Partida Rol por web

Los ojos de Mercy emitieron un extraño brillo cuando esta vió a Troy acercarse a Sidney y luego alejarse juntos. Antes de que el resto se diese cuenta, la joven agachó la cabeza, apartando la vista de la pareja que se alejaba. Enseguida notó los fuertes brazos de Kurt, los cuales la rodearon y atrajeron hacia el musculado cuerpo del chico. Mercy se dejó llevar y pronto la voz de Kurt rompió el silencio entre ambos, iniciándose una conversación íntima entre los dos.

Bueno... Mal.. Osea.. No puedo compararme contigo, ¿saes?, pero.. lo de Santa Claus.. ha sido superfuerte. Le respondió la pija con un tono de voz apagado. Osea.. ¿ayer? Nada.. Simplemente que pasé la mejor mañana de mi vida y... lo que fue un sueño ahora parece una pesadilla. Sólo lo del hombre ese vestido de Santa Claus, ¿saes? Osea.. no le di importancia hasta que alguien lo dijo en el salón, ¿saes no?.

Mercy pegó la cabeza en el pecho del deportista. ¿Entrar juntos? ¿Por qué no? Osea... no tengo mucho más que contar, ¿saes?

Asintió, sumido una vez más en sus pensamientos. Así que era cierto... Se dijo a sí mismo antes de suspirar, entre enfadado y decepcionado por no haber podido hacer nada en todo aquello. Quería hacer algo, lo necesitaba, y aquél rato, allí encerrado, era demasiado agobiante para él. Evitó levantarse y poner a darse vueltas por consideración a Mercy, que estaba apoyada contra su pecho, pero en su cabeza no paraba de imaginar dónde ir y que haría al malnacido que había asesinado a Derek cuando le encontrara. Pero, ¿por dónde empezar? 

- No te preocupes por mi. Ese cabrón me las pagará y estaré bien...

Dejó un minuto de silencio, asimilando lo que acababa de decir. ¿Estaría bien? No podía saberlo, pero ahora la sangre le bullía y sólo podía pensar en vengarse. Pero había que encontrarle.

- Mercy... ¿Te empezó a seguir cerca el Centro Comercial también? - Intentó sonreír, un gesto que salió más triste y preocupado de lo que esperaba -. ¿Y seguro que por la mañana no viste a nadie? ¿Por dónde andabas? - Resopló, nervioso. Tal vez haya estado siguiendo a unos cuántos, pero ¿por qué razón? ¿a quiénes? 

Abrazó más a la chica. No iba a dejar que le pasara a ninguno más cerca de él...

El momento de hablar a solas con el sheriff había llegado y por ello, Lindsey, se va soltando de Jim hasta encaminarse hacia el sitio donde se trataría el tema. No miró a nadie en especial y sólo esperó a que sea algo rápido para regresar junto a los brazos de su novio. Le resultaba muy innecesario conversar con el policía, considerando que su padre estaba al tanto de todo. 

Negarse no era bien visto en Birchmont así que a regañadientes, se dirigió a su destino inundada por el desacuerdo latente, la desazón y el halo de tristeza por la masacre acontecida.

Al ingresar, tomó asiento mientras cruzaba sus piernas de forma delicada y femenina. Le dedicó una mirada al agente de policía y esperó a que iniciara la ronda de preguntas. Y tras dar un suspiro, la animadora fue respondiendo a todo lo que sabía dado el caso, dando a conocer que si bien se llevaba excelente con Dereck no tenían una relación de amistad muy estrecha y por defecto desconocía un poco a su familia. 

También mencionó sobre aquel sujeto que los siguió durante la visita al parque en el auto, luego la aparición de Santa Claus durante el camino de regreso a la casa de los Wells, lo mucho que le costó deshacerse o perderlo de vista conduciendo. Explicó exhaustivamente cada detalle del acosador, principalmente el reflejo de su mirada un tanto siniestra y la sensación que generaba al hacer contacto visual con él. 

Una vez que pudo mencionar cada detalle de lo acontecido, aguardó silencio esperando alguna respuesta o incluso pregunta por parte del Agente. 

Oseaa... No Kurt, sólo fue eso ¿saes?. Entremos, ¿vale?. Osea... Quiero acabar con todo esto de una vez por todas, ¿no?.

Mercy se aferró con fuerza a Kurt y avanzó al interior del edificio dispuesta a dar su declaración a la policía.
 

Mercy entró acompañada de Kurt. El policía miró a ambos.

Muy buenas. Dijo Mercy nada más entrar.

Buenas. No hace falta que se identifique, señorita Wells. Ya sabemos quien es usted. Siéntense por favor. Esto no nos llevará demasiado tiempo. Les indicó el agente, en especial a Mercy. Hemos preparado un cuestionario sencillo y directo. Yo pregunto, usted responde.

Mercy asintió con la cabeza al agente mientras tomaba asiento y se agarraba de la mano de Kurt. El policía cogió uno de los formularios y un bolígrafo y comenzó a preguntar y tomar notas.

- ¿Conocía a los Spencer?

- Si

- ¿Qué relación mantenía con ellos?

- Osea...Cordial. Conocía a Derek... ¿saes? Del instituto, es.. Osea.. era un encanto

- ¿Vió algo raro el día previo a los sucesos? Responda sólo sí o no.

- Sí.

- ¿Ocurrió durante el día o la noche?

- De día, ¿saes?

- Ahora sí, señorita Wells. ¿Qué fue lo que vió?¿Dónde y a que hora más o menos? El agente se preparó para escribir todo lo que Mercy dijese.

- Osea... Sí.. A un tipo vestido de Santa Claus ¿saes?, caminaba por mi calle ¿no?, osea... cerca de mi casa. Serían las dos de la tarde, ¿saes?. Osea... Yo regresaba andando a casa, saes... después de dejar el coche en el taller,¿no?.  Osea, me lo habían super arañado con una llave o algo así, ¿saes?.

- Osea, me chocó ver a aquel hombre por allí, ¿no? Osea... a esas horas en esa zona... ¿saes? Osea... caminaba en dirección contraria a la mía, ¿no? pero por la acera de enfrente. ¿saes? Osea... Le felicité las fiestas cuando nos cruzamos, ¿saes?  pero no me respondió ¿saes, no?.  Hizo una pausa para tomar aire y apretó con fuerza la mano de Kurt. Osea... Veamos... Poco tiempo después, unos segundos a penas..., ¿no? Osea, que me dí cuenta que me seguía, ¿saes?. Osea... apreté el paso y entré en el jardín de mi casa, ¿saes?. Luego me giré, ¿no? Osea mirando hacia la calle, ¿saes?. Osea.. Aquel Santa Claus no pasó por delante de la puerta...¿saes? Debió darse la vuelta cuando entré... ¿no?

- Osea.. todo super raro y mega fuerte.. ¿saes? Añadió al final.

- Muy bien.. ¿algo más que añadir? ¿Viste u oiste algo más? ¿Quizás en otro lado?

- Oseaaaaa.... No.. No tengo más que decir, ¿saes?

Sidney se alejó con Troy para hablar con un agente,  Kat miraba cómo se iba de su lado y se deshacía de su abrazo. Parecía que se habían vuelto muy amiguitos con todo lo que había ocurrido, y Troy mostraba una ferviente lealtad a ella. ¿Habría algo más detrás de esos amables gestos? ¿Algún interés oculto? Kat no quería ser desconfiada, alejo esos pensamientos y se quedó allí parada esperando hasta que fuese su turno para hablar con algún agente y poder terminar cuanto antes para salir de allí. Pero la espera era insoportable, con las parejitas abrazadas, Jim y Lindsey, una extraña unión, casi una aberración; y por otro lado Kurt y Mercy, la pareja prototípica del instituto. Que cierto era que ante la adversidad la gente se unía, todos parecían muy unidos... y Kat fuera de lugar. Antes de seguir con esta tortura Kat se apartó de ellos, cogió sus cascos de música y subió el volumen a todo volumen hasta el interrogatorio. 

Por fin le tocaba hablar con el agente, Kat no soportaba ni un segundo más esperando, ni un segundo más con sus pensamientos, esas ideas que la acosaban. A pesar de la agresiva música sus pensamientos seguían retumbando por encima de todo. Qué estaba pasando, quién había matado a Dereck, quién haría algo tan horrible, ¿de verdad ese Santa Claus sería él el asesino? Estaban en un pueblo tranquilo, nada de lo que estaba pasando tenía sentido, ¿aunque no era así como empezaban muchas películas de terror? Sí... era como una película, ese Santa Claus era un psicópata suelto, necesitaba un ordenador, internet, necesitaba investigar...

El agente estaba delante de ella, esperando a que respondiera.

- Yo... - titubeó un segundo - No conocía mucho a Dereck, solíamos coincidir en la biblioteca, él a veces preguntaba sobre libros, yo le respondía, era una relación cordial. Era un buen chico, caía bien a todo el mundo, aunque... -Kat hizo una pausa - me contaron que lo acababa de dejar con su novia, esa chica no era buena para él, se aprovechaba. - otra pausa - Me alegré cuando Dereck le pidió ir al baile a Sidney, bueno eso me contó ella, estaba muy emocionada. Sidney me dijo que quería hablar conmigo y contarme lo que había pasado con Dereck, así que quedamos ayer, por la tarde y fuimos al centro comercial para que ella se comprara un vestido adecuado para la fiesta. Hasta que Sidney se asustó, dijo que nos estaba persiguiendo un tío disfrazado de Santa Claus. Después de eso nos fuimos cada una a su casa, antes de la cena de navidad.

Kat no quería hablar más, le parecía una perdida de tiempo, quería llegar cuanto antes a su casa, necesitaba pensar, alejarse. 

Tras tomarles declaración los agentes del sheriff les dejaron marchar a sus casas, todavía tenían mucho trabajo por delante y se demorarían varias horas más en tomar declaración a todos los estudiantes del centro. Mientras tanto el sheriff había mandaos a varios de sus mejores investigadores a recorrer las calles del Birchmont en busca del misterioso Santa Claus tras haber sido nombrado por varios de los declarantes. 

La escena del instituto cuando al fin pudieron regresar a sus casas era desoladora por sí sola. Las luces de los coches patrulla iluminaban la fachada del centro educativo y algunos agentes vigilaban la zona circundante. Les aconsejaron no ir solos, caminar en grupos hasta sus casas era lo más aconsejable. 

El director Cameron había asegurado que el baile de aquella noche seguiría en pie, por homenaje a la familia Spencer y para demostrar a aquel perturbado que no podría afectar la vida de los ciudadanos de aquella pequeña localidad de Minnesota. Por tanto deberían prepararse y ponerse sus mejores galas para asistir, en medio de toda esa psicosis, al baile de Navidad. 

Respondió con brevedad y sequedad a las preguntas del policía, del cuál no podía recordar si había estado esa mañana donde los Spencer, y cuando salió de allí acompañando a Mercy se encontraba casi tan nervioso y frustrado como al principio; Alguien había matado a su mejor amigo y la única pista que tenían era que podía haber sido algún pirado disfrazado de Santa Claus. Aquello no pintaba bien, y no podía dejar de pensar en que el sheriff y sus esbirros no lograrían más que alejar al asesino de la justicia que se merecía, y no se refería precisamente a una cómoda celda. 

No apartó esos pensamientos hasta que volvió a juntarse al resto de sus compañeros de clase fuera del instituto. Echó un vistazo a Lindsey y Jim, la pareja sorpresa, y sonrió, gesto que se borró de su cara al pasar su atención a Troy y su protegida. Con un resoplido de fastidio, aún no se creía lo de Sidney y Derek, desvió la mirada y fue a tomarse con la de Kat. Esa chica tenía algo fascinante, y cada vez que se fijaba en ella lo veía más claro. Que era no tenía la menor idea, pero no podía negar que a veces se sorprendía así mismo observándola en clase o en casa de las Wells. Suspiró y luego volvió a centrarse en su chica, que seguía con la tez bastante pálida después de todo lo que había pasado. 

Entre sus brazos, como si la protegiera, apretó más su escultural y fuerte cuerpo contra el de Mercy mientras se dirigía a los demás, o más bien a todos menos al malote y su acompañante, sin decirlo pero dejándolo claro.

- Bueno, ¿queréis que os lleve? Tengo el coche aquí cerca, os puedo acercar a casa - Intentó sonreír, aunque el resultado fue una mueca forzada y cansada. Y sin embargo era todo lo que podía ofrecer en ese momento. Esperaba que fuera suficiente con lo que estaba por llegar.

- Gracias pero no, tengo mi propio auto. - respondió Lindsey a la pregunta de Kurt manifestando una media sonrisa en su rostro. Se encontraba realmente muy cansada de tanto hablar sobre el tema, que deseaba con todas sus fuerzas despejarse un poco y conducir, algo que la distendía a no ser que el Santa Claus homicida aparezca en la carretera. 

Por esa razón, con un gesto apesadumbrado, se despidió de los presentes mientras le dedicó una mirada a Mercy. En cierta forma esperaba que su hermana dijera algo al respecto, aunque lo probable es que fuera con su ex hasta la casa y como nada tenía que hacer allí, sujetó la mano de su novio para dirigirse hacia el auto y decidir lo que harían de ahora en más. 

- ¿Vamos Jim? - preguntó con una sonrisa mientras sacaba la llave del auto y caminaba hacia al mismo manifestando unas ganas enormes de salir rápidamente de allí. 

Tras salir del centro, Troy estiró su dolorido cuerpo en un intento de alejar el cansancio que sentía. Se esncendió un cigarro mientras oía a Kurt habalr, claramente no para él. Se recolocó la bolsa de viaje en el hombro y se giró hacia Jim.

- Hey Shag, ¿estarás esta tarde en tu casa, antes del baile? -preguntó antes de que se fuera.- Envíame un mensaje cuando estés disponible.

Dió unos pasos en dirección a la calle, con su pensamiento puesto en ir a comer algo. Haciendo un repaso mental sobre los sitios a los que podría ir, recordó las palabras del sheriff sobre lo de ir en grupo. Se paró en seco, pero no porqué le preocupara ir solo. Se giró hacia el grupo y miró Kat y Sidney.

- ¿Y vosotras? ¿Os acompaño a algún sitio?

Mientras esperaba una respuesta, abrió la bolsa que llevaba en la mano y miró en su interior un instante. Después volvió a alzar la cabeza, miró a Mercy de costado y volvió a centrarse en Kat y Sidney.

A Mercy no le hacía gracia la historia del baile, por mucho que lo vendiesen como homenaje a los Spencer. Eran los jóvenes quienes iban a estar allí, no los adultos y Mercy sabía que todos, unos más, otros menos, pero a fin de cuentas todos los que conocieron a Derek, lo pasarían mal allí. Y si alguien decidía hacer un chiste de mal gusto sobre el tema... acabaría en el hospital. Y tampoco olvidaba como aquel asesino se había burlado de todos, paseando por delante de todos libremente, bajo su atuendo de Santa Claus. Y ahora ese hombre... podía ser cualquiera.

Sintió como Kurt la abrazaba con fuerza, aunque en ese instante hubiese preferido estar en otro lugar. Cuando su hermana habló, vió la oportunidad de marcharse a casa con ella, sobre todo tras aquella mirada que la lanzó, pero cuando la escuchó preguntar a Jim, aquel hilillo de esperanza se esfumó.

Miró luego a Troy cuando este rompió a hablar. Le había estado observado lo suficiente como para darse cuenta de que no estaba bien... y la guitarra y sus cosas. No apartó su vista del joven cuando este comenzó a alejarse caminando, ni cuando se giró a mirar a Kat y a Sidney y las preguntó.

Mercy frunció el ceño dolida por la reacción de Troy. Ni tan siquiera se percató de la leve mirada que le dedicó Troy durante un segundo. De alguna manera Mercy se sentía herida por ello.

Es-esperad. Dijo tibuteante a Troy, Kat y Sidney. Osea.. no.. no os marchéis aún. ¿Vale?.. Osea.. voy a hablar con mi padre un momento y vuelvo, ¿saeis? Pero no os marchéis, ¿Vale?.  Esa frase la lanzó directamente hacia Troy, mirándole fijamente a los ojos. Luego se giró hacia Kat y sin más la lanzó la pregunta. Kat... ¿podrías acompañarme a hablar con él? Osea... creo que... dudó un instante necesitaré que intervengas en la conversación. ¿saes?

Mercy se quedó con la mirada clavada en Kat. Parecía incluso suplicante. Se liberó de los brazos de Kurt y se encaminó a la puerta de entrada volviendo a girarse en dirección de su hermanastra para ver si la seguía o no.

Siney no hacía más que preguntarse cómo el director no había decidido suspender el baile. Desde su punto de vista era una falta de respeto para la memoria de Derek y sus padres que ellos estuvieran de fiesta mientras él acababa de morir. ¿Cómo iba a ser ella capaz de asistir? ¿De dónde iba a sacar las fuerzas? No podía, definitivamente no podía ir al baile sobre todo cuando pensaba que se había quedado sin acompañante, que el chico que la había invitado y por el que ella llevaba suspirando desde hacía mucho tiempo ahora reposaba en el depósito de cadáveres.

Ni siquiera prestó atención al desprecio de Kurt cuando se ofreció a llevar a Mercy y a Kat a casa, que se hubiera dirigido a ella también sí que hubiera sido asombroso.

—Kat, quizás sería buena idea que fueras con Kurt y Mercy. —Por lo menos su amiga estaría a salvo.

Pero sus palabras se perdieron en el aire con el ofrecimiento de Troy y la inesperada petición de Mercy. Fue precisamente las palabras de ésta última las que más sorpresa le causó, extrañada porque fuera precisamente a los tres con los que peor se llevaba a los que les estaba pidiendo que se quedaran, dejando de esa forma a Kurt de lado.

Por más vueltas que le diera, Sidney no entendía ese repentino interés de la Wells en buscar el apoyo de Kat por un lado y la compañía de Troy y de ella por otro. A no ser...

Recordó las miradas que Mercy le había lanzado a Troy y una luz se hizo en su cabeza, una luz que cruzó como un rayo por su mente y que la dejó con la boca abierta, dándose cuenta que nada era lo que parecía.

De repente Sidney se sintió peor de lo que ya estaba, deseando encerrarse en casa para no volver a salir de ella nunca más. Esperó hasta que vio entrar a Mercy seguida de Kat, antes de girarse hacia Troy.

—Tranquilo, no hace falta. Estaré bien.

Y haciendo caso omiso a las recomendaciones del sheriff, Sidney empezó a caminar con la cabeza sumida en pensamientos cada vez más oscuros. Ni las terapias que había aprendido en la clínica ni las mejores palabras que pudieran decirle, la sacarían de su férrea intención de marcharse sola. Dos de las personas que más le habían importado en su vida estaban muertas, quizás lo mejor que le podía pasar era encontrarse con ese maldito Santa Claus...

Aquella reacción no se la habría esperado en ningún momento, y rápidamente la leve sonrisa que había en su rostro desapareció para dejar en su lugar un gesto duro y amenazador que pasó de prestar toda la atención de Mercy directamente a Troy. ¿Qué coño estaba pasando allí? El pensamiento se atravesaba en su mente como un clavo cada vez más profundo, sin llegar a comprender que estaba sucediendo con su chica.

Observó de reojo como se iban Lindsey y Jim, en pareja, unidos, y desvió la mirada hacia Kat, que parecía dudar entre acompañar a su hermanastra y Sidney, que tras despedirse con brevedad ya había echado a andar ignorando las advertencias de todos. Pensó en ella y en Derek, lo que hubiera hecho él, como serían de diferentes las cosas si hubieran cambiado los papeles, y se sintió culpable durante un instante. No porque la tuviera cariño, ni porque todo aquello pudiera haber sacado a relucir algún recuerdo olvidado sobre lo ocurrido con Malcolm, no. Simplemente era por lealtad, por respeto hacia su mejor amigo.

Tras una larga mirada a Kat, que era la única en la que podía centrarse en los allí presentes sin tener que golpear a alguien, titubeó un instante y salió corriendo detrás de la chica. 

- ¡Ey Sidney! - Apenas le tomó, gracias a su magnífica forma física, alcanzarla y ponerse a su par mientras caminaba - Venga, tengo el coche en el aparcamiento... - ¿qué estaba haciendo? ¿de verdad era él? -. Puedo llevarte o puedo seguirte todo el camino hasta tu casa - sonrió incluso, sintiéndose ridículo haciendo aquello -, tú verás cuánto tiempo quieres aguantarme. 

Con suerte aquello iría rápido, la dejaría a salvo y se sentiría bien con su colega. Después iría a su casa, se cambiaría para el baile e iría a recoger a... ¡Mierda! Otra vez no le había dicho de ir juntos, aunque al ver como estaban tampoco se la veía muy afectada; se preguntaba que tramaba y que es lo que no llegaba a comprender, pero pensarlo demasiado sólo le daba dolor de cabeza. Con todo aquello ni le apetecía ni le parecía correcto salir de fiesta esa noche, pero había que hacerlo, Cameron lo había dejado claro e iban a rendir homenaje a los Spencer. Quisiera o no, tendría que estar allí.

Troy observó la reacción de Mercy, manteniéndole la mirada mientras hablaba. No le dió muchas vueltas al asunto, la comida podría esperar. Se llevó el cigarro a la boca y retrocedió unos pasos, dejando sus cosas en el suelo y apoyándose en la pared. Intentó no fijarse demasiado en la cara que puso Kurt, lo último que necesitaban era una pelea. Pero en ese momento Sidney dijoq ue se marchara, y antes de que pudiera acercarse a ella, el quarterback había salido a su encuentro. Era Troy quien entonces se quedó mirando con expresión confusa. No se hubiese esperado esa reacción, no hacia Sidney.

- Hazle caso, Sidney. -dijo finalmente, sorprendiéndose a sí mismo de estar de acuerdo con Kurt.- O te lleva él, o esperas a Kat, o te acompaño yo.

Se giró hacia Kat y Mercy, deseando que acaben lo que tengan que hacer. No le gustaba la idea de verse en la posible situación de tener que decidir si quedarse o irse.

Jim se había ido con su inesperada novia, pues había dejado muy claro delante de todo el mundo que estaba saliendo con Lindsey y, por muy sorprendente que le pareciera aquella pareja a la que veía abocada a durar muy poco, el humor de Sidney no estaba para pensar en la felicidad de los otros. Kat y Mercy habían entrado a hablar con el "superpapá" de las pijas y fuera sólo habían quedado ella, que ya se había alejado unos pasos, y los dos grandes enemigos declarados... Kurt y Troy.

A Sidney poco le importó que aquellos dos se quedaran solos, pensando que sería una buena oportunidad para que se mataran entre ellos o, al contrario, se volvieran colegas, lo único que le importaba a ella era llegar a su casa, encerrarse en su cuarto y olvidarse del mundo por una buena temporada. Si por ella fuera el baile podía cancelarse, ser un fracaso o lo que fuera, y no entendía ese empeño del director por obligarlos a asistir a una fiesta estando los ánimos como estaban.

Oyó la voz de Kurt llamándola e incluso, cuando llego a su altura, haciéndole un ofrecimiento que Sidney tardó unos instantes en asimilar pensando a qué demonios venía aquella actitud solícita por parte del joven. Jamás había tenido una palabra amable hacia ella, jamás la había ayudado, jamás se había mostrado cordial, al contrario, aquel cretino siempre la había despreciado y humillado, ¿y en ese instante venía con actitud cordial como si los años pasados se pudieran borrar de un plumazo? ¿Por qué? Algo en su cabeza hizo un cortocircuito y la dulce, tímida y soñadora Sidney se volvió hacia Kurt con una expresión despectiva y fría, y los ojos brillándole de rabia.

—Vete a la mierda Kurt. —Desvió la mirada de Kurt para centrarla en Troy que se encontraba unos pasos separado—. Idos a la mierda todos.

Y sin más, dio media vuelta y a paso vivo se alejó del instituto. Sabía que no había sido justa con Troy que, hasta el momento, se había mostrado atento con ella, e incluso era consciente de que quizás sería buena idea esperar a Kat, pero su amiga últimamente estaba muy ausente y a Sidney le daba la impresión que se estaba alejando de ella. No, tal y como había dicho, podían irse a la mierda todos.

Jim y Lindsey se dirigieron hacía el flamante coche de la animadora, confiaban en que al ir juntos y además en coche no les pasaría nada. Antes de que se fueran, Troy le pidió a Jim que le llamara más tarde, cuando estuviera disponible, y éste prometió hacerlo en cuanto tuviera un momento*.

Después de que Jim y Lindsey se marcharan, Mercy y Kat** acudieron de vuelta al instituto para hablar con el juez Wells. Mercy parecía preocupada como si lo que quisiera hablar con su padre fuera muy importante, tanto que incluso llegó a suplicar a su hermanastra que le acompañara, un comportamiento nada propio de la Wells. Kat dudó que debía hacer, dudaba mucho en qué podía ayudar ella en lo referente a su padrastro pero finalmente decidió aceptar al ver la insistencia de Mercy. Cuando abrieron la puerta del instituto se encontraron al Juez Wells hablando con el Sheriff Bostrom y el director Cameron en uno de los pasillos.

En las calles del exterior del instituto sólo quedaban Kurt, Troy y Sidney. La muchacha decidió alejarse de allí por su propia cuenta aún a sabiendas de que un loco disfrazado de Santa Claus rondaba las calles de Birchmont, hacha en mano, para realizar su particular matanza. O al menos eso era lo que la histeria justificada tras la matanza de los Spencer había llevado a creer. Kurt no parecía estar dispuesto a dejar marchar a Sidney a solas por las peligrosas calles, aunque resultara inaudito que él se preocupara por la joven, y más inaudito resultó cuando Troy se mostró de acuerdo con Kurt por primera vez desde que se habían conocido. Aunque aquel gesto no parecía que fuera a ser el comienzo de ninguna bonita amistad.

Se quedó parado ante las palabras de Sidney, que no esperaba pese a que era lo más razonable que podía pasar, y simplemente se encogió de hombros y dejó que se marchara. Él había hecho su parte, lo había intentado por Derek, y no tenía intención de hacer nada más por aquella patética chica. 

Con un gesto de desagrado se giró entonces hacia Troy, que seguía en el mismo lugar y se acercó hasta quedar a unos pocos pasos. Estaba enfadado por la actitud de todos, por la muerte de su mejor amigo y por no poder hacer nada, y el malote del instituto estaba en su punto de mira desde hacía tiempo, pero ese día se estaba llevando el premio pese a no entender que ocurría entre Mercy y él.

- ¿Y tú qué haces aún aquí? ¿Esperas a alguien? - Señaló por dónde Sidney se alejaba -. Yo me puedo ocupar de mi chica, tú deberías irte, ¿no? Nadie quiere que otra muerta fastidie el baile, aunque sea tan poco importante.