Partida Rol por web

Cuando suben padre e hijo hacia la habitacion paterna se encuentran con tu horripilante imagen. Una piel amarillenta aspera y arrugada. Un ser ataviado con una capucha y dejando entrever una sonrisa malevola. 
Pero que demonions es esto!! Grita el padre asustado por tu imagen.

Un maldito duende enorme!! Pero no solo eso, un puto fantasma!! Corramos!! Responde el hijo.

Los dos se dan media vuelta corriendo hacia el piso de abajo gritando asustados.

Tu potente patada dirigida a la boca del hombre lobo es parada con su boca, la cual captura a tu pierna y te deja en cierta posicion incomoda. Esta la agarra fuertemente sin dejarla escapar. Los dos otros dos lobos te atacan con sus agarras arañandote por la espalda otra vez. Tu cuerpo resiste un golpe, pero el otro te deja nuevas marcas haciendo cruz con las otras.

Poco a poco van llegando 4 mas que se mantienen observando la batalla.

 Campesinos simplones Por un momento saboreo la idea de seguirlos para aterrorizarlos aún más, pero ¿eso de qué sirve?, hay un hombre allá afuera esperando su paga Volviendo a ser tangible muevo el perro hacia el pasillo sin necesidad de tocarlo. Vuelvo a cerrar la puerta y esta vez la bloqueo haciendo una barricada con la cama. Ahora, a averiguar cómo abrir esta caja fuerte.

Sacas al perro al pasillo, y bloqueas la puerta de la habitacion con la cama. Desde la habitacion escuchas el murmullo de la familia alterada y hablando.

"¿Donde encontro esta maravilla tecnologica? ¿Ha intentado hacer algo con esta maquina?

Los ojos del Mago se fijaban en cada circuito para ver que podria hacer con el...

El cientifico desde la cocina te avisa: Por favor, la cena ya está servida. No es mucho, pero tenemos sopa con verduras. Respecto al robot, lo encontré lejos, al norte del pais, en lo que parece ser una fábrica abandonada. Habian varios de ellos alli. Este era el que mejor estado estaba. Parece que alli era lugar donde lo fabricaban. Nunca había ido tan lejos.

En la cocina habia una mesa de madera con dos sillas . Encima dos platos de sopa con una jarra de agua, dos vasos y la cuchara. Era una cocina bastante sencilla con un hornillo electrico y cocina de gas. Una encimera con platos y enseres para lavar en la pica.

 ¡Oh...mierda!

 El mercenario no podía mantener la boca cerrada. Ahora se veía en una situación incómoda, con un masaje de espalda que no le gustaba en exceso y una posición más propia de una bailarina de ballet que de un temible cazador de cabelleras. Que aquellas bestias no hablasen hacía aquello más soporífero si cabía, y no era por falta de intentos. No daba con la fibra adecuada, (posiblemente por sus cerebros del tamaño de una nuez. No te olvides.)

 - ¡Me rindo! - probó, pero por lo que estaba forcejeando no podía considerarse una rendición, además, no iba a dejar que tocasen sus cosas con esas sucias garras, seguramente se las llenarían de babas y luego tendría que limpiarlas. Considerando las opción, era probable que se pegasen un tiro accidental, y aunque era algo terriblemente divertido, delante de los niños prefería tener las armas bajo control.

 - o...¡exijo un juicio por combate! - rió entre dientes pensando en las posibilidades. Un duelo de chimichangas, de cocina de tacos o un verdadero duelo de baile se antojaban mucho mejor opción.

 Patalearía para liberarse, conservó el ceño fruncido, lo que era bastante intimidante. Posiblemente no aguantara mucho más tiempo manteniendo la calma, le estaba dando una oportunidad valiosa, le llevaría mucho, muchas horas, pero si tenía que matarlos a todos, había sido su elección al fin y al cabo.

 - ¿Por qué no tomamos unos tacos y lo arreglamos con insultos rebuscados? Como ese. - señaló a uno de los que miraban - que es un pelopuerco.

 Luego miró al que tenía atrapada su pierna.

 - En serio. Suéltame antes de que te arranque la cabeza.

Tu palabreria empezo a cabrear a todos los hombres lobos que habian salido a buscarte. Tu forma de actuar sin sentido les sacaba de quicio. Liberas la pierna de la boca del licantropo, pero no consigues alejarte suficiente. Pero el desiste en retenerte. El resto de la manada te habia rodeado  y se abalanzan sobre ti como bestias salvajes. Los vas esquivando con volteretas, saltando por encima de uno, pasando por debajo de otro y soltando alguna que otra cachetada. Entre el barrullo, son 5 los que te desgarran mas el traje, dos de ellos con marcas en todo el culo. Dos golpes los resistes bloqueandolos con tus dos katanas. Aquello empieza a ser un baile sin sentido, cuando otro de ellos te asesta el golpe final dejandote KO. Tu cuerpo poseia heridas y desangrabas.

Al cabo de una hora te encuentras atado con las manos a la espalda a un poste de madera dentro de una cueva. Del techo empiezan a caerte gotitas en la cabeza que te despiertan por la humedad. No posees ninguna de tus armas ni el teleportador. Puedes ver la entrada de la cueva y como es algo iluminada por la luz de la luna que se refleja en un charco de agua. Tu regeneracion te habia curado todas las heridas, aunque el traje daba algo de pena.

 Justo ahí - Tu único super-poder. Hacerte daño a tí mismo. - No necesito bocadillos extra para reconocer que eso fue una mala idea. Las cachetadas merecieron la pena, pero la situación va empeorando. Se supone que tenías que hacer buenas elecciones, ayudar o fastidiar a otros. Pero esos niños no tienen culpa. (Ya.) Y no somos los buenos. (Lo entiendo)

 - Arg, como pica. - se contoneó como pudo, a veces la regeneración hacía que su cuerpo picase, y para eso, si les había creado algún Dios, también les había dotado de manos. Manos que no podía utilizar.

 - Espero que cerca haya un tienda de trajes molones. No me gustaría tener que coger prestado el de Spidey. Me deja las partes bajas demasiado ajustadas. Y a veces se me notan los tumores. Que antiestético.

 Hizo fuerza con las manos hasta que dejó caer su cabeza por su propio peso con resignación. 

 Hablaré en su idioma.

 - ¡¡¡¡AAaUuuuuUUU!!!

Por la entrada de la cueva entra un hombre con barba y bigote espeso. Va a pecho descubierto y acompañado de otros dos. Te empieza a hablar. Por su tono parece ser el líder de la aldea. En el momento de tu ataque no estaba presente:

Quien te envia? Selene? O ese maldito granjero? Te mira con enfado y resentimiento. Es el primero que ha osado atacar nuestra aldea.

Vuelvo al panel y la caja, musitando a ver, a ver. Intento manipular la cerradura, pero es poco el tiempo y menos la paciencia que diablos!

Intentas manipular el sistema de cierra de la puerta girando la rueda para colocar la combinacion. Pero lo vas intentando sin sentido alguno. Las combinaciones que pruebas no son correctas, y accedes por usar la fuerza bruta. Un primer golpe no le hace nada, pero una segunda abollas levemente la puerta. La caja fuerte era de tamaño mediano anclada al suelo y se te estaba resistiendo. Desde abajo podian escuchar los golpes que realizabas en la habitacion.

- ¡Genial! Un viejo.

Con preguntas inquietantes. UuuuUu.

 ¿Quién te envía? - imitó con voz ronca - Tu mamá. - respondió con una voz más aguda de lo habitual continuando con una risilla divertida y tremendamente infantil.

 - Quiere que sepas que oléis a perro mojado. Va siendo hora de una ducha con jabón, Billy. Está enfadada.

 Su tono de voz era difícil de tomar en serio. Sabía que encontraría la forma de salir de allí, vivo, o muerto, por lo que aprovechar aquella oportunidad para hablar estaba más que sobrevalorado. Sin embargo, era una buena oportunidad para saber más de aquel sitio. No destacaría por su forma de conseguir esa información, pero a su manera, podía dar con ciertas claves.

 - Si un granjero os hace frente lo estáis haciendo mal. - criticó, sin contenciones. - Pero es evidente. - rió secamente de forma fugaz. - Eso quiere decir que no queréis matarlo. O peor aún, que no podéis. 

 Ladronesdepuercos. ¿Os llamáis así? - jiji patético - yo no he atacado nada. - zanjó.

 - Si hubiese atacado lo sabríais. Y sino preguntazle a la bonita fuente descabezada de la granja, tenéis que intentar que nos os explote así la cabeza. - evidentemente se refería al licántropo que había creído matar con la granada - es vergonzoso.

 Se miró el cuerpo, atado y el traje destrozado y suspiró.

 - Mira quien habla...

 Se dijo, resentido o simplemente cansado.

 - ¿Alguien ha pensado en mejorar este estercolero y dejar de robar puercos? ¿U os hace falta un poco de motivación sangrienta?

 Resumiendo:

 - Despedid al decorador. Es horrible.

 - ¿El granjero es un problema, en serio? jijijiji....

 - Si quieres ver como se "ataca" de verdad, suéltame.

 -  Y cuarto. ¿Qué champú usáis todos?  - Vaya forma de crecer el pelo, no me vendría mal para tener un poco de pechamen.

 - Se me olvidaba. 

¿Esa Selene no es una tía buena con gran....personalidad? Todo depende del precio. Le saldría muy caro. - sonrió imaginando que podría pedirle por los servicios prestados.

 - Estamos en un callejón sin salida. 

 Soy peligroso y no vais a soltarme. Pero como soy peligroso, me escaparé, y si no me habéis soltado, tendré algo contra vosotros.

 Ahora que dices eso...

 Casi es mejor que me dejéis aquí. - era una forma de alegrarse pensando en matarlos a todos. - Si yo fuera tú, me ofrecería algo de beber. Algo fuerte.

 Alucinaría con mi impresionante factor curativo, y me cagaría en los pantalones cuando me viese la cara.

 Después, le contaría los problemas de mi tribu al recién llegado, aunque no le importen una mierda. Porque en este mundo acaban de desembarcar criatura que pueden arruinarlo todo, y desgraciadamente habéis dejado que la más peligrosa se cuele en el centro de vuestra patética civilización.

 Se encogió de hombros, como pudo. Se estaba esforzando demasiado con los cerebro de nuez.

 Ignorando el molesto ruido de los habitantes, sigo golpeando la caja hasta lograr abrirla de nada me sirve llevarle al mercenario una caja sin revisar si lo que hay adentro en verdad vale la pena. Con su ayuda, podré encontrar más material genético para encargarme de Parker.

La familia no osa subir de nuevo a la habitacion, pero tus golpes acaban despertando al perro que ladra desde el pasillo y arañando la puerta para entrar. Tras cinco minutos intensos logras romper la puerta de la caja. Dentro encuentras una cruz religiosa de madera con las inscripciones INRI, y una bolsa llena de dinero. Es decir la cantidad que habría, pero ello te hacia bien adinerador.

Tenemos nuestras razones para capturar los cerdos, son una comida para nosotros. Hablas demasiado seas quien seas y no entiendo la mitad de lo que dices. Ahora mismo tal como estás podría despedazarte en trocitos, pero no me gustan los actos de venganza. Por tu culpa he perdido a dos de mis compañeros, y no quiero perder a nadie mas de los míos.

De forma extraña te empieza a desatar y quedas libre. Hace un gesto y otro de la aldea, como humano, entra en la cueva y te tira al suelo tus pertenencias:armas, pistolas, teleportador, etc.

Vete de aqui, y no aparezcas más. Ya me queda claro que el granjero nunca contrataría a un chiflado como guardaespaldas.