Partida Rol por web

Al cabo de un largo rato, regresó Escarcha, parándose delante de Artkt, y se agachó para que el pequeño méfit no tuviera que levantarse. De entre su túnica sacó un medallón esférico de color ámbar.

Póntelo y no te lo quites por nada del mundo. Artkt asintió y se lo puso, pero en su mirada se adivinaba que quería saber para qué servía. Te aislará del viaje entre planos. Probablemente tu parte de alma que ha quedado fuera no pueda seguir extrayendo la que compartes con Toris, lo que nos daría más tiempo.

 ¿No lo sabes seguro?

 Escarcha sonrió un poquito y le dio una pequeña palmadita en el hombro. El Arte no es cosa de certezas, Artkt, si no de misterios. Pero sí, debería ayudar.

Artkt asintió y se quedó mirando el medallón con curiosidad mientras Escarcha entraba en la taberna y se sentaba junto a Toris.

 He revisado algunos tomos. Veo un par de... posibilidades. Hay métodos para potenciar el alma de una criatura, con el objetivo de que no pueda ser apresada por ciertos conjuros nigrománticos. Podría realizar ese... ritual con los dos. Probablemente entonces sea vuestra alma conjunta, reforzada, la que 'absorbería' poco a poco el alma que ha quedado "fuera". Miró a Toris. Vuestra alma conjunta es más fuerte que la de Artkt sola, pero es posible que funcione, que se 'sincronice' mejor si separáis vuestras almas y es tan solo Artkt el que 'reclama' su media alma perdida. Pero también puede que perdamos un tiempo que se nos escapa de entre los dedos.

Yo optaría por hacer el rito con ambos, si quieres mi opinión. Con vuestra mezcla anímica parece que se puede 'robar' el alma de Artkt, no hya motivo para pensar que al revés no pudiera ser... Pero ya que implica que tú también estarías en peligro... la decisión es tuya.

- No, la decisión es de ambos -le corrigió Toris-. Si no he entendido mal tenemos más posibilidades estando unidos, así que vamos a seguir así. Artkt, ¿estás de acuerdo? -el méfit asintió con la cabeza-. Pues ya está decidido. Otra cosa Escarcha, me gusta el chiringuito que te has montado, me tienes que hablar más de esto.

Toris se acerco a Artkt y miraron juntos la gruta durante unos segundos.

- Creo que lo hacen con magía Artkt, y con unas cosas que se llaman pico, pala y sudor -y le sonrió.

Escarcha asintió. Así sea entonces. Y se levantó acompañando a Toris a hablar con Artkt.

 Otra cosa Escarcha, me gusta el chiringuito que te has montado, me tienes que hablar más de esto.

Escarcha le miró. Desde aquí organizo a los distintos grupos o 'células' de Colmillos por casi todo Faerun. Somos pocos, pero trabajamos con verdaderas ganas. Aquí nadie cobra, pero los villanos que vamos "dando de baja" nos suministran de sobra para todas nuestras necesidades. Descansad un rato en las habitaciones, cuando termine de preparar el ritual iré a buscaros y será mejor que hayáis descansado bien.

Escarcha se marchó y al poco, la pareja de compañeros subió las escaleras con más dificultad que rapidez.

Al llegar arriba y buscar habitaciones que no tuvieran nombre, deambularon brevemente hasta encontrar una que tenía la llave puesta en la puerta. Cuando Toris fue a abrir, un enano con armadura salió de otra puerta y por inercia fue a saludar a Toris antes de percatarse de que no le conocía de nada, ni a él ni al méfit que le acompañaba.

Su primer gesto fue fruncir el ceño y ponerse ligeramente tenso, pero enseguida se relajó un poco y saludó.

¡Buenas! ¿Qué, un diente de leche? Creo que no nos conocemos...

Lorfod, un placer. Dijo el enano, y le estrechó la mano, mirando de arriba abajo al elfo. ¿Te encuentras bien? Se te ve como si te hubiera rodado un ogro por encima, chico.

Después estrechó la mano de Artkt también.

¿Con quién habéis venido? No... recuerdo que haya entrado aquí nadie que no sea de esta dentadura...

- Emm, sí... -respondió mientras revisaba su aspecto-, me ha traído Escarcha, oye, ¿está libre esta habitación? -repitió la pregunta.

El enano asintió

Sí, claro. Quédaos la llave.... ¡Y buena suerte a los dos...!

Lorfod se marchó silbando una tonadilla que Toris no reconoció, pero que parecía alegre y marcial. Cuando entró en la habitación no encontró grandes lujos, pero sí comodidad más que suficiente para reponerse después de un largo viaje. Parecía que hacía mucho tiempo que no se utilizaba, pero estaba limpia.

Tras un rato de reposo bastante necesario, Toris se despertó pero Artkt seguía durmiendo. En elfo volvió a bajar a la sala común de la 'posada'.

Escarcha estaba sentada en el sillón, leyendo un grimorio antiguo, grueso y pesado que tenía en su regazo mientras bebía de una... jarra en la que flotaban trocitos de hielo. En la mesita habían otros dos viejos libros, una pequeña navaja, un cáliz de cristal (o hielo, no lo tenía claro) y una cajita que parecía ser para componentes de conjuro.

La mujer no parecía haber oído al elfo.

Escarcha levantó la cabeza por encima del hombro mientras Toris se acercaba.
Buenos días... Dijo con serenidad. El elfo preguntó si buscaba soluciones en aquél grueso tomo, y Escarcha hizo un gesto de 'más o menos' con la mano.

Lo tengo todo claro, pero estoy repasando el tomo, por las... Pasó una página Diferencias que pueda haber entre un alma élfica y una elemental que puedan ocasionar problemas inesperados. No quiero dejar nada al azar, ni confiar en que Mystra no tenga más sorpresas. Dio otro sorbo de su jarra medio congelada y siguió leyendo un rato más, tranquila y concentrada, hasta que levantó la vista un momento, hacia "nada" en particular, como si acabase de acordar de algo o hubiese venido algo a su mente.

Suspiró y cerró los ojos, negando con la cabeza y llevándose la mano a la frente un instante. Luego abrió los ojos y miró a Toris con una expresión de resignación.

"Sin comentarios. Ahora voy". Dijo, y se recompuso un momento. Tus amigos acaban de romper la flauta, y seguramente Yulia vaya a por ellos en breve. Resopló con fastidio. Si tengo que concentrarme en vigilarles no puedo seguir leyendo esto. Movió el grueso tomo de su regazo a la mesita, poniendo un punto de libro y cerrándolo. En su portada podía leerse: "De animas compendium" en común antiguo y en dracónico. Conociendo a Yulia no tardará demasiado en ir a por ellos, no nos robará demasiado tiempo. Sacó de un bolsillo mágico de su túnica una bola de cristal que incluía sus propias 'tres patas' decoradas en plata y tallas de madera.

Lanzó un hechizo de Escudriñamiento, y se tomó su tiempo para lanzarlo, más de lo que tomaría lanzar un hechizo habitualmente. Entonces, en la bola de cristal apareció la Armónica Enlatada con un nuevo integrante, un joven con aspecto de montaraz.

Aunque pudo pasar fácilmente más de media hora, no necesitó otro nuevo lanzamiento, más que concentrarse en la bola de cristal, centrada en Sudeiman (Probablemente el menos sensitivo de todos) mientras el grupo buscaba un callejón donde prepararse para el previsto ataque, encontrando uno cercano a la casa de Kecyn. A pesar de la coraza emocional que era el rostro de Escarcha habitualmente, podía notarse cierta impaciencia en la forma de sus cejas y su forma de mirar la bola. Ya no bebía de la jarra, y ocasionalmente jugueteaba con los dos dedos índices.

Entonces fue cuando Yulia apareció en el callejón, y Escarcha se puso de pie. El grupo parecía que iba a pasarlo bastante mal contra aquella arcana. El arqueo de sus cejas mostraba que contenía enfado. Ahora vuelvo. Dijo, y lanzó un Teleportar, lo que hizo que la imagen de la bola se desvaneciese casi tan rápido como la misteriosa mujer de púrpura.

No le llevó mucho más de un minuto regresar, y lo hizo por la misma puerta por la que había entrado con Toris y Artkt, pero llevando a Yulia, inconsciente, cogida de la espalda, por la ropa. Escarcha parecía ilesa, y dejó a Yulia en uno de los sofás, suspirando. La elfa tenía un morado hinchado en el centro de la frente, un fortísimo golpe que se convertiría en el Señor de los Chichones en unos pocos minutos. Escarcha, de pie delante de ella, le cogió las manos. Cuando las apretó crujieron escalofriantemente. Gritó de dolor al despertarse. Aquella elfa podía olvidarse de usar ningún conjuro que tuviese algún componente somático, y probablemente su lucidez estuviese más que comprometida a causa del golpe en la cabeza.

Escarcha miró a Yulia a los ojos. La fey'ri lloriqueaba de dolor y miedo mientras la mujer la echaba contra el sillón.

 Por favor... Esc-carcha...

 Te di una oportunidad, Yulia. Y nos traicionaste.

 Era... fue superior a mi, no pude... No pude...

 ¿Eso es lo que te dices para excusarte ante tu propia consciencia? ¿Lo que te decías cuando veías a los esclavos trabajar en la mina, o cobrabas de los Ladrones?

 La cosa se puso difícil, luego... tuve miedo... arghh... Se miró las manos. Y escapé...

 Podías haber pedido ayuda, pero preferiste volverte un enemigo. Sabes bien que di todo lo que pude para ayudarte, Yulia. No habría sido la primera vez que te equivocabas, pero ésta ha sido la última, has ido demasiado lejos. Escarcha se empezó a acercar a ella.

 Una última oportunidad, Escarcha! Por compasión! Echo de menos la vida entre humanos, pero sabía que me estarías buscando, estoy lista para volver, debes creerme... Por favor!

 Sabes que no puedo permitirme darte otra oportunidad, cuando con eso pongo inocentes en juego. Créeme que lo siento. Yulia fue a replicar, pero Escarcha cogió la cabeza de la fey'ri y le partió el cuello con las manos, con facilidad. La medio elfa ni se enteró. En cuanto a Escarcha, no se veía emoción alguna en su rostro, ya que se esforzaba en ocultar sus sentimientos, pero si hubiera habido que apostar por alguno, habría sido pena. Cogió a Yulia en brazos y habló a Toris sin mirarle. No te lleves una idea equivocada, Toris. Comprendo los errores, todos somos mortales, pero lo que no perdono son cambios de bando. Vuelvo en un rato, voy a darle sepultura. Andó hacia la puerta y se detuvo. Ah... tus amigos están bien. Tienen a un chico nuevo con ellos, un arcano bastante curioso, y quieren tener noticias tuyas regularmente.

Después de haber realizado el ritual, que afortunadamente salió bien, ambos estuvieron un tiempo de recuperación en aquella cueva-barracón. Tipos de lo más extraño iban y venían cada algunos días, y Escarcha no estaba prácticamente nunca, aunque venía de tarde en tarde a comprobar su estado y ponerle en contacto con Elvin. Seguía sin poder acceder a ciertos lugares, según Escarcha porque había poderosas defensas. Si Toris averiguó la veracidad de aquello con un conjuro de Detectar Magia, podría haber visto efectivamente poderosos encantamientos defensivos. Un par de sirvientes invisibles se encargaban de la limpieza y tareas mundanas de forma autómata, pero por lo demás estuvieron muy solos.

Una vez más repuesto, Artkt salió a explorar la cueva mientras Toris dormía, y dijo que había una puerta de piedra al otro lado de la enorme cueva, tras un montículo. No podía verse desde la balconada, pero no era tampoco una puerta que estuviese oculta. Le escamaron mucho dos estatuas de hierro que habían flanqueando la puerta, así que no se acercó más.

Entre las personas que vinieron, habían un medio elfo con varias cicatrices en la cara y armadura ligera, un bárbaro enorme, Shartai, un anciano cargado de libros en una bolsa de contención, una semielfa arquera con un tipo desgarbado con una coraza chapucera, otro humano con los ojos blancos y una extraña hacha circular, acompañado de un mago con túnica negra y gris, y un mediano que iba y venía más que los demás. Normalmente descansaban, cambiaban equipamiento que recogían de una de las puertas 'prohibidas', actualizaban información en el tablón, y volvían a marcharse. Al no ser uno de los 'Colmillos', no compartían demasiada información sobre sus trabajos con Toris, pero la mayor parte eran bastante amigables, y muchos estaban ya al corriente de que Toris estaba allí y de su situación.

Cuando Toris y Artkt ya están en forma, Escarcha se ofrece a simplemente llevarle a Suldanessalar o entrar a formar parte de su grupo, por si se lo ha pensado de nuevo desde la última vez que lo hablaron, cuando llegó. Toris decide entrar a formar parte, así que lo primero que hace es volver a explicarle los objetivos de los Colmillos. 
Más allá de utilizar muertos vivientes, prácticamente nada estaba vetado con tal de lograr el objetivo principal: "Destruir el Mal allá donde se encuentre, con cualquier medio a nuestro alcance, sin dañar a los inocentes o compensándoles llegado el caso". Artkt también suscribió esas condiciones, y no hubo ningún otro juramento o solemnidad posterior, se trató de un compromiso entre dos partes. Escarcha le contactaría trabajos y a otros compañeros, velaría por él si podía, y le conseguiría el equipamiento y la curación que pudiera llegar a necesitar. A cambio, Toris y Artkt los utilizarían para cumplir esos trabajos, y se mantendrían alerta por otros problemas o enemigos que pudieran amenazar la vida pacífica de los inocentes de Faerûn.

Después del compromiso, puso a prueba sus habilidades, tanto mágicas como de combate, tanto en ataque como en defensa, y lo mismo con Artkt. Escarcha se defendía y combatía con una calma y experiencia increíbles, y sus conocimientos arcanos eran muy amplios. Después de asignarles la categoría de 'Caballo' (En referencia a las piezas del ajedrez, peón, caballo, alfil, torre y rey/reina) les hizo un dibujo y describió sus habilidades por encima: Combate cuerpo a cuerpo ofensivo y magia arcana limitada y sobre Artkt, Combate cuerpo a cuerpo.

Tomó después una muestra de sangre de ambos y se marchó con ambas adentro de una de las puertas, para que el ritual que lo protegía todo les franquease el paso poniendo la mano en la puerta. Tardó un rato, y después pudo enseñarles bien todo el tinglado:

La primera puerta llevaba a una pequeña... recepción, donde un sirviente translúcido apuntaba lo que los compañeros se llevaban o devolvían, y respondía a preguntas sobre lo que había o no disponible en un momento dado. Habían dos puertas, la primera llevaba a un laboratorio de alquimia, con varias mesas de trabajo y equipamiento para crear objetos mágicos y pociones, aunque no era aquí donde se almacenaban. Luces mágicas iluminaban la estancia, y los olores alquímicos eran bastante fuertes. Había un panel similar al del barracón, pero donde se solicitaba a compañeros que encontrasen distintos ingredientes mágicos para el grupo.

La segunda llevaba a varios armeros bien nutridos con casi cualquier tipo de arma o armadura, pociones, y mucho otro equipamiento mágico y mundano de todo tipo, además de joyas y oro en metálico y lingotes. En una sala a continuación, había una forja completamente equipada, que también podría utilizarse a placer. Escarcha explicó que, en principio, no había límite al equipamiento que alguien podría coger, siempre que le fuera a ser necesario o útil. Si se abusaba del almacén, se utilizaba el oro o el equipo para hacer negocios o para uso personal, la entrada al mismo se podría restringir tan rápido como se había concedido*

Había una cuarta sala con objetos únicos y especiales, sólo disponible bajo consulta directa a Escarcha**. Mostró la sala a Toris y Artkt, habían cosas bastante raras, pero en un lugar casi podríamos llamar 'presidencial', una coraza y un casco que parecían hechos de plata con evidentes incrustaciones mágicas estaban 'exhibidos', casi a modo de homenaje, más que simplemente almacenados. 

Por la otra puerta se entraba a una biblioteca considerable, donde habían tanto libros como pergaminos, y mesas y sillones donde leer cómodamente. El lugar estaba insonorizado mágicamente, y todos los ruidos y voces resultaban atenuados tras unos pocos pasos. El hombre mayor estaba sumergido en unos tomos, copiando pergaminos mágicos. Prefirieron no molestarle. Al igual que en la forja, un sirviente translúcido anotaba los tomos y pergaminos que el Colmillo tomaba prestados o devolvía.

Desde la biblioteca se llegaba a otra sala con un mapa de Faerûn enorme sobre una mesa de piedra, y sobre él un par de gruesos libros y un buen montón de pergaminos. Sobre el mapa habían unas figurillas que no parecían representar nada en concreto, y unas veinte marcas numeradas, pero que un vistazo más detallado descubría que las figurillas, depende cómo se mirasen, eran runas en dracónico. Al fondo de la estancia había un espejo, y junto a él un  cuchillo, un cáliz cáliz, y un libro cerrado sobre un atril. Escarcha explicó que en el mapa estaban marcados los distintos portales que los Colmillos habían creado a lo largo de los siglos para moverse por Faerûn. Funcionaban bastante bien, al menos la mayoría. En el libro del atril explicaba cómo funcionaba para moverse a cada uno de los 22 portales, y los riesgos que se le habían descubierto a cada uno. No hacía falta ser mago para utilizarlos, pero en tal caso necesitabas dejar caer unas gotas de tu sangre en el cáliz. Se trataba de una magia antigua y quizá un poco tosca, pero funcionaba. Cada uno de los Colmillos podría utilizar el portal una vez por semana, y en algunos de ellos podría regresar, pero no en todos había esa posibilidad.

Los dos tomos y los pergaminos sobre el mapa era información recopilada sobre aliados y enemigos de la organización, asuntos pendientes, y otros temas estratégicos.

Bueno... básicamente esto es todo. Luego, al otro extremo de la cueva están mis aposentos. ¿Algo más que desees saber?

Cuando es clasifica:

- ¿Caballo eh? Creo que me representa bien. Tal vez no sea suficientemente fuerte como para ir de frente, pero con estrategia, inteligencia y usando mis habilidades con cabeza puedo acabar con cualquier reina. Infiltrarse y atacar por sorpresa, eso se me da bien.

Cuando le enseña el chiringo:

- Hay mucha cosa aquí... ¿cuál es la misión que me vas a encomendar? Imagino que es importante si me permites llevarme cosas de tu arsenal.

Yo suelo encargarme de las misiones más delicadas o peligrosas de espionaje e investigación, y de los objetivos demasiado duros, lo que me lleva... bastante tiempo. A veces también tengo que ayudar a alguien que está en problemas. Me encantaría encargarme de todo yo sola, pero simplemente no puedo estar en todas partes a la vez.

Tengo bastante gente trabajando en el asunto de los Sithylisianos, y hay otros que me quedan cojos. Uno en concreto me llevaría demasiado tiempo. Tengo a una compañera, Shartai, la que te siguió en Mercaderes, buscando a un espía Zhentárim particularmente esquivo en Procampur, muy, pero que muy al este. Lo señaló en el mapa. Es una ciudad grande, bastante bien gobernada y honesta, y sabemos que éste tipo se está haciendo pasar por comerciante honesto, creando su propia red, aunque con otro nombre. Legalmente... poco se puede hacer contra él.

Normalmente confiaría en Shartai para que le descubriese, y en un grupo de apoyo para que acabase el trabajo, pero estando tan cortos de personal, ese será vuestro cometido. Ayudar a Shartai a localizar a Bremnon, con el nombre que adopte ahora, acabar con él y con cualquiera de sus secuaces, y esfumaros de Procampur.

Toda la información que podáis sacarle o robarle será bienvenida. Puso la mano sobre uno de los tomos que habían encima del mapa.

Toris aceptó, pero mencionando a Escarcha que no quería recibir órdenes de Shartai, a lo sumo ser compañeros en igualdad. La mujer se encogió de hombros

Eso es cosa vuestra, mientras saquéis esa manzana podrida del cesto. Aquí la gente tiene sus rivalidades a veces, pero con el tiempo suelen tratarse más como amigos que como simples compañeros. Es... parte de la gracia. Señaló el portal más cercano a Procampur. 

Shartai ya estará esperando en el destino del Portal. Se trata de un viejo templo sin interés al lado de un camino. Desde allí podréis llegar a Procampur en uno o dos días. Le dio una palmadita en el hombro a cada uno y se fue hacia la puerta. Marchad cuando estéis listos.

Si Toris se toma un tiempo para revisar sobre los demás 'Colmillos' en activo algo sobre Shartai, tiene una hoja con un dibujo como el que Escarcha hizo a Toris y Artkt. En él, Shartai aparece dibujada, y sus habilidades descritas como "Magia arcana básica, especialista en infiltración y camuflaje a plena vista"

Tras usar el portal, que funcionaba bien a pesar de las 'caídas' de la Urdimbre, Toris apareció en un edificio ruinoso y polvoriento. Shartai estaba sentada, vestida de forma... lujosa pero extraña, al menos la moda que usaba era completamente ajena para Toris. Quizá era lo que se llevaba en aquella zona.

Bienvenidos... No pudo evitar mirar a Artkt. A los dos. Se sonrió. 

Shartai propuso un plan: Iba vestida como una mercader khessentana, dispuesta a invertir en la ciudad, en busca de socios. Eso le permitiría moverse por los círculos adecuados hasta dar con su objetivo, mientras Toris y Artkt hacían lo propio desde los bajos fondos, o la acompañaban como guardaespaldas si fuera necesario. Por su tono, daba a entender que estaba abierta a cambios y mejoras en el plan, ya que ella no conocía demasiado de las habilidades de Toris o su pétreo compañero.

Toris dio un rápido (y disimulado) repaso a Shartai:

- Estás muy elegante -dijo, para rápidamente cambiar de tema-. Puedo hacer ambas cosas. Tengo una buena educación y puedo hacerme pasar por el guardaespaldas de una adinerada mujer de negocios -señanlado con un gesto ascendente de la mano el vestido de Shartai-; los modales no serán un problema. Por otra parte, también estoy acostumbrado a los bajos fondos y a su funcionamiento. Sé incluso como funcionan las organizaciones secretas. Lamentablemente, no sé nada sobre Procampur, así que si optamos por la segunda opción necesitará unas clases durante el viaje.

Shartai asintió.

Mejor entonces. Así tú también podrás moverte por otros círculos. En cuanto a Procámpur, no he estado muchas veces, pero...

Durante el camino de dos días hasta Procampur, Shartai empieza a explicar sobre la ciudad y la región a Toris y Artkt para que no anden tan perdidos, si bien ella admite no ser una gran conocedora del lugar, pero que por eso mismo hacerse pasar por extranjera puede venir bien. Ya que Toris se desenvuelve bien en círculos educados, ambos acaban trabajando tanto en los bajos fondos como en los barrios mercaderes, alternando entre una simple ladronzuela y la mercader con asombrosa facilidad, y no se trata de la magia con la que se ayuda a cambiar de aspecto, si no de la facilidad con la que cambia su registro y su actitud.

Entre los tres (Si bien Artkt no ha podido colaborar mucho, salvo como distracción), tras un par de días de investigación, tienen un par de extranjeros, sospechosos bastante probables para el Zhentárim encubierto. Altir es un hombre joven, que vive en el barrio alto y se comenta que con sus empresas ayuda al contrabando. Dornan es un hombre alrededor de los 40 que vive en el barrio mercader, recientemente instalado en la ciudad, con unos cuantos negocios bien situados y muchos contactos.

Sentados en la taberna de turno, los Colmillos planifican el siguiente movimiento...

Estoy pensando en colarme, o colarnos, en casa de alguno de ellos. Quizá pudiéramos averiguar más sobre sus movimientos reales, pero me preocupa que nos puedan atrapar. Puedo intentar acercarme a alguno de ellos más sutilmente a alguno de ellos... pero llevará más tiempo.

- No me gusta nada tomar decisiones precipitadas, pero creo que tiempo es precisamente lo que no tenemos. Ummm, creo que deberíamos actuar ya, y lo mejor sería que cada uno fuera a por uno, de lo contrario podemos hacer saltar la liebre. Solo hay un motivo para no separarnos -hizo una pausa para mirar a los ojos a Shartai-, que sea demasiado Zhentarim para ir por separado. Dime Shartai, ¿qué sabes sobre sus habilidades de combate? ¿Crees que podremos con él por separado en caso de que nos sorprenda?

No me consta que sea un luchador... pero o bien tiene guardaespaldas, o bien es algún tipo de arcano. La magia arcana va bien para engatusar a los demás u obtener beneficios deshonestos. Y que sea un mago, o un sacerdote no quita que tenga también esos guardaespaldas, ya que no desentonarían para nada con un mercader.

Podríamos... dividirnos, como bien dices, pero tan sólo para espiar, a ver si obtenemos más información y después ir juntos a por el... objetivo correcto. Y de paso si nos descubren, sólo descubren a uno de los dos. Shartai asumió, quizá equivocadamente, que Artkt no participaría en la misión si se trataba de espionaje.