Partida Rol por web

―Como siempre, mi señora, me someto a tu voluntad. Tendrás esos documentos y tendrás también a ese Douglas de vuelta. Una vez que hayamos recuperado ambos, regresaremos al Ben Mucdhul en busca de nuevas instrucciones.

El silencioso sátiro parece no tener nada que decir y yo tampoco tengo nada más que añadir por el momento. Por mi parte, estoy dispuesto e incluso ansioso por partir de inmediato. El cónclave que se ha dado cita en este lugar me inquieta y ardo en deseos de alejarme de este polvorín en el que vástagos, ganado, garous y otros seres de la noche han establecido una frágil tregua que podría saltar por los aire en cualquier momento.

El semblante de Gael torna de interés en preocupación ante las palabras del Príncipe. Si unos humanos han sido capaces de eso... Parece que sus compañeros también entienden la gravedad de la situación, y Gael los observa mientras asiente con la cabeza, de nuevo.

- De acuerdo, pongamonos en marga

Resolución, eso es lo que intenta transmitir con esa simple frase

Cuando ya estás justo en la entrada de la cueva Morrigan te llama,-Alistair, detente. Se acerca a tí y en susurros continúa hablando, -Ten cuidado cuando estés junto a las hadas, llevas su sangre en tí, pueden alterar tus visiones.

Cuando los tres estáis en el umbral de la puerta Morrigan llama su atención sobre uno de vosotros, -Alistair detente. espera a que os retiréis para hablarle entre susurros.
Mientras, en la planicie junto al lago apenas quedan restos del cónclave, el grupo de humanos continúa reunido junto al fuego dispuestos tal vez a celebrar Samhain en la relativa seguridad que les proporciona la cima del Ben Mucdhul antes de emprender la vuelta a sus hogares o a sus misiones. O tal vez estén esperando su turno para hablar con la consejera del príncipe.

Sin mediar palabra se alejó hacia Mauled. Antes de partir con los vástagos debía poner las cosas en orden
Cuando se acercó a él no fingió el rechazo que sentía por seguir las órdenes de otros y alejarse de su tierra natal. Con su dryw se sentía más libre de expresar sus pensamientos, cosa que por norma no hacía. -Quieren que vaya al sur y traiga a uno de los míos, y papeles del rey

No necesitaba añadir más. Alargó la mano de manera inconsciente y acarició la cabeza de su loba. Ésta se alegró del contacto y las atenciones mostradas, y se pegó a su costado cerrando los ojos con gusto. Miró hacia algún punto fijo en ninguna parte. Sabía que debía ir, estaba en juego mucho más que las tierras Sinclair, pero eso no era óbice para abandonar a los suyos. Sin embargo no tenía opción
-Tardaré lo menos posible. Iré a verte cuando todo esto acabe -ahora sí, observó a Mauled. -¿Crees que podrás volver sin peligro alguno?

-No has de preocuparte Clyde, los Mackay vuelven a sus tierras y me han ofrecido su compañía hasta la linde del territorio de las SinClair. Es un convoy bastante grande así que el viaje de regreso va a ser cuanto menos entretenido.  Después el druida también alargó la mano hacia el ejemplar de lobo albino pero no llegó a tocar a la hembra, aquel gesto era suficiente. -Nos veremos a tu regreso.

-Tal vez pueda sacarles algo de información.  te dice entre susurros mirando en dirección al grupo de personas que aún estaba junto la fuego.

Asintió a las palabras de Mauled
Ladeó levemente la cabeza y observó a los humanos que había alrededor del fuego. Sin dudarlo, giró sobre sus talones y se encaminó hacia allí en silencio. Su paso no dejaba huella alguna, y era más silencioso que una tumba. No era su intención asustarlos, de hecho no se estaba escondiendo, pero sentía curiosidad por saber de qué hablaban antes de que su presencia atornillara sus gargantas

Atesoro el consejo que mi sire me da sobre las kelpies del mismo modo que hago con todo cuanto me dice. En cualquier caso, no tengo intención de tratar con estas criaturas si no es estrictamente imprescindible. Una cosa es que, por el momento, todos tengamos intereses comunes y otra que quiera compartir mi tiempo con ellas.

Cuanto antes nos pongamos en marcha hacia Dunaverty, antes terminaremos nuestra misión y antes podré regresar a mis dominios donde nadie espera nada de mí.

El grupo de humanos se ha sentado junto al fuego y vuelven a pasar la cantimplora de agua de vida de mano en mano. La muchacha pelirroja empieza a entonar casi entre susurros una vieja canción en honor a los espíritus; al fin y al cabo aún es la noche de Samhain y hay que recordar a aquellos que vivieron y murieron antes que nosotros. -Partiremos mañana al amanecer muchachos, alzó un poco la voz el líder de los McKay, -Aún tenemos un viaje largo por delante; si os sirve de consuelo el dryw de los SinClair viajará con nosotros así que no escatiméis el agua de vida,jajajajajaj. Mañana seguro que nos endereza a todos con algunas hierbas o infusiones. Todos irrumpieron en carcajadas ante las últimas palabras del Laird, si estaban confusos o asustados por la situación que se desarrollaba a su alrededor el whisky les estaba ayudando a disimularlo muy bien.

Los mortales parecen muy entretenidos celebrando la festividad de Samhain o, tal vez, ahogando sus temores en alcohol. Sea como fuere, nuestra presencia aquí ha dejado de ser relevante y haríamos bien en aprovechar las escasas horas de oscuridad que nos restan para tratar de ganar terreno antes de que Cameron McKay y su gente se pongan también en camino. Así se lo participo a mis compañeros con la esperanza de que se muestren unánimes con mi iniciativa.

No sabemos qué le estarán haciendo en Dunaverty a ese tal Douglas; tal vez todavía no le hayan conseguido hacer hablar y aún estamos a tiempo de evacuarlo discretamente antes de que los agentes del rey David obtengan de él información comprometedora.