Partida Rol por web

La Mansion Kido amaneció con normalidad a pesar de que aquel día era diferente a los otros. Un mes atrás habían marcado en el calendario aquella fecha ya que sería la que determinaría el futuro de todos aquellos que habían sido acogidos por la Fundación Grad.
 Sirvieron el desayuno a los chicos y los iniciaron en las actividades de la mañana que eran en pare académicas y en parte atléticas. Los chicos de lugar sabían muy bien que las enseñanzas académicas habían sido impulsadas por el director Ban ya que el subdirector Tatsumi consideraba que no era necesario educar a personas que posiblemente no llegarían vivos a la mayoría de Edad.
 Llegando al descanso del Mediodía un grupo de niños se junto para hablar. Sus caras eran un matiz de preocupación, decisión y miedo. Todos estaban en silencio salvo sadalbari que parecía estar dando instrucciones a los otros chicos en voz muy baja.

-No creo que la seguridad en altas horas de la noche sea alta, si nos organizamos bien seguramente podremos salir de este lugar antes de que nos envíen a esos malditos lugares a que nos entrenen para recibir una armadura que ninguno de nosotros pidió.- Decía en voz baja mientras miraba a sus compañeros con decisión.

Takezo observó al techo de aquella mansión que era ahora su hogar. No quería tener que dejarlo atras también, pero...

—Tatsumi nos atrapará y afuera hace frío de noche... —estaba indeciso ¿Acaso no querían todos una armadura? —¿Tu no quieres una armadura? ¡Para proteger la paz!

—Es lo que dice el señor Ban —agregó. No quería que los demás niños lo tomaran por cobarde.

Sadalbari escucho lo que Takezo dijo y lo miro para contestarle. -Ban tal vez no nos está diciendo todo.- Dijo.
 -Alnair escucho a la cocinera hablar de la última vez que hicieron esta selección y te aseguro que no fue algo bueno.- Agregó y luego hizo silencio para dejar hablar a la otra niña.

Todos miraron a la chica que solía ayudar en la cocina y a esta no le quedo más remedio que hablar. -La cocinera a la que ayudo es una vieja empleada de la mansión y me conto que la ultima vez hubo dos hermanos que intercambiaron destinos de entrenamiento, esto molesto tanto a Tatsumi que hizo que al chico lo molieran a palos durante el viaje y que además lo colgaran de cabeza.-
 Se notaba algo de miedo en el tono de la muchacha que creía absolutamente cada palabra que le dijo su amiga cocinera. -No quiero que me golpeen durante el viaje... En realidad no quiero que me golpeen nunca.- Comentó.

-Opino igual que Takezo, no deberíamos meternos en problemas. Ya suficiente tenemos con tener que irnos de aquí mañana a un lugar en alguna parte recóndita del mundo para recibir un entrenamiento duro. ¿Además si nos escapamos a donde iríamos? No tenemos lugar al que volver y seguramente la fundación nos encontraría en una hora y creo que ahí si nos mandarían a nuestros destinos colgados de cabeza.-

-Eso es porque tú eres un Cobarde Kotaro. si van a hacer la fuga entonces yo me sumo. Eso va a poner loco a Tatsumi.- Dijo mientras largaba una carcajada. Era difícil conectar aquel rosto que parecía inocente con la actitud que solía mostrar Darío. -Si no nos atrapan será toda una aventura y si nos atrapan entonces podremos ir a conseguir esas geniales Armaduras. Takezo ¿Tú no eres un cobarde como Kotaro? ¿no?

Takezo escuchó la historia, imaginandose blanco de aquella crueldad, ahora estaba entre Sadalbari o Kotaro. El empate se rompió cuando escuchó a Dario.

—¡No! —respondió energicamente. Era prudente, pero no un cobarde.

—Alguien tiene que cuidar de los demás. Y si vamos todos, es más seguro —trató de convencer a Kotaro de unirse.

            - Normalmente estaría de acuerdo con todos ustedes chicos que vale la pena el riesgo con tal de escapar de un futuro lleno de violencia, solo que tal vez la diferencia entre huir y quedarse sería que el entrenamiento duro tal vez nos de la posibilidad de no ser simples victimas!      Entre presas y depredadores siempre prefiere ser de los segundos! ...   Eso decía mi padre cuando yo era más pequeña! -     Responde Sonia mientras se rasca la cabeza después de escuchar al resto dar sus razones y meditar su decisión mientras que se ubica entre Kotaro y Takezo a quienes mira de reojo

-Creo que nos deberían dar la opción de elegir si queremos ir o no. Porque nos suben a un avión y nos llevan a conseguir una armadura que nosotros no pedimos. Yo creo que estaría mejor aquí y estoy segura de que Alnair piensa igual que yo.- dijo volteando a ver a la niña.

Alnair se sobresalto al ver que la atención volvía a ella. -Creo que sería más feliz aquí ayudando en el orfanato que peleando en el extranjero.- Comentó tratando de que la atención se centrara en alguien más. -Se que si voy a entrenar a algún lugar seguramente reciba palizas diarias y si me escapo es probable tanto que no como que sí. Así que prefiero tener la posibilidad de que no me golpeen todos los días de mi vida.- Agregó finalmente.

-¿y quién te dice que no queremos la Armadura? Preguntó Darío. -Yo quiero una, Takezo y Sonia también quieren la suya. Sadalbarí tu eres genial y todo eso pero a veces hablas por lo que piensas que todos quieren y no es así a veces. Yo quiero convertirme en caballero, creo que es el sueño de mi vida desde que me entere de que podía serlo. Al decir esas palabras sus ojos tomaron un brillo particular. -Si quieres que nos fuguemos lo intentaremos, será grandioso poner loco a Tatsumi, pero se consiente de que nos agarraran y de que nos mandaran a nuestros destinos de entrenamiento de todas formas.

-Es lo que yo dije.- Intervino Kotaro -La fuga es una locura Sadalbari, no tenemos ni siquiera un plan para hacerlo y si lo que Alnair dijo es cierto entonces nos subirán a nuestros transportes de cabeza y nos darán una paliza durante todo el viaje.

Takezo asintió a lo que decia Dario. El también quería una armadura. Las historias que contaba Ban le habian atraido. Y ser un caballero que pelea por una causa noble, era un ideal al que aspiraba.

—Los ayudaremos a escapar, si quieren —comentó hinchando el pecho.

        - Tal vez tengas la razón Sadalbari, sin embargo no vivimos en un mundo ideal, si no en este ... donde casi todos los presentes somos testigos de algunas injusticias de la gente en este mundo, pero si nos preparamos tal vez no seamos solo víctimas de las mismas!     Que plan tienes Takeso para ayudarlos a escapar? -    Responde Sonia mientras que trata de ubicar a su alrededor que no les estén espiando o haya criaturas salvajes acechando

Takezo entre cerró los ojos y se rascó el mentón antes de mirar a Sadalbari.

—Dario puede intentar vigilar que Tatsumi esté dormido y Alnair nos dirá a que hora duerme el servicio. Luego irá con Sonia a robar provisiones.

Se detuvo un momento y miró a Sadalbari y a Kotaro.

—Ustedes pueden reuinir en el patio a los que quieran escapar. Los protegeremos ¿Cierto muchachos?—Se golpeo el pecho con el puño.

Antes de que alguien pudiera agregar algo los cuidadores comenzaron a llamar a los chicos para que se reunieran en uno de los salones de la mansión Kido.
 En aquel salón los esperaba Tatsumi detrás de una mesa en la que se encontraba una urna cubica con un agujero redondo arriba.

-Como ustedes sabrán desde niños fueron recogidos por la fundación y fueron traídos a esta estupenda mansión en la que no les falto nunca comida, un techo y educación.- Comenzó diciendo Tatsumi. -Pero también se los entreno en sus capacidades físicas para que sirvieran como protectores de la señorita Saori Kido ya que de no haber sido por ella todos estarían muertos al igual que sus padres.- Aquel anciano malhumorado pasaba por alto lo sensible que podría ser para algunos el hecho de que sus padres hubieran muerto a tan temprana edad. -Por eso a modo de retribución ustedes deberán entrenar para proteger el sagrado propósito de la señorita Saori, recuerden que de no ser por la intervención de la fundación ustedes no sería ahora más que huesos echados a una fosa común. La fundación les compro tiempo de vida y ahora les pide que se lo devuelvan en forma de lealtad y sacrificio.-
 Aquellas palabra calaron hondo en muchos de los chicos que allí estaban presentes, la insensibilidad de aquel sujeto en temas tan delicados podría traer problemas más adelante pero parecía que el sujeto lo ignoraba o no le importaba en absoluto.

-Bien ahora es turno de que sorteen sus lugares de entrenamiento diré sus nombres y deben sacar un papel de esta urna. Una vez que tienen su destino pueden ir a su habitación a empacar lo que tengan. Mañana saldrán hacia su lugar de entrenamiento. Tatsumi miro una hoja de papel que contenía los nombres de los niños ordenados de forma aleatoria y comenzó a llamarlos.
 -Alnair.- Dijo primero

La chica se sobresaltó al oír su nombre y comenzó a caminar con paso tembloroso hacia la mesa. En sus ojos podía verse el miedo y la decepción ya que la niña intento demostrar durante toda su estadía en la mansión que ella sería más útil en las cocinas que en el campo de batalla, estrategia que fracasó estrepitosamente. La chica saco un papel y lo leyó en voz alta.
 -Dice monte Kilimanjaro, Tanzania.- Dijo con una voz cargada de miedo, el rostro de la niña se torno pálido y pareció que se desmayaría ahí mismo. El estado de la niña fue ignorado por Tatsumi que corrió a Alnair de allí con un empujón para Llamar al siguiente niño.

-Darío.- se oyó decir a Tatsumi y aquel enérgico niño se acerco a la mesa a sacar el papel que le indicaría su destino. Al contrario que Alnair, Dario leyó con entusiasmo lo que decía la hoja. -Kabul, Afganistan.- Dijo mientras levantaba el puño a modo de celebración. Lo más probable es que Darío no consiguiera ubicar en el mapa el destino que la suerte le asigno pero eso no disminuyó su alegría.