Partida Rol por web

Los ojos de Toris bailotean debajo de sus párpados antes de abrirlos y quedar cegado momentáneamente por la luz del sol que entra por los amplios ventanales del hospital de Suldanessalar junto con el canto de los pájaros. La imagen de Angarradh, la Diosa Trina de los elfos preside la cama donde el elfo lleva descansando un tiempo... indeterminado, y el candelabro con las velas mágicas sigue encendido, sin importarle la hora del día que sea.

Manohechizada recuerda haber empeorado gravemente mientras Elvin y otros magos y sacerdotes de Corelon dilucidaban el origen exacto de su problema para poder solucionarlo. Le pusieron en cama y se consagraron a los Seldarine mientras les mantenían a él y a Artkt con vida.

Entonces, mientras repasa lo que ha pasado en los últimos días, escucha su nombre. Elvin está delante de él, esperando que sea capaz de prestarle atención.

Buenos días amigo. Dice el elfo dorado, con una sonrisa amable, pero una sombra de preocupación en su rostro. Tengo noticias... Anunció mientras se sentaba al lado y le daba un tiempo para despejar la mente. La amistad no era desconocida entre solares y silvanos, era sólo que... al sumar la arrogancia de los magos con la de los solares y compararla con la humildad de los silvanos, hacían ciertas relaciones difíciles, pero Elvin... era distinto. 

Siempre se te dio mejor la práctica que la teoría, Toris. Dijo poniendo una mano sobre la suya. ¿En qué pensabas cuando uniste tu alma con la de... un pequeño elemental? Preguntó preocupado.

Toris no sabía cuanto tiempo llevaba en la cama, pero cuando intentó hablar de su boca solo salieron unos sonidos afonicos nada inteligibles. Se aclaró la garganta y trato de incorporarse, aunque tuvo que desistir y se volvió a acomodar en la almohada.

- Pensé en que sabía que era peligroso y que en que lo más probable es que murieramos los dos -dijo con un hilo de voz apenas audible-, pero lo que sé podía estar equivocado.

Elvin sonrió y dejo escapar una risilla al escuchar a su antiguo alumno parafrasearle.

- Pues el problema es grave -Elvin se puso serio de golpe-. No es solo que te jayas únido a un elemental, sino que también a un ajeno. Algo está desgarrando vuestras almas y arrancandolas del plano material.

- Pues si no sabemos que me pasa exactamente habrá que experimentar, pero no falles como casi siempre -le dijo Toris mientras se esforzaba por sonreir.

¿Fallar?

Elvin levantó una ceja mirando a Toris, con media sonrisa en los labios.

No soy yo el que está hecho polvo en cama como un humano anciano, compañero. Elvin se puso de pie y empezó a caminar, como solía hacer cuando pensaba.

La teoría que cobra más fuerza es la de que las almas no han estado correctamente sincronizadas. Comenzó. Es decir... El alma del méfit estaba incompleta, y la parte que ha quedado en los Planos -Probablemente en el plano Astral- estaba intentando 'tirar' de él para recomponerse. Obviamente le hubiera acabado matando, pero lentamente.

Miró un momento hacia arriba, pensó un poco, y volvió a mirar a Toris.

Al unir tu alma a 'parte' del alma del méfit... el pedazo que ha quedado por allí está desgarrando vuestra alma dual, intentando recuperar su parte. Suspiró. Estamos haciendo todo lo que podemos, Toris... Pero me temo que para salvarte habrá que... separarte del méfit. Tal vez le podamos mandar de vuelta a su plano, y quizá allí se recuperase, es algo que podríamos estudiar, pero los sacerdotes de Corelon tienen claro que si han de elegir uno de los dos... tú eres su prioridad.

Toris escuchó atentamente a Elvin y trató de procesar lo que le estaba diciendo.

- Entonces, ¿he acelerado su muerte, o va a la misma velocidad? -preguntó finalmente-. Elvin, no me uní a Artkt para dejarlo morir, sino para salvarlo -dijo, tratando de hacer hincapié usando el nombre del elemental para personalizarlo-. Aún comparto los sentimientos con él, le percibo, y está asustado y preocupado por mí.

Toris hizo una pausa y prosiguió:

- Confio en ti Elvin. Salvalo, por favor, si alguien puede ese eres tú.

Cuando preguntó si sólo había acelerado su muerte, Elvin suspiró, y pensó la respuesta durante un par de segundos.

Lo que importa es que lo intentaste. Fue la respuesta.

Lo sigo intentando, créeme. Dijo serio. Seguimos revisando todo lo que tenemos al respecto que pueda ayudar, pero no tenéis más de un mes, y no tendremos dos oportunidades de hacerlo bien. Si no lo tenemos claro... Artkt tendrá que separarse de ti para que uno de los dos pueda vivir. Espero que lo comprendas.

Le dio unas palmaditas en el hombro y se fue alejando.

Vuelvo al trabajo. Tú... descansa.

Cuando la puerta se cerró, Escarcha deshizo su invisibilidad frente a la cama de Toris, mirando a la puerta. Como la otra vez que la viste, llevaba una túnica morada, y al girarse miró a Toris con rostro frío y serio, pero con una mirada preocupada esta vez.

Es majo, para ser un solar. Dijo cruzando la mirada con el elfo. Se te ve desmejorado. Dijo sentándose a los pies de la cama, moviendo la espada en el cinto para que no molestase.

Toris se sorprendió enormemente con la aparición de Escarcha. Elvin era demasiado meticuloso como para que alguien invisible pasará desapercibido a sus ojos. Siempre estaba alerta y siempre tenía sus conjuros en funcionamiento, pues tenía una especial predilección por las ilusiones. Eso implicaba que los poderes de Escarcha eran considerables.

- Es el único elfo solar que merece la pena en el mundo entero -replicó-. ¿Qué haces aquí y cómo has llegado sin que te descubran? -Elvin era astuto, así que pensó que debía de ganar tiempo por si Elvin la había visto e intento disimular mientras iba a buscar ayuda.

Escarcha sonrió. Fue una sonrisa de medio lado, breve y más maternal que burlona.

Los elfos no tienen el monopolio de la magia, Toris. Levantó un dedo. De hecho, sólo una de los 9 elegidos de Mystra es 'más o menos' elfa, por si te sirve para hacerte una idea.

Su rostro cambió junto con el tema de que hablaba.

Tengo muchos oídos en muchas partes. Dijo comenzando a responder el 'qué haces aquí' ignorando más respuestas sobre el 'cómo has entrado'. Y un pajarito me dijo que estabas en problemas. Sentí curiosidad por saber más... Por si tenía algo que ver con nuestra mutua amiga... y mira con lo que me encuentro. Dijo mirándole, dejando unos segundos para que elucubrase a qué se refería.

Con una acción genuinamente altruista. No es la impresión que tenia de ti, ni de vuestro grupo.

Eso me gusta. Sería una pena que acabase mal.

Se sentó acomodándose mejor, mirándole seria, fría, como siempre.

Me gustaría simplemente salvaros a los dos, pero mi magia está un poco... pasada de moda, si quieres llamarlo así. No puedo simplemente lanzarte un hechizo a ti o a Artkt, tendría que llevarte a un lugar que reservo solo para mis amigos, y eso siempre es un riesgo, por eso... tendría un precio, por si quieres escuchar la oferta.

Toris se mantuvo en silencio. Tras unos segundos, Escarcha insistió

¿Y bien...?

 Te escucho... Respondió el elfo.

Escarcha asintió. Sobre cómo puedo ayudarte... Hace tiempo estuve muy interesada en el tema de las almas y devolver a la vida a quienes la habían perdido por uno u otro motivo. Nada que ver con nigromancia ni muertos vivientes, antes de que te lo preguntes. El caso es que aprendí mucho, y aunque lo que deseaba conseguir simplemente no era posible sin intervención divina, todo ese conocimiento podría ayudaros a restaurar vuestras almas, y después volver a unirlas.

Aún sentada a los pies de la cama, le miró con seriedad.

Para poder realizar los rituales adecuados tendría que llevarte a mi sanctasanctórum, y ya sabes lo que eso significa: Que podrías volver, llegado el momento, con la amenaza que significaría para mi, y para los que me importan.

Levantó ligeramente la barbilla. He decidido confiar en tí, a cambio de tu lealtad a mi causa: "Destruir el Mal allá donde se encuentre, con cualquier medio a nuestro alcance, sin dañar a los inocentes o compensándoles llegado el caso"

Ambos seríais Colmillos, como Terrina, Nande, Shartai y los demás. No luchamos por oro. Ni por gloria, ni por fama. Luchamos por la Causa.

Si estás dispuesto, debes saber que no serás ningún esclavo, no estarás atado de por vida, ni nada por el estilo, y si lo deseas podrás marcharte habiendo tomado las debidas precauciones para borrarnos de tu memoria... y también debes saber que la traición o la indiscreción... serán castigadas.

Dio unas palmaditas en la espinilla.

No tienes porqué decidirlo ahora, si no quieres. Pero no parece que tengáis demasiado tiempo.

Toris sabía que a veces perdia el control, así que respiro hondo y trató a contar hasta diez pero cuando iba por tres comenzó a hablar:

- Pues mira, la discreción es mi punto fuerte -dijo con evidente ironia-, además no me congratula en absoluto que nadie toque mi mente.

Sin hacer ninguna pausa que diera lugar a una interrupción siguió hablando:

- No es que me guste el mal ni nada parecido pero no me gustan lo códigos de conducta, así que si quieres mi ayuda la tendrás, pero no cambiaras mi personalidad ni mi forma de ser. ¡Ah! Y otra cosa, primero hablarás con Elvin y a ver qué opina él. Le he dicho que confio en él, no me voy a ninguna parte sin hablar con él.

Toris hablo con rápidez, sin apenas dejar espacios entre las palabras. Cuando terminó, habiendose quedado a gusto, miro a Escarcha y trató de ver si su único interes en él era que colaborara en su causa, o había algo más, pues ella no le había explicado por qué le importaba si un elfo cualquiera vivía o moría.

Escarcha escuchó a Toris levantando las cejas, un poco sorprendida de esa reacción. Cuando Toris hubo acabado, ladeó un poco la cabeza, casi divertida.

Nadie ha dicho nada de cambiarte. Además, eso no sirve. Sacudió la cabeza.

La gente nunca cambia si no es por decisión propia. Siguió tranquila sentada. Por momentos parecía que sus sabiduría emanaba de muchos años de experiencia, más de los que su apariencia mostraba. A nadie le gusta que le toqueteen la mente, y no lo haré sin permiso... Pero tampoco le gusta a nadie ver a extraños en su sanctasanctórum. Tomó aire y suspiró. Entiendo tu reticencia: Te pido que te pongas en mis manos sin saber nada de mi, no es algo que haría cualquiera con dos dedos de frente. 

Miró a Toris a los ojos. Este mundo necesita gente que sea capaz de jugársela por un extraño, Toris. Tan solo predico con el ejemplo.

Miró hacia la puerta. En cuanto a Elvin... No creo que le haga mucha gracia ver una humana en Suldanessalar, pero como quieras.

Toris rió todo lo que su malestar le permitió y le espetó a Escarcha:

- No tienes ni idea de cómo es Elvin, él no es un elfo solar normal. Si ya te ha visto, que es lo más probable, no creo que le haya importado mucho o ya habría vuelto. Y si no, lo que le molestará es no haberte visto, ¡y no que estés aquí!

Y volvío a reir antes de volver a caer rendido a la cama.

- Bueno, ¿le llamo?

Tras el gesto afirmativo de Escarcha Toris llamó a Elvin usando una campanita de alarma que había en su mesita. La campanita sonó en la mente de Elvin, que acudió en pocos segundos. El grácil elfo entro en la estancia, miró a la mujer humana que estaba sentada en la cama. Sin mostrar ningún signo de sorpresa, pues Elvin era un maestro del engaño y el autocontrol, se acerco mágicamente una silla con un gesto de su mano y se sentó en ella.

- Y bien, ¿y ahora qué hacemos? -dijo, dando la respuesta que menos probabilidad tenía para no ser apropiada.

Escarcha se mantuvo sentada cuando Elvin entró, y no hizo gesto alguno que pudiera tomarse como amenaza. Cuando el mago se sentó, pudo sentir una poderosísima aura de Transmutación en toda la mujer, y unas auras igualmente potentes de transmutación y evocación en su espada. Asímismo, la túnica también emite varias auras fuertes.

Me conocen como Escarcha Dijo hablando con tranquilidad. Tengo conocimientos suficientes para reparar el pequeño desastre que ha sucedido con las almas de Artkt y Toris... Pero no puedo hacerlo aquí. Debo hacerlo en mi sanctasanctórum. Miró a Toris. Toris no quería decidir sin antes hablar contigo, me parece.

Elvin sonrió picaronamente a Escarcha y seguidamente le dijo a Toris:

- Puedes ir con Escarcha Toris. Yo ya te he examinado y no necesito examinarte otra vez para seguir buscando una solución. Si ella puede ofrecerte una salida distinta, tanto mejor, pues podrás tener más opciones. Yo seguiré trabajando desde aquí.

Luego se dirigió a Escarcha:

-Quiero hablar con él una vez por día, me da igual que estés escuchando lo que decimos. Y quiero verle una vez por semana para asegurarme de que está bien. 

Escarcha lo meditó un momento, y tras mirar a ambos, asintió.

Envíale un recado a la puesta de sol. Si fuera necesaria una conversación más larga, yo misma le pondré en contacto contigo, y seré yo quien les traiga aquí una vez por semana. 

Cuando estén bien, tengo trabajo para gente con sus habilidades.

Escarcha se levantó de la cama. Se la veía seria. Algo en todo eso no terminaba de gustarle, pero aún así aceptó.

Trae a Artkt, me los llevo.

Artkt se sorprendió de ver a la hechicera, pero cuando le explicaron que pretendía sanarles no puso objeción. Salvo Elvin, el resto de elfos le trataba más como una curiosidad mágica que como Toris y el resto de la Armónica Enlatada. Después de que se despidiesen, Escarcha tomó a Toris, que estaba más débil que el resistente Artkt con un brazo. Lo cogió con suavidad, pero con la facilidad de alguien que coge un peluche. Pidió a Artkt que la tocase, y pronto lanzó un hechizo que... les llevó a un lugar completamente diferente.

La sensación de teletransporte era incómoda, turbadora, y en el estado de Toris, apenas pudo mantener la comida en el estómago, pero fue una breve sensación. Artkt tampoco parecía mucho menos turbado. Lo siguiente que notaron fue frío. No un frío peligroso, pero sí estaba claro que en aquél lugar estaban a unos cuantos grados menos que en Suldanessalar. Se trataba de una pequeña cueva, que parecía no pasar de los dos metros o dos metros diez de altura. Natural, pero también acondicionada para moverse más cómodamente. En una dirección, el aullido del viento llegaba a los oídos del elfo, y en la otra, hacia la que Escarcha le llevaba, se podía ver una tenue luz azulada. Tras varios recodos más, llegaron a una sencilla puerta de piedra sin pomo ni cerradura. Escarcha no se molestó en bajar a Toris: Se hizo un pequeño mordisco en un dedo de la mano libre, y tocó la puerta, que enseguida iluminó brevemente algunas runas.

Kuura Dijo Escarcha, literalmente "Escarcha" en dracónico, y la puerta se abrió sola. La diferencia de temperaturas provocó una ligera corriente de aire cuando entraron en una sala bastante espartana: Era grande, de unos cinco o seis metros por doce. A la izquierda, unas escaleras subían al piso superior, y junto a ellas, una puerta entrabierta. Enfrente, dos ventanas y otra puerta más. Era el único lado de la estancia que tenía ventanas. En el centro había una mesa alargada con muchas sillas, unas catorce o quince, y había comida con buen aspecto servida. A la derecha había un tablón colgado de la pared, donde varias caligrafías habían escrito muchas líneas. Junto a las paredes, en un rincón, ardía el fuego de una chimenea mágica que no despedía humo, y varios sofás cómodos estaban allí cerca, alrededor de una mesita pequeña, donde alguien dejó a medias una partida de ajedrez. Cerca de la puerta por la que habían entrado, había un armero donde un hacha de batalla mellada con el mango negro descansaba junto a un abrigo granate.

Parecía un cruce entre una posada sencilla pero correcta y un barracón.

La puerta se cerró detrás de Artkt, y Escarcha dejó suavemente a Toris en uno de los sofás. 
Voy a buscar unas cuantas cosas para hacerte la estancia más cómoda. Miró a las escaleras y la puerta del fondo. Puedes subir, las habitaciones están arriba, coge una que no tenga nombre en la puerta... y por la puerta hay aseos, una enfermería y una biblioteca. Se irguió y abrió la puerta de la pared con ventanas. Una colosal caverna se mostró ante Toris, era dificilísimo decir cuanto medía de un lado a otro. Tenía pinta de ser fría, y sin duda en momentos con menos luz natural no podría verse el otro lado. La 'posada' estaba varias decenas de metros sobre el suelo de la caverna. Aquí fuera en la 'cornisa' hay otros dos edificios. No entréis en ellos. No aún, tienen protecciones que todavía no puedo desactivar para vosotros. Vuelvo en un rato, y me acribillas a preguntas si quieres. Una muy tenue  y breve sonrisa se dibujó en su rostro antes de que comenzara a caminar por un senderito que llevaba al fondo de la caverna, en dirección al extremo opuesto.

- Menuda choza tiene la Escarcha esta -dijo Toris, mientras inspeccionaba toda la cueva-. Artkt, ¿tú cómo estás? -preguntó al méfit mientras se acercaba a uno de los ventanales para ver mejor la caverna.

Bueno... Dijo Artkr asomándose a la ventana con Toris. Siempre estoy mejor con un techo de roca sólida sobre la cabeza. Se giró lentamente hacia el elfo, y una mueca, parecida a una sonrisa, se dibujó en su rostro. Gracias por todo, amigo. El vínculo que les unía le permitía saber a Toris que aquél agradecimiento era increíblemente sincero. Sin más palabras, dio un par de palmaditas a Toris con movimientos lentos, y salió a la cornisa para sentarse en el suelo justo fuera del edificio, en la caverna.

Toris pudo echar un vistazo a la 'taberna'. Estaba excavada en la propia roca de la caverna, sobre una cornisa que se alzaba unos 20 metros. La 'cornisa' tenía al menos cuatro metros de ancho, y hacia izquierda y derecha podían verse otras dos puertas. Escarcha había bajado por una rampa que llegaba al fondo de la caverna, y caminaba a paso ligero hacia el montículo de tierra más alejado, en el otro extremo.

En el tablón habían unos cuantos papeles escritos, y clavados a distintas alturas. Por lo general, cada papel tenía una única caligrafía, pero daba la sensación de que a veces se utilizaban para preguntarse y responderse cosas.

Algunas de las cosas escritas en ellas eran:

-^{Caligrafia rápida} "Cabrones no pongais los carteles arriba del todo" Fdo: Merryen
 ^{Caligrafia tosca} "Tengo una poción de celeridad para cuando vuelvas a necesitar correr de una vieja, Merryen, la dejo en el almacén con un lacito rosa, en la estantería de arriba"
 

-^{Caligrafia cuidada} "Kormar, necesito que me digas YA si vas a poder estar en Cormyr el mes que viene para lo del Beinita o iré con otro" Fdo Shartai
 

-^{Caligrafia cuidada 2} "Necesito que busquéis información fiable sobre Myth Lharast, tanto en su origen como actualmente. 
 

^{-Caligrafia rápida 2} "Nakhar necesita urgentemente un clérigo capaz de regenerar partes perdidas, se le rompió un cuerno en una batalla y no hay quien lo aguante"
 ^{Caligrafia cuidada} "Id a Aguas Profundas, el sacerdote de Ilmáter Úlduar me debe un favor de los gordos"
 

^{-Caligrafía tosca 2} "No he conseguido desenmascarar al asesino en Náshkell. LLevamos casi una semana perdiendo el tiempo. Escarcha, ¿Te encargas tú?"
 ^{Caligrafia cuidada 2} "Pasad a otra cosa, ya mandaré a Eclipse, estoy liada en el sur de Amn y en Los Valles"
 

^{-Caligrafia cuidada 2} "Gorb, Terrina necesitará la Azote de Gigantes, devuélvela cuando puedas"
 ^{Caligrafía simple con faltas} "Ya está en el almacén, Vieja Gruñona!"
 

En otro orden de cosas, la comida parece bastante apetecible y las sillas cómodas. Afuera en la caverna parece hacer bastante fresco en comparación con la posada.

- No hay de qué chico -respondío Toris mientras examinaba la taberna y, especialmente, el tablon de anuncios-. Vaya, parece que Escarcha no es solo la lider de un grupo de aventureros, al parecer se ha montado una compañia entera. 

Toris se tomo un tiempo para memorizar todos y cada uno de los carteles.

- Parece que Merryen es un picaro, seguramente un mediano o un gnomo. Ummm, y esa letra diría que es la de Escarcha, es la que da las ordenes -la memorizó aún con más ahinco-. Nakhar es un bicho raro, un minotauro, tiflin o alguna memez de esas. Ummm, ¡vaya!, tal vez me venga bien saber que a Shartai le debe un favor Úlduar de Aguas Profundas. Y por último, el Gorb ese está claro que es un barbaro al que aún le faltan algunas clases de escritura, posiblemente un enano. Bueno, a ver si Escarcha no tarda mucho.

Toris echó un vistazo a la comida, pero realmente no sentía apetito.

Toris se pudo relajar un rato en los sillones, mientras que Artkt estaba mucho más a gusto afuera, sentado en piedra y contemplando las paredes.

¿Cómo lo hacéis los primarios para excavar cavernas tan grandes? Preguntó a Toris, pero sin esperar respuesta realmente. Casi toda esta caverna ha sido excavada.