Partida Rol por web

Puedes ver a tus alrededores una tienda de electrodomésticos, una gasolinera y unos almacenes. No distingues coche alguno en el parking del hotel. En el lado restante se encuentra una de las calles principales y tras ella puedes ver el bosque.
 

Bajando por las escaleras de incendio llegarías junto al amigo que te dije antes. Podrías, si consigues evadirlo (y crees que si ese chaval ha podido tú también), tirar como alma que lleva el diablo hacia la gasolinera, ya que no hay prácticamente nada que cubra de calle a calle.

De acuerdo... Digo mirando la gasolinera desde la azotea. Quizás si llego a la gasolinera... Si tienen taller sería un puntazo... Podría encontrar algo útil...

Comienzo a bajar con las ideas claras. Intetar no hacer ruido y salir agachado y lo más deprisa posible hacia la gasolinera

Bajas a través de la escalera en sumo silencio. Contemplas a ese endiablado que ha perdido la piel a la par que la cordura devorar los dedos de una mano como si de muslitos de pollo se tratasen. Puedes comprobar cómo lo único que tiene de la víctima es el brazo, un brazo que donde debería continuar el cuerpo deja ver tiras de músculos y piel desgarrados, seguramente por haberle arrancado el brazo a base de tirar.

Andas suavemente, evitando que tus pisadas sean percibidas. De repente, ves como el diablo hecho carne levanta la cabeza. Te quedas parado. Ves cómo levanta su mano derecha que deja entrever la putrefacción a la que estaba sometida. Se golpea la mejilla y ves como una mosca sale volando, mientras el ser vuelve a sus quehaceres.

Aliviado, respiras y sales a trote ligero a través de la calle evitando llamar la atención con tus pisadas mientras un zombie mirando hacia tu dirección no parece percatarse. Puede ser la distancia, o la estupidez; pero parece no haberte notado y se encuentra mirando al infinito. Llegas hasta la gasolinera sin el más mínimo riesgo. Han resultado unos segundos agobiantes, aunque no tanto como en el pasillo del hotel.

Joder... Algo pero que muy malo está pasando aquí

Paso evitando a los podridos, y qué podridos... Por un segundo casi me hecho a correr, pero el cabrón se queda quieto. Corro hacia la gasolinera y comienzo a mirar el interior desde fuera. Debería de ser capaz de encontrar algo útil aquí, una herramienta que sirva para abrirle la cabeza a esos podridos o algo. Cuando termine aquí le daré una vuelta a ver si tienen taller...

Miras de reojo. Parece no haber nadie. Entras en la tienda de la gasolinera, famosas por tener de todo a precios abusivos. Comienzas a rebuscar y encuentras unas mochilas de dudosa calidad por 30 $. Aunque la tienda estaba vacía, por lo que te pudiste descontar los 30$. Sigues buscando y reunes un poco de comida enlatada, la única que ves vaya a servirte para algo. Miras en la zona de la cajera, pero solo está la caja registradora y un botón bajo la mesa. Lo único que ves como un arma son un juego de cuchillos de cocina y un kit de herramientas del que puede saques algo útil...

Cojo todo lo encontrado y lo meto en la mochila, luego busco la puerta de la trastienda.

Comienzas a buscar la puerta para salir de allí, pero parece que no la encuentras. Miras tras la zona de cobro, y no encuentras más que un pequeño almacén con una zona de descanso de empleado. Buscas por toda la habitación ya angustiado hasta que ves que se encuentra en una esquina de la tienda, medio escondida entre dos muebles que contienen numerosos alimentos en conserva.

Parece que a las malas tengo una reserva de comida aquí dentro... En fin... Saco uno de los cuchillos y lo agarro por la empuñadura con fuerza, luego abro la puerta muy despacio y tratándo de no hacer ruido

Sales afuera con sumo cuidado, previniendo ser visto por cualquiera de esos seres. Para tu suerte, nada parece percatarse. Para tu mala suerte, te encuentras simplemente detrás de la gasolinera, por lo que únicamente basta dirigirte al parking a tu derecha para volver a verte con tus queridos amigos. No ha parecido el mejor movimiento, pero al menos ya estás alejado de su vista.

Vale... Piensa James, piensa... Me meto de nuevo en la gasolinera y cargo la mochila hasta arriba de latas de conserva, de las que había en la trastienda. Luego salgo de nuevo a la calle y me dirijo hacia el bosque intentando que no me vean.

Comienzas a dirigirte hacia el bosque en el más profundo silencio, pero el tener que pasar por la zona por la que se encuentran tus amigos hace que uno de ellos se den cuenta. El movimiento brusco de uno de sus compañeros hace que el otro engendro también se percate de tu presencia, cubriéndote entre ambos levemente tu camino hacia el bosque.

Sigo recto, metiéndome en el bosque. Si me alejo lo suficiente no serán capaces de seguirme, estos monstruos parecen ser imbéciles y lentos. Despues de avanzar durante un par de minutos, mirándo hacia atrás continuamente, me detengo detrás de algún árbol para comrpobar si siguen detrás y para ver como sigue el bosque hacia adelante. Si encuentro algún camino debería poder llevarme a alguna parte, donde sea...