Partida Rol por web

Saiko asiente.- Tienes razón pero...Si esos tipos querían matarnos...El solo nos protegía,¿no?...Yo no me fío de el, pudo ser incluso una estrategia para que confiaramos pero...El hecho es que nos ayudo...-Dice Hinata dubitativo.

 Sebastian hace una reverencia.- No hay problema, más si le llama, dígale donde estamos y que no puede saberlo más nadie que el...Es uno de los pocos policías honrados que quedan...- Dice cuando llegáis al complejo que tiene varias casas. Veis hombres y mujeres entrenandose contra unos muñecos de prueba bajo la luz de la luna.-Entren por favor, volveré enseguida con el jefe.-Dice abriendo una de las puertas, que da a una habitación iluminada tenuemente con dos sofas de cuero negro. Saiko pasa primero, como queriendo comprobar que no hay peligro alguno, y te hace una señal de que podéis pasar.

Relajándose no iban a ir a ninguna parte pero la respuesta del hombre le cogió por sorpresa. Bien, pues le llamaría. Vaya si lo haría. Asintió levemente como confirmación. La gente extraña entrenando tan tarde tampoco le parecía demasiado... legal.

Hideki asintió al gesto de Saiko cuando pasó a aquella oscura estancia. ¿Qué aspecto tendrí ese tal jefe...?

- Hinata-san... -comenzó a decir sin saber bien cómo seguir.

Saiko se da así mismo el lujo de descansar unos segundos en el cómodo sofá. Se estira fugazmente, y apoya sus codos en sus rodillas mirando al suelo. Cuando le hablas, levanta su cabeza, y con un tono calmado te habla.- Dime Hidek... Kido-San...-Se muestra un poco molesto,¿quizás sea porque le has vuelto a llamar por su apellido?.

Se inclinó en una reverencia bastante pronunciada, como pidiendo disculpas con todo el cuerpo.

- Lo siento.

Continuar después de eso se hizo algo más complicado y tardó un poco en encontrar las palabras.

- Creí que también tú te habías dado cuenta y por eso no dije nada. No sabía que tenías más… y que seguías utilizándolas.

No se había movido de la posición, con el flequillo y el pelo ocultando gran parte de su rostro. Seguía sintiéndose culpable.

Saiko se queda sorprendido y en silencio durante unos segundos, para luego levantarse y acercarse a ti con paso ligero, levantando tu cabeza con suavidad.- No pasa nada...No,no pidas perdón...Si te refieres aquella vez cuando las tomamos viendo la tele...Solo recuerdo que me quede dormido y tuve un sueñ...-Saiko se pone muy rojo.-...Bueno hemos visto de todo...Y creo que esto es lo más "normal" y humano que puedes oír...De ese día, solo recuerdo que me quede dormido poco después de probar la golosina...Y tuve un sue-sueño erótico contigo Kid...-Aprieta los puños avergonzado.- Hideki-San...A lo de "aquello"...Te refieres que...¿Ocurrió algo que no recuerdo?...O quizás...-Hinata te mira ruborizado y con los ojos abiertos como platos.

Hideki se retiró un poco cuando le tocó.

- No fue un sueño -dijo apartando los ojos de él.

Saltaba a la vista que no se sentía nada cómodo hablando de eso. Saltaba a la vista… para ser Hideki, vaya. Pero alguien observador como Saiko seguro que podía verlo a la perfección.

Saiko te mira con los ojos abiertos como platos, abre la boca para decir algo pero de ella no salen palabras. El chico no es una persona que se quedará sin nada que decir tan fácilmente, pero esto le había ocasionado una macedonia de emociones que no estaba teniendo muy buen sabor.- Entonces...Era por eso...Por eso estabas tan distante conmigo...-Saiko mira al suelo con cara triste, era la primera vez que le veías esa expresión.-...No me dijiste nada...Solo quisiste hacer como...Si nada hubiera ocurrido...Entiendo...-Se da la vuelta y se sienta en el sofá de nuevo.- No ha pasado nada y...Ya esta...Tendremos que olvidarnos de eso...Al igual que tu olvidaste llamarme por mi nombre...-El joven sonríe con pena y mira de forma sombría al suelo, apoyando su cara en sus dos manos tapandosela y guardando silencio.

- También tú actuaste como si no hubiera ocurrido, así que pensé que sabías qué había pasado y que ninguno queríamos hablar de ello -intentó excusarse- Y… lo otro era por respeto. Como nos… fuimos distanciando…

Ahora sólo esperaba que no se pusiera a pensar en ese día y recordara el episodio de la enfermería… y lo conectara con todo lo que no estaba preparado para decirle a nadie.

Saiko alza de nuevo la mirada y te mira a los ojos para hablarte.-Actúe como si nada hubiera ocurrido porque pensaba que era un sueño...Y no un...Una acción producidas por drogas...Es com...Un momento...-Saiko se levanta con los ojos abiertos como platos, y poco a poco su expresión se vuelve entre una mezcla del más absoluto terror y ira.-No puede ser...El...-La puerta se abre y silencia a Saiko quien mira con sobresalto a quienes entran por la puerta.-Perdón por la espera señoritos, aquí tenéis al señor y Líder de la Resistencia de Pandora contra Folcrox..."El Jefe".

Un hombre un poco más alto que Sebastian entra en la sala. Es rubio con una melena bien cuidada que le tapa parcialmente los ojos, teniendo una cicatriz en el derecho que estaba medio disimulado por el flequillo.-Gracias por venir aquí y confiar en Sebastian chicos, es un honor.-Su voz era segura y cálida.-Soy el líder de Pandora, aquel al que llaman, "El Jefe".

Cuando se dio cuenta de que había hablado de más, ya era tarde. Volvió a apartar la mirada de él y la puerta se abrió como una puerta a un cielo de salvación… momentánea. Porque seguro que la conversación volvería antes o después.

Se quedó mirando en silencio a los dos hombres pero fijándose especialmente en el que todavía no conocía. Toda esa parafernalia respetuosa empezaba a ponerle muy nervioso. ¿Cómo que un honor? Si sólo eran dos chicos de institutos atrapados en un problema que era evidente que les venía grande. Y luego estaba lo de que no se presentara utilizando su nombre… Decidió que mejor esperaría a ver qué quería de ellos.

El Jefe se sienta,y os saluda gentilmente con una reverencia amable.- Por favor sentaos, tenemos conversación para rato...Sebastian por favor, trae algo de comer y algo de beber, sirvete para ti también.-Sebastian hace una reverencia y va un armario del fondo. La presencia respetuosa de el "jefe" casi te obliga a sentarte, al igual que Saiko quien mira con desconfianza al hombre rubio.

-Bien...Se que tendréis muchas y muchas dudas...Sebastian ya me ha comentado todo lo que ya os ha explicado, podéis preguntarme todo lo que queráis...Es el momento de que conozcáis la verdad...-Dice con un tono respetuoso y a la vez determinado.-Ah, por cierto, tomen el teléfono, cuando quieran pueden llamar al Detective.-El Jefe da a Hinata un móvil, y te mira atónito sin decir nada.

Saiko guarda silencio y te mira, esperando que tu preguntes primero.

Hideki se sentó. Ciertamente parecía decidido a no darles un nombre de verdad. Bien, en ese caso tampoco tenía por qué intentar ser educado.

- ¿Cuándo podremos volver a nuestras casas?

Jefe resopla y mira a Sebastian de reojo.- Pronto Kido-Kun...Cuando podamos encontraros un sitio seguro donde estar...Pronto acordaremos un trato con el Detective, y os buscaremos otro emplazamiento...Pero para vosotros hay pocos sitios donde poder echar una cabezada sin tener miedo chicos...Excepto este.-Saiko le responde alterado.

-Claro y que mas, ¿cuantos trucos piensas utilizar?, ¿pretendes que nos fiemos de ti y ni siquiera nos das tu nombre?, parece que sabes todo de nosotros, !pero nosotros de ti nada!.-Hinata se levanta lleno de furia y apretando los puños, mirando con el ceño fruncido al jefe, quien le mira fijamente. Sebastian se acerca de repente.- A ellos no, ¿verdad señor?.-Dice el mayordomo con una mirada extraña, Jefe suspira.-No...A ellos no...Además el chaval tiene razón...Veo que tienes coraje, tal como me contaron...Sin el, no hubierais llegado tan lejos...Mi nombre es Mark Spencer, soy el Líder de esta organización al semi-margen de la ley, que busca la destrucción de Folcrox...Y si me preguntáis si tengo relación con Carter, la respuesta es si...De pequeños eramos...Mejores amigos...-Mira al suelo con una mezcla de Nostalgia y pena, Saiko viendo esa mirada, se arrepiente de su reacción y se sienta.

No había entendido su pregunta o no había querido entenderla. ÉL quería saber cuándo iba a terminar todo eso, cuándo podría volver a su casa, la de sus padres, cuándo podría volver a ir a clase o cuándo podría dejar de vivir con miedo. Lo último no estaba seguro de que pudiera ocurrir... pero el resto para empezar, estaría bien.

En vez de responderle había empezado a soltar toda esa sarta de tonterías de que si allí sí estarían seguros... más de lo mismo que había escuchado ya cuando la policía les alojó en el hotel del puerto. Seguro que también les prometían que le atraparían y todo acabaría pronto. Pamplinas...

Por supuesto, "el jefe" tenía que decir su nombre. Siempre tenía que salir por alguna parte y cada vez que lo escuchaba, le dolía. De alguna forma le hacía revivir todo, por muchos esfuerzos que pusiera en apartarlo de su cabeza.

- Si no tienen reparos en matar personas, ¿por qué no les han volado los sesos ya a todos? Y no diga que porque no saben dónde encontrarles porque su amigo está bastante localizable en estos momentos.

Y encontrar al resto tampoco debería ser tan complicado si se hacían pasar por una enorme industria farmacéutica.

-¿Que porque?.- Mark parece ofendido.-Porque nosotros matamos por Justicia, para defender o para defendernos, si hubieramos tenido reparos en matar ahora no estaríais aquí con nosotros señor Kido, ¿usted cree que es fácil?, ¿cree que para mi es fácil mandar a matar sabiendo que puedo perder a camaradas que también podrían ser asesinados?.-El hombre se levanta y se dirige a una ventana, suspirando. Saiko aprieta los puños y le mira atentamente, como en guardia.-Si todo terminará volando la cabeza de Carter Evans, Sebastian lo habría hecho hace años,cuando tuvo la oportunidad.- Sebastian guarda silencio.

-¿Y que hay mas alla?.-Dijo Saiko dubitativo.

-Una guerra chico...Pronto habrá una guerra de la que ni el mundo será conocedor...Una lucha por la liberación del control invisible de Folcrox sobre el Sistema...

Apartó la mirada de él con su respuesta. De echo sí creía que debía ser bastante fácil dejar que te hicieran el trabajo sucio mientras te quedabas sentado en tu fortaleza oculta. Cuando se levantó volvió a prestarle atención, maldiciéndole interiormente por la nueva mención del profesor.

- Digamos que no nos interesara esa guerra. ¿Cuándo piensan terminar con todo? No sé si se ha dado cuenta pero sólo somos alumnos de instituto.

-¿Quieres que te lleve a casa de tus padres y que los maten a ellos también?, ¿no ves que quieren mataros?, nadie estamos completamente a salvo hasta que todo termine...Por eso os necesitamos...- Dice el jefe suspirando.

-Qu....¿Que quiere de nosotros?.-Dice saiko seriamente.

-...Quiero que preguntéis todo lo que queráis, que sepáis la historia...Que sepáis lo que ocurre...Y que nos ayudéis a terminar con esto...

Se cruzó de brazos molesto. Toda la historia esa empezaba a darle muy igual. Sólo quería terminar de una vez.

- ¿Y qué espera que podamos hacer?

-Vosotros sois más importantes de lo que creéis, sois dos jóvenes que se han enfrentado aunque sea sin querer a una gran organización criminal...Sea por suerte o por destino, habéis conseguido que uno de los líderes este bajo juicio, ahora centenas de personas están siendo juzgadas y castigadas por los únicos jueces buenos que quedan...Habéis iniciado la mecha del cambio, ahora sois el ejemplo a seguir de la organización Pandora...El Símbolo de que, las cosas pueden cambiar.-Decía el jefe con una sonrisa.

Saiko lo miro atónito.-¿Nos esta diciendo que somos su símbolo?.

-Algo mucho mayor...-Dijo Mark.-Sois los Héroes de la Revolución, vuestras acciones han provocado que la moral este más alta que nunca, que todas las sedes de Pandora estén más unidas,  que el el temido Carter Evans ahora este a las puertas de la cárcel...Es el momento decisivo chicos...Cuando todo esto acabe...Os aseguro que podréis recuperar vuestras vidas...Pero necesito que nos ayudeis, que seáis el faro de la organización en estos tiempos...Ayudadnos a acabar con Folcrox.

- ¡Deje de decir su maldito nombre! -se sorprendió gritando de pronto.

Asustado, agachó la cabeza vergonzado. Había sido algo tan involuntario y fuera de lugar...

- Sigue... sin haber respondido a mi pregunta.