Partida Rol por web

Los hombres que os miran desde los callejones no se vuelven a lanzar, esperan a que Cole se acerque de verdad y no quieren caer como le ha pasado al pobre tipo que ahora por los gritos debe de ser solo una masa sanguinolienta. Tiffany avanza por el centro de la calle acompañada de Rachel, solo pueden estremecerse al darse cuenta que en cada sombra hay alguno de los habitantes de la pequeña ciudad enloquecidos de una manera monstruosa. El señor del pueblo esta gastando sus cartuchos sobre vosotros... Por que quien sabe cuantos de ellos se agolpan en el puerto escondidos entre los maderos.

-Es la oscuridad la que los mantiene locos... debemos darnos prisa, antes de que caiga el sol o las sombras se hagan más grandes.

Camina más rápido intentando no pensar en lo que le ha pasado al pobre hombre que ahora no debe de ser más que un charco de sangre y vísceras, si es que han dejado algo más que su recuerdo. No se gustaría estar ahí cuando el sol esté más bajo.

Intento no retrasarme, a pesar de sentir que debiera ayudar a esos pobres infelices.

Seguimos avanzando por el medio de la calle, entre aquellas almas en pena, sin mirar atrás. Lo que decía Rachel tenía sentido, así que demorarnos solo nos traería más problemas. Poco a poco empecé a acelerar el paso. Sabía que no debía ir muy ligero o Cole se quedaría atrás, pero el miedo era un poderoso aliciente para seguir adelante con prisas. -¿Cuanto nos faltará para encontrar la jodida cueva? esto me pone demasiado nerviosa.

Avanzáis por enmedio de la calle, intentando ignorar los gritos, los alaridos, las miradas hambrientas que se ocultan en los callejones. Al final llegáis hasta el principio del puerto, al menos la parte que da la luz, hay un gran edificio conde hay un pescado pintado, al parecer es la factoría donde llevan la pesca para manufacturarla al exterior. También esta el muelle donde barcas de pesca y algunos barcos mayores esperan a unos propietarios que están en las sombras de los callejones. De repente el ruido de un teléfono, en alguna parte cercana a vosotros... En tanto que notáis que en las casas hay ocultos más de los lugareños dispuestos a capturar y devorar lo que su amo odia,  osea a vosotros. 

Tras andar un buen rato logramos alcanzar el muelle. Allí estábamos! Parecía que por fin podíamos acabar con aquella locura, a pesar de que la amenaza seguía pendiente sobre nuestras cabezas en cada sombra del lugar.

Miré con atención el sitio, buscando la manera de descender a una barcaza para buscar la cueva cuando un teléfono comenzó a sonar. Dejé a un lado mis intenciones de bajar inmediatamente al mar y me puse a ver si hallaba el aparato que nos estaba llamando. Tal vez fuera una última comunicación del doctor, dándonos una pista de como acabar con nuestro enemigo. Tal vez fuera nuestro enemigo que quería ofrecernos nuevamente la rendición a cambio de una vida. No lo sabía, pero estaba segura que atender, era una prioridad en ese momento.

Me apresuro para alcanzar el telefono antes de que las chicas se arriesgen.

-¿Rachel tienes a Tyff? -Pregunto mas para sacar de su sopor a la pelirroja que para confirmar que siguen protegiéndose mutuamente.

-Déjate de códigos y vamos a la maldita cueva ya... tengo ganas de acabar con todo esto.

Antes de poder ir a por el teléfono es Cole el que se ofrece para alcanzarlo. Vigila las callejuelas oscuras, en sombras, donde se ocultan sus enemigos. Seguramente son personas normales, dominadas por la oscuridad de aquel al que tenemos de enemigo, su jefe. Quizá si consiguen acabar con él puedan liberarles de su maldición.

Cuando recoge el telefono Cole reconoce la voz del doctor:- Saludos, se que ha sido un viaje muy largo y peliagudo, ya os queda muy poco, llevar los objetos que habeis recogido, blandirlos o poneroslo como amuletos, os protegerán, pronto ire junto a vosotros. Teneis que entrar en la gran lonja, alli ir al desp...- La conversación se corta al final la voz gutural se escucha tan gorgoteante y burlona como siempre:- Venga que ya os queda poco, pronto voy a disfrutar follandome a las mujeres y dejandote que lo puedas ver muchacho, os espero...- Por supuesto te deja sin posibilidad de replica. El gran edificio tiene las puertas abiertas, entre la maquinaria de traslado de pescado y las cajas llenas del producto final, se encuentra un cubículo con la luz encendida, parece ser un despacho.

Ok, lo que nos faltaba... volver a ese lugar de muerte a enfrentar al maldito desquiciado que se esconde detrás de toda esa pesadilla. No pude evitar estremecerme al recordar lo que habíamos vivido en la Lonja. Allí había muerto Jamal y nosotros casi habíamos pedido la vida también. Pero ya estaba harta de todo aquello. La situación me había llevado al límite y sólo quería que todo concluyera de una maldita vez.

-En tus sueños cabrón!!!- grité al aparato al escuchar lo que le había dicho a Cole. Antes, muerta. Cuando la conversación acabó, busqué los objetos que tenía, el espejo y el portaretratos y le tendí este último a Cole. Guardé el espejo en el bolsillo antes de mirar a Rachel cansada. -Tienes los tuyos a mano?- y tras unos segundos de duda, le dije casi susurrando -Si... si no podemos con él...- señalé el teléfono -guárdame una bala por favor.

Me detengo para observar unos instantes la foto antes de asegurarla bajo mi chaquetilla y proseguir.

Justo antes de traspasar el Umbral me paro en seco. -Asher, Adael vosotros cubrir la puerta. -Ordeno tajante mientras deposito ante ella dos soldados ataviados con el uniforme del IDF y sendos GALIL.

Cuando veo el despejado pasillo hago un gesto para que las chicas esperen y afrontar la posible emboscada lo mas agrupados posibles.

-Evan podrá cubrirnos desde aquí con su FAL. -Afirmo mientras dejo la miniatura de un Royal Scottish sobre una elevadora cercana. -Levy, y Kalu entraran con nosotros. -Completo mientras acaricio la intimidante figura de un Gurka con su Kukri, y la no menos temible de una soldado del IDF armada con una UZI.

Tras el pequeño impass que ha llegado por la llamada de telefono de los dos hombres que os han llevado a esta situación, en la entrada de la oscura fabrica, aunque os recuerda mucho al lugar alucinatorio donde murio Jamal, nunca habiaís recorrido este lugar. Cole habla con los juguetes como si fueran soldados de verdad, colocandolos en posiciones estratégicas, en cuanto se vuelve hacia vosotros, notais una fuerte racha de viento, pronto basura, trozos de metal, plastico y piedra se empiezán a reunir en cada soldado , poco a poco empiezan a formar una figura similar a la del soldado pero a tamaño real...

-Vamos, no os paréis. Acabemos esto de una vez -Afirmo tajante. Ya mas seguro sabiendo que tengo quien me cubra las espaldas.

El escenario se veía familiar, pero allí todo era distinto. Una nueva jugarreta para nuestros sentidos de parte de nuestro captor...o nuestros captores. Después de todo no estaba segura de que el doctor no fuera parte de todo este macabro juego que amenazaba con enloquecernos.

Miré a Cole con incredulidad cuando empezó a repartir soldaditos de plomo en la entrada. Definitivamente éste ha tocado fondo. Si creía que esos muñecos iban a protegernos de algo era que ya estaba rematadamente loco. Para más, comenzó a nombrarlos, como si se trataran de antiguos compañeros de pelotón o algo así.

Sacudí la cabeza varias veces, negando todo aquello. Solo quería irme de allí cuanto antes.

Sin embargo, el asombro y algo parecido a la esperanza me embargaron. Apenas los soldaditos hubieron estado en posición, un fenómeno extraño comenzó a desarrollarse. De la nada, surgió un viento que transportaba basura, restos de partes pequeñas, hojalata y quién sabe que más. Ese viento fue depositando sus desechos en torno a los soldados, haciendo que estos tomaran forma casi humana. No sé como es que Cole lo supo en ese momento, pero la fuerza que nos protegía, se había puesto en marcha para brindarnos una oportunidad. Sin poder evitar sonreir, esperé a que el hombre retomara la marcha para seguirlo sin decir nada.

Se queda un poco parada cuando ve que los soldados comienzan a cobrar vida, pero tampoco es algo que tenga que sorprenderles mucho ya que están en un lugar donde esas cosas, y peores, pasan continuamente. Asiente a las palabras de Cole y comienza a andar hacia el despacho iluminado. 

Ese sitio le provoca malas vibraciones así que mira a un lado y a otro, esperando encontrar cualquier cosa que se les quiera echar encima. Tiene la sensación que como no se den prisa, esos soldados no es que vayan a serles de mucha ayuda.

Ahora con vuestras espaldas aseguradas os adentraís en la oscuridad de la lonja, podeis escuchar pasos sigilosos, murmullos a vuestro paso, los soldados creados a base de los desperdicios apuntan sus armas y martillan sus percutores, apenas podeis ver ahora que la luz del sol ha sido bloqueada por una nube en medio del cielo azul, allí al fondo se encuentra el despacho con la luz encendida... Y el infierno cae, escuchais los gemidos y gruñidos provenientes de la puerta y el ruido de las balas, formas que apenas veis en la oscuridad caen abatidas según salen entre las maquinas, pero hay demasiadas, en tanto al fondo en la entrada, los vecinos que se mostrabán atemorizados por el sol ahora pueden salir y intentan entrar, aunque los soldados los abatén según se acercan.

La potencia letal del arma belga podría destrozarnos si nos acercábamos a los margenes que el Escoces segaba con mortal eficiencia. -Manteneos en el centro! -Advierto a mis dos compañeras mientras Levy y Kalu atraviesan el Umbral de la oficina. Instintivamente no me detengo en el Umbral si no que cruzo la habitación hasta poner la pared opuesta a la entrada en mi espalda. Cuando al fin miro a mi alrededor busco ansiosamente a la niña de la foto [1].

Todo eso se está volviendo un caos. Gritos y disparos a su alrededor. La unica forma de escapar de todo eso es llegar al despacho iluminado... o quizá ni eso... seguro que tras llegar allí otros engendros les atacan. Entra tras Cole en el despacho iluminado, como si fuese un santuario que las sombras no pudiesen cruzar. Ahora solo queda saber que tienen que hacer, a parte de traer los objetos a ese lugar.

-y ahora qué?

Los parroquianos, alentados por las sombras quisieron ir en nuestra contra, pero los soldados conjurados por Cole comenzaron a disparar, desatándose una verdadera batalla campal con nosotros en medio.

Al ver que mis compañeros corrían hacia el despacho, el único sitio iluminado de los alrededores, no hice más que imitarlos. Aquella isla de luz podría darnos el tiempo que necesitábamos para descifrar todo el acertijo y ponerle fin a la pesadilla que estábamos viviendo.

Una vez allí, me apoyé contra una pared para tomar aire, mientras intentaba encontrar un sentido a la pregunta de Rachel.

-Ni idea- fue lo primero que me salió. Pero luego de serenarme, me puse a pensar un poco. Todos los objetos que habíamos encontrado tenían que ver con una niña. Todos salvo el bisturí, que podría relacionarse con el padre de esa niña, si la foto que habíamos encontrado era real. Pero... qué nos quería decir todo aquello?

-Siento que algo se me escapa... está relacionado con los objetos que hemos hallado, pero no logro ver la conexión final.

Al entrar en el despacho Rachel y Tiffany no tardan en darse cuenta de que habían estado en otro similar antes, ese ser parece regodearse en detalles como este, o quizás es algo insconciente, siempre repitiendo los mismos lugares, pero hay algo distinto pues en medio de la habitación hay una trampilla por la que cabría un hombre rollizo que desciende a saber donde. En tanto los soldados a pesar de su munición empiezan a apretujarse ante tantos enemigos, al menos han caido 30, pero ya haya otros 100 dispuestos a destrozarlos e ir a por vosotros después...