Partida Rol por web

-Tiffany!- señalo a la ejecutiva agresiva, como si un resorte hubiera saltado de inmediato en mi interior. Esa zorra nos había metido en este aprieto por haberle dado la muñeca a esa cosa en vez de dejarme que la quemara. Si me hubiera dejado seguro que habríamos podido salir los 3 de este puto sitio en vez de tener que condenar a uno de nosotros a morir. Así que, que se muera la bruja esa!
Miro indignado a la mazizorra por acusarme de aquel modo, maldita desagradecida...

-Oh claro, por supuesto, para eso estamos los negros no? Para que como siempre los blanquitos nos useis como cabeza de turco!- protesto, muy cabreado, cojo la linterna de mi bolsillo, la que me había dado el poli/militar de la pensión. Ya que mis armas no estaban a mano, al menos la linterna era una buena maza improvisada o eso me aseguro el tipo y parecía entender de ello.

-Pues este negro no se va a dejar tan fácilmente!- les ladro a ambas. En otras circunstancias me habría ofrecido para comerme el marrón y que las dos pivitas me debieran una, pero con esa cosa monstruosa ni de coña me pienso quedar aquí para salvar a estas dos, que encima sólo me han menospreciado desde que llegamos!

-Tiffany!- señalo a la mujer morena. Miro con desprecio y asco a Kim al señalarme a mi, maldita desagradecida...

-Oh claro, por supuesto, para eso estamos los negros no? Para que como siempre los blanquitos nos useis como cabeza de turco!- protesto, muy cabreado, cojo la linterna de mi bolsillo, la que me había dado el poli/militar de la pensión.

-Pues este negro no se va a dejar tan fácilmente!- les ladro a ambas mientras no dejo de mirarlas con odio visceral y repulsa, sólo me falta escupirles en la cara.

Jamal quiso arrebatarme la muñeca pero yo fui más rápida. A pesar de sus gritos desquiciados no iba a dejarme intimidar por él. Por algo había llegado hasta donde estaba en la empresa.

Arrojé la muñeca a los pies del feto gigantesco y las apariciones monstruosas que atormentaban a Jamal desaparecieron. A la vez que lo hacía la mano huesuda que quería llevarse a Kim

¡Ya está, esta pesadilla acaba acá! Pero me apuré en cantar victoria demasiado pronto. El horroroso ser no pensaba dejarnos salir así como así.

-¡Calla criatura del averno. No era ese el trato hijo de puta!- con furia le grité al tiempo que pateaba la arena. El maldito ser nos había tendido una trampa y nosotros habíamos caído en ella como corderitos.

-No moriré aquí. Eso lo juro- escupí las palabras rabiosa. Jamal inmediatamente me ofreció como sacrificio mientras Kim se tiraba a los pies del feto rogando por clemencia. Negro de mierda, no te saldrás con la tuya. Deberíamos dejar a la llorica, los más débiles entorpecen el camino. Pero claro, el señorito se la quiere follar, por eso va en mi contra. Que se jodan, yo buscaré mi salida.

-Haz algo bien en tu vida Jamal y usa esa linterna como corresponde. Yo crearé la distracción- y si falla, correré como si el diablo viniera tras mi alma. -Kim, prepárate para salir de aquí muchacha. Luego, tomé uno de mis tacones y se lo arrojé a la cara al feto con la agujeta apuntando a los ojos. Tal vez tuviera suerte y lo dejara ciego unos instantes para que Jamal lo noqueara y saliéramos de allí los tres.

Jamal quiso impedirme que le arrojara la muñeca al feto pero mis reflejos fueron más rápidos. No iba a dejar que un negro me ganara en una competencia de lo que fuera.

Cuando la horrorosa criatura la tomó pude saborear mi victoria. Uno a uno los rostros que atormentaban al dealer fueron desapareciendo. Al igual que la mano que quería llevarse a Kim.

Sin embargo, el feto tenía una carta más oculta en su manga. Quería un sacrificio. Como me lo suponía, me dije mirando a Jamal con cinismo. -Calla criatura del averno- dije simulando furia -¡No era ese el trato hijo de puta!-

Hice un pequeño movimiento y Kim comenzó a representar su papel de niña buena. Ella inspiraría lástima en el negro y él se ofrecería voluntario. Sin embargo esto no ocurrió. No sabía como, pero el tío se había dado cuenta de la jugada. Bueno Tiff, siempre te gustaron los retos muchacha. -No moriré aquí, eso lo juro.- Miré con asco a Easton. Él había declarado la guerra, era hora de jugársela. Sin embargo, no lo dejaría conocer mis verdaderas intenciones.

-Has algo bien en tu vida Jamal, negro de mierda, y usa esa linterna como corresponde. Yo crearé la distracción- miré a Kim de manera cómplice y le guiñe un ojo. -Kim, prepárate a salir de aquí muchacha.- Luego tomé uno de mis tacones y se lo arrojé a la cara al feto. Con suerte se distraería lo suficiente para que Jamal fuera a asestarle un golpe y nosotras pudiéramos escapar mientras él quedaba atrapado aquí.

Aunque Jamal no quería que lanzara la muñeca, lo hice y mi rostro se regocijó al ver que tenía éxito. Cuando el feto se apropió del juguete, las apariciones que atormentaban a ellos dos desaparecieron. Bien, media batalla ganada.

Sin embargo, las sorpresas no terminaron allí. El feto no iba a dejarnos ir a todos. -¡Calla criatura del averno. No era ese el trato hijo de puta!

Mientras gritaba con rabia, una sola palabra tomó forma en mi cabeza ¡Kim! Si alguien debía quedarse era la debilucha rubia que no servía para nada. Tanto Jamal como yo podíamos cuidarnos solos y defendernos en cualquier jungla, pero ella solo era un estorbo para cualquiera que estuviera a su lado. Si ella se quedaba, nosotros volveríamos sanos y salvos.

Como era de esperarse, la rubia se puso a gimotear y a pedir clemencia. Clemencia! eso es para los débiles. Mereces morir acá zorrita. Sin embargo el negro decidió traicionarme a mí. Claro, seguramente soñaría con que después de ese acto la rubia se le iba a abrir de piernas. -No moriré aquí. Eso lo juro. Pensando en como salir de ese lugar se me ocurrió una idea. Crearíamos una distracción, y como Jamal y yo eramos mas fuertes y veloces, dejaríamos atrás a Kim y saldríamos vivos.

-Has algo bien en tu vida Jamal, y usa esa linterna como corresponde. Yo crearé la distracción- le guiñe un ojo antes de mirar despectivamente a la Rouland. -¡Kim, prepárate a salir de aquí muchacha imbécil!.-Grité con saña y me quité un zapato para arrojarlo a la cara del feto gigante. Con suerte ganaría algo de tiempo para correr de allí.

Maldita bruja! Se cree que soy imbécil o qué?! Cree que me voy a dejar atrapar tan fácilmente?!Claaaro, ella lanza un estúpido zapato de tacón y yo he de ir a pelearme cuerpo a cuerpo con el feto vomitivo ese mientras ellas me señalan como al chivo expiatorio y salen corriendo de aquí. Vivas! Muys listas sí...

-Claro, usar la linterna, cómo no se me ha ocurrido antes...- murmuro por lo bajo, en tono sarcástico, sonriendo fríamente, detrás de Tiffany. Saco la linterna del bolsillo de mi chaqueta, haciendo el amago de querer seguir sus instrucciones y me situo detrás de ella e intento golpearla en la cabeza con el mango de la linterna. Tampoco quiero matarla, que ese bicho es capaz de decir que muerta no la quiere y que tiene que quedarse alguien más!

Mi vida en la calle me dice que debería abandonar a la más débil, a Kim, pero está tan buena que sería un desperdicio. Y seguro que luego estará dispuesta a "agradecerme" que le salvé la vida...

Miro con desprecio a Kim, como la cucaracha inservible que es, parece que lo único que sabe hacer es lloriquear y dejar que sean los demás que carguen con su culpa.

-Claro, usar la linterna, cómo no se me ha ocurrido antes...- murmuro por lo bajo, en tono sarcástico, sonriendo fríamente, detrás de Tiffany. Saco la linterna del bolsillo de mi chaqueta, me situo detrás de ella e intento golpearla en la cabeza con el mango de la linterna. Lanzo otra mirada a Kim de "Ves lo que me haces hacer? Y todo porque no eres capaz de hacer lo que toca, estúpida vaca!".

La suplica de Kim no le hace efecto a la criatura que os sigue mirando con expectación, aunque la decisión de Jamal de elegir a la ejecutiva, le borda una pequeña sonrisa en la boca de la criatura. Un intento de huida ocasionado por la desesperación se fragua en unos segundos en la mente de la ejecutiva, aunque a saber que piensa en realidad del asunto, y lanza un zapato al inmundo feto gigante para entretenerlo,  recibe el zapato sin  daño alguno, a pesar de que le ha golpeado en la cabeza, un zapato quieras o no, no es un arma arrojadiza. Pronto las tiranteces entre el grupo afloran y cuando Tiffany se da la vuelta Jamal la golpea con fuerza con su contundente linterna, lo que hace que Tiffany caiga al suelo con una herida chorreante en la parte de atras del craneo, pero no demasiado grave y ha tenido la suficiente suerte para no caer insconciente, por lo que te das cuenta de que las victimas de la arena eran algo más que imaginaciones Jamal es muy capaz de matar por sobrevivir.

En tanto la criatura recoge a Kim del suelo, al estar arrodillada no ha podido alejarse lo suficientemente rapido y decenas de bebes se mueven a su alrededor convirtiendolo en una presa de la que no puede escapar al menos por sus propios medios. La voz sibilina y grave de la bestia os comenta:- Me gusta como pensais los dos... Por lo que si quereis matare a esta mujer y vosotros podreis salir de aqui por vuestro pie, como he dicho dos ibais a salir de esta playa jeje- Kim solo puede sentir asco por el tacto de las criaturas babosas alrededor de su cuerpo.

El zapatazo dio en el blanco pero no sirvió de mucho. Fuck! y era de los caros! Cabreada por el poco éxito de mi maniobra me dispuse a poner en marcha mi plan B, correr como alma que lleva el diablo mientras esperaba que Jamal, a pesar de lo desquiciado que se encontraba ayudara a su vez a ganar un poco de tiempo para los tres. Fue por eso que no lo vi venir cuando me golpeó.

-¡¡¡Hijo de p...!!!- alcancé a gritar antes de caer mareada por el golpe. No puedo morir así ¡¡¡no puedo morir así!!! Creía que mi fin estaba próximo. Sin embargo alcancé a mantener la conciencia. Se veía que la desesperación había llevado al bastardo a pegar mal, pues estaba segura de que si pudiera haberlo hecho a sangre fría, ahora estaría alimentando al monstruo fetal.

Mi mano fue hasta el área golpeada con desesperación. ¡Sangre! Debo huir cuanto antes de aquí, si no es el monstruo, será mi querido "compañero" quien se encargue de acabarme.

Temblando de furia y rabia me enderecé, tiré el otro tacón y empecé a avanzar cuando de reojo vi como el monstruo repugnante tomaba a Kim y nos ofrecía la salvación para Jamal y para mí.

Me di vuelta y me enfrenté a la escena sin perder de vista al negro. No volvería a sorprenderme. No nuevamente.

Lo que vi me asqueó. Los fetos rodeaban y manosaban a la Rouland. Para completar la escena, ella se veía sumisa, entregada, incapaz de defenderse. Algo se revolvió dentro mío. El monstruo la iba a matar. Esa mujer estaba a punto de morir ante mis ojos y ello representaba la salvación de mi vida. Dudé por unos segundos. Demasiados tal vez. Pues la decisión había sido tomada desde el momento en que la escalera desapareció. Sólo los más fuertes sobreviven. Sólo los más fuertes llegan al final.

-Lo... siento Kim... de veras lo siento.- Di media vuelta y comencé a correr hacia donde antes había habido una escalera. Ella no tenía oportunidad ni creo que nunca la hubiera tenido. Sin embargo yo sí y no pensaba desaprovecharla.

Había dado en el blanco. Mi zapato se había clavado justo donde yo quería. Pero no había hecho efecto. El muy bastardo ni se mosqueó. Por el contrario, hasta parecía divertirle la idea de mi intento de escape. Sin embargo, no pensaba quedarme allí a ver como me mataba. Di media vuelta para intentar correr, contando con que el negro se hubiera tragado mi idea y se estuviera dirigiendo a su encuentro. Pero el muy mierda me traicionó. Apenas le di la espalda, su linterna se estrellaba contra mi nuca.

-¡¡¡Hijo de p...!!!-alcancé a gritar antes de caer. ¿Qué esperabas de un negro de mierda como él? Es igual que todos los de su raza. Vil, traicionero, incapaz de hacer algo honrado. Herida pero no derrotada lo miré furiosa. No iba a dejar que un looser como él se saliera con la suya. A Tiffany Sanders nadie la pisoteaba, mucho menos la escoria de la sociedad. -Ya ajustaremos cuentas luego-

Temblando de rabia me incorporé justo cuando el monstruo tomaba a Kim. La pobre e indefensa Kim había caído en garras del feto gigante. No pensaba mirar atrás, temía que Jamal volviera a aprovechar mi lado ciego pero las palabras de la monstruosidad me detuvieron y me obligaron a enfrentar la escena.

Allí la vi. Kim, sollozante, siendo manoseada por los fetos que conformaban el cuerpo mayor. Con asco dudé que hacer. Sin embargo, no tenía manera de salvarla y el negro había echado a perder nuestra única oportunidad. -Lo... siento Kim, de veras lo siento- me obligué a darme la vuelta y correr por mi vida. -No te preocupes- si mi mirada hubiera lanzado rayos, Jamal habría quedado frito allí mismo -te vengaré.

Lo logré! El triunfo se pintó en mi rostro. Mi zapato había seguido una trayectoria perfecta y se había estampado en el rostro de la criatura sin inconvenientes. Pero sin embargo, el feto ni se inmutó. Apenas pareció sentirlo. Como si de un mosquito se tratara.

Sin esperar a nadie más y contando con que Jamal haría su parte para darnos tiempo a él y a mí, di media vuelta para comenzar a correr con todas mis fuerzas. Sin embargo, el negro, tal vez movido por la lujuria, tal vez demasiado afectado por las visiones, descargó su linterna en mí.

-¡¡¡Hijo de p...!!!- no alcancé a decir más pues el mareo me volteó. Caida, en la arena, llevé rápidamente mi mano a la cabeza para encontrar sangre e inmediatamente mi vista se posó en Kim. La linda y buena de Kim, que había logrado, vaya a saber como, voltear la voluntad de Jamal para que éste me traicionara. ¡Deja de mirar como cordero camino al matadero estúpida! quise gritar, pero el golpe me tenía más aturdida de lo que creía. Con rabia, me incorporé de a poco, sin dejar de mirar como la Rouland continuaba en posición suplicante. Deberíamos entregarte, ya estás en posición de sacrificio.

Iba a comenzar a correr cuando vi que el feto, como leyendo mis pensamientos tomó a la mujer. Al parecer, mis ruegos habían sido escuchados.

Me giré una vez más para asegurarme de que lo que decía el monstruo era verdad y que nos dejaría ir a cambio de ella. Solo los más fuertes sobreviven bonita. Es una pena que tú no seas una de ellos. La miré a los ojos y me despedí. -Lo... siento- dije con una sonrisa fría y cínica. -De verdad lo siento- mi desprecio tiñó la última frase.

Luego, sin mirar atrás comencé a correr. Ella ya estaba entregada, por fin iba a servir para algo y Jamal y yo podríamos escapar de allí.

NOOOOOOOO - Grité en el momento en que empezaron a acercarse los fetos. Miré a un lado, al otro e intenté pararme para alejarme de aquellos fetos - Maldita!! - Por primera vez mis labios no podían reprimir una frase tan insultante contra muchas cosas; la primera ante aquella Kim dependiente de la gente que estaba alrededor, la segunda ante la suerte de la vida que ahora parecía acabarse. la tercera y mas fuerte era contra Tiffany que se atrevía a dejar a un compañero atras.

Me levanté con esfuerzo y me sacudía las cosas babosas a manotones, para alejarlos. Pateé hacia todos lados mientras me movía lejos de ellos. Por un momento me olvidé de los otros dos que estaban en la playa y decidí vivir por mí - Dejenme!! Llevense a quien quieran menos a mí!

Miro con decepción a la linterna. No ha dejado inconsciente a Tiffany, no ha cumplido con su parte del trato. Maldito cacharro! Eso me pasa por fiarme del poli! Tenía que haber cogido mi pistola de toda la vida y haberle pegado un tiro en la pierna o haberla golpeado con la culata del arma, eso habría sido más efectivo seguro! Y ahora no tendría que renunciar al polvo del siglo! Lanzo una mirada de cabreo a Tiffany, en que mal día se me ocurrió ayudarla en la pensión... Tendría que haber dejado que se muriera del susto en su cuarto!

Veo como Kim es atacada por los fetos abominables.  Por un momento me siento tentado de sacarme la chaqueta y prenderle fuego para ayudar a Kim a librarse de esas cosas.

"Menudo desperdicio, debería salvar a la jamona o huir para salvar la vida aunque eso suponga tener que aguantar a la zorra ejecutiva? Umhf... vale, tiene un polvazo pero es débil, no puedo estar salvándola todo el tiempo y con lo traidoras que son las blanquitas, fijo que la salvo y luego me deja con el moco colgando..."

-Lo siento, estás muy buena pero no lo suficiente para dar mi vida por ti- me encojo de hombros. Al menos estoy siendo sincero, al contrario de la perra de Tiffany. Tengo mis serias dudas de que esa mujer piense en alguien más que no sea ella, yo al menos reconozco que es así.

"Umpfff" No soporto ver como lloriquea. Vacío los bolsillos de mi chaqueta y lo acomodo lo poco que llevo (la linterna, el mechero y las llaves del coche) entre los de mis pantalones. Menos mal que los chesters tienen varios que si nó... Me saco la chaqueta, la enrollo y con el mechero le intento prender fuego por una esquina y se la tiro a Kim.

-Ayudáte tu misma, úsala para espantarlos, quizás tengas suerte y consigas sobrevivir- le digo como últimas palabras de despedida -Vale, gran Rey feto, donde está la puta salida?! Cumple tu palabra, ya tienes a alguien con quien jugar, ahora la puerta. Gracias- le grito con frialdad.

Miro con desprecio como suplica la perra de Kim.

-Lo siento, estás muy buena pero no lo suficiente para dar mi vida por ti- me encojo de hombros, poniendo cara de "eres débil y los débiles mueren rápido".

Vacío los bolsillos de mi chaqueta y lo acomodo lo poco que llevo (la linterna, el mechero y las llaves del coche) entre los de mis pantalones. Menos mal que los chesters tienen varios que si nó... Me saco la chaqueta, la enrollo y con el mechero le intento prender fuego por una esquina y se la tiro a Kim.

-Ayudáte tu misma, úsala para espantarlos, quizás tengas suerte y consigas sobrevivir- le digo como últimas palabras de despedida -Vale, gran Rey feto, donde está la puta salida?! Cumple tu palabra, ya tienes a alguien con quien jugar, ahora la puerta. Gracias- le grito con frialdad.

En la pequeña playa se masca la tragedia, la bestia compuesta de decenas de fetos os mira sonriendo mientrás que el cuerpo de Kim es rodeado por cientos de esas criatura ahogando sus gritos, el mechero de Jamal se queda como prueba de que la muchacha intento resistirse con esas cosas mientrás que cubrian su cuerpo, como si fueran babosas alrededor de una sabrosa hoja.

La escalera reaparece, como si jamás se hubiese ido, pero la criatura que os mira con ojos gomosos y el mar rojo sangre permanecen, como si os estuviesen recordando el sacrificio que habeis hecho, la cosa os dice con una dulzura repugnante:- Como he dicho mantengo mi palabra podeis marcharos...- Con un gesto de su rechoncho brazo os lo indica.

Intentas agarrar el mechero de Jamal, aunque bien sabes que no te servira de nada como si fuese la última resquicio de realidad que hay en esta playa. Pero ni eso se te permite, pues las criaturas empiezan a rodearte, sientes sus dientes afilados, que te acarician la piel sin acabar contigo a dentelladas, y sus cuerpos resbaladizos te rodean hasta estar en la más completa oscuridad en el interior del "brazo" de la criatura. Cierras los ojos y rezas por que sea rapido, cuando escuchas la voz de la mole en tu cabeza:- Bueno, ya has visto que te han dejado atrás, dime ya que tu has sido la elegida, para ver quien muere en esta playa a quien crees que deberia dejar aquí, elige pronto pues mis pequeñines tienen hambre.- Su voz cambia a un gorgoteo agrio- Al sordido Jamal al que sus propias victimas llaman por misericordia, a Tiffany a la que su locura ha alimentado a estas alimañas que te rodean, pues su cabeza es un portal para cosas horribles, o la pequeña Kim, con su querido padre muerto, que en el fondo simplemente le gustaba recibir su cariño aunque supiese que estaba mal- Sientes como los fetos que te rodean están expectantes, deseando que digas una sola palabra para hacer su trabajo, o lanzarse a por los otros, a los otros que te han traicionado, pero una pregunta llega a tu cabeza ¿Hubieses hecho lo mismo en su caso?.

En un enorme suplicio me encerré debajo de aquel montón de fetos, cuyos colmillos acariciaban mi piel y dibujaban con sus filos en mi humanidad. 

La oscuridad se hizo eterna cuando los fetos me cubrieron, desapareciendo cada rayo de luz tras una enorme locura llamada "abismo". Me retraje, tomando mis piernas entre mis manos en un abrazo; No porque tuviese miedo, sino que quería fundirme un una sola masa dentro de aquella maldición de tonos negruzcos.

De pronto una voz habló en mi cabeza, Con un tono indescriptible pero que a la vez se reconocía como la voz de la mole "Dime ya que tú has sido la elegida, para ver quien muere en esta playa a quien crees que debería dejar aquí" ¿Yo la elegida? ¿Por que me haces elegir en algo en lo que no puedo elegir? En mi mente no podía dejar de pensar en que tal vez podría tener la venganza por aquel abandono de los chicos por mí, tal vez pueda probar el sabor de que los otros pagaran por mí, tal vez sencillamente no puedo Vengarme

No... no puedo - dije con miedo y resignación - No puedo atacar a los otros... Yo no habría corrido así, pero tampoco puedo ser un verdugo para acabar con dos vidas que son iguales de valiosas que la mía - Solté mis piernas y me estiré, quedando con los brazos abiertos y las piernas estiradas - No puedo hacer más... Si quieres acaba conmigo...

Al terminar de hablar, durante unos segundos el ambiente lleno de crujidos, gimoteos y mordisqueos de los fetos se queda en completo silencio. Durante ese tiempo, en tu mente rememoras todo el tiempo que has vivido y el dolor que va a llegar devorada por cientos de estás alimañas. No sabes que estarán haciendo Jamal y Tiffany, si de verdad sintieron dejarte atrás aunque fuera para sobrevivir, pero no eres capaz de matar a alguien a sangre fria, ni siquiera a costa de tu vida.

Los fetos empiezan a moverse como si fueran una pequeña turba, pero donde esperastes desgarros y la trituración , solo te encuentras que se están alejando de tí. De pronto los rayos del sol vuelves a sentirlos en tu piel, pronto te sientes de nuevo en la arena, y cuando abres los ojos te encuentras en la playa, pero sin horrendas criaturas, con la escalera enfrente tuya, y al darte la vuelta un mar de color azul celeste... A lo lejos puedes oir las voces de Jamal y Tiffany, conversando con el policia. Pero como volver con tus compañeros despés de lo que ha pasado es algo que no sabes como llevar...

"Morir... ¿así sera morir?" Pensé; El espacio en ese silencio y esa oscuridad eran infinitos.

Recordé mi pasado, sopesé mi presente, me olvidé del futuro. Me había resignado a morir; no había manera de cambiar como las cosas ya estaban. Esperé la muerte con resignación; tal vez no doliera despues de todo. Al momento en que pensé que me tragaría el mundo simplemente dejé sentir, pero jamás sentí un colmillo, ni si quiera un rasguño.

De pronto sentí el calor del sol bañando mi cuerpo, el roce de la arena en mis pies y en mis manos, estaba arrodillado y sentía como me hundia levemente en ella. Abrí mis ojos y estaba en la playa. Aún no podía creer lo que veía "¿Estaré alucinando?" Miré a un lado, al otro; apreté la arena en mis manos, sintiéndola real "Debo seguir aquí" Me levanté y observé la escalera, miré al mar. Escuché las voces de Jamal y de Tiffany; esos traidores que me dejaron tirada en la playa. Volver con ellos sería enfrentarme a demasiadas preguntas; irme sola hasta la casa supondría tardar mucho tiempo... Aún era temprano, por lo que decidí caminar, no me iba a acercar a ellos.

Empecé a buscar en los alrededores algun sitio por donde subir sin cruzarme con ellos; si lo conseguía no les iba a ver la cara en un muy buen rato... Tampoco quería hacerlo

Con un chasquido de lengua, miro hacia la pared de roca y veo las escaleras de nuevo aparecer.

-Buen provecho. Supongo- farfullo en tono indiferente una despedida hacia el feto ese horrible y me encamino hacia las escaleras de piedra, aún con la linterna en una mano y el mechero en la otra. Me guardo el mechero y miro con cierta lastima lo que queda de mi chaqueta.

"En fin, menos mal que llevo ropa de recambio, entre ella una segunda chaqueta, aunque es un poco Papaito Kane pero que se le va a hacer, mejor eso que nada!".

No espero a Tiffany, "para qué? Ya sabemos de qué calaña está hecha la arpía ejecutiva... ". Subo las escaleras de piedra natural, una a una, con cuidado y calma pero con energía y sin pausa.