Partida Rol por web

   El motel se alzaba humilde pero confortable ante el pesar de aquellos que llegaban cansados de un viaje en tren o a pasar la noche cuandó tenían gente en el hospital.

   Estás bañándote cuando escuchas el sonido de la puerta, claramente el que hace una persona al entrar. Desde el baño podés escuchar cómo arrastran los pies, por lo que supones que es la anciana que fue a dejarte la ropa.

   Pasan 10 minutos y salís para ver lo que te ha dejado, y te encuentras con una bandeja de comida en la mesa que está al lado de la cama: Huevos revueltos con un sabroso bistec, acompañado de una ensalada de tomate y lechuga. También tienes una jarra de jugo de naranja y un vaso de porcelana, notando la fineza de tal almuerzo. Sobre la cama te dejó un pantalón de vestir negro, una camisa blanca lisa, un chaleco negro y un saco apropiado para hacer el conjunto. Ves, por otro lado, que te ha dejado unos zapatos negros y un par de medias blancas.

   Todo te parece de buen gusto y sabes que la anciana ha sido considerada con vos, por lo que te dejó una nota en la cama, la cual decía "Cuando se retire, pase a pagar el tiempo que se ha quedado".

  ¡Qué buen servicio, el de este lugar! Seguro que lo recomendaré. Eso si vuelvo algún día. Me visto sin prisa y aprovecho la bandeja de comida hasta el último bocado. Una vez terminado, me recuesto en la cama, dispuesto a descansar varias horas. ¿Qué estará haciendo el resto?

   El cansancio te consume rápidamente y terminas durmiéndote en un abrir y cerrar de ojos.

   Como Gordon sabe, el motel no está a tantas cuadras como parece y, luego de diez minuto de caminata, llegan al motel, donde una simpática anciana se acerca a ustedes y les dice -Bienvenidos a mi humilde morada, por lo que veo, parece que hoy en día se viaja sin equipaje y sin paraguas- mientras sonríe algo burlona ante la irónica situación. Ella se acerca hasta el doctor y, tocando sus ropas, continúa -Pero hay que cambiar esas ropas!! Parece que todos ustedes van a enfermarse, tal como el joven que llegó hace un tiempo...- y mira hacia el pasillo- En fin, por cuánto tiempo van a quedarse? Todos en habitaciones individuales?- les dice a la vez que se dirige al mostrador para anotar los datos pertinentes antes de entregarles las llaves a cada uno. Seguidamente, se coloca los anteojos y vuelve a dirigirles la palabra -Una vez que se acomoden en sus habitaciones, les llevaré ropa. Por suerte contamos con agua caliente, pero es un poco irónico cuando hace este terrible clima en un día de verano. Parece que todo el mundo se voltea...- y larga una sonora carcajada.

Gordon se acerca de inmediato hacia la ancina, tiende su mano con la intencion de saludarla y estrechar las manos, - Que tal esta¿? Reserve unas habitaciones por telefono. -

A la pregunta sobre las habitaciones, Gordon asiente con la cabeza mientras dice, - Unos dias, todavia no estamos seguros de cuanto tiempo sera... y las habitaciones individuales, por favor. - Agradece con una sincera sonrisa.

- Agua calienteee.... estoy deseando quitarme esta ropa empapada y darme una buena ducha, la necesito. -

Disculpe... Interrumpo a la señora. Sabe donde se puede conseguir algo para comer por aqui cerca?

"Me muero de hambre, espero que no este muy lejos"

    No registro ninguna reservación, joven- te dice algo extrañada la anciana -pero igualmente tengo lugares para  todos aquí. La gente no viaja muy seguido por estos días- luego se vuelve a Alexander -usted no parece de por aquí cerca, jovencito. Pero pueden pasar a sus habitaciones y esperar allí a que les sirva el almuerzo, o prefieren pasar al comedor y hacerlo allí- insinúa. Ella anota las habitaciones que les dará. Seguidamente, toma las llaves y se las alcanza lentamente; se nota que le cuestan los años.

   Por mi parte no se preocupe, estimada señora. Creo que hablaría por todos al decirle que todos almorzaremos juntos en el comedor, no sin antes sacarnos estas ropas mojadas- digo señalando la humedad de la ropa. Temía por enfermarme y eso le haría saber a aquella amable señora que nos atendía con tal sutileza -sabrá disculparme si le consulto un lugar en donde pueda reponer estas ropas...- digo con preocupación -no quisiera enfermarme con este extraño clima que usted también sentirá.

   Entonces recuerdo que no tenemos ni el equipaje ni nada con nosotros, a lo que susurro a Gordon -tal vez deberíamos pagar luego que salgamos de aquí. Todavía tengo que arreglar asuntos con el comisario; el accidente no ha quedado olvidado y debo volver allá- 

    La amable señora frunce el ceño al escuchar la petición de Marion y, con amabilidad en el tono de voz, dice -Lamento decirle que no tengo ropas para usted, jovencita. Sólo tengo ropa para los caballeros, dado que mis hijos dejaron este lugar hace tiempo y creo que podría serles de utilidad. Pero puedo indicarle dónde puede conseguir ropa para usted- agrega con desazón -Salga hasta el hospital, y tome dos cuadras hacia el este y baje cinco más. Es una tienda con ropa de moda y que podría conseguir a un precio accesible- 

   Se lo agradezco. Señores, no me esperen para el almuerzo, pues no sólo el asunto de la ropa debo atender. Si tengo suerte, para esta tarde podríamos tener de nuevo nuestro equipaje- dejándole las llaves a la señora, le digo -temo perderlas en la transición, pero me seguiré hospedando aquí. No tardaré demasiado- y dicho esto, salgo del motel dispuesta a buscar ropa.

    En lo que vos llegabas al motel, te cruzas con Marion, la cual expresa sorpresa en su rostro al verte por ahí. Te explica lo que pasa dentro (lo cual sólo era de estar pidiendo las habitaciones y cada cual está por ver qué van a hacer) y se retira a toda prisa del lugar, sin darte tiempo a que le preguntases o dijeses algo. 

   Alcanzas la puerta principal del lugar y podés ver a Gordon y Alexander conversar con una anciana, la que suponés es la dueña del servicio.

Recibo la llave de mi habitación. Gracias.

Salgo de la recepcion y voy a mi dormitorio a esperar a que llegue la ropa seca

Hacercandome hasta lo que yo supongo seria la recepcion del Motel, viendo que se aleja el Sr.White me hacerco al Sr. Freeman:

Veo que ya an pedido habitacion  - sacudiendome un poco la ropa del agua - acabo de cruzarme en la puerta con la Sra. Westmister que me puso un poco al tanto de las cosas.

Cambiando la mirada haci la Anciana mujer : si no es mucha molestia , le importaria brindarme a mi tambien una habitacion y algo de ropa seca, perdone las molestias .

Quien mas se Hospedara en este motel de los conosidos de john ?

   La señora, algo ofendida, contesta a Cristopher -Tengo otra habitación libre, señor. Me temo que no tengo demasiada ropa, sólo cuento con tres atuendos que sus amigos vestían. Podría esperar a que hable con alguien de la tintorería por si pudiesen prestarle o venderle algo, pero yo no cuento con nada más- Busca otra llave y te la entrega- Tiene la habitación 14, en el segundo piso. Puede seguir al caballero que acaba de partir, quien también tiene una habitación allí- Se acerca hacia vos y prosigue -Va a almorzar con las demás personas, así preparo algo para todos?

Seria bueno que haci lo hiciese y mirando mi ropa mojada -Con respecto a la ropa no se preocupe ya me encargare yo - tomo la llave y sigo al Sr.White hasta donde estaria mi hacitacion.Dando una mirada al Gordon  -Ya hablaremos con mas tiempo Sr. Freeman ahora necesito descansar un poco .

No confie dandole mi ropa a extraños , si es posible la lavare yo mismo

Gordon algo despistado despues de recibir la llave, mientras sus compañeros hablan con la señora, ojea la recepcion del motel.

Cuando Alexander termina de hablar, Gordon se acerca otra vez a Anabel y pregunta por la ropa limpia, - Disculpe, nos hara llegar la ropa o espero aqui¿? Siento una necesidad importante de cambiar mi atuendo. -

     No se preocupe, caballero- dice la señora con su destacada amabilidad -le llevaré las ropas mientras toma un baño de agua caliente. Dentro de una hora pueden bajar a comer su almuerzo -agrega mientras mira la hora -casi es la una del mediodía; un poco tarde pero por no haber nadie, les prepararé la comida, si le parece- y suelta una gran sonrisa -si necesitan algo más, sólo bajen y esperen un poco en el mostrador. Quisiera ir a realizar los preparativos para la comida- y se retira a lo que parece ser la cocina.

    Luego que Anabel les habla, ustedes proceden a retirarse a sus respectivas habitaciones, todos cansados por el viaje, por los sucesos extraños y por la muerte de su querido amigo. Mientras toman sus baños, escuchan que la anciana entra a las habitaciones a dejarles ropa (salvo a Cristopher) y, una hora después, sube a golpearles la puerta para anunciarles que el almuerzo está listo.

    Abajo almorzando se encuentran Cristopher, Alexander y Gordon. Ustedes comen un manjar por almuerzo y, seguidamente, son servidos un delicioso flan como postre. Luego que terminan, Anabel les sirve una taza de café y todo transcurre tranquilamente sin ningún tipo de inconvenientes.

     Todos notan a través de las ventanas, que el sol arrima celoso entre las nubes y sienten un poco de alivio al empezar a disfrutar de una calidez tenue, pero apacible luego de todo lo que han vivido.