Partida Rol por web

Saga Germánica - Mater et Domina

Inicio - La Alianza de Triamore (1190)

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22/12/2012, 23:43
Albrech

-Alto, Daria, no sigas, por favor. Ese caballero flamenco que llama a las puertas de la Alianza ha venido montado a lomos de un caballo... caballo que ya no está. Era un magnífico corcel de mirada inteligente y del que seguro que podemos encontrar rastro de él *fuera* de la alianza -su tono sugiere que hay más datos, que para ellos dos resultan evidentes, fruto de conversaciones mantenidas durante el largo tiempo que deben llevar compartiendo Alianza- Y los perseguidores no son caballeros, son mercenarios, lo que no sé al servicio de quién, y eso me parece un punto importante. Si no te molesta, querida, me gustaría que el Mercere aquí presente nos relatara todo lo posible antes de tomar ninguna decisión precipitada...

La maga no puede sino concederle el "gusto" a su anciano compañero.

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22/12/2012, 23:43
Director

Notas de juego

Pensé que Obekin se quedaba en el patio, es lo que le hubiera pedido, hablar con La dama Gris y presentar su caso primero, y que luego le llamaran. Basicamente, para que si me dan la brinca a mi, no esté él presente

Sí, sí, eso es lo que ha sucedido. Pero Obekin tenía intenciones diferentes al principio, quería hablar cuanto antes con el señor del castillo. No se lo han permitido, aunque ha insistido (es un poco cabezota y de ideas fijas), por lo que ahora está en las cocinas, atendido por los sirvientes y vigilado/asistido por el maestre del castillo.

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26/12/2012, 16:19

Jan hace una gran reverencia al entrar al salón, descubriéndose, pero dejando la Boina Roja claramente visible apoyada en su brazo. Mira con extrañeza ante las palabras sobre el caballo de Obekin, pero no comenta nada.

Cuando se le invita a hablar, comienza: -Salve Sodales. Mis profundos respetos para vosotros, señores de Triamore. Mi nombre es Jan de Utrecht, de Casa Mercere. He viajado desde Flandes para traeros mensajes dirigidos a vosotros y demás miembros de vuestra Alianza. Las buenas nuevas de la primavera de la Alianza Triamore han sido recibidas con regocijo y se me ha pedido que viniese para poder actualizar nuestros registros y asegurarnos que todos vuestros miembros puedan contar con los servicios de nuestra Casa. Estoy a vuestra disposición y servicio. Tras lo cual hace una nueva reverencia, más pequeña, con la cabeza.

-Sobre mi inesperado compañero de viaje, os diré que su nombre es Obekin vander Wert y es, como yo, caballero de Flandes. Cuando estaba llegando a Las Ardenas, me adelantó rumbo sur, solicitando indicaciones. Intuí que le perseguían, y el luego me lo comprobó. Huye de una acusación injusta y unos perseguidores que se convertirán en verdugos si le cogiesen. Accedí a ayudarle a escapar, tanto por ser un camarada de armas como por ir ambos en el mismo rumbo. Él último par de días intentamos perder a los perseguidores, incluso arriesgándonos a utilizar un arroyuelo para despistar a los perros.

Realmente pensé que para esta mañana les habríamos dejado atrás, y el caballero podría continuar su camino y yo el mío hasta aquí. Sin embargo, y para mi sorpresa, nos habían adelantado un buen trecho y estaban casi encima de nosotros. No pude hacer más que ofrecerle traerle hasta vuestras puertas para que pudiese solicitaros asilo, aunque no más fuese por un par de noches hasta que su caballo se recuperase… al decir esto mira a Albrech, recordando sus misteriosas palabras al respecto del animal.

- Diré que Obekin vander Wert me ha parecido justo y recto en palabra y acción, le he creído cuando juró que huía de causa injusta y ofreció su máximo agradecimiento a lo que reconoció haber sido algo que salvó su vida. Ahora su destino está en manos de vuestras mercedes.

Notas de juego

Si fuese necesaria alguna tirada de etiqueta o similar, avísame.

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26/12/2012, 19:03
Daria la Gris

-Bien, bien... para variar alguien con algo de educación -dice sin asomo de sonrisa la férrea Daria- Pero nos traes un regalo envenenado, Jan. Si he entendido bien, vuestro compañero, aunque también es caballero flamenco, no es Mercere, así que no tenemos ninguna obligación de protegerlo. Y tampoco es vasallo de Triamore, ¿verdad? Entonces está claro: que siga su camino y que deje de importunarnos con su presencia.

Notas de juego

No, no es necesario. Si considero que *tenéis que hacer* una tirada, os lo indicaré. Sino siempre suelo suponer una tirada de 6, con los sumandos y bonos apropiados a la situación. Normalmente tener un nivel de competencia suficiente (un 1 ó 2 para tareas sencillas, 3 ó 4 para cosas moderadas) me supone el considerar que la "tirada" ya ha sido exitosa.

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26/12/2012, 19:09
Albrech

-De nuevo corres mucho, Daria. No he oído la razón de la huída y me parece importante. Ningún noble mandaría a sus hombres fuera de su señorío si no tuviera una causa justa o un tema importante entre manos. Unos hombres de armas sueltos en tierras ajenas pueden causar muchos problemas... Traedme un efecto personal del caballero, su daga o espada, por ejemplo, con excusa de que no puede entrar armado a la sala del trono. Oiré lo que tenga que decir y mientras "tomo una decisión" y le obligamos a retirarse a una habitación para descansar, veremos lo que su mente tiene que decir. Son temas mundanos, así que mi voto cuenta doble, ¿verdad, Daria? -el viejo mago sí sonríe, una sonrisa de viejo desdentado, con una pizca de malevolencia en ella.

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26/12/2012, 19:14
Daria la Gris

-Sí, asuntos mundanos... lo que tú digas. Pero sabes lo que pienso de desperdiciar tus fuerzas en esos asuntos. Haz el hechizo, si quieres, pero que se encarguen de arreglar el entuerto los nuevos, que la sangre joven demuestre su vitalidad -Daria hace un gesto con la cabeza y Albrech se lo devuelve- De acuerdo pues. Me retiro. Si los de fuera intentan algo, acabad con ellos o ahuyentarlos, lo que más conveniente sea. Seguro que hay montones de excusas válidas para su muerte o desaparición.

Sin más, la maga se levanta de su silla y se va en dirección de sus aposentos en lo alto de la torre.

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26/12/2012, 19:18
Director

Albrech se encarga de hacer avisar a los nuevos magos para que asistan al parlamento en el salón principal, si así lo desean, pues puede que de las conversaciones que allí tengan lugar se desaten acontecimientos que guiarán sus pasos en próximas fechas.

Lo siguiente es el tema de desarmar al caballero, que no tarda en entrar en razón, aún a su pesar, y al poco se hace pasar a Obekin al salón. Aún desaliñado y sucio el suyo es un porte principesco, de los que roban los corazones a las damas. Albrech, como cabía esperar, no se ve impresionado y sin dudarlo pide que exponga su problema.

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26/12/2012, 19:21
Obekin vander Wert

-Gracias por recibirme, herr Albrech. Lamento traeros hombres de armas a vuestras puertas, pero son unos bellacos y ni siquiera son caballeros. Se trata de mercenarios enviados por Heinrich I de Brabante, aunque son mercenarios para que no se conozcan sus banderas. Digamos que descubrí un oscuro secreto de herr Heinrich y ahora quieren hacerme desaparecer. Dadme cobijo, ayudadme a librarme de esos desalmados y compartiré con vosotros ese secreto. Sea como fuere, si me ayudáis, os deberé mi vida y os juraría fidelidad sin dudarlo...

Su tono, sincero y rotundo, resulta muy dramático. Aún sin haber revelado nada que no supiérais o que no pudiérais intuir.

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26/12/2012, 19:43

Jan sonríe levemente ante el intercambio de Daria y Albrech, tomando nota del reparto local de poderes. Al escuchar el veredicto, asiente cortésmente y realiza una nueva pequeña reverencia al retirarse Daria.

Luego se hace a un lado, sabe que ya ha jugado sus cartas, ahora toca a Obekin jugar las suyas. Tras escucharle, parece haberlo hecho todas juntas, lo cual a veces es buena idea, otras veces no tanto...

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26/12/2012, 19:53
Albrech

-Graves son las noticias que me traéis, y no menos importante la decisión a tomar. Si nos disculpáis, debo debatir con mi corte. Un sirviente os acompañará a unas habitaciones donde podréis descansar. Estáis bajo mi protección, al menos esta noche -dice el experimentado Jerbiton, sin implicarse más de lo estrictamente necesario.

Obekin, haciendo una profunda y también algo teatral reverencia, se retira acompañando a un sirviente hacia una habitación de invitados en una casita aneja a la torre.

-Heinrich I de Brabante, nada menos. ¿Sabéis que le apodan el guerreador? Mala pieza. El mismo emperador Barbarroja le concedió el ducado, bueno el título de duque, cuanto menos. Pero estamos lejos de su influencia, aunque no lo suficiente para estar completamente seguros si se lo propone. En todo caso, ahora toca desvelar los secretos del caballero. Veamos, veamos -os comenta Albrech mientras le tienden la espada de Obekin. Al tocar la espada un anillo del mago con una esmeralda empieza a emitir una débil luz, luz que envuelve el arma durante unos instantes. Albrech cierra los ojos y se concentra, sus ojos moviéndose bajo los párpados.

-Vaya, vaya, parece que no miente el muchacho. Según se ve, es un tanto... ligero de cascos, por así decirlo, y su fama le precede, no sólo en las lides bélicas, sino también en las amorosas. Heinrich le invitó a su castillo con la excusa de su portentoso comportamiento en los torneos, pero su intención era otra: quería sorprender en la cama a su mujer con él. Obekin no sabe el porqué, pero yo imagino que para poderla repudiar y quedarse con su dote, que siendo sobrina del conde de Flandes no debe ser poca cosa, quedando libre para casarse de nuevo y sumar una nueva dote a sus crecientes dominios. En todo caso, el muchacho se olió algo... gracias a una sirvienta que había oído algo y salió del castillo antes de que pudieran sorprenderlo y acabar con él. El resto es historia. La dama es Matilde de Boulogne, sobrina de Felipe de Alsacia, conde de Flandes, así que si podemos ayudarla seguramente podríamos "sacar tajada", por así decirlo -expone de forma más bien cruda, seguramente temiéndose que el tema dará pie a debate y prefiriendo ahorrar algo de tiempo.

-¿Qué pensáis que deberíamos hacer?

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27/12/2012, 08:41
Kalonymus

 

Ligero de cascos, je je, muy conveniente eso tanto para la entrada como para la huida, jajaj... El juego de palabras y de pasiones le pareció muy muy interesante a Kalonymus, algo que ciertamente gustaría mucho de ser contado ante la corte de las hadas, excepto por la vulgar connotación de deshonor y robo de la dote.  Habría que acabar entonces la historia bien, quizá con el caballero huyendo con la dama, y la dote, o descubriendo que realmente había dormido con el duque y no la duquesa, o ambas cosas...Ya se veía el merinita escribiendo ese romance y publicándolo en manuscritos ilustrados...

Sin embargo a la vez esto era cosa seria.   Empezar a meter más a Triamore en asuntos complicados de mundanos, más allá de la protección debida, no era decisión ligera a tomar.  No lo hubiera considerado siquiera sin la apertura de Albrech a verlo como una proposición de alto riesgo, con una igualmente alta ganancia de lograrse con éxito y altos costos de no serlo.   Y es que si habrían de proteger al bosque era importante empezar a tener estas ganancias y alianzas política;, sin ello podrían hacer muy poco en caso de verdaderas complicaciones con el bosque.   En ese caso Alsacia y Flandes sonaban como buenos aliados para tener en tiempo de dificultades. 

Creo que deberíamos ayudar al caballero a salir con vida, por lo justo y verdadero del reclamo.  Aunque sea el mismo seductor el que haya sido a su vez engañado, y eso no pierda su diversión e ironía.  Por otro lado, estoy de acuerdo con que la duquesa sería nuestra nueva mejor aliada, más que el duque, pues este último lo vería todo como resultado de su esfuerzo e "ingenio", y sus gracias hacia nosotros serían una dádiva menor.  Así que todo se alinea: razón y ganancia.

Dom Albrech, - dijo Kalonymus deseoso de poder ya comenzar a probarse de utilidad al servicio de Triamore y el bosque- me ofrezco de voluntario a bajar a "negociar" con los mercenarios.  Quizá pueda hacerles creer que el caballero se ha fugado, o que es otro realmente, o que todo era una invención del duque y que así lo digan ante otros; que sólo siguieron instrucciones por leales, pero que realmente era un fantasma, un figmento de la imaginación celosa del duque lo que perseguían.  Sería un uso no dañino y poco intrusivo de magia, ¿no creen sodales? 

 

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27/12/2012, 10:34
Albrech

-Ah, el engaño, jugar con las mentes de los meros mundanos. Tan poderoso y tentador... ¿Eres tú capaz de tal magia, joven mago? ¿Y de controlar después sus defectos, sus implicaciones? ¿Kalonymus, verdad? Estaría de acuerdo, siempre y cuando luego vigilaras durante un tiempo los efectos de tu magia. La mente humana es escurridiza y llena de recovecos inexplorados, ¿quién sabe lo que puede causar que crean que su líder se ha equivocado, o que su causa no es justa, o que han perseguido un fantasma y deben encontrar a un cabeza de turco...? ¿Te comprometerías a eso? ¿Y qué tienes los demás magos que decir sobre el asunto?

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27/12/2012, 11:51
Wulf

Wulf había ido a la reunión y había saludado con la cabeza a los presentes, no era un hombre de palabras. Sin embargo, había estado muy atento a lo allí explicado, el caballero, había traído demasiados problemas, aunque también se debía decir que si tan bueno era con la espada como con las mujeres, su ayuda sumada a la de Flandes, podría ser muy buena.

- No tenemos nada. -Dijo sin más.

Por mucho que ayudasen al caballero, el actual conde era Heinrich, no su mujer. Si no tenían nada en contra de Heinrich, la cosa se podía poner muy fea. La dama de Flandes podría ayudarles, pero si su marido aún ostentaba el poder poco podrían hacer. Convencer a esos mercenarios, sólo ayudaría a que Heinrich se fijase en Triamore. Cosa que no les interesaba.

-Si tuviesemos alguna prueba real quizá. - sentenció para acabar de hacerse entender.

Unos mercenarios persiguiendo el caballero no era ninguna prueba, y una doncella del castillo sería ninguneada o acusada de esparcir insultos y rumores falsos. Posiblemente la condenarían a muerte por tal ofensa... Si no la habían encontrado ya.

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27/12/2012, 15:18
Excelsius

-No te engañes, Wulf, no hay pruebas reales contra esa gente. Los poderosos pueden hacer desaparecer las pruebas o crearlas como si fueran magos. Uy, fíjate, como nosotros. Yo digo que acabemos con esos mequetrefes de una vez y dejemos el tema en paz, nos ahorraremos problemas mundanos y con los Quaesitoris. Pero si queréis hacer algo, yo de vosotros iría hasta allí y hablaría con sus enemigos, o sus criados. Seguro que la criada esa sabe algo más. Y la señora, otro tanto... ¡Incluso los mercenarios esos sabrán algo que el caballerete no! -el enjuto mago sentenciaba las frases de forma tajante, como si no hubiera fuerza en el mundo capaz de rebatir sus argumentos. Aunque esto, obviamente, no debía ser cierto, su planteamiento no parecía tener muchos "huecos".

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28/12/2012, 07:01
Kalonymus

 

Un truco de mente me parece menos violento que darles muerte, ¿no te parece mejor eso Excelsius?  ¿Cómo ves?  Para evitar problemas futuros.   Y luego vamos con la duquesa. 

Y mira que matar a alguien por problemas de faldas, tsk tsk, poco apropiado me parece, aunque los hombres a nuestras puertas vivan de ello.  No, no es buena idea.  

Y mm, me volteo a ver al Jerbitón.   Los quesitores seguro no pueden castigar a alguien por usar magia en su propia defensa, o de su castillo, o en defensa de los inocentes, ¿verdad?

 

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28/12/2012, 07:06
Kalonymus

 

Y si dom Albrech, me haría responsable de hacer un enjuague mental con la menor consecuencia negativa posible para los involucrados inocentes.  Le pondría mi mejor pensada, en consulta con ustedes, seguro.   Aunque lo que si no aceptaría cargar es con más de las 5 ramificaciones del destino por mi quehacer, -dijo citando los libros de sabiduría Merinita- de acuerdo a mi mater no estoy obligado a hacerlo.  

Lo que cambie el futuro por haber hecho magia es tan causa de los hados y fortunas, como de lo mío.  Prefiero vivir sin esa carga, por favor, pues con sólo actuar recto en mi hacer actual debo poder hacerlo, ¿verdad?  -dijo recitando los principios merinitas.  Tan siempre preocupados ellos por los destinos y las intervenciones en ellos.

 

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28/12/2012, 20:00
Excelsius

Ante la pregunta de Kalonymus Excelsius no respondió, pero entornó los ojos, poniendo una expresión del tipo "¿qué sabrás tú? Sin duda no estaba de acuerdo, pero no entraría en una discusión por este tema, y menos delante de Albrech.

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28/12/2012, 20:01
Albrech

-No, no pueden, en efecto, joven mago -respondió el viejo mago respecto del tema de los Quaesitoris- una Alianza incluso podría hacer uso de magia estentórea para defenderse de un ataque mundano, pero es mejor no llegar a esos extremos. Deberíais idear alguna manera de hacerles los hechizos sin que se enteren, es lo mejor. Por otro lado, no aspiro a que te pases la vida tratando de saber qué pasa en la cabeza de aquellos a los que has hechizado, pero de momento creo que lo más saludable sería que les sigáis de vuelta a su castillo y averigüéis todo lo que podáis de lo que allí acontece. Intuyo una dama en apuros, un señor cruel y problemas. Sería buena cosa tener a esa dama de aliada, pero dejo eso en vuestras jóvemes y vigorosas manos.

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29/12/2012, 00:57
Bastian Klinsmann

El joven bastian escuchaba en silencio mientras una idea se forjaba en su cabeza poco a poco.

Los temas de terceras personas no me incumben, ni me importan. Pero si es decisión conjunta apoyar a ese caballero entonces colaboraré en lo que sea necesario. Mi propuesta es simple y efectiva, mostrar a otra persona similar al cruzado acompañado del boina roja. Cuando los perseguidores lo vean, tal vez potenciado el engaño con algo de magia, podremos hacerles creer que se han confundido.

Y entonces, bastian saco una manzana de un bolsillo y empezó a masticarla sin prisa alguna.

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29/12/2012, 02:32

Jan había permanecido en silencio hasta ahora, escuchando a los demás expresar su opinión. Cómo recién llegado, sabía que por cortesía debía ser deferente con los miembros permanentes de esta Alianza. Ante el comentario de Bastian, rompe su silencio:

-Si me permitís un inciso, Sodales, los perseguidores de Obekin vander Wert serán simples mercenarios, pero puedo dar fe que son de recursos y muy, muy decididos. Intentamos perderles durante varios días, incluso utilizamos un riachuelo para despistar su jauría de perros. Y sin embargo, casi nos echan el guante. De haber estado a pocas horas más de viajes hasta aquí, nos hubieran dado alcance. No creo que sean fáciles de engañar, ni persuadir.

Por cierto, ¿qué pensáis del oscuro secreto que mencionó Obekin? ¿Puede ser algo más aparte de lo que nos ha revelado Herr Albrech?