Partida Rol por web

Me acerco confidencialmente al hombre que nos ha recibido y le pregunto:

Cuénteme buen hombre. ¿Algún problema en la taberna? ¿Quizás algún borracho que armar jaleo de vez en cuando? Aquí mi socio y yo somos conocedores del tema de seguridad. Si necesitase alguien que le echase una mano siempre podríamos servirle con buena mano, ya me entiende. Y si se diera el caso de que usted ya se las apaña sin ayuda... siempre agradeceríamos indicaciones de donde puede ser útiles nuestros servicios.

Le comento cortésmente.

Carlo le hubiera guiñado el ojo al tabernero, de haberlo tenido. Así que cuando le mira tras escuchar las palabras de Waldemar, Vicci realiza un rotundo asentimiento con la cabeza.

- Somos auténticos profesionales, no se arrepentirá.-

le dice con su mejor sonrisa.

Bueno, espero que si no nos ofrece nada nos indique a alguien al que podamos ofrecerle nuestros servicios. El tal Schiller por ejemplo. Y ya que estamos me tomaría un buen trago de esa dorada birra, tiene una pinta estupenda.

El tabernero quedó complacido por la respuesta del artista.

¡Adolf! -bramó. ¡Cuatro jarras bien frías para estos chavales!

¿Trabajo? Sí, desde luego hay trabajo. Pero no aquí, no hay ningún problema con los parroquianos. Somos gente agradable y los invitados son respetuosos. Pero sí, algo se podrá hacer con vosotros.

En ese momento un criado se acercó con cuatro jarras en una bandeja, una vez las hubo repartido se quedó esperando, con la mano extendida. Luego pagan le dijo el tabernero.

Pero no es conmigo con quien deben hablar sino con Heinz. Él se encarga de dar trabajos a los forasteros. Forasteros con brazos fuertes o mentes agudas. No sé muy bien qué necesita, pero necesita de todo. Mandaré a buscarle...o no. ¡Por ahí viene el rey de Heildeldorf!

Un hombre delgado de pelo negro largo, muy a lo tileano, entró en la posada acompañado de un hombre armado que se movía con dificultad. No tardó en responder al tabernero, pero con muchas menos amabilidad que la de Taunenbaum. Y es que aquel hombre no era muy sociable como veréis más adelante. Bueno, en realidad sí que era sociable, pero para el importaba mucho la apariencia de ricohombre.

¡Deja de decir sandeces! ¡Tengo clientes a los que les falta bebida y comida! ¡Tus trabajadores son lentos y ha habido quejas por el servicio! ¡Que todos espabilen! ¡Ya!

Atendió a un criado que le extendía un documento, tras darle las gracias se giró hacia el hombre que le acompañaba.

No necesito de sus servicios señor Harwitt, tómese algo, invito yo.

M..... vaya.... Este tipo parece de los que te la meten doblada y luego te dejan sin un duro. ¿Crees que nos conviene probar suerte con el? Le pregunto al bueno de Carlo, cuando el hombre entra y empieza a echar pestes contra todos los trabajadores del lugar, acusandolos de vagos y lentos. Joder con el "Rey", esperemos que no acabe cortandose al afeitarse una mañana... Jejejejeje.

Chicos. Comento al grupo. ¿Este será el que regenta todo el tinglado? Creo que no le gustan mucho las bromas y la juerga, debe ser de los que se toman la vida demasiado en serio, sin disfrutarla.

Aaaaahhhhh… por fin algo con lo que saciar mi sed. Espero poder saciar mi hambre pronto, o acabare famélico cual elfo pienso mientras le doy un trago a la cerveza. Teníais razón maese Karl, esta cerveza es exquisita le comento un segundo antes de que el llamado “rey de Heildeldorf hiciera su entrada en escena.

No se preocupen caballeros. Incluso el más duro de los enanos se puede ablandar si se sabe llegar a sus puntos débiles. Y todos sabemos que uno de los puntos débiles de cualquier hombre es el estomago jajajajajaja bromeo ante la preocupación de Ulrich mientras dejo la jarra a buen recaudo y me acerco al “rey”. Buenas tardes Herr Schiller. Hemos oído que necesita de manos para ayudarle a llevar a buen puerto el festival del Wurstfest. Mi nombre es Pieter “Dedosgrasientos” me presento haciendo una pequeña reverencia cocinero y ayudante de taberna desde que tengo uso de razón a vuestro servicio, y he venido en compañía de estos tres caballeros señalo con mi mano izquierda a mis compañeros de andanzas los cuales al igual que yo han venido para hacer de este el mejor festival de la historia de Heildeldorf.

- Me juego mi otro ojo a que este cabrón tiene más dinero que todo el resto del pueblo junto. Deberíamos probar suerte a ver si "comparte" algo ¿no?.-

le responde a su socio.

Tras eso observa detenidamente al reyezuelo del villorrio. A Carlo no le gusta ese tipo de gente, los que van de los reyes del mambo tratando al resto de gente como una mierda. Por experiencia sabe que suelen acabar mal, muy mal.

Vicci echa un buen trago de su cerveza y paladea con delectación el líquido dorado.

Vaaaaaaaaaaaya, no está nada mal. No es una Bugman, pero sería capaz de emborracharme unas cuantas noches con este delicioso nectar.

Muchas gracias! Respondo sonriente a la cerveza. Fresca y deliciosa cae por mi gaznate alegrando si era posible todavia mas mi alegre expresión. Nada mejor para comenzar el día... Mientras entra el hombre, él, y no parece haber otra forma de llamarlo por su expresión despótica.

Sonrío para mis adentros mientras nuestro pequeño amigo entabla conversación con él Ahora pasaran dos cosas, o escupirá a nuestro amigo y se armará un lió o se interesará de alguna manera por nosotros.

Seguro que necesita mas música esta fiesta y... ¡Nuncá esta de mág una buená actuagion!. Digo al terminar "Dedosgrasientos" mirando al noble con el laud en mis manos intentando imitar lo mejor posible el acento de aquel guardia.

¡Vaya! ¡Por Sigmar! ¡Un halfling en Heideldorf! Sí, señor. Le encontraré un trabajo en los fogones, ahora mismo están todos cubiertos pero ya reubicaré algún cocinero. Pero antes siéntense. Háblenme de su experiencia. Necesito seguridad en el pueblo y entretenimiento para los visitantes. Sin duda facultades que ustedes poseen, pero dejen que les vea.

Obligó a los aventureros a ponerse de pie uno a uno mientras les agarraba los brazos y comprobaba, por decirlo de algún modo, sus mejillas. Se las estiraba como si una madre mimara a sus hijos.

Estudié medicina y llegué a practicar, pero las salchichas dabn más dinero.

Comprobó brazos y piernas y puso su oreja sobre los pechos de los protagonistas de esta historia. Les preguntó sobre antiguas enfermedades o viejas heridas.

Mis trabajadores deben estar sanos.

No se preocupe herr Schiller, en mi familia siempre hemos seguido a rajatabla las cinco comidas diarias, además de comer bien y en abundancia. Así que no tiene porque preocuparse por mi salud jajajajajaja bromeo una vez soportado el reconocimiento del que podría ser mi patrón muy pronto.

En cuanto a mi experiencia, naci y me crie en la posada que regentaba mi familia en La Asamblea. Aprendí a servir cervezas antes que a leer y escribir, y llevo trabajando cerca de un fogón desde que tengo 16 años. Espero que sea suficiente jajajajaja vuelvo a recuperar la jarra que había dejado antes y le vuelvo a pegar un generoso trago.

La salud se mantiene en perfecto estado, siempre que haya una dieta más o menos decente señor. Sobrevivimos a duras jornadas de marcha y restricciones de suministros. Somos duros como el acero Krup, no le quepa duda. Será una bala de plomo o un estoque de buen hacerlo el que acabe con nosotros, no una enfermedad.

Asiento cortésmente tras mis palabras en señal de espeto hacia el hombre que al parecer controla todo el tinglado en este pueblo.

 Que examen tan exhaustivo de todo nuestro cuerpo, pues aquí hay un hombre sano y ágil de eso no hay duda.

Se puede decir que me cuidaron bien, a parte de leves resfriados no recuerdo haber sufrido afección peor, y ni si quiera los resfriados me impedían nunca sonreír, cantar y saltar ni tampoco dejar a una dama satisfecha. Contesto riendo.

Experiencia mucha y ¡experiencias tambien! Hay pocas cosas que no haya visto en el Imperio, y las ciudades por las que he pasado ahora brillan con la luz propia de las nuevas canciones, gestas y chistes que allí dejé para siempre con mi firma.

Carlo aguantó estoicamente la inspección que le realizó el salchichero. Se sentía como un caballo en un día de feria, revisado a conciencia por el comprador... no fuera a ser que le timasen.

- Somos gente curtida en el fuego de mil batallas. Ni los hombres bestia ni los orcos pudieron con nosotros así que puede tener muy claro que nuestra salud es de hierro y nuestro vigor está intacto. Contrate nuestros servicios, somos una buena inversión.-

le dice Vicci al hombre cuando termina de pasarles revista.

Maldito cerdo, espero que tenga el suficiente dinero para compensar esta ofensa a nuestra dignidad.

Una buena inversión sois, desde luego...

El maestra salchichero toquiñeo un poco más a los protagonistas de la historia, para cerciorarse de la calidad de lo que podían ofrecerle como bien sabemos y procedió a hablar del trabajo.

Necesito hombres para todo, para eso les contrato, deben encargarse de la seguridad, del bienestar de los invitados, también cargarán barriles, limpiarán mesas, cocinarán -dijo refiriéndose al halfling- servirán bebida, entretendrán a la gente -señaló a Erick-, evitarán trifulcas y expulsarána todo aquel que no tenga esta entrada- les mostró una pulsera dorada con el nombre del pueblo escrita en ella- El sueldo son de cuatro coronas de oro por día y persona.

No estaba nada mal, cuatro señoras coronas por evitar que los pelagatos entrasen sin pagar. A Carlo le gustaba la idea.

- Bueno camaradas, esto pinta bien. Poco riesgo y buen sueldo. Yo creo que deberíamos aceptar.-

les susurra discretamente a sus compañeros.

Puede que me lo pase bien en este pueblo. 4 coronas que serán debidamente gastadas en alcohol en cuanto tenga algo de tiempo libre.

Entonces creo que somos sus mejores bazas señor. Comento tendiendole la mano a nuestro nuevo patrón y echando una mirada de reojo a mis compañeros para ver sus reacciones.

Gracias a un esfuerzo sobrehumano conseguí evitar que el trago de cerveza que me estaba bebiendo acabara en la cara de alguno de mis compañeros de la impresión ¡cuatro coronas de oro al día! ¡Loado sea Sigmar, cuando trabajaba en la panza había meses en los que no llegábamos a ganar tanto dinero! Puede que después de todo sí que merezca la pena aguantar un par de días sin cerveza.

Termino lo que me queda de cerveza y dejo la jarra para que la puedan recoger. Después realizo una pequeña reverencia a herr Schiller mis habilidades tanto como cocinero como camarero están a su servicio. Le aseguro que no lo lamentara.

 Desde luego que no! Digo dando una palmada al halfling en la espalda para reafirmar sus palabras. ¡Sus invitados comeran, beberan y disfrutaran de la mejor música y bien protegidos!

¿Cuatro coronas de oro? Para que quiero tanto dinero Pienso sonriendo.

¿Pueden demostrar eso?

El hombre que acompañaba a Schiller, el tal Harwitt se levantó de la mesa, aún con la cerveza en la mano, y desenfundó su espada.

¿Son acaso guerreros de verdad?-el hombre dejó la cerveza y pidió permiso al rey de Heildeldorf.

Adelante señor Harwitt -dijo Heinz Schiller-, el señor Waldemar me parece apropiado, pero no quiero sangre.

Oh... Si me lo pide de forma tan amable, entonces no la tendrá caballero, pero a veces ocurren accidentes lamentables... Digo con sarcasmo, habiendo entendido bien que se lo decía a su guarda espaldas, pero dándole a entender que no era yo quien iba a verse en serios apuros. Me desabrocho lentamente la capa, para desembarazarme de ella y que no me estorbe mientras alzo una mano en dirección a quien me ha desafiado y digo:

!Oh! !¿No querrá ponerme a prueba aquí dentro?! Lo que menos buscamos son destrozos verdad? Salgamos pues para no molestar a la clientela ni romper mobiliario. Cada una de esas dos cosas cuestan dinero, señor. Comento guiñándole un ojo al jefe del pueblo, a la vez que abro la puerta de la taberna y con la otra mano invito al tal Harwitt a salir fuera. Seguro que eso le gusta, no querrá que haya problemas en sus locales, ni que se estropee el mobiliario, ni que uno de sus feligreses se lleve un tajo en una parada o un desvió.

Una vez fuera, preparo mi capa echándola sobre mis hombros. Suelta para poder tirarla rápidamente. Me coloco a 3 pasos del sujeto, midiendo bien como tiene colocados sus pies, viendo su juego de movimientos avanzo un poco hacia la derecha, comprobando que no es ningún pardillo y sus pies han dado los pasos correctos, manteniendo el equilibrio y las distancias. Le asiento cortésmente. No lo subestimes, no ha llegado hasta donde ha llegado por ser un cobarde o un imprudente, jugará bien sus cartas, no me cabe duda. Pienso mientras me preparo.

Intentando enfurecerle un poco para que pierda los papeles y le cueste caro, en posición de guardia le comento al tal Harwitt: Bueno, espero que no piense probar a mis compañeros también, no me gustaría verlo competir en canto y versos con el buen Erick, a nadie le gustaría que se rompiesen los cristales de todo el pueblo ¿Verdad? O probar Pieter si es capaz de comer o cocinar como lo hace, seguro que le perderíamos en el intento. Jajajajajaj.

A ver qué tal le sienta eso, y si hace algún movimiento que no deba, abre esa guardia capullo... Y verás si aquí hay sangre o no... No me vendría mal el puesto de guardaespaldas de este tipo, pero claro, la vacante está ocupada, quizás debemos hacer que el puesto quede libre...