Partida Rol por web

Todo empezó muy rápido, Naoki había salido a comprar algo de comida para ella y para Mizuki, cuando de pronto todo le dio vueltas y un fuerte pitido sonaba en sus oídos.

Se dio cuenta de que se encontraba en el suelo y que todo estaba lleno de polvo… de pronto el sonido de otra explosión la devolvió a la realidad. Cierto, lo que la había tirado al suelo había sido una explosión muy cercana a su posición.

El sonido de disparos también comenzó a resonar por doquier… ¿Una batalla allí? Esa era su idea inicial de la situación pero… cuando se asomó de la calle en la que se encontraba a una mayor, vio que se equivocaba… eso era una masacre

Había soldados de Britannia por doquier matando a todo aquel que se le ponía por delante… ¡Mizuki! Rápidamente la idea de que Mizuki corriera el mismo destino que esa gente la asustaba y corrió hacia su casa, sacando la pistola que tenía escondida en su bota.

Conocía los callejones, sabría cómo llegar sin cruzarse con ningún soldado pero una extraña escena se encontró en su camino. Le dio tiempo esconderse cuando vio a los y estos no parecían haberla visto, estos miraban a una chica que no se encontraba muy lejos de su posición.

Se trataba de una chica rubia, la cual estaba desnuda y miraba a los soldados, los cuales la apuntaban con sus armas y reían aunque ella parecía dispuesta a mantener su semblante serio hasta el final.

La chica realizó un pequeño movimiento de los ojos hacia su posición, pero no hizo nada más que le marcase que se había dado cuenta de su presencia, mientras que los soldados no parecían haberse dado cuenta en ningún momento.

El polvo llenaba el aire. Fue de lo primero que fue consciente tras la explosión, aunque no creía haber perdido la consciencia pero su cerebro había desconectado durante unos segundos. Lo segundo de lo que fue consciente era del molesto pitido que inutilizaba su audición.

Se puso en pie, con sus ropas negras sucias de polvo. Su pie golpeó contra algo y aunque no escuchó nada vio como una de las latas que había escapado de su bolsa rota rodaba por el agrietado pavimento lleno de mortero. El sonido de otra explosión se superpuso a su aparente sordera y de repente todo cobró matices. Los disparos se sucedían a su alrededor, al igual que los gritos de pánico. Con total nitidez pudo escuchar el llanto de un niño silenciado al instante por un disparo aislado.

Su boca se abrió levemente por el desconcierto aunque el polvo que aprovechó la apertura para colarse por su garganta le indicó que era una muy mala idea. Se tapó la boca para no toser y entonces en un súbito pensamiento, Mizuki inundó su mente. Mizuki, la única persona que le quedaba en el mundo, sola en el apartamento. Si la encontraban, la matarían. Puede que Naoki no fuera muy expresiva en cuanto a su cariño pero quería a su cuñada y ese amor fue el que la impulsó a toda velocidad, sorteando argamasa semiderruida y cadáveres convertidos en coladores humanos.

Ni siquiera se había dado cuenta de cuándo había sacado la pistola, era un gesto tan automatizado que a aquellas alturas hacía de forma inconsciente. Quizás fuera una suerte pues pronto su camino se encontró con un obstáculo humano que parecía difícil de evitar.

La escena ante sus ojos resultaba incomprensible, aunque no más de lo que ya estaba sucediendo. Las explosiones y la presencia de soldados implicaban que Britannia había dado la orden de acabar con las gentes del Ghetto pero, ¿por qué ahora? ¿con qué fin? Sin embargo, la chica desnuda y claramente no japonesa, sólo sugería una idea que la repugnaba profundamente. Violación.

Deseaba cargarse a esos tíos y ayudar a la chica, a pesar de que no contaba con su simpatía siendo extranjera, pero quizás era aliada de los japoneses o dudaba mucho que de otro modo se encontrara en esa situación. Aunque era difícil sentirse optimista armada con una simple pistola. Tenía que ser más lista que su hermano.

Piensa Naoki, piensa.

Un plan sin perspectivas de éxito cruzó por su mente. Era una maniobra de distracción arriesgada que podía terminar muy mal y aunque Naoki no se sentía especialmente altruista se sentía en parte obligada a intentarlo. Levantó la pistola en dirección al que parecía el cabecilla, en concreto a la altura de su nariz y sin pensárselo mucho, disparó.

Tenía la esperanza de que la chica fuera lo suficiente avispada como para aprovechar la distracción y huyera, sobre todo si, como imaginaba, iban en la dirección del disparo. Pero por mucho que le gustaría comprobar si su plan había tenido éxito, no pensaba arriesgarse de modo que nada más disparar echó a correr, girando a casa esquina que encontraba con la intención de distraer a sus perseguidores.

Naoki se asomó de su escondite para intentar ese plan que en su mente parecía simple pero… los restos de escombros hicieron que al asomarse a disparar se resbalase y cayese al suelo, disparando así hacia el cielo lo cual la volvió el centro de atención de ambos soldados.

Los soldados, al verla disparar, en acto reflejo la apuntaron con sus armas y soltaron una ráfaga hacia su cuerpo cada uno… Naoki cerró los ojos en acto reflejo… su vida pasó por delante suya… esos soldados le habían quitado todo y no contentos con sus amigos y su familia, ahora parecía haber llegado su turno.

La voz de asombro de los soldados la devolvió a la realidad… no estaba herida y no le dolía nada ¿Dónde habrían impactado las balas?

Al abrir los ojos lo descubrió, la chica rubia se había interpuesto entre ella y los soldados, con los brazos extendidos y recibiendo con su cuerpo desnudo todos los disparos… un charco de sangre se formaba rápida mente a los pues de esta, mientras su cuerpo caía de espaldas encima de Naoki... La había salvado, había dado su vida por ella…

Pero aún tenía que salir de ahí, tenía que vivir… notó entonces que la chica de pronto le agarró de la muñeca y de sus labios salieron unas palabras que no fueron poco más que un suspiro.

-Eres… una persona interesante…

Entonces, de pronto, un grupo de imágenes sin sentidos comenzaron a apelotonarse en su cerebro a gran velocidad… imágenes que parecían el espacio… otro mundo… un palacio que flotaba… unos extraños símbolos… todo era confuso y… 'inertiae'… esa palabra fue la única que entendió de entre todas las que sonaron durante ese momento, que fue menos de un segundo pero eterno para ella por la cantidad de información que había ido a su cerebro y la cual era incapaz de procesar…

Todo volvió a ser solo un callejón, con una chica desnuda desangrándose encima, ella en el suelo entre escombros y una moribunda y dos soldados apuntándola con sus rifles… pero ella sabía cómo podía defenderse ahora… era información que había llegado hasta su subconsciente y su cuerpo se comenzó a moverse de forma instintiva…

Colocó su mano sobre unos escombros que se encontraban a su lado y los golpeó suavemente mientras pasaba de mirar esas piedras a los soldados 'con esto será suficiente…'

Y así fue, las piedras se movieron, pero no unos milímetros como tendrían que haber hecho por su pequeño golpe, si no que aceleraron a gran velocidad y se clavaron en los soldados, incrustándose en sus cuerpos y haciendo que cayesen muertos en el acto…

Se relajó un poco, pero su mano izquierda se fue a masajearse el lado izquierdo de la cabeza, donde sentía una presión que parecía venir de su propio ojo izquierdo… no tuvo mucho tiempo para pensar en que había paso, mientras lograba incorporarse, pues un Knightmare de pronto apareció del lugar por el que habrían llegado esos soldados… y este le apuntó con su arma… un enemigo de este tamaño no era algo que pudiera ganar con unas pocas piedras y lo sabía…

Pero podía intentarlo con algo más grande… y eso hizo… golpeó una viga que habría caído de un edificio cercano en alguna explosión con la palma de su mano, y al igual que las piedras, esta voló hasta atravesar el Knightmare de lado a lado, lanzándolo hacia atrás varios metros y causando una explosión que causó que cayese de espaldas de nuevo contra el suelo…

Allí se quedó, respirando agitadamente… mientras su mano voló a tapar su ojo izquierdo… toda la visión de este se había tornado roja y finalmente… negra… con su mano se dio cuenta de que estaba llorando sangre y la presión de antes en el lado izquierdo de su cabeza se había convertido en un fuerte dolor…

Se quedó ahí unos minutos, recuperándose y volviendo a ser ella misma… ¿Qué había pasado en tan solo unos instantes? Había obtenido un poder en su ojo izquierdo… con el que podía controlar la inercia de las cosas… ¿Cómo sabía cómo funcionaba? El dolor  comenzaba a irse pero la visión no parecía querer volver por ahora… 'Verlo con el ojo izquierdo y que tenga fuerzas sobre él'… sabía cómo funcionaba… todo había llegado a su cabeza cuando la chica rubia le había agarrado… y con ese poder acababa de derrotar no solo a dos soldados si no a un Knightmare…

Su último pensamiento fue dirigido hacia el cielo, maldiciéndose por ser tan descuidada en el momento más crucial de su vida. Y aunque siempre había pensado que si su vida terminaba a manos de los soldados los enfrentaría sin apartar la mirada no pudo. Se descubrió siendo una cobarde ante la muerte y cerrando los ojos con la bilis subiéndole por la garganta.

Escuchó la ráfaga de disparos pero nada acabó. Abrió los ojos, temerosa, y sintiendo los desbocados latidos de su corazón pidiéndole tiempo para latir una vez más cuando se encontró con la chica desconocida ante ella. Se llevó la mano al rostro, notando la calidez de la sangre de la joven en su piel.

El blando cuerpo cayó sobre ella, sacudiéndose en los estertores de la muerte, y en un acto de pura compasión humana no pudo hacer otra cosa que rodearla con los brazos con seriedad, en un gesto de protección que llegaba tarde. Fue entonces cuando la muchacha dijo aquellas palabras carentes de sentido para ella.

No tuvo tiempo de pensar que deliraba a las puertas de la muerte puesto que su cerebro prendió en llamas. De repente dejó de tener control sobre sus pensamientos y se quedó como mera espectadora de un montón de información incomprensible que viajaba a toda velocidad por su red neuronal, modificándola a su antojo.

Todo lo siguiente simplemente carecía de la consistencia de la realidad pero sucedió. Sabía con precisión qué hacer aunque sólo se sentía medio consciente de sus actos, fascinada por las consecuencias. No podía decir que le asquearan las muertes casi salvajes que tuvieron los dos soldados y en cuando al Knightmare lo único sorprendente fue la facilidad con que sus pensamientos cobraron vida.

Le parecía que sus labios habían estado a punto de curvarse en una sonrisa pero ésta no llegó a producirse pues el ojo le ardía, le dolía como si estuviera deshaciéndose en un mar de ácido en la cuenca de su ojo. Se llevó ambas manos al mismo, sintiendo como la sangre se las empapaba, retorciéndose de forma muda en el suelo hasta que el dolor lacerante remitió sin traer de vuelta la visión de su ojo izquierdo.

Sentía la respiración agitada cuando se levantó, observando la muerte a su alrededor. Pero lo que más le impactó fue su imagen en el reflejo de unos cristales. El ojo izquierdo cerrado y la mitad del rostro bañado en sangre que junto a su expresión sombría garantizaba un aspecto peligroso.

Le costó varios segundos recordar a Mizuki pero no tardó en echarse a correr de nuevo en busca de su cuñada, con las palabras de la chica todavía retumbando en su mente como si quisieran derribar los muros de la cordura.

Naoki corrió hacia el apartamento de Mizuki a gran velocidad, con la cara llena de sangre y todo lo que había pasado hace un momento como si hubiese sido un sueño.

Al llegar al apartamento vio que aún no parecían haber llegado a esa zona y al entrar en este el sonido de un altavoz llenó toda la zona.

Reconoció la voz sin problemas, se trataba del príncipe Clovis, aquel que el imperio había dejado a cargo de esa zona.

Parecía ordenar un alto el fuego… y no solo eso, que ayudasen a los heridos independientemente de su bando… ¿Qué estaba pasando?

Entonces llegó a la casa de Mizuki, al abrir la puerta se la encontró escondida dentro detrás de una mesa y apuntando a la puerta con una pistola… no le había disparado de milagro.

Al verla se tranquilizó, pero esa tranquilidad no duró más que unas décimas de segundo.

- ¡¿Qué te ha pasado?! ¡¿Estas bien?!

Mizuki estaba muy asustada… Naoki estaba llena de sangre por todos lados, aunque gran parte de ella no era suya, si no de la chica rubia y un poco de sangre de soldados de Britannia que la había salpicado pero eso Mizuki no lo sabía, que la palpaba y examinaba con infinita suavidad, como miedo a tocar alguna mala herida.

Correr medio cegada no era tan fácil como parecía pero no hubo ningún problema mayor que un par de tropiezos y un arañazo en la mano, que en aquel momento era un mal menor. Además, a su lista de sorpresas y preocupaciones se unió la voz del que se hacía llamar príncipe del Distrito 11 en lo que parecía una clara contradicción a las que estaba segura que habían sido sus órdenes anteriores: eliminar a los habitantes del Ghetto.

- Tsk.

Tras aquel ruidito con la boca como resumen de sus despectivos pensamientos, se lanzó escaleras arriba sintiendo como el alivio se apoderaba de ella puesto que no sólo estaba llegando a Mizuki sino que el lugar parecía a salvo; estaba segura de que los soldados aún no habían llegado allí cuando se dio la orden del alto al fuego.

Tuvo la prudencia de abrir la puerta con normalidad pues en cuanto vio a Mizuki apuntándola con una pistola se dio cuenta de que un movimiento más brusco posiblemente le habría regalado un balazo entre las cejas. Rezongó un poco ante los cuidados de su cuñada pero se dejó hacer, consciente de que con la ropa manchada de sangre no podía ni sentarse en el sofá.

- Sólo me molesta un poco el ojo izquierdo, creo que se me ha debido meter una esquirla o algo porque no veo nada - le preocupaba un poco quedarse ciega a decir verdad. Abrió y cerró varias veces el ojo, comprobando que ya no le dolía pero que su visión seguía sin aclararse -. Casi toda la sangre es de una chica que se murió encima mío y de unos soldados - explicó de forma escueta, sin ganas de explayarse más en cosas que no entendía, aunque Mizuki era la persona en la que más confiaba en el mundo -. Tú estás bien, ¿verdad? ¿No han llegado hasta aquí?

Mizuki se relajó un poco al ver que Naoki no estaba gravemente herida, pero continuaba bastante exaltada por su ojo y la situación en la que se habría encontrado - ¿Una chica que murió encima de ella y de unos soldados? - Pensó, no sabía que le habría pasado, pero ya lo hablaría con ella en otro momento.

- Se han escuchado disparos cerca pero no habían llegado aún a esta zona… la verdad es que ha sido un alivio escuchar el alto el fuego… y también considerablemente extraño. Aunque creo que por ahora, lo mejor será que te des una ducha.

Cerró bien la puerta de la casa y comenzó a ayudar a desvestirse a Naoki.

- Deja las ropas aquí en la entrada, ahora lo limpio yo mientras te duchas y tomate tu tiempo y relájate con un buen baño, te vendrá bien.

Naoki se desperezó como si en lugar de venir de correr se acabara de levantar de la cama, pensando que lo mejor sería no decir nada por el momento de las cosas extrañas que le habían sucedido, no hasta que no intentara recordar con exactitud los detalles de lo ocurrido, a ver si de aquella manera podía traer un poco de luz sobre los hechos de la última media hora de su vida.

- Me alegro de que estés bien...Oye...que puedo desvestirme sola... - sabía que Mizuki quería comprobar que realmente no estaba herida y aunque no tenían demasiados problemas con la desnudez de la una o de la otra lo de desnudarse mutuamente era quizás excesivo. Acabó por suspirar mientras se apartaba un poco y empezaba a quitarse la ropa -. La verdad es que me apetece una ducha, apesto a sangre y sudor.

Dicho con tanta ligereza parecía una insensible pero Naoki había madurado con una matanza. La muerte y la sangre ya no le impactaban tanto, aunque estaba más afectada de lo que parecía por lo sucedido. Sólo necesitaba esos minutos a solas en el baño para pensar en ello, entonces estaría bien.

Mizuki dejó a Naoki desvestirse sola y quizá se habría apresurado un poco al estar un poco nerviosa por la situación y por su preocupación hacia esta. Dedicándole una sonrisa comenzó a recoger la ropa de esta y a llevársela.

- Tomate tu tiempo, yo mientras prepararé algo de comer.

Tras acabas de recoger, mientras Naoki se preparaba para acicalarse, escuchaba como Mizuki comenzaba a hacer cosas en la cocina mientras tarareaba alguna melodía, algo que solía hacer para mantener sus pensamientos alejados y no agobiarse.

Se metió en la ducha, con el agua casi hirviendo abrasándole la piel pero con la sensación de que era el único modo de purificarse. Suspiró, ajando la cabeza para mirarse los pies y el agua que se escapaba por el desagüe. ¿Estaba bien? Había visto morir a aquella chica pero aquello no era novedoso, por más que se le quedara un poco de mal cuerpo.

Quizás lo que la tenía más descolocada era la muerte de los soldados e incluso el modo en que había caído el Knightmare. No sentía compasión, odiaba a los siervos del imperio de Britannia pero le asqueaba un poco el modo en que habían muerto. Aún podía sentir la sangre caliente de aquellos hombres salpicándole el rostro.

¿Cómo había hecho eso? La chica había dicho algo, le había hecho algo. Se llevó una mano al ojo izquierdo, tapándoselo. "Verlo con el ojo izquierdo y que tenga fuerzas sobre él". ¿Qué misterioso poder era aquel? Nunca había escuchado nada semejante...nunca había oído nada igual. ¿Qué era exactamente lo que podía hacer? ¿Dónde estaban los límites? ¿Y por qué le había dado ese poder a ella? ¿Por qué no usarlo para salvarse a sí misma?

Para cuando cerró el grifo llevaba media hora bajo el agua y el baño estaba lleno de vapor. Se envolvió el cuerpo en una gruesa toalla y limpió el espejo con el dorso de la mano, contemplando su imagen distorsionada con el pelo rojo pegado a la piel cetrina de su cara y sus hombros y los ojos rojos devolviéndole la mirada, aunque uno de ellos sin ver.

¿Qué pasará a partir de ahora?

Naoki salió de la ducha, y escuchó que Mizuki aún se encontraba cocinando, ni si quiera parecía haberse dado cuenta de que Naoki había salido del baño.

Fue a su habitación, envuelta en la toalla, al fin podría ponerse ropa limpia, y al entrar en esta, se llevó una gran sorpresa.

Era una chica rubia… pero no una cualquiera si no una que había visto morir hace alrededor de una hora. Iba con unos harapos y se veía llena de manchas de sangre, pero ya estaba seca.

- Fue descortés que te fueras sin esperarme… pero lo dejaremos pasar. Tenemos pacto, te di un poder y a cambio espero que hagas algo por mi… por ahora no puedo decirte el que, pero en un futuro, cuando estés preparada, te lo diré, pero hasta entonces estaremos juntas.

- ¡¿Qué...?!

En lugar de concluir la frase cerró la puerta tras de sí con brusquedad, mirando a la rubia en una especie de shock. No podía ser, era sencillamente imposible, la había visto morir, su sangre aún impregnaba su ropa. Además, ¿cómo había llegado a su habitación?

Adoptó una expresión sombría y ni corta ni perezosa se dirigió a su cama, llevando la mano bajo la almohada y sacando una daga que colocó ante sí, apuntando a la chica, ignorando todo lo que había dicho pues carecía de sentido en aquellos momentos.

- ¿De dónde has salido? ¿Cómo has entrado aquí? ¿Cómo sigues viva? - las preguntas se agolpaban en sus labios pero hubo una última frase, que no pregunta, que pronunció con feroz certeza -. Me estoy volviendo loca. No puedes estar aquí, estás muerta, no eres real.

La chica observó como Naoki se armaba y se asustaba.

- No es difícil colarse en una casa - dijo mientras señalaba a la ventana -  y te he seguido desde el lugar donde nos conocimos… parece ser que tuviste un primer uso muy… excesivo… ¿no? Pero no te preocupes, el Geass se fortalecerá a medida que lo uses.

Geass… Naoki  sabía que era una forma de referirse a ese poder… probablemente en ese chorro de información que entró en su cabeza en ese momento, esta venia incluida.

- Si lo prefieres, me voy, pero todos aquellos que no son capaces de cumplir su parte del trato, acaban siendo consumidos por su poder, ¿Crees que dañarte un ojo es lo peor que te podía pasar? Se hará más fuerte… mucho más fuerte… y si no tienes cuidado… digamos que no solo podrías morir tu… si no que podrías dañar a otras personas… incluso aquellos a quienes aprecias.

La chica se sentó y se acomodó un poco sobre una mesa.

- Bueno, ahora lo importante, es que uno de los requisitos para que puedas cumplir tu parte del trato, es alcanzar tu objetivo, y como tu… ¿Cómo decirlo? ¿Compañera temporal? Te ayudaré, siempre y cuando no sea algo que te pueda matar, muerta no me sirves.

Naoki apretaba los dientes en una expresión de total desconcierto, con los ojos abiertos y vidriosos, sin querer creerse ni una palabra de lo que decía la rubia pero aún así sabiendo que era cierto. Volvió a llevarse una mano al ojo cuando lo mencionó, añadiendo de paso que aquel poder acabaría consumiéndola.

Sonidos entrecortados salían de entre sus dientes en siseos ahogados, sin llegar a pronunciar palabra mientras la chica vestida de harapos se sentaba cómodamente en su habitación, sin parecer importarle lo tensa que se encontraba su interlocutora. Pasaron varios segundos hasta que Naoki fue capaz de articular un sonido coherente si es que hablar de todo aquello se podía considerar como tal.

- Para qué...¿para qué tengo que servirte? ¿Por qué no usaste el poder tú misma? ¿Por qué dármelo a mí?

Suponiendo que en aquellos momentos poco importaba, se desató la toalla y empezó a vestirse con una sudadera negra con capucha y pantalones también negros. Necesitaba ganar en seguridad y desde luego envuelta en una toalla que limitaba sus movimientos aquello era imposible.

La chica dejó escapar una media sonrisa al ver la reacción de Naoki.

- En un futuro tendrás que hacer algo por mí, es algo simple que no te supondrá un esfuerzo y a cambio has recibido poder para cumplir tu objetivo… dime, ¿Qué es lo que deseas?

Tras dejarle un par de segundos para que pensara pero antes de que respondiese le respondió las dos últimas preguntas.

- Te he otorgado tal poder porque me pareces una persona interesante, seguro que me divierto contigo y al ver qué tipo de Geass se ha manifestado en ti y del odio que tienes dentro.

De pronto, la voz de Mizuki sonó desde la cocina.

- Noiki, ¿Ya estas lista? Ya terminé de preparar la comida, date prisa no se te vaya a enfriar.

La voz de Mizuki sonaba tranquila, parecía haberse relajado mientras preparaba la comida y que no era consciente de la presencia de la extraña chica.

Apartó la mirada de la rubia y más que un par de segundos se tomó un minuto entero. Dirigió sus pasos hasta el cajón de su cómoda, abriéndola y buscando entre su ropa interior una caja de madera lacada. La sostuvo entre sus manos durante unos instantes.

- Qué es lo que quiero... - su mano derecha alzó la pequeña pestaña que mantenía la caja cerrada y la levantó poco a poco. En su interior había recuerdos de su familia, una foto de todos juntos, los pendientes de su madre, una medalla de su padre, el móvil de su hermano,...; rebuscó entre todos aquellos objetos hasta dar con un parche negro pero en lugar de la típica calavera y las dos tibias tenía el sencillo y simpático dibujo de un conejo blanco -. Venganza. Quiero acabar con el imperio de Britannia, quiero matarlos a todos... - su voz que momentos antes sonaba tan alterada ahora era fría e inexpresiva. Se colocó el parche de modo que tapara su ojo izquierdo -. Todos y cada uno de ellos se merecen morir y sufrir lo mismo que los japoneses - la mirada de su ojo sano volvió hasta la chica rubia con dureza que se relajó apenas un instante después al escuchar la voz de Mizuki -. ¿Te vas a quedar a comer o te vas a largar a hacerte la muerta por otro sitio? No quiero poner en peligro a Mizuki - advirtió con un deje amenazador.

La chica escuchó a Naoki atentamente, y cuando esta terminó de hablar le dedicó una sonrisa.

- ¿Destruir un imperio? - Rió a la vez que sonreía - ¿Lo ves? Eres interesante… no me voy a aburrir, esto promete y tras esta matanza… ¿Te vas a quedar de brazos cruzados solo porque esta chica esté intacta? Podía haber sido ella una de las decenas de personas que han muerto…

Volvió a reír con la última amenaza.

- Pues la verdad… Esta chica del Área 5, que tenían capturada… se ha colado por tu ventana y tras escapar en el caos de la batalla y está herida, hambrienta, sucia,  cansada y asustada… ¿Le vas a dar la espalda?

Tras volver a reír con su risa burlona añadió.

- La verdad es que todo eso es cierto, menos lo de asustada… solo de pensar lo bien que me lo voy a pasar contigo… pero ya me lo había imaginado la primera vez que te vi y tu poder me lo confirmó, un poder tan destructivo solo podía despertar en alguien con una sed de sangre como la tuya.

Tras eso se incorporó, se colocó de cuclillas al lado de la ventana y puso una cara que cualquiera creería lo que acababa de decir, parecía una pequeña chiquilla asustada.

- Por cierto Maoki, puedes llamarme YY.

Se la quedó mirando con fijeza sin tener la certeza de si hablaba sola o con ella. Había frases y comentarios que no parecían tener sentido más que como reflexión en voz alta pero lo que tenía claro es que no le gustaban sus palabras. Hablaba de ella como si fuera un festín suculento, un premio por el simple hecho de estar llena de odio y deseos de venganza. ¿Acaso alguien quería sentirse así? Todos querían la felicidad, el único motivo por el que ella buscaba algo totalmente distinto es porque ya no podía alcanzarla.

- Me das asco - sentenció con falsa serenidad -. Vamos a colaborar pero no seremos amigas, supongo que tenía que advertírtelo. No te acerques a Mizuki, no hables con ella de nada. No voy a ofrecerte la hospitalidad de su casa a no ser que sea necesario así que si puedes buscarte otro sitio mejor, sino dormirás en mi habitación - gruño en un tono despectivo -. ¿Por qué te tenían capturada? A parte de por tu poder, obviamente - añadió rápidamente con desdén, como si fuera a ser el comentario obvio -. No, me refiero a de dónde sale tu poder, cómo supieron ellos que lo tenías y cómo escapaste.

YY hizo un gesto de no saber, como si de un niño pequeño se tratase.

- Quien sabe de dónde viene este poder... hace tantos años que lo poseo, que ya ni lo recuerdo, ni si quiera sé si alguna vez fui una humana, los recuerdos de mi pasado se han ido diluyendo con el tiempo… he visto muchas cosas y ya me he aburrido de todas ellas…

Miró en dirección a la puerta unos segundos, y añadió en voz más baja.

- Me escapé porque menospreciaron mis… capacidades. Y ahora, creo que es mejor que empiece la actuación.