras manos. El resto de improvisados rescatadores volvían con la sensación de peligro y fracaso entremezcladas. No conocían ni al hombre ni a la mujer, ni siquiera al bombero que había salido voluntario al rescate, pero la muerte de la mujer pesaba en sus pensamientos.

     En el cielo la lluvia no daba tampoco tregua, nubes oscuras iluminadas por los rayos seguían clavadas sobre sus cabezas y alcanzaban a llenar todo el horizonte hacia la costa empujadas por el viento del Atlántico ya de por si húmedo y frío.

     Al llegar de nuevo a su alojamiento son recibidos por Ruth y Anne que os cubren con mantas y os dan un caldo caliente además de indicaros que os acerquéis a la chimenea que ahora arde con fuerza en el salón.

-    Me cagó en la pareja loca, en el bombero y en la madre que parió a todos!!!

Artai se había dejado caer en un sillón orejero junto a la chimenea, al abrigo de la manta que le había proporcionado Ruth y dando sorbitos a su taza de caldo caliente para ver si conseguía entrar en calor. 

A su alrededor, todos los miembros de la expedición de búsqueda estaban igual, o peor que él… La atmósfera de presión era inaguantable…

Rufus, en cuanto llegó al pazo entró como una exhalación buscando a Iago. No habíamos vuelto a verlo, ni a uno ni al otro… Menudo marrón tenía Iago encima. La isla se iba a convertir en todo un circo de policías, perros de rescate, sanitarios…

Por lo único que se alegraba Artai era porque a la loca zen de Irina se le habían jodido los planes. No me cayó nada bien desde el primer momento que la vi dando órdenes al pobre hombre ese. Veremos que pollo monta cuando se entere de todo…

Al entrar por la puerta, Gonzalo se quitó el chubasquero empapado, lo colgó en la entrada y se tiró sobre el sofá delante de la chimenea, en el lugar que amablemente les habían cedido a los que volvían de la expedición para que se secaran. Miró hacia la gente que se agolpaba en el pazo para ver si Pepe estaba entre ellos - No había ni rastro de él. - Anne, no habréis visto volver al bombero, ¿verdad? -  preguntó a la casera. Luego volvió a sumergirse en sus pensamientos.

Artai estaba cabreado con el mundo y con razón. Él tampoco se quitaba de la cabeza la imagen del cadáver. Aún caliente, con esa herida enorme y sin una gota de sangre. Parecía una puta película de terror.

Cuando hubo pasado un rato, una vez seco, miró con odio hacia Irina; no sabía por qué pero estaba convencido de que no iba a estar en lo más mínimo afectada por la noticia de la muerte de su clienta. Ni preocupada por el paradero del otro, por otro lado. Desde luego, no iba a hacer el curso con esta mujer; aunque Conso perdiera la entrada que había dado. Miró con una mezcla de pena y curiosidad también a la pareja que estaba con Irina, para ver cómo les había afectado la noticia a ellos.

Al hacerlo se acordó de Elena, de los disturbios en tierra y de los terroristas que había comentado Tyler. Miró a ver si había vuelto la cobertura. - Nada... - Le escribió de todas formas un WhatsApp y un SMS por si volvía sin que él se diera cuenta, diciendo que ni se le ocurriera dirigirse hacia la isla y que se quedara en casa encerrada hasta que las cosas se tranquilizaran. Él iría a verla en cuanto llegara a Coruña. Que iba a ser lo más pronto posible en cuanto pudieran salir de la isla, por otra parte.

Se preguntó si le tomarían declaración por ser testigo, reteniéndole unos días al volver. Si podía, haría que la policía supiera de Irina. Estaba convencido de que era responsable de alguna manera de lo que había pasado; como terapeuta que había hablado con la pareja justo antes de que se volvieran violentos y el hombre asesinara a la mujer. Imaginó que Nacho le intentaría hacer entrar en razón como siempre, diciéndole que la mujer no era responsable, que ellos no podían hacer nada, que no era ético ni haría sentir bien a la otra pareja y que blablabá. Pero quería que esa mujer asumiera, por lo menos, algo de la responsabilidad que le correspondía. Que lo pasara un poquito mal, vaya.

Irina se lleva aparte a Gregorio donde cree que nadie puede oírles pero por acústica o simplemente porque no se fijan en ti y el tono de voz es más alto de lo que creen mantienen una conversación de la que solo captas las palabras de Irina, por su voz aguda, pero no las escasas respuestas de Gregorio. Todo gira entorno al hecho de no devolver bajo ningún concepto los importes abonados, Irina dice que no es cosa suya, de Irina, que ella, la fallecida, ahora no pueda asistir a sus reuniones programadas. Asi que si aparece el marido, ese pobre hombre para Irina, que ignore cualquier petición de devolución.

Además, tiene intención de seguir con los planes del día siguiente.

El clima se había enrarecido más allá de lo puramente meteorológico. No era para menos. No siempre uno se encontraba con un asesinato y el asesino suelto en la misma pequeña isla que los albergaba. Por si fuera poco, gente desaparecida y la imposibilidad de salir a buscarlos.

_Sugiero que no hablemos de esto con el resto de la gente del pazo. En todo caso que lo haga Iago luego de comunicarse con las autoridades. No va a ser útil sembrar pánico.

Nacho se lamentó en silencio al ver a toda la gente aún despierta. Todo habría sido más fácil si ya estuvieran en sus habitaciones. Agradeció el caldo y las mantas y aprovechó para preguntar:

_¿Anne, Ruth, hay más gente viviendo en esta isla?

La prudencia de Nacho llega tarde, Rufus entró directamente a hablar con Iago sin escuchar la advertencia, mientras la contaba lo que habían encontrado en el embarcadero y la desaparición de los dos hombres, Anne y Ruth estaban escuchando a su lado y la muchacha tardó unos instantes en ir a contar las terribles noticias al grupo de Irina.

Estela se lleva las manos a la cara y comienza un profundo llanto mientras que Irina y Gregorio se apartan a un lado. Roberto, el marido de Estela, se queda conversando con Ruth y mirando a su mujer de tanto en tanto.

Cuando Nacho se acerca a Ruth (Anne sigue hablando con Rufus e Iago en las cocinas) y le pregunta, ésta niega con la cabeza. Aquí solo estamos nosotros, en verano a veces hay gente en alguna de las calas del norte que llegan en barcas, pero en esta época los únicos habitantes estamos aquí... bueno... o ahí fuera... pobres... y sin poder evitarlo también rompe a llorar.

Todo se precipitó y la novedad pronto estuvo en oídos de todos. Eso significaba que la noche se iba a hacer aún más larga porque habría gente a la que calmar y preguntas que responder. En ese momento lamentó aún más que no estuvieran ya todos en sus habitaciones cuando regresaron.

No pudo dejar de observar a Roberto. No sabía de sus intenciones para con su pareja, pero sin dudas no era demasiado hábil si pretendía arreglar cosas y se iba a hablar con Ruth cuando Estela lloraba.

Nacho quería ir a hablar con Rufus e Iago pero también Ruth se echó a llorar. No consideró adecuado dejarla. Buscó en las mesas un vaso y lo sirvió con agua.

_Toma, Ruth, te va a hacer bien -le dijo con voz serena-.

     Ruth agradece el gesto y se retira de nuevo hacia la cocina con el resto de gente del pazo. Roberto va hacia su mujer y le pide que se tranquilice, de una forma algo áspera y cortante.

     Iago sale con el gesto serio acompañado de su mujer, Rufus se acerca a Ruth y la abraza con ternura como un padre a una hija. Señores, siento todo lo que está pasando y está claro que no son los mejores días para ninguno de nosotros. Me gustaría pedirles a los que encontraron el cuerpo de Cecilia que me acompañen para hablar con el puesto de comandancia para dar parte de lo sucedido y por si tienen preguntas para ustedes.

Nacho asintió con la cabeza y se acercó a donde estaba Iago. Se acercó y le comentó en voz baja algo al oído.

_Sospecho que hay alguien más aquí además de nosotros y de la pareja de Cecilia. Consíguenos armas si vamos a salir, cuchillos al menos. Y que alguien se quede aquí atento. ¿No se puede llamar por radio a los del puesto de comandancia para que vengan ellos aquí?

     No puede haber nadie más que ese pobre de Amador al que Cecilia acabó por sacar de sus casillas. Tal y como ha estado la mar todo el día ya ha sido raro que Rufus os pudiera traer a vosotros como para pensar que otra persona se arriesgara a llegar hasta aquí... ¿a qué? ¿a esperar a que una pareja saliera corriendo?

     Créeme que apenas estando con ella unas horas yo también quería que se callara más que otra cosa... pero claro... así, entiéndeme se le ve muy azorado por haberse dejado llevar en la conversación. Pero no quiero tener por aquí a más gente con cuchillos o cosas de esas. No quiero ser responsable de que otro salga herido o... o ... bueno, no quiero más peso sobre mi conciencia que por lo que me ha dicho Rufus Amador se llevó uno de mis cuchillos y ella ha acabado... como ha acabado.

     Y lo de llamar y que vengan claro, eso está claro. Tienen que venir. Cuanto antes. Los del puesto y un juez y la barca sanitaria, si si, tienen que venir ya mismo para poner orden y ayudar a buscar al otro hombre... a Pepe, el bombero y a Roberto, porque ese hombre se ha arruinado la vida. Arruinada por la mala mujer que traía. Pobre...

_Iago, ese corte que tenía la mujer no pudo ser hecho por el cuchillo de comer que se llevó Amador. No soy forense, pero esos cortes, si los hubieras visto... No creo que haya encontrado otro cuchillo en el camino. Creo que fue otra persona. El mismo Rufus te lo puede decir. No digo que Rufus lo haya traído recientemente. Quizás es alguien que está en el interior de la isla. Si la persona que le hizo eso a esa mujer viene, tenemos que poder defendernos.

     Nadie vive en este terruño rapaciño. Yo he visto heridas muy feas hechas por los accidentes más tontos se desabrocha dos botones de la camisa y retira la camiseta interior blanca que lleva mira ves una cicatriz muy antigua y de aspecto impactante una mala pelea con un desgraciao con un vaso de chatos, casi me lleva para el otro lao. No digo que no os haya impactado ver a la mujer, pero no penséis cosas raras. Un corte fuerte con un cuchillo pequeño puede cortar. Se hace con los peces grandes, ahora ya no, que va todo con máquinas, pero de niño he visto destripar rapes con navajas.

     Aquí, los que vienen se van, solo permanecemos la gente del pazo. Más allá no hay sitio donde vivir ni nada que comer. Mala tierra es ésta para quedarse.

_Iago, no es nada raro. El lugar es grande y sé lo que vi. Lo que vimos. Tú trabajas con Rufus. ¿Ni siquiera en Rufus crees? Él ha visto lo mismo que yo y opina lo mismo que yo. Ni hablar del resto. No estoy pensando en asesinos seriales como en las películas, pero no me extrañaría que haya alguien más aquí sin que lo sepan. A Rufus no le gusta el interior. ¿Alguno de ustedes va? ¿O al faro? Quizás ni sepan que hay alguien más. ¿Si Rufus te lo dijera esto de que no se usó un cuchillo de cocina también le dirías que solo está impactado?

Esto... Rufus me ha dicho que la mujer estaba con el cuello abierto y que Amador salió con Cecilia con un cuchillo en la mano. Aquí sabemos sumar dos y dos.

¿Quién te ha dicho que a Rufus no le gusta el interior? Él hace de guía a la gente que quiere ir a ver el viejo faro y también los lleva hacia el norte, a las calas y a la fuente seca. Si lo dices por hoy... a ver, yo tampoco quiero meterme en la boca del lobo y salir a las tierras con la que está cayendo. Si te ha dicho algo de eso no se lo tengas muy en cuenta. Él va mucho al faro y cuenta historias a los turistas.

En verano si hay veces que tenemos a algún despistado que hay llegado por su cuenta, pero ya te digo que si fuera el caso sería un pobre desgraciado que ha perdido su barco por la tormenta. Pero no voy a empezar a pensar en que un naúfrago casualmente ha encontrado un cuchillo, se ha acercado a Cecilia para matarla porque le ha apetecido y ha hecho desaparecer a dos hombres, dos hombres y casi medio más porque el bombero valía por más de uno con su tamaño. No, no tiene sentido. Pensar que Amador enloqueció por culpa de su mujer y que al llegar al embarcadero la degolló por la espalda si tiene sentido, todo el sentido, por muy triste y cruel que sea. Después, vive Dios que solo puedo pensar que él mismo se tiró a la mar.

No somos gente de ciudad que ve las series esas de los policías americanos. Aquí somos de trabajar y si hay que matar y morir también te digo que somos de hacer las cosas sencillas.

Gonzalo al escuchar la llamada de Iago se acercó a él y a Nacho, que hablaban en un rincón - ​​Listo, vayamos a dar el aviso, cuando queráis 

 Pablo Al fin pudo cubrirse de la tormenta y tomará asiento junto al fuego, tu rostro era bastante neutral y solo pudo decir una cosa.

—No vuelvo a tener unas vacaciones en mi vida. 

 Mientras tomaba su caldo, ignoro todo lo que pude el drama de Ruth y los demás. Quería relajarse. Hasta que los escucha hablar de volver a salir.

—No, no, no, como van a pensar en volver a salir, esperen a que termine de llover por lo menos, que aún no me termino el caldito... que tan lejos está esa "Comandancia"?

Nacho pronto notó la rigidez de Iago. Era la definición de cabeza dura.

_Ustedes sí. ¿Amador era de aquí o de ciudad? Vamos, Iago. ¿Si Rufus confirma que el corte tal como estaba hecho no se pudo hacer con el cuchillo que se llevó Roberto, tampoco nos creerás o sí?

En ese momento se sumaron otros a la conversación.

Nacho se giró al escuchar la voz de Gonzalo y Pablo, y aprovechó para buscar con la vista a Rufus. Luego se adelantó a responder lo que Pablo preguntaba. _No nos moveremos de aquí, Pablo. Iago llamará para que vengan, si es que no lo ha hecho ya.

Estaba claro que tendrían que prestar declaración. Al fin y al cabo, hemos sido testigos de la pelea previa y hemos sido los desgraciados que hemos tenido la mala suerte de encontrar el cadaver....

Lo que sí espero es que la comandancia venga al pazo. No tengo ni putas ganas de volver a salir esta noche ahí fuera..

Tenía un nudo en el estómago. Una fuerte sensación de peligro. Esto no había acabado con la muerte de la mujer, estaba más que convencido...