Partida Rol por web

- Maldita perra mentirosa! - le gritó Diana a Samantha, mientras la segunda forcejeaba con la puerta del auto. -Me dejaste confiar en ti, y mientras me mentiste y te reíste en mi cara! - Diana estaba histérica y gritaba insultos de los cuales tal vez después se arrepentiría. Tomó uno de los stiletos negros y se lo arrojó a Samantha por la espalda. Y luego cayó llorando de rodillas. 
Tanto le dolía la traición? En lo único que Samantha la había tratado de idiota fue cuando acudió a contarle lo de que Dana era donante de ovulos. Y de que había tal vez algún heredero de sangre, pero ahora entendía que Sam haya querido desviar la intención de ese asunto. Lo que le dolía a Diana era que había depositado mucha fe en que Sam la cuidaría. Claro que eso hablaba más de Diana que de Sam. Diana habría puesto mucho de su confianza en la rubia y se había encontrado de que en realidad no la conocía de nada. Tan carente de afecto estaba, que ante la primera buena acción de otro, ella se había entregado sentimentalmente casi sin reparo. 
Con el otro zapato aún en su mano, Diana sentía el impulso de atacar a Sam, y a la vez algo la detenía.

Maryam se apoyó sobre su hermano, aceptando así el abrazo. - Cuando quieres... No eres un capullo ¿sabes? - comentaba la chica con un tono bastante dulce. Se acurrucó aún más entre los brazos de su hermano, para finalmente, proferir un. - Vamos a casa, quiero alejarme de este sitio. -

Se separó un poco de él y sin mirarle a los ojos, decidió hacer un comentario del que no estaba segura del todo. - ¿Podemos dormir juntos hoy? Como cuando éramos pequeños. - suspiró, mirando al suelo. - Así me proteges si viene alguien a por mí, como en la bolera.

Seguía abrazándola y acariciándole el pelo.

— En esta familia hay que luchar contra los genes de papá que y de mamá en todo su esplendor. Ya sabes como son, pero me conformo si al menos "a veces" conseguimos estar unidos.

Cuando comentó eso se quedó pálido, de repente una nube de extraños pensamientos y sensaciones que tenía enterradas empezaron a emerger. Trató de responder para que no se notara su estado.

— Claro Mary, la cama es enorme. No te preocupes.

Trató de sonar calmado, como si no fuera gran cosa, aunque para él si lo era. Cogió el móvil y envió un par de mensajes.

River se detuvo a un par de metros de Sam, no queriendo meterse en la trayectoria de sus golpes al coche. Le asustaba lo angustiada que estaba, las amenazas que profería.

-Calma, Sam, hablémoslo, ¿vale? -le lanzó una mirada de auxilio a Ryan. No tenía ni idea de como actuar, y esperaba que él supiera mejor qué hacer.-Somos tus amigos, estamos aquí contig--

Un zapato pasó al lado de su cabeza, por poco no la alcanzó. Al girarse descubrió a Diana, también en crisis, cayendo al suelo y con otro zapato en la mano. Temiendo otro estileto volador, River cambió de prioridad y corrió a por Diana, tirándose al suelo junto a ella y abrazándola. Lo hacía para inmovilizar sus brazos en caso de que quisiera seguir peleando, pero el gesto le recordó a cuando la había abrazado en el funeral. Esperaba que Diana viera su gesto más como lo segundo que lo primero.

-Diana, vamos, suelta el zapato.-susurró en su oído.

Sam... - murmuró al escuchar lo que decía. Se la notaba completamente rota por dentro, por ello caminó lentamente hacia ella, mostrando así cierta tranquilidad e intentando transmitírsela. - No hagas nada de lo que luego te vayas a arrepentir, no les des la satisfacción de darles la razón ¡sabes que no la tienen! - también iba a comentar algo sobre su coche, que si ya estaba viejo y cascado, ahora lo iba a estar más... Pero eso ya lo solucionaria.

Aunque claro, mientras pensaba esto no esperaba que apareciera un tacón volador que se estampara contra la puerta del vehículo. Inspiró muy profundamente para exhalar lentamente, con tal de tranquilizarse y no gritar un "¡MI COOOCHEEEEEEEE!", ya que entre Sam y Diana le estaban poniendo difícil no llorar por su pobre Ryanmóvil.

Por suerte para todos, River se lanzó a parar a Diana y evitar así una pelea, Ryan hizo lo propio y se puso entre las dos, hablando con el tono más suave del que disponía en aquél momento. - Ha sido una noche larga y cansada para todos y si bien Ghostface no ha matado a nadie hoy, nos ha destrozado a todos mentalmente, de una forma u otra. - ya que Ryan tenía en cuenta que, después de todo, Eleanor también era una Ghostface. - Vamos todos a descansar por hoy ¿vale? - comentaba ofreciendo nuevamente su vehículo como medio de transporte, pues volvía a tener plazas para todos, ya que Jordan había decidido que estar con la hija de una asesina, que no les había hecho nada, era peor que estar con la bully que les había estado maltratando todos estos años. Y luego el que pensaba con el pito era Ryan...

Un poco más calmada, y moqueando un poco con las últimas lágrimas. Se levantó muy lentamente y tomó el zapato que había arrojado y guardó uno en cada bolsillo de los pantalones del traje de su padre. En ese momento, el saberse dentro del traje de su progenitor, el que ahora yacía encarcelado, la asqueó. Necesitaba sacarse ese atuendo ya mismo. 
- Necesito sacarme estas ropas. Si quieren podemos ir a mi casa. Puedo prestarles algo para que se cambien también. - hizo una pausa y meditó el asunto de Sam. 
- Puedes venir tú también, mientras no me apuñales por la espalda. - le dijo a Sam, tratando de herirla. 

Enseñé los dientes como un lobo hambriento cuando a Diana le salieron los ovarios. Gruñí como tal y estuve a punto de saltar sobre ella sin siquiera escucharla. Pero duró poco su enfado y se vino abajo. Entonces frené pese a que mi pecho subía y bajaba, intentando tomar bocanadas de aire suficientemente grandes para no ahogarme en mi propia ira.

-¿Reírme?- Grazné mirándola sollozar.- Si, realmente me estaba descojonando de ti... De ti y de todos por guardar un secreto que...- Alcé los brazos para que mirara a nuestro alrededor.-... ¿Oh, no te has puto fijado cómo me miraban todos? 

Di un puñetazo, asqueada, al capó del coche de Ryan, hasta que mis nudillos empezaron a sangrar. Y todo por intentar, con las palabras de Ryan y River de no pagarlo con quien no debía.

- Lo siento por no contarte que soy hija de la puta asesina loca del pueblo. - Dije amargamente, con cierta ironía. Me apoyé contra el coche y me abracé a mi misma, dejándome caer y resbalar hasta sentarme en el suelo.- ¿Pero crees... crees qué me resultaba fácil decir eso ahora que empezaba a tener amigos?

Bufé cerrando los ojos fuertemente. Ahora ya no lloraba como antes, pero sorbí por la nariz, intentando respirar.

- No me conocéis de nada... yo no me conozco ya, ¿sabes? - Abrí los ojos y miré al cielo- ¿No has pensado que quizá te estaba protegiendo? Dicen que lo que no sabes no puede hacerte daño. 

Miré a todos detenidamente. Ya no tenía más que decir. O si, pero no sabía cómo poner en orden mi cabeza, si es que esta tenía algún orden ahora mismo. Las voces... se atenuaban, pero seguían, ahí. Me llamaban, asesina, y lo era. ¿O no?

- Necesito dormir...- dije ante las opciones que se presentaban- O matar a la puta vaca esa de Elba.- Escupí las palabras hacia ella con un arco y rencor como ningún otro. Cuando la encontrara dios quiera que no me pillara con nada en la mano.

- No te prometo nada, cuatro ojos. Estoy loca, ¿recuerdas?- Dije malhumorada intentando levantarme.

Finalmente y tras solucionar aquella disputa, Diana y Sam llegaron a un pequeño entendimiento, lo cual hizo suspirar de tranquilidad a River y Ryan. Con todo ligeramente solucionado, subieron al Ryanmóvil para dirigirse a casa de Diana.

Al poner el chico las llaves en el motor y arrancar, todos empezaron a sentirse muy relajados, probablemente por que el poder de la amistad acababa de superar todas aquellas dificultades, aunque el gas somnífero que había empezado a salir por las rejillas del aire acondicionado también ayudaban mucho a que el ambiente estuviera mucho más calmo, hasta que finalmente, todos se quedaron dormidos.

Un nuevo día daba comienzo, las clases ocurrían con normalidad a pesar de todo, pues la directiva tanto del colegio como de la policía había sido limitar al máximo todos los eventos, incluido el entierro de Bryony, quien al haberse suicidado, no requería de autopsia.

Aún así, Jordan y Lazlo pudieron notar una gran ausencia de compañeros en el lugar... Y no tanta gente había muerto. Se sabía que cierta persona en especial estaba en la cárcel, otra podría haber acudido al cementerio pues era cercana a una de las víctimas pero... ¿Y los demás?

Al salir al recreo, Jordan y Lazlo podían juntarse para hablar de ello, o podían ignorar el hecho de tantas ausencias y continuar con normalidad su día, tal y como habían pedido las autoridades y el profesorado.

Jordan salió del recreó y empezó a comerse un emparedado que le habría preparado su madre. Miró alrededor como tratando de buscar a alguien.

— Qué raro, ¿no? No ha venido nadie hoy al cole. Pero bueno... normal con toda la que está cayendo. Yo esque no quiero faltar, quiero sacar buenas notas para ir a una buena universidad ¿sabes? Tu donde has estado metido estos días Lazlo? Desde la fiesta del Lago te perdí el rastro. Aunque casi mejor, solo te has perdido mas muerte.

Siguió comiendo el bocadillo y le iba echando miraditas a su compañero, para tratar de averiguar como se sentía.

— ¿Tu crees que el asesino sigue por ahí? ¿Sospechas de alguien?

 Iniciado el recreo me habia dispuesto a buscar un sitio en donde recostarme para pasar el rato, total... normalmente la gente con grupo se pillaba los mejores sitios para tener sus charlas grupales, pero... la evidente falta de gente hizo que mi preocupación diaria menguara drásticamente.

  Eso si... mientras iba por allí Hallwinter se paso por mi lado.

    Bueno... el Dilec'or lo dijo no...?, eso de no 'emerle y no dadle el gus'o de  cambial modo de vida, pelo... palese que la peña soon tooo uno cachorrs... - comentaba mi opinión sobre lo que estaba ocurriendo con la gente, aunque cuando llego a preguntar por mi - Pues.... lo nolmal... buscal donde nadal, solo pala vel que 'odo si'io es'aba celado... buscal pistas... solo pala encon'al un apellido que apenas la ciudal quierle recoldal... ohhhh y taclear a una maniaca -a lo cual no podía evitar dejar escapar una risa - pues... 'ampoco 'an mala semana, ehhh?

  Tras ello, me quedaría unos segundos pensando.

  Ahhhh ti lo de los computadoles se te da bien, no ? - preguntaba con curiosidad - 'oy segulo que aveligual algo mas de los "Greenfield", puede ayudal... pelo... pa eso hay que me'el las naliz en el hospital... y no se yo que 'an facil puede sel.

Jordan se concentró al máximo de sus capacidades para tratar de entender a Lazlo. Apenas pestañeaba por si se perdía alguna letra y la frase dejaba de tener sentido alguno.

— ¿Greenfield? ¿Green-field? De qué me suena. No son esos que se mataron hace tiempo, de la época de los otros asesinatos. Eran amigos de Dana Scully ¿no? Oye tu.. ¿de dónde has sacado esa idea? ¿De qué pista me estás hablando?

  Yo, bueno de donde los payos callan y solo aplenden - comentaba - con River y la gorda nos enteramos en aquel lugar sobre aquello, la Hippie 'ambien sabel palece, ella lecomendalnos lo del Hospi'al pol si selvil'e de algo - para estirarme un poco en el sitio - pelo, eso ya no sel mi ploblema, si me disculpas... haciendo memolia la piscina debe es'al habili'ada y eso, mi buen amigo... eso me in'elesa mas que un chalado con fe'iches pol las mascaladas - y tras ello comenzar a avanzar a la piscina de campus.

Sacudió ligeramente la cabeza. Tuvo que repasar en su cabeza un par de veces todo lo que había dicho para entenderlo bien.

— Bien tio, ve a la piscina, te hará bien. Seguro, yo sigo a lo mío.

Se fue a deambular por los pasillos del instituto para buscar a Verónica. Lo de ayer había sido un poco loco y su actuación en primera instancia pasó desapercibida pero haciendo memoria, sabia que era un cabo que debía atar.

Lazlo no tardó demasiado en irse a nadar a la piscina tras soltar aquella perla de sabiduría que parecía que él mismo iba a ignorar.

Por otra parte, Jordan, se marchó a buscar a la pequeña Verónica.

Jordan no tardó demasiado en encontrar a Veronica, pues estaba en el lugar de siempre, la biblioteca, estudiando como solía hacer en su tiempo libre, pues era una fanática de los conocimientos. Al llegar Jordan a su lado, se giró para verle, no parecía muy animada, por lo que solo pudo proferir un tímido. - Hola Jordan...

Lazlo llegó a la piscina, le sorprendió verla completamente vacía, pues desde que murió el capitán, el resto del equipo se había dedicado a vaguear y no a entrenar.

Lazlo no era como ellos, decidió entrenar a tope, haciendo largos para arriba y para abajo, para quitarse toda la tensión que tenía en el cuerpo, todos los malos pensamientos y lo estaba logrando, hasta que apareció una chica desconocida para él, en ropa interior.

Oh vaya. - profirió. - Pensaba que no habría nadie aquí... Aunque bueno, es grande ¿te importa que me meta en uno de los carriles vacíos?

Arrastró una silla y se sentó al revés, junto a ella. La miró y le sonrió, algo forzado, pero trataba de no empezar con mal pie. Se quedó unos instantes pensando en qué decir.

— Eras la última persona que me esperaba que hicieras eso. Intento de darme celos, eso es para las tipas mas simples, pero tu Verónica Park eres mil veces mas lista que todas ellas. La verdad, tenía pensando ir solo al baile, entrar con Bárbara fue un conjunto de coincidencias. No hay nada entre ella y yo...

Respiró profundamente y soltó un suspiro. Sabia que era una conversación incomoda para ambos, pero no quería que se quedase su relación en un punto aún peor tras los últimos sucesos.

— Pero bueno, ¿cómo estás llevando todos los sucesos? No he podido estar contigo desde que llegué, aunque bueno supongo que tampoco lo habrías querido.

Miró al libro que estaba leyendo, cabizbaja. - Si, fue bastante vulgar y poco propio de mí, pero es que... - se echó las manos a la cabeza y suspiró. - Con todo lo que está pasando, solo quería sentirme como me sentía bailando contigo hace unos años...

Y al ver que preferías ir con la Bully de Barbara antes que con cualquier otra persona, me cabreó la verdad. - admitía a regañadientes. - Así que cogí a Ryan, que es quien más se parece a ti hace unos años pero... Después de ver a Bryony colgando, me di cuenta que nada volvería a ser como antes, menos aún tú.

Miró con cierta pena a Jorda. - ¿Le pediste disculpa de mi parte? No me atrevo ni a mandarle un mensaje al pobre.

Suspiró y se quedó mirando al suelo, algo abatido con la situación en general.

— Sé que desaparecí y fui un capullo, pero al volver quise arreglar las cosas con todos... contigo. Pero me rehuías cuando intentaba hablar contigo. La verdad que me lo merecía, me disteis la espalda con motivo y me fui con el enemigo — dijo con una risita, tratando de mejorar el pobre ambiente que imperaba.

— Si me lo hubieras dicho, habría ido contigo al baile encantado. Yo pensé que no querías saber nada de mi. Pero bueno, lo pasado pasado está. Solo me gustaría que al menos no nos llevásemos mal, las cosas están siendo una mierda y lo último que quiero es encima tener enemigos en el insti.

Le tendió la mano a Verónica como si tratase de hacer las paces. La miró a los ojos y esbozó la mejor de sus sonrisas.

— Tranquila, ya hablaré con Ryan, pero no te preocupes, es tan bueno que no le importará seguro que se lo imagina. Además ahora está muy enamorado. No te preocupes.

Le posó la mano en el hombro y le hizo una pequeña caricia reconfortante.

— A todo esto... durante este tiempo has visto algo raro? Estoy un poco paranoico con todo lo que está ocurriendo y trato de evitar la gente.. sospechosa.. ya sabes. No me fío ni de mi sombra.