Partida Rol por web

Al oír las palabras de Alistair liberó cierta tensión, sin embargo no se relajó por completo. Conocía las artimañas de numerosas criaturas de la noche que primero trataban de ganarse su favor. Palmeó la cabeza de Síth, y la loba se mantuvo alerta en una posición menos amenazante
-Clyde, hijo de Dòmhnall, fine del Clan Sinclair. Y no soy un fauno, sino un vástago de Annowre -graznó. No se parecía a los demás bhampair, cierto era, sin embargo tampoco era tan parecido a los sátiros. Su aspecto era demasiado monstruoso para pasar por uno de ellos. -Mauled, dryw de los Sinclair, y Síth -añadió, al tiempo que señalaba a ambos
-Hemos sido llamados, como tú

-Hola, Una voz femenina, dulce y tímida acompañada del olor dulzón de las agujas de pino quemándose en la hoguera llegaron hasta ti. -Pasa hasta al fondo de la cueva, estamos junto a la hoguera.
Pudiste verles en cuanto te adentraste un poco más en la cueva. La cavidad no era muy espaciosa, tras un escueto pasillo de un par de metros se ampliaba en una especie de sala que apenas serviría para dar cobijo a unas cinco personas.
Estaba ocupada por una mujer tan menuda como hermosa. Sus cabello rojos como la sangre caían sobre sus hombros en una cascada interminable de rizos carmesís.A su lado un hombre robusto, algo mayor aunque fuerte y vital. Sobre su cabellera negra salpicada de hebras blancas lucía una gorra con los colores de las highlands y tres plumas de águila lo que indicaba sin lugar a dudas que era el jefe de los suyos.
-Pasa y siéntate, los otros han salido a intentar cazar algo. mi nombre es Cameron McKay

- Hola Cameron McKay - Una inclinación de la cabeza, dirigida a la dama y a su acompañante - Hola, yo soy Gael mac Fergusa. Veo que hemos respondido a la llamada de varios, esto... err... clanes

Si hay alguna situación en la que Gael no se sienta agusto, es entre un grupo de humanos. Gael se ha ido separando de ellos poco a poco, tomando consciencia del resto de seres que habitan su entorno. No sabe como salir de esta de una manera que no sea desagradable ni que resulte descortés para con sus acompañantes.

- Lleváis tiempo aquí? Habéis podido echar un vistazo a nuestro entorno?

-LLegamos a la cima justo antes del anochecer. Y menos mal, porque cuesta encontrar refugio en la ladera de este monte tan escarpado. Al encontrar este paisaje aquí arriba el resto del grupo ha decidido intentar una breve partida de caza, tal vez podamos cenar algo caliente. Te miró de arriba a abajo sin ningún disimulo. -Y dime muchacho, tu no eres.... ejem, normal,No? La muchacha vio en sus sueños criaturas de la noche. Prosiguió señalando a la joven pelirroja que miraba con demasiada ateneción las llamas de la hoguera.

Gael mira a los dos humanos que tiene frente a él y no sabe como reaccionar. Criatura de la noche? Normal? La Sexta Tradición indica claramente lo que no se puede hacer, no va a ser él quien la rompa.

- Quién es normal estos extraños días... - Una respuesta evasiva - yo sólo sé que a todos se nos ha convocado a este cónclave, y que es nuestro deber acatar las leyes que aquí imperan.

No es que nunca haya seguido esas leyes a rajatabla, pero ese humano estaba pisando tierra peligrosa. Era momento de buscar otra de esas "criaturas de la noche", Gael no estaba seguro de encontrar alguna, pero de lo que sí estaba seguro es que prefería compartir cuenva con un oso antes que con uno de esos humanos.

- Bueno, creo que estareís apretados en esta cueva, os dejo y buscaré otro sitio donde esperar hasta el cónclave

Con una breve inclinación, se despide de ellos, y se dirige al exterior para buscar otra cueva donde pasar el día.

Cuando te das la vuelta para salir de la cueva ves ante ti a la mujer más hermosa y sensual que tus hayan visto jamás está desnuda y empapada. Se acerca lentamente y da una vuelta a tu alrededor observándote con lentitud de arriba a abajo, y una brisa de aire lleva su aroma hasta tus fosas nasales. Ese olor, no podrías olvidarlo, huele a naturaleza y a sangre. Fresca y salvaje a la par que dulce. Tus sentidos no te engañan, es el mismo olor que percibiste en tu camino, y sin embargo sabes que tus ojos no podrían haber pasado por alto semejante visión.
-Uhmmmm,hacía muchos años que no veía un vampiro tan de cerca.Su voz es profunda pero femenina, oscura, atrayente... todo en ella lo es. -¿Has venido al concilio, verdad?... Estos humanos, les dejamos solos y pierden el control de sus vidas, su mundo, sus tradiciones e incluso olvidan a quienes les ayudaron...

Inmediatamente atraído por aquel ser que tan abiertamente habla de sus secretos más oscuros, Gael se queda petrificado. Él sabe que detrás de esa belleza sin límites, ese olor embriagador, sensualidad que promete placeres inigualables, gustos para los sentidos que quedarán en su recuerdo para toda la vida, sabe que detrás de todo eso, se encuentra un ser muy  peligrosos para los vástagos. Ha oído leyendas, cuentos de vampiros que enloquecieron de por vida por una sóla gota de sangre de seres como aquel. En su interior, se pregunta hasta que punto eso es verdad, y se contesta que merecerá la pena morir por un ser como aquel...

Pero ese ser ha pronunciado una palabra que poco a poco prevalece ante sus deseos: "concilio". Sí, han sido llamados a ese cónclave, y Gael sabe las leyes que rigen allí. Aún así, no le será fácil...

- Te huelo, y te siento, hermoso ser. Como te sentí unas noches atrás... 

Gael se detiene, no puede seguir. Debería salir de allí, no sabe si podrá controlarse, pero tiene que saberlo.

- ¿Me has seguido?

De pronto la joven rompe a reír. No es una pequeña sonrisa dulce y tímida, no. Es una histriónica carcajada acompañada de sonoros hipos que te desconciertan durante unos segundos.Esos sonidos no pegan nada con su aspecto, parecen salir de otro cuerpo.
-No te he seguido. Hace ya siglos que no encuentro a ningún ser merecedor de semejante atención. Si nos hemos encontrado alguna vez no lo recuerdo. Estoy aquí para ayudar a mis descendientes a salvar su país y para recordarles que nunca deben olvidarnos, nada más.
Durante su interludio ha dejado de reírse y se ha escurrido el agua del pelo.
-Pasa, hay una zona en la cueva que los mortales no pueden ver.Allí los de tu especie pueden pasar el día hasta que comience la reunión.

Hasta qué punto un ser cómo aquel respetaba las leyes que regían durante un concilio? Gael valoró ese punto, alejándolo como un mal pensamiento: no, esas leyes son sagradas, ancestrales, nadie se atreverá a obrar contra ellas. Por si fuera poco, la idea de un lugar en el que no estuviera rodeado de humanos, también era del agrado de Gael, así que...

- De acuerdo, guíame, hermosa Dama. Mi nombre es Gael mac Fergusa y vigilaré por tu bien estar

Él mismo estaba seguro que aquel ser era probablemente mucho más poderoso de lo que aparentaba, pero "hay cosas que tienen que ser dichas y basta". Además, probablemente era de él mismo de quién tenía que proteger.

La mujer te guió hasta el interior de la cueva, pasando junto al pequeño grupo de humanos de los que se "despidió" con simple movimiento de su cabeza. Te empujó ligeramente hacia la izquierda entre dos piedras que creaban un pequeño rincón apartado del resto de la cueva y con un gesto de su mano hizo aparecer ante tí un pasillo que llevaba a un montón de oscuras y angostas aberturas. -Aquí estarás a salvo de la luz del día Gael. Ahora que ya sabes como entrar no te haré falta de nuevo para despejar la ilusión y encontrar la entrada. Nos veremos en la reunión.