Partida Rol por web

Ruinas

Preludio (solo jugador inicial)

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26/09/2013, 11:10
Dungeon Master
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La historia comienza unos días antes del suceso que te lleva a retomar tu pasado aventurero. Para contabilizar estos días (pues si no se podría hacer eterno) jugaremos una semana haciéndola ver como 3 días antes de dicho suceso. ¿Cómo se contabilizará este tiempo? fácil, te dejo un gráfico explicatorio:

Contabilización de los días

Lunes 30 Martes 1 Miércoles 2 Jueves 3 Viernes 4 Sábado 5 Domingo 6 Lunes 7
Mañana día 1 Tarde día 1 Noche día 1 Mañana día 2 Tarde día 2 Noche día 2 Mañana día 3 Tarde día 3(resto de jugadores)

¿Qué ocurre si no puedes postear al menos una vez en estos días? Contará como que has estado ocioso.

¿Qué ventajas tiene el no estar ocioso? tienes más posibilidades de entenderte con los jugadores ya que no sólo se desarrollará la aventura si no que podrás interactuar con ellos y a efectos el conocerlos de antes te dará un punto de partida. Además posiblemente de experiencia por esto.

Como ves aparecen las noches, esto es porque puedes escoger dormir 8 hr divididas en cualquiera de los tramos (4 y 4; 2, 2, 4; 3, 3, 3 por ejemplo) o no dormir (con su consiguiente penalización por fatiga y demás) Yo te recomiendo que aproveches al máximo los tramos, posteando incluso varias veces si te es posible, yo intentaré estar todo lo que pueda.

Horario:

Mañana = de 06:00 a 12:00

Tarde = de 12:00 a 21:00

Noche = de 21:00 a 06:00

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30/09/2013, 10:39
Dungeon Master
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Tu recién abandono como tutor de aquel "niño" consentido provocó un rechazo en la ciudad en la que residías ya desde hacía varios lustros. Con la certeza que todo era debido a las influencias de la noble familia sobre las demás te viste forzado a salir de aquella que hasta hacía poco era tu hogar. El hastío hizo que todo te fuera mucho más sencillo de lo que jamás habrías imaginado e incluso dejando de lado gran parte de tus pertenencias, pues te llevaste lo poco que tenías encima, abandonaste raudo aquella ciudad de cúpulas doradas que tanto te atrajo en su momento. Descubriste que la venganza por la traición que la familia consideraba que habías cometido terminaba entre aquellos muros, que aunque altos no proyectaban ninguna sombra política sobre el resto de ciudades. Así pues tras varios meses de nomadismo, ascendiendo por la costa, visitando ciudades y pueblos muy dispares llegaste a Shamfh, una pequeña ciudad de interior anexa a otras dos costeras que apenas distaban entre ellas y eran bastante fructíferas sin la corrupción y la decadencia de la anterior capital de la región.

Sus amables gentes endulzaban el lugar, dotándolo de un ambiente familiar que pronto caló en ti. Decidiste echar raices, cual druída diría. Y la verdad es que la frase es bastante acertada ya que prácticamente estabas completamente rodeado de bosque, una fina capa de maleza se abría a un frondoso bosque que a excepción de los caminos invadía todo cuanto veías. Millones de tonos verdes, ocres e incluso el más intenso de los rojos que pudieras haber imaginado era bañado por los infinitos rayos de sol que caían sobre las copas de los enormes y eternos árboles. ¿Qué maravillas habría ahí dentro? ¿Quién podría averiguarlo? Inevitablemente un sentimiento que creías olvidado fue arraigando en tus entrañas. Aunque estaba casi olvidado fuiste capaz de reconocerlo, necesitabas acción. Necesitabas volver a aquellos tiempos en que la aventura corría por tus venas. Sólo necesitabas un destino, una motivación, quién sabría cuando iba a llegar...

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30/09/2013, 11:02
Dungeon Master
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Feliz pues por tu descubrimiento decidiste alquilar una casita, barata y básica, pero disponía de un pequeño patio delantero frente al camino. El suficiente para no sufrir el constante paso de los carros y jinetes. Era una de las últimas casas que había en el sector y frente a ella tenías el irresistible olor a pan recién hecho de la tahona de la villa. Los meses fueron pasando, entablaste cierta relación de cordialidad con tus vecinos y te percataste que eran bastante peculiares, había gentes de diversas razas, infrecuentes razas allí reunidas. Y es que Shamfh es una ciudad transigente, tolerante y diversa en cuanto a sus gentes.

Allí aguardaste hasta que el momento se presentó. Como si supieras que algo estaba cambiando. Aquella mañana te levantaste dispuesto a encontrar "algo" que te empujara a seguir tus sueños, "algo" que te reconfortara moralmente y por qué no, te gratificara económicamente para poder seguir viviendo en aquella villa muchos más años.

Notas de juego

Digamos que te has quedado durmiendo hasta el amanecer 7-7.30. Te levantas como buen pueblerino y..... (ahi es dónde empieza tu post, describe qué es lo que harías y sobretodo con quién interactuarías. Considera estos días como el preludio para conocer un poquito a tus vecinos (el resto de jugadores)

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30/09/2013, 21:57
Osfahlt Soverleaf
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Las semanas habían pasado perezosas para Osfahlt en aquel rincón de ningún lugar. El verano le resultó especialmente agradable, pues la luz y el calor contribuían, cada uno por su lado, a que incluso el más anodino de los días estuviese salpicado por un jugoso halo de ociosidad que mataba el tiempo y las penas de forma despiadada. Shamfh fue durante ese tiempo algo más que un alto improvisado en el camino; fue un hogar para la desidia y la apatía del gnomo, que se rebozara día tras día en sus propios pensamientos, manteniéndose distante, enraizado en un sucio -si calmado- lodazal. La llegada del otoño, apresurada, repentina, no por esperada menos disruptiva, venía para cambiarlo todo. Y Osfahlt lo sabía. No, más aún: lo había predicho. Tarde o temprano llegaría el momento de enfrentarse a su decisión, y la caída de las hojas era uno más adecuado que la mayoría. El cuerpo del clérigo reposaba, pero su mente era plenamente consciente del sendero que le aguardaba a aquél.

Aquella mañana caminaba sin un rumbo fijo por las calles, impidiendo el frío que se encontrase a gusto en su propia casa, permitiéndole en cambio dar los primeros pasos en algo que tendría que desembocar en lo que él ya bien sabía. Su paso era firme, aunque la ausencia de un destino concreto generaba en él cierto nerviosismo. Sabía que necesitaba algún tipo de excusa, pero no era capaz de imaginar siquiera en qué lugar o bajo qué circunstancias sería capaz de hallarla. Las piedras del camino sufrían su errar, golpeadas por las botas hacia sendos lados de la senda. La conversación mecánica con los dueños de la tahona no había aliviado su zozobra. Los saludos impersonales a la entrada de la taberna, menos aún.

Quizás los dioses tengan algo que decir al respecto, elucubró. En su modesta vivienda no había habido sitio para ellos, pero un lugar de culto podría aportarle momentos interesantes con aquellos que últimamente eran poco más que borrones en la memoria. Así transcurrió la mayor parte de la mañana, en solitaria meditación, buscando respuestas a preguntas que ni siquiera sabía cómo realizar.

Cuando subía hacia la plaza se encontró con un grupo de niños que volvían de casa del maestro. No pudo resistir la tentación de sacar a pasear su pericia mágica con algunos de esos trucos que tanto le gustaban a los pequeños; las flores de Shamfh jamás lucían con tanto empeño como cuando Osfahlt les ponía un pétalo de cada color. Los canijos se peleaban por adjudicarse aquellos de su color favorito, innecesariamente, pues sabían que el ermitaño tenía arco iris para todos.

Al pasar por la herrería nunca podía evitar relajar la marcha, atento a los sonidos del yunque, como si le hablara en un idioma que nadie más que ellos conocía. El entrechocar de metales durante los entrenamientos que solía realizar junto a su añorado Roywocket pudiera tener algo que ver con aquella fascinación suya. A fin de cuentas, mucho hacía ya que él mismo no sopesaba con sus propias manos la calidad de un arma. Encontró la forma de entablar conversación con el herrero, aunque, estando el interés del gnomo no en lo que tuviera que decir el propio artesano, sino en lo que le contaban sus herramientas, demostró ser una charla poco animada.

Definitivamente no le apetecía volver a quedarse solo. Ni aunque ya lo estuviese. Así que esta vez las piedras las pateó en dirección a una de las fondas más cercana a la entrada del pueblo, que sabía estaría rebosante de actividad en aquellos momentos, con trabajadores de todo tipo haciendo un alto en sus jornadas para llenar las barrigas. La suya, acostumbrada al ascetismo, no es que lo necesitase. Pero el olor de la acción era cada vez más fuerte. Lo notaba en cómo las piedras del camino eran lanzadas cada vez a mayor distancia, en cómo sus manos anhelaban ya el tacto del metal, y, sobre todo, en cuántas ganas sentía de repente de aporrear la empalizada de aquel portón defensivo de Shamfh que para Osfahlt no era ya más que el obstáculo definitivo que salvar para poder llevar a cabo de una vez lo que había ido retrasando semana tras semana de aquel verano que -y ya iba siendo hora de decirlo con todas las letras- en realidad le había parecido infinitamente miserable.

Notas de juego

El personaje va de una manera un poco distinta a cómo lo describes en los mensajes introductorios. Espero que no haya inconveniente. Lo he insertado en varias situaciones sociales, pero no sé muy bien cómo quieres llevar la escena. Ya me iré adaptando :]

No cambié el avatar ni nada porque veo que eres bastante puntillosa con los detalles. Ya lo tengo hecho, sólo avísame y lo subo.

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01/10/2013, 14:00
Dungeon Master
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En la taberna, un modesto pero acogedor establecimiento a uno de los lados de lo que conforma la muralla antigua de la ciudad, las gentes circundantes se detienen para refrescarse o hacer un breve alto en sus tareas habituales.

Allí un juglar, como viene siendo costumbre desde hace varios días, entona diversas canciones de hazañas de una época pasada sin destacar ningún nombre en concreto. Junto a él y en los alrededores los incondicionales admiradores de la música disfrutan de su pequeño recital. Entre ellos destaca el tabernero, o mejor dicho, el dueño de la taberna, pues según parece disfruta de los placeres que él mismo oferta más que trabajar en su propio negocio, de lo que parece, se encargan las diferentes chicas que pululan por la estancia.

Otro grupo, más amplio, corona las mesas. En ellas hay diferentes grupos de viajeros, uno de los cuales te parece recordar es un comerciante de artículos exótico y algunos viajeros.

Una de las chicas se dirige a ti al verte parado en la puerta observando. - Adelante, adelante. Tome asiento, en seguida le atenderé.

Notas de juego

Lo que pretendía con la introducción esta es acercarte a los otros personajes, darte la posibilidad de entablar unas conversaciones previas sin el fin de "reclutar" directamente, ver lo sociables que son, si les interesa algo, si compartís intereses por la vida, Dios, lucha... etc. Si obvias que todos teneis una profesión (no especificada justamente para eso, ser sorpresa) y pasas por el herrero y le dices tal y te aburre (por resumirlo de alguna manera) cuando no has hablado con él, o lo mismo con el panadero o cualquiera de los trabajadores pierdes la intro a lo tonto. Respecto a tu personaje no pretendía modificarlo, sólo me basé en tu historia para darle un inicio lógico respecto a la aventura. Lo único que he descrito del personaje es la salida de la ciudad anterior (no diste razones, asi como las mismas porque volvías ahora a interesarte, luego inventé esas razones) y el por qué está en la actual (que tampoco lo mencionabas y en realidad era requisito para apuntarse y daba por supuesto de nuevo que estaba abierto), luego a mi parecer tampoco es que haya tocado mucho el personaje, solo la situación, que si lees bien esta condicionada más por los NPJ (tales como tus anteriores empleadores) que por ti.

Como nota me gustaría destacar que no he especificado la época en que estamos (estaciones y tal) aunque tampoco me importa, pero no te acostumbres a hacerlo porque habrá detalles que no se podrán "imaginar" sobretodo los relacionados con los otros personajes. También que de clases pusiste clérigo/guerrero y, los conjuros de nivel 0 son llamados oraciones, los de mago son los trucos; así como que ninguno de ellos permite cambiar los colores. En caso de que te estés refiriendo a luces danzantes, como aptitud racial, tampoco es que se pueda aplicar así.

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01/10/2013, 23:11
Osfahlt Soverleaf
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Agradeciendo la atención que le acababa de prestar una de las empleadas, Osfahlt camina desapasionadamente por el local. Su mirada descansa durante unos momentos sobre el tabernero, a quien en más de una ocasión se sintió impelido a abordar para tratar de comprender aquel comportamiento tan poco profesional y tan poco considerado hacia sus camareras. Quizás hubiera encontrado algo de mayor valor, o puede que hubiese decidido conformarse con algo menos valioso. En cualquier caso, el gnomo estaba convencido de que le gustaría conocer la razón.

Pero no era ese el momento. Le apetecía una compañía con más visos de resultar agradable. Y, así, alzando la voz para que se le oyera por encima de los versos del juglar, saludó a hombre al que creía reconocer, y cuyo oficio podría brindar una conversación útil a la hora de ayudarle a llevar sus pensamientos a la acción.

-Buenos días, amigo, sonrió al comerciante. No, no estoy aquí para interrumpir su descanso con interminables regateos sobre baratijas que al final no compraría; para eso esperaría a que saliera de este establecimiento, tras el almuerzo que estoy seguro que tanto se merece. Hablaba despacio, como saboreando las palabras, pero escucharle hablar resultaba casi tan cautivador como las melodías que sonaban de fondo. Estoy pensando en abandonar el pueblo, quizás de forma definitiva, y me gustaría saber qué tiene que decir alguien como usted, que probablemente recorra distancias considerables en pos de mercancías lo más exóticas posibles. Seguro que tiene más de una historia interesante que compartir con un viejo gnomo que está tan sediento como usted.

Se gira con el brazo levantado para atraer la atención de una de las camareras. ¡Dos cervezas para esta mesa, si hace el favor, bella doncella! Era capaz con su actitud de enmascarar por completo todas aquellas cosas que sí sentía, sin que ni la máscara se resquebrajase, ni su verdadero rostro dejase de derramar lágrimas.

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02/10/2013, 19:24
Dungeon Master
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Un gnomo, al cual reconoces de algún que otro paseo por el pueblo, se acerca a tu mesa. 

-Buenos días, amigo, sonrió al comerciante. No, no estoy aquí para interrumpir su descanso con interminables regateos sobre baratijas que al final no compraría; para eso esperaría a que saliera de este establecimiento, tras el almuerzo que estoy seguro que tanto se merece. Hablaba despacio, como saboreando las palabras, pero escucharle hablar resultaba casi tan cautivador como las melodías que sonaban de fondo. Estoy pensando en abandonar el pueblo, quizás de forma definitiva, y me gustaría saber qué tiene que decir alguien como usted, que probablemente recorra distancias considerables en pos de mercancías lo más exóticas posibles. Seguro que tiene más de una historia interesante que compartir con un viejo gnomo que está tan sediento como usted.

Se gira con el brazo levantado para atraer la atención de una de las camareras. ¡Dos cervezas para esta mesa, si hace el favor, bella doncella! Era capaz con su actitud de enmascarar por completo todas aquellas cosas que sí sentía, sin que ni la máscara se resquebrajase, ni su verdadero rostro dejase de derramar lágrimas.

Notas de juego

El mensaje que publiques será abierto al personaje inicial, por lo cual debes abstenerte de notas hacia el master o cualquier tipo de adicion solo para el director (engaños/diplomacia/juego de manos etc...)

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02/10/2013, 19:57
Grasp
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La pequeña figura, cubierta por una capa gruesa con capucha, se remueve incómoda al ver que la mirada del gnomo se posa sobre él y empieza a avanzar en su dirección. Es tarde para levantarse y marcharse, pues ya lo tiene cerca lo único que puede hacer es ponerse en tensión y escuchar.

-Buenos días, amigo.

-Mmmpff... - Aunque es solo un gemido puede apreciarse el timbre agudo y chillón que caracteriza a los trasgos. Por si quedara lugar a dudas la mano que cala su capucha es de un verde oscuro fácilmente reconocible. Escucha al gnomo más pendiente del cantinero y la puerta que de sus palabras.

- ¡Dos cervezas para esta mesa, si hace el favor, bella doncella!

Abre los ojos de par en par, desconcertado por la actitud del extraño, y habla en un susurro nervioso.

- ¿Ah? Grasp tener historias si, pero no tener por que contar a... -  Deja la frase incompleta y carraspea. - Uhm... Historia de Grasp ser aburrida, no querer aburrir a ti. Y no creer que interesar cosas que Grasp vender. No, no, mejor ser que buscar historia en otro lugar. - Cuando la moza trae las cervezas, el trasgo coge una rápidamente y se la bebe girando la cara para no mostrar su rostro que en más de una ocasión ha provocado un grito de espanto o miradas agresivas. Se gira de nuevo hacia el gnomo tras acabarse la cerveza. - ¿Seguir aquí? Gnomo dar cerveza a Grasp, si, Grasp tener que dar algo a cambio, siempre todos querer algo a cambio, pues Grasp dirá que venir de muy lejos y no ser querido por tribu ¿Ha?... Tener que huir de tribu y hacer vida que trasgos no saber hacer bien, Grasp ser listo por eso sobrevivir y ahora ser vendecosas... ¿Ah? Tener historia, ahora mejor que dejar descansar.

El trasgo vuelve a calarse la capucha y a mirar en derredor, dejando a entender que no tiene más interés en hablar de si mismo o de banalidades , tampoco es que tenga mucho para hacer, pero la compañía del gnomo le incomoda bastante.

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02/10/2013, 22:31
Director
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Notas de juego

Intentad conversar todo lo que podais hoy (miercoles) porque es la noche del dia 1 y mañana jueves ya será la mañana del día 2, es decir habríais estado hablando desde por la tarde hasta el día siguiente.

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02/10/2013, 22:41
Osfahlt Soverleaf
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Si bien en un primer momento los malos modos del encapuchado estuvieron a punto de espantar a Osfahlt, esa actitud negativa y la mezcla que formaba con una forma de hablar extravagantemente mágnetica hicieron que el gnomo se sintiese a gusto escuchando el soliloquio de su interlocutor. La avidez con la que succionó aquella jarra de cerveza, casi más grande que su propia cabeza, estuvo a punto de iniciar una sonrisa en las comisuras de los labios de Osfahlt, quien se esforzó por aparentar afectación. Sentía empatía hacia las desdichas de aquel individuo. Concretamente, el relato de su éxodo no hizo más que redoblar su interés por el trasgo; él también sabía lo que era estar lejos de los suyos, aunque no fuera por las mismas razones.

-Buena suerte, compañero 'vendecosas'. Sabiéndose indeseable, recogió su figura y se alejó de la mesa tras deslizar aquellas palabras junto a un suave golpe sobre la mesa con la palma de su mano, suponiendo que el trasgo no agradecería contacto físico alguno.

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02/10/2013, 22:47
Osfahlt Soverleaf
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Su destino era la barra del local. Desde allí pudo entretenerse un buen rato con los cánticos del artista, a los que no prestaba demasiada atención, pero que lo mecían en una deriva agradable. Caía la noche, pero no le importaba gran cosa. Incluso lo agradecía. Las sombras serían sus cómplices cuando finalmente decidiera retirarse a... Bueno, a donde pudiera. Porque no estaba seguro de querer volver a aquella casa en la que durante tantas lunas había estando fingiendo vivir.

Más tarde que pronto le pareció que el tabernero se hallaba en disposición de intercambiar algunas palabras, lo cual aprovechó Osfahlt para tratar de arrancarle algunas palabras.

-¿No habrá por casualidad tras esa barra, mi buen tabernero, alguna jarra con la imagen de mi cara en ella? ¡Porque, de ser así, no me importaría recibirla entre mis manos cargada con algún sabroso brebaje! No por rebosar simpatía dejaba su mente de mantener un escrutinio permanente en torno a todo lo que aquel hombre hacía, sumamente interesado en intentar encontrar algo valioso en el fondo de aquella mirada perturbada por el alcohol. ¿Cómo es, entonces, que con tantas y tan bellas muchachas a vuestro servicio, se os ve aquí tan apartado de todo?

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02/10/2013, 22:48
Vio
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Notas de juego

La noche se ha acabado (pro cierto no has dormido nada en 24 hr) y ha comenzado la mañana del dia 2. No puedes entablar conversación con el tabernero ya. En breve te postearé.

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03/10/2013, 10:22
Dungeon Master

Aunque hacía un tiempo habías sentido la llamada de la aventura de nuevo, tus obligaciones para con la nueva adquisición (la taberna) han retrasado el deseo de continuar con tu tortuoso pasado. Las ventajas de aquella vida acomodada, a la cual habías accedido a través del latrocinio y otros delitos te impulsaron a su vez a una vida sedentaria. Y allí estabas. Tras adquirir la taberna habías dejado prácticamente la totalidad de la responsabilidad que recaía sobre ti en los hombros de la hija y la esposa del anterior propietario. Las cuales trabajaban para ti a cambio de un modesto sueldo. Otras dos chicas más servían a su vez las mesas, pues tus viajes demostraban que en su mayoría son los clientes varones quienes más oro gastan en las comodidades que puede ofrecer una posada y deseabas explotar al máximo su potencial haciendola una de las más concurridas de aquella modesta ciudad.

Como ya he mencionado, todos estos condicionantes te liberaban del arduo trabajo de servir y atender los quehaceres diarios de la taberna dejandote la totalidad de tu tiempo a tu disposición. Siendo así invertido en su mayoría en tu propio negocio. Hacía poco habías descubierto en una de las noches menos transitadas del negocio un juglar que entonaba una canción con la fortuna de haberte interesado lo suficiente como para invitarle a una bebida, algo que parecía necesitar con urgencia. Entre copas le invitaste a quedarse en tu taberna unos días y así poder disfrutar de sus baladas, romances y gestas épicas con las que de momento tu ansia aventurera se ve saciada.

Una de esas noches, copa en mano, viste entrar a uno de tus vecinos, un gnomo, como buscando algo. Acabó sentándose en la mesa de un comerciante nómada, que bien sabido por ti, consigue todo tipo de artilugios y objetos exóticos entre otras cosas. Lo peculiar de ese comerciante es que es un trasgo aunque es bien recibido por la sociedad de Shamfh (la ciudad) ya que es bastante tolerante y para nada prejuiciosa, siempre que se respete la ley.

Tras hablar con dicho mercader toda la tarde y parte de la noche se levanta y sale por la puerta de la taberna, no sin antes dirigirse hacia a ti pero arrepintiéndose en última instancia y dándose la vuelta.

Notas de juego

Ya que el jugador te mencionó e hiciste una buena historia me he permitido el lujo de incluirte brevemente en su introducción aunque no participaras "realmente" si que viviste ciertas situaciones.

Te permito preguntarME y alguna tirada de dados si te interesa participar. La interacción con el personaje inicial no está permitida ya que el ha seguido su intro por otro camino.

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03/10/2013, 10:41
Dungeon Master
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Desde que dejaste el nomadismo propio de tu vocación te dedicaste a proteger el bosque circundante a la ciudad de Shamfh, una pequeña ciudad de interior, a la vez cerca de otras costeras, que en su mayor parte son gentes tolerantes y amables. La relación cordial que existe entre los habitantes del bosque y la propia ciudad está regulada por ti. No sólo evitas que bestias salvajes sin entendimiento ataquen los alrededores de la ciudad, junto con las patrullas, sino que también supervisas el "daño" que los habitantes pueden hacer a la arboleda, trabajo por el cual están bastante agradecidos cierto grupo de druidas.

Últimamente esa supervisión del bosque se está haciendo cada vez más dificil. Los desplazamientos, al principio exclusivos de los animales más dóciles y ahora también de los mas feroces, son a su vez más frecuentes. Sabes que algo ocurre ahí, un peligro acecha por el norte, pero desgraciadamente no puedes adentrarte frente a un "algo" desconocido y de tal magnitud tu sola.

Así pues, has seguido el protocolo acordado en estos casos, acudir a la ciudad y pedir ayuda. Lamentablemente el sargento de la guardia, con el cual estás hablando en estos momentos en una de las entradas de la ciudad, no puede poner a tu disposición tropas sin saber que les espera allí fuera ni desplazar las patrullas de los caminos por un peligro no real. Dudas que si conocieras la magnitud del peligro te ayudaran pues no dejan de ser humanos y como tales se cobijan tras sus muros.

Notas de juego

Solo pretendo que mantengas una conversación con el guardia, en el tono que consideres oportuno, aunque el resultado será el mismo (NO!) el jugador debería escucharlo y actuar en consecuencia. A ver que tal sale... 

Recuerda no poner nada que sea solo para director pues luego abriré el post al jugador por si decide contestarte.

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03/10/2013, 23:27
Hwestadîn
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Hwestadîn mira de nuevo al guarda, su mirada cada vez guarda menos paciencia. Por supuesto que la amenaza es real! Como podía un humano cuestionar su labor en aquellos bosques. Si alguien conocía el área era ella. Casi se había criado en la zona. Miren, no pido un gran ejército con el que explorar una posible amenaza, sólo una partida pequeña que divise el peligro y vuelva a informar. Sabía que la decisión ya estaba tomada y su rostro se recrudeció. No se podía contar con los humanos, ellos tenían grandes murallas con las que protegerse, cuando el peligro les llegase por sorpresa bien le gustaría ver que hacían. ¡Los animales están inquietos, los árboles susurran, algo se oculta y cuando se deje ver... ! y su rostro se transforma en pena e impotencia. Negaba con la cabeza abatida mientras miraba al suelo. Para volver su rostro.
Mi labor es ver lo que sucede. Sentencia la elfa dejando ver claro su próximo movimiento.

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04/10/2013, 11:28
Dungeon Master
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Sales directo por la puerta dirección a la tahona, quizá con intención de comprar algún pan para desayunar o almorzar algo antes de descansar unas horas. Al llegar la encuentras cerrada. No es una hora habitual a la que suela estar así pero tampoco le das mayor importancia. Entras en tu casa y descansas durante toda la mañana. Al salir por la tarde, tras haber almorzado algo rápido, te encuentras a una extraña elfa discutiendo con un guardia de alto rango. Sus palabras dicen así -¡Por supuesto que la amenaza es real! Parece segura de sí misma y de lo que dice y en cierta forma así lo percibes. Continua en un vano intento de convencer al guardia pues su cara ya expresa que de antemano está cerrado a tal proposición. - Miren, no pido un gran ejército con el que explorar una posible amenaza, sólo una partida pequeña que divise el peligro y vuelva a informar. ¡Los animales están inquietos, los árboles susurran, algo se oculta y cuando se deje ver... ! Mi labor es ver lo que sucede. Compungida baja la cabeza como aceptando que no hay nada que hacer.

Desconoces los motivos por los que el guarda se negó tan categóricamente, pero cualquiera escuchándola tendría un mínimo de preocupación tras sus palabras y no hay gente tan estúpida como para ignorar una amenaza tan real.

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04/10/2013, 18:47
Osfahlt Soverleaf
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Después de una noche tan peculiar le hubiera gustado culminar la extravagancia con una visita de agradable olor y todavía mejor sabor a la tahona que tan convenientemente se encontraba al otro lado del camino. Y sintió pena por tener que conformarse con una cama deshecha en una casa desierta.

Trasnochar, beber, y levantarse a media tarde no eran conceptos que se adhiriesen a su comportamiento habitual; pero en unos días como aquellos, tan extraños -ajenos casi-, no le importó lo más mínimo. Los pensamientos que lo espoleaban en la actualidad hicieron la vista gorda sin el más mínimo esfuerzo, y lo dirigieron más allá de su desierto en propiedad, afuera, donde le sirvieron además de improvisadas celestinas ante el espectáculo que se desarrollaba en torno a uno de los guardias de la normalmente apacible Shamfh; aceptó, así, conceder su mano a las preocupaciones de aquella joven elfa, a quien tan agitada se veía.

-Perdonadme, joven guardabosques, se dirigió a ella, esforzándose de forma consciente en no resultar desacreditativo ante la autoridad del guardia local. Si no es inconveniente, me gustaría saber algo más acerca de esa amenaza que tan vivamente intenta hacer calar. No soy más que un viejo gnomo, pero la vida de nómada entre bosques y llanuras no me es extraña; y, además, todo el tiempo que mis arrugas han tardado en ir tomando forma lo he aprovechado, enter tras cosas, para aprender cuándo alguien necesita ser escuchado, y cómo disponer mis pequeñas orejas -hiló con desparpajo, en referencia a la anatomía de la elfa, en su educado discurso- del mejor modo para poder escuchar a quien tal cosa precise.

Sonreía hacia su interlocutara y, casi más aíún, para sí mismo. Real o no, una amenaza era algo que no le vndría nada mal a Osfahlt en estos momentos. Especialmente si se hallaba al otro lado de la empalizada de Shamfh. Donde, sin duda alguna, el aire soplaría más libre y menos duro golpearían las piedras del camino.

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05/10/2013, 06:19
Isilöme Imithama
Sólo para el director

Notas de juego

Bien, empezaría por preguntar ¿Vi si el mercader le dio algo? ¿ALgún intercambio? además de eso me gustaría saber si llegué a captar algún fragmento de conversación.

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07/10/2013, 22:34
Director

Notas de juego

El mercader no le dio nada, solo charlaron durante un par de horas sin hacer ningún intercambio (al menos visible)

Conversación: al gnomo casi no le escuchas, habla demasiado bajo, casi como su tamaño le impidiera tener un tono mayor. Por el contrario el extraño ser verde habla grito en boca. Lo que oyes es "¿Ah? Grasp tener historias si, pero no tener por que contar a... "

"- ¿Seguir aquí? Gnomo dar cerveza a Grasp, si, Grasp tener que dar algo a cambio, siempre todos querer algo a cambio"

Si deseas entablar conversacion con el trasgo puedes. Sin límites.

 

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08/10/2013, 00:19
Hwestadîn
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La elfa iba con la cabeza gacha maldiciendo la cultura humana, egoísta y despreocupada. Una pequeña voz interrumpió sus maldiciones, una voz de esperanza.
Al volverse sólo vio a un gnomo. Un feliz gnomo, agradable y simpático parecía querer escuchar.
Rauko espera/B] dijo con una orden a su fiel compañero.
[B]Soy Hwestadîn y cuido de estos bosques
miró sorprendido al gnomo por su cordialidad los humanos solían tratarla con indiferencia y ella correspondía de igual modo, pero el gnomo era cálido. Los bosques hablan. Las ramas se agitan. Los animales lo escuchan y nerviosos se mueven. Se vuelven más osados. Ellos saben lo que viene. Los humanos ya no escuchan ni las palabras humanas, se esconden en sus murallas y esperan a que las sombras pasen de largo, pero cuando vengan... miró al suelo con su rostro crudo No estarán preparados. Yo quiero ir y saber. Saber más. El bosque no está tranquilo, los humanos no vendrán dice susurrando sin quitar la vista al guardia. Yo debo ir! Rauko y yo iremos. Es la única forma que los humanos sepan lo que vendrá... unos segundo de silencio invadieron a la elfa que no pudo más que silenciar ante la idea de que su partida no tuviera retorno y con esta muerte empezaran muchas más.