Partida Rol por web

Había estado tomando su copa tranquilamente mientras escuchaba la conversación entre Romeo y Teobaldo. Aunque había tenido bastantes ganas de responder a alguna de las pullas de Teobaldo o de decirle a su amigo que claramente el otro, le estaba increpando, se mantuvo callado en todo momento. La conversación les pertenecía a ellos, él no era más que un mero acompañante. Dedicó algunas sonrisas a los guardaespaldas de Teobaldo y se recostó en el respaldo de la silla, bastante cómodo, copa en mano. 

Cuando el escándalo armado fuera empieza a escucharse dentro del restaurante, Mercucio separa la silla de la mesa con un fuerte chirrido y mira hacia la puerta. Después, alerta, lanza una mirada a los guardaespaldas de Romeo y a éste. — Romeo. Algo está pasando. Creo que esta conversación deberá continuar otro día. — Vuelve a mirar a los guardaespaldas de los Montesco.

Echando un leve vistazo a sus espaldas, toda aquella acción policial hizo que el "Príncipe de los Gatos" mirara friamente a su contraparte en aquella discusión, como si estuviera dudando acerca de sus intenciones al respecto de todo lo que en estos momentos estaba ocurriendo. ¿Acaso había hecho algo?. 

-Me temo que al parecer este sitio prestigioso está perdiendo su categoría a pasos agigantados -Comentó con sobriedad- ¿Deberíamos continuar todo esto en un lugar más discreto?. Supongo que aún hay asuntos por tratar que están quedando en el tintero. Le invito a continuarla en la Mansión Capuleto. Supongo que su familia verá formidable que acceda a plena luz del día a la Mansión Capuleto para las negociaciones y salga airoso con estas... Además... quizás haya cosas más interesantes que tan solo hablar.

Con un leve gesto de muñeca indicó a sus guardaespaldas que se prepararan, tanto para defenderle a él como para defender a su "invitado", a fin de cuentas, todo esto de la entrada de la policía era algo que le había arruinado la comida. ¿Acaso era tan difícil encontrar un lugar tranquilo?.

Y salen a relucir las dos pistolas que guardo en mis costados, luego me dirijo al camarero. -¡Que preparen el coche, tenemos que salir de aquí ya...- hago a un lado a los inútiles camareros y me coloco a un costado de Teobaldo para una mejor área de acción en caso de que se requiera.

La policía hace su aparición, doy un vistazo a las posibles salidas por donde pudiera sacar a Romeo. -Maldita sea Baltasar nos va a hacer falta...- Me acerco a Romeo con una mano bajo el saco preparando mi arma. -Romeo, esta reunión se terminó, lo mejor es dejarlo para otra ocasión, tenemos que regresar a la Mansión Montesco, tu padre sabrá lidiar con el capitán Escala, además tenemos que asegurar a Mercucio y a Benvolio- Observo a los guardaespaldas de príncipe de los gatos y asiento con la barbilla cuando Sansón solicita el coche, luego me dirijo al camarero. -Preparen solo el mercedes negro, después enviaremos por el auto de Romeo.- No me arriesgaré a que Romeo, Mercucio y Benvolio, salgan en otro auto.

Tras acabar de hablar, Romeo había esperado la reacción de Teobaldo, pero no fue eso lo primero que escuchó. Giró la cabeza al percatarse de lo que sucedía fuera y miró a su amigo asintiendo.

-Tienes razón Mercurio- fijó sus ojos en Teobaldo, había hecho hincapié en el problema y justo le habían interrumpido… mala suerte. Una parte de él habría accedido a la propuesta del Capuleto, Romeo no era mucho de cuidarse las espaldas, las suyas al menos. Pero para eso estaba allí Ruby- Creo que mi compañera lleva razón Teobaldo, lo dejaremos para otra ocasión, aún nos quedan algunos asuntos por resolver entre ambos- Dejó que fuese él quien asumiera cuales eran aquellos asuntos. Para Romeo estaba claro, poco le importaba la playa y los negocios...

-Mi padre…- sí, supongo que tendré que dejárselo a él. Espero que no crea que he fallado de nuevo…- Vámonos entonces, Ruby, adelante- concedió vía libre al plan de su guardaespaldas- Teobaldo, hablaremos en cuanto se calme un poco todo esto. Ha sido un placer- Bebió un poco más de su copa y salió siguiendo a Ruby, acompañado de su primo y su amigo.

Antes de que puedan actuar, varios elementos del cuerpo táctico de policía ingresan al restaurante y van directamente por Teobaldo Capuleto apuntando sus armas a todos los invitados a la reunión entre familias.

Uno de los oficiales le coloca unas esposas mientras que el resto del equipo de detención encañona a los allí presentes.

El capitán Escala afuera del restaurante da la orden para que suban a uno de los vehículos a Teobaldo mientras que los agentes de policía mantienen a raya a curiosos y reporteros que se comienzan a acercar curiosos por el alboroto ocasionado.

Termino de tragar, limpiarse la boca y cuando pensaba refrescarle la memoria sobre las familias, sus tiranteces y el problema que suponen para la ciuad, su teléfono volvió a sonar y el padre no pudo evitar sonreirá al ver lo demandado que estaba su acompañante.

Así que nuevamente guardo silencio para que el capitán pudiera responder a la llamada.

Mi padre tenía razón al parecer, el gato ha comido más de lo que puede tragar- Romeo alzó una mano indicando a sus compañeros que no interfirieran. Aún tenía cosas que resolver con aquel hombre, pero nada ganaba exponiéndose él mismo, lo que si intentó fue conseguir algo más de información.

-Capitán- se dirigió de forma cordial a Escala, Romeo era amable por naturaleza- ¿Se puede saber que ha ocurrido para que se lleven así al señor Capuleto?- preguntó sin mucho ahínco. Quería saberlo, eso era cierto, pero tampoco quería problemas con aquel hombre, que en opinión de Romeo, era muy necesario en algunos asuntos. Opinión que no suele compartir con los demás miembros de su familia.

Tras echar una última mirada a Teobaldo cuando desapareció en el coche y a los guardias de este, quien debían de haberse quedado helados, Romeo asintió a Ruby.

-Vámonos, aquí ya no pintamos nada. Mercurio, Benvolio, volvamos a casa...

No hizo falta decir nada, pues sus oficiales se habían movido a la velocidad del rayo, para buscar a Taobaldo, pero una llamada, lo dejó estupefacto, aún qué no se notaba.

-ACORDONEN LA ZONA, NO QUIERO A NADIE CERCA-

Usó el megáfono para dictar órdenes a los oficiales, sin que mantuvieran todo en orden,ahors debía ir a otro lugar, pues se requería su presencia. 

Al menos hasta que aparece una persona, la indicada, nunca mejor dicho.

-Romeo Montesco, espera, no te vayas todavía, acompáñame y te daré todos los detalles muchacho-

El capitán no quería decir nada frente a los otros. 

-Debes hacer que tus guardaespaldas nos sigan en otro vehículo, confía en mi chico, esto concierne a tu familia-

Con el estaba el sobrino del gobernador, haciendo un gesto amistoso al primo de Dave Paris 

Ante las palabras de Escala, Romeo se paró en seco y se dio la vuelta de nuevo hacia el policía, pues ya estaba siguiendo el consejo de su guardaespaldas de irse de allí.

El joven asintió y su cara se tornó de repente en una mueca de preocupación-¿A mi familia? ¿Le habría pasado algo a algún miembro y el sospechoso era Teobaldo?- Había más preguntas en su mente, sobre todo una relacionada con una mujer a la que el Capuleto había hecho varias referencias. Sin embargo no dijo nada, callándose todas esas cuestiones por el momento, simplemente asintió.

-Ruby, seguiremos al Capitán Prince en nuestro coche- le dijo mirándola a los ojos y haciéndole un gesto para que no se preocupase- Será mejor que vengáis también- les dijo a su amigo y a su primo- si le ha ocurrido algo a alguno de la familia, puede que no sea el único- Pese a que sus palabras eran lógicas y muy tranquilas en su interior estaba bastante nervioso. ¿Le habría pasado algo a su padre o a su madre?

Ahora estaba más aliviado, por que podría guiarlos y ser más directo específicamente. 

-Siganme, será más seguro si se mantienen cerca-

El capitán montó en su auto, acompañado por un detective del cuerpo de policía, guiando a Romeo y a sus compañeros al lugar que tenía cómo destino nuevo el capitán Escala. 

Gregorio estaba tenso. Sabía que si no hacia nada podría caer una reprimenda por parte de sus superiores. Se quedó mirando a Sansón, atento a sus actos, listo para cualquier cosa que sucediese.

El Don se comunica al móvil de Gregorio.

-Gregorio, trae de vuelta a Sansón a la mansión, los necesito acá de inmediato con mi esposa e hija, necesito a todos en la mansión, esto ha iniciado una sangrienta guerra que puede costar mucho, por Teobaldo no se preocupen yo lo sacaré personalmente, tengo el poder para eso y más, no tarden.- Finaliza la llamada Fulgencio.

En medio de todo lo que ocurre, mi movil suena. Al mirar quien llama, me quedo un poco pálido. Acepto la llamada con algo de duda y escucho lo que tiene que decir.

Una vez termina me quedo más tranquilo, acto seguido miro a Sansón y le susurro algo al oido.

Nada más los agentes les dejaran pasar, Gregorio y Sansón se marcharían en el coche en el que vinieron.

Te susurro:

"Nos tenemos que ir ya, te lo cuento en el coche."

Al notar a Gregorio que se pone pálido y darme la indicación de que nos marchemos, lo sigo al coche, esto se va a poner sangriento sin duda.

Una vez ya en el coche, arranco y voy aumentando la velocidad según nos vamos alejando de la policía.

"Don Fulgencio nos requiere, al parecer se ha liado gorda y nos necesitan en la mansión."

 Cuando salí del centro comercial una idea inundaba mi cabeza: ¿dónde estaba Fulgencio?

 Se había mencionado que el padre de Julieta no acompañaba a Gloria, su madre. Y no creía que estuviese en su mansión. Sabía que había acudido a hablar con su padre, pero ¿qué había hecho después?