Partida Rol por web

El tiempo para Takezo paso mucho más rápido de lo que pensó. Antes de que se pudiera dar cuenta ya no sentía cansancio luego de los entrenamientos, podía vencer a cualquier campeón Olímpico en su disciplina casi sin esforzarse y su comprensión y uso de las habilidades del cosmo habían alcanzado un nivel aceptable para su etapa de entrenamiento. Junto a él siempre estuvo Lou Bun que había cambiado de ser un pequeño y tímido niño a un fuerte joven muy seguro de sus habilidades.
 Nobou había optado por entrenarlos en caminos diferentes, aunque seguían compartiendo campo de entrenamiento. Lou Bun se decanto más por las técnicas del dragón y Takezo mas por las de Capricornio. Habilidades que anteriormente habían sido utilizadas tanto por su maestro como por el Gran Patriarca.
 A pesar de todo la unión del pequeño grupo siempre fue fuerte. Lou Bun competía mucho con Takezo pero nunca de una mala manera ni tampoco jugaba sucio. Nobou era un maestro firme pero comprensivo que sabia ver a través de sus Discípulos. El entrenamiento siempre fue duro pero efectivo. Antes de que pudieran darse cuenta ya avanzaban con paso firme para convertirse en los hombres más fuertes de su época como se los prometió su Maestro.
 Una mañana habían comenzado con el entrenamiento cuando el maestro Nobou salió de la casa con algo inusual.

-Buenos días Chicos.- Dijo Nobou que vestía su Cloth de capricornio por primera vez desde que los chicos habían ido a entrenar a Tsushima.
-Mi maestro me ha enviado un mensaje, está preocupado por la situación del santuario y convocó a todos los santos al Ágora para votar.- Dijo con un tono de preocupación. -Me temo que se acercan malas épocas y espero que estemos listo para cuando todo esto estalle.- Comento mirando una carta que traía en el mano, la cual los chicos supusieron que era del Patriarca Shiryu.
-Debo partir hoy pero no tardare mucho en volver, tal vez unos dos o tres dias. Hoy entrenen durante la mañana y luego tienen la tarde libre. Oí que hoy está el mercado en el pueblo así que vayan y compren suministros si quieren. Pongan toda la deuda a mi nombre. Yo cuando vuelva pagare todo.- Hizo una pausa para mirar hacia donde debería estar la calle y vio a unos hombres con traje que le hacían seña. -Mi auto llegó, deséenme suerte.- Dijo y salió en dirección al vehículo de la fundación Grad que llevaría al santo de Capricornio al avión de camino a Grecia.

-Sí, ¡tarde libre Takezo!- Dijo Lou Bun golpeando con su palma la espalda de su compañero de manera amistosa pero un tanto efusiva. -vamos a poder comprar comida deliciosa y en el pueblo seguramente nos traten muy bien ya que saben que somos Discipulos del Maestro Nobou.- Agregó con mucha alegría. A pesar de el entrenamiento que tenían y el camino que tenían deparado aun eran jóvenes en plena etapa adolecente. -Demos un par de vueltas rápidas, así podemos bañarnos y salir para el pueblo. Demonios yo pensare en todas las cosas ricas que compraremos, si las comemos antes de que venga el maestro no sabrá que compramos alguna porquerías no nutritivas.- Dijo pasando de largo el hecho de que Nobou se enteraría de todas formas ya que sería él quien pague todo lo que compren.

Takezo se maravilló ante la figura de su maestro con su armadura de caballero y asintió a sus palabras despidiéndolo —Lo esperaremos.

Cuando Lou Bun sugirió salir al pueblo le pareció una excelente idea ir a descansar un rato —¿Qué te apetece comer? ¡Hay una anciana calle abajo que vende unos bollos de masa dulce...! Pero primero el entrenamiento —comentó con el dedo arriba recitando una lección de memoria de Nobou. —La vida es disciplina, sacrificio y orden.

El entrenamiento del santo era estricto, pero él predicaba lo que hacía y muchas veces entrenaba por su cuenta religiosamente. Y, al menos en Takezo, esa filosofía había calado.

-No se, creo que voy a comer todo.- Dijo Lou Bun entuciasmado por lo que les esperaba. -Apuesto a que puedo comer mas bollos dulces que tu. Tengo tanta hambre que creo que me comere a la Ancianita también.

 Los jovenes hicieron la practica rapido pero a conciencia. Ambos respetaban mucho a Nobou y no se atrevian a deshonrar sus enseñanzas. Casi llegando al mediodia ambos chicos estaban bañados y listos para salir al pueblo.

 El dia de mercado era muy especial en el pueblo. Todos los productores, agricultores, Artesanos y demas desplegaban un puesto con sus mercancias y las ofrecian a los nativos y a los turistas. El lugar estaba lleno de cosas deliciosas y super curiosas. Algunos artefactos practicos y algunos super inservibles pero muy bonitos. Takezo encontró rapido a la señora de los dulces y la anciana les vendio lo que pidieron y ademas les regalo otros 2 por se discipulos de Nobou.
 En cada puesto comercial que paraban ya sea a comprar o a ver les ofrecian algun presente, algun descuento, les invitaban una tasa de té o les compartian aquello que estuvieran comiendo. Esos gestos hacia ellos les hicieron entender la magnitud del respeto que le tenian a Nobou ya que al parecer oficiaba como guardian de la Isla y habia logrado mantener la paz y la seguridad durante años. Alli donde fueran los trataban como amigos, les preguntaban como estaba su maestro y les mandaban sus respetos. Incluos algunas jovenes se acercaban a ellos para regalarle algun pañuelo o prenda para luego salir corriendo con la cara roja como un tomate.

-No puedo creer lo mucho que la gente quiere a nuestro Maestro- Dijo con admiracion Lou Bun mientras tragaba un bollo que le habia regalado la anciana anteriormente. ¡Y las historias Takezo! aquel hombre de allá, el que nos regalo los Takoyaki, me conto que durante un Tifón el Maestro Nobou revirtio el sentido de las Olas y mantubo a la isla intacta. ¡Para los residentes fue una simple lluvia tropical!.- Lou Bun se encontraba embelesado por todas las historias y la gratitud que el pueblo tenia hacia su maestro. -Hey Takezo, ¿A donde quiere ir? ¿vamos al puesto de bebidas? ¿crees que nos permitiran tomar Sake?

Takezo río la broma de Lou Bun pero no dudaba de la veracidad del apetito de su amigo —Espero que tenga bollos suficientes

—No me cuesta entender porque lo quieren tanto —los años pasados con su sensei lo habían convertido en una figura casi paternal que tanto le había faltado. Al punto que tanto halago con su maestro le ponía orgulloso de ser su discípulo.

Tampoco le costaba imaginar aquella azaña. Para obtener la armadura del dragón debían ellos invertir el flujo de una cascada. Que ellos fueran capaces de semejante proeza si le preocupaba.

Lo primero que se le ocurrió responder fue entrenar más o regresar a meditar. Pero tenían el día libre y correr por la playa no le apetecía a su edad. Por lo que aceptó la oferta de Lou Bun.

—Probablemente le digan al maestro, y ya sabes lo que piensa de los vicios —hizo una imitación del rostro serio de Nobou —pero quizá no nos regañe tanto si es solo un poco.

Mientras caminaba conversaba con el otro joven —¿No extrañas China a veces?

Se acercaron a un puesto de bebidas que había en el mercado. El mismo tenía unos pequeños taburetes para sentarse a tomar si uno así lo deseaba en vez de retirar la compra e irse. Lou Bun se sentó y esperó a que Takezo hiciera lo mismo y cuando el dueño se acerco le pidió sake para los dos.

-¿Sake para ustedes?.- preguntó el hombre mientras les clavaba una mirada inquisidora. -Soy muy jóvenes para beber, si les sirvo estaría infringiendo la ley.- Agregó mientras miraba si se acercaba algún cliente.
 Antes de que pudieran decir nada el sujeto saco dos Sakazuki, que eran una especie de taza ceremonial para tomar Sake y derramo en ellas la bebida. -Si ustedes no le dicen a nadie que estuvieron aquí, yo tampoco lo haré pero me deben un favor.- Dijo el hombre y guardo rápidamente el contenedor en donde tenía la bebida. -No se demoren mucho no quiero que nadie sospeche. Y disfruten su primer sorbo de Sake, será el que más recuerden y si es con un amigo entonces el recuerdo será más bello.- Agregó finalmente y dejo a los muchachos seguir con su conversación.

-Es una pregunta un poco rara la que me haces.- Dijo Lou Bun. -No es que la pregunta sea rara en sí, sino lo que me hace sentir. Verás, si extraño mi hogar y me gustaría volver algún día. Pero también amo estar aquí. En China seria una persona más, tal vez si alcanzo el rango se Santo sea un poco diferente pero dudo poder resaltar entre la multitud. En cambio aquí soy alguien, la gente me conoce y me respeta, tengo un maestro fenomenal y me la paso genial contigo. Además me agrada la gente de aquí y me gusta pensar en que algún día podre ayudarlos como lo hace el maestro Nobou.- Tras decir eso hizo silencio para darle un sorbo a su bebida y al hacerlo desfiguró un poco la cara de asco. -EEwww, pensé que sabría mejor.- Comentó bajando la tasa.  Al ser una persona que no estaba acostumbrada a tomar y sumado a que el grado alcohólico de la bebida era algo elevado, la cara de Lou Bou Tomó rápidamente un color rojo intenso.
 El chico hizo de cuenta que no pasaba nada pero no volvió a tomar, dejaría el resto de la bebida para después.
-En definitiva la respuesta seria si, extraño china. Pero si vuelvo será por un periodo corto, creo que hice de Tsushima mi hogar sin darme cuenta ¿y tú? ¿extrañas la mansión de los Kido?

—Ni una palabra —aseguró el chico al tendero mirando con complicidad a su amigo.

—¡Kampai! —celebró dando el primero sorbo. El sabor fuerte de aquella bebida era sin duda demasiado para una primera vez —¡Puag! ¿Como la gente bebe esto?  —arrugó a cara y miró a Lou Bun pensando que el tendero tenia razón. Era posible que recordara ese día de por vida.

Apuró de golpe todo el contenido del vaso y ya sentia la cara adormecida —Estoy contigo. Tsushima es mi nuevo hogar, y ustedes mi nueva familia... Ojalá no tuviera que terminar —comentó mirando triste el fondo del vaso.

—¿Regresamos? ¿O tienes algún otro lugar que quieras visitar? —preguntó animandose nuevamente.

Cuando estaban a punto de salir del local un hombre de mediana edad y una joven se acercaron a Lou Bun y a Takezo. Ambos se veían con cara de preocupados pero a simple vista ambos parecían estar bien físicamente.
-Disculpen, ¿Son ustedes los Discípulos de Nobou? Preguntó el hombre. Lou Bun asintió con la cabeza y el hombre siguió hablando.
 -Hay un sujeto extraño merodeando por los alrededores, preguntó varias veces por el señora Nobou. Yo me lo encontré de camino a el mercado y me pregunto si sabia donde estaba.

 -Tiene una especie de armadura y su presencia da bastante miedo.- Intervino la chica. Aunque en ningún momento fue agresivo con nosotros ni nos amenazo con nada.- Agregó pensando que tal vez ese detalle era importante.

Takezo miró a Lou Bun, su maestro se había ido en la mañana y la fundación lo sabía ¿Un santo perdido?

—No se preocupen seguro no es nada —dijo al señor y la joven. Pero la mirada que le hizo a su compañero era un claro "vamos a investigar"

Se levantó rumbo al mercado —Nos vamos —agradeció al tendero y salió.

Caminaron un poco, hablaron con la gente del pueblo, que se comportó muy amablemente con ellos y lograros averiguar donde habían visto por última vez a aquel sujeto.

Cerca de uno de los cambios que conectaban al pueblo costero con otro más al centro de la isla pudieron ver a un hombre parado que vestía una protección igual que su maestro Nobou. Al verlos a ellos el hombre se acercó lentamente.

-Así que son usuarios del cosmos.- Dijo mirando a Takezo y Lou Bun que en ese momento se encontraba emitiendo su potencial interior de un modo agresivo, tratando tal vez de darle un mensaje al enemigo.

-Estuve haciendo algunas averiguaciones y me dicen que tal vez Nobou no se encuentre por aquí pero al parecer eso no quiere decir que mi misión se haya arruinado.- Hizo una pausa y adopto una posición amenazante de cara a los jóvenes.

-Mi nombré es Kratos, el portador de la furia. soy un Berserker bajo las ordenes de Ares y tengo una propuesto para hacerles.- ¿Que dicen? ¿hablamos o nos dedicamos a destruir todo este bonito lugar?

Takezo no se dejó intimidar y le hizo una seña a Lou Bun para que no hiciera nada arriesgado.

Definitivamente, no debía pelear, al menos no en ese lugar.

—Escucharemos pero, vamos a un lugar más tranquilo. Yo soy Takezo y este es Lou Bun

Kratos siguió a Takezo y a Lou Bun hasta donde este lo condujo. Durante el camino no dijo ni una sola palabra y tampoco se mostró agresivo a pesar de haberlos amenazado anteriormente. Cuando llegaron el sujeto buscó un lugar para ponerse cómodo y comenzar a hablar.
-Vengo hoy como un mensajero del gran y poderosos Ares, mi misión aquí hoy es la de reclutar tropas.- Hizo una pausa y siguió hablando.
-Las cosas están muy mal para los seguidores de Athena luego de que esta se atreviera a asesinar a Hades, Casi todo el Olimpo está en su contra y la guerra entre los dos dioses de la guerra en esta ocasión será desproporcional, no habrá otro Troya, aquí Ares los aplastara y no les dará oportunidad para levantarse nunca más.- Comentó en tono amenazante.
-Pero a todo aquel guerrero que se una a él le espera la gloria absoluta y para aquellos que se unan en esta etapa tendrán ventajas y privilegios por sobre el resto. Hablo de los mejores territorios propios para gobernar una vez acabada la guerra, hablo de liderar tropas y no ser solo fuerza de choque dedicada exclusivamente a reducir el número del enemigo.- Nuevamente volvió a hacer una pausa y miro a jóvenes candidatos.
 Si nos vamos hoy mismo yo mismo me encargare de que les proporcionen sus Armaduras Negras y encabezaran las listas para recibir los Cloth que vayamos consiguiendo con forme avancemos en la guerra.- Por tercera vez guardo silencio pero esta vez fue para escuchar que opinaban los jóvenes aspirantes.

Takezo no tenía nada que meditar. El no se pondría del lado del mal y Lou Bun tampoco ¿cierto? Creía conocer a su mejor amigo lo suficiente así que sin esperar habló por ambos:

—Somos los discípulos del gran Nobou de Capricornio. Sería una vergüenza para nuestro maestro y nuestras familias anteponer los bienes materiales por sobre nuestro honor —intentó disculparse. No quería enojar al enviado de Ares y provocar una pelea. No estaba seguro de si el y Lou Bun podían ganarle a alguien con esas armaduras negras.

Su maestro se había ido hace poco, pero ya lo echaba bastante en falta

Kratos resoplo por la nariz a modo de disgusto por la respuesta que le había dado Takezo. -¿No  
podrían haberme mentido por lo menos? Dijo mientras dejaba da lado la posición cómoda que había tenido para charla y poniendo un mas defensiva. -¿No podrías haberme dicho que si y luego escapado por la noche o algo así? ¿No ves que ahora estoy obligado a matarte?.- Se quejó
 Era evidente tanto para él como para Lou Bun que el sujeto no estaba muy conforme con lo que había ido a hacer allí. A pesar de mostrar un aparente entusiasmo al principio Kratos demostraba ahora una actitud más negativa, casi como si estuviera molesto por lo que tendría que hacer -y bien ¿van a pelear o qué?.-

Takezo se puso en guardia ante la actitud violenta de Kratos. Esperaba poder resolver el conflicto dialogando pero era evidente que aquel hombre tenía razón. Quizá debió ser más inteligente si quería engañarlo pero en su entrenamiento, engañar no estaba entre las clases.

Optó por dejar a su enemigo atacar para analizar su técnica y quizá buscar una apertura que el y Lou Bun pudieran explotar. Desde que vio aquella armadura extraña sabía que le traería problemas, y le daba una ventaja a su oponente pero eso no los intimidaría. Ellos estaban del lado de la justicia y su maestro los había entrenado para esa situación.

Movió la mano, llamando a Kratos para que centrara sus ataques en el con una clara burla de "ven por mi".