Partida Rol por web

Cuando Eleanor abrió los ojos nuevamente, se encontró encerrada en una especie de caja metálica. No tenía ningún tipo de herida, sin embargo no disponía de su móvil, ni de la navaja... Ni de nada en general.

Lo único que había allí era una cámara que la enfocaba directamente desde la tapa de su caja metálica. Estaba encendida.

Despierto de repente abro los ojos un tanto confusa, y descubro que estoy dentro de una caja de metal o eso parece, incluso por defecto busco o intento mirar si llevo algo puesto, ya sea ropa interior o el atuendo que tenía. No tardo demasiado en caer que estoy ante el mismísimo Ghostface, es que otra persona no va a venir a encerrarme así. 

- Ghosface. ¿Por qué? - pregunto nerviosa, sabiendo en que termina esto. - Haré lo que me pidas, si me dejas vivir. 

No tenía muchas esperanzas de ello, pero al menos miro la cámara con miedo, desesperación. No tenía a nadie que me salve esta vez de la muerte, una que he buscado tantas veces y me la han quitado. Ahora no creo que sea esta misma ocasión. ¿Había perdido las esperanzas? Posiblemente, aunque estaba dispuesta a hacer lo que sea. 

Ya sabes por qué estás aquí. - dio un par de toques en la caja. - Y lo importante ahora no es lo que puedas hacer... Si no lo que pueda hacer tu noviete. - la voz distorsionada sonaba alrededor de toda la caja metálica, era bastante estridente y molesta.

Le importas mucho ¿eh? Lo que le he mandado, no es nada, nada, nada fácil de hacer. - rió. - Pero si lo logra, habrá hecho un bien mayor.

- ¿Por qué la condescendencia hacia Madison? - pregunto un tanto intrigada. - Según tu mensaje, da la impresión de que estás haciendo justicia por ella. En mi defensa diré que jamás me he metido en su vida, no soy una rata traicionera y si vamos al caso, ella lo es por follarse a mi Padre. Explícame eso, al menos. - digo pensativa, buscando algo de claridad en un asesino, es ilógico si. Aún así siempre tienen un motivo. 

- Lo vas a arruinar... No sé merece eso. - respondo bajando la mirada. ¿Valía yo la pena para que alguien sea capaz de cualquier cosa por mi? Es algo que siempre lo he pensado, me siento algo insignificante, alguien que pese a tener gente a su alrededor, siempre buscó la soledad y la muerte. Pero ahora que está tan cerca, que incluso puedo saber que me tocará, siento miedo, y desazón. No quería que Mark se arruine más, era un precio caro. Muy caro. 

Votaste por ella ¿no? ¿Por qué lo hiciste? Porque creías que iba a matarla a ella, al igual que a Green. - comentó en un tono neutro, aburrido. - Porque ahora no me irás con que la votaste porque te caía muy bien ¿verdad?

Y Mark... Tiene una oportunidad de oro ahora, Eleanor. Solo necesita aprovecharla.

- No respondes a mi pregunta, evades la real respuesta. - respondo y sigo. - La he votado, porque creo que existe una justicia social en todo esto, y que si haces daño, te metes en dónde no te llaman, también debe tener una consecuencia. Ahora te pregunto: ¿Por qué su vida vale más que la mía? 

- Romper a alguien de más, es entrar en un agujero negro. Lamento que no lo veas, eres un asesino, pero imagino que tienes tu propia lógica, tu propio patrón en todo esto. - termino por decir, abrazada a mi misma. 

Madison es creída, pija y todo lo que quieras, pero si de justicia social hablamos ¿no crees que tiene más derecho a morir alguien que elije a alguien para que lo ejecuten antes que alguien que no decide si una persona debe ser ejecutada en una encuesta pública? - golpeó la caja de metal. - Esa es la diferencia entre Madison y vosotros. Madison se ha visto rodeada de cinco votos para que fuera elegida para morir en mis manos y aún así ella no votó a nadie.

Así que sí, Madison está a salvo de momento de mí, porque ha demostrado que aún siendo la más votada, es capaz de no jugar con la vida de nadie... Aunque le he dejado una sorpresa en su mansión. - Ghostface se quedó callado un segundo. Entonces a través de la caja de metal Eleanor empezó a escuchar algo, la voz de la madre de Madison.

He hecho todo lo que me pedías, he entregado las máscaras y no he dicho nada a la policía. ¡Ahora por favor, vete y déjame en paz! - gritaba la madre de Madison.

Solo has sido un medio, para conseguir un objetivo, pero ya que has colaborado, haré que sea rápido. Debes pagar por lo que hiciste. - continuó Ghostface.

¡NO! ¡NOOOO! - gritó antes de que se oyera un cuchillo afilado moverse en la grabación. Finalmente se oían ruidos de lo que presumiblemente serían entrañas y sangre.

Ojalá pudieras verlo, no tiene desperdicio la cara que pone. - comentó.

Respecto a Mark. ¿Crees que lo voy a romper más de lo que lo haces tú? Porque la respuesta es que no.

- Vaya, no sabía que un asesino hace encuestas públicas y juzga la moral de cada uno. Supongamos que en esa línea de pensamiento, Madison fue la buena persona del día online, porque sé de gente que se ha arruinado la vida con sus tonterías. Así que... Mi error fue reflejar lo que gente como yo, invisible, cansada, piensa en instagram. Vale. - respondo al encoger mis hombros. 

- Yo he jugado con mi propia vida, dos veces. Supongo que ahí quedo fuera de tu criterio. - aclaro y alzo una ceja ante el comentario sobre su Madre. Eso impacta a cualquiera, que se puede uno comer el mundo, pero una cosa es vivirlo y no deja de ser doloroso. Es una vida, la que no suelo valorar y ahora sí que me doy cuenta de ello. 

Luego escucho aquello, y duele, sea la madre de Madison, o cualquier persona. Es totalmente injusto, y la perdida de alguien, rompe a cualquier persona. Lamentablemente. Pero en medio de todo aquello, el comentario sobre Mark me sorprende. 

- ¿Cómo lo voy a romper? Si lo amo. Sería incapaz de hacerle algo.

Son las personas que te aman o al menos las que dicen amarte, las que más te rompen. - sentenció con seriedad. - Son las personas que amas las que más te hacen romperte, por hacerlas feliz aunque te cueste, por no conseguirlo, por que se van y nunca vuelven. - acarició la caja. - O porque te tratan como una mierda ¿verdad Eleanor?

Unos deciden jugar con sus propias vidas, otros volverse asesinos seriales. - resopló como conteniendo una risa. - Pero parece que uno de los dos ha tomado la decisión correcta. Quiero decir, yo no estoy en una caja de metal cerrada.

Aquella reflexión la veo coherente y bajo la mirada, triste por pensar en que Mark ahora tendrá que hacer algo por mi para salvarme. ¿A qué precio? Y vuelvo a preguntarme lo mismo una y otra vez. ¿Realmente valgo la pena para ello? 

- Ya. - respondo, observando mis brazos con tristeza. 

Todo aquello fue por un motivo, pero nadie fue capaz de ver lo que había roto en mi. Sin Padres que se ocupen, una hermana que vive su vida, no hay norte así. 

- No me has dejado tomarla, ese es el asunto. Estaba dispuesta a cruzar esa barrera, a no hacerme más daño. Iba por ese camino, pero me has arrebatado la posibilidad. Gracias Ghostface. - respondo, aquello último con sorna. - Pensaba seguir tus pasos, aplicar esa justicia social. 

No te pongas chulita, Cole, recuerda tú posición. - comentó mientras daba un golpe fuerte en aquella caja. - Aunque no sé de que me sorprendo, con la familia que tienes... Un padre putero, una madre que solo le importan las apariencias, una hermana al nivel de estupidez y osadía de Madison, otra hermana drogadicta. Los Cole estáis podridos. - se separó de la caja.

Y aunque quisieras seguir mis pasos, mi venganza es demasiado personal como para que la pudieras seguir. Pero si Mark supera esta prueba y no me guardas rencor después de todo esto, te dejaré participar. Incluso te revelaré mi identidad al final del todo, podrás hacer lo que quieras conmigo, hasta matarme. - se paró un segundo. - Pero hasta que no termine con todo, nadie debe saber quien soy.

Se sentó encima de donde estaba encerrada Eleanor. - También sé lo que el doctor le hizo a tu novio. Está en mis planes acabar con él. De hecho parte del trato que he hecho con Mark incluye dejarle acabar con él, personalmente y bajo mi protección. - ahora se tumbó encima. - Está loco por ti, o al menos esa es la impresión que me da. Creo que acabarás saliendo de aquí. La pregunta que me hago es ¿estás tú tan loca por él? - rió.

El fuerte golpe en la caja me hace tapar los oídos, y me hago pequeña allí dentro. Estoy jugando con fuego, eso lo tengo más que asumido. 

 - Ya ves, he ganado la lotería con la familia. Ahora comprendes porque ni siquiera estoy en mi casa. ¿No?- digo en un tono apagado, débil. Si al fin de cuentas todo se reduce a ello, a que estoy demasiado podrida de mi entorno y la poca coherencia que hay en mi familia. 

Pero ante sus palabras, alzo el rostro y me quedo pensando en ello. Al fin de cuentas quizás no somos tan diferentes, Ghostface y yo, o Mark. Quizás. 

- Está bien. Mark me dijo algo que he pensado mucho, justamente por eso ... En tus manos está darme o no esa posibilidad, bueno, ahora en las de mi novio. - respondo mientras sigo analizando todo, al detalle. - Yo estaba dispuesta a ayudarlo, el sabe que terminaría con ese asunto, sea como sea. 

Después me pregunta aquello, y asiento rápidamente.

- Estoy enamorada de él, haría lo que fuera. Es la única persona que le di mi corazón, luego de todas las mierdas que he pasado. Así que si, estoy loca por Mark. - respondo sincera, aún sin ilusionarme por la salida. No sé qué pasará. - ¿Has estado enamorado? 

Ghostface parecía estar algo callado, hasta que finalmente dio un golpe en la caja fe metal. - Mark ha cumplido con su parte del trato. Puedes salir, Eleanor. Pero Mark está en peligro, si quieres salvarlo, deberías correr a las calles de Anderson Creek. Tendrás noticias mías, Eleanor. - dicho eso se hizo el silencio y se oyó un *bip*

Al oírse el pitido, la caja se abrió dejando salir a Eleanor. Esta pudo ver que se encontraba en el interior de una vieja cabaña, seguramente antes utilizada por cazadores para guardar armas y remendar heridas.

Encima de la única mesa del lugar estaba el móvil de Eleanor, además de la navaja que le dio Mark. No había ni rastro Ghostface.

Algo que destacar, también sería que la caja metálica en la que estaba Eleanor, estaba conectada con unos cables a una batería y un interruptor. Parece que la iba a chamuscar como si fuera a una criminal, pero ahora estaba a salvo.

- ¿Quee? - digo desesperada, y salgo corriendo.

Ya cogiendo el móvil y la navaja, salgo corriendo de allí, pero me siento muy perdida. Estaba en una cabaña abandonada y no dónde es esto. De igual manera, busco la forma de ubicarme espacio-temporalmente. 

No sé cuánto ha pasado allí, pero solo sé que debo pillar la maldita calle y correr a salvarlo. Necesito salvar a Mark, sea como sea, había hecho algo por mi, y yo debo compensar. Lo he roto, sé que lo he roto. 

Una vez llegaron a la cabaña, en la mesa en la que estaba anteriormente la caja metálica de Eleanor, ahora habían dos paquetes, cada uno con un nombre y una sonrisa. Al abrirlos, Eleanor y Mark encontraron lo siguiente...

¿Que qué se traía con Madison? ¿A qué esa sorpresa y tono? "¿Qué? Sólo me cae bien... soy como su rival... ¡Pero no es nada romántico, Eleanor!" le contestó incluso ofendido de la manera en que le había preguntado. Con gesto entre fruncido y apenado, la miró a los ojos, y acariciándole una mejilla le aseguró la verdad. "Sabes que tú eres la única. Ahora, mañana y siempre. " Mark estaba siendo completamente sincero, pero tenía mucho miedo de que no la creyera. "Por favor, por favor créeme. Tú eres todo lo que tengo... y-y todo lo que quiero..."

"Ahora hablamos de Madison, pero mira, hay otros mensajes que quiero que veas primero..." le enseñó el de Tess, en el que ella decía que Eleanor le había pasado su número hacía eones. "Esto fue una mentira en toda mi cara... ¿quién le pasó mi número? Así que no sólo no sé de dónde lo sacó, y encima me mintió en la cara... No fuiste tú, apenas acababas de conseguir mi número y Mary no lo tenía... ...Joder, siento otra vez lo de Mary... aparte de Madison era... lo más parecido a una amiga... era tu hermana y la he matado... P-pero al mismo tiempo no siento remordimientos... Yo... yo... lo volvería a hacer, Eleanor. Por ti. Por nosotros. Por esto..." levantó el traje de Ghostface, sosteniéndolo en una mano. "Es lo que queríamos... y-y sabe lo del doctor, nos ha echado una mano... Me sabe mal, pero esta noche no podré hablar con Madison. El Doctor Dr Regan Stannard... debe morir mañana... ¿M-me ayudarás?" 

Cae la noche...

Ante las palabras de Mark, la forma en que me mira y me dice aquello, no puedo más que derretirme en medio de tanta oscuridad. Estoy tan sola y lo único que tengo, está allí, sujetando mi rostro, hablándome de aquella forma mientras intento que mi corazón no deje de latir con tanta plenitud. Es como volver a vivir, un comienzo. 

- Está bien, te quiero Mark. Eres todo para mi, lo único que tengo y quiero. Mi vida. - confieso al abrazarlo. - No me dejes nunca. 

Aquello es con temor, es que cuando pierdes tanto de repente, no sabes que hacer y el miedo te consume. Pero sus brazos, esa mirada que te llena, es todo lo que necesito para ser feliz. Por esa razón, con una sonrisa algo apagada, no por él sino por el día que llevo, tras ver lo que tiene Ghostface para nosotros, asiento a lo que dice mi novio. 

- Ya, lo he entendido siempre. No te preocupes por ello... No sé de dónde ha sacado Tess el número, claramente no se lo di. Aún así, ya está. Ella es inofensiva. - le aclaro a sabiendas de como es mi amiga, jamás le haría daño a nadie. Aunque nunca se sabe, considerando como está todo. - Hoy para nosotros, que mañana nos toca el Doctor y yo por la mañana debo ir al Psiquiátrico. Ghostface me ha dejado un encargue. ¿Vamos juntos? 

Y tras darle otro abrazo más, dejo un beso sobre sus labios. 

- Te perdono esto, en tu lugar hubiera hecho lo mismo por ti. Es un loco amor, sí. Pero no me importa Mark, de verdad que eres todo para mi. Más allá de que mi corazón tiene su sombra por Mary, te entiendo. 

"¿Ghostface te ha dejado un encargo?" ¿Pudiera ser que el mensaje que Eleanor había recibido en su paquete era distinto que el recibido en el suyo? "A mí también, mira, esto es lo que me ha puesto a mi:"

Has cumplido tu parte, ahora yo cumpliré la mía. He dejado la ventana del despacho del doctor que tú y yo sabemos abierta, solo tienes que llegar hasta allí de alguna forma. Te recomiendo entrar por la noche ya en su despacho y esconderte en alguna parte. Mañana cuando llegue él allí, sal y cumple tu venganza.

"Así que tengo que ir. Hoy, ahora... esta noche..." Mark se puso primero los guantes de cuero del disfraz, y con un gran brillo en sus ojos tomó el cuchillo, pasando el dedo enguantado con cuidado y fascinación por la hoja. "Tengo que colarme allí dentro, en el psiquiátrico, y acabar, por fin, por fin por fin de una vez con ese hijo de la grandísima puta."

Antes de marcharse, trató de responder a Madison, pero el mensaje no le llegaba a su móvil. ¿Estaría muerta la chica? ¿Sin cobertura? Como fuera, tendría que ignorarlo. Tenía asuntos en el hospital psiquiátrico que resolver. "Me voy al hospital, Eleanor. ¿Vendrás conmigo?"