Partida Rol por web

Bien, pues parecía que habían tomado una decisión. Lástima que pudiera pasar por recuperar a los tortolitos y pareciera que estaban dispuestas a volver a viajar con ellos. Para Adrian había quedado claro lo poco que les importaban. Que sí, en general él opinaba lo mismo… pero al menos hacía el ver que no era así del todo. Antes de marcharse del lugar, se acercó movido por la curiosidad al lugar en el que había estado recogiendo setas el niño para echar un vistazo. ¿Sería algún ingrediente para pociones?

Al escuchar el ruido de la serpiente perdiéndose entre la maleza, el chico la despidió con la mano. Esperaba que tuviera suerte y encontrara muchos muggles a los que comerse… o le salieran bien sus cosas de serpiente. Ya que le habían fastidiado la caza, qué menos que mandarle buenos deseos.

Efectivamente este tipo de setas se pueden usar en muchos tipos de pociones letales o para crear venenos

Emm asintió ante la decisión de Devi. A la joven le gustaba contar con la aceptación de los demás para todas las decisiones, porque siempre trataba de ocultar su lado más autoritario, que había heredado de su familia. Pero era muy buena enmascarándolo. Especialmente, la aprobación de Devi le resultaba importante, porque le parecía la más sensata del grupo con diferencia y confiaba en su instinto tras todo el tiempo de entrenamiento que habían pasado como aprendices de Slytherin.

Bueno, Peete, parece que sí que te acompañaremos al pueblo - Emm se situó junto al muchacho y comenzó a caminar a su lado, dedicándole una ligera sonrisa - ¿Tienes más compañeros aprendices? Conocemos muy poco sobre Gryffindor realmente. ¿Es un buen maestro?

La chica trató de darle conversación a aquel mago con la intención de sonsacarle información, siempre tras un velo de amabilidad y honesta curiosidad.

Cuando se pusieron en marcha, Adrian se quedó algo retrasado repasando algunas cosas mentalmente pero pronto bajó de las nubes y se apresuró por ponerse a la altura de Emm, al otro lado del chico. Odiaba llevar el pelo mojado y pegado a la cabeza. Le hacía pensar en aquella vez que siendo muy pequeño a uno de sus hermanos se le ocurrió dejarle cerca de una vaca y le pegó un lametazo viscoso y maloliente antes de intentar comérsele el pelo. Malditas fueran todas las vacas. O reducidas a filetes, eso también valdría.

-Seguro que es un buen maestro de pociones -comentó anticipándose a Peete con una ligera sonrisa.

Vi que Adrian se detenía un momento a mirar las setas que estaba cogiendo el chico. 

-¿Las reconoces? -le pregunté cuando pasó por delante de mí. 

Después, nada más comenzar a caminar, volví a levantar la varita. 

-Protego duo -musité; luego alcé la voz- iré detrás, por si acaso... estad alerta. 

Intentas agarrar la varita pero un mal gesto hace que resbale de tus manos y caiga al suelo. Ahora tu destino dependía de aquellos... seres, a no ser que tuvieras otra idea... escuchas un ruido cercano... parece que alguien más se acerca... son voces... familiares.

Vais caminando. Vuestro nuevo "amigo" está muy callado y no responde a lo que le preguntáis. Es como si fuera pensando en sus cosas... finalmente parecéis llegar a un pequeño poblado. Parece haber una fiesta. Entráis el joven dice.- Esperad aquí, voy a avisar al maestro.- y acto seguido desaparece. entonces os acercáis un poco a la fiesta y veis una imagen que os sorprende bastante. Los de la fiesta están haciendo una especie de ritual, con una chica, que está atada a un palo y está a punto de ser consumida por el fuego... ¡No puede ser! ¡Es Sophie!

Durante el camino, Emm se fue sintiendo cada vez más incómoda ante el silencio del chico. Aquella actitud por su parte no era normal. Acababa de encontrarse con un grupo de magos y brujas de su edad, que eran aprendices de otro gran mago de la zona. ¿Cómo es que no les había preguntado nada sobre él? El instinto de Emmeline le decía que había algo raro en todo aquello, pero permaneció igualmente callada mientras iban avanzando. Se sentía más aliviada con el conjuro de Devi protegiéndoles, pero no dejó de aferrarse a su varita mientras llegaban al pueblo.

Una vez allí, Emm vio cómo Peete desaparecía corriendo con la excusa de ir a buscar a su maestro.

Vale, chicos, esto es muy rar... - y en ese momento, se dio cuenta de lo que estaba sucediendo en la plaza del pueblo y un ramalazo de rabia cruzó por los ojos de Emmeline. Frunció el ceño y apretó el puño - Por las barbas de Merlín, este muchacho no es más que un estafador.

La joven bruja pensó durante un segundo.

No lo hemos visto usar la varita en ningún momento. Bien podría ser la varita de Sophie - su voz sonaba como si estuviese intentando contener la furia. Sin pensárselo dos veces, Emm echó a correr para acercarse a la zona donde el ritual estaba sucediendo y alzó su varita. Sophie estaba a punto de morir, devorada por las llamas. No podía permitirlo, ya se les ocurriría cómo salir de aquel lío.

¡Aquaeructo! - el hechizo salió con potencia de su varita, y un enorme chorro de agua cristalina surgió de ella impactando contra la chica atada al poste. Las llamas sisearon un poco pero finalmente se apagaron, el olor a quemado aún en el aire.

La sensación en mi nuca se acrecentaba a medida que nos acercábamos al "poblado" del chico y éste dejaba de responder a nuestras preguntas. Cuando nos percatamos de lo que estaba sucediendo, abrí los ojos como platos, pero ya había reaccionado. Menos mal que Emm también lo había hecho. Al mismo tiempo que ella apagaba el fuego yo ya me estaba subiendo en la escoba y alzaba el vuelo por encima de la multitud, acercándome a Sophie. No me había planteado realmente las implicaciones de aquello, pero nuestra amiga estaba en problemas (seguramente por terca) así que ya me las plantearía después. 

Alcé la varita mientras volaba en su dirección y grité:

-¡Diffindo!

Las cuerdas que la sujetaban se soltaron al momento, mientras yo llegaba a su lado y me colocaba en posición para que me diera la mano y subiera tras de mí rápidamente.

-¡Corre Sophie! ¡Arriba! -grité mientras le tendía la mano.

-¿Dónde está Sean? -pregunté mientras ella subía y comenzaba a elevarnos de nuevo rápidamente.

La varita resbala de mis dedos y cae al suelo, fuera de las brasas. La desesperación se apodera poco a poco a de mi... si al menos pudiera darle a Sean un último beso... 
De entre el ruido ensordecedor de las llamas que me rodean escucho voces familiares... parecen Devi y Emmeline. 
-Quizá hayan venido a presenciar mi final -pienso con resignación. De pronto un golpe de agua me sacude, calma todo el calor de mi piel y termina por apagar las llamas que me rodeaban. Las cuerdas que me sujetaban pegan un fuerte chasquido y se sueltan. Soy libre.
Devi aparece flotando encima de mi, tendiéndome la mano. Me esta invitando a subir a su escoba...
Una idea se cruza en mi cabeza -Ellas me han salvado...y no entiendo bien porqué
Vacilo un poco...
-tsk ojalá hubiera podido salir por mi misma de esta situación. Aunque no es momento de lamentarse, ahora debo encontrar a Sean. 
Con su ayuda subo a su escoba. Un suave viento golpea mi cara y mientras nos dirigimos volando hacia los demás reflexiono acerca de todo lo que acaba de pasar. 
 

Antes de subir a Sophie a mi escoba, vi cómo su varita salía disparada hacia el fuego, así que, mientras la sacaba volando de allí, grité:
-¡Accio varita de Sophie!
y la varita vino a mí rápidamente, esperaba que no hubiera sido demasiado damnificada por el fuego antes de que Emm apagara éste.
Llegamos rápidamente a donde se encontraban ella y Adrian, al borde del claro, la acerqué al suelo, pero no me bajé de la escoba. Tratando de seguir actuando en esos segundos de desconcierto antes de que la concurrencia se diera cuenta de lo que había pasado y se lanzara hacia nosotros, pregunté rápidamente:
-¿Dónde está Sean?

El fuego se apaga sin problemas, y la chica es liberada, a la vez que Devi se acerca volando para rescatarla. Pero aquellos extraños hombres reaccionan antes de que Devi pueda hacer el accio, para alcanzar la varita de Sophie. Comienzan a lanzar conjuros para derribar a las jóvenes. No usan varita, sino que utilizan sus propias manos. Deben de ser criaturas excepcionales.

Sophie se monta en la escoba de Devi. Ésta deberá esquivar los hechizos, o caerá al suelo con Sophie y seguirán un cruel destino.

Emmeline permanece de pie, junto a Adrián, en frente de aquellos seres.