Partida Rol por web

 Llegáis dentro de la cabaña, y depositais al humano en la única cama existente. No hay nada especial, solo plantas por todos lados y libros en pequeñas estanterías. La cabaña se queda un poco estreña para el hombre lobo, que tiene que cuidar sus movimientos. El humano no deja de sangrar. 

 Te excita enormemente la sangre del humano, y de repente intentas contenerte para no morderle. 

 Ves la sangre del humano, de repente unas ganas irresistibles de comer toda su carne recorre tus venas. 

Con cuidado me dispongo a buscar entre todas estas plantas alguna como la que ha dicho Ahldanar. Mirando de reojo constantemente al elfo husmeo entre cada matorral y arbusto cercano haciendo el minimo ruido que me es posible y intentando identificar alguna otra planta util basandome en mis limitados conocimientos de ocultismo.

-(Susurro)Veamos si lo que me enseño el viejo Mol me ha servido para algo... 

El elfo decidio buscar cuando el brujo se lo pidió a ambos, por lo que sin decir nada se puso manos a la obra con tranquilidad que le caracterizaba y como no, con la seriedad que siempre habia tenido. Segun decia, tenia forma de estrella rojiza o carmesi le pareció escuchar, por lo que seria un tanto facil encontrarla relativamente, puesto que una planta o fruta con esa forma era facil de localizar, siempre y cuando dependiendo de su rareza y de su tamaño.

-(susurro)Aqui no hay nada...Igual puedo encontrar alguna planta para hacerme un veneno o algo.

Llevaron dentro al humano, el olor del rojo fluido que emanaba del humano la hacía mirar a todas partes, comenzando a volverla loca, quedarse en esa pequeña cabaña junto a él no había sido buena idea para nada. 

Intentaba desviar la mirada, el techo, demasiado bajo. Plantas por todas partes. Libros... Nada que pudiera distraerla de aquel dulce olor ferroso que despedía el humano. 

Comenzó a caminar en círculos, estrechamente por donde bien podía, allí el lobo ocupaba demasiado espacio, comenzaba a agobiarse, eran sus compañeros y cada cual le despertaba unas sensaciones de lo menos apropiadas. 

Oyó un leve quejido de la boca del humano, no pudo evitarlo y lo miró, entonces fue cuando perdió el control de si misma, sus ojos recorrieron su cuerpo, fijándose en las heridas del mismo, viendo aquel líquido a ras de piel. Sus ojos brillaron rojos, no eran buenas horas para encontrarse con sangre en ninguno de los sentidos... Intentó luchar contra si misma, pero lo único que logró fue desearlo con más ansias... En aquel pequeño espacio se lanzó hacía el convaleciente. 

El humano es trasladado al interior de la cabaña, mas aquel acto solo hace que el olor de las heridas abierta en la carne del humano incrementen su esencia, inculcando a la bestia lobuna un ansia mayor a su control.

En aquel instante oscuro la mente de Damon se cerraba a todo raciocinio, ni siquiera era consciente de que no era la única criatura depredadora que acechaba al pobre humano incapaz de otra cosa de que esperar que aquellos seres terminaran rápido con su dolor o que algún milagro salvara su vida.

Damon abrió sus fauces, mientras una pesada respiración se ejercitaba por su garganta exhalando un cruento rumor que se acrecentaba en cúmulos tonales de graves.

Luego todo se tornó en un fiero ladrido que dio inicio a su primera acción y quizás la última sus fauces buscaron el cuello del humano…

 Una fuerte descarga eléctrica impactó contra los cuerpos de la vampira y del hombre lobo, que salieron despedidos con facilidad unos 3 metros hacia atrás. Cuando se levantaron la conciencia volvió a ser estable. Tony permanecía intacto, con las dos manos sobre la cara esperándose lo peor. Lo más curioso era que Tony brillaba de una forma extraña, algo similar a cuando el brujo le puso la mano en la frente y susurró unas palabras en lenguaje arcano. 

Un impulso eléctrico le hace rebotar contra una especie de campo protector. Despedido a varios metros que acaba chocando con las pertenencias del brujo destrozando con su cuerpo parte del inmueble que se astillaba bajo su peso.

A pesar del choque y del ataque eléctrico, su cuerpo no se ve afectado más que por un leve dolor que no llega a más que una molestia, sin embargo su mente consigue despejarse gracias a aquel efímero pulso mágico.

Su ojos se posan en lo que iba a ser su víctima. Este con sus brazos alzados sobre su cara en un intento de protegerse, en un principio llego a pensar que aquel humano había hecho lo imposible, mas aquella gala de colores le llevó a asociar aquel poder al dueño de la cabaña.

Entre gruñidos se levanta, y sale de aquella edificación, no deseaba permanecer por más tiempo cerca del humano, por ahora en ese instante su mente estaba clara y funcionaba con la razón por delante de su parte animal pero podría volver a caer en la tentación de dejarse llevar o incluso no poder controlarse a sí mismo.

Abandonando la estancia cerrando la puerta tras de sí, ni siquiera valoro la posibilidad de que la vampiresa fuera un peligro para el humano, por el momento solo centraba sus pensamientos en él.

 Ya sentía el olor de la piel del humano muy cercana cuando vio un resplandor y su cuerpo fue repelido con una gran fuerza, haciéndole que se estrellara contra la pared de la cabaña. Se golpeó la cabeza y la espalda fuertemente y durante apenas unos segundos cerró los ojos, y cuando los abrió vio desde lejos que el humano resplandecía con una luz realmente molesta.

Se puso en pie sacudiéndose los ropajes y entonces oyó la puerta cerrarse fuertemente, el lobo había salido. No entendía muy bien la situación pues durante ese rato no le había prestado atención a Damon, pero allí estaba, a solas con el humano… Fue entonces cuando se dio cuenta de que había perdido esas ansias alimentarse de él. Había tomado bastante sangre durante la fiesta de hacía un rato, no comprendía por qué le había dado ese arrebato momentos antes pero sería mejor no tentar a la suerte.

Miró alrededor buscando algún sitio donde descansar, intentaría dormir y siempre sería mejor hacerlo en cubierto que bajo la luz del sol del exterior. Dedicó otra mirada al humano aún sangrante, si pasaba el rato con aquella fragancia acabaría volviéndose loca, de modo que descartó esa idea, no quería atacar a un compañero de equipo, y siempre había intentado ser noble con los seres desprotegidos... sería mejor salir.

Salió de la casa y comenzó a rodearla con la mirada, cualquier hueco en la tierra o algo así le serviría para refugiarse y entrar en ese trance similar al sueño humano…

 El enano busca de forma enfurecida, dando patadas y quitando brúscamente los matorrales. No encuentra nada, ninguna planta se parece a la que le dice el profesor. Sin embargo encuentra otra muy parecida, solo que con unas rayas rojas y azules.

Por su parte Avalar se inclina y muerde su dedo en pose reflexivo. Entonces logra vislumbrar a lo lejos una de esas setas. Se acerca y de un suave tirón la recoge. 

-La tengo- dice alzandola levemente para mostrarla a sus allegados.

-Pues yo tengo esto-digo alzando mi planta-alguien me dice lo que es? 

 el brujo no está allí con vosotros, estais los dos solos por ahora

-¡¿Brujo?!

Al no obtener una respuesta miró al enano y dijo con respuesta evidente, bueno, más que evidente, obvia.

-Estamos solos...creo que deberiamos buscar unas pocas plantas más y volver a la cabaña vaya a que estos dos se los hayan comido...