Partida Rol por web

-¡Adam! - El sheriff alzó la voz más de lo que hubiera deseado, pero la emoción por ver a su amigo de una pieza terminó siendo superior a su cautela.

Jonathan bajó la linterna y dejó de apuntar a Adam con el arma, aunque todavía se mantuvo atento por si algo cambiaba de manera repentina. El aviso de Adam había sido de urgencia, pero ahora salía de la casa en apariencia calmado. Jonathan empezó a caminar hacía él, suponiendo que habría logrado abatir al sospechoso. Jonathan y Adam se conocían ya demasiado bien, apenas bastó un cruce de miradas entre ellos para que Jonathan le preguntara qué había ocurrido sin pronunciar ninguna palabra, y Adam contestó con una mirada que hacía suponer a Jonathan que algo no iba bien.

Cuando el sheriff respondió de aquella manera a Sandy esta se enfurruñó y se agarró con fuerza a Charlie, como conteniéndose para no sacudir a Jonathan. Por otro lado se mordía la lengua, porque sabía que si no respetaba la orden de un agente de la autoridad podría denunciarla. Pero lo que le jodió de verdad no fue que no le permitiese ir, sino las formas de hacerlo.

Aún así, cuando el sheriff se bajó del coche y vio a Adam salir por la puerta de la casa, Sandy se apresuró a abrir una de las puertas del vehículo para salir. Primero trató de abrir la por la que salió Charlie y luego la de Linda, pero no abrían ninguna de las dos. Las rejas entre los asientos no permitían que Sandy saltase hacia adelante y saliese por la puerta del conductor y eso comenzaba a desesperarla. Quería salir de allí. Abrazar a Adam viendo que estaba bien y que ambos agentes habían bajado las armas.

Alterada, Sandy golpeó el cristal con la palma de la mano. - ¡Jonathan! ¡Déjame salir! ¡Quiero estár con él! ¡Maldita sea! - Gritaba desde el asiento trasero donde llevaban a los delincuentes y desde los cuales o te abrian desde fuera o no salías. Sandy tiró con tanta fuerza del tirador de la puerta que se quedó con él en la mano. - Kurt, abréme... por favor... si fuese Linda, ¿no querrías poder acercarte a ella y abrazarla? - Le dijo desesperada. - Charly... - Pidió suplicante a su compañera de piso que ahora estaba al volante del coche.

La ansiedad iba aumentando en Sandy poco a poco y sentía que en cualquier momento iba a explotar. Solo quería abrazarse a Adam, que este le acariciase el rostro y que dijese que no se preocupase, que todo iba bien...

Y no lo obtendría hasta que no saliese de aquel maldito coche.

Adam volvió hacia la ventana rota y por un momento se sintió confuso. Las sirenas de ambos coches a todo volumen, las luces de colores parpadeantes, un foco que le apuntó directamente a la cara. Adam levantó los brazos, aun con el arma en la mano, para cubrirse de la luz. La linterna bajó al poco rato y oyó entonces la voz de Jonathan. Se movió hacia ella casi de forma automática.

Salió de la ventana y dio unos pasos hasta estar junto a su amigo. Adam no parecía estar del todo presente, sus ojos iban de Jonathan a su coche y de nuevo al sheriff. No hizo falta que se hablaran durante unos minutos, la silenciosa pregunta de Jonathan recibió como respuesta una expresión con la boca medio abierta y el ceño fruncido, en completa descreencia. Finalmente sintió que volvía poco a poco a la realidad. Se llevó las manos a la cabeza, pero notó entonces los pinchazos de los cristales. Se miró el vientre y vio su uniforme manchado de su propia sangre.

- Le pegué un tiro y siguió caminando -dijo con una voz casi sin fuerzas.-, como si no le hubiese atravesado el pecho de par en par. Su cara es... Es... Él está... -se llevó los dedos a los ojos, sin prestar atención alguna al hecho de que aun sostenía la pistola.- Ha vuelto, tío... Era él. Y no he podido pararle.

Miró de nuevo al coche de Jonathan, con la mirada medio vacía. Vio a Sandy dar golpes contra el cristal, pero las sirenas ahogaban todo sonido. No sabía que hacer ni cómo sentirse después de lo vivido en aquella casa. 

Jonathan estaba demasiado preocupado como para ocuparse de Sandy y sus ataques de nervios. Charlie lo entendía, pero claro, Sandy no estaba dispuesta a ser paciente ni a esperar como una niña buena, porque no lo era, así de simple. Eso sí, ignoró completamente a Charlie, que no tenía ni maldita idea de cómo manejar la radio, y que terminó golpeándola con desesperación.

-¡Maldito... trasto... de.... de.... porras!

Mientras tanto, Jonathan se dirigió hacia la casa. Alguien salía de ella y eso hizo que Charlie se quedara quieta y en silencio, olvidándose de todo lo que no fuese contener su respiración y esperar a ver de quién se trataba.

Era Adam y estaba bien. ¿Bien? Bueno, parecía tranquilo, pero algo no iba bien. A través del cristal, Charlie distinguió algo diferente, una mirada como perdida en el rostro de Adam, que le hizo darse cuenta de que allí dentro había sucedido algo y que no, las cosas no estaban bien.

Charlie se olvidó de la radio y abrió la puerta, quedándose de pie al lado de ella, observando la escena. Tenía sangre en el uniforme, pero era su expresión la que le preocupaba, y cuando le oyó, a pesar de la distancia, lo entendió. Aquel tío, ese asesino, estaba vivo, continuaba matando y parecía ser alérgico a morir, pero no como todos, sino más. Charlie negó con la cabeza, asustada y con la boca abierta, hasta que los golpes de Sandy y sus voces le devolvieron a la realidad. Estaba desesperada por salir, y lo entendía.

Charlie se acercó a la puerta más próxima, la abrió y se apartó para dejar salir al vendaval en el que sin duda se convertiría su amiga, que iría a toda velocidad hacia Adam. Lo cierto era que seguramente, ambos necesitaban el abrazo del otro.

Jonathan no entendía muy bien lo que quería decir su amigo con que las balas habían atravesado al tipo, pero por un momento pensó que aquello era debido al shock que parecía estar sufriendo.

-¿Dónde está? - Preguntó alarmado, pero un simple gesto de Adam sirvió para que Jonathan entendiera que no se encontraba en la casa. -¿Cómo que era él? Alguien... alguien ha profanado su tumba y se ha cargado a los chavales. Están todos en el cementerio menos los dos que hemos encontrado... ¿Dónde está Laurie? -Recordó de pronto.

Todo había pasado muy rápido —la discusión entre Adam y Sandy, la aparición de Adam, la explicación sobre lo ocurrido—, un vendaval que le dejó con la puerta medio abierta y solo un pie fuera del coche. Miraba la casa del doctor, esperando ver en cualquier momento a aquél monstruo, con el revolver en la mano, cogido tan fuerte que los dedos se le habían puesto blancos. Era él... No es un imitador que haya profanado su tumba, es él de verdad. Un escalofrío que nada tenía que ver con el frío le recorrió la espalda. Se alegró de no haber amartillado el arma en ningún momento, o habría disparado sin querer al sujetarla de ese modo. Al darse cuenta, la soltó, dejando que resbalara por su pierna hasta caer a sus pies con un golpe sordo, amortiguado por la alfombrilla del copiloto.

La misma pregunta le rondó la cabeza de nuevo. ¿Cómo se acababa con alguien que ya estaba muerto? En las pelis era fácil, un tiro en la cabeza, pero no estaban en medio de una cinta de zombies. En la vida real esas cosas no pasaban. En la vida real, la gente se quedaba en sus tumbas. Empezaba a pensar que era hora de marcharse de aquél maldito lugar, pero sabía que no sería capaz de abandonar Birchmont, a sus pocos amigos, en esa situación. Era su hogar, siempre lo había sido, y si no se había dado por vencido la primera vez, tampoco esa. Linda, sin embargo, tenía que marcharse.

Se giró hacia ella en ese momento, saliendo de su aturdimiento. Puede que ella no hubiera sufrido lo que él con ese maníaco, que no tuviera cada noche pesadillas que, de golpe, se habían vuelto demasiado reales, pero tenía que estar superada por lo sucedido, como cualquier persona normal. Lamentaba haberla metido en esto.

—Lo siento —dijo alargando el brazo y cogiéndola de la mano, obligándola a mirarle a los ojos—. Yo... No creía... —Negó. ¿Qué? ¿No creía que un asesino despiadado fuera a resucitar? Por supuesto que no. Pero había pasado, increíble pero cierto, ahora solo quedaba sobrevivir a ello. Iba a asegurarse de que ella lo hiciera—. No quiero que te metas. Ese salvaje persiguió a Mercy cuando se fue de aquí, y no pienso dejar que haga lo mismo contigo. Aún no te ha visto, no sabe quien eres, y tiene que seguir así. Te sacaré de aquí hoy mismo si es necesario, ¿está bien? Ve a España a pasar las fiestas, visita a tu familia, y después podremos casarnos, lo prometo.

Según Charlie abrió la puerta y vio el camino despejado, Sandy salió corriendo como una loca hacia Adam. La histeria y la ansiedad no eran una buena convinación con una chica que dependía de los porros para controlar esas emociones. Tan solo necesitó unos pocos pasos para llegar a la altura de Adam. Se quedó clavada delante suya y le miró a los ojos, luego al cuerpo.  Sus ojos oscilaron por su cuerpo, por las manchas de sangre, mientras que su mente trataba de procesar que había pasado.

Su mirada era de enojo en aquel momento, al ver las heridas, al escuchar la radio, al recordar que estaba solo y le dio un sonoro bofetón a Adam, que ni las sirenas pudieron aplacar. - No vuelvas a dejarme sola... en un bosque, con un maniaco suelto... - Le dijo con los ojos llorosos y de golpe se abrazó a él con cuidado.

- No vuelvas a enfrentarte a él tu solo... Es Erick... salió de su tumba... Los mató a todos... los vimos... - Sollozaba abrazanda a Adam. Luego se separó lo justo para mirarle a la cara. - ¿Estás bien? ¿Estás herido? - Acarició su rostro con una temblorosa mano mientras hablaba con la respiración agitada.  - Te podía haber matado... - Susurró nerviosa, comenzando a alterarse de nuevo. - Tenía tanto miedo por ti... no quería perderte...

La ansiedad no paraba y la histeria iba y venía. Necesitaba a Adam y no sabía porque.

Adam escuchó las palabras de Jonathan casi como si no fueran con él. Tardó un par de segundos en responder.

- Se lió a romper cosas y se largó, por la parte de atrás. Lanzó un alarido que... -el simple recuerdo de aquel grito infernal detuvo las palabras de Adam, por lo que decidió no volver a pensar en ello.- El doctor ha muerto, y Laurie... -sólo entonces recordó que Laurie seguía en su coche y que necesitaba ayuda.- Pude sacar de ahí, pero tenemos que llevarla al hospital.

Fue entonces cuando vio una figura acercarse, y aunque la miraba parecía como si Adam pudiera ver a través de ella. No fue hasta que recibió el golpe inesperado que Adam no terminó de volver en sí. Se quedó allí medio clavado, sin tiempo de entender a qué venía la torta ni la reprimenda, cuando el abrazo de Sandy le hizo darse cuenta de que empezaba a dolerle el cuerpo y que hacía frío de nuevo. Dejó caer la pistola sobre la nieve y le devolvió el abrazo, sin preocuparse de los trozos de cristal que le pinchaban las manos al apretarla contra él. No dijo nada mientras ella hablaba, tan sólo le mantuvo la mirada. Finalmente cogió aire sonoramente y habló con voz algo temblorosa.

- Sé que es él. Y no tiene sentido, pero es él. He visto que está muerto, lo he visto en su cara. Y no sé qué puedo hacer, pero tengo que pararle los pies. -apartó el pelo de la cara de Sandy, intentando no mancharla de sangre, y le dio un beso en los labios.- Es la última cita que nos estropea.

No terminaba de saber de dónde había surgido esa última frase, pero Adam acababa de tener un momento de claridad y se mostraba ahora de nuevo seguro, como un agente de la ley. Jonathan y él habían entrado en la oficina del sheriff para borrar la sombra de lo sucedido en el instituto hacía años, y ahora era su misión y su deber personal parar a Stark. Lo que no pudieron hacer entonces debían hacerlo ahora. Recogió la pistola del suelo y la guardó.

- Jonathan, ¿qué propones? No vamos a poder tumbar a Stark así como así, tenemos que pensar algo. Pero antes tenemos que ocuparnos de Laurie y... -señaló hacia la casa, no queriendo mencionar lo que allí dentro había.- Es duro, pero quizás deberías verlo. -se volvió hacia Sandy.- Tenemos que encontrar un sitio seguro, para todos. Podéis venir a la comisaría, pero no podré quedarme mientras Stark siga por ahí. -hizo un gesto con el dedo antes de que Sandy pudiera rechistar.- Tengo que hacerlo. Pero te prometo que no me pondré en peligro innecesariamente. Jonathan, ¿te parece seguro que se queden en la comisaría?

Linda apretó con fuerza la mano de Kurt, estaba asustada y sentía que los ojos se le estaban llenando de lágrimas. Ella era una mujer fuerte, de carácter, pero los sucesos de las últimas horas, la visión de los cadáveres descuartizados de los chicos y la tumba del asesino abierta habían socavado sus fuerzas y su moral. Estaba ampliamente superada por las circunstancias. Miró a Kurt sintiendo que lo amaba más que a nada y reafirmándose en esos sentimientos que ahora eran más fuertes. Entonces fue consciente de lo que él le decía, de lo que le estaba pidiendo.

-¿Qué? ¿Y tú? ¿Y Charlie? ¿Y los demás? No... no puedo irme sin más y sin saber que estáis bien. No puedo abandonaros aquí. No puedo... abandonarte y... - Un escalofrío le hizo tiritar ante la posibilidad de pensar en que a Kurt pudiera pasarle algo -Si te pasara algo yo... yo... -Las lágrimas se deslizaban por sus mejillas y los labios le temblaban. Deseaba besar, abrazar y lanzarse sobre los brazos de Kurt, pero el cristal de protección del coche les separaba.

Jonathan maldijo cuando Sandy le pasó corriendo al lado y se lanzó sobre Adam para primero abofetearle y después abrazarle. Apretó los dientes ante la situación y pensó que Sandy no era consciente de lo peligroso de su actitud, aunque sabía que en parte era culpa suya por haberlos traído hasta allí. Al menos el bofetón que le propinó a Adam sirvió para despejar la mente embotada de su compañero. Aunque las palabras que salieron de su boca eran difíciles de asimilar, Stark saliendo de su tumba como un muerto viviente para atormentarles de nuevo.

Adam le sugirió que echara un ojo al interior de la casa, y Jonathan asintió, no sin antes tragar saliva. También le pareció buena idea que los demás fueran a la comisaría para guarecerse en ella.

-También tenemos que pensar en cómo avisar a todos los agentes. Están desperdigados por el bosque y no hay cobertura, ni de radio ni de telefonía. - El sheriff dirigió su linterna hacía la ventana por la que había visto a Adam salir y apretó la mano que sostenía el arma. - Bien, voy a echar un vistazo. Vuelvo ahora.

El abrazo de Adam fue un consuelo para Sandy y aquel beso y sus palabras lograron que su ansiedad descendiese a pesar de la situación. Si alguien era capaz de alivarla, sin duda era él. Sintió el frío en el cuerpo del agente, y solo le soltó cuando se agachó para recuperar su arma. - Estás helado. - Le susurró y se volvió a abrazar a él, viendo la sangre en sus manos. - Y herido... debemos curarte eso antes de hacer nada más.

Cuando dijo que debían encontrar un sitio seguro, Sandy suspiró. - No fue a por nosotros. No esta vez. Fue a por adolescentes... creo que su mente enferma solo busca a quienes coinciden con los que estuvimos en el autobús, no a nosotros. - O eso diría su padre. - Quizás con lo que se sabe sobre él, mi padre sea capaz de sacar un perfil sobre Erick Stark. De hecho, me mandó a ver a un psiquiatra colega suyo cuando estuve en la universidad para seguir un tratamiento y parecía tener interés en el sujeto.

» Pero si nos buscase a nosotros, si buscase a Kurt que fue quien lo cogió junto a los demás... Hubiese ido a su casa a por él. Y creo que vino aquí porque sabía que el doctor estaba más cerca para que atendiese a Laurie que el hospital. Conozce la zona... - Pero la idea de estar en la comisaría lejos de Adam no le gustó nada a Sandy y menos aún que dijese que debía estar fuera buscando a aquel maniaco. Guardó silencio con su gesto, pero luego no se contuvo.

- Yo no puedo estar allí. No si no estás tú... No me se controlar sin... - Miró al sheriff, él debía saber ya que era una maldita porrera. - ... sin ti a mi lado, Adam o sin fumar mierda de la que me meto... y no creo que en una comisaría pueda hacer lo segundo. Ellos han visto como llego a ponerme... - Miró a Jonathan de nuevo. - Y sedarme dudo que sea una buena idea, salvo que queráis dejarme lista para ser troceada. - Suspiró y frotó los brazos de Adam con sus manos. Se iba a quedar helado.

- Si no funcionan bien las comunicaciones, son dos coches patrulla... podemos desplazarnos con ellos al puesto de control y desde allí informar para que vayan replegando y con el otro movernos a otro sitio. Aún sin radio y aunque tarden, volverán todos... era mucha gente buscando.

Quería abrazar a Linda, estrecharla entre sus brazos y decirla que todo iría bien, que él estaría a salvo, pero que necesitaba que se fuera, que se alejara del peligro. Sabía que aquello era mutuo, por supuesto, que ella tampoco quería separarse de él, y en su fuero interno también tenía claro que no iba a conseguir sacarla del pueblo si él no se iba. El problema es que no podía hacerlo, no podía hacer como si aquello no estuviera sucediendo en el que era su hogar. Y además, en vida aquél loco había perseguido a Mercy a otro condado, ¿qué le iba a impedir, tarde o temprano, ir a por los otros supervivientes cuando acabara en Birchmont? Por muy lejos que se fuera, de alguna manera, le acabaría encontrando. No podía pasarse la vida huyendo.

—Vale, pero te quedarás en otro lado. Mi casa no es segura, si viene a por mi y los adolescentes solo fueron unos pobres chavales que se cruzaron en el camino, será el siguiente lugar dónde busque. No, el segundo. Primero... —Cuando todo había sucedido vivía con su padre. Era posible que fuera ahí, ¡Mierda! Odiaba a ese desgraciado, pero tampoco se merecía que le destrozara aquél loco. Se apartó del cristal de seguridad y abrió la ventanilla, sacando la cabeza—. Siento interrumpir vuestro momento, pero tenemos que ir a mi antigua casa. Si por un casual busca venganza... —dejó en el aire lo demás, dejando que los demás ya imaginaran su curso de pensamiento, y dónde creía que iba a ir Santa.

Charlie no creía que fuera posible. Ese Erik, ese... asesino, no podía estar vivo. Para ella, debía ser un imitador o algo así; alguien que deseaba seguir creando la sensación de que jamás moriría y que siempre les perseguiría. Pero su cabeza se negaba a aceptar aquella invención.

Una vez Sandy se hubo reunido con Adam, todo quedó arreglado entre ambos, pero ahora había otro problema peor y les afectaba a todos.

-Yo creo que si lo que busca es venganza, es mejor que estemos todos juntos y que le encontremos antes de que lo haga él, o que le tendamos una trampa, eso es. Si está loco, sea quien sea, vendrá a por nosotros. Pero no podemos permitir que muera nadie más.

Ni tampoco que siga rigiendo las vidas de todos, pensó Charlie, mriando a Sandy, que tenía una nueva oportunidad para ser feliz, y a Kurt y Linda, que habían encontrado la suya y no deseaba ver que la perdían.

-Decidid lo que sea, pero deprisa y vayámonos ya. Necesitamos estar a cubierto... y-y descansar un poco.

Adam negó con la cabeza al oír la teoría de Sandy de que Stark iba a por adolescentes.

- El doctor no era precisamente un adolescente ni se puso en su camino más de lo debido. Y que no vaya a por nosotros no cambia nada, no podemos dejarle suelto por ahí sin más.

Aunque no estaba dispuesto a reconocerlo, Adam no tenía ni idea de qué debían hacer. Escuchó la preocupación de Sandy y entendió que no se quedaría parada sin más, lo cual no era el escenario ideal. Dejó que el resto hablara mientras él daba unos pasos por el jardín, pensando. Echó un par de miradas hacia la casa, esperando que Jonathan volviera.

- Cuando encontrasteis la escena en el cementerio, ¿disteis el aviso por radio? Porque de ser así, las patrullas de búsqueda posiblemente dejaron de rastrear y quizás ya hayan vuelto. -comenzó a hablar y a gesticular sin mirar a nadie, casi como si verbalizara sus pensamientos para sí mismo más que comunicárselos a los demás.- Tenemos a una herida que necesita atención urgente. Contamos con dos coches, aunque... -sólo entonces miró al coche donde se encontraba Kurt y el resto.- ¿Y vuestros coches? ¿Se han quedado junto al bosque?

Empezaba a estar incluso molesto por no poder tomar una ruta clara y concreta con todo aquel asunto. Casi prefirió no haber hecho esa última pregunta, prefería no saber qué mala decisión les había llevado a dejar sus coches allí. Dejó escapar una bocanada de aire, visible como una nube de humo por la temperatura.

- Vamos a esperar a que salga Jonathan, por si ha visto algo o si tiene alguna idea. Tenemos al menos parte del rastro que ha dejado por la parte trasera, pero si sigue nevando lo podemos perder. Laurie necesita atención y tardaremos en poder llevarla al hospital, ¿alguien sabe tratar heridas? Y Charlie tiene razón, si no movemos que sea todos juntos. -pasó junto a Sandy y le puso la mano en el brazo.- Ven en mi coche, si quieres.

Se acercó a su coche y tomó su abrigo, que buena falta le hacía. Luego se acercó a Laurie y le tomó el pulso.

- Hey Laurie, ¿me oyes?

El siguiente paso a dar por el grupo era todavía difuso, se iban lanzando propuestas mientras Jonathan inspeccionaba la casa, pero nada concreto. Al menos la gran mayoría parecía estar de acuerdo en que debían permanecer juntos. Adam regresó a su coche patrulla y trató de hablar con Laurie, pero la muchacha estaba completamente en shock. Había vivido dos experiencias terribles en cuestión de unas pocas horas, la primera al ver como aquella bestia descuartizaba a sus compañeros y la segunda al ver como el doctor Stuart era decapitado y ella estaba a punto de correr la misma suerte. Adam solo consiguió que mirara hacía él, pero sus ojos, aunque clavados en los de Adam, no parecían estar viéndole. Temblaba y estaba completamente pálida.

Jonathan regresó unos pocos minutos después, también con mala cara dada la escena que había tenido que ver. Pero el aire frío parecía ayudarle a recuperarse. Miró a Adam e hizo una mueca que el ayudante del sheriff rápidamente entendió. Menuda mierda, parecía querer decirle. Jonathan, resopló, cambió el gesto y frunció el ceño, miró extrañado a Adam y le soltó algo que no parecía tener sentido en aquel momento.

-¿Has roto tú todos esos espejos? - Preguntó extrañado.

—Si busca venganza (y es posible, igual que persiguió a Mercy), es probable que yo sea el primero en su lista aquí. Y si me busca, el primer sitio al que irá  una vez lo piense será con mi padre. Es un hijo de puta, pero no quiero que ese cabrón le descuartice. Adam, necesito que alguien me acerque o que me dejéis el coche. Vosotros llevaros a Linda e id los demás en el otro. Por favor, solo para asegurarme de que no es allí dónde ha ido. Luego me quedaré con vosotros y daremos caza a ese zombie, lo prometo.

En esos momentos llegó Jonathan de nuevo. Su cara era reflejo de lo que debía haber sucedido ahí dentro, nada bueno seguro a juzgar por el culpable. Pero además de eso, había algo más. Una duda. Su pregunta le descuadró por completo. ¿Qué coño importaban unos espejos?

- No. El doctor fue un daño colateral... estaba más cerca su casa que el hospital. Sabía que si alguien encontraba a algún superviviente lo traería aquí primero... no quería que esos chicos se salvasen. - Respondió Sandy a Adam. Cada segundo que pasaba a su lado se sentía más estable, menos histérica y su nivel de ansiedad descendía sin entender el motivo.

- Sigo pensando que su mente perturbada busca adolescentes, aunque pudiese ser que estuviesen en el lugar equivocado en el momento inoportuno. Ya sabéis... divirtiéndose en el cementerio y Stark salió y... - Encontes miró a Adam. - Pero... ¿Qué clase de persona entierra un cuerpo con un hacha? Tu le viste Adam, ¿iba vestido normal o de... ya sabes? - Con esas últimas palabras su voz tembló de miedo y miró las manos del ayudante del sheriff. - Hay que curarte esto antes de irnos. No te vas a morir pero creo que tienes cristales clavados aún...

» Recuerdo dar aviso por radio cuando decidimos seguir las huellas de Laurie hacia el lugar de donde venían. - Dijo agachando la cabeza, pues eso no era lo que había dicho Adam que hiciesen antes de irse y ella lo sabía. - Llegamos al cementerio y cuando vimos los primeros pedazos... se volvió demasiado confuso para mí... - Sandy se llevó ambas manos a la cabeza. - No puedo recordar mucho... la tumba de Stark abierta... los cuerpos descuartizados... y el miedo... el miedo que se apoderaba de mí... - Miedo que volvía a ella cuanto  más se esforzaba en recordar y ahora que Adam se había alejado de ella unos pasos, aún viéndole, sentía ese miedo volver.

- S-sí, sí. Allí... allí quedaron. - Dijo temblorosa por el miedo, mientras trataba de sosegarse mirando a Adam. La idea de llevar los coches hasta allí fue suya. No quería a nadie en su coche. - Salvo a Kurt. - Le recordó una voz en su cabeza. En ese instante Sandy guardó silencio. Podían ir con un coche a buscar los demás y de paso avisar al punto de control que se replegasen y con el otro llevarse a Laurie.

Pero había un problema más. Nevaba y el rastro dejado por Stark se perdería si no le seguían ya.

Cuando Adam puso el brazo sobre el de Sandy, esta sintió un gran alivio de golpe y mayor aún cuando escuchó decirle que podía ir con él si quería. - No es que quiera o no, es que creo que debo... o me volveré loca. - Le respondió antes de mirar a Kurt con su idea. - El rastro de huellas en la nieve aún es fresco. Jonathan y tú podéis seguirlo, quizás ni vaya a casa de tus padres y si a por los míos. A fin de cuentas si busca médicos... irá a por quien puede sacar un perfil psicológico de él y mi padre ayudó a muchos a recuperarse de lo que nos hizo... ¿Qué mejor venganza incluso que matar al psiquiatra que ayudó a que acabase entre rejas? O puede que vaya a por el Juez Wells... quien le sentenció... o a por el sucesor de Jonathan, quien le arrestó...

Demasiadas variables. Lo mejor era seguir esas pisadas. - Y Charlie y Linda pueden ir al punto de control y recuperar un vehículo y avisar de lo que está pasando, para luego volver al pueblo y localizarnos por radio. - En ese momento Sandy miró a Charlie. - Si no traéis tu coche, tráeme la chaqueta... - En cualquier momento necesitaría uno de esos dos mini-porros. Que error fue no llevarlos con ella.

- Yo iré con Adam. No soy experta en primeros auxilios pero algo recuerdo del instituto y creo que no te ayudé a curarte tan mal. Además, esa chica necesita calor y presión en la herida... - Dijo para ver como Adam se alejaba del grupo para ver el estado de Laurie. Cuando el sheriff comentó lo de los espejos Sandy cerró los ojos y buscó en su cabeza las palabras de su padre.

- Se aborrece, se odia a sí mismo... - Miró a Jonathan. - Físicamente por las quemaduras y quizás hasta mentalmente por vivir y su familia no... porque dudo que Adam haya roto nada salvo la ventana para salir... ¡Y cuyas heridas deberíamos mirar! -Exclamó lanzándole una directa. Al final se veía en el asiento de alante, con Laurie sobre ella para darle calor por la espalda, mientras que la calefacción cumplia su función y tratando de sacarle los cristales de la mano a Adam mientras este conducía hacia el hospital.

Una vez reunida con Adam, Sandy se mostró como una persona diferente. Jonathan estaba inseguro, confuso y sobre todo, asustado, por todo lo que estaba sucediendo y que no comprendía. Había bastantes bajas y muy pocos policías para cubrir todos los puntos peligrosos y sobre todo, protegernos a nosotros.

-Yo no voy a ir a ningún punto de control. ¿Acabamos de decir que lo mejor es no separarnos y ya quieres que n-nos vayamos? -le dije, algo molesta porque claro, como estaba ya con su Adam, todo lo demás no importaba. Claro que bien pensado, qué sentido tenía quedarse allí quietos y desde luego, ver a aquellos dos tan acaramelados como si no importase todo lo demás, no era mi programa favorito -. Está bien. Pero iré yo sola. Linda puede quedarse con Kurt y tú c-con Adam. Está claro que ahora ya no te importa nada ni nadie más. Y te traeré la maldita chaqueta.

Me fui entonces derecha para entrar en el coche, con la idea de cerrarla dando un portazo e ir al puñetero punto de control.

- ¡Charlie! ¡La idea es alertarles y que os traigáis un coche más! - Exclamó a mi compañera de casa que de golpe se volvió ¿tonta? - Kurt ha ido a una escuela militar y sabe disparar ¿recuerdas? ¿O prefieres seguir tu el rastro con el arma y Jonathan en busca de Stark? ¿Quieres ir tú con Laurie y Adam? ¡Pues hazlo! Espero que Linda sepa conducir, porque yo no se hacerlo en estas condiciones y me da miedo.

» ¡Me da miedo ese cabrón! ¡Nosotros tres estuvimos allí con él viéndole descuartizar a nuestros compañeros! - Dijo señalando la nada. - ¡Y solo veo dos opciones para mí! ¡O estoy con Adam y estoy tranquila o me voy a casa y me coloco y espero hasta el amancer! ¡Porque volveré a perder el control! ¿Es lo que quieres? ¿Qué me de un ataque de ansiedad e histeria y os ponga a todos en peligro? ¡Pues ya está! ¡Decidido! - Exclamó enfadada. - ¡Irás con Adam! ¡Yo me marcho a casa!

Se cruzó de brazos y comenzó a caminar por la calle. - Joder, das una puta idea y ya es lo que se tiene que hacer, encima la señorita se mosquea. Anda y que la jodan... - Murmuraba cabreada y dolida por la actitud infantil de la profesora del instituto.*

La situación de Laurie preocupaba a Adam, y estar allí sin moverse era lo peor que podrían estar haciendo. Al oír ruido de cristales en la ventana, sacó la cabeza del coche y le devolvió el mensaje a Jonathan en silencio. La escena allí dentro no era precisamente agradable. Pero entonces el comentario de su amigo le pilló por completo por sorpresa.

- ¿Par qué iba yo a romper los...? -un pensamiento le hizo parar en seco.- Cuando conseguí salir, oí que Stark lanzó un... Un alarido infernal, lo más horrible que he escuchado en mi vida. Justo después se oyeron cristales rotos.

¿Cómo se le podía haber pasado por alto aquel detalle? Cuando le siguió hasta la parte de atrás de la casa estaba tan tenso que olvidó que había oído aquellos ruidos. ¿Tendría razón Sandy? ¿Aquel grito vino por ver en qué se había convertido? Se dio cuenta entonces de que Sandy seguía preocupada por sus heridas y le cogió de los brazos.

- Hey, estoy bien. -dijo con voz calmada.- Son sólo cuatro cortes, no te preocupes.

Los siguientes minutos, por desgracia, no fueron tan calmados. Quiso haber respondido a Kurt en cuanto habló pero Charlie y Sandy tuvieron una discusión en el peor momento. Finalmente, Adam se hartó de aquella tontería y dio un golpe sobre el capó de su coche, dejando una marca de sangre en él.

- ¡Basta ya, silencio! -exclamó, habiendo perdido toda paciencia.- ¡Quietas las dos! Aquí nadie hará nada hasta que Jonathan o yo lo digamos, ¿queda claro? -tras aquella pregunta, claramente retórica, puso los brazos en jarra y comenzó a señalar mientras hablaba.- Kurt, si quieres saber a dónde va lo mejor es que le sigamos. Si no se dirige a casa de tu padre lo único que habremos conseguido es perderle la pista. Vamos a seguirle todos. TODOS -recalcó mirando a Charlie y Sandy.- Y en cuanto las cosas se pongan feas volvéis aquí, cogéis mi coche y vais a buscar ayuda al punto de control. -miró a Jonathan, hablando ahora algo más calmado, y comenzó a recargar su revolver.- ¿Crees que puedes llevar a Laurie al hospital? Le seguiré la pista todo lo que pueda e intentaré ganar tiempo. Si puedes, intenta conseguir ayuda, ¿vale? -saltándose toda norma, le dio un abrazo a su amigo de la infancia.- Hoy se acaba la pesadilla, tío. Te lo prometo.