Partida Rol por web

Tony atravesó el portal con palo en mano y se lanzo de cabeza a por uno para golpearlo con su nueva arma multiusos. Pero se dio cuenta justo a tiempo de que los 5 eran iguales.

Se tomó un segundo para intentar discernir cual era el verdadero. Todos eran iguales.

A ver, pensemos. - empezó a murmurar - ¿Que haría yo si fuera un ladrón a la fuga? Intentaría pasar inadvertido. Si no funcionara, intentaría engañar a mis enemigos. ¿Cuál es el mejor disfraz? Disfrazarse de uno de tus enemigos y crear una distracción. - tras su razonamiento en voz alta se giró hacia Arnolfus y Kromi con el palo en riste.

JA. JA. Te pillé ladrón. Creías que podías engañarme, eh?

 Pues recibirás un palazo!... De palo, no de pala - aclaró por si no había quedado claro

Atravesé el portal junto a dos de mis compañeros y pronto vimos a los cinco ladrones dispersarse -¡pero bueno! podrían al menos pensar igual e irse todos por el mismo sitio- me quejé cruzándome de brazos antes de escuchar a Tony amenazando con golpearnos -¿es la primera vez que cruzas un portal? es normal que estés algo mareado- dije -tranquilo seguro que enseguida se te pasa- pronuncié pensando que no sería capaz de golpearnos realmente.

Mientras os poníais a discutir gracias a los desvaríos de Tony, todos ellos parecían estar escapándose y alejándose más aún de vosotros. ¡No había tiempo para eso! Teníais que elegir uno de ellos y tirar a correr detrás de él o la única pista que teníais se escaparía.

La sheriff, sorprendentemente pareció creerte. Al coger la joya, simplemente la dejó de nuevo sobre uno de los muebles y miró alrededor.

-De acuerdo. Pero no vamos a transportar nada. Vuelve a dejar todo en su sitio. Hay que hacer un papel con todo el inventario y mandarlo a la capital. Una vez se tramite en una semana, entonces podremos transportarlo con sus legítimos dueños.- Entonces la sheriff señaló a un lado que parecía estar vacío del granero.- Las cosas que vaya apuntando ve dejándolas ahí. Así sabremos que es lo que ya está apuntando y lo que no.- Entonces de pronto la escuchas suspirar y decir algo para si misma. -Mierda de papeleo...

Cuando Tony se lió a dar bastonazos a diestro y siniestro, o sea a él, pues además de no ser zurdo, vestía de oscuro, o sea, siniestramente... Arnolfus pensó que era momento oportuno de moverse, además de los movimientos espasmódicos con los que intentaba desviar los garrotazos de su compañero...

-¡A mi no, a mi no!!  ¡A los que son iguales cual boñigas de oveja!!!

Dicho lo cual, sin perder tiempo, se lanzó en pos de uno de esos clones... más por escapar del afán descalabrador de Tony, que por que supiese cual de los que escapaban era el bueno... o el malo, que depende de como se mire...

- Lo pillo, solo anotar las cosas y dejarlas allí una vez estén anotados.

Me preparo para ayudarla cuando la escucho suspirar y comentar para sí misma.

- ¿Cómo es que no tienes un ayudante que haga estas cosas? Porque estoy seguro de que preferirías estar persiguiendo al criminal.

Ahora que lo pienso me pregunto qué cagada habrá provocado mis compañeros. Afortunadamente no me afectará... o al menos eso es lo que creo.

Tras oír los típicos gritos de dolor de nenaza de Arnolfus y las protestas indignadas de Kromi, Tony se replanteo su estrategia.

Uy. Perdón. Pero pareciais sospechosos. Je je - dijo el hombrecillo un poco avergonzado.

Luego se giró hacia los clones que se dispersaban y echó a correr hacia uno al azar con el palo en riste para atizarle.

Ven aquí! Ladronzuelo.

Mis compañeros se decidieron por dispersarse para atrapar a alguno -¡E-esperadme!- dije mirando hacia las posibles direcciones, una parte de mí quería correr detrás de mis compañeros para no quedarme sola ¡pero parecía que habían decidido dispersarse! así que... con bastante miedo, opté por seguir al cuarto -vu-vuelve aquí malhechor- advertí bajito y con la voz ligeramente temblorosa.

Tras el grupo separarse y salir del lugar, los tres se dieron cuenta de que se encontraban de vuelta en el pueblo. Pero claro, no había tiempo de pararse a ello, por lo que comenzaron a seguir a los ladrones que pudieron. Arnolfus comenzó a seguir a uno que salió por una ventana. Parecía que trataba de huir hacia la plaza del pueblo. Con algo de suerte podría alcanzarlo fácilmente.

El que siguió Tony parecía tirar hacia un lugar con bastante gente paseando. Comenzó a empujar a la gente, haciendo que se les cayera las cajas que cargaban, creando así obstáculos para Tony y dificultando la persecución.

Por último Kromi se puso a seguir a otro que parecía dirigirse hacia la iglesia. Tal vez quisiera hacer penitencia por robar tanto. ¿Quién sabe?

-¡Claro que me gustaría! Pero como dije, mi ayudante y otros tantos la han palmado también, con lo que me tengo que ocupar de muchos pueblos distintos. Y el papeleo nunca acaba. Para nuestros gobernantes, lo más importante es que todo esté bien documentado.

Entonces empezasteis a hacer inventario, moviendo muebles mientras iba explicándote como funcionaba un poco la sociedad allí, que todo era prácticamente burocracia. Papeles para prácticamente cualquier cosa. Y que esta oleada de muertes misteriosas asolara el impero, no ayudaba para nada. Hasta que llegó un gran reto. Un gran armario que necesitarías hacer algo de fuerza o pedir ayuda a la sheriff con él.

Esto de las muertes misteriosas me empieza a inquietar. Ni el ayudante de la sheriff se ha librado visto lo visto.

Mientras la escucho voy ayudando con el inventario, hasta que me topo con un armario de gran tamaño y peso. Fronzo el ceño, pues no me creo que me esté planteando el intentar moverlo. Me voy a crujir los brazos y la espalda de intentarlo, lo veo venir, pero si impresiono a la sheriff igual me la llevo a la cama.

Con eso en perspectiva me remango las mangas y pongo todo mi empeño en mover ese mamotreto. ¡Crack! Ese sonoro crujido proviene de mi espalda, haciendo que me deje caer al suelo con un terrible dolor de espalda.

- Aaaay... creo que no podré con esto...

Está claro que el trabajo físico no es lo mío... ni el conquistar a la sheriff.

El tío ese al que eligió salir, no es que saliese por patas, no... es que, directamente se lanzó por la ventana... y al otro lado, estaba el pueblo...

Se dispuso a seguirle, y sí.... se encaramó al alféizar de la ventana... pero, aún no se sabe como, pero se enredó con la capa, y se pegó de morros contra el suelo... eso sí, al otro lado de la pared.

Pero no todo iban a ser malas noticias; al menos, cayó en blando... alguien había dejado allí un montón de estiércol fresco, del día, diríase que de ganado vacuno, con tropezones vegetales, y formas vivas dentro, para más inri...

En resumidas cuentas... lamentable su intento de persecución....

Tony salió de la casa pisando los talones a su copia elegida. El fugitivo intentó perderlo de vista tirandole cajas y poniendole gente de por medio.

Saltando objetos, los más pequeños, porque los grandes se los comió todos; y esquivando a la gente, o más bien, era la gente la que le esquivaba a él. Sea como sea, acabó por atraparlo con un abrazo desde atrás a la altura del pecho... o... un momento... ¿atraparla?.

O el fugitivo era una mujer de pechos turgentes y suaves, o el exheroe se había equivocado de objetivo y estaba sobando como solo un pervertido como Barret/Hector/Sherlock sabía hacer.

Movía mis piernas tan rápido como podía aunque... no sabía por cuanto más sería capaz de mantener aquel ritmo ¡las magas no entrenamos la resistencia física precisamente! ¡Dioses! casi podía sentir como el corazón estaba apunto de reventarme el pecho; y es que de habérmelo permitido los pulmones seguramente hubiese gritado algo como "¡que alguien detenga a ese hombre!" pero ya les estaba exigiendo demasiado y solo podía rogar porque resistiesen hasta alcanzarlo.

De pronto, la Sheriff tras mirarte con una mirada que denotaba decepción, dejó la hoja de inventario y la pluma por un momento encima de un escritorio. Se acercó al armario y, como si toda la vida se la hubiera pasado cargando muebles, comenzó a arrastrarlo como si nada hacia la esquina del granero. Tras eso, regresó y lo apuntó.

-Por cierto. Vosotros habíais ido a la mansión principal, ¿cierto? ¿Encontrasteis algo o solo más cuerpos? Tendría que dar parte de ello...

Arnolfus no fue el más ágil que digamos. Después de caer sobre blandito, cuando iba a levantarse, ya había perdido de vista al ladrón que perseguía. En cuanto a Tony, la mujer a la que había "atrapado" se dio la vuelta indignada completamente. Casualmente, en ese momento llevaba la sartén que acababa de comprar en el mercado en la mano, perfecta para defenderse de cualquier salido espontáneo que le hubiera salido en la calle. Con lo que tras un buen sartenazo en toda la cara, a Tony se le quitaron las ganas de seguir corriendo. Pero, al contrario de ellos, Kromi pareció tener suerte. Mientras lo perseguía y casi se le salían los pulmones por la boca, justo cuando el ladrón que perseguía estaba llegando a la iglesia, el cura del lugar iba justo a sacar ya la mesa para empezar a pedir dinero para los pobres. Con lo que justo abrió la puerta haciendo que el ladrón no calculara y se diera de morros con el canto, cosa que no era muy bonito para él, dado que cayó al suelo y se puso a llorar del dolor. Con ello, Kromi finalmente le alcanzó y parecía que estaba neutralizado...

Esa mirada de decepción me dolió en el alma, muy hondo. Quería impresionarla y logré justo lo contrario.

- Siento ser tan débil... - murmuro rabiando de dolor.

Me tomo mi tiempo para recuperarme, y antes de seguir con ese ingrato trabajo me pregunta por lo que encontramos en la mansión. Lo había olvidado, era mi otra baza para conquistarla.

- ¡Es verdad, casi lo olvido! Allí había un señor mayor que cuando le acerca un pergamino te lo firmaba - le enseño el documento que me "hace propietario" de la finca - Le hice firmar esto como prueba y ese señor ni se enteró, no respondía a nada de lo que le decíamos. Al parecer es el dueño de la finca y lo tienen para firmar partidas y envíos de menta. Y no, allí no había nada de valor. De todos modos, pensé que volviéndome yo el dueño de esta finca podríamos usarlo para pillar a los responsables, o al menos fastidiarles.

"No, no pienso decirle nada del jarrón Ming", pienso totalmente convencido. No pienso renunciar a ese botín, antes muerto*.

Desconcertado, y con la cara llena de "chocolate con tropezones", miró alrededor... al que seguía, ya no estaba; era rápido en ponerse en fuga, el muy...

Enfurruñado, anduvo buscando un cubo de agua, fuente o abrevadero donde poder limpiarse; por fortuna, andar le era fácil... la gente se apartaba de él tan rápido como les llegaba a la napia el olor que de él emanaba.

Encontrada una fuente, procedió a meterse entero en ella. Andarse con mindundeces no le apetecía, oliendo como olía.

Desde la fuente, eso sí, advirtió que había cierto jaleo hacia la Iglesia... así que, aun sin haber terminado de quitarse la mierda de encima, se fué para allá, no fuese que pudiese ayudar...

Tony pasó de ser cazador a presa. Pasó de perseguir a un ladrón a huir de la loca de la sarten.

Perdón...señora... Ay....La confundí con otra persona.... ¡AYYYYYY!- Gritaba el hombrecillo mientras la mujer le perseguía con el arma contundente

Cuando finalmente la mujer se cansó de darle sartenazos, Tony se acercó renqueante de nuevo al centro del pueblo. Había perdido su palo multiusos en la carrera y se había ganado varios chichones y algún corte doloroso.

Finalmente lo vio. Una de las copias derribada por la maga. Ironías de la vida, la más pequeña y aparentemente más frágil de todos, había derrotado al ladrón.

También vio al nigromante. O más bien, notó su olor; aunque su característico olor a muerte, ahora estaba adornado con toques de boñiga de vaca. Desde luego, habría que enseñarle lo que significaba usar colonia.

Esbocé una sonrisa un tanto distorsionada por mi necesidad de coger aire en cantidades absurdas para mi tamaño a causa del esfuerzo físico al ver como la suerte, o alguna entidad divina dado el desarrollo de los acontecimientos, me sonreía y el ladrón quedaba fuera de combate al ser golpeado por la puerta.

-Te atrapé- pronuncié usando las fuerzas que me quedaban para tirarme sobre él y tratar de apresarlo con mi peso, que vale, quizá no era la mejor de las opciones pero tampoco podía ganar un duelo de fuerza así que... -Oye... entiendo que te asustásemos antes- expliqué haciendo una pausa para coger más aire, aún tenía la respiración alterada -¡pero no somos mala gente!... y estoy segura de que mis amigos no te guardan rencor por las trampa que colocaste, solo tratabas de defender... ¿tus cosas?- dije dudando en aquella última parte -Yo soy Kromi y si estás dispuesto a ayudarme voluntariamente yo trataré de ayudarte con el dolor que te aflige- ofrecí de corazón con una gran sonrisa.