Partida Rol por web

Malickud encoge los hombros nervioso, haciendo que el bueno de Mr Plugg tenga que reacomodarse.

Las leyendas hablan de la Bestia de la Bahía, si es cierto o no, lo descubriremos dentro de poco. En cualquier caso deberíamos esperar al alba, pues el poema dice que el diente de la sepulturera sólo será visible con la primera luz.

En cualquier caso debían prepararse para lo peor y asegurarse que nos los cogieran con la guardia baja.

La Bahía Atrapahombres forma un cuenco redondo casi perfecto en un lateral de la isla más considerable. Las aguas de su interior presentan una tonalidad añil en contraste con el turquesa del mar que circunda el islote, lo que os da una idea de la inusitada profundidad que debe tener la bahía. Hay varias calas de arena fina y acantilados escarpados rodean la casi totalidad del cuenco natural excepto en su entrada. La jungla se espesa sobre los despeñaderos con gigantescos árboles cuyas ramas se extienden sobre la misma ensenada. De la fronda, creando una especie de malla o dosel a más de 30 metros de altura, han crecido enredaderas que le dan cierto aspecto de cueva al emplazamiento. Las raíces y enredaderas también se extienden desde los riscos en un intrincado laberinto de zarcillos que cubren numerosas cavidades oscuras en las paredes de la roca.

Al ver la tremenda maraña y la sensación de opresión de la bahía, me caló el gorro mientras lanzo un suspiro

Me parece que ahí tenemos la causa de que tenga ese nombre. No se podremos pasar a través de esa maraña de vegetación sin quedarnos atrapados.

Podemos navegar hasta la parte sur del cabo y atravesar la jungla por la parte menos densa.

Eso puede ser una opción para evitar la parte circular que podemos ver. Quien sabe lo que puede ser. Me da mala espina. 

Sin duda de ahí le viene el nombre al lugar. De acuerdo con el acertijo, debemos observar desde la ensenada, así que habrá que adentrarse en esas aguas. Además, no veo ningún lugar en el que desembarcar que no sea esas calas.

Mirando las calas, Feijud comenta:

Si le echamos mucha imaginación, "el diente de oro de la Sepulturera" puede ser esa pequeña cala que queda justo al oeste. Pero mejor estemos atentos a todo lo que se pueda ver cuando amanezca.

Raymond estuvo callado un buen rato mirando las marañas que envolvían todo aquello. Lo cierto es que no parecia presagiar nada bueno para el barco.

Demasiada imaginación para que sea un diente. Pero aun así la prudencia del capitán estaba bien fundamentada. No podían entrar así sin más con el Grindylow.

¿Capitán quiere que tenga preparada la chalupa por si acaso? No se enredará con las lianas, pero si aquello del centro es un torbellino no tendrá ninguna posibilidad y será engullido sin remedio.

Avancemos hasta la bahía, pero estemos atentos. Sandara, en cualquier momento puede que tengamos que salir a toda mecha. Podríamos fletar el bote, pero quedaría demasiado expuesto ahí en medio.

Tripulación, ¡todos a vuestro puestos! Este lugar no se llama como se llama por casualidad.

Asintiendo al capitán esperamos a que el sol despuntara por el horizonte y, como rezaba el mapa, al amanecer, comienzo a mover al Grindylow para avanzar despacio, internándonos en la bahía atrapahombres.

Navegaba despacio, observando a derecha e izquierda Estad todos muy atentos. 

¡HARPEEEEER!, TÚ ERES NUESTRA MEJOR BAZA PARA NO NOS PILLEN CON LOS PANTALONES BAJADOS, ASÍ QUE, MIRA BIEEEEEN grito mirando al mástil, donde está subido nuestro vigía.

Aguardáis la llegada de un nuevo día para penetrar lenta y silenciosamente en la bahía abordo del Grindylow Embrujado. Las primeras luces del alba se asoman a la lóbrega ensenada despertando la prolífica vida de los poblados riscos y ofreciendo un bonito espectáculo lleno de formas en continuo movimiento. Cuando el astro rey esté allá en lo alto los acantilados recobrarán la apariencia habitual, pero en este preciso momento son pura magia de sombras chinescas.

De pronto, la agonizante penumbra os revela una serie de cavernas y grietas en una de las paredes laterales que juraríais que conforma una sonriente calavera. Al tiempo que los rayos de sol alcanzan la parte que haría de boca, un destello dorado toma fuerza. Es como si la calavera ilusoria tuviera un diente de oro.

El catalejo te permite comprobar que se trata de algún tipo de depósito mineral enclavado en una grieta que refleja la luz del sol a esta hora del día. Obviamente, no estamos ante un suceso natural. A unos 10 metros de la playa que hay debajo, ves que dos cavernas se abren donde habría que ubicar los globos oculares de la supuesta calavera.

Desde aqui veo la entrada donde se supone que van los ojos de la calabera. Son dos cavernas . Ese reflejo parece una acumulación de algun mineral.

Ahí está el diente dorado que buscamos. ¡Raymond, ve preparando el bote!

Después Feijud deja instrucciones a la tripulación.

Retiraos fuera de la bahía y estad atentos esperando a que volvamos. Quiero siempre un hombre pendiente de la playa y las cuevas por si hacemos alguna señal. No olvidéis la leyenda sobre el monstruo. Esperemos que Besmara quiera que no decida hacer una visita mientras estamos en tierra.

Sí capitán.

Se volvió al grupo de hombres que tenía preparado para la tarea.

Venga gandules. Ya habéis oido. Que ese bote no se va a bajar solo.

Mientras la pequeña embarcación bajaba miró una vez más la bahía. Seguía sin estar agusto con aquella cosa en el agua. Si en verdad era un torbellino no durarían mucho. Por lo que le preguntó a Sandara con una encantadora sonrisa.

Emm. No te habrá concedido Besmara algún conjuro para respirar agua por si acaso ¿verdad? No es que vaya a pasar nada. Pero por quedarme más tranquilo.

Un abrazo vez que el ancla chocó contra el fondo, recogí mi pica y me acerqué junto al resto tengo un conjuro que crea una burbuja de aire sobre el cuerpo, pero solo puedo lanzar uno. También puedo hacer que vayamos caminando por las aguas, si lo preferís.

Mientras el Grindylow Embrujado sale de la opresiva bahía, remáis el bote en tenso silencio hacia la zona que ha señalado Harper. Ahora ya no hay reflejo alguno que indique el punto exacto. Sin embargo, tenéis bastante claro hacia dónde dirigiros. Al cabo de unos minutos llegáis a una pequeña cala en la que ni siquiera cabéis todos sobre la arena. Y, efectivamente, a unos diez metros de altura se encuentran las dos cuevas que harían de globos oculares para la fantasmal calavera que observasteis con los primeros rayos de sol.

Harper inicia el ascenso con cuidado para evitar caer nada más empezar. Empieza por la parte central y se va dirigiendo hacia la cuenca derecha.