Partida Rol por web

Al llegar a la casa de Jordan, Elba puede que se sorprendiera por lo modesta que era, a pesar de que el chico era un millonario. ¿Por qué vivía aún ahí? ¿Quizá por apego emocional ya que es la casa en la que se crió?

Más allá de eso, lo que puede que sorprendiera aún más a Elba fuera la presencia de una chica, la cual reconoció como la sub-capitana del equipo de animadoras, Bryony, que se encontraba llorando, aunque por lo bajo, para que no se enterara quien pudiera estar dentro, si es que había alguien, mientras iba pintarrajeando algo en las paredes exteriores.

Cual ninja obesa esa del One Piece, Elba Ginaso instintivamente buscó su teléfono móvil para sacar una foto -con flash, evidentemente- a aquella escena y twittear algo al respecto dentro de un rato... pues ahora la situación apremiaba más otra cosa.

-Así que te has quedado preñada y no se hace cargo, ¿verdad?. -Preguntó sin remilgos mientras guardaba el teléfono móvil y se acercaba a la chica- Típico de básicos.  -Aquella situación era un tanto extraña, pero no por ello demasiado inusual o lejos de las opciones viables que había en el lugar. -Te ayudo a pintarle algo si quieres mientras me pasas fotos de su polla. Seguro que tiene un micropene... pero valdrá. -Comentó Elba ofreciéndose a ayudar a aquella muchacha en su venganza y exigencia por la manutención de un feto que quizás solo exista en la mente de la propia Elba Ginaso.

Bryony, ente lágrimas y sorbiendo mocos, negó con la cabeza. - No... De hecho no llegamos a culminar, pero nos dejaron en pelotas en el hospital, fríos después de bañarnos en el lago, con el cadáver de mi mejor amiga enfrente nuestra ¡a la cual Jordan había rechazado y por lo que huyó hacia el bosque donde la esperaba el asesino! ¡Y el muy cerdo encima ni me ha llamado para preguntarme como estoy! - rompió a llorar, durante unos segundos, para entonces parar mordiéndose la mano.

¿Y a ti por qué te importa esto? - negó con la cabeza. - Mira, da igual, si quieres ayudarme, ayúdame a dibujar un cerdo en toda la fachada.

-¿Eh?. -Preguntó Elba extrañada- Pensaba que solo la había palmado al negro. Ahí se nos va nuestra tasa de inclusividad... y si era gay, ya ni te cuento la que se nos puede venir encima. Los de Twitter estarán echando chispas: "Asesino mata mujeres y negros gays". Eso es demasiado boomer.

Tras esto, la muchacha agarra la pintura y ayuda a pintar un cerdo gigante en la fachada de la casa de Jordan Hallwinter, sin importarle demasiado que justo después de terminar iba a llamar a la puerta para pedirle asilo a cambio de, probablemente, revelarle quién había sido que le habían la fachada de la casa.

-¿Y tu como estás, tía?. -Le preguntó a Bryony- Perder a una amiga es peor que perder a un feto no deseado. Como tres veces peor, cuatro si ibais juntas a broncearos desnudas.

¿Pues cómo voy a estar? Jodida... Muy jodida... - suspiró. Dejó de pintar un segundo, a pesar de que ya casi estaba terminado un dibujo de un cerdo que ocupaba casi toda la pared lateral izquierda. - En parte siento que también es culpa mía. Si Jordan no la hubiera rechazado, no se habría ido llorando la bosque, pero al ver a Jordan en vez de intentar follármelo, debería haber intentado encontrar a mi amiga. - miró al suelo, meditativa.

Entonces, dirigió su mirada a Elba. - Eres extraña, de hecho en el insti si te acercas a mí huiré, no quiero que me relacionen contigo... - le dedicó una muy, pero que MUY pequeña sonrisa. - Pero no eres tan mala como se piensa la gente, solo eso. Extraña. - con eso esperaba también que Elba aceptara que no iba a responder a esos extraños comentarios que hizo al principio.

La relación que iban a tener entre ellas de cara al resto del mundo no iba a cambiar porque esta la hubiera ayudado con un acto de vandalismo. Eso lo sabía bien. Pero poder vandalizar un porche de gratis era una oportunidad que no iba a desperdiciar.

-P'os ok. Mañana le podemos pinchar las ruedas del coche. A ver si así se entera este puto pringado de que sus acciones tienen consecuencias.

Bryony rio ante los comentarios de Elba. - ¡Pues se lo merecería! - dijo casi gritando, lo cual fue algo malo, porque alertó a la gente que se encontraba dentro de la casa. No sabían quien era, pero empezó a abrir la puerta del porche, lo cual hizo que Bryony saliera cagando leches. - ¡Corre! - le gritó a Elba, quien si no quería ser pillada, debía salir de allí también.

Elba, que parecía distraída admirando la obra de arte vandálico que acababa de hacer, no corrió, por lo que la persona que salió de aquella casa la vio de lleno, además de lo que acababa de hacer. - ¡PERO QUE DEMONIOS! - gritó malhumorada la mujer. - ¡Te vas a enterar, voy a llamar a la policía! - sin dudarlo, agarró a Elba del brazo y con la mano que le quedaba libre, usó la marcación rápida para llamar a los azules.

Pasó un rato y parecía que no le contestaban, se notaba la frustración en su cara. - ¡Maldita sea, no se puede contar nunca con ellos! - negó con la cabeza, enfadada. - ¡Pues esto no va a quedar así, vamos adentro de casa, te voy a dejar retenida, te vas a enterar! - aunque aquella mujer, que era una mujer simple, no tenía demasiada fuerza, por lo que zafarse de ella y aprovechar que estaba oscureciendo para ocultarse, no iba a resultar muy difícil.

Por su parte Elba Ginaso no le importó lo más mínimo adentrarse al interior de la casa, pues pese a que podía huir en cualquier momento, correr por las calles en mitad de la noche no era su plan... o correr a secas... Por lo que, una vez dentro de la casa, buscó con la mirada algún sofá donde tumbarse.

-P'os vale. -Comentó la muchacha- ¿No está Jordan en casa?. Me debe el dinero de los porros. Y ya que hay un asesino por ahí que va quitando pollas a la gente, me interesa tenerlo de vuelta cuanto antes para poder invertirlo en consoladores para las guarras del insti.

¡Ogh! ¡Pero que descocada! - decía ofendida la señora Grey mientras llevaba hacia dentro a Elba. - Estoy segura de que mi precioso y genial hijo no te debe dinero de ningún tipo de sustancia estupefaciente, porque él nunca ha tomado nada de eso ¡ni lo tomará! Aunque si hablamos de mi hija... - se quedó callada un segundo. - ¡Pero igual seguro que ella no te debe nada de nada!

Una vez dentro de la casa, Elba pudo observar como era bastante... Ordinaria, para alguien millonario. - Mientras la policía viene a arrestarte ¿te interesan unas pastas? - le presentó una bandeja de galletas bastante pasadas, parecía que Marisha quería deshacerse de ellas cuanto antes, pero no quería tirarlas tampoco. - No puedes seguir así en la vida Elba, no puedes ir hablando de pollas, pidiendo dinero que no te deben, hablando falsamente de gente que se droga y menos aún ¡pintando cerdos en casa! - estaba realmente enfadada aunque se esforzara por disimularlo.

Todo esto lo hacía mientras seguía llamando por teléfono, como si de una "Karen" se tratara.

Aquella familia se comportaba de manera bastante frugal para lo que en un principio aparentaban, aún así Elba Ginaso no hizo ascos a tomar una pasa de la bandeja, no era su comida favorita, pero era comida a fin de cuentas y después del pequeño fiasco de la cena en casa de su padre era mejor que nada.

-Lo que tu digas, pero si Jordan no está en casa ya volveré luego, -comentó encogiéndose de hombros mientras le daba un mordisco y se atragantaba levemente por lo pasada que estaba- ¿Y una taza de té no tendrás por ahí?. -Pidió a la señora mientras echaba un vistazo alrededor sin levantarse del sofá- ¿Ya viene la policía o...?.

¡Encima! - se quejó al escuchar las exigencias de Elba. - ¡No hay hora del té para la gente que se porta mal! - se cruzó de brazos. - ¡Pues pronto, en cuanto me cojan el... - su tono decayó en picado, pues parecía que por fin le habían cogido el teléfono y no solo eso, si no que le habían comentado algo por él.

¡Mis angelitos! - exclamó mientras corría hacia la puerta, ignorando por completo a Elba. - ¡¿Quién habrá sido el desgraciado que se ha atrevido a ponerles un dedo encima?! - fueron sus últimas palabras antes de desaparecer por la puerta, dejando a Elba completamente sola en la casa.

Dejarla sola en casa significaba una cosa, y era que podía hacer lo que le diera la gana en casa de Marisha Grey, y esto mismo fue lo que hizo, yendo a la despensa en busca de comida para poder prepararse algo que la saciara. A fin de cuentas, seguro que en algún lado había algún bordado o alfombra que diría "Siéntese como en casa" o alguna tontería así.

-Mmmm... ¿Qué me puedo preparar?. -Preguntó mientras también miraba en la nevera.- Bueno, ¿Por que elegir?. Yo voy cocinando lo que me apetezca y lo que sobre me lo meto en bolsas.

Elba arrasa con toda la comida que veía, además de con las bebidas, en especial las carbonatadas. No se aclaraba con un solo menú de lo que iba cocinando, así que hizo lo más sensato, que era cocinarlo todo, para comérselo todo. De momento parecía que la casa de los Hallwinter iba a seguir completamente vacía y tranquila, por lo que podía cocinar sin miedo... Aunque ya que estaba, podía mirar más allá de la cocina.

Mientras dejaba la cocina a hacer la comida por su cuenta, Elba decidió darse un paseo por la casa, a fin de cuentas quizás podía haber algo de utilidad que podía usar en cualquier momento, o al menos algo que sacar una foto y subirlo a las redes sociales. Claramente, la muchacha se dirigió directamente a la habitación de Jordan Hallwinter en busca de algún diario secreto, o alguna revista guarra con la que poder chantajearle.

Rebuscando por la habitación, Elba se dio cuenta de lo increíblemente ordinaria que era, tenía algún que otro poster friki, una cama bastante normalucha, ropa en el armario de dos tipos "Finolis" y "Friki", lo cual demostraba su cambio en este último año.

Algo que si le llamó la atención fue encontrar un ordenador bien imponente y caro en la mesa, tenía una nota post-it en la pantalla.

Ni se te ocurra.

Elba no sabía para quien podría ser ese mensaje, pero ahí estaba por algo, seguramente. 

Una persona normal lo que haría sería cerrar la puerta e irse, pero Elba Ginaso no era normal, así que directamente agarró la torre del ordenador y la bajó de vuelta a la cocina. Si iba a robar algo, iba a ser algo que esta pudiera usar como pisapapeles y que podría re-vender en el mercado por la droga que quizás sí le debiera Jordan.

-Pues me lo llevo. -Comentó sin mayores problemas morales.

Tras ser recogidos por Marisha Grey, los dos jovenes Hallwinter llegaron a su residencia para encontrarse una bizarra situación. No solo había un cerdo enorme pintado a lo largo de la fachada de la casa, si no que al entrar pudieron ver a Elba cocinando algo y de tanto en cuando, sentándose a descansar en algo que Jordan no tardó en reconocer, algo que hizo que se preocupara muchísimo, pues era ni más ni menos que la torre de su ordenador.

Elba tardó un par de segundos en percatarse de que habían vuelto, entre el ruido de los extractores de humo que estaban luchando por despejar la densa nube negruzca que salía de las sartenes a causa de la comida que había cocinado -y quemado-. Realmente no se podía considerar a Elba Ginaso como una buena cocinera, pero le ponía empeño.

-Ah. -Comentó girándose hacia aquellos dos- Ya estáis de vuelta. Me habías dejado sola aquí así que me puse a preparar la cena. No había mucho en la nevera pero creo que pude hacer algo medio decente... al quinto intento. -Dijo mientras señalaba las ollas y las sartenes quemadas y rotas que había en el fregadero- Recordad la norma más importante: El que cocina no limpia. Así que arreando a arremangarse.