Partida Rol por web

Es un miércoles cualquiera en vuestras vidas, habéis acudido a clase con normalidad, hablado con vuestros amigos en los descansos y el resto de actividades cotidianas que soléis hacer en la escuela... Pero algo diferente sucedía hoy, empezabais un curso de educación sexual, exigido no solo por padres si no por el estado, para evitar embarazos no deseados y la extensión de enfermedades de transmisión sexual.

Todos los alumnos de los dos últimos cursos, independientemente de su tipo de especialidad elegida (ciencias, artes o letras), se reunieron en aquella clase que ahora debían dar con regularidad durante varios días a la semana, empezando hoy.

Hola alumnos, bienvenidos a a la clase de Educación Sexual. Mi nombre es Erica Green y trabajo en el hospital, pero de forma excepcional y por petición popular, he venido aquí como voluntaria para impartir esta clase. - suspiró, no se la veía muy motivada. - Vamos a empezar con lo más básico de todo, los condones. Nos sirven para evitar tanto embarazos como enfermedades de transmisión sexual, se ponen al rededor del pene del hombre, recubriéndolo en su totalidad. - sacó un pene de plástico, además de un profiláctico. - Vamos a ver como se pone... ¿Algún voluntario?

¡Qué salga Eleanor! Después de todo, tiene mucha experiencia, os lo aseguro. - comentó con un tono pícaro, intentando causar alguna risa tonta.

Eleanor Rigby Cole ¿eh? - levantó una ceja y sonrió levemente. - Está bien, pero me gustaría también que compartiera su experiencia de primera mano con alguien que no tenga ni idea... - señaló con el dedo a James. - Tú, chavalín, ven aquí, que te enseñe Eleanor como poner la gomita.

Las hermanas Cole no tardaron en darse cuenta de que aquella tipa, trabajaba con su padre y seguramente algún lío tendría con él, pues no era normal que una profesora tuviera tanta tirria por unas alumnas que no conoce de nada.

Ataviada con un top negro, falda y medias a los muslos del mismo color, estoy allí haciendo acto de presencia a lo que sería una supuesta clase de Educación Sexual. Lo curioso de todo esto, no es el hecho de estar allí, sino el sarcasmo que tienen los directivos de esta escuela en intentar concientizar a unos jóvenes que tienen más polvo que una calle de tierra. 

Sentada junto a mi hermana mantengo la mirada hacia delante pero sin mirar nada en particular, me pone nerviosa tanta congregación de gente y como esto puede dar a una broma de las lindas cuando el primero abra la boca. La mujer que estará a cargo de ello la conozco, y me hace fruncir el ceño en cuestión de segundos, pero lo peor no es el hecho de aprender a poner un condón, que aquí la mayoría da clases magistrales, sino como mi ex interviene para dejarme expuesta. 

Nerviosa a más no poder, intento hacerme pequeña en el asiento mientras espero que no me llamen al frente y pues, para mí desgracia, eso sucede. Son muchos los infiernos que he pasado por él y no es plan, que justamente esa persona me haga esto, es demasiado cruel, no lo tolero. Así que haciendo acto de fuerza de voluntad, me incorporo sin mirar a nadie en especial, pensando que mi contestación seguramente me llevará a la Detención, y pues, lo paso mejor allí. 

- No soy la persona idónea para ello, pero quizás alguna de las chicas presentes que ya tiene su largo recorrido sexual, puedan ofrecer una mejor practicidad que la mía. - digo al negarme, con descaro y en un tono que parece al borde de quebrarse, aunque se esconde detrás de ello una fortaleza que ni siquiera reconozco. - Todos saben que los deportistas son muy activos, que mejor ellos. Tienen experiencia en joder a las chicas, y dejarlas tiradas. - termino por decir y regreso a mi asiento, total, la Detención es lo mejor que me puede pasar ahora. 

¿Educación sexual a estas alturas? Si lo llego a saber me hubiese quedado fuera bebiendo algo o directamente quedarme en casa que después de pasarme con la bebida anoche la cabeza aun me retumbaba como si tuviese a la banda del instituto dentro aporreando cualquier cosa que tuviesen a mano.

Hoy he tomado la decisión de venir con mi polo deportivo, quería poder salir luego a hacer algo de deporte y eso agilizaría las cosas sin tener que volver a casa a cambiarme. Además de llevar mis gafas de sol que aunque no siempre eran por cumplir su función sé que me quedan de lujo y que coño, me gusta sentirme bien conmigo mismo de vez en cuando. Bueno en realidad siempre.

Cuando escucho los comentarios de George hacia Eleanor no puedo quedarme callado. - George, no seas gilipollas anda. Y no culpes de tu torpeza en esos asuntos a nadie y que ni ponerte un condón sepas. - miro entonces a Eleanor buscando su mirada pero ella se adelanta a hablar y cuando acaba intento salir al paso. - Señora Green, no creo que sacar a nadie que proponga otro de esa manera o que fuerces a salir a otro sea algo muy convenido en estos temas. Yo me ofrezco voluntario si lo desea. - estos temas me crispan un poco pero será mejor que este trago pase cuanto antes y que al menos nadie salga perjudicado de todo esto.

El modelito del día era perfecto, para no variar. Aireé el andar con una mirada por encima del hombro a todo ser o retorcido engendro que osara pasar por mi lado. Mis reclutas iban custodiándome, por favor, como de costumbre. –¿Y tú qué miras, zorra?- dije, (sin ni siquiera pararme) a una alumna que había osado fijarse en mis mocasines de color camel.

Con gesto de reina continué y me acerqué a la clase. Un poco de asco me hizo parar ante la puerta –hay que tener la pituitaria anestesiada para soportar esto- el olor a tanta gente se hacía notar en aquella cuadrada estancia. Pero había que entrar para “culturizarme”, así que me fui al mejor asiento y, mi fiel  Sophie, apartó la silla para que yo pudiera sentarme. Ciertamente, por muy estúpidas que fueran el séquito de chicas que me admiraban, me aligeraban el trabajo obrero.

“Educación sexual”, ese era el tema. Claramente me era indiferente, pero podría dar para una larga semana de cotilleos y chismes. Una risa de medio lado se formó en mi rostro cuando presencié la escena de Eleaonor.

Me acomodé en la silla (si es que a aquel tablón verde sin ningún cojín se le podía llamar así) y llevé la mano hacia mi cara, dejándola a una buena distancia, a modo de simple espectadora. Como animadora intervendría en el momento oportuno, pero el circo que se podría montar por sí sólo pintaba entretenido. ¿Quién se levantaría para poner…aquello? –Es que nunca piensas en nada Sophie- comenté con mi chirriante y aguda voz tratando de disimularla, o no, sólo un poco -¿y las palomitas? ¡siempre te lo tengo que pedir todo! ¡proactividad chica, proactividad!- concluí fijándome ahora en la propuesta de Seth.

Anoche no dormí, pasé la noche en vela y eso se nota en mis ojeras. Por suerte otras ocupan mejor la mirada que yo, y aunque no me termino de acostumbrar a pasar desapercibida tengo que confesar que es un alivio no levantarme una hora y media antes para maquillarme, escoger ropa, escoger la mochila a juego, el perfume y todos los complementos. Ahora visto sin escotes ni atuendos que atraigan miradas. Algo sencillo y discreto por some comodidad.

Esta mañana, al levantarme bastante apurada y lavarme la cara con agua fría, pensé, tengo que tapar estás ojeras, inmediatamente algo en mi mente que ha adquirido una asertividad inusitada, me dijo, qué pereza, ve así, qué más da. No estás perfecta pero tampoco lo necesitas. Me sonreí con sinceridad y me fui a por la mochila.

Al llegar a clase veo los carteles sobre educación sexual y enarco una ceja. Se me había olvidado, iba a darme media vuelta y escaquearme, un café calentito en un Starbucks suena mucho mejor, pero... Un momento, adultos intentando no pronunciar palabras soeces forzados a educar sexualmente a gente que tiene satisfyer y sabe usarlo. Esto no me lo pierdo yo. A un paso de volver a abrir la puerta principal en dirección contraria, me doy la vuelta.

Buscola última fila, cerca de la ventana.

Erica Green y el enorme pene atraen mi atención dispersa y me hacen sonreír de medio lado, espérate que esto promete. Esa mujer ya me cae bien y a penas ha pronunciado un puñado de palabras.

Eleanor responde fuerte y ácida al mismo tiempo, aunque su bonito gesto de dulzura perpetua suavice sus palabras de manera natural.

Al llegar Emily Decidio sentarse en uno de los asientos que quedaban al fondo del aula, ella vestia una atuendo bastante casual que contaba con una camiseta, unos jeans y unas converse.

Siendo realmente sincera lo unico que queria es que esto se acabara lo antes posible, ¿Esto es ENSERIO?¿ Educacion sexual? ¿de quien habra sido la brillante idea? ahora todos vamos a fingir que somos Jovencillos virjinales y puros? esta situacion le parecia una reverenda estupidez.

Seguia refunfuñando para sus adentros cuando fue interrumpida por la que podria ser la frase mas estupida del dia y dicha por una de las personas mas estupidas, George Hamilton. No lo conocia especialmente, mejor dicho nisiquiera lo conocia pero tampoco es como si necesitara conocerlo tenia una pinta de idiota total.

Emily al escuchar lo que George dijo se contuvo y solo puso los ojos en blanco y susurro con desden.

-Que idiota...

Proximo a eso espero ver, aunque sea pequeña, una expresion de desaprobacion de parte de la Señora Green. Pero no, nada antes al contrario. ESA BRUJA ESTABA DE ACUERDO CON LO QUE ESTABA PASANDO?!? definitivamente George no era el unico idiota presente en esta aula.

Luego Emily simplemente Observo la reaccion de Seth y como se ofrecio como voluntario, Ella decidio solo recostarse contra el espaldar de su asiento y permitir que prosiguiera esta funcion de circo.

Nathan estaba distraído mirando hacia la ventana, observando el reflejo en el cristal.

El joven estaba cómodamente sentado, sus manos apoyadas tras la cabeza y las piernas estiradas. Demostraba con su actitud que pasaba de estar allí.

Nathan sonrió cuando Seth se ofreció voluntario. -Seth demuéstranos tus habilidades. "Animo" a su compañero. -Seth. Seth. Seth. Coreo intentando que alguien más se sumase.

Cuanto antes alguien saliera e hiciera la demostración antes podrían irse.

Las reglas de las escuela me obligaban a vestir menos "llamativa" cuando estaba en el área escolar. Una imbecilidad e hipocresía, si en cambio permitían llevar abrigos de piel de zorro a las versiones femeninas de dicho animal. Ejemplo, Madison Montgomery. Curiosamente, sin embargo, eso no era lo más molesto del día. Hacer una clase sobre Educación Sexual en este nivel era el equivalente a querer enseñar a recortar formas a niños de tercer grado: seguro había uno o dos que se salían de la línea pero todos ya había metido los dedos en los huecos de la tijera alguna vez.

Me puse un audifono en mi oreja pretendiendo que escuchaba música, y me subí la capucha de mi chaqueta sobre la cabeza, dispuesta a dar una cabeceada durante la "clase magistral" de la que tendría que ser parte durante a saber cuantos dias. Resultó ser que también el curso de Eleanor estaría viendo la clase, por lo que en vez de estar sentada en un rincón estaría con mi hermana y su amiguito. La nueva profesora parecía haber salido de alguna porno XX, por lo que simplemente rodé mis ojos y me recosté en mi asiento.

En ese momento oí al imbecil de Hamilton mentar a mi hermana, y vi como enseguida la tipa llamaba a Eleanor por su nombre completo. Joder... Gracias, papá. Esta clase no sólo iba a ser un incordio, sino que además no íbamos poder escaparnos porque la profesora Green nos conocía por nombre. Mi hermana se defendió por si sola, buscándose que la suspendieran. Pensé en soltar también un comentario mordaz hacia Hamilton, cuando Seth me quitó las palabras de la boca. Además, se estaba ofreciendo para tomar el lugar de Eleanor en la demostración.

Rodé los ojos, escuchando el canto de animo de Nathan. Y luego se preguntan de donde saca la gente que son maricones... Preferí cruzarme de brazos, y fijar mi mirada intensamente en el cuello de Hamilton. Si las miradas mataran...

Sentado como siempre en la última fila, en una de las butacas centrales, Taylor se reclinó sobre su asiento. Mark se debatía entre pasar de la clase o quedarse. Lo primero más por costumbre que otra cosa, ya que una clase de Educación Sexual prometía risas y diversión. No entendía por qué algunos alumnos estaban nerviosos, o incómodos. Después de todo, las risitas y burlas cuánto durarían, ¿una hora? Después todo volvería a lo aburrido de siempre. Soporíferos profesores dando soporíferas clases... ¿Pero era por costumbre realmente el querer marcharse? No, aunque trataba de ignorarlo, una parte de él quería irse también. Por fortuna, era una parte muy pequeñita.

Cuando Seth se ofreció voluntario, y uno de los 'activos' deportistas empezó a animarle, Mark se sumó a los coreos, golpeando la mesa cada vez. Todo lo que fuera hacer ruído, perfecto. Además, así se disipaba un poco la atención sobre la chica que se había negado, que parecía agobiada. El bueno de Seth siempre al rescate de todos ¿eh? Era un poco como el reflejo literalmente opuesto de la cabrona de Madison. Ojalá la follara un pene de plástico sin condón.

Por su parte Morat se encontraba distraído en sus pensamientos, a fin de cuentas, nada de eso iba consigo, el ya sabía hacer esas cosas; pues Londres estaba al lado de Francia y los Franceses eran personas fogosas, y cobardes, malditos franceses que hablan con las Baguettes y se ríen con "Hon Hon Hon..." sin lugar a dudas se creen muy guays con los mimos, los trajes a rayas, las boinas y los bigotes de pedófilo... ¡Pero ellos jamás tendrán lo que tienen los Ingleses!. ¡Un reloj gordete en forma de pene! ¡Una Reina centenaria! ¡Y al Monstruo del Lago Ness!. Que sí, que eso también es de Inglaterra, por mucho que digan los escoceses... Maldita panda de barbaros que cuando tienen una patata en las manos no saben qué hacer con ella, si comerla o si fermentarla... ¡No entiendo como aún no han sido diezmados hace años!. ¡Folla Ovejas!. Oh, si, hablando de follar ovejas, esta clase era sobre eso, o algo así... Morat seguía sin prestar atención.

Tessa estaba aburrida.

Tenía dieciséis y, aunque no había tenido muchas relaciones a lo largo de su vida, consideraba que a esa edad ya todos los asistentes al curso de Eduación Sexual eran un poco grandecitos como para recibir aquel tipo de clases. No creía que hubiera nada que pudieran enseñarle en ese curso que no supieran ya. Por eso, había aprovechado ponerse un auricular en la oreja izquierda, escuchando música mientras fingía atender a la clase.

No le pasó desapercibido que Erica, la mujer que les impartiría la clase no era mucho mayor que ellos y no se la veía muy motivada. De entrada, Erica le había pedido a su amiga Eleanor que fuera ella la que se ocupase de enseñar a poner el condón delante de toda la clase, a lo que la chica se había negado, mientras que Seth Summers se había ofrecido voluntario.

-Señorita Green, ¿por qué necesita voluntarios? -preguntó Tessa, fingiendo inocencia, mientras se descolgaba el auricular de forma disimulada-. Es usted mayor que nosotros y seguro que con más experiencia. Seguro que le sale mejor...

James, el más aplicado del curso, se sentó en su asiento, dejó su mochila a un lado y sacó un cuaderno, bolígrafos y rotuladores y los dejó encima del pupitre alineados perfectamente, uno al lado del otro.

Estaba preparado para tomar sus famosos apuntes. Jimmy te podía parecer un rarito, un cerebrito, un nerd o todo lo anterior a la vez, pero si eras mínimamente inteligente, te encargabas de hacerle la pelota lo suficiente como para hacerte con una copia de sus resúmenes antes de los exámenes.

Al escuchar "Educación sexual", se puso rojo como un tomate... pero respiró hondo y comenzó escribiendo el título en grande: "Educación Sexual (teoría)".

Cuando James escuchó el reclamo de la voluntaria, soltó el bolígrafo torpemente sobre la mesa, y se levantó de su sitio. Al fin y al cabo, era una nueva ocasión para sumar puntos extra, y eso, era algo que se anteponía a sus inseguridades y la posibilidad de hacer el ridículo ante toda la clase:

- Disculpe... - Dijo James con voz temblorosa. - ¿Qué se supone que debo hacer ahora, señorita Green?

La señorita Green ignoró la mayoría de comentarios, pues tampoco podía estar atenta a todo en clase, sin embargo si que decidió responder a algunos comentarios. - Está bien, está bien, quédate ahí Eleanor, después de todo soy una voluntaria y no puedo obligar a nadie a salir aquí. _Ojalá... - susurró al final de manera casi imperceptible.

James salió enseguida, como se esperaría de un alumno aplicado como él lo era, pero pronto preguntó sus dudas. - Bueno, aprovechando para responder a la señorita... Cómo se llame. - dijo señalando a Tessa. - Si bien podría enseñaros por propia experiencia hasta a ponerlo usando la boca, la escuela me obliga a ver con mis propios ojos como al menos un alumno o alumna, es capaz de hacerlo. Después de todo si lo hago yo, pero vosotros no lo practicáis, la clase no sirve de nada. - suspiró, parecía bastante harta de la clase y eso que acababa de empezar.

Ya que parece que hay un tal Seth que se ha ofrecido voluntario y toda la clase lo vitorea, adelante Seth, muestra a toda la clase como pones un condón en este pedazo de pene. Eso sí, hazlo despacio y explicándoselo al primer voluntario. _{Estos vírgenes...} - volvió a susurrar, esta vez con una sonrisa bastante falta tras terminar de hablar. Un amor de persona vuestra profesora voluntaria.

Observo de reojo la reacción de la pobre Sophie, que desde que yo ya no llevo los pompones es la inseparable de Madison, saludo a la rubia con una sonrisa que creo que ha pasado desapercibida con tanta novedad. Nathan aburrido, intenta amenizar la clase vitoreando al voluntario.

El resto por lo general se queda callado mirando con intriga a nuestra extraña y nada correcta profesora. Solo el comentario de Tessa añade coherencia a todo esto.

Y ahora es cuando… ah, no… espera, James, se me había olvidado. Frunzo el ceño en un gesto de compasión. Por suerte para él la rubia con descaro suficiente para hacer que nos la imaginemos poniéndole un preservativo con la boca a semejante nabo, deshecha a James y se centra en Seth, que sin duda, sabrá ponerlo perfectamente.

Inspiro, expiro... algunos comentarios se me aglutinan en la garganta, también preguntas que de seguro animarían la charla y harían que la profe soltara la lengua pero no pienso añadir nada de nada. Voy a estar calladita, reclinarme en el asiento y mirar con curiosidad a la señorita Green.

El falo, siempre ese maldito gran protagonista, deberían enseñarles donde encontrar el maldito clítoris, entre los que lo pulsan como si fuera el botón del mando sin pilas, y los que parecen topos intentando encontrarlo sin éxito… ¡Chico! Si no suena como un pastor alemán bebiendo agua, no lo estás haciendo bien. ¿No te das cuenta? En fin, volvamos a los falos, o no, ¿tendrá alguna vagina de plástico también? Me fijo en si lleva alguna maletita. 

- Joder!! - me había quedado dormido y no era ni medio día aún, la fiesta de la noche anterior pasaba factura y solo unos golpes que no sabía a cuento de qué venían habían conseguido despertarme, menos mal que siempre me gusta sentarme en las últimas filas y así poder dar alguna cabezadita entre rollos educativos.

Cuando vuelvo a la realidad observo a Seth y Jimmy frente a un enorme pene de plástico - Lol - se me escapó en una sonrísa, aquello podría ser interesante y divertido.

Aquella voluntaria que parecía sacada de una caja barbie y no se veía muy motivada con la charla sexual, los observaba con mirada apática y sonrísa espuria, como iba a estarlo con aquel tema ante jovenes de una media de 17 años de los cuales el 98% ya habíamos mantenido alguna o varias relaciones del tipo.

La mañana prometía y luego nos podríamos pegar unas buenas risas comentando la charla.

Tras que la señorita Green me de el visto bueno y a puesto a Jimmy junto a ella para el asunto me levanto y a la vez que escucho los vitores muevo mis brazos de arriba a abajo para motivar esos ánimos y cuando estoy junto a Jimmy hago el gesto que suelo hacer cuando entra uno de mis triples. Simulo un step back y luego el tiro a canasta, que entra y levanto los dedos formando dos OK con ellos. Miro entonces a Nathan y sonrío para recordar como en el último partido metí uno más que él.

- Está bien - digo ahora mirando a Jimmy y recobrando la compostura mientras agarro el falo de plástico y el condón. - Estos es simple, tío. Lo abres con cuidado ¿vale? - rasgo el borde por la marcas dentadas y dejo que salga un poco el profiláctico. - Luego colocas bien tu pene, tiene que estar bien duro tío, como cuando piensas en Mia Khalifa o en las alumnas de último curso. - lo miro a ver como reacciona mientras coloco el aparato entre mis piernas. - Bien duro, repito. Y coges el condón, con cuidado, que a veces vas emocionado y claro... Cosas que pasan. - coloco el borde del condón dejando el depósito hacia fuera. - En esta posición agarras con cuidado la punta ¿sí? y luego pues vas deslizando con cuidado con la otra mano haciendo que deslice por todo el pene hasta que llegues a la base, asegúrate que luego vienen los sustos. - veo como mi obra ha sido hecha con precisión y simulo un par de movimientos de cadera. - Y así, es sencillo, colocar, deslizar. Aunque esto es la teoría, en pleno calentón lo colocas como buenamente puedas. Eso es así ¿O no señorita Green? - miro entonces a la mujer, jugando aun con el pene de mentira entre mis piernas.