Partida Rol por web

Bjorn menea la cabeza con un gesto de dolor.

- No lo se. Vi a dos de ellos luchando con el Jarl y otro me golpeo por detrás con una fuerza terrible - comenta avergonzado - No he merecido alcanzar el Valhalla. - añade mientras vuelve a menear la cabeza.

- Maldita sea- grito y miro a mi hermano- Quedate con el ire a dar la alarma al resto del pueblo necesitamos alluda y gente apra salir con esta tormenta a buscar a la mujer y a la hija del Jarl- tras decirle esto me levanto y salgo corriendo como buenamente puedo por la tormenta hasta el lugar donde esta la campana par alos abisos de los ataques tengo que dar la alarma y por si acaso voy gritando tambien para ver si alguien puede escucharme - El Jarl a muerto todos los guerreros rapido el Jarl a muerto vamos salir todos-

Entre el ruido de la tormenta os parece oir a una persona que corre por el pueblo gritando:

- El Jarl ha muerto, todos los guerreros rápido, el Jarl ha muerto, vamos salir todos

Me quedo al lado del guerrero herido mientras sigo un poco en estado de shock no me creía que eso acabara de suceder, trataba de curar al herido lo mejor que podía para mantenerlo con vida. - Pobres desdichados, los que hayan echo esto se van a arrepentir durante el resto de sus cerdas vidas - Le trato de curar lo mejor que pueda

Trato de curar al guerrero herido pero no se me daba muy bien -Vamos resiste tienes que vivir - Mordisquitos estaba un poco inquieto le ponía nerviosa la sangre

El frío era tan intenso que, a pesar del cansancio, le resultaba imposible conciliar el sueño, se encontraba tan encogida que le dolía todo el cuerpo. Optó por levantarse a avivar el pequeño fuego y allí se quedó, sentada al calor de las llamas y envuelta en sus pieles.

Heda empezó a quedarse adormecida, pero algo hizo que se sobresaltara... le había parecido escuchar un sonido distinto a la furia de la tormenta. ¿Voces? Imposible, quién iba a andar a esas horas y con ese tiempo fuera de su casa. Prestó más atención pero no escuchó nada raro hasta que... ¡está sonando la campana! Algo grave está pasando. Se vistió rápidamente y cogiendo una antorcha salió al exterior, pero el fuerte viento hizo que la pequeña llama se apagara rápidamente. En una completa oscuridad, Heda se dirigió con dificultad hacia la aldea.

Incluso antes de llegar ya empezó a ver la luces que se movían de un lado a otro y escuchó los gritos de los aldeanos que ya se reunían en el centro de la aldea. Cuando llegó allí, el nerviosismo se palpaba en el ambiente.

En unos minutos la aldea es un caos de gente corriendo, todos parecen dirigirse hacia la casa del Jarl. La mayoría de la gente solo esta vestida con alguna piel, pero eso si las espadas desnudas y los escudos preparados no faltan.

Una de las paredes de la casa del Jarl esta rota. Parece que algo la ha golpeado desde fuera, mirando por el agujero, tirado en medio de un charco de sangre sobre la nieve que ha penetrado en el interior de la vivienda esta el cadáver del viejo jefe de la aldea. Unos metros al norte Vanir esta arrodillado intentando curar a un hombre tendido en la nieve que sangra abundantemente.

La gente esta algo apartada, manteniendo las distancias a la casa, confusa.

Me reuno que la gente que esta en la casa del Jarl y miro a todos a ellos y despues hablo con calma- Nos han dicho que unos troll de las montañas han matado al Jarl y no sabemos donde estan su mujer y su hija, propongo buscar a los trolls y matarlos y rescatar a su hija-

Es evidente que se ha precipitado todo. No se qué ha pasado, pero han debido decidir actuar ya. El tiempo corre en nuestra contra.

Me dirijo cuidadosamente a donde se encuentren los prisioneros. No quiero que la gente se fije que voy en contradirección, ni que me vean posibles guardias acercarme al sitio donde los retengan.

Erik "Lobo gris" se adelanta a la multitud y se adentra en la casa del Jarl, con respeto se arrodilla junto al cadáver del jefe de la aldea, y con ojos críticos examina los restos.

La casa ademas de una estancia común grande tiene dos pequeños dormitorios que permanecen protegidos por una gruesa cortina de piel.

El jarl tiene un montón de golpes por todo el cuerpo y una marca de garras en el cuello. No sabrías decir mucho más de las heridas. Sin embargo en la nieve menos cubierta por la tormenta dentro de la casa hay huellas de un píe de unos 40 cm. de largo, demasiado redondo para ser humano y con 4 garras. A pesar de que el rastro fuera de la casa es malo y la tormenta lo esta tapando rápidamente crees que podrías seguirlo.

Los prisioneros se encuentran en un viejo establo de madera en una de las esquinas del pueblo. Como esperabas, a causa de la conmoción la casa no se encuentra vigilada, aunque carece de ventanas y la única puerta de entrada esta cerrada con un viejo candado oxidado.