Partida Rol por web

Mark llega al motel sin ningún inconveniente.

Mary llegó al motel, a penas recibió el mensaje.

Tan pronto vio que era ella la que llamaba, abrió la puerta y le hizo un gesto para que entrara. "¿Te han seguido?" preguntó de inmediato. Movió una silla para ella y él se sentó en otra enfrente, a la que había girado para apoyarse sobre el mismo con los brazos sobre el respaldar. Se quedó mirándola entonces, con gesto serio. "Siéntate. Hablemos. ¿Qué mierdas te ha pasado esta semana para que hayan 'dejado de hacer efecto'?" movió las manos con gesto de ponerle comillas a aquella frase.

Había avanzado rápido para llegar allí, pero intentando no parecer demasiado apurada. Estaba bastante segura que no me habían seguido, mi hermana no estaba en el instituto cuando salí, y ella era la que más posibilidades tenía de notarme extraña. Para el resto ya era extraña.

Toqué la ventana de la habitación indicada y cuando encaré a Mark, me limité a asentir. Pasé y tomé asiento en la silla, inclinándome hacia adelante para apoyar mis brazos en mis rodillas, moviendo un pie nerviosamente. -No sé. No sé si ha sido un cambio repentino, pero ya no funcionan igual.- Dije, volviendo a atacar la pintura de uñas de mi pulgar, esta vez con el otro pulgar. -Ya van un par de semanas, desde las últimas dosis. Mierda, ¿el cuerpo se puede inmunizar así de repente?- Pregunté. -Me sigues dando lo mismo, ¿no?- Casi tres años de pastillas, no habría una razón para que me quisiera joder de esta manera...

"No, no se inmuniza así de repente." negó con la cabeza. "Lo que te estoy pasando son pastillas para esto..." se dió dos toquecitos en la cabeza con el índice. "Llevamos unos años ya así, Mary..." se llevó las dos manos al rostro en gesto estresado. "Tú ganabas, yo ganaba... ¿qué coño ha pasado?" ¿Por qué tenía que romper lo que ya funcionaba? ¿Por qué todo el mundo últimamente cambiaba? Incluso él estaba cambiando, y todavía no sabía si le terminaba de gustar ablandarse tanto. "Algo te ha pasado aquí." señaló la cabeza. "Algo estresante. Y no es el asesino, porque me avisaste antes de que apareciera. Así que, ¿qué ha pasado?"

No se ofendió por la pregunta de Mary sobre si le seguía dando lo mismo por el mismo dinero, dando a entender que él había bajado la dosis. Le respondió a la pregunta negando con la cabeza. "No, no he sido yo. Así que una de dos, o es tu cabeza... o alguien te está robando. Dímelo tú."

-Joder, ¿que la culpa es mía entonces?- Solté, irritada, poniéndome de pie y comenzando a caminar de una lado a otro. Todo este estrés, que se iba acumulando poco a poco me estaba haciendo reventar contra quien tuviera cerca, mala suerte que fuera Mark. -Ayer me tomé dos. Mi hermana me dijo algo sobre Madison y mi padre.- Le solté. Ese podría haber sido el detonante, pero ya venía con demasiado estrés desde antes. -Tomé dos, y todo bien, pero ya antes de anochecer había pasado el efecto. Mierda, que antes duraban más...- Insistí una vez más.

Luego negué con la cabeza. -Nadie sabe que las tengo. Ni siquiera Ele.- Le aseguré, aunque no iba a hablar de anoche. Otro estrés agregado. -Quizás deba decirle... Quizás deba acabar ya con esto.- Volví a sentarme, llevando mis manos al cuello. -Parar. Joder.- Mierda, Mike. ¿Por qué tuviste que irte?

Mi móvil sonó y pegué un brinco en la silla. Revisé rápido. Vale, media hora. -Mark, ayúdame. Si paro ahora, voy a terminar cagándome en todo por la abstinencia, pero si sigo... Mierda.- Me humedecí los labios, antes de mirarlo. -¿Tienes contigo?-

Mark no perdía detalle de las expresiones faciales de Mary, y de sus gestos. ¿Estaba volviéndose más adicta o algo? ¿O le habrían robado? Porque si no era ella, si no era su culpa como tan ofendida lo aseguraba... ¿entonces quién fue? ¿Su hermana? ¿Su perro? Anda ya. Él, desde luego, le había vendido la misma cantidad de siempre. No, definitivamente era ella. Tenía algo en la cabeza, preocupaciones, estrés, miedo... algo que le hacía necesitar más de una para 'relajarse', porque la dosis habitual no le daba para tanta marcha que se traía. "Si tu única fuente de resiliencia son las drogas, si la única solución al estrés fuerte que tienes es meterte mierda en el cuerpo, ¿cuando entres en la Uni qué? ¿Vas a pasar a drogas mayores, Mary?"

Le preguntó mientras llevaba una mano en el bolsillo. Sacó un plastiquito con una única pastilla y se lo enseñó desde lejos, agitándolo. "Una pastilla extra ahora. Gratis. Invita la casa... pero habrá una menos la semana que viene. Y me pagarás la misma cantidad que siempre, el lote completo. Y en realidad no es gratis... no..." frunció el ceño y se cruzó de brazos. "Lo siento si te jode, pero tengo que cuidar de mis clientes. Si te mueres, o te echas a perder, me quedo sin fuente de ingresos. Te voy a ofrecer dos formas de pagarme:" levantó dos dedos de una mano y los fue bajando mientras presentaba las opciones:

"Uno: Te quedas aquí, aunque tengas prisa, y hablamos. Me cuentas tu aburrida vida. Me respondes lo que te he preguntado cuando llegaste, con sinceridad, sin mierdas. ¿Qué cojones ha pasado?"

"O bien, dos: puedes pagar y irte sin hablarme de tu vida jodida. No voy a obligarte. No hago esto porque me divierta." después de todo, ni siquiera eran amigos a fin de cuentas.

"Tú decides."

Si acaso, hacía esto por Mike.

Lo miré, alzando las cejas con incredulidad. -¿Cuando entre a donde?- Dije, antes de soltar una carcajada seca, sarcástica. -¿En serio crees que saldré alguna vez de este jodido pueblo? No me jodas.- Le dije, enojada, triste, ansiosa. -No tengo putas notas para optar por una pública, y primero mi padre se corta los huevos antes de pagarme un cupo universitario.- Cuando vi la pastilla, sentí como mi cuerpo se tensaba, mis ojos fijos en aquel punto blanco que representaba felicidad, paz, placer... Jadeé con la garganta seca, obligándome a apartar la mirada.

Cuando le escuché hacer aquellas preguntas entrecerré la mirada, entre sorprendida y confundida. ¿Por qué tanto puto interés? Coño, en tres años esta será, no se, la tercera o cuarta vez que hablamos de frente. Nuestro trato fue siempre por móvil. Me relamí los labios una vez más, antes de dejar la mirada fija en Mark. -Me he puesto a pensar Mark. ¿Qué mierda estoy haciendo con mi vida? No voy a salir de este jodido pueblo. A Brenda le dieron una beca por porrista. Eleanor tiene a Seth y sus riquisimos padres para que le ayuden a llegar lejos. Toby crecerá, y si hay realmente un jodido Dios allá arriba le irá muy bien. ¿Y yo qué? Un cero a la izquierda.- Me llevé las manos a la cabeza. -Mike me había dicho que me fuera con él, joder. Me lo dijo, y luego se fue. No me fui por imbécil, por... no sé, por pensar que mis hermanos me necesitaban. Pero ninguno me necesita. Nadie me necesita.-

Me levanté de un salto. -Y ahora hay un puto asesino que me deja las entrañas de la jodida puerca en mi casillero. Me cago en todo.- Dije, volviendo a pasear de un lado a otro, pero esta vez manteniendo mi mirada en Mark. El móvil vibró de nuevo. Joder Ele, ¿media hora para contestarme y ahora andas desesperada por hablar? Le escribí un mensaje rápido, de ella quedaba si me esperaban o no. No tardó en contestar, joder, y con un puto mensaje así. Esta vez le escribí enojada, y para el momento que le di "Enviar" ya me estaba arrepintiendo de lo escrito.

-Carajo.- Dije, derrumbándome en la silla, y ya sin poder evitarlo comencé a llorar. Lágrimas de frustración y de cansancio.

Bueno, su cliente al menos colaboró y decidió hablar. Total, la oferta era buena, droga gratis a cambio de una sesión de 'desahógate'. Y vaya si se desahogó. No le sorprendió mucho a Taylor lo que escuchó, después de todo Mary era parecida a él, un descarriado en la vida cuyo único amigo, Mike, se había ido a buscar precisamente una vida mejor, lejos de Anderson Creek. Y allí habían quedado ellos dos por inercia, vendiendole droga a ella y ella metiéndose. Y había sido perfecto ¿no? A Mark le gustaba que las cosas que funcionaban no cambiaran, que permanecieran en el estatus quo, sin importar mucho lo demás. Había encontrado una buena fuente de ingresos que le duró unos tres años, pero todas las cosas se terminan acabando. Él ya estaba en último curso, por ejemplo. Sus notas sí que daban para el corte de una pública pero... ¿de verdad le interesaba hacer eso? Con toda la venta de drogas se había hecho un buen negocio que le había permitido centrarse en otras cosas, pero tampoco había sido tan iluso como para pensar que el negocio le iba a durar para siempre.

Tres detalles del desahogo de Mary él no se esperó, simplemente por desconocimiento hacia su persona. La primera, era que sus notas no llegaban al corte. ...¿Por qué no pedirle a Jimmy los apuntes? Todo el mundo lo hacía, Jimmy hacía su propio negocio así. O también podría pedir un préstamo estudiantil de esos, que eran el pan y la mantequilla de los estudiantes norteamericanos. El segundo detalle eran las comparaciones. Ella, que iba de descastada de la sociedad como él, vistiendo de negro entero como él, casi medio gótica, resultaba que se torturaba comparándose una y otra vez a los demás, viendo cómo todos despegaban mientras ella quedaba en el mar, a la deriva por no tener un ancla, 'alguien que la necesitase'. ¿Y el tercer detalle? El más interesante: cierto asesino había dejado las entrañas de la cerda en su casillero.

Le volvió a sonar el móvil. Para no ser necesitada por nadie, bien que no paraba de sonarle el móvil... Respondió y se derrumbó, echando a llorar. Mark suspiró un gruñido de dolor. Se levantó de la silla, y se puso en cuclillas cerca de ella. "Nunca hagas caso a los que dicen que somos menos mujer o menos hombres por llorar. Llorar libera el estrés mejor que cualquier droga. Llorar nos hace más fuertes. ...¿Ne-necesitas...?" ¿un abrazo? gesticuló con los brazos.

Me sentía estúpida, y sin embargo, no podía ya parar. ¿Cuanto tiempo tenía sin llorar? No podía recordarlo, era más fácil meterme una puta pastilla cuando todo comenzaba caer en picada. Me tomó por sorpresa que Mark se acercara y me ofreciera un abrazo. Con los ojos rojos me le quedé mirando con una expresión de ¿Qué carajo?, pero luego, me abracé a él, con la frente apoyada en su hombro.

-La estoy cagando con Eleanor. Está enfadada conmigo y sé que tiene razón.- Digo en sollozos. -Joder, que ayer le rayé el puto ferrari al idiota de Seth sólo por estar colocada y que me pareció divertido hacerlo. Ahora está enfadada.- Me separé de Mark y me pasé la manga de mi suéter por el rostro, tratando de borrar las lágrimas. -Oye, no sé que cojones está pasando entre ustedes dos, pero... mierda.- ¿Era Mark ese "asunto" que le daba tanta prisa, al punto de preferir irse con él el resto de la tarde y la noche antes que hablar conmigo? Pensar en eso me hizo soltar una amarga risa entre el llanto. Porque en ese caso Mark también estaba llegando tarde a su "cita" con ella.

Le lanzó una mirada fulminante, la cual le dio un poco igual. Pero al final asintió y le abrazó. Mark no estaba nada seguro de lo que hacía, pero parecía que el abrazo le había sentado bien a la chica. -Guay, estás aprendiendo a ser humano y todo.- se felicitó con cierto sarcasmo Mark a si mismo en su mente. Tras separase del abrazo volvió a ponerse en cuclillas y dió un par de pasitos atrás para apartarse. "Eso es. Llorar refuerza la psique. De todas formas, si le vas a rayar el coche a alguien, que sea el de uno de los profesores." sonrió con malicia. "Aunque no negaré que Seth es un objetivo tentador. Yo le jodí una vez, pero el tío se lo tomó sorprendentemente bien... Así que ya me cae bien, ¿a ti no? A pesar de ser de los populares presumidos es guay. No sé, siempre puedes joder a Madison si no, la otra reina del cotarro. Los 'monarcas' necesitan de disidentes gamberros como nosotros para validarse. Yo las llamo, 'putadas simbióticas'. Pero en fin, por caerme bien, me cae bien hasta la capulla de Madison en realidad." Mark se encogió de hombros.

Sacó la bolsita de la pastilla y se la puso en los brazos, dándola por entregada. "Hazte un favor y haz las paces con tu herma-... ¿Qué?" se puso todo rojo cuando Mary soltó que no sabía qué cojones estaba pasando entre ellos, para luego soltar un taco dándose cuenta de que de hecho había o podía haber algo entre ellos. "Joder." ¿Era esto la famosa y temible 'intuición femenina'? ¿O es que Eleanor simplemente se lo había contado algo? "¿Ya te lo ha contado? Joder. Pero si apenas empezó ayer... uh... ¡Eh! ¡No te rías!" protestó un poco, aún enrojecido.

-Ya, Seth es guay.- Admití. -Por eso es que la cagué. Si no hubiera estado en pastillas en ese momento no hubiera hecho algo tan idiota.- Lo miré un poco incrédula por lo de que le cayera bien Madison. ¿En serio? Vaya. El momento en que me entregó la bolsa la abrí casi con desespero. Pero me contuve. Si me iba a ver con Ele mejor estar sobria del todo. Pero tenerlo a la mano me daba algo de paz.

-¿Contarme que?- Dije, viendo que Mark comenzaba a azorarse. Tardé un segundo en asociar su respuesta a mis palabras. -No me jodas. Te follas a Eleanor.- Esta vez lo miré con intensidad, sin reirme. -Joder. ¿La citaste aquí? Joder, joder...- Dije, limpiandome el rostro con el sueter, entrando en pánico. Volví a mirar a Mark. -Te follas a mi hermana. ¿Te follas a mi hermana?- 

"¡N-no!" Aquello quizás habría sido divertido de ver desde la distancia, con unas cuantas palomitas. Ver cómo dos adolescentes que jugaban a mafioso y cliente se ponían nerviosos por asuntos banales. Mark levantó ambas manos en gesto nervioso de que no había hecho nada, divertido, como si tuviera que justificarse ante su cliente. "¡No nos hemos citado aquí! ¡Y sólo nos hemos besado, ¿vale?!" exclamó. "¡Que solo nos hemos besado!" repitió. "A-además, ¿no tenías prisa? ¡Ya puedes irte! Ya tienes la pastilla extra que querías. Yo que tú intentaba aguantarme hasta el lúnes, que la semana que viene recibirás una menos..." dijo tratando de cambiar el tema.

Me le quedé mirando fijamente. Era la primera vez que veía a Mark nervioso por algo, y me dejó impactada. En otra situación sería hasta gracioso, pero no en este momento. Agarré mi bolso. -Bien. Como sea.- Dije, aunque me le quedé mirando aún unos segundos antes de dirigirme a la puerta. Sin embargo, antes de irme, volví a avanzar hacia él y le puse un dedo en el pecho. -Hazle daño a mi hermana y te juro que te hundo. ¿Me entiendes? Me entero que le rompes el corazón y le cuento que llevas drogándome tres años. Así que...- Dejé presionado mi índice en su pecho un segundo. -Eso.- Y esta vez sí salí de la habitación; miré el móvil una vez más y resoplé mientras cruzaba la puerta y empezaba a escribir.

No conocía a Mary lo suficiente como para saber si la amenaza era un farol o no. ¿De verdad sería capaz de admitir que llevaba drogándose ya tres años? ¿Cuánta confianza tenía con su hermana realmente, si todavía esta no sabía de ello? ¿De verdad se arriesgaría a poner en peligro su cómoda adicción por vengarla? ¿Y de dónde sacaría ella las drogas entonces? ¿De un camello de la calle que se las adulterara? No, él le había venido vendiendo calidad, sin adulterar, y siempre disponible. ¡Hasta con comprobaciones de si todo estaba bien! ¡Como la de aquel mismo momento! No, no encontraría a nadie mejor que él.

Mark no se tomó muy en serio la amenaza, primero porque Mary no le imponía ningún respeto. Segundo porque Eleanor Cole era la última persona a la que él haría daño jamás. "Heh." sonrió. "No te preocupes, yo a ella no le haría nada."

Eleanor fue capaz de seguir a su padre sin que este se diera cuenta de que estaba siendo seguido. Pero una vez llegó al motel, entró en una habitación y cerró las cortinas y la puerta con llave. Por mucho que Eleanor intentara abrir la puerta parecía que no había forma de entrar en esa habitación. Quizá fuera sensato esperar a fuera para ver quien entraba después que el padre.

Rápidamente al ver que mi Padre se metía en una habitación, decido luego de ver ingresar a quien sea que siga los pasos de de Jonathan rápidamente pido la de al lado y pago la misma. Está claro que me pegaría a las paredes para escuchar lo que sea que haga ahí, incluso si es un acto sexual o lo que fuese. Lo atraparía con las manos en el asunto y lo dejaría al descubierto. Se la tenía jurada, así que no lo dejará pasar. 

Eleanor llegó a la habitación de al lado... Entonces pudo escuchar como el agua de la ducha de esa habitación caía constantemente. Parece que se estaba dando un agua. De momento ni un solo ruido más.

Madison llegó al motel, fue a reunirse a la habitación donde solían quedar siempre, pero en esta ocasión la puerta de la habitación estaba entreabierta. Sin necesidad de entrar en la habitación, Madison pudo oír como corría el agua dentro de la estancia. Era probable que Jonathan estuviera en la ducha.