Partida Rol por web

Dejan atrás las aguas de Aquitaine. Pero no solo dejan atrás la isla, sino que dejan atrás a todos los hobbits. Quizá para Sylphi no sea tan traumático pues no los conocía del todo, pero para Wade seguramente sea romper con parte de su pasado, con sus lazos y con la gente que lo ha cuidado desde pequeño.

Solo han pasado dos días en la isla élfica, pero Wade ha podido comprobar que tendrán una buena vida en un lugar tranquilo y que no les faltará de nada. Ahora solo queda decidir cual es su nuevo camino.

¿Mantener la ruta e ir hacia Isla del Loto o ir a otro sitio?

Mirando el horizonte, pensativo, termino de tensar la escota de la vela mayor, la única que llevamos abierta en estos momentos pues con el viento que sopla desde la aleta de estribor es más que suficiente para mover nuestro ágil cuter. Un mástil, una botavara y un bauprés son lo único que necesitamos para nuestras tres velas. La mayoy, la génova y el foque. Un barco muy manejable para dos personas y con capacidad para llevar a varias más sin problemas de espacio.

-Eh, pirata. ¿Qué te parece si vamos a Loto? Nunca he visto a esas gentes ni su cultura ni nada. Además, seguramente aprecien el aviso de lo que pretende la marina. No nos pilla del todo de camino pero apenas nos desviamos.

-También puedes llamarme Sylphi... no te saldrá sarpullido por hacerlo, chico de los recados.

Ir a Loto no es mala idea, aunque está demasiado cerca de Jade para su gusto, pero bueno... puede concederse ese placer al jovencito aventurero que tiene como ayudante. 

-Podemos ir a Loto si quieres, pero tendrás que jurarme vasallaje - lo dice seria, pero está de broma.

-Naaa ya sabes, jurarte vasallaje implica responsabilidades por tu parte. Lo primero que te enseñan es que los piratas odian las responsabilidades....así que no.

Me tumbo al sol, con los brazos tras la cabeza y sin camisa. Los días aún no son TAN calurosos, mejor coger el máximo de moreno lo antes posible, para no quemarme cuando apriete de verdad.

-No es tanto que quiera ir, que no me parece mala idea, sino que debemos hacerlo. Tenemos que avisar.

-No servirá de mucho si no avisamos a Fuyi, que es la que les defiende. Pero podemos pasar por Fuyi después.

Corrige un poco el rumbo para encarar el barco hacia Loto. No queda tan lejos de Aquitaine como Wade piensa y quizá estén en un par de días allí si las corrientes y el viento son favorables y si no tienen ningún contratiempo.

-En lugar de tomar el sol deberías aprender a usar la espada, ¿no crees? O aprender navegación... yo puedo enseñarte.

-¿No eras tú la que decía que había que improvisar?- la miro abriendo un ojo y sonriendo "pillada" -Claro que quiero aprender. Pero también es importante descansar un poco. ¿Sabes cuanto hace que no duermo sin escuchar llantos de bebés hobbit? Y acabo de repasar todo el barco. En una hora practicamos con la espada ¿Te parece?

-Puedes aprovechar para tomar el sol desnuda, y que no queden marcas. No miraré hasta dentro de una hora. Lo prometo.- enarco las cejas como diciendo ¿te fías?

-Claro, claro... no mirarás... tú lo que quieres es verme desnuda y no sabes como... seguro que te ha quedado el gusanillo de cuando me curaste. No pudiste apreciar mi estupendo cuerpo.

Se pasea por delante de él y se va quitando ropa, pero no para tomar el sol. Se detiene cuando llega a la ropa interior y se acerca a la barandilla. Ata un cabo y lo lanza al mar.

-Iré a nadar un poco... ¿quieres pescado? ¿Pulpo? ¿Langostas?

-Bueno, te vi una teta...pero estaba demasiado estresado con la sangre y el color verdoso de tu cara así que no me fijé mucho...por lo que sé podrían ser realmente raras.- bromeo.

-Conozco una receta de pulpo...de chuparse los dedos. Verás como haber traido especias merece la pena.

Aflojo la escota para arriar un poco de vela, que el barco vaya más despacio, aunque no deje de moverse, y no la deje atrás mientras pesca.
Una vez se tira al agua...lo cierto es que no tengo sueño ninguno. Ni tampoco estoy cansado. Y para tomar el sol no es necesario estar quieto sin hacer nada así que ¿Por qué no? Comienzo a hacer flexiones, abdominales, sentadillas...todo tipo de ejercicios en los que no necesitas más que tu cuerpo.

La próxima vez que me vea un marine no podrá llamarme tirillas sin equivocarse de verdad.

-Claaaro... sientes curiosidad, ¿eh?

Ríe y salta al agua cuando menciona lo de la receta del pulpo. La mañana pasa tranquila y pronto Wade está lo suficientemente cansado como para continuar haciendo todo ese trabajo físico. Sylphi aun no ha regresado de su momento de pesca, pero tampoco hay que preocuparse mucho. La última vez pasó bastante rato en el agua y no le pasó nada.

La rubia vuelve justo a tiempo para preparar la comida, con un par de pulpos, no muy grandes, y algo más de pescado, quizá para hacerlo en salazón y tener conservas con las que comerciar, por ejemplo. O tener comida en momentos de necesidad.

-Pulpito fresco - dice a la par que llega a la cubierta.

Le ayudo a subir las cosas, y después a ella misma. Al hacerlo la atraigo contra mi en un abrazo que la levanta de la cubierta...y es que, como suponía, su cuerpo mojado y frío sienta divinamente al mío seco y acalorado. Y al estar ella por encima el agua que le chorrea me cae a mi, refrescándome pero sin empaparme tanto como si me tirara al mar. Claro que, a ella no se lo explico.

-Ahh...mucho mejor.- la dejo en cubierta y le revuelvo el pelo. Cojo los pulpos y pescados y bajo a la cocina. No le veo la cara, por lo que no sé si lo que me imagino es cierto o no, pero en mi mente tiene cara de perplejidad por ese abrazo ¿A cuento de que? -Estará listo en media hora o menos. Aflojé la vela para no alejarme mucho, tensala ¿Ok?

Entro. En poco tiempo se escuchan los golpes que le doy al pulpo.

Frunce el ceño sin saber por qué ha hecho eso. El solo le debe haber derretido el cerebro porque no lo entiende... y ¿es su imaginación o la ha tratado de esponja para refrescarse? Ya puede andarse con ojo que a la mínima acaba en el agua... por no decir que después de la digestión, en un momento en el que esté despistado, acabará en el agua.

Se acerca a la vela para acabar de izarla del todo y se queda al sol secándose y a la espera de la comida. Al menos, que el señorito haga algo de provecho.

Transcurrida la media hora que dije, un poco menos en realidad, salgo con un gran plato de madera en mis manos y dos tenedores.

-Pulpo a la Isla Verde, espero que te guste. Y si no...más para mí.- me encojo de hombros -Porque ya está hecho.

Dejo el plato entre ambos, rebosante y especiado.

-Oddie lo hacía mucho, le salía delicioso.- tomo un trozo.

Con media hora ya se ha secado y tostado y ahora está pendiente del timón y de la ruta. Las corrientes marinas pueden ser útiles, pero no siempre están presentes. Fija el timón y se sienta en el suelo para dar cuenta de su parte del plato. No cocina mal, al menos lo hace mejor que ella, pero seguro que puede adquirir más experiencia cuanto más practique.

-No está mal, no está mal - dice con aprobación.

-Claro que no está mal. ¿Qué te pensabas? Mujer de poca fé....

Pincho el último trozo y se lo acerco a la boca. -Tú los has pescado, el último para ti.- pero me lo llevo a la mía en el último momento. -Nah, solo bromeaba. ¡Cuando hay hobbits cerca aprendes a comer rápido!

Recojo las cosas sucias y me las llevo hacia la cocina.

-Voy a poner los peces a salar.

Alza la ceja. Se está ganando una venganza como nunca se ha visto en esos mares y es que dará gracias a dios si solo acaba en el agua, para poner a remojo esas ideas tan brillantes que tiene. Se pasa el rato pensando en como hacerle pagar todas esas bromas. Con la comida no se juega y no se engaña.

Después de poner el pescado a salar, no hay mucho más que hacer. Sylphi está apoyada en la barandilla, mirando hacia el agua y parece algo muy interesante.

Me acerco mientras me quito la camisa, ahora uqe la piel ha tenido un rato de descanso, hora de tostarla de nuevo.

-Hey, ya están listos. Están entre dos tablas, cubiertos de sal y con un barril encima. Cuando se impregnen los colgaré en la fresquera. Lo propio sería aquí fuera pero...no me fío de las gaviotas. ¿Qué miras tan concentrada?

-Me ha parecido ver algo... ¿ves? - señala hacia el agua - Puede que sean delfines. Suelen seguir a los barcos...

Le mira.

-¿Has visto alguno alguna vez?

-Sí, pero no de tan cerca. Desde la isla se los ve saltar. Los pescadores a veces tienen problemas con ellos, les roban las presas.

Me encojo de hombros sentándomeen la barandilla, de espaldas al mar y con los brazos cruzados. De manera que puedo mirarla a ella con facilidad, lo mismo que al mar. Observo a ver si veo lo que me dice.

-Dicen que hay una raza de delfines enormes, que pueden hasta con los tiburones.

-¡Mira! ¡Ahí!

Le señala un punto en el mar, cerca del barco, en el que en realidad no hay nada, pero es la ocasión que aprovecha para empujarle al agua y que se caiga, como venganza por todo lo que ha hecho. Y si fuese mala, lo dejaría ahí para siempre, pero es buena y solo dejará que se arrugue un poquito.

Me inclino a mirar donde indica...y noto el empujón. -¡Ah!

¡Será perra!

Mientras caigo, sabiendo que no puede verme aún pues estaba detrás mía, doy un golpe contra el costado del barco y tomo aire. Aal llegar al agua...me quedo muy quieto. Como si el "golpe" contra el barco me hubiese noqueado. Comienzo a hundirme un poco.

¿Me dejará aquí? ¿O me salvará?